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REVISTA DE ARTE, CIENCIA Y TECNOLOGÍA

http://artnodes.uoc.edu
N.º 14 (Noviembre 2014)
ISSN 1695-5951

NODO:
«Nuevo materialismo feminista:
engendrar una metodología
ético-onto-epistemológica»
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REVISTA DE ARTE, CIENCIA Y TECNOLOGÍA

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Artnodes
N.º 14 (Noviembre 2014) ISSN 1695-5951

Sumario
NODO: «NUEVO MATERIALISMO FEMINISTA:
ENGENDRAR UNA METODOLOGÍA ÉTICO-ONTO-EPISTEMOLÓGICA»
Introducción
Beatriz Revelles Benavente, Ana M. González Ramos, Krizia Nardini . . . . . 2-6
Feminicidad digital: predicación y medida, informática materialista
e imágenes
Felicity Colman . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7-17
Volverse otro: el pensamiento encarnado y la «materia o importancia
transformadora» de la teorización del (nuevo) materialismo feminista
Krizia Nardini . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 18-25
De la interacción a la intra-acción en la performance del paisaje
Anette Arlander . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 26-34
La política como encuentro y respons-habilidad
Aprender a conversar con los otros enigmáticos
Hanna Meissner . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 35-41
Sobre la diferencia que marca la diferencia, y sobre cómo algunas cosas
llegan a importar y materializarse, y otras no.
Agencia política y subjetividad en el nuevo materialismo feminista
de Karen Barad
ˇ ˇ
Franziska Aigner y Katja Cicigoj . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 42-50
Repartir lo sensible
Política rancièriana desde una perspectiva posthumanista
Signe Leth Gammelgaard . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 51-56

Artnodes, n.º 14 (2014) I ISSN 1695-5951 Revista científica electrónica impulsada por la UOC
Universitat Oberta de Catalunya

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REVISTA DE ARTE, CIENCIA Y TECNOLOGÍA

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INTRODUCCIÓN

Nuevo materialismo feminista:


engendrar una metodología
ético-onto-epistemológica
Beatriz Revelles Benavente
Investigadora del grupo GENTIC SGR del IN3 (UOC)

Ana M. González Ramos


Investigadora jefe y coordinadora del grupo de investigación GENTIC SGR
del IN3 (UOC)

Krizia Nardini
Doctoranda vinculada al IN3 (UOC) y la Universidad de Utrecht

Este número especial se ha basado mayoritariamente en las El nuevo materialismo es un enfoque transversal en ciernes pero
comunicaciones presentadas en el 5º Congreso Anual sobre los cada vez más consolidado, como demuestran el apoyo de la Unión
Nuevos Materialismos que tuvo lugar el 25 y 26 de septiembre en Europea y los ochenta participantes del congreso de septiembre.
Barcelona. Acogido por el Internet Interdisciplinary Institute de la No obstante, el congreso destacó diversos temas que aún se están
Universidad Oberta de Catalunya, este congreso fue el evento que desarrollando y que hay que explorar más a fondo. Uno de estos
dio inicio a la Cost Action ISCH IS307 «New Materialism: networking temas es la elaboración de una metodología o metodologías para el
European scholarship on how matter comes to matter»,1 organizada nuevo materialismo. Lo cierto es que para engendrar intervenciones
por el grupo de investigación GENTIC en colaboración con diversas críticas en fenómenos opresivos es imprescindible desarrollar un
universidades europeas y financiado parcialmente por el Instituto plan metodológico.
de la Mujer de España para resaltar opresiones estructurales (in) Tomando el nuevo materialismo como perspectiva metodológi-
visibles. El encuentro de septiembre, titulado «New materialist ca, Felicity Colman ofrece una descripción más general de la imagen
methodologies: gender, politics, the digital» (Nuevas metodologías y señala el género como transformación diferencial para el recono-
materialistas: género, política, lo digital) resultó altamente pro- cimiento político del sujeto. Es decir, Colman afirma que la imagen
ductivo por la contribución intelectual de ideas y contenido de las es a la vez un elemento condicional y un proceso condicionante del
ponencias sobre género, metodologías, política y culturas digitales que pueden inferirse territorios políticos en los que los discursos
que partían del marco del nuevo materialismo. Los artículos de con carga de raza y género (gendered discourses) alteran y se ven
este número de Artnodes presentan una muestra de enfoques muy alterados simultáneamente. Dicho en palabras de Krizia Nardini,
perspicaces procedentes de diversas áreas incluidas dentro de los «se vuelven de otra clase (otherwise)», y, como muestra Colman,
temas del congreso. las imágenes con carga género (gendered images) constituyen un

1. Juego de palabras entre “materia” e “importar” (ambas se denominan matter en inglés), que aparece en este y otros artículos del monográfico. N. de la T.

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Beatriz Revelles Benavente, Ana M. González Ramos, Krizia Nardini, 2014
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FUOC, 2014  Título original: New feminist materialism: engendering an ethic-onto-epistemological methodology
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http://artnodes.uoc.edu Nuevo materialismo feminista: engendrar una metodología ético-onto-epistemológica

enfoque posible para explorar las injusticias sociales que permean esencias femeninas», a la vez que proponen los cortes «violentos» de
la sociedad contemporánea. Al menos por ahora, esta metodología Barad como sistema para buscar un terreno político para el feminismo.
“ético-onto-epistemológica» (Barad, 2007) se está convirtiendo en En una línea parecida, el artículo de Signe Gaamelgard pretende
una genealogía que se transforma a sí misma y que investiga, de situar la democracia radical de Rancière en o dentro de los cortes
manera afirmativa, cómo se entrecruzan el pasado, el presente y el baradianos para generar actos de resistencia.
futuro. Esto se debe a que produce «lecturas difractivas» (van der Mediante este número especial, nuestra intención es establecer
Tuin, 2011a) de teorías pasadas y contemporáneas (como demuestra un diálogo con algunas de las conversaciones que tuvieron lugar
Krizia Nardini), pero también interviene radicalmente en sistemas en el congreso de septiembre o partir de él, y engendrar así futuros
opresivos: es decir, de manera «ya siempre» procesual, gestándose debates. A través del continuo entre lo virtual y lo real, contribuimos
con y dentro del futuro. a la conceptualización de términos clave del nuevo materialismo
Arnette Arlander describe un plan metodológico como enredo feminista como «política», «metodología» y «género» para dar un
de intra-acciones momentáneamente explicables. Arlander presenta salto cualitativo hacia el futuro del feminismo o feminismos (van
cortes performativos en un proyecto artístico y demuestra así que der Tuin, 2011b). Queremos revisar la ética de la política y la teoría
el arte es una materia política que se transforma a sí misma. Sin feminista llevando al extremo la naturaleza autotransformadora de
embargo, sigue planteándose la cuestión de qué es exactamente la materia, al tiempo que nos situamos como sujetos que ya siem-
la materia política en el nuevo materialismo o cómo este se explica pre son políticos. Nuestro objetivo es dialogar, mientras buscamos
políticamente. En su artículo, Hanna Meissner afirma que hay que posibilidades de transformación, con condiciones vitales oprimidas
investigar más a fondo la teorización del nuevo materialismo, sobre y opresoras en la intra-acción de realidades feministas pasadas,
todo al caracterizarlo como perspectiva o terreno común, y vinculado presentes y futuras.
a la cuestión política. Hasta ahora, nos tienta afirmar que el nuevo
materialismo puede funcionar en ambos sentidos: como movimiento
que se abre paso entre las conceptualizaciones tradicionales de las Referencias
epistemologías, y como terreno común a partir del cual puedan anali-
zarse fenómenos. Para la teoría feminista, siempre ha sido primordial BARAD K. (2007). Meeting the Universe Halfway: Quantum Physics
hallar un terreno común y plural que altere el poder hegemónico. Ya and the Entanglement of Matter and Meaning. Durham y Londres
en la década de 1980, Luce Irigaray (1985) indujo a las feministas a Duke University Press.
«pensar de un modo distinto» y a «hallar un lenguaje propio». Los ar- <http://dx.doi.org/10.1215/9780822388128>
tículos que se presentan en este monográfico encarnan precisamente IRIGARAY, L. (1985). This Sex which is not the One. Nueva York: Cornell
ese proyecto, pues tocan diversas áreas de conocimiento como el University Press.
arte, la política y la filosofía. Así, volvemos a reformular de manera <http://dx.doi.org/10.1111/j.1527-2001.2010.01114.x>
automática –y a repasar reiteradamente– un nuevo materialismo VAN der TUIN, I. (2011a). «A Different Starting Point, a Different Me-
o materialismos al debatir el (nuevo) materialismo feminista, que taphysics: Reading Bergson and Barad Diffractively». Hypatia.
constituye el foco específico de este número. De manera inevitable, Núm. 26, vol. 1, pág. 22-42.
al hablar de feminismo(s), destacan dos dimensiones en particular: VAN der TUIN, I. (2011b). « New Feminist Materialisms». Crítica.
el género y la política. Women’s Studies International Forum. Núm. 34, vol. 4, pág.
ˇ ˇ reflexionan sobre la identidad o
Franciska Aigner y Katja Cicgoj 271-277.
identidades «colectivas feministas» y sobre una «noción mínima de <http://dx.doi.org/10.1016/j.wsif.2011.04.002>

