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1.

Definición

La discalculia del desarrollo es un trastorno caracterizado por dificultades en la


correcta adquisición de las habilidades aritméticas, que afectan de una manera
significativa al rendimiento académico o en las actividades de la vida cotidiana que
requieren capacidad para el cálculo

No está causada por un déficit sensorial o una enfermedad médica. En la escuela,


estas dificultades quedan reflejadas en repetidos suspensos en el área de
matemáticas, mientras que en el resto de asignaturas el rendimiento se sitúa en
valores normales.

En el DSM-V la discalculia se describe en una subcategoría de los trastornos del


neurodesarrollo llamada “trastorno específico del aprendizaje”. Dentro de esta
categoría, se deben especificar todas las capacidades donde el niño/a tiene
dificultades, ya sea la lectura, la expresión escrita, la aritmética o el razonamiento
matemático.

El diagnóstico de la discalculia debe realizarse mediante pruebas específicas

Hay que tener en cuenta que el diagnóstico sólo debería realizarse a partir de finales
de primero de educación primaria (6-7 años), siendo incluso más preciso si se
realiza a partir de 2º de educación primaria. El período crítico para el aprendizaje
numérico se sitúa entre los 4 y los 7 años, por lo que puede haber diferencias en el
ritmo de aprendizaje entre unos niños/as y otros. Pasado este período crítico, si hay
dificultades, hay que detectarlas y reeducarlas.

Podemos delimitar cuatro áreas de deficiencias dentro del trastorno del


cálculo:

a) Destrezas lingüísticas.

Son deficiencias relacionadas con la comprensión de términos matemáticos y la


conversión de problemas matemáticos en símbolos matemáticos.
b) Destrezas de percepción.

Dificutad en la capacidad para reconocer y entender los símbolos. También para


ordenar grupos de números.

c) Destreza matemática.

Se incluye la dificultad con las operaciones básicas y sus secuencias (suma, resta,
multiplicación y división).

d) Destreza de atención.

Se trata de dificultades en copiar figuras y observar los símbolos operacionales


correctamente.

Las dificultades fundamentales se centran en torno a la simbolización y a la


estructura espacial de las operaciones. Sus síntomas más característicos se
manifiestan del modo siguiente:

a) En la adquisición de las nociones de cantidad, número y su transcripción gráfica,


el niño no establece una asociación número-objeto, aunque cuente mecánicamente.
No entiende que un sistema de numeración está compuesto por grupos iguales de
unidades, y que cada uno de estos grupos forma una unidad de orden superior. No
comprende el significado del lugar que ocupa cada cifra dentro de una cantidad. A
medida que las cantidades son mayores y si además tienen ceros intercalados, la
dificultad aumenta.

b) En cuanto a la transcripción gráfica, aparecen los siguientes fallos:

-No memoriza el grafismo de cada número y, por tanto, le cuesta reproducirlo.

-Los hace en espejo, de derecha a izquierda, y con la forma invertida.

-Confunde los dígitos cuyo grafismo es de algún modo simétrico (p.e. 6 y 9).

-Le cuesta hacer seriaciones dentro de un espacio determinado y siguiendo la


dirección lineal izquierda-derecha.

c) En las operaciones:
Suma: Comprende la noción y el mecanismo, pero le cuesta automatizarla, no llega
a sumar mentalmente ya que necesita una ayuda material para efectuarla, como
contar con los dedos, dibujar palitos, etc.

Relacionadas con la dificultad para entender los sistemas de numeración y su


expresión gráfica espacial, están la mala colocación de las cantidades para efectuar
la operación, y la incomprensión del concepto “llevar”.

Resta: Exige un proceso mucho más complejo que la suma, ya que además de la
noción de conservación, el niño debe tener la de reversabilidad. La posición espacial
de las cantidades es, quizás, lo más difícil de asimilar por algunos niños, que restan
simplemente la cifra menor de la mayor, sin tener en cuenta si está arriba o abajo.
Cuando tiene que llevar, se pierden en el lugar dónde deben añadir lo que llevan.
Del mismo que en la suma, empiezan por la izquierda y colocan mal las cantidades.
Es frecuente que confundan los signos y, por tanto, la operación, haciendo una por
otra, e incluso, a veces, mezclan las dos (suma y resta).

Multiplicación: Es una operación directa que no entraña tantas dificultades como la


anterior. Aquí el problema reside en la memorización de las tablas y el cálculo
mental.

