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Modulo 1.3: las instalaciones [en linea].

Instituto Nacional de Tecnologias Educativas y de Formacion del


Profesorado. En: La biblioteca escolar. Ministerio de Educación, Culura y Deporte ; INTEF. España. 2013.

http://www.ite.educacion.es/formacion/materiales/8/cd_2013/m1_3/index.html

Instalaciones

Este capítulo tiene como objetivo ofrecer unas pautas y orientaciones prácticas sobre la distribución y
acondicionamiento del espacio de una biblioteca escolar, así como sobre la organización física de los documentos,
procurando que las ideas expuestas sean fácilmente aplicables a cualquier centro educativo. A partir de estas
pautas generales cada centro podrá realizar las adaptaciones necesarias para conseguir las instalaciones más
adecuadas a sus características, o bien gestionar la creación de un espacio específico para la biblioteca escolar
en el caso de que éste aún no existiera.

Son éstas las primeras actuaciones que se pueden emprender, puesto que tienen una gran incidencia sobre la
biblioteca. Una mejor distribución del espacio, una buena señalización y una organización clara de los documentos
son inmediatamente percibidas por alumnos y profesores y contribuyen a que la biblioteca sea un espacio más
atractivo y acogedor, en el que uno se puede orientar con facilidad y acceder libremente a los documentos.

Aunque este capítulo aborde el tema de la clasificación, que se tratará en profundidad en el capítulo Proceso
Técnico, las tareas aquí planteadas en relación con la misma se pueden realizar sin necesidad de catalogar los
documentos.

Organización del espacio

Una biblioteca escolar no es sólo una colección organizada de documentos en diferentes soportes, sino que es
también un lugar, un espacio, cuya distribución debe hacerse con criterios pedagógicos, adaptando al entorno
escolar las directrices y recomendaciones existentes en este terreno.

El espacio de la biblioteca, su situación en el centro educativo y las características del mobiliario y de los equipos
necesarios deben facilitar el cumplimiento de los objetivos de la biblioteca escolar.

El servicio de biblioteca e información debería estar situado en un lugar fácilmente accesible desde el máximo
número de puntos del centro. Se suele aconsejar que esté situada en un lugar donde haya silencio, pero se debe
dar prioridad a la accesibilidad. Es recomendable que no sea una sala de doble uso, ya que tiene que estar
disponible a lo largo de todo el día para ser utilizada por individuos y grupos. También sería deseable que tuviese
un buen acceso desde la calle para el reparto de libros, materiales y equipos, y para posibilitar su utilización fuera
del horario escolar.

La biblioteca escolar debe contar con espacio suficiente para que los alumnos trabajen, tanto en grupos como
individualmente. Las diferentes posibilidades de uso de la biblioteca deben ser tomadas en consideración a la hora
de organizar el espacio. Algunos tipos de actividades son:

 Lectura, audición, visionado o realización de búsquedas de alumnos y profesores, ya sea individualmente


o en grupo.

 Elaboración de materiales, trabajos, etc., de alumnos y profesores.

 Trabajo técnico de los responsables de la biblioteca.

 Es importante diversificar los espacios de la biblioteca, creando diferentes zonas que respondan a estas
posibilidades (zona de lectura relajada, zona de estudio, zona de audiovisuales, etc.)
Otro aspecto de gran importancia en la biblioteca escolar es el decorativo, pues influye en la imagen que se ofrece
a los usuarios. Se debe procurar crear un clima cálido y acogedor en el que influyen la distribución de espacios, el
mobiliario, el color de las paredes, la iluminación, la señalización, la decoración con plantas, con dibujos de
personajes gigantes elaborados por equipos de alumnos, etc. En la decoración de la biblioteca pueden participar
los profesores de Educación Plástica y Visual, los alumnos e, incluso, algunos padres o madres

El rincón infantil

En los centros de Educación Infantil y Primaria hay que tener en cuenta que los/as alumnos/as más pequeños/as
han de tener su propio espacio dentro de la biblioteca con estanterías a su alcance, mesas y sillas de su tamaño,
una alfombra con cojines y todo aquello que les facilite una estancia más agradable y acogedora en la biblioteca.
Existen diversas soluciones sencillas y baratas para conseguir crear un espacio apropiado para ellos/as en la
biblioteca. Hoy en día también es necesario preparar un espacio de biblioteca en las Escuelas Infantiles de 0 a 3
que resulte agradable y cómodo para este alumnado con muebles apropiados o cestos que faciliten el acceso pero
que no supongan ningún peligro para ellos/as.
Las estanterías no han de sobrepasar los 1'30 metros. Para que los libros no pasen desapercibidos en las baldas,
es importante colocar algunos mostrando las portadas. Para ello, es interesante contar con expositores o adaptar
las estanterías colocando listones de madera en el borde externo a modo de soportes de libros.
Unas cajas de madera o plástico con ruedas o patas y en distintos colores pueden servir también para que los
alumnos puedan ver las cubiertas de los libros.

