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Las varices, también conocidas como insuficiencia venosa periférica, son dilataciones de
las venas que, por diversas razones, no cumplen correctamente su función de llevar la
sangre de retorno al corazón y, por lo tanto, la sangre se acumula en ellas, y se dilatan y
vuelven tortuosas.
Habitualmente se utiliza el término varices para hacer referencia a las que aparecen en las
piernas, por ser las más frecuentes, pero pueden surgir también en otras zonas del cuerpo
como el esófago (várices esofágicas), la región anal (hemorroides) o en los testículos
(varicocele).
La frecuencia con que aparecen depende de muchos factores, pero teniendo en cuenta
únicamente las que dan lugar a manifestaciones clínicas, se puede considerar que entre un
10% y un 15% de la población las padece, aumentando este porcentaje con la edad y el
sexo, pues hay más mujeres afectadas que hombres.
CAUSAS
Las várices se deben a la presencia de válvulas débiles o lesionadas en las venas. Después
de que las arterias y los capilares llevan sangre rica en oxígeno a todo el cuerpo, las venas
devuelven la sangre al corazón. Las venas de las piernas tienen que vencer la fuerza de
gravedad para hacerlo.
Dentro de las venas hay válvulas que funcionan en una sola dirección. Estas válvulas se
abren para dejar pasar la sangre y luego se cierran para impedir que se devuelva. Si las
válvulas se debilitan o lesionan, la sangre puede devolverse y acumularse en las venas. Si
esto sucede, las venas se hinchan.
La debilidad de las paredes de las venas puede causar debilidad de las válvulas. En
condiciones normales, las paredes de las venas son elásticas. Si se debilitan, pierden su
elasticidad normal. Se vuelven como una banda de goma gastada por el uso. Entonces se
alargan y ensanchan; al hacerlo, las hojas de las válvulas se separan.
Si las hojas se separan, la sangre puede devolverse a través de las válvulas. Esta sangre
llena las venas y dilata las paredes aún más. Las venas se agrandan, se hinchan y a menudo
se retuercen para caber en el espacio normal que les corresponde. Estas venas se llaman
várices.
FACTORES DE RIESGO DE VARICES
Las siguientes situaciones pueden ser factores de riesgo que predispongan a la aparición de
varices:
La posición de pie: esta postura aumenta la presión de la columna venosa y dificulta
el ascenso de la sangre al corazón.
La herencia: las personas con antecedentes familiares de varices tienen dos veces
más probabilidades de padecerlas que las que no los tienen.
La predisposición constitucional: una debilidad generalizada del tejido conectivo
implica una pérdida de tono de las paredes de las venas, que facilita la aparición de
varices.
La edad: con la edad aumenta el riesgo de padecerlas.
El sexo: las mujeres las padecen con mayor frecuencia que los hombres, lo que
parece estar relacionado con factores hormonales.
La obesidad: se ha comprobado que las personas obesas tienen el doble de
posibilidades de tener varices que las de peso normal. El sobrepeso incrementa la
incidencia al aumentar la cantidad de sangre que llega a las piernas y que debe ser
evacuada por las venas.
El estreñimiento: la dificultad para defecar obliga a permanecer más tiempo sentado
en el servicio, y a realizar mayores esfuerzos para expulsar las heces. Estos
esfuerzos hacen que aumente la presión dentro del abdomen, por lo que también
aumenta en las venas abdominales, lo que dificulta la salida de la sangre de las
piernas y, por tanto, incrementa el riesgo de padecer varices.
Los anticonceptivos: producen retención de líquidos y, por lo tanto, mayor volumen
sanguíneo.
El embarazo: las varices aparecen con mayor frecuencia durante el embarazo debido
a varios factores y, especialmente, por los cambios hormonales, la presión del útero
sobre los grandes vasos, y el aumento de peso.
La falta de ejercicio: la falta de actividad de los músculos de las piernas hace que
estos no colaboren para empujar la sangre hacia el corazón.
Tipo de trabajo: los trabajos en los que se tenga que permanecer mucho tiempo de
pie hacen que la sobrecarga sea mayor
SÍNTOMAS DE VARICES
Además del perjuicio estético que ocasionan, las varices pueden dar lugar a síntomas
variables y que afectan de manera distinta según las personas, por lo que no se debe pensar
que la ausencia de ciertos síntomas implica que no se tienen varices.
TIPOS DE VARICES
En esta etapa, se ven en algunos sitios y a través de la piel, las venas finas de color
violáceo. A veces pueden tener forma estrellada, y se denominan arañas vasculares. Por lo
general son únicamente un problema de tipo estético pero, en determinadas ocasiones,
pueden producir sensación de pesadez y cansancio en las piernas.
Varices Grado II
Las venas se van haciendo más visibles y empiezan a notarse los primeros síntomas como:
Calambres.
Hormigueos.
Las venas están más dilatadas y tortuosas. Los síntomas van aumentando progresivamente,
y aparece hinchazón y edemas y cambios de coloración en la piel.
Varices Grado IV
Aparecen zonas eczematosas y úlceras. Las úlceras son difíciles de tratar y pueden
infectarse con facilidad.
Escleroterapia
En la escleroterapia se usa una sustancia química líquida para bloquear una várice. La
sustancia química se inyecta dentro de la vena para que cause irritación y formación de una
cicatriz en el interior de la vena. La irritación y la cicatriz bloquean la vena y con el tiempo
la vena desaparece.
Este procedimiento se usa a menudo para tratar várices más pequeñas y arañas vasculares.
Puede realizarse en el consultorio del médico y el paciente está de pie durante la misma. Es
posible que se necesiten varios tratamiento para bloquear completamente una vena.
Microescleroterapia
La cirugía con láser se usa principalmente para tratar várices más pequeñas. No es
necesario cortar la piel ni inyectar sustancias químicas.
Ablación endovenosa
En la ablación endovenosa se usan láseres u ondas de radio para generar calor y bloquear
una várice.
El médico realiza un corte diminuto en la piel, cerca de la várice. Luego inserta en la vena
un tubo pequeño llamado catéter. Un dispositivo que se encuentra en el extremo del catéter
calienta el interior de la vena y la bloquea.
Usted estará despierto durante el procedimiento, pero el médico adormecerá la zona que
rodea la vena. Por lo general el paciente puede volver a su casa el mismo día del
procedimiento.
Cirugía endoscópica
En esta cirugía el médico hace un corte pequeño en la piel, cerca de una várice. Luego hace
avanzar por la vena una cámara diminuta que se encuentra en el extremo de un tubo
delgado. En el extremo de la cámara hay un dispositivo quirúrgico con el que se bloquea la
vena.
Por lo general, la cirugía endoscópica se usa sólo en casos graves, cuando las várices están
causando úlceras (llagas) en la piel. Después de este procedimiento, el paciente puede
reanudar sus actividades normales en pocas semanas.
Flebectomía ambulatoria
Fleboextracción y ligadura
El paciente recibirá una medicina que lo hará dormir por un rato para que no sienta dolor
durante el procedimiento.