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Cita recomendada

REVELLES BENAVENTE, Beatriz; GONZÁLEZ RAMOS, Ana M.; NARDINI, Krizia (coord.) (2014).
«Nuevo materialismo feminista: engendrar una metodología ético-onto-epistemológica» [nodo
en línea]. Artnodes. N.º 14, pág 2-6. UOC. [Fecha de consulta: dd/mm/aa]
<http://journals.uoc.edu/ojs/index.php/artnodes/article/view/n14-revelles-gonzalez-nardini/
n14-revelles-gonzalez-nardini-es>
<http://dx.doi.org/10.7238/a.v0i14.2410>

Este artículo está sujeto –si no se indica lo contrario– a una licencia de Reconocimiento 3.0 España de
Creative Commons. Puede copiarlos, distribuirlos, comunicarlos públicamente, hacer obras derivadas
y usos comerciales siempre que reconozca los créditos de las obras (autoría, nombre de la revista,
institución editora) de la manera especificada por los autores o por la revista. La licencia completa se
puede consultar en http://creativecommons.org/licenses/by/3.0/es/deed.es.

CV
Beatriz Revelles Benavente
Investigadora en el grupo de investigación GENTIC del IN3 (UOC)
brevelles@uoc.edu

INTERNET INTERDISCIPLINARY INSTITUTE (IN3)


c/ Roc Boronat, 117 
08018 Barcelona
Spain

Su tesis doctoral (defendida en diciembre de 2014) trata sobre litera-


tura femenina y redes sociales, y se centra especialmente en la autora
contemporánea Toni Morrison y su página oficial de Facebook. El obje-
tivo de la tesis, que aplica una metodología difractiva, es explorar los
cambios producidos en la comunicación entre lectores y autores desde
una perspectiva feminista vinculada al género, la política y el lenguaje.
Revelles participa actualmente en el comité de gestión de la Cost Action
ISCH IS1307 «New Materialism: Networking European Scholarship on
How Matter comes to Matter» y es miembro del consejo de la European
Association for Gender Research, Education and Documentation (AT-
GENDER). Ha publicado diversos artículos y reseñas en revistas como
European Journal of Women’s Studies, CLCWeb: Comparative Literature
and Culture, NORAL: Nordic Journal of Feminist and Gender research,
entre otras.

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CV
Ana M. González Ramos.
Investigadora principal y coordinadora del grupo de investigación
GENTIC SGR del IN3 (UOC)
agonzalezram@uoc.edu

INTERNET INTERDISCIPLINARY INSTITUTE (IN3)


c/ Roc Boronat, 117 
08018 Barcelona
Spain

Es investigadora especializada en Sociología, doctorada en Estadística e


Investigación operativa por la Universidad de Cádiz. Ha sido investigadora
visitante en el PREST–Institute of Innovation Research (Manchester,
2007), en el Institut för Horere Studien (Viena, 2005), en la Escola de Ser-
viço Social de Pelotas (Brasil, 2001) y en el Departamento de Sociología
de la Universidad de La Habana (Cuba, 2000). Su investigación se centra
en el género, la ciencia y la tecnología, en las carreras científicas y en la
movilidad de profesionales altamente cualificados. Ha publicado diversos
artículos académicos vinculados a diversos proyectos financiados por
el Ministerio de Economía, la Secretaría de Investigación, Desarrollo e
Innovación, el Ministerio de Ciencia e Innovación (dentro del plan de
Investigación e Innovación I+D) y el Instituto de la Mujer de España.
También ha participado en proyectos internacionales financiados por
la Unión Europea y los gobiernos español y portugués.

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Beatriz Revelles Benavente, Ana M. González Ramos, Krizia Nardini, 2014
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CV
Krizia Nardini
Doctoranda vinculada al IN3 (UOC) y la Universidad de Utrecht
knardini@uoc.edu

Posee el grado en filosofía de la Universidad de Siena y un máster


de investigación en estudios de género de la Universidad de Utrecht.
Actualmente prepara su doctorado en el IN3 (UOC) sobre masculinidades
en red que investiga la movilización de hombres profeministas en Italia y
España y sus vínculos con las teorías feministas y el activismo. Además,
al empezar a preparar su proyecto doctoral en Holanda, colaboró con el
programa de posgrado sobre género como profesora ayudante. Entre sus
intereses de investigación se encuentran la filosofía feminista (sobre todo
los materialismos feministas), la onto-epistemología, las masculinidades
críticas y la antropología del cuerpo. Entre sus publicaciones académicas
se incluye un capítulo en Proceedings from GEXcel Theme 9: Gendered
Sexualed Transnationalizations, Deconstructing the Dominant: Transfor-
ming Men, «Centres» and Knowledge/Policy/Practice (Alp Biricik y Jeff
Hearn, eds; 2011) y el artículo «Men’s Antiviolence Activism: Two Cases
from Contemporary Italy and Spain’ in Tijdschrift voor Genderstudies
(Vol. 16, núm. 4, 2013)»

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ARTÍCULO
NODO: «NUEVO MATERIALISMO FEMINISTA: ENGENDRAR UNA METODOLOGÍA
ÉTICO-ONTO-EPISTEMOLÓGICA»

Feminicidad digital: predicación y medida,


informática materialista e imágenes
Felicity Colman
Profesora lectora de Screen Media
Manchester School of Art (Manchester Metropolitan University, Reino Unido)
Fecha de recepción: junio de 204
Fecha de aceptación: octubre de 2014
Fecha de publicación: noviembre de 2014

Resumen
«Feminicidad» es el término correspondiente a un registro predicado que permite describir la
obra feminista como «puntos activos» relacionales (como una alternativa a puntos de vista), que
colectivamente pueden considerarse a través de lo que han conseguido. Pero yendo más allá,
señala en qué contribuyen esos puntos activos en el campo dinámico de las epistemologías
feministas, y dónde se produce el cambio. Este artículo forma parte de mi proyecto más amplio
dedicado a examinar el concepto de feminicidad. En líneas generales, la feminicidad afirma
que los puntos activos de las prácticas feministas (tanto prácticos como conceptuales) han
de entenderse en sus campos situados como la informática materialista. En la era digital, se
identifican ejemplos de los efectos de la feminicidad digital en obras como las de Wajcman
(1991, 2004); Haraway (1993), Nakamura (2003), Hayles (1993, 2012), VNSMatrix (1991), Adam
(1998) y Plant (1998). De forma colectiva, estas artistas y autoras generaron un discurso creativo
y a veces radical sobre el campo digital, visto como plataforma multitemporal, multidireccional
y multidimensional de «acciones de género». Tomado como campo predicado (en base al
sentido que Gottlob Frege (1964) otorgó al término «predicado»), este trabajo contribuye a la
revalorización de la epistemología feminista materialista (Alaimo y Hekman, 2008; Van Der Tuin,
2014), y a proyectos de deconstrucción feminista radical más amplios (Malabou, 2011; Fraser,
2013). Concebido de ese modo, la genealogía de la feminicidad digital pretende problematizar
los términos monopolíticos del feminismo al contrastar acciones, así como reubicar las prácticas
feministas como intervenciones y expresiones materiales positivas de la constitución ontológica
de la esfera política. La feminicidad no propone un recorrido cronológico por los puntos activos,
sino que aborda, de manera procesual y sistemática, los términos del cambio político epistemo-
lógico generacional (Olkowski, 1999). Este artículo describe de qué maneras puede emplearse
un registro materialista construido –el de la «feminicidad»– para pensar en los encuentros entre
el género, la política y la tecnología (analógica, digital, biológica), tal y como se manifiestan en
la informática materialista. Para no extenderse en exceso, este artículo se concentra en dos
aspectos de la feminicidad: los términos de predicación de lo femenino entendido como género,

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y el tema de la imagen como informática digital, formada por puntos de actividad de la práctica
feminista. En consecuencia, se trata de aspectos mesurables que ofrecen recursos prácticos para
el problema general de las políticas de género que se ejecutan en el gobierno, la distribución de
recursos y la desigualdad de oportunidades en la estructura de poder socio-cultural, en la que las
minorías están en desventaja. En este artículo, la práctica feminista remite a formas producidas
por actividades feministas, es decir, formas generadas por las relaciones con la materia de la
vida a través de modalidades específicas de prácticas basadas en necesidades (que incluyen la
intuición, la compulsión, las prácticas de utilidad promovidas por el capitalismo, la teoría y el arte).