Equipamiento y Mobiliario

La biblioteca debe contar, dentro de sus posibilidades, con mobiliario y equipos adecuados para ofrecer diferentes
servicios. En una biblioteca ideal, que ofreciera múltiples servicios y actividades, se podrían distinguir los
siguientes espacios, con su correspondiente equipamiento:

 Atención a los usuarios, préstamo e información:mostrador, espacio para el trabajo técnico, lugar para
los equipos informáticos, tablones o paneles para anuncios, expositores.

 Actividades de documentación:mobiliario para el trabajo personal de alumnos y alumnas, estanterías,


mobiliario especial para revistas, ficheros, equipos informáticos. Habrá que tener en cuenta las
adaptaciones de acceso al ordenador para los alumnos y las alumnas con discapacidad motora o visual, a
fin de favorecer su autonomía personal (emuladores de ratón, cobertor de teclado, ...)

 Lectura recreativa:zona con mobiliario y ambiente acogedores que inviten a la lectura relajada.

 Otras actividades: zonas complementarias como sala aneja para trabajo colectivo, sala audiovisual,
almacén y archivo, etc
Se debe contar como mínimo con las mesas y sillas necesarias para acoger a un grupo completo de alumnos
dedicado a algún trabajo colectivo. No conviene utilizar mesas grandes, corridas, que ocupan demasiado espacio.
Las mesas de lectura para cuatro personas son las idóneas, ya que permiten realizar trabajos colectivos o tareas
individuales.

Una condición básica para fomentar el hábito lector entre los alumnos y alumnas es permitirles un contacto directo
con los libros. Esto supone eliminar todas las barreras como, por ejemplo, las estanterías cerradas con llave o
cualquier otro elemento que dificulte el acceso directo a la colección. El celo por conservar los documentos en
buen estado puede conducir a que no se utilicen, lo que se contradice con la propia vocación de la biblioteca de
difundir sus fondos.

Si se puede elegir, las estanterías serán preferiblemente metálicas ya que no se deforman con la humedad o las
oscilaciones de temperatura y no albergan plagas de insectos o microorganismos. Los estantes o baldas serán
móviles.

En una biblioteca escolar no deben instalarse estanterías de más de 1,80 m. de altura. Cinco baldas por
estantería, con una profundidad de 25/30 cm., será lo idóneo. Es importante no ocupar por completo el espacio de
las baldas, para facilitar la incorporación de nuevos volúmenes; pero, al no ocuparlas por completo, los libros
corren el riesgo de doblarse, deformarse o caerse; para evitarlo, es preciso instalar sujetalibros, de los que existen
diferentes modelos en el mercado, siendo los mejores aquellos que están incorporados al estante mediante un
sistema de carril o similar.

Para los materiales audiovisuales, es preciso utilizar armarios cerrados con cajones o gavetas deslizables, ya que
el polvo u otros elementos pueden afectar gravemente las condiciones idóneas de audición y visionado.

Organización de la colección

La organización de la colección, la mayoría de las veces basada en el sistema de clasificación utilizado por la
biblioteca, tiene como objetivo en la biblioteca escolar, como en cualquier biblioteca, facilitar a los/as lectores/as el
libre acceso a los libros y documentos. Es una de las primeras tareas que se deben abordar para permitir al
alumnado las búsquedas por exploración directa de los estantes. Estas búsquedas se enriquecerán
posteriormente con la utilización de los catálogos, cuya elaboración es más compleja y, por lo tanto, pasará un
largo periodo de tiempo antes de que estén disponibles.
Para conseguir la autonomía de las personas en las búsquedas es indispensable:

 Organizar los fondos mediante sistemas de clasificación coherentes, simplificados al máximo para que
sean asequibles.

 Ofrecer ayudas pedagógicas para que comprendan dichos sistemas. Las ayudas deben incluir formación
del alumnado y señalización de la biblioteca.

 Que todo el profesorado conozca el sistema de clasificación utilizado en la biblioteca.

 Que los documentos estén colocados en estanterías abiertas y bajo ningún concepto en muebles cerrados
con llave, con la única excepción de los materiales audiovisuales u otros de gran valor.

A la hora de ordenar los documentos podemos optar por varios métodos:

 A partir de la clasificación: Se parte de las categorías establecidas en un sistema concreto y se ordenan


los documentos de acuerdo a ellas. Los sistemas de clasificación más extendidos en las bibliotecas son
los sistemas decimales: la Clasificación Decimal Universal (CDU) y la Clasificación Decimal Dewey (CDD).
Estos dividen el conocimiento en diez clases que a su vez se subdividen en diez subclases y así
sucesivamente. Las bibliotecas públicas utilizan estos sistemas, estando más generalizada en nuestro
país, la Clasificación Decimal Universal.

 Por centros de interés: Se presentan dos artículos sobre este tipo de ordenación y el modelo adoptado
por el Centro Internacional del Libro Infantil y Juvenil de Salamanca para organizar los libros destinados a
los lectores de 0 a 6 años.

Señalización de la biblioteca

Es uno de los elementos más importantes en cualquier biblioteca, ya que sirve para orientar a las personas
usuarias desde que entran en sus instalaciones que, en principio, les resultan desconocidas. Además, fomenta la
utilización autónoma de los documentos. Por ello, señalizar con carteles atractivos es una de las primeras tareas
que se deben emprender tras la clasificación de los documentos.

Podemos distinguir tres tipos de señales, que ilustramos con ejemplos de la señalización utilizada en las
Bibliotecas Públicas de la Comunidad de Madrid:

 Señales de ubicación y orientación. Éstas pueden ser, a su vez, internas o externas. Las externas son
aquellas que orientan al lector hacia la biblioteca desde diferentes puntos del centro educativo. Las
internas son aquellas que orientan a los alumnos dentro de la biblioteca, informándoles sobre las distintas
áreas en que ésta se divide y la ubicación de los distintos servicios que se ofrecen.
 Señales normativas. Informan sobre aspectos tales como: horario de atención a los lectores, condiciones
de acceso y requisitos para el mismo, plano del local y carteles sobre normas de uso (prohibido fumar,
silencio, etc.). Deben situarse en lugar bien visible y próximo a la entrada.
 Señales de contenido. Son aquellas que facilitan información sobre los fondos bibliográficos y su
ordenación.

En general, se distinguen tres apartados:


 Zonas: Ayudan a distinguir las diferentes zonas de la biblioteca.

 Estanterías: Indican el contenido por materias de los libros ubicados en cada estantería. Se trata de una
división general, donde se harán constar los grandes grupos temáticos en los que se clasifican los libros
de acuerdo con el Plan de clasificación adoptado por la biblioteca.

 Estantes: Dan información más precisa sobre lo que el lector hallará en cada balda, y siempre en relación
con la signatura topográfica inscrita, sobre un tejuelo o etiqueta, en el lomo de los libros.
¿Cómo señalizar una biblioteca escolar ordenada por la CDU?

Independientemente del sistema de clasificación utilizado en la biblioteca escolar, es absolutamente necesario que
el alumnado lo comprenda y lo sepa usar. Para ello existen diversos medios, algunos de los cuales expondremos
en este apartado referidos a la CDU, pero aplicables a cualquier otro sistema de clasificación.

Los sistemas de clasificación decimal encierran una gran complejidad, pero su propia estructura ofrece varios
niveles de profundización que nos permitirán una utilización acorde con el nivel evolutivo de los alumnos y
alumnas. Además, la sistematización que presentan tanto la CDU como la CDD, permite la elaboración de
herramientas pedagógicas relativamente sencillas, pero esenciales para que los alumnos lleguen a comprender
dichos sistemas. Para ello se pueden utilizar los siguientes elementos de señalización y equipamiento de los
documentos:

 Margarita de 10 pétalos de cartulina de colores diferentes, los cuales representan las clases de la CDU. A
éstos se asocian una cifra y una palabra clave, que es una adaptación de los términos de la CDU a las
posibilidades de comprensión de los alumnos. Esta margarita debe estar situada en lugar visible a la
entrada de la biblioteca.

 Dibujos o pictogramas para representar las subclases de la CDU.

 Signatura elaborada con la combinación del color de la clase y el pictograma de la subclase.


 Tejuelo o etiqueta sobre la que se escribe la signatura alfanumérica, del color correspondiente a la clase
de la CDU. Esta etiqueta se pega en el lomo del documento.

 Señalización de las estanterías mediante los colores de las clases, los pictogramas de las subclases, las
cifras y las palabras clave correspondientes.

Jordi c. B.C.D. Matemelle: De la marmothèque à la B.C. D.Nice:CRDP, 1994


Jordi c. B.C.D. mode d'emploi. Nice: CRDP:Gallimard Jeunesse, 1994

Jordi c. B.C.D. mode d'emploi. Nice: CRDP:Gallimard Jeunesse, 1994

Jordi C. B.C.D. Matemelle: De la marmothèque à la B.C.D. Nice: CRDP, 1994

 Plano de la biblioteca que se utilizan utilice los mismos colores y pictogramas para indicar la localización
de los documentos.
 Tabla de clasificación expuesta en lugar visible. Puede tomar diversas formas, según la edad de los/as
alumnos/as: cifras de un dígito de color, acompañadas de las palabras-claves simplificadas e ilustradas
con los pictogramas correspondientes; tabla que incluya clases y subclases asociadas a su código
numérico de uno o dos dígitos y redactadas de forma simplificada; tabla que incluya códigos numéricos
asociados a clases y subclases con la redacción propia de la CDU (Anexo 5) , etc.

 Índice alfabético de la CDU expuesto en lugar visible. Todos estos elementos de señalización y
equipamiento de los documentos se pueden complementar con la introducción de elementos visuales en
los catálogos manuales. Por ejemplo:

o Catálogos para los más pequeños elaborados con una fotocopia de la cubierta en la que se pega
una etiqueta del color correspondiente a la clase de la CDU y el pictograma correspondiente a la
subclase. Por detrás se puede escribir el nombre del autor y el título para poder utilizar el catálogo
con alumnos de varias edades.
o Catálogos de títulos y materias en cuyas fichas se pega una etiqueta del color correspondiente a
la clase.

Todas estas herramientas resultarán ineficaces si no se acompañan con actividades de formación de


personas usuarias que aborden el conocimiento de la biblioteca con una metodología adaptada a cada
edad.

En lo que se refiere a la comprensión de la clasificación, debemos considerar varias etapas evolutivas, que
determinarán los objetivos perseguidos y la metodología utilizada.

En las etapas de Educación Infantil y Primaria podemos distinguir tres fases en las que se pueden ir introduciendo
paulatinamente a los alumnos y alumnas en el conocimiento de la organización de los documentos de la
biblioteca:

 Fase de los primeros contactos con los libros y las bibliotecas (de 2 a 5 años).
 Fase de adquisición de la lectura autónoma (de 5 a 8 años).

 Fase de profundización en la lectura de libros de conocimientos y de literatura infantil (De 8 a 11 años).


Esta etapa se caracteriza por un aumento progresivo de la capacidad de trabajo autónomo.

La primera fase correspondería aproximadamente al segundo ciclo de Educación Infantil. Los objetivos que se
deben perseguir son:

 Iniciar al alumnado en el concepto de clasificación de los libros por temas, asociándolo al concepto
general de clasificación abordado en la etapa.

 Facilitar al alumnado la comprensión de la organización espacial de la biblioteca y el acceso libre a los


documentos.

 Profundizar progresivamente en los códigos utilizados para representar dichos temas, empezando por la
apropiación de los colores y los pictogramas.

La segunda fase corresponde a los cursos primero, segundo y tercero de la Educación Primaria. Es el momento
de introducir nuevos elementos didácticos para la comprensión de la CDU, con los siguientes objetivos:

 Ayudar al alumnado a afinar el conocimiento de la ordenación de la biblioteca.

 Profundizar en la búsqueda de los documentos a partir de la simple exploración de los estantes,


iniciándoles en el uso de herramientas progresivamente más complejas como, por ejemplo, las cifras y las
palabras-claves asociadas a cada clase y subclase.

La tercera fase corresponde a los cursos cuarto, quinto y sexto de Educación Primaria. El objetivo es profundizar
en la búsqueda de los documentos a través de los códigos numéricos de la clasificación, las palabras-claves, los
índices alfabéticos de éstas, los catálogos manuales o automatizados, la signatura alfanumérica de dos cifras, etc

En la etapa de Educación Secundaria Obligatoria, el objetivo será la profundización en las búsquedas de


documentos, mediante un buen conocimiento del sistema de clasificación que, debido a una mayor diversificación
de los fondos, presentará una complejidad superior en las subclases.

También tendrán que ir dominando el resto de los instrumentos de recuperación de la información (índice
alfabético, tabla de la CDU, signatura, consulta de catálogos manuales y automatizados, etc.). Los alumnos y
alumnas de esta etapa deben empezar a utilizar los términos exactos de la CDU, familiarizándose con la
clasificación que encontrarán en las bibliotecas públicas.

No obstante, habrá que seguir haciendo un esfuerzo en lo referente a la señalización de la biblioteca, utilizando los
códigos de color ya expuestos y todo tipo de ayudas para la localización de los documentos. Se ofrecen dos
ejemplos de señalización apropiada para alumnos de estas edades: una ilustración de la CDU y una experiencia
desarrollada en la Biblioteca Pública del Estado de Guadalajara.

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