Sie sind auf Seite 1von 1

Colegio Elena Bettini

Departamento de Filosofía y Psicología


Docente (S): Sr. Maximiliano Muñoz Guerra
maximilianomunozguerra@gmail.com

Las características del amor verdadero 1

Maximiliano Muñoz Guerra


Licenciado (c) en Filosofía
Pontificia Universidad Católica de Chile

La persona humana alcanza, en su dimensión filial del amor, la plenitud de todas sus relaciones interpersonales. Se
trata de la relación de pareja, donde tiene lugar la expresión más importante y significativa que un ser humano
puede proferir: Te amo. Este amor, propio de la relación entre un hombre y una mujer, reúne todas las cualidades
del amor al prójimo en un grado especialmente elevado.

Este amor tiene una serie de características específicas:

1) Es tremendamente desprendido: Por la persona que se ama de verdad se está dispuesto a dar todo, incluso la
vida. La persona que ama le da a su amado su vida entera, toda su persona, en una entrega cotidiana, como la
de la madre que piensa en sus hijos día y noche o el marido que vela constantemente a su mujer enferma.

2) Es tremendamente necesitante: Las personas que se aman desean estar juntas porque se necesitan, y les falta la
presencia de la persona que aman. La ausencia de la persona amada supone un gran dolor, pero no termina
con el amor: al contrario, lo refuerza cuando este es verdadero.

3) Es insustituible: la persona amada no se reemplaza con nada ni con nadie, y la desaparición de la persona amada
constituye una tragedia.

4) Integra la identidad: la persona amada integra la propiedad identidad, están dentro de nosotros y somos ellos
en alguna medida. Se es feliz en su presencia, la ruptura es dolorosa. Juan no solo es Juan, sino que es el esposo
de Javiera, y viceversa.

5) Es parte esencial de la felicidad: ninguna persona puede ser feliz sin amar y ser amado.

6) Conlleva sufrimiento: el amor implica renunciar a lo personal para ser capaces de darnos, de adentrarnos en la
vida de otro. Y cuando ya nos hemos introducido por es camino, nos duele la separación, la enfermedad o la
desgracia de aquel que amamos, o su desamor, porque el amor también nos hace vulnerables. Nos hacemos
dependientes de la persona amada y esto puede implicar poder ser atacado o herido, pues no controlamos
todas las puertas de nuestra existencia.

El amor es terriblemente fuera porque en él radica la esencia de la persona humana. Por eso, puede superar barreras
que, para quien no ama, son infranqueables. Sin embargo, a pesar de su fuerza, requiere también cuidado y atención,
si no lo recibe, puede morir, consumido por la rutina de lo cotidiano.

1
Según la propuesta de Burgos, J. (2002). Antropología: una guía para la existencia. Madrid: Palabra

Das könnte Ihnen auch gefallen