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"La migración en Chile como espacio de interculturidad.

Reconociendonos en la propia
historia"

Por Roxana Osses Valle

Chile es un país que históricamente se ha desarrollado bajo ciertas dinámicas migratorias


como consecuencia de ello, existe en el inconsciente colectivo una mirada de concebirse
como raza superior, mayoritariamente por la colonizaciónn desarrollada en el país. Esto se
refleja en la transformación y conflictividad actual frente al flujo migratorio latinoamericano.
Es necesario como chilenos hacer memoria en la construcción identitaria chilena para saber
asumir las transformaciones y conflictividad identitaria frente al flujo migratorio
El objetivo general es analizar las principales dinámicas migratorias en Chile que han
posibilitado una mirada de raza superior como Nación y que en la actualidad se traducen en
un inconsciente colectivo racista.

1. Planteamiento
Para Latinoamérica el encuentro entre diversas culturas ha sido parte de la identidad que
se ha enraizado en el continente a veces de un modo impuesto y otras tantas, pero en menor
ocasión, a través de una palabra dialogante. Al respecto, Chile no ha sido la excepción de una
tierra que está marcada por el desarrollo entre encuentros y desencuentros de diferentes
culturas, en la actualidad ello conforma parte de la idiosincrasia chilena pero también de
constantes controversias sobre todo con los pueblos indígenas y la población creciente de
migrantes.
Por lo mismo, parece interesante mirar brevemente las principales características del
fenómeno migratorio como un espacio de interculturalidad. Y reconocer así la importancia
entre el encuentro y desencuentro de las diferentes culturas que migran a nuestro país y que
puede ser bajo una mirada receptora o expulsora. Concierne, por tanto, reconocer la riqueza
que se puede producir a nivel cultural, social y económico a través de la interculturalidad.
Pero también observar algunos de los aspectos controversiales de nuestra historia chilena
como lo es: la sobrevaloración de ciertas culturas europeas por sobre las culturas

1
latinoamericanas e indígenas que se traducen en la cotidianidad prácticas xenofóbicas y
racistas.
Así, la pregunta metódica que guiará la investigación es: ¿Cuáles han sido las principales
dinámicas migratorias en Chile que han posibilitado una mirada de raza superior como
Nación y que en la actualidad se traducen en un inconsciente colectivo racista?

2. La comprensión del Estado chileno en materia de ley migratoria a través de las


categoría de interculturalidad y pluralista

La memoria es una inagotable fuente para el ser humano con la cual se va definiendo y
construyendo día a día desde el lenguaje, desde los diferentes entramados que va cimentando
junto a otros; mirando hacia un futuro incierto, pero a la vez esperanzador. En este sentido
es oportuno indagar en las raíces de nuestra historia chilena no solo para comprendernos y
reconocernos desde nuestras raíces, sino también, para saber cómo ciertos andamiajes que
nos han sostenido, hoy día necesitan ser replanteados para construir una nación más acorde
a nuestros tiempos.
En este primer capítulo se desarrollará una mirada histórica al proceso de la migración en
Chile en términos de políticas migratorias, específicamente en la ley de colonización. Esto,
a partir de una perspectiva del haciendo memoria 1 , reconociendo que ello nos ayuda a
proyectar el futuro. En palabras de la sociología chilena nos impulsa el hecho de que:

“Un país es el modo de enfrentar y proyectar su pasado. Dicho de otra manera, es en torno
a cómo resolvamos los problemas del pasado que va a definirse nuestro futuro como
comunidad histórico moral. Por lo que volver una y otra vez sobre lo que nos pasó como
país no es un ejercicio puramente intelectual y de encerramiento en el pasado, es reflexionar
sobre lo único común que tenemos como país, más allá de una suma de individuos, familias
o grupos particulares que habitan un territorio, sobre lo único que nos da identidad: nuestro
futuro como comunidad nacional es el modo como enfrentemos y resolvamos hacia adelante
nuestro pasado”2.