División: En ella se combinan las tres operaciones anteriores por lo que de su buena
ejecución dependerá el dominio de las anteriores. Las dificultades principales están,
como en las anteriores, en su disposición espacial: en el dividendo, el niño no
comprende por qué trabajar sólo con unas cifras, dejando otras para más adelante,
y de aquellas no sabe por dónde empezar, si apartando unas a la derecha o a la
izquierda. En el divisor le cuesta trabajar con más de una cifra, y es probable que lo
haga sólo con una.

7- La Evaluación psicopedagógica

La evaluación psicológica debe dirigirse a dos ámbitos principales:

1- La Inteligencia.

2- Desarrollo psicomotriz.
En el primer caso, debe comprender un análisis tanto cuantitativo como cualitativo
de los diversos factores de la inteligencia.

A partir de las pruebas Weschler (Wisc-R, Wisc-IV) podemos obtener los diferentes
resultados para las áreas verbales y manipulativa. Dichas pruebas contienen un
subtest de aritmética. Son también especialmente relevantes los subtest de series
numéricas y las que precisan de atención y memoria.

A nivel psicomotriz interesa saber la lateralidad predominante, el conocimiento del


esquema corporal, el desarrollo sensoperceptivo y la orientación espacio-temporal.

A este respecto resulta de gran utilidad el estudio efectuado por Elisabeth


Munsterberg Koppitz sobre el Test de Bender, analizando la relación entre éste y el
aprendizaje de la aritmética, el cual aparece ligado a la percepción y copia correctas
de los diferentes dibujos presentados. Los niños con dificultades de cálculo las
manifiestan también en la realización del Test de Bender. En concreto suelen
aparecer errores en el número de puntos o círculos de algunas láminas, integran
mal las figuras y presentan distorsiones en la forma, tamaño y simetría de las
mismas.

En lo referente al cálculo propiamente dicho hay una serie de ejercicios a efectuar


que pueden darnos pistas acerca de la presencia del trastorno:

-Lectura de números: en voz alta por el propio sujeto o reconocimiento de los que
lee el evaluador.

-Escritura de números: copia y dictado.

-Noción de cantidad: de forma oral y escrita. Valorar distintas cantidades dadas


numéricamente (¿Qué es mayor 16 o 12, etc.?).

-Seriaciones, empezando por contar de forma correlativa, en sentido ascendente y


descendente (de 1 a 30, y al revés; de 2 en 2, de 3 en 3, etc.)

-Cálculo mental.

-Operaciones escritas. Dándoselas escritas y dictadas.


Síntomas de discalculia en preescolar:
Dificultades para aprender a contar.
Problemas asociados a la comprensión del concepto de número
Incapacidad para la clasificación y medición: Resulta muy complicado asociar un número
con una situación de la vida real, por ejemplo conectar el número “2” con la posibilidad de
tener 2 caramelos, 2 libros, 2 platos, etc…
Problemas para reconocer los símbolos asociados a los números, por ejemplo, incapacidad
de asociar el número “4” con el concepto “cuatro”.
Escritura incorrecta de los números al copiarlos o en un dictado.
Errores de forma: Confundir, por ejemplo, el número 9 con el 6, o el 3 con el 8.
Invertir la escritura: Escribe los símbolos volteados.
Errores de sonido: Confundir números que suenan parecido: Por ejemplo el “seis” cono el
“siete”
Síntomas a la hora de ordenar o secuenciar números: Repite algún número dos o más
veces.
Cuando decimos a un niño con discalculia que cuente, por ejemplo, hasta el 5 y se
detenga, muchas veces no es capaz de reconocer el límite al llegar al 5 por lo que sigue
contando.
Omisión: Suele presentarse como un síntoma muy frecuente, y se produce al saltarse uno
o más números de una serie
Síntomas relativos a la secuencia: Otra característica de discalculia sucede cuando
pedimos al niño que empiece a contar, por ejemplo desde el 4, pero no es capaz de
empezar a contar por este número y tiene que decir la secuencia completa escribiéndola,
o repitiéndola en voz baja.
Les cuesta reconocer y clasificar objetos por su tamaño y forma.
Definición de discalculia
Síntomas de discalculia en primaria:
Problemas para reconocer los símbolos aritméticos: confunden, por ejemplo, el signo +
con el – y no puede utilizar estos u otros signos correctamente.
Imposibilidad de aprender o recordar estructuras matemáticas muy básicas, por ejemplo
1+2=3.
No son capaces de reconocer las palabras como “más grande que” o “menor a”
Es frecuente que utilicen los dedos para contar.
Dificultades para aprender y recordar el procedimiento o reglas de operaciones sencillas.
Tienden a saltarse pasos, no entienden bien el ejercicio que están realizando.
Empiezan las operaciones por el orden incorrecto. Por ejemplo, a sumar y restar por la
derecha en vez de por la izquierda.
Presentan dificultades con la alineación de las operaciones: Cuando, por ejemplo, se
presenta una suma en horizontal no saben alinearla en vertical. Otro ejemplo de este
síntoma lo encontramos en las multiplicaciones, cuando los niños con discalculia
encuentran serios problemas alineando las columnas de números (subproductos) en su
columna correspondiente, o al dividir, cuando en el cociente anotan primero el número de
la derecha y después el de la izquierda invirtiendo el resultado.
Otra característica muy frecuente es presentar dificultades en las sumas y restas con
llevadas. Esto se produce porque los alumnos con discalculia no reconocen correctamente
la serie numérica ni tienen clara la idea de decimales.
Problemas de razonamiento: Un error bastante frecuente es que el resultado de una resta
sea mayor que los números que la conforman.
Bajos niveles de memoria mecánica: No son capaces de memorizar y recordar las tablas de
multiplicar, y les cuesta mucho también aprenderse, por ejemplo, un número de teléfono.
Dificultades a la hora de realizar cualquier cálculo mental básico.
No comprenden el enunciado de los problemas. No lo captan de forma global el problema,
no son capaces de mantener en la mente los diferentes datos que aporta el enunciado y
tienen dificultades incluso a la hora de representarlo de forma visual, con dibujos.
Síntomas relativos al proceso de razonamiento en los problemas matemáticos: La
representación mental deficiente les impide relacionar conceptos y no saben diferenciar
los datos relevantes con los secundarios. Tienen serias dificultades para resolver
problemas que necesitan más de un paso para encontrar el resultado.
También suelen presentar síntomas más generales como problemas para reconocer y
decir la hora y suelen perderse frecuentemente porque su sentido de la orientación tiende
a ser deficiente.
Síntomas de discalculia en primaria
Síntomas de discalculia en bachillerato:
Les cuesta aplicar temas matemáticos a su día a día, estimar cuanto se van a gastar en
total, devolver el cambio, planificar su presupuesto, etc…
Problemas a la hora de medir variables, por ejemplo, calcular a qué cantidad se
corresponde 500g de arroz, o 250ml de leche, 1/3 kg de harina…
Mala orientación, les cuesta mucho seguir indicaciones y suelen perderse.
Inseguridad a la hora de resolver problemas matemáticos sencillos y poca creatividad con
los números. No entienden las diferentes fórmulas o caminos para resolver un mismo
problema.
Dificultad a la hora de comprender gráficas, representaciones numéricas, incluso mapas.
No suelen ser buenos conductores porque no calculan bien velocidades y distancias.
Tipos de discalculia
Aunque la sintomatología que presenta la discalculia suele ser común en los diferentes
tipos de dislexia, esta patología se suele enmarcar en cinco grandes tipos de discalculia
que pasamos a explicar a continuación.
Discalculia verbal: Este tipo de discalculia representa dificultad en nombrar y
comprender los conceptos matemáticos presentados verbalmente. Los niños son
capaces de leer o escribir los números pero no de reconocerlos cuando son
pronunciados por otros.
Discalculia practognóstica: Este tipo atiende a la dificultad para traducir su conocimiento
sobre los conceptos abstracto-matemáticos a conceptos netos o reales. Estas personas
son capaces de entender conceptos matemáticos pero tienen dificultades para
enumerar, comparar y manipular las operaciones matemáticas en la práctica.
Discalculia léxica: Se corresponde con la dificultad en la lectura de los símbolos
matemáticos, los números así como las expresiones matemáticas o ecuaciones. El niño
con este tipo de discalculia léxica puede entender los conceptos relacionados con las
matemáticas cuando se habla de ellos pero tiene dificultades para leerlos y
comprenderlos.
Discalculia gráfica: Es la dificultad para escribir símbolos matemáticos, los niños que
padecen este tipo de discalculia son capaces de entender los conceptos matemáticos
pero no tiene la capacidad para leerlos así como escribir o usar los símbolos
matemáticos.
Discalculia ideognóstica: Es la dificultad para realizar operaciones mentales, sin usar los
números para llegar al resultado y para comprender conceptos o ideas relacionadas con
las matemáticas o la aritmética. Además el niño con discalculia ideognástica tiene
dificultades para recordar los conceptos matemáticos después de aprenderlos.
Discalculia operacional: Este tipo de discalculia se corresponde con la dificultad para
ejecutar operaciones aritméticas o cálculos matemáticos tanto verbales como escritos.
Una persona con discalculia operacional, será capaz de entender los números y las
relaciones entre ellos pero su dificultad se encuentra a la hora de manipular números y
símbolos matemáticas para el proceso de cálculo.

Tips
Cuando un profesor observa que un alumno suyo tiene dificultades importantes en el
aprendizaje de las matemáticas debe tener en cuenta que posiblemente se trate de un
alumno con discalculia y, por lo tanto, con unas necesidades educativas especiales (NEE).
A partir de ese momento, la enseñanza individual de ese alumno deber
caracterizarse por:
 Una enseñanza más intensiva, explícita y práctica sobre el sentido numérico.
 Un período de tiempo más extenso en el aprendizaje de los
conocimientos básicos.
 Proporcionarle experiencias concretas con los números grandes y pequeños.
 Trabajar y repasar constantemente la noción de proporción y cantidad: conceptos
como mucho, poco, bastante, más o menos , mayor, menor, etc.
 Hacer hincapié en la asociación del número con la cantidad que representa. Es
conveniente utilizar referentes visuales, concretos y manipulativos.
 Contar y hacer grupos de objetos, utilizar el ábaco en los cálculos.
 Practicar muchos ejercicios de seriación. Presentar series de números y ordenarlos
de mayor a menor y viceversa, completar los que falta, etc.
 Estimular la memoria a corto plazo y entrenar la atención sostenida, a través de
ejercicios específicos.
 Practicar diariamente el cálculo mental: primero sumas y restas simples y más
adelante ir incluyendo multiplicaciones y divisiones.
 Trabajar la correspondencia entre el lenguaje matemático y las operaciones
necesarias para resolver un problema.
 Utilizar recursos informáticos con el objetivo de hacer más atractivas las tareas
y facilitar la práctica diaria en el cálculo, las tablas de multiplicar y la resolución de
problemas.

1. mplea ejercicios para fortalecer el sentido numérico. Se trata de


ejercicios básicos de números, tales como operaciones sencillas,
cantidades, etcétera.
2. Utiliza juegos numéricos. Emplear el juego aporta un sentido lúdico
que favorece la estimulación y el aprendizaje.

3. Trabaja con tu hijo conceptos matemáticos básicos, como cantidad,


proporción (mayor, menor, mucho, poco, etcétera) y la seriación.

4. Apóyate de referentes visuales que les ayuden a la comprensión de las


matemáticas (ábacos, dibujos, esquemas, etc.)

5. Muéstrale la correspondencia entre las operaciones y el lenguaje


matemático (sumar: unión; restar: quitar; multiplicar: sumar el mismo
número; dividir: reparto).

6. Ayúdale a visualizar los problemas y a secuenciarlos en datos y


cuestiones.

7. Entrena el cálculo mental mediante repetidas actividades. De este


modo dotarás al niño o niña con discalculia de estrategias cognitivas
para las matemáticas.

8. Dale su tiempo para aprender y crear el sustrato neural pertinente.

9. Cuida su bienestar emocional. Es fundamental que le ofrezcas tu


apoyo emocional para evitar problemas derivados.

10. Adapta el proceso de aprendizaje a cada niño o niña. Su nivel, sus


conocimientos, sus necesidades, etcetera.
1. mplea ejercicios para fortalecer el sentido numérico. Se trata de ejercicios básicos
de números, tales como operaciones sencillas, cantidades, etcétera.
2. Utiliza juegos numéricos. Emplear el juego aporta un sentido lúdico que favorece la
estimulación y el aprendizaje.
3. Trabaja con tu hijo conceptos matemáticos básicos, como cantidad, proporción
(mayor, menor, mucho, poco, etcétera) y la seriación.
4. Apóyate de referentes visuales que les ayuden a la comprensión de las
matemáticas (ábacos, dibujos, esquemas, etc.)
5. Muéstrale la correspondencia entre las operaciones y el lenguaje matemático
(sumar: unión; restar: quitar; multiplicar: sumar el mismo número; dividir:
reparto).
6. Ayúdale a visualizar los problemas y a secuenciarlos en datos y cuestiones.
7. Entrena el cálculo mental mediante repetidas actividades. De este modo dotarás al
niño o niña con discalculia de estrategias cognitivas para las matemáticas.
8. Dale su tiempo para aprender y crear el sustrato neural pertinente.
9. Cuida su bienestar emocional. Es fundamental que le ofrezcas tu apoyo emocional
para evitar problemas derivados.
10. Adapta el proceso de aprendizaje a cada niño o niña. Su nivel, sus conocimientos,
sus necesidades, etcetera.

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