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¿Qué es la Ilustración?

Kant

1. Es cuando el hombre sale de la minoría de edad donde es incapaz de servirse del propio entendimiento, y es
culpable de que siga en ella, ya que le hace falta decisión y ánimo para servirse con independencia.
2. Se produce por la pereza y la cobardía. Llega al punto en que, al no pensar por uno mismo, también podemos
hacer que alguien reemplace nuestra consciencia moral.
Hay tutores que se encargan que uno traspase la barrera de la minoría de edad, pero luego andan diciendo el
riesgo que conlleva el andar solo, provocando timidez y espanto en los hombres, que finalmente se alejan de
pensar por sí solos.
3. La gente es incapaz de servirse del propio entendimiento porque jamás se les deja hacer el ensayo. Son pocos los
que, por esfuerzo del propio espíritu, logran salir de la minoría de edad y andar con paso seguro.
4. Es posible que el público se ilustre a sí mismo, siempre que se lo deje en libertad, es casi inevitable. Hay tutores
que luego de haber alcanzado la mayoría de edad, son obligados a someterse a su vez por el mismo público que
siembra prejuicios. Estos prejuicios surgirán y servirán de andaderas para la mayor parte de la masa que está
privada de pensamiento.
5. Se exige libertad de hacer uso público de la propia razón y en cualquier dominio, pero siempre se encuentran
limitaciones.
 El uso público de la razón siempre debe ser libre, y es el único que realmente produce ilustración en la
gente. Es parte de la totalidad del público del mundo de lectores. (docto)
 El uso privado de la razón es limitado, pero sin que se obstaculice el progreso de la ilustración. Se le
permite al hombre dentro de un puesto civil o de una función que se le confía.
 Es decir, al estar en un cargo solo le queda obedecer como ciudadano y puede presentar sus ideas,
argumentos o juicios cuando esté fuera de este puesto (como docto). Ej.: El cura predica tal cosa en la
iglesia porque fueron las condiciones con las que entró, pero fuera de esta puede expresar sus ideas
libremente.
6. En los temas espirituales, como los sacerdotes o predicadores, siempre hay una parte de creencias que son
acordes con lo que exponen a la comunidad, ya que no se podría conservar su función sin sentir los reproches de
su conciencia moral, y tendría que renunciar.
Pretender que los tutores del pueblo (en cuestiones espirituales) sean también menores de edad constituye un
absurdo capaz de desembocar en la eternización de la insensatez.
7. Una época no se puede obligar ni juramentar para poner a la siguiente en la condición de que le sea imposible
ampliar sus conocimientos. Cada ciudadano, en calidad de doctos, debe tener la libertad de llevar sus
observaciones públicas acerca de los defectos de la actual institución.
Un hombre, con respecto a su propia persona y por cierto tiempo, puede dilatar la adquisición de una ilustración
que está obligado a poseer; pero renunciar a ella, con relación a la propia persona y con mayor razón aun con
referencia a la posteridad, significa violar y pisotear los sagrados derechos de la humanidad.
8. ¿Vivimos ahora en una época ilustrada? No, vivimos en una época de ilustración. Todavía falta para que todos los
hombres sean capaces de servirse bien y con seguridad de su propio entendimiento y sin acudir a la guía de otros.
9. Siglo de Federico. Primero en sacar al género humano de la minoría de edad, dejando a cada uno en libertad para
que se sirva de la propia razón en todo lo que concierne a cuestiones de consciencia moral.
10. No debería ser peligroso permitir que los súbditos hagan un uso público de la propia razón y expongan al mundo
los pensamientos relativos a una concepción más perfecto de esa legislación, la que puede incluir una franca crítica
a la existente.

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