1
“La necesidad de una memoria colectiva compartida sobre lo fundamental, aunque se discrepe muy
profundamente sobre causas y consecuencias” MANUEL GARRETÓN, Universidad de chile (Rev. de ciencia
política / volumen XXIII / nº 2 / 2003 / pág. 1.
2
GARRETÓN MANUEL, 2003 / pág. 1.

2
En esta configuración, interesa por tanto, en primer lugar, tener a la vista las principales
características de la ley de colonización desarrolla da en Chile, para observar si algunas de
esas ideas sobre el extranjero europeo persisten en el inconsciente colectivo de la sociedad
chilena actual. Y si es así, ver cómo afecta en la construcción de una sociedad moderna. Por
lo tanto, el hacer memoria nos ayudaría a reconocer que tenemos ciertas categorías de
valoración más bien discriminatorias cuando nos encontramos ante una persona de origen
europeo o una persona de origen latinoamericano; claramente la valoración no es la misma.

El proceso migratorio es comprendido como una acción que está inmersa en un entramado
de relaciones sociales y circunstancias económicas, políticas y culturales que se van
modificando continuamente en el tiempo. Por lo que la migración así concebida es
identificada por los investigadores con la llegada planificada de colonos a mediados del siglo
XIX hasta la primera mitad del XX, programa que tenía como objeto poblar y potenciar la
industria y exportación de materias primas de regiones específicas de Chile”3.
De acuerdo a lo anterior se reconoce con la independencia de Chile y la abolición de la
esclavitud en 1800 que se iniciaron las corrientes de origen europeo producto del
establecimiento del trabajo asalariado y la apertura al comercio. Es así que se da inicio a la
colonización con el fin es incorporar nuevas tierras y ejercer soberanía nacional en el sur de
Chile, a través de la Ley de Colonización promulgada en 1845, con el gobierno de Manuel
Bulnes4, que buscaba atraer a profesionales para colonizar el territorio entre Valdivia y Puerto
Montt. A cargo de esta misión estaba Bernando Philippi quien, a partir de una serie de
medidas de estímulo, viajó a Alemania para traer un grupo de alemanes que se asentaron al
sur de Chile. Más tarde, en octubre de 1850 Vicente Pérez Rosales reemplazó a Philippi como

3
CF CANO VERONICA Y SOFIA MAGDALENA, 2009, Los estudios sobre migración internacional en Chile, apuntes
comentarios para una agenda de investigación actualizada. Papeles de población, vol. 15, núm. 61, julio-
septiembre, Universidad del Estado de México. Pág. 131
4
El gobierno de Manuel Bulnes Prieto (1841-1851) es considerado uno de los más importantes del siglo XIX.
Durante su decenio se sentaron las bases del régimen republicano, se crearon las instituciones educacionales
más importantes de la nación y se realizó un importante avance en el reconocimiento del territorio. Su gobierno,
estuvo marcado por la política de expansión territorial; el comienzo de la colonización del sur; el
reconocimiento de Chile como país independiente por parte de España y el fuerte impulso en el ámbito
educacional gracias a la contratación de intelectuales extranjeros y a la fundación de instituciones como
la Universidad de Chile y la Escuela de Artes y Oficios, entre otras. Visita en:
http://www.memoriachilena.cl/602/w3-article-3587.htm. El 01de julio de 2017

3
agente de colonización en Europa, integrando decenas de familias alemanas que se instalaron
a orillas del lago Llanquihue. Esta concentración de inmigrantes se dedicó a la agricultura y
actividades fabriles5. Todo este proceso no sólo era para ejercer soberanía nacional en el sur
de Chile, sino también para desarrollar una nación bajo ciertos parámetros culturales y
sociales. En palabras del historiador Villalobos la idea era no sólo traer más gente a un país
casi deshabitado, sino traer “gente mejor”. Quizás por lo mismo la idea de Benjamín Vicuña
Mackenna, fue traer inmigrantes europeos en categorías bien estipuladas: como prioridad
estaban los alemanes, italianos y suizos; luego los irlandeses, escoceses e ingleses; en tercer
lugar, los franceses y por último los españoles6.
En esta línea, encontramos discrepancia ya que otros historiadores describen que al país
ingresaron migrantes europeos bastante holgazanes sin ningún oficio, y que finalmente
murieron mendigando en las calles de Valparaíso7. De hecho, los colonos eran descritos por
el diario “El Chileno” con una línea claramente xenofóbica que los caracterizaba como
personas que pertenecían a la basura de las grandes ciudades europeas, que eran una masa
degradada. Pues entre ellos se encontraban mendigos, presidiarios que fueron contratados en
las puertas de las cárceles para venir a Chile8.
Al respecto, la sobre valoración de los colonos europeos en el país podría tener su origen en
quienes escribieron y nos contaron la historia chilena desde una mirada eminentemente
colonialista, a pesar que era un tiempo de independencia respecto de España, continuaba una
dinámica de jerarquización racial. Para algunos autores:

“el discurso en torno a la raza como principio explicativo de un orden sociopolítico


jerarquizado se convirtió en un imaginario colectivo popular de amplia resonancia y en un
valor clave de la cultura occidental a partir del siglo XIX y como tal, en mecanismo de
legitimación de un orden político de signo colonial e imperialista. La representación cultural
de la diferencia en términos de categorías raciales quedó patente en el discurso que

5
Cf. RODRÍGUEZ, TERESA (1982), Las migraciones internacionales en Chile. Secretaría General de la
OEA Buenos Aires.
6
REBOLLEDO, ANTONIA (1994), “La turcofobia. Discriminación antiárabe en Chile, 1900-1950”, Revista
Historia, 28, Santiago de Chile, Pontificia Universidad Católica de Chile, pp. 249-272.
7
HARRIS, GILBERTO Emigrantes e inmigrantes en Chile, 1810–1915. Nuevos aportes y notas revisionistas,
Universidad de Playa Ancha, Valparaíso (2001, Chile) pág.196
8
HARRIS, GILBERTO Emigrantes e inmigrantes en Chile, 1810–1915. Nuevos aportes y notas revisionistas,
Universidad de Playa Ancha, Valparaíso (2001, Chile) pág.199

4
caracterizó al “otro” los pueblos colonizados como grupos étnicos de una naturaleza
supuestamente inferior”9.

Quizás esta idea no ayudó a reconocer el aporte de inmigrantes del proletario y aventureros,
con oficios de marineros, carpinteros, jornaleros, albañiles, fonderos, artesanos, entre otros.
Flujos migratorio intrarregional, de nacionalidades principalmente boliviana, peruana y
argentina; que también aportaron al desarrollo económico y cultural pero que no tuvieron la
misma acogida que los colonos. Sin ir más lejos los antecedentes revisados indican que estos
flujos migratorios debieron soportar una actitud de rechazo que se prolongó́ por largo tiempo,
en un contexto bastante adverso para permanecer en el país.

A modo síntesis de este primer punto, el proceso de colonización en Chile ha sido un


proceso discriminador, un proyecto migratorio selectivo con una mirada centrada más que en
el poblamiento de territorios deshabitados, en el mejoramiento social de un carácter
civilizador. Dicho proyecto, no incluía a los habitantes indígenas de las zonas australes como
tampoco a los migrantes de origen latinoamericano, asiático o árabe.
Sí bien es cierto, Latinoamérica con la independencia de la corona iniciaba un proyecto de
autonomía, en el que Chile fue capaz de resistir y lograr dicha independencia. Por otra parte,
el modo de gobernar continuaba siendo con rasgos centralistas y autoritarios. En este sentido
Jorge Larraín describe el periodo en tres características que nos permiten de alguna manera
comprender más el contexto del gobierno y sus decisiones. Primero, existía una reafirmación
de la lógica autoritaria desde la década de 1970 con la instauración de regímenes
dictatoriales; segundo, existía una transición que se ha producido desde una autonomía
colectiva a una autonomía individual; y tercero, existía una creciente despolitización de la
población, lo que ha generado que las personas desconfíen del trabajo de los políticos y de
las organizaciones partidistas. Todo ello desde un contexto de desarrollo de modernización
en el que J. Larraín la define como un campo interpretativo 10 , campo disputado de
significados donde se lucha por institucionalizar las significaciones imaginarias de la
modernidad en algún sentido determinado. Se quiera o no, un Estado que ha alcanzado la

9
MARY NASH Y DIANA MARRE, 2001, Multiculturalismo y género. Perspectivas interdisciplinarias.
Ediciones Bellaterra, Barcelona, España. Pág.25
10
Cf LARRAÍN JORGE, ¿América Latina moderna? Globalización e identidad, Lom ediciones, Santiago,
2005, pág. 38.