Palabras clave
feminicidad, feminismo, epistemología, tecnología, digital, materialismo

Digital Feminicity: Predication and Measurement, Materialist Informatics


and Images

Abstract
“Feminicity” is the term for a predicate register that enables feminist work be accounted for as
relational “active-points” (as an alternative formulation to standpoints) that collectively can be
seen through what they have achieved. But going further, it marks where those active-points
contribute to the dynamic field of feminist epistemologies and where change occurs. This article
contributes to my larger project’s discussion of this concept. Broadly, feminicity argues that
the active-points of feminist practices (practical and conceptual) need to be understood within
their situated fields as materialist informatics. In the digital era, examples of the affects of
digital feminicity are as identified in works such as those by Wajcman (1991; 2004); Haraway
(1993; Nakamura, 2003), Hayles (1993; 2012), VNSMatrix (1991), Adam (1998), Plant (1998).
Collectively, such authors and artists opened a creative, and sometimes radical discourse of the
digital field as multidirectional, multidimensional, multitemporal platform of “gender actions”.
Taken as a predicated field (using Gottlob Frege’s (1964) sense of the term “predicate”), this
work contributes to the feminist materialist reappraisal of feminist epistemology (cf. Alaimo
and Hekman, 2008; Van Der Tuin, 2014), and larger radical feminist deconstructive projects
(Malabou, 2011; Fraser, 2013). Thus conceived, the genealogy of digital feminicity problematizes
the monopolitical terms of feminism in its collation of actions, enabling a re-situation of feminist
practices as positive material interventions and expressions of the ontological constitution of
the political sphere. Feminicity does not propose a chronological account of the active-points,
but processually and systemically addresses the terms of generational epistemological political
change (Olkowski, 1999; Van Der Tuin 2014). This article describes the ways in which a materialist
constructed register – “feminicity”– can be used to think about encounters between the domains
of gender, politics and technology, as manifested by materialist informatics. For reasons of
brevity, this article focuses on just two aspects of feminicity: the terms of predication of the
female as gendered, and the issue of the image, as digital informatics, comprised of activity-
points of feminist practice. Consequently, these are measurable and offer practical resources for
the general problem of gendering politics that operate in governance, resource distribution and a
non-equal opportunity social/cultural power structure, under which minorities are disadvantaged.
Feminist practice here refers to forms produced through feminist activities, i.e., forms generated
through relations with the matter of life through specific modalities of needs-based practices
(inclusive of intuition, compulsion, capitalist-driven practices of utility, theory and art).

Keywords
feminicity, feminism, epistemology, technology, digital, materialism

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El replanteamiento de la obra de feministas de la segunda ola está extremo de hacerle asumir una posición manejable o históricamente
cobrando mucha importancia, a través de las metodologías críticas contenible. En las descripciones empíricas simplificamos y en la
que han evaluado las genealogías feministas (Adkins, 2004; Burchill, especulación teórica (por muy creativos que sean los términos en
2006; Van Der Tuin, 2014) y las teorías del nuevo materialismo femi- los que se expresa) excluimos o malinterpretamos el cambio en y
nista (Braidotti, 2006; Coole y Frost, 2010). Estos enfoques amplían de conceptos y objetos de investigación. Al situar algo, lo medimos,
nuestra concepción de las trayectorias específicas de los trabajos de manera que cualquier movimiento se sitúa dentro de una cierta
técnicos feministas y sus metodologías diversas. Pero, a menudo, las trayectoria o campo que se vincula a un enlace previamente conocido,
voces de las feministas y sus obras siguen estando demasiado ausen- por indirecto que sea. Pero sin la medida taxonómica, sin las descrip-
tes o al margen de los debates de filosofía, teoría, arte, tecnológicos y ciones que adoptan una perspectiva histórica e indican cuándo se ha
de los medios y se limitan a entenderse, solamente, como «otra voz». producido el cambio, sin los métodos o modos poco ortodoxos y las
El feminismo y lo femenino siguen siendo términos problemáticos, ya distintas maneras de abordar y concebir el mundo, seguimos ligados
que los teóricos siguen concentrándose en el «feminismo», lo cual al mismo sistema rutinario de ciclos y modos de producción. Pero
sugiere, de por sí, una posición «paradójica» (Thiele, 2014), mientras recopilarlo todo en el sistema capitalista actual supone presentarlo
que, tal y como argumenta Louise Burchill, la capacidad de agencial como algo consumible y coherente. ¿Es que no hay nada fuera de
de lo «femenino» se ve limitada por sus tradiciones filosóficas, en la este sistema? No, claro, quedan cosas que no miden los actuales
medida en que solo puede entenderse como «una imagen conceptual modos cambiantes de acumulación de capital. A cualquier pensador
o un esquema» (Burchill, 2006, pág. 85). Un ejemplo de lo que deno- creativo, vaga o férreamente anárquico, alternativo o minoritario,
mino un punto activo feminista es cuando una estrategia feminista ha se le presentan peligros y fallos inherentes al análisis de algunas o
identificado, intervenido y ofrecido un análisis de la singularidad del todas las actividades. Al describir, ofrecemos nuestras capacidades
cuerpo con carga política y lo sitúa dentro de su mundo relacional, de sumar y así crear nuevas formas y modos de ecuación. Las ideas
dotado de múltiples planos y materialmente constituido. A la vez, y el conocimiento basados en la experiencia pueden transformarse en
es una demostración que contribuye al cambio mediante lo que fondos previstos que financien otros tipos de actividad lucrativa (que
llamo una acción de feminicidad. En primer lugar, el artículo esboza es el objetivo claro de todos los sistemas capitalistas), en vez de hacer
algunas ideas que subyacen en este concepto, para luego plantearse de trampolín de otros sistemas de vida. Así que no, no ofrecemos
cómo este puede contribuir al pensamiento por medio de la imagen, todo lo que puede medirse, sino que más bien no revelamos ideas, no
considerando el término «imagen» como un modo de comunicación hablamos de experiencias y no decimos lo que pensamos. No quere-
empleado en el entorno digital entre 1990 y 2015 que sigue estando mos que nos mida este sistema. Pero aun así, al ofrecer una postura
muy en tela de juicio en la teoría feminista porque tiende a generar colectiva, al sumar ideas, experiencias y pensamientos vinculados
efectos de género. y convertirlos en acciones, y al manifestar un deseo de cambio real,
La imagen se entiende como una expresión manifiesta de una el movimiento adquiere forma colectiva, se ve catalizado y responde
etapa política y como un momento intensivo de la experiencia que ha a variaciones de un nombre colectivo. El nombre singular adquiere
conformado un discurso significativo de tecnología de género. Es lo historicidad de forma instantánea. Es inevitable, aunque proporciona
que Judy Wacjman describe como «tecnopoder» que se «representa un campo colectivo y genera una materialidad momentánea, una
materialmente» (Wacjman 2004, pág. 54). Para el pensamiento y forma, una idea, una narrativa específicamente temporal y compleja.
la práctica feminista, la imagen no es solamente una cuestión de A veces ese campo es la suma de varias cosas, asciende hasta
«representación», sino que hay que entenderla más bien en el sen- formar un colectivo mayor, incluso una «gran narrativa». Pero nada
tido bergsoniano, como un concepto agregado y material, resultado permanece estancado, todo está sujeto al flujo temporal, a estados de
de una serie de posiciones relacionales, el centro de las cuales es transición y cambio. En función de cómo se emplee y actúe el campo
un cuerpo. La imagen actúa como catalizador de las tecnologías denominado colectivamente, se suscita la cuestión de dónde y cómo
que producen, dirigen y gestionan la imagen agregada; como un su motilidad técnica y orgánica manifiesta el cambio y desplaza su
cuerpo en su capital. Al devenir, la imagen se centra en entender las significado. El cambio es un concepto orgánico, identificado por los
dimensiones micropolíticas de la construcción de diversas realidades seres humanos a través de modificaciones en la forma, factores de
y la producción de formas políticas particulares de identidad y de la experiencia, grados de independencia o simbiosis, y sus efectos
territorios, denominadas ontología o estética pero que, en la era se perciben a través de ciclos de duración diversa. El cambio no es
digital, existe en forma de informática materialista. discreto, sino relacionalmente asimétrico, multifuncional y multidi-
Uno de los problemas metodológicos que se presenta al escribir mensional en términos de velocidad, tiempo, forma y en la creación
sobre el movimiento en las cosas –en los materiales, sus usos, ideas, de campos vectoriales simples y/o complejos que cualquier objeto
condiciones, etc.– es el dilema de cómo medir las nociones de cam- dado consolida o difunde. Los campos de conocimiento o regimenes
bio, diferencia y relacionalidad sin simplificar el movimiento hasta el epistémicos, según Foucault, pasan entonces por una serie de ciclos

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de duración, impulsados por catalizadores temporales y especiales, cambio puede tener lugar en un espacio negativo. ¿Y si empezára-
un surtido de filtros esquemáticos (modelos teóricos, conceptuales, mos a tabular estas actividades, como la producción, el cambio y la
prácticos, biológicos y soberanos [nacionales]) y diversas plataformas intervención? ¿Y si registráramos cada acción, gesto, postura de la
en capas (directores epistemológicos de tecnología, sistemas econó- obra feminista, de la solidaridad feminista e incluso de lo feminista
micos, etc.) que posibilitan el surgimiento de formas de transición, y deliberado o que surge por casualidad? Sumar todas las acciones
que se transformen las formas materializadas y ocultas. feministas nos da una «feminicidad» colectiva; un estado sin fronteras
El siglo xx fue testigo de dos cambios que se manifestaron his- vigiladas territorialmente, que podría generar estructuras vivibles que
tóricamente a velocidades y ciclos de duración bastante distintos, formaran y distribuyeran una gobernanza, educación y salud equita-
pero que alteraron profundamente el paisaje global. Sus campos tivas, así como un medioambiente sostenible y saludable, una vida
relacionales convergieron mediante macro y microoperaciones. Estos de bienestar para todo lo que quiera vivir, participar y morir en ello.
campos son el feminista y el digital, cada uno de los cuales mani- El sueño del proyecto feminista es lograr un estado tal que devenga
fiesta formas de cambio bastante distintas. Al atravesar las mismas condición indispensable para todos los lugares. Las propiedades de
plataformas, filtros y catalizadores, los resultados combinados han ese todo están condicionadas a la desactivación de las actividades
generado toda clase de prácticas y modos de pensar que registran militares en todas las esferas de la vida y a la desactivación de las
materialmente una diferencia temporal y espacial respecto a modos genealogías de la cultura exclusivamente masculinistas. Pero, ¿cómo
y formas previos. A partir del siglo xix, la imprenta (una plataforma articularlo y activarlo?
tecnológica analógica) facilitó la difusión de la palabra sufragio (como
filtro esquemático). A finales del siglo xx se produjeron cambios tec-
nológicos más amplios (catalizadores militares y funcionales) que Predicación
adoptaron formas digitales. El intercambio epistémico de información
relativo a temas identificados por las feministas cambió radicalmente Para las feministas, a veces se pasa por alto una distinción importante
a través de la interacción del cuerpo humano (como catalizador, filtro al afirmar que algo tiene carga de género. Describir un estatus o una
y plataforma) con plataformas digitales. Pensemos en cómo las tec- posición es distinto del proceso reconocido como predicación, que
nologías reproductivas (que son plataformas de información, control se centra en la actividad de ser algo. Las explicaciones de signifi-
biológico y facilitación) contribuyen al descenso de la tasa global de cados basadas en clasificaciones diseñadas previamente organizan
nacimientos (un filtro transicional cuantitativo) de seres humanos las formas e ideas visuales y textuales mediante la imposición de
(que son plataformas ecológicas). Siguiendo la configuración de la palabras que ordenan y sistemas de imágenes y textos visuales y
codificación informática, el intercambio posterior y la producción culturales (y por lo tanto políticos). Las etiquetas predicadas desig-
material, se puede percibir el surgimiento de una forma nueva o nan imágenes –por ejemplo, «de» algo (sean géneros, tecnologías o
distinta en el campo. naciones) o «como» algo (etiquetas como «la buena chica», «asesina
A través de las plataformas digitales, el haber entendido la vampira lesbiana», «lo monstruoso femenino», etc.). No existe una
amplitud de posturas específicamente feministas ha reorientado y postura estática o esencia de género, pero hay nombres «de autor» de
modificado las generalizaciones que proclaman las categorías de raza, referencia, esenciales y cambiantes (Scott, 2011, pág. 11; DeKoven,
género, cultura, feminismo y especismo para denunciar la iniquidad 2001, pág. 3; Kurikka, 2013) en el «proceso de hacer visible un medio
de las jerárquicas sociales y culturales con impronta de género que como tal» (Kurikka, 2013, pág. 126). A pesar de que los medios
siguen estableciéndose. Se imponen estructuras de género en el sociales puedan codificar la posibilidad de lo que parece un lugar
derecho, la educación, las ciencias y los sistemas tecnológicos de espacial diferenciante para la acción de registro, la plataforma digital
valor social, en los que siglos de estructuras patriarcales arraigadas solo puede registrar un algoritmo universalizante.
y determinadas étnicamente que controlan de forma algorítmica la Al nombrar, se prescribe un estado del ser como ontología de
dirección de las relaciones de poder distribuidas jerárquicamente términos relacionales, que indican más sobre la ontología del marco
entre hombres y mujeres (véase Mies, 1998). Como demuestran de organización del descriptor que sobre la ontología de la imagen en
todas las historias revolucionarias, las reglas políticas son expertas en sí. Esta es la problemática del hilemorfismo que Deleuze y Guattari
abstraer procesos y en utilizar las posibilidades paradigmáticas, que (1987) desplazan, al criticar las esquematizaciones de la diferencia
podrían suponer una reorientación, en contra del giro revolucionario. como repetición representacional. En su lugar, proponen concentrarse
A pesar de que digitalmente se ha facilitado la difusión de las múl- en la geopolítica de los «organismos en los mundos», articulan los
tiples aportaciones positivas realizadas por las obras feministas a la sistemas que crean antologías en vez de imaginar que los sujetos
sociedad en general, el «feminismo» en sí se reinscribe continuamente individuales contengan cualquier autodeterminación que justamen-
como producto dogmático, hasta el punto de perder su potencial te se pueda etiquetar. Sin embargo, como sabemos a partir de la
procesual afectivo para efectuar una transformación; por lo tanto, el obra de teóricas del nuevo materialismo feminista (Haraway, 1997;

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Grosz, 2005, Braidotti, 2006; Coole y Frost, 2010; Van Der Tuin, 2014), de un estado predicado del ser, que pueden ser dinámicas o estar
identificar o nombrar una relacionalidad sencillamente no basta en estancadas, y dependientes de otros factores como las estructuras de
términos de adopción, implementación y práctica de condiciones me- energía que la posibilitan o controlan, sean la narrativa, el género o la
jores para las experiencias vividas de sujetos y comunidades diversas condición política de la imagen. En la descripción, la imagen puede
que existen hoy en día. La modalidad de actividades ha de entenderse ser «libre» o estar «esclavizada», puede encontrarse «sexualizada» o
respecto a su método para posibilitar una informática materialista «asexuada», puede ser «real» o de «ficción». Al aplicarse, los estados
(Colman, 2014). Las acciones e intervenciones de feminicidad no son predicados pueden atribuir aspectos de género. El famoso ensayo de
solo la manifestación política de lo que Bonnie Honning, en su obra Iris Marion Young «Throwing Like a Girl» (1980) ofrece una crítica del
Emergency Politics (2009, pág. 25), denomina pensamiento filosófico estado predicado de la actividad de género. Como sabemos a partir
occidental respecto a las «condiciones materiales» divergentes para de la obra de teóricas como Braidotti (2006) y Butler (1991), apren-
la vida; sino que registran, tal como describe Wajcman, los detalles der a representar la predicación que determinados roles de género
sobre «la experiencia auténtica de las mujeres de dominación estruc- exigen garantiza que se valore la subjetividad a través de los caminos
tural» (2004, p. 26). Sin embargo, en el dominio político vernáculo, elegidos (como la identificación con los placeres consumistas, por
estas condiciones no están detalladas respecto a las desigualdades ejemplo). Solo nombraré, para no extenderme, uno de los indicadores
continuas de género en el comportamiento institucional, aunque la de feminicidad, el de la «plasticidad» en la obra de Catherine Malabou.
conciencia cultural general de los derechos de género haya cambiado En las primeras páginas de Changing Difference (2011), Malabou
en algunas partes del mundo, y aunque, de hecho –y como argumenta empieza definiendo «el significado de lo “femenino”» de la forma
Nancy Fraser (2013, pág. 212ff)– este cambio que se orienta hacia siguiente:
la nivelación cultural del tratamiento de los géneros forme parte del
mecanismo de deseos mercantiles del capitalismo organizado por el «La mujer como predicado ya no es algo dado y evidente, si es que de
estado. La utilización de la mano de obra femenina en ciertos roles hecho alguna vez lo fue. Así que si lo femenino posee un “significado”, lo
de género sigue estancada, de modo que el «sueño de la emanci- tendrá en la misma medida en que el permiso de cuestionar la identidad
pación femenina se encuentra atado al motor de acumulación de de la mujer se deriva de la deconstrucción y desplazamiento de esta
capital» (Fraser, 2013, pág. 240). Para «hacer visible un medio» hace identidad» (2011, pág. 6).
falta identificar diversas etapas de feminicidad: identificar el filtro,
el método de nombrar, abordar la plataforma a través de la cual se En esta descripción, Malabou señala la determinación de lo
posibilita una condición tecnológica, que permita la producción y «femenino» a través de uno de los aspectos que ha posibilitado el
aborde los componentes procesales de la situación, y, finalmente, feminismo, el llamado «permiso de cuestionar». En la actividad del
cualquier elemento catalítico (situación, duración) que contribuya a cuestionamiento, Malabou identifica que, desafortunadamente, la
los cambios que tienen lugar. posición femenina vuelve a reinscribirse en lo binario al nombrarla
Que el poder con carga de género es un medio de intercambio está como tal. No obstante, en esta acción predicada del cuestionamien-
bien documentado y constituye una imagen dominante de nuestra to también se ejerce una feminicidad, entendida como movimiento
sociedad contemporánea. Tal y como lo identifica Fraser, es el «poder positivo en el cambio entrópico natural de los muros de la jerarquía
de la dominación masculina» (Fraser, 2013, pág. 37). Al abordar el masculinista, de modo que, poco a poco, estos muros se van ero-
intercambio de poder de la imagen (como fuerza agregada, o como sionando y se convierten en otra cosa.
indicador afectivo de los factores de género de las sociedades), presto En el capítulo final de Changing Difference, Malabou examina la
atención hacia la informática de la imagen como algo material. En noción de lo que denomina la «posibilidad de las mujeres» (Malabou,
las culturas digitales, la imagen adopta y produce una materialidad 2011, pág. 90-141). La autora imagina el espectro de un individuo
distinta a la concebida con tecnología biológica o analógica (Ernst, en el aula de filosofía que, al poseer carga de género e identificarse
2012; Bühlmann, 2014). Podríamos hablar en los términos que utilizan en femenino, se halla en un estado afectivo, fisiológico y mental de
los teóricos como indicadores para intentar captar esta materialidad a timidez y duda propios del género femenino (Malabou, 2011, pág.
través de la mediación, incluso en un registro no capitalista, a saber, 113). Tras reflexionar, Malabou concluye que incluso después de
mil sexos diminutos, jouissance, deseo, plasticidad… ¿Estos son deconstruir ese estado de género, para representar (en el sentido
estados de género? Por ahora llamémoslos vectores de feminicidad, performático de Butler) el acto de no mostrarse tímido, el sujeto
o imágenes de cambio. femenino imaginado ha de mostrarse merecedor de encontrarse
El estado predicado se plantea como subjetividad en la activi- intelectualmente «junto a ellas» (Malabou, 2011, pág. 122). Pero en
dad de la imagen, de modo que queda formulada y dirigida por la vez de definir a la mujer sin negativas, a las maneras de Simone de
plataforma que ejerce de medio para ella. La imagen se contiene, Beauvoir o Luce Irigaray o, como la define Emmanuel Levinas, que
expande o desplaza, e interactúa con otras imágenes, generadoras considera a la «mujer como pura materia desechable» (Levinas, 1961,

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citado en Malabou, 2011, pág. 130)–, Malabou argumenta que su procesos sociobiológicos (culturales, físicos, químicos, farmacéuti-
postura, como filósofa en 2009 (cuando escribió su obra), de hecho cos, cerebrales) que conlleva la experiencia. Respecto a la noción
resulta inasumible sin «ejercer violencia» sobre las estructuras y sobre heideggeriana de «esencia», Malabou argumenta que «al final, la
sí misma (Malabou, 2011, pág. 139-41). La autora argumenta que esencia no indica presencia; indica acceso a la presencia. Dicho
hay que plantear la posibilidad de la mujer respecto a la imposibilidad en otras palabras, un movimiento originario que, de nuevo, es el
de la filosofía, una forma de «imaginar la posibilidad de la mujer movimiento de cambio o intercambio» (Malabo, 2011, pág. 136).1
partiendo de la imposibilidad estructural que experimenta [la mujer] Así se plantea la posibilidad (sin ofrecer ninguna garantía) de que
de no ser violada, en su interior y fuera de ella, en todas partes» es inevitable que los géneros o la mujer actúen como plástico que
(Malabou, 2011, pág. 140). explota. La experiencia es un indicador temporal de las condiciones
Malabou nos pide que nos replanteemos el género como cuerpo tecnológicas de la capacidad del género para representarse a sí
pensando en una «maleabilidad biológica original, de una primera misma. De manera apropiada, Malabou rechaza esta situación, al
transformabilidad» (Malabou, 2011, pág. 138). Nos insta a replantear- pedir que se reconsideren los detalles materiales del ser en proce-
nos nuestros prejuicios contra las posturas esencialistas criticadas so de transformación situado en un cuerpo. Diría que no estamos
por las feministas de la segunda ola, citando el ejemplo de la obra hablando de una materia inmaterial, sino de una transformación en
Testo Junkie (2011) de Beatriz Preciado, un relato documental y de curso, un punto dinámico de feminicidad. El devenir se intercambia
ficción sobre la experimentación corporal mediante inyecciones de con un cuerpo situado, materializado, plástico. Este cuerpo se está
hormonas. Para todos aquellos cuerpos que han ingerido sustancias transformando, pero los cambios los facilita, acelera y ralentiza la
químicas, esteroides u hormonas de cualquier tipo para cualquier tecnología, los representan lenguajes codificados.
cosa (anticonceptivas, de crecimiento, para controlar la figura), la Al describir su condición, Malabou no nos sugiere la forma co-
premisa de la historia de Preciado no es una novedad, pero Malabou rrespondiente a la temporalidad de una entidad. ¿Qué aspecto tiene
le añade su propio relato de lo que puede hacer la figura femenina, esta metamorfosis? ¿Cómo la entenderé cuando la vea? ¿O solo tengo
desplazándose a través de los discursos filosóficos y culturales. En que pensarla, imaginarla, escribir o cantar al respecto? Cuando veo la
vez de describir a la mujer como sujeto con carga de género que se imagen de un niño soldado, cuyo género el sujeto violento masculinis-
considera un espejo, parodia, función mimética o «réplica» (Malabou, ta, blandiendo armas y representando obligadamente la agresividad
2011, pág. 110), la autora nos recuerda que la intervención en la militarista, acepto que su cuerpo cognitivo, intelectual y físico se ha
construcción de formas de género no puede limitarse a un movimiento visto transformado. Pero ¿en qué? Partiendo de la descripción de la
deconstructivo que realice una «imitación» (Malabou, 2011, pág. 108) noción de género que ofrece Malabou, quiero indicar que evaluar un
de la forma, como si la expresión de un simulacro fuera realmente cuerpo con carga de género como cuerpo en el mundo lo sitúa como
indicativa del estado en que se halla una persona marcada por su tecnología. Como plataforma capaz de mediar, es un medio y varios
identidad política, cultura o social, pero incapaz de hablar, tímida al medios al mismo tiempo. Es capaz de ingerir diversas sustancias para
respecto. Malabou propone que pensemos en el concepto de plas- obtener energía, placer o morir, y de transformar su forma material,
ticidad, el cual, pese a la posición que le otorgó su mentor Derrida de transformar su «cerebro» (en palabras de Malabou). Puede mutar
(como esencia explosiva, que por ello detiene el poder cinético de la cognitiva y físicamente. Metamorfosearse. Pero ¿qué imagina?
hipótesis), refuta cualquier noción fija de «género» (Malabou, 2011,
pág. 120). De ese modo, Malabou presenta una predicación de la
feminicidad y se niega a salir de ese ruedo; pero también exige que se Nuevas imágenes materialistas
reconozca que hace una propuesta muy seria para la disciplina de la de la materia cinética
filosofía, una disciplina masculinista que yerra en su pensamiento, que
se ha sometido a la violencia al negarse estructuralmente a pensar a Si examinamos la materia discursiva de la percepción de las imágenes
través de las plataformas, o cuerpos, que permiten el cambio en el vemos que, como cabría esperar, la atención de la feminicidad se
mundo mediante sus encuentros catalíticos, o mediante extensiones, desplaza, ya que los usos del lenguaje se desplazan y mutan, cuando
como la información complementaria que un organismo como el no quedan aislados por el pensamiento territorial hermenéutico. Ha-
cuerpo puede adaptar, rechazar, mutar o transformar. raway, por poner un ejemplo, señala en múltiples partes de su obra
Malabou considera que el cuerpo es una entidad biológica y los problemas que plantea concentrarse solamente en las diferencias
fisiológica, sujeta a mutaciones y transformaciones a través de los de nombre, por ejemplo, al nombrar los géneros, o al nombrar las

1. De haber sido un artículo más extenso, también podríamos comentar la obra de la bióloga Lynn Margulis respecto a la hipótesis de la simbiogénesis y la teoría
de la endosimbiosis (Margulis y Sagan, 2003).

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diferencias entre máquinas y seres humanos (Nakamura, 2003; Ha- se registran como medidas de intercambios de energía. Los lenguajes
raway, 1997; 1991. Véase también los comentarios autorreflexivos codificados pueden registrarse dentro de los sistemas, pero esos
en Terry y Calvert, 1997; y en Wajcman, 2004). sistemas pueden ser hilemórficos o intentar generar nuevo potencial
Uno de los terrenos clave en que la feminicidad concentra su morfogénico de la materia como algo representado o materializado,
atención dentro del ámbito del poder político informático es el de la de modo que la materia discursiva se vincule a la percepción del
materia codificada discursivamente, el de las ramificaciones políticas intercambio informático de materiales.
de la imagen material (por ejemplo, los cuerpos destruidos de los ni- En otras palabras, al responder a las imágenes del mundo, la
ños, y, en particular, las mujeres embarazadas o dando a luz en peligro articulación escrita de la imagen debe elegir los modos en que la
en la guerra de Gaza en 2014, cuyas fotos han circulado por todo el describe, en que describe la imagen en y del mundo y sus modos de
mundo). Esta materia discursiva ya está sujeta a la historicidad de los conceptualización. El intercambio de información es un intercambio de
estilos de expresión. Por ejemplo, en 1993 Katherine Hayles examinó energía y este proceso en parte se manifiesta a través de la imaginería
las dimensiones «cinestética» y «conceptual» de lo que considera «el que los medios de comunicación hacen circular como imágenes del
texto» (Hayles, 1993, pág. 26). Hacia finales de la década de 1990, la mundo. Los intercambios de información tienen lugar por medio de
autora ya estaba más pendiente de las «rutinas de visualización que movimientos codificados de datos físicos, biológicos y digitales, en
presentan [sus programas de ordenador] como imágenes pixeladas los que la energía se transforma en imágenes (con sonido) que se
de criaturas corpóreas» (Hayles, 1999/2005, pág. 194). La atención esquematizan según la lógica informática dirigida por las tecnologías
prestada al texto, la palabra o al código como imagen o imágenes contemporáneas de la percepción. Descritas de maneras diversas,
fue motivo de una serie de descripciones subjetivas emotivas y afec- las imágenes del mundo constituyen por lo tanto vectores catalíticos
tivas en las primeras encarnaciones de su codificación; numerosos y afectos de las diferencias micro y macropolíticas que perpetúan,
juegos lingüísticos se basaban en el carácter físico de los nombres engendran, contrastan y avivan la diferencia.
en código binario de bits, bytes y palabras. Las acciones de asignar
y deconstruir el género en esta forma de atención abstracta textual
se están analizando con la metodología de las feministas del nuevo Observaciones a tener en cuenta
materialismo, quienes cuestionan el carácter instrumental de las como puntos vectoriales para la feminicidad
plataformas, a la vez que se adaptan por y para ellas (Adam, 1998;
Plant, 1998; Bassett, 2013). La atención exhaustiva que presta Hayles Malabou observa: «Todo empieza con la metamorfosis» (Malabou,
a la materialidad de la informática, y su transformación en modos de 2011, pág. 139). Para Barad, el «punto de partida» de Malabou po-
percepción y visualización de datos, la lleva a especular, no sobre dría ser el vector de la «intra-acción» (Barad, 2007). Para Dagmar
la fenomenología de «una subjetividad», sino que empieza a cues- Lorenz-Meyer, es necesario un proceso de reensamblaje de los pasos
tionarse la noción de individuación por la mediación de lo digital. Al para el cambio. Tras advertir que el proceso de medida implica un
cuestionar el carácter instrumental de lo digital y examinar dónde ensamblaje entre lo humano y lo tecnológico que sigue sujeto a la
reside el pensamiento, Hayles arguye que deberíamos plantearnos performatividad propia del género, Lorenz-Meyer defiende el uso
que la cognición no se encuentra ubicada ni en el sujeto humano de un modelo en tres fases en el que «los aparatos de producción
sin más –la persona como potente procesador cognitivo– ni en la corpórea que tienden a atribuir géneros» puedan orientarse hacia una
máquina, es decir, en el ordenador como potente cognitizador, sino forma productiva de «reensamblaje de género» (Lorenz-Meyer, 2014,
que radica en el sistema en conjunto (Hayles, 2012, pág, 92). pág. 93). Para Bühlmann (2014), la física de lo digital debe entenderse
Cuando describimos imágenes con palabras están implícitos los como un conjunto de «fenómenos mediagénicos» que «se engendran
procesos de intercambio de información que se dan en la imagen continuamente desde el orden de la operatividad, dentro del cual
manifestada. Estos procesos son los sistemas de datos que no actúan decidimos encarar los problemas», en un espacio de «encriptado».
tanto, sino que ejercen de plataforma, filtro y catalizador de energía Podemos utilizar la materia discusiva de la feminicidad para arti-
materializados en códigos escritos según esquemas perceptivos, cular el cuerpo capital vivo –como imagen y como informática mate-
que indican «puntos de vista», posicionalidad, leyes, ideas (De Lau- rializada–, lo que implica identificar la predicación de la feminicidad, y,
retis, 1987; Hayles, 1993; 1999; Haraway, 1991; Fuller, 2005; Terry de hecho, de la masculinidad, la unicidad y otras tecnicidades. Cuando
y Calvert, 1997; Barad, 2007). Al escribir estos códigos, los valores a la organización biopolítica del género le sumamos descripciones
de intercambio suelen preceder a los sistemas de medida que se de formas epistemológicas y prácticas materialistas informáticas de
van a establecer y determinan qué tipos de energías van a medirse pensadoras feministas, encontramos que se identifican las críticas de
como funciones de la imagen: desigualdades, excedentes, deseos, las problemáticas de las condiciones sociales con carga de género,
afectos, etc. Según la práctica de algunos autores, los materiales no relativas a condiciones reproductivas, y a la sexualidad y diferencias
son solamente índices semióticos de formas prefiguradas, sino que con carga de raza, de modo que pueden establecerse análisis, pers-

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pectivas paradigmáticas y más relacionalidades. No obstante, como Las filosofías de la tecnología –el modo digital que planteo
ya hemos comentado, las imágenes del mundo son cosas materiales, en este artículo– se interesan por los filtros que otorga el cuerpo,
artefactos de un momento específico y de una situación política local. que pueden tratarse como un todo colectivo, como una conciencia
Por lo tanto están sujetas a las leyes físicas por las que se rige la singular, abstraída y no humana, o como un cuerpo informático en
materia en el universo, al menos respecto a cómo podemos articular sí. La red (según el vocabulario combinado de Hayles y y Guattari)
esa materia en un momento histórico determinado. Las imágenes es el ensamblaje de múltiples máquinas cognitivas no conscientes,
evidencian nuestra condición particular de materia, demuestran su implicadas en sistemas de producción de información y comunicación
«nivel onto-epistemológico» material, como argumenta van der Tuin de masas que alimentan y dirigen a las máquinas y seres conscientes
(2014, pág. 45). y cognados.
Identificada en la coyuntura en que las acciones humanas ejercen
un cambio en los modos de configuración material del mundo, la
Las mismas conclusiones: informática de la materia siempre puede ser una medida política.
Considerando esta mensurabilidad a través de sus variables, se
nueva feminicidad materialista plantea una pregunta relativa a las condiciones de la producción
| plataformas, filtros, catalizadores ontológica del cuerpo representado en imágenes y con carga de
género: ¿cómo contribuye la mediación representada en imágenes
Al fijarnos en las culturas de la imagen, se nos presenta lo que suele del cuerpo biopolítico a una perspectiva de la vida?
caracterizarse a menudo como estética. No obstante, me parece que Si pensamos en la naturaleza co-constitutiva de la información de
hace falta un conjunto más sólido de términos para abordar el terreno la imagen, se trata de una forma de comunicación no individualizada,
contemporáneo de las formas y prácticas de la informática feminista de una informática generativa que funciona mediante plataformas,
y materialista que se concentra en la información de imágenes con filtros y catalizadores epistémicos asimétricos. Pero la imagen, incluso
carga de género en una época de limpieza étnica, de racionaliza- en su estado manipulado, utilizado, mutilado y muerto, genera una
ción económica poco ética que evita que el flujo de seres humanos ontología y no solo una «narratología de las cosas» (Gratton, 2014,
busque recursos humanos básicos para vivir por todo el planeta, de pág. 125). Como imagen entre otras imágenes, la máquina cognitiva
actividades militaristas, todas ellas representantes de los deseos no consciente la genera y cosecha para que se presente como masa
estéticos del sistema de gobernanza dominante. crítica, con fines políticos distintos: a veces como protesta, otras veces
Teniendo en cuenta las consideraciones que plantea el nuevo como abstracción, y otras como coerción del sistema capitalista que
materialismo de la imagen como medida afectiva intra-activa, estética la produjo.2 Este aspecto de la imagen requiere más crítica.
y corpórea, se debe identificar y contraatacar el reflejo racional de Descritas de formas muy diversas, las imágenes del mundo son
que, con los conocimientos que nos proporciona la historia, podemos vectores materializados y afectos de diferencias micro y macropo-
reconocer el pleno desarrollo de filosofías naturalistas en un estado líticas que perpetúan, engendran, contrastan y avivan la diferencia.
culto (por ejemplo, la trayectoria fascista). Este es el estado político Los términos deconstrucción y desplazamiento de la identidad –tal
que introduce la política identitaria como dispositivo estructural de y como los describe Marabou– son estrategias feministas que yo
su propio soberanismo, constitutivo asimismo de modelos genéricos incluiría en el registro de la feminicidad. Se trata de una animación
de identidad y formas de vida. Tal y como pensadores como Guattari conceptual y práctica de demandas feministas para que se den con-
y Braidotti se han dedicado extensamente a señalar, produce efectos diciones equitativas en la imagen, al articular, expresar, definir y dar
profundamente dañinos en la vida y las formas de vida existenciales respuesta a una «imagen del ser con carga de género». Los ejemplos
y prácticas. Es más, al plantear las leyes que describen los inter- de feminicidad en los medios de comunicación, en las pantallas y
cambios neguentrópicos y entrópicos de energía –aquí entendidos en las descripciones de prácticas con imágenes presentan o arti-
como intercambios de información–, el reflejo estético de la forma culan dónde se ha registrado el cambio ontológico, lo cual conduce
de una imagen se transformará inevitablemente en otra informática al reconocimiento del cambio en la configuración de los cuerpos
materialista, y desde luego en otra materia. en pantalla, pero también contribuye a la historicidad del instante
Así que, en esta época informática, ¿cómo aplicamos nuestro pen- intervencionista por medio de los valores, estéticas o sensibilidades
samiento y aconsejamos a los responsables políticos sobre los pro- de la proliferación de la imagen.
blemas de la diferencia que mantienen las infraestructuras materiales Una manera de definir la obra generacional del nuevo mate-
que gobiernan el mundo y controlan la posición y uso de cosas en él? rialismo feminista actual es mediante el deseo de ser consciente y

2. Por ejemplo, cuando las chicas de FEMEN hablan del síndrome de Estocolmo. Véase el film de Kitty Green, Ukraine is not a Brothel (2013) sobre Victor Svyatski,
Femen y el «activismo».

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de procurar no nombrar las cosas según las consecuencias de sus BASSETT, Caroline (2013). «Feminism, Expertise and the Computatio-
relaciones, si antes no se ha entendido cómo funciona la base material nal Turn». En: Helen Thornham y Elke Weissmann (eds.). Renewing
de tales cosas. Esto implica una serie de pruebas y un enfoque Feminisms: Radical Narratives, Fantasies and Futures in Media
crítico no solo respecto a los materiales, sino también respecto a la Studies. Londres: IB Tauris, pág. 199-214.
validez epistémica, es decir, a la clasificación de materiales, conceptos BRAIDOTTI, Rosi (2006). Transpositions: On Nomadic Ethics. Cam-
materiales e imágenes materiales según su validez en cualquier bridge y Malden: Polity Press.
momento y lugar (oro, titanio, cobre). Como señaló Fraser, «las teóricas BÜHLMANN, Vera (2014). «Generic mediality and the real as the phy-
feministas no pueden evitar la pregunta de una sociedad capitalista» sical substance of technical criticality (gk, krinein, Ermessen)»,
(Fraser, 2013, pág. 227). una ponencia en respuesta a la conferencia de Mark Hansen
El conocimiento no presenta ninguna solución para presentar los «Speculative phenomenology of micro-temporal operations»
problemas «en el futuro», y no existe un lugar utópico donde vaya [artículo en línea]. En: Joint Annual Conference of the Society for
a descansar la especie humana. Entender la micromateria de los European Philosophy and the Forum for European Philosophy,
materiales nos permite, en primer lugar, establecer conexiones, para (2014: Universiteit Utretch). [Fecha de consulta: 1 de diciembre
luego reconocer qué extensiones hay que añadir. Para los nuevos de 2014].
materialistas, esto no consiste solamente en escribir o representar la <https://www.academia.edu/8544694/Generic_mediality_and_
definición teórica o abstracta de las relacionalidades, sino más bien the_Real_as_the_physical_substance_of_technical_criticali-
en buscar los puntos que nos permiten establecer los microdetalles ty_gk._krinein_Ermessen>
en los microdatos que se han filtrado a través de varias plataformas BURCHILL, Louise (2006). «Re-Situating the Feminine in Contemporary
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Cita recomendada

COLMAN, Felicity (2014). «Feminicidad digital: predicación y medida, informática materialista


e imágenes». En: Beatriz REVELLES BENAVENTE, Ana M. GONZÁLEZ RAMOS, Krizia NARDINI
(coord.). «Nuevo materialismo feminista: engendrar una metodología ético-onto-epistemológica».
Artnodes. N.º 14, p. 7-17. UOC [Fecha de consulta: dd/mm/aa].
<http://journals.uoc.edu/ojs/index.php/artnodes/article/view/n14-colman/n14-colman-es>
<http://dx.doi.org/10.7238/a.v0i14.2408>

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Creative Commons. Puede copiarlos, distribuirlos, comunicarlos públicamente, hacer obras derivadas
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institución editora) de la manera especificada por los autores o por la revista. La licencia completa se
puede consultar en http://creativecommons.org/licenses/by/3.0/es/deed.es.

CV
Felicity Colman
Profesora lectora de Screen Media
Manchester School of Art
Manchester Metropolitan University
f.colman@mmu.ac.uk

Manchester School of Art


Manchester Metropolitan University
Office–Righton Building
Room 104
Cavendish Street
Manchester M15 6BR

Profesora lectora de Screen Media e investigadora en la Manchester


School of Art de la Manchester Metropolitan University, en el Reino Unido.
Es autora de Film Theory: Creating a Cinematic Grammar (Wallflower,
2014) y Deleuze and Cinema (Bloomsbury Academic, 2011), editora de
Film, Theory and Philosophy: The Key Thinkers (2009) y coeditora de
Sensorium: Aesthetics, Art, Life (Cambridge Scholars, 2007).

Vicepresdienta de la COST Action IS1307: New Materialism: Networking


European Scholarship on «How Matter Comes to Matter» <http://www.
cost.eu/domains_actions/isch/Actions/IS1307>.

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REVISTA DE ARTE, CIENCIA Y TECNOLOGÍA

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ARTÍCULO
NODO: «NUEVO MATERIALISMO FEMINISTA: ENGENDRAR UNA METODOLOGÍA
ÉTICO-ONTO-EPISTEMOLÓGICA»

Volverse otro: el pensamiento encarnado


y la «materia o importancia transformadora»
de la teorización del (nuevo) materialismo
feminista
Krizia Nardini
Doctoranda vinculada al IN3 (UOC) y la Universidad de Utrecht
Fecha de recepción: junio de 2013
Fecha de aceptación: octubre de 2014
Fecha de publicación: noviembre de 2014

Resumen
Más allá de afirmar la teoría como proyecto abstracto, incorpóreo y consciente, que se de-
fine en oposición a una materia demasiado corpórea, pasiva (y feminizada), según filósofas
materialistas postestructuralistas y feministas como Irigaray, Rich, Cavarero o Braidotti, la
teorización se ha reformulado como un proceso en el que se invoca la corporeidad del sujeto
pensante –entre otros factores– para replantearse, al mismo tiempo, qué significa teorizar y
qué significa existir como sujeto corpóreo. De manera similar, y apuntándose a la tendencia
crítica y creativa de reclamar la materialidad agencial de los procesos de pensamiento «en-
carnado e incardinado» (Braidotti, 2011), la pregunta que sigue resultando crucial para las
conversaciones del nuevo materialismo feminista es « ¿Cómo se materializa la teorización?»
y « ¿Cómo importa?» (considerando los dos sentidos de matter como «materia» e «importar»).
Al interpretar los movimientos feministas postestructuralistas de manera afirmativa, este texto
pretende enfatizar la relevancia de ir más allá de la costumbre filosófica que constituye el
pensamiento incorpóreo «desde ninguna parte», es decir, planteado desde una «masculinidad
abstracta» (Hartsock, 1987) o neutra, dado que, junto con Van der Tuin y Dolphijn (2010, 2011) se
argumenta que la teorización «ya es siempre» una práctica material y discursiva continuada. Es
más, reconocer los procesos materiales de la teorización no solo resulta relevante en lo referente
a la responsabilidad «onto-epistemológica» (Barad, 2003), sino que además es una tarea con
implicaciones éticas y políticas, en tanto que solo reconociendo cómo se materializa e importa
la teorización se plantea el posible potencial transformador interno del nuevo materialismo

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http://artnodes.uoc.edu Volverse otro: el pensamiento encarnado y la «materia o importancia transformadora»…

feminista. Así, la expresión «volverse otro» se introduce en este texto para señalar la fuerza
generativa que el marco del nuevo materialismo feminista asigna a conceptos y procesos
onto-ético-epistemológicos (Barad, 2003) de elaboración de teoría encarnada e incardinada.

Palabras clave
nuevos materialismos feministas, onto-epistemología, feminismo corpóreo, masculinidad
abastracta

Becoming Otherwise: Embodied Thinking and the “Transformative Matter”


of (New) Feminist Materialist Theorizing

Abstract
Beyond the affirmation of theory as an abstract, disembodied mindful project defined in opposition
to a too-corporeal passive (feminized) matter/body by poststructuralist feminist materialist
philosophers (i.e., Irigaray, Rich, Cavarero, Braidotti), theorizing has been reformulated as an
embodied process, in which the corporeality of the thinking subject – among other factors – is
called upon in order to rethink simultaneously what it means to theorize and what it means to
exists as a corporeal subject. Similarly, riding the critical-creative wave of reclaiming the agential
materiality of “embodied-embedded” (Braidotti, 2011) thinking processes, the question that
remains crucial (in both senses of the word to matter) to new feminist materialist conversations
is “how does theorizing matter?” Reading poststructuralist feminist movements affirmatively,
this text aims to stress the relevance of going beyond the dominant Western philosophical
habitus of thinking disembodiedly “from nowhere”, namely from the position of a neutral
or “abstract masculinity” (Hartsock, 1987), arguing, with Van der Tuin and Dolphijn (2010;
2011), that theorizing is “always already” a material-discursive ongoing practice. Moreover,
acknowledging the material processes of theorizing is not only relevant when it comes to
“onto-epistemological” accountability (Barad, 2003), but also is a task that carries with it
ethico-political implications insomuch as, only by virtue of acknowledging how theorizing does
matter, the inner transformative potential of new feminist materialism becomes possible. The
phrase “becoming otherwise” is therefore introduced here to point to the generative force that
a new feminist materialist framework assigns to concepts and to “onto-ethico-epistemological”
(Barad, 2003) processes of embodied-embedded theory making(s).

Keywords
new feminist materialisms, onto-epistemology, corporeal feminism, abstract masculinity

Dialogar con los materialismos feministas se recoge en la nube y vuelve a la tierra una y otra vez. Pero si no tiene
olor a tierra, no es bueno para ella» (Rich, 2001, pág. 208).
¿Qué es la teoría? ¿Qué significa pensar? Aunque planteadas en
épocas diferentes y con consecuencias distintas, estas preguntas Del mismo modo que sugiere otra estudiosa feminista reconocida,
han resultado fundamentales para la obra conceptual de las teóricas la teoría «siempre procede alguna parte» (Haraway, 1988). Por lo
materialistas postestructuralistas y feministas. Recordando la obra tanto, la teoría volverá de donde viene, con sus propios movimientos,
de Adrienne Rich (2001, original de 1987), influyente pensadora y volverá «a la tierra una y otra vez» (Rich, 2001). Y para que sea
poetisa feminista, me gustaría afirmar que: beneficiosa –para que sea generativa, para que hable al mundo,
para que marque la diferencia, para que sea efectiva y afectiva,
«La teoría –la observación de modelos, el mostrar tanto el bosque como pide Rich,– la teoría debería llevar los rastros sensoriales de
como los árboles– puede ser como el rocío que se levantara de la tierra, su propia genealogía.

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¿Qué es la teoría? La filosofía occidental dominante, definida Según Braidotti (1994; 2011), los procesos de elaboración de
como la actividad pensante de la mente, se encuentra arraigada en teorías están necesariamente «encarnados e incardinados». Estas
los dualismos, platónico primero y cartesiano después, que oponen la posturas tan parciales, impregnadas de la materialidad activa de
teoría pura al estado pasivo de la materia o corporeidad. Las pensado- las redes y conexiones que permiten la elaboración teórica, resultan
ras feministas (materialistas), entre ellas Luce Irigaray, Rosi Braidotti ineludibles. Sin embargo, las coordenadas parciales, encarnadas e
y Donna Haraway, se han concentrado especialmente en extraer las incardinadas de las que emerge la teoría sí que pueden, de hecho,
cuestiones que peligran en esta oposición dualista estructuralmente silenciarse y obviarse. Así ocurre cuando la teoría se practica con la
inherente a la filosofía occidental y preguntarse: ¿Qué es la teoría? mirada distante de un «testigo modesto» (Haraway, 1997) y cuando no
¿Quién puede ser sujeto de la teoría? Así, se expone la relevancia del se reconocen la parcialidad, la encarnación y la posición incardinada.
género en el dualismo cuerpo/mente vinculado con la elaboración de En este caso se afirmará que hay objetividad y, gracias a este «truco
teoría, y se deconstruye al sujeto capacitado para pensar, definido divino», el pensador disfrutará del privilegio epistémico de su «visión
como «masculinidad abstracta» (Hartsock, 1987) en combinación desde ninguna parte» (Haraway, 1988).
con sus atribuciones universales, que tradicionalmente se afirman
en oposición a los «otros» demasiado corpóreos (o feminizados) de la
filosofía: mujeres, otros étnicos, niños, otