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EL RETRATO.

Término que designa, en sentido estricto, la representación de personas copiadas


del natural o reconstruidas a partir de la memoria o a través de documentos figurativos
ya existentes; la verosimilitud fisonómica debe ser tal que haga que la obra sea o tienda
a ser una copia especular de los sujetos retratados, o que en cualquier caso los
represente de forma reconocible pudiendo aparecer incluso como testimonio de su
carácter o de su espiritualidad individual.

El término deriva del verbo latino retrahere (copiar), del que deriva también la
forma italiana ritratto; del latín protrahere derivan, sin embargo, los vocablos usados en
otras lenguas europeas, como el inglés y el francés (portrait), el alemán (Portrat), el ruso
(portret, del francés).

La casuística es muy amplia ya que un retrato puede obtenerse con cualquier


medio artístico; puede ser de cuerpo entero o parcial; de un individuo, de una pareja o
de grupo; naturalista o idealizado, alegórico, alusivo, caricaturesco; puede tener
finalidad documental, de propaganda, mágico-religiosa, funeraria; cuando es tri-
dimensional, puede mostrar una vista particular o ser concebido como escultura exenta;
cuando es bidimensional, puede ser captado frontalmente, de tres cuartos, de perfil o
incluso de espaldas. Por último, el retrato puede ser el fin principal de una obra de arte
(y hablaremos, en tal caso, de retrato como género artístico autónomo); pero puede
también formar parte de una escena de otro tipo, religiosa o profana (y, en tal caso, se
hablará sólo de tendencia, gusto o voluntad retratísticos).

Desde un punto de vista histórico, la historia del retrato linda, y en gran parte
coincide, con la historia de la mimesis. No se desarrolla, por consiguiente, en aquellos
períodos históricos en que no se tiende a la representación del mundo fenoménico;
mientras que se afirma y triunfa en coincidencia con las fases del naturalismo. Hay que
tener también presente el contexto social: en algunos momentos históricos el retrato se
afirma limitándose a una clase social, a un grupo o a un personaje concreto; son poco
frecuentes las épocas en que, como sucede en la actualidad, gracias sobre todo a los
medios de reproducción fotográfica, el retrato ha podido difundirse en todas las clases y
lugares, sin especiales obstáculos ideológicos.

El arte del antiguo Egipto, aficionado desde sus comienzos a retratos


“intencionales” (una figura de fisonomía genérica, entendida, sin embargo, como
representación de un personaje concreto) o “típicos” (una figura como representante de
un tipo” o categoría social), ofrece retrato “fisionómicos” únicamente en determinadas
fases del Imperio Antiguo (IV dinastía) y del Imperio Nuevo (XVIII dinastía), y
limitado a la persona del faraón y de sus familiares.

El retrato individual, de fuerte caracterización expresiva, se consolidó en Grecia


con Lisipo, en el S. IV a.C., primero en la corte de Alejandro Magno (es decir, en
presencia de un fuerte culto a la personalidad), extendiéndose luego a otros grupos
sociales eminentes (hombres de estado, generales, poetas, filósofos, oradores), con
esculturas destinadas a la celebración pública. Desgraciadamente, los originales griegos,
en bronce y de cuerpo entero, los conocemos únicamente a través de copias romanas; en
mármol, reducidos a cabezas o bustos, salvo alguna rara excepción (...) Se remonta
también al helenismo la costumbre de grabar en las monedas los retratos de los
soberanos, como simbólica garantía del valor de su cuño: costumbre todavía hoy en
vigor.

Los romanos tomaron de los griegos, más que de los etruscos, el arte del retrato, y
lo adoptaron no sólo con fines conmemorativos, sino también con finalidad religiosa
privada (culto a los antepasados) y funeraria. El tosco realismo de la época republicana
se suavizó en la noble idealización clasicista de las estatuas de la época de Augusto, en
el refinado modelado de la época Flavia, en el elaborado pictoricismo de la de Adriano y
de Antonino. En cuanto a la retratística antigua en pintura, habiéndose perdido los
originales griegos y romanos, nos queda el formidable testimonio de los retrato
naturalistas pintados al encausto, de los siglos II y III d.C., hallados en el Fayyum
(Egipto).

En la antigüedad tardía, la difusión de una interpretación divinizada de la realeza,


del cristianismo, de una concepción espiritual del individuo, de las esperanzas en una
resurrección ultraterrena, provocaron el eclipse del retrato “fisionómico” y un retomo al
retrato “típico”, tanto en los retrato imperiales como en las nuevas formas retratísticas
promovidas por el arte cristiano: figuras de papas y de santos, de donantes o fundadores
de iglesias, de mecenas o ejecutores de manuscritos, estatuas de difuntos,
“autorretratos” insertos por escultores, orfebres, maestros vidrieros en sus obras con
fines votivos.

Un retorno al interés por la fisonomía individual se observa a partir del S. XIII en


la estatuaria, en concomitancia con un relanzamiento de los valores terrenos, como
consecuencia del resurgimiento del clasicismo que tiene lugar en la corte de Federico en
Italia meridional (...), o por la adopción de calcos de los rostros de los difuntos en el
modelado de los monumentos funerarios (...).

En pintura, el retrato reaparece tan sólo a partir del inicio del S. XIV, en ambiente
señorial (...); pero para el primer retrato autónomo sobre tabla, netamente perfilado
según una pose tomada de las monedas, habrá que esperar a una obra borgoñona: Juan
el Bueno (...). A partir del inicio del S. XV, el retrato tiene una enorme difusión, tanto en
ámbito señorial y de corte, como entre la burguesía urbana, destinándose a un uso no
sólo oficial, sino también de testimonio laico y privado. Los flamencos enseñaron a
Europa el arte del retrato como obra autónoma sobre tabla, a partir de Jan van Eyck,
adoptando la pose de tres cuartos, ampliando la visión a la figura de cuerpo entero e
infundiendo excepcional vitalidad en los sujetos. En Italia, junto a los retrato sobre
tabla, de perfil (...) o de tres cuartos (...), se consagró el retrato inserto en complejas
escenas figuradas, sacras y profanas (...). A partir de entonces, el retrato ocupa un lugar
privilegiado en el arte europeo, y se desarrolla y modifica de acuerdo con las sucesivas
metamorfosis de los estilos y con los cambios de mentalidad de quienes encargan las
obras. En el S. XVI, el retrato áulico de Rafael y Tiziano abre el camino a las más
impersonales y aristocráticas representaciones de A. Bronzino, A. Mor, A.S. Coello, S.
Pulzone; mientras que otros autores convierten el retrato en testimonio de una inquietud
interior (...) o de más cordial atención hacia el mundo (...). En el S. XVII, al realismo de
Caravaggio, de Simon Vouet, de Velázquez, se oponen las vibrantes interpretaciones
barrocas de Rubens, Bernini, A. van Dyck, mientras la Holanda burguesa de Frans Hals,
Cornelis de Vos, Rembrandt presenta un inagotable abanico de tipos y rostros humanos.
Sonrientes caras de aristócratas y grandilocuentes posturas clásicas se alternar en las
pinturas del S. XVI.

La revolución francesa abre el camino al fecundísimo período del retrato burgués,


que inicialmente adopta posturas y actitudes del precedente período aristocrático y más
tarde, sobre todo con los impresionistas (E. Manet, E. Degas, P.A. Renoir), logra una
gran libertad formal.

En el siglo XIX, la máquina fotográfica se consagra progresivamente como el


medio retratístico por excelencia y al alcance de todos: se inician los fichados a gran
escala con fines burocráticos, judiciales, médicos, la fotografia-recuerdo, los reportajes.
Los artistas, rompiendo con una tradición secular, se distancian del retrato naturalista y
acentúan el carácter subjetivo de las obras (de Vincent van Gogh a Paul Cézanne, a
Picasso o a los expresionistas austriacos y alemanes).

Desde el final de la II guerra mundial hasta nuestros días, el abandono


generalizado de la forma humana en las artes visuales no ha favorecido, sin duda, el
retrato, género que ya desde hace décadas se encuentra, con algún relanzamiento aislado
(por ejemplo en el ámbito del pop), en estado de crisis.

V.V.A.A. Enciclopedia del Arte.


Ed. Garzanti. Barcelona 1991. Págs. 813-814

Historia del retrato con imágenes

El retrato que se puede considerar más antiguo es el de la estatua sumeria de Gudea


(Mesopotamia) a pesar de que cuando se trata de escultura no se llama retrato sino
busto.
El "retrato máscara funeraria" demuestra el temor profundo a la muerte. Se usaba para
entrar con buen pie en la vida ultraterrena.
EGIPTO
Representaban a los personajes con facciones estereotipadas, siguiendo las leyes de la
simetría y la frontalidad.
GRECIA
El retrato era SECUNDARIO. Los principios filosóficos de la sociedad exigían que la
gente fuera representada en TÉRMINOS UNIVERSALES. La representación era
IDEALIZADA en búsqueda de la perfección para inmortalizar a sus dioses y diosas.
Los griegos llegados a Egipto adoptaron la técnica de la momificación. Sus retratos eran
bastante realistas y solían pintarlos a la cera sobre tablas de madera de ciprés.
ROMA
Era el centro del mundo antiguo. El desarrollo económico facilitó la aparición de
mecenas que influyeron directamente en la práctica retratística. Embelesados con su ego
contrataban a los talentos griegos para CELEBRAR SU ESTATUS Y LEGAR SUS
RASGOS A LA POSTERIDAD en una sociedad opulenta y estable, cuando ésta se
desplomó, la tradición del retrato cayó.
LA IMPERSONAL BELLEZA GRIEGA cedió ante la INDIVIDUALIDAD ROMANA
y los retratos fueron más precisos. Las monedas son un ejemplo, aunque el aspecto de
los emperadores era el que ellos decidían para ser recordados, los rasgos eran bastante
DETALLISTAS.
EDAD MEDIA
Fue una época de hondas raíces teológicas, donde el retrato era apenas inexistente.
RENACIMIENTO
El primer paso hacia el retrato del siglo XV lo dieron los maestros flamencos VAN
EYCK, VAN DER WEYDEN. El retrato ya no es idealizado sinó un recuerdo fiel del
personaje, debido en parte a la invención de la PINTURA AL ÓLEO (de secado más
lento que el fresco) que permite alcanzar más detalle consiguiendo más realismo.

Retrato de una dama (Van der Weyden)


Después del Medievo emerge una actitud intelectual. Artistas y filósofos italianos
redescubrieron los ideales clásicos de perspectiva y proporción (UN MUNDO
ORDENADO y la CONQUISTA DEL ESPACIO EN 3D). Nació el deseo de
explicaciones racionales y la idea de que los seres humanos son parte inherente de la
naturaleza (LA ARMONÍA ENTRE LOS HUMANOS Y EL MUNDO).
La Duquesa de Urbino.
1465-70
Tempera Sobre Madera
Piero della Francesca

En Italia domina el PERFIL debido al creciente coleccionismo de antigüedades romanas


(MONEDAS entre otras), con actitud serena y firme como los emperadores pero
también aparecen los retratos de 3/4 y separados del fondo, siendo más vivos y reales.
El fondo oscuro es el más usado y más tarde aparecen fondos arquitectónicos o paisajes.

Autorretrato (Antonello da Messina)


Antonello da Messina realizaba retratos de 3/4 que recuerdan a los flamencos, pero
éstos nos miran, estableciendo así una relación con el espectador. Leonardo también se
dedicó al retrato de 3/4.
Algunos maestros italianos que cultivaron este género fueron: Tiziano, Rafael,
Durero........
Julio II (Rafael) 1512

Autorretrato (Durero)
BARROCO (S. XVII)
Las Cortes europeas cuentan con retratistas oficiales y tanto los nobles como las
familias de gran fortuna desean ser retratados.
(Velázquez)
El retrato se usa para expresar y REALZAR LA CATEGORÍA SOCIAL, PODER,
INFLUENCIA Y VIRTUDES SOCIALES del retratado.
Por otro lado, surge el retrato burgués, intimista y psicológico que más tarde desemboca
en la pasión romántica.
Algunos artistas que cultivaron el retrato fueron Velázquez que pasó del claroscuro a un
estilo basado en el color que anuncia la pincelada IMPRESIONISTA. Rembrandt,
Rubens y el Greco también correspondieron a esta época

Autorretrato (Rembrandt)

Autorretrato (Rubens)
NEOCLASICISMO (S. XVIII)
La Revolución Francesa marca una nueva era social y político-económica. El
Neoclasicismo (VUELTA AL CLASICISMO) busca la ELEVACIÓN MORAL DEL
HOMBRE a través del arte y por medio de la representación de personajes que puedan
convertirse en modelos de conducta.
Retrata lo INDIVIDUAL y el parecido de manera muy intensa.

Retrato de Napoleón J.L.David


La pasión por las reglas convierten el ACADEMICISMO OFICIAL en el dictador del
estilo (Poses solemnes para cada retratado, ropajes nobles con sus complementos..) y
prevalece el retrato pintado sobre la moda del retrato a lápiz.
Pintores de esta época fueron: David, Ingres (que situó el dibujo por encima de
cualquier otra consideración artística)

Charles Lethière (Dominique Ingres) 1818


IMPRESIONISMO (S. XIX)

Autorretrato (Van Gogh)


Aparecen nuevas innovaciones técnicas sobre la física del color y la luz.
Es un momento liberador, de ruptura con los estilos académicos, es cuando se pintan
más retratos que nunca.

NI LA FOTOGRAFÍA CONSIGUE ECLIPSARLOS

La fotografía da al retrato grandes posibilidades temáticas y nuevos puntos de vista y


encuadre de una imagen. Algunos pintores se inspiraron en las instantáneas de la época.

El parecido del retratado no importa, sino la calidad plástica: COMPOSICIÓN,


FORMA, COLOR, INVENCIÓN.......La única intención es captar la esencia del
momento, dejarse llevar por sensaciones visuales.

El tema da igual y la persona pasa a ser un efecto de luz y color, como el bodegón y el
paisaje.

Pintores de esa época fueron Van Gogh, Degás, Cézanne, Gaugin que se acercó a la
frontera que separa el retrato de la caricatura................

Autorretrato (Gauguin) 1888


RETRATO MODERNO (S.XX)
Las convulsiones sociales y artísticas de principios de siglo disuelven las normas
académicas y los principios de parecido y realismo.
Hay una fuerte carga renovadora en las propuestas porque expresan la visión de la
realidad con nuevas formas, materiales y valores plásticos.
Gracias a exposiciones, publicaciones y viajes se crea un rápido e inevitable
intercambio de ideas.
Es el siglo del psicoanálisis y el retrato se convierte en una herramienta para desvelar
las zonas más oscuras del alma humana.
Las obras se crean a partir de visiones internas del artista, teniendo más en cuenta las
relaciones entre formas, colores, líneas y planos, que la figura real.
Las desfiguraciones y libertades utilizadas por el arista actual no deben tomarse como
caprichos del artista, sinó como un medio para conseguir una representación más
contundente de la expresión del retratado.
Exagerar la frente
Reducir o aumentar las facciones
Desencajar la simetría del rostro..........
son recursos ya utilizados por el Greco.

Algunas de las corrientes artísticas principales fueron:

FAUVISMO (Tratamiento revolucionario del color sin hacer referencia a la realidad


natural.

Madame Matisse (Henry Matisse)


CUBISMO (Análisis del objeto para convertirlo en planos más simples)

Ambroise Vollard (Picasso) 1910

Autorretrato (Pierre Mondrian) 1911


EXPRESIONISMO (Tratamiento revolucionario del color sin hacer referencia a la
realidad natural)

Pintado por Egon Schiele


FUTURISMO (Arte del progreso, gusto por la velocidad y lo dinámico)

ABSTRACCIÓN

SURREALISMO
Su propósito era liberar el subcosciente irracional y se desarrolló en 2 direcciones:
Fantasía pura y la reconstrucción del mundo de los sueños.

Pintado por Dalí

Pintado por Dalí


POP ART (Uso de temas, imágenes y técnicas "producción en serie" de la cultura de
masas.
Según Rosenberg (crítico de arte) el pop art es un arte publicitario que se publicita como
arte que odia la publicidad)
Pintado por Andy Warhol
Hoy, las fronteras del retrato con los métodos y técnicas aplicados no pueden ser
definidas como en épocas anteriores.

La historia del retratismo está dominada por la pintura al óleo, pero esto no descarta el
uso de otros materiales más directos.

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