5
independencia y autonomía después de tres siglos de colonización, necesitará también de un
proceso de desconstrucción para hablar en términos de democracia, ya que, si miramos lo
acontecido en otros países latinoamericanos el desarrollo es similar o aún más delicado, por
sus efectos dictatoriales como es el caso de México por Santa Anna; Rosas en Argentina; o
gobiernos autoritarios como el de Rivera en Uruguay, Páez en Venezuela y el de Santander
en Colombia11. Más tarde Chile también vivirá un largo tiempo de dictadura.
En esta línea para algunos autores abordar el tema de la migración ha sido un fracaso del
proyecto modernizador asociado a la colonización y en las contradicciones que produjo su
implementación12. Estos autores plantean que el ideario migratorio de poblar para civilizar
estuvo lejos de alcanzarse y no respondió a las expectativas del gobierno, debido a varias
variantes como: la poca claridad con la que se diseñó dicho proyecto, los escasos recursos a
él destinados y el bajo grado de profesionalización y estratificación de los europeos que
llegaron al comienzo. Sobre todo, porque la integración laboral no resultó enteramente
pacífica, en particular la colonización que se desarrolló en La Araucanía13.
El éxito del proyecto modernizador en el país fue relativo, porque la población indígena
perdió sus tierras, pues no eran parte del proyecto de colonización debido a ser un proyecto
bastante ambicioso y selectivo en que primaba una mirada racista biologizante en la que se
concebía a los colonizadores blancos como raza superior y los colonizados de piel oscura
como raza inferior. Esta mirada de concebir al ser humano se tradujo en todo el siglo XIX y
XX en el país en categorías estructurales y lógicas estatales, sociales y culturales como
representación de un Estado hegemónico. Este modo de vinculación aun tiene sus vestigios
no solo el inconsciente colectivo sino también en las diferentes esferas de la sociedad actual
de nuestro país.
Si de algún modo la modernización a traído consigo una apertura a los otros que son
diferentes a nosotros el hecho que seamos un país con un creciente flujo migratorio se nos
complica la existencia cuando ese otro entra en el territorio que era reconocido como el de
“nosotros”. Este otro con sus rasgos latinoamericanos es concebido muchas veces como un

11
Idem, pág. 39
12
Destacan en esta idea autores como: Norambuena, 1995 y 1998; Harris, 1997 y 2001; Estrada, 2000;
Araya, 2006.
13
CANO VERONICA Y SOFIA MAGDALENA, 2009, Los estudios sobre migración internacional en Chile,
apuntes comentarios para una agenda de investigación actualizada. Papeles de población, vol. 15, núm. 61,
julio-septiembre, Universidad del Estado de México. Pág. 134.

6
ajeno, intruso que viene por algo material que es nuestro. Y cuando nos encontramos frente
a un “otro” con sus rasgos europeos la mirada es distinta. Se le acoge pensando que será un
aporte para el país. Sin embargo en muchos casos Chile esta siendo sobre explotado por este
sector extranjero de diferentes maneras entre algunas: la sobreexplotación de recursos
naturales y la explotación laboral a través de condiciones laborales y sueldos injustos.
La pregunta es: ¿Qué tan críticos somos como chilenos para enfrentar esta realidad? La idea
es abrirnos a un cambio de paradigma valorativo, en que el debate internacional se desarrolla:
uno de estos debates es de corte comunitarista “quienes afirman que el sujeto es reconocido
como tal, es decir, plenamente hombre y ciudadano capaz de realizar opciones significativas,
solo porque es parte de una comunidad que le permite realizar su propio proyecto de vida”
(Gutmann 1994).
Por otra parte están los de corte liberal, que plantean una idea de multiculturalidad bajo una
reflexión en que:

“las relaciones entre las culturas existe siempre y en todas partes el concepto de sujeto,
entendido como el individuo libre, que por eso tiene sus propios derechos, que deben ser
reconocidos y practicados en tanto tales. Sostiene que es preciso fijar límites al espacio de
estos derechos, limites que están determinados por las libertades individuales y por los
derechos asociados a ellas” (Gutmann 1994).

Sería interesante abrir la discusión en nuestro país bajo una perspectiva intercultural.
A continuación se observará cómo es el contexto actual y bajo qué condiciones podríamos
hablar de Chile como un país intercultural.

3.La comprensión del Estado chileno a través de las categorías de sociedad intercultural
y sociedad pluralista

La comprensión del Estado chileno bajo las categorías de monoculturalidad,


multiculturalidad o interculturalidad permite reconocer desde las diferentes esferas de la
nación cómo éste funciona frente al creciente flujo migratorio.
Se comprende por monoculturalidad aquellos Estados en que existe una sola cultura,
homogénea y dominante. Luego, la multiculturalidad se desarrolla en Estados donde

7
coexisten muchas culturas sin relacionarse en un mismo espacio. Y la interculturalidad es la
presencia de muchas culturas en un Estado que se relacionan e interactúan entre sí14. En este
sentido la interculturalidad supone un constante desafío que permita desarrollar el dialogo
entre las diferentes culturas, dialogo que tiene a la base el reconocimiento y valoración
mutua, el respeto y la aceptación.
Al respecto Chile además de desarrollar un marco normativo que busca institucionalizar y
regular la situación de los migrantes, también promueve espacios de integración. Un ejemplo
de ello, es el programa Conjunto de Fortalecimiento de las capacidades nacionales para la
prevención y gestión de conflictos interculturales (2009) iniciado con apoyo de la ONU y
otras organizaciones civiles privadas. Uno de los objetivos de este programa es mejorar la
situación de conflicto entre pueblos indígenas, Etado y sociedad; tomando en cuenta las
especificaciones culturales propias de cada etnia15.
Si bien es cierto al revisar la normativa chilena en materia de bienestar e interculturalidad a
través de estrategias de integración de la población extranjera, ésta se limita solo a aspectos
relacionados con la entrada, residencia y permanencia del país a nivel de visa. Asimismo, se
encuentran algunos instrumentos internacionales en los que Chile como nación ratifica en
materia de inmigración el resguardo de los derechos humanos. Esto deja en evidencia que la
intervención del Estado chileno en materia de interculturalidad se encuentra bastante lejana,
más bien actúa bajo una mirada multicultural, en que coexisten muchas culturas, pero no hay
integración de ellas, no existe mayor diálogo.
En esta perspectiva el proceso del Estado chileno de ejercer una dinámica monocultural y
avanzar hacia una perspectiva intercultural tendrá que ser también un proceso de
descolonización que posibilite el cuestionamiento de la primacía del modelo hegemónico
occidental. Es decir, “del hombre blanco europeo como el sujeto único del pensamiento
político universal”16.

14
Cf JOHN BERRY, (1994) Aculturación y adaptación psicológica. Los viajes en la psicología intercultural
Lisse: Swets & Zeitlinger. (Pág 129-141).
15
Cf BERRIOS JOSÉ E BORTOLOTTO IDENILSO (2015): Migración e interculturalidad: Una oportunidad
y no una amenaza. Santiago de Chile. Editorial San Pablo. Pág. 97
16
Cf MARY NASH Y DIANA MARRE, 2001, Multiculturalismo y género. Perspectivas interdisciplinarias.
Ediciones Bellaterra, Barcelona, España. Pág.31

8
En la actualidad son muchos los autores que han puesto atención a las categorías analíticas
de diversidad, interculturalidad y construcción de identidad, colocando la mirada en “las
narrativas tradicionales de la modernidad y del progreso construidas desde el siglo XIX que
operaron en gran medida a partir de procesos identitarios formulados en términos de género
y raza”17. En esta perspectiva, el proceso de interculturalidad también es un proceso de una
intervención crítica que posibilite una transformación estructural que transite hacia una
apertura, valoración, deconstrucción y un proyecto político, social, y ético que busque
cambiar ante todo las relaciones jerárquicas basadas en una tipología racista.
Es decir, transformar el discurso en torno a la raza como principio explicativo de un orden
sociopolítico jerarquizado, que en la actualidad actúa desde el inconsciente colectivo como
un imaginario cargado de prejuicios, xenofobia y mitos que no nos posibilitan reconocer la
riqueza de otras culturas, como lo son las culturas indígenas y las múltiples culturas que se
hacen presente en los nuevos flujos migratorios en nuestro país.
Asimismo, el proceso de una sociedad que quiere integrarse desde una interculturalidad, se
comprende en apertura hacia la inserción de otras culturas que son diferentes. La inserción
en este caso, no solo depende del país receptor sino también de las personas que migran al
país, ya que, la interculturalidad se desarrollará en la medida en que la identidad cultural
extranjera desea mantener sus caracteres de origen y a la vez quiera mantener una relación
con la sociedad de acogida18. Es posible que como chilenos estemos dispuestos a la apertura
y reconocimiento del migrante como un sujeto de derecho, que nos enriquecerá con su cultura
y habrá así un mutuo enriquecimiento de miradas, experiencias, lenguaje y cultura. Este
proceso, es un proceso necesario para país, pasar de una mentalidad homogenizante a una
mirada intercultural que posibilite desentramar las estructuras de antaño y abrirnos a una
sociedad multicultural.

3.1 Aspectos controversiales de la interculturalidad en la actualidad: Racismo,


discriminación, xenofobia.

17
cf. ídem pág. 25
18
cf. SILVA CLAUDIA, 2017, Modelos de gestión propuestos y modelos existentes en Chile para la gestión
municipal: fortalezas y desafíos para el trabajo con la población migrante internacional. Departamento de
Extranjería y Migración del Ministerio del Interior y seguridad pública.

9
Uno de los aspectos más controversiales respecto de la llegada de migrantes a nuestro
país es la actitud racista que nos caracteriza como nación. Es verdad que Chile hasta ahora
no ha desarrollado un flujo migratorio importante. En la región, por ejemplo: hasta la década
de los noventa Chile no aparecía dentro de las estadísticas demográficas en relación al tema.
Es en esta misma década, que los primeros flujos hacia el país estuvieron caracterizados por
una migración intrarregional, principalmente por nacionalidades limítrofes como Perú y
Bolivia, y Ecuador. Junto al desarrollo de estos flujos migratorios comenzó a desarrollarse
un sinfín de dinámicas discriminatorias, no sólo en los sectores fronterizos sino también a
nivel de sociedad.
Como lo vimos en el punto 2 de esta investigación, Chile no es ajeno al tema de
migración, han existido momentos centrales en la historia del país, marcados por la
migración, como también desde la definición de nación que éste fue desarrollando a partir de
políticas migratorias selectivas a fines del siglo XIX con el objetivo primordial de mejorar la
raza.
“También a través de procesos de chilenización en el norte del país tras la guerra del
pacífico y la presencia de ligas patrióticas contra la población peruana, además los procesos
de emigración durante la dictadura militar de Pinochet, tanto por el exilio forzado y
voluntario de los chilenos. En todos estos casos la migración funciono como una figura ligada
a lo nacional ya sea para definir una base étnica como para proteger la nación de procesos de
contaminación”19.

En esta perspectiva hay varios autores que trabajan en el tema de la migración con una
mirada que no acoge la historia del país, sino que se limita a estudiar el tema solo a partir de
la década de los noventa en adelante. Así mismo, la mirada más generalizada es mirar el flujo
migratorio como un problema más que una oportunidad de desarrollo para el país. Tijoux en
este sentido, hace algunas críticas al estudio actual, uno es que:

“el estudio se ha centrado en el problema de la migración y no en aquello que lo


constituye como tal, es decir, los fenómenos históricos y estructurales de violencia material
y simbólica que dan sentido a la serie de exclusiones y discriminaciones cotidianas, en el
seno de una economía neoliberal y una sociedad cuyo discurso público se orienta cada vez
más al respeto y la tolerancia” 20.

19
TIJOUX MARIA EMILIA, 2016, Racismo en Chile. La piel como marca de la inmigración. Edición
universitaria. pág. 36.
20
Ídem, pág. 38.

10
Lo que busca esclarecer la autora es que detrás de la comprensión de migrante se encierra
una mirada racista, cargada de violencia simbólica y material que de alguna manera
naturaliza ciertas dinámicas de opresión y discriminación como sociedad chilena.
Lo importante de este punto es que se logra visualizar que la xenofobia y la
discriminación en nuestro caso como nación chilena tiene “un carácter histórico de un
fenómeno vinculado a la formación de la nación chilena” 21 . En esta formación hay una
sobrevaloración por la cultura europea y una discriminación por las culturas latinoamericanas
en general. Junto a ello, el migrante es visto como un no-nacional que es excluido de lo
político y privado, de los derechos más fundamentales que es tener derechos, pertenecer a un
cuerpo político, a un lugar, a una verdadera legitimidad. Además, los migrantes son
percibidos como amenaza en que se ponen en cuestión ciertos patrones “estéticos, morales,
culturales y aspectos estéticos-morales supuestamente de carácter homogéneo y con derechos
de ciudadanía” 22 . Ejemplo de ello en nuestro país, son los prejuicios y mitos sociales
históricos que existen y que responden más bien a ciertas ideologías que son replicadas en la
ciudadanía en general.

Algunos de estos mitos fueron expuestos en el seminario internacional “Medios y


Migración”, organizado por el DEM 23 . Algunos de los que se desarrollaron fueron los
siguientes: los migrantes a) Son muchos y nos están invadiendo- b) son ilegales-c) no pagan
impuesto y no dejan dinero al país-d) nos vienen a robar el trabajo- e) no tienen educación
formal- f) echan a perder nuestra raza- g) saturan los servicios públicos- h) son delincuentes.

En nuestra sociedad chilena aun predomina el discurso racista colonizador, se piensa que
nuestros antepasados son europeos y no reconocemos el proceso de mestizaje que tuvo el
país. Esa mirada sesgada, entorpece la cultura chilena manteniéndola en una ignorancia en

21
Ídem, pág. 40
22
Ídem, pág. 45.
23
La sigla DEM es Departamento de Extranjería El Seminario Internacional “Medios y Migración” ha
sido organizado por el Departamento de Extranjería y Migración del Ministerio del Interior y Seguridad
Pública y por el Consejo Nacional de Televisión. El 01 de diciembre del 2016. Durante la jornada
intervinieron Gastón González, responsable de Capacitación y Sensibilización DEM, para hablar sobre las
migraciones en Chile, y Claudio Garzivo, del Departamento de Estudios del Consejo Nacional de Televisión,
que expuso las claves del Estudio sobre el Tratamiento de la migración en Televisión.

11
que miramos a los pueblos indígenas como una raza inferior y nos autoproclamamos como
chilenos de una raza superior. Absurda idea que no posibilita reconocer el valor de la
verdadera historia chilena, valorar la riqueza de las comunidades indígenas a lo largo del
país. Este es un problema del cual debemos hacernos cargo. Al respecto, vuelvo a hacer
presente la idea que:
“es en torno a cómo resolvamos los problemas del pasado que va a definirse nuestro futuro
como comunidad histórico moral. Por lo que volver una y otra vez sobre lo que nos pasó
como país no es un ejercicio puramente intelectual y de encerramiento en el pasado, es
reflexionar sobre lo único común que tenemos como país, más allá de una suma de
individuos, familias o grupos particulares que habitan un territorio, sobre lo único que nos da
identidad: nuestro futuro como comunidad nacional es el modo como enfrentemos y
resolvamos hacia adelante nuestro pasado”24.

Chile en comparación a otros países de la región es una sociedad que no valora sus raíces,
si lo comparamos con países como Bolivia, Perú, Ecuador, Brasil, Colombia, México, son
países con una riqueza multicultural enorme, cada país en sus diferentes ciudades ha
desarrollado una cultura propia que ha acogido, valorado e integrado tanto lo indígena como
el fenómeno de la migración como parte de su cultura.
En esta línea, Chile como sociedad tiene varios desafíos para encaminarse hacia el desarrollo
de una sociedad intercultural, tiene una gran deuda con lo propio, que son los pueblos
originarios. Luego, es importante reconocer la mentalidad homogenizante que impera tanto
a nivel de Estado como a nivel de educación y de políticas públicas para integrar a los nuevos
ciudadanos de nuestra sociedad que son los migrantes venidos de los diferentes países de
Latinoamérica y El Caribe. Una puerta de entrada es abrir el debate de la diversidad y de la
interculturalidad a través de los diferentes mecanismos políticos y educacionales que
permitan integrar la visión de identidad global en la diversidad.
Es de algún modo una posibilidad para despejar que:
“los mecanismos de opresión y discriminación, reconociendo los múltiples mecanismos de
articulación de opresiones raciales, de clase social, de género que se produce y reproducen a
través de construcción de mecanismos, valores e identidades en una multitud de ámbitos
sociales”25.

24
MANUEL GARRETÓN, Universidad de chile (Rev. de ciencia política / volumen XXIII / nº 2 / 2003 / pág. 1.
25
MARY NASH Y DIANA MARRE, 2001, Multiculturalismo y género. Perspectivas interdisciplinarias.
Ediciones Bellaterra, Barcelona, España. Pág.37.

12
La interculturalidad sin lugar a dudas ayudará al país a desarrollar un proceso de valoración
del pensamiento y cultura latinoamericana. Y como consecuencia de ello, también aceptar e
integrarnos a Latinoamérica desde nuestra propia cultura mestiza e indígena.

VII.- BIBLIOGRAFÍA

1. BELLOLIO A. ERRÁZURIZ C., ÁLVARO, FELIPE HERNÁN (2014).


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2. BERRIOS JOSÉ E BORTOLOTTO IDENILSO (2015): Migración e
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3. CANO VERONICA Y SOFIA MAGDALENA, 2009, Los estudios sobre migración
internacional en Chile, apuntes comentarios para una agenda de investigación
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del Estado de México.
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7. HARRIS, GILBERTO Emigrantes e inmigrantes en Chile, 1810–1915. Nuevos aportes
y notas revisionistas, Universidad de Playa Ancha, Valparaíso (2001, Chile)
8. LANZILLO, MARIA LAURA, 2006 ¿NOSOTROS O LOS OTROS?

MULTICULTURALISMO, DEMOCRACIA, RECONOCIMIENTO. EDICIONES

NUEVA VISIÓN. BUENOS AIRES.

9. LARRAÍN JORGE, ¿América Latina moderna? Globalización e identidad, Lom


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11. MARY NASH Y DIANA MARRE, 2001, Multiculturalismo y género. Perspectivas
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12. MANUEL GARRETÓN, Universidad de chile (Rev. de ciencia política / volumen XXIII
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13. MIGNOLO, WALTER. 2003. “Un paradigma otro”: colonialidad global,
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globales: colonialidad, conocimientos subalternos y pensamientos fronterizo.
Madrid, Akal.
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Edgardo Lander ed. La colonialidad del saber: Eurocentrismo y ciencias sociales.
Perspectivas Latinoamericanas. Caracas, Clasco.
16. SILVA CLAUDIA, 2017, Modelos de gestión propuestos y modelos existentes en
Chile para la gestión municipal: Departamento de Extranjería y Migración del
Ministerio del Interior y seguridad pública.

17. TIJOUX MARIA EMILIA, 2016, Racismo en Chile. La piel como marca de la
inmigración. Edición universitaria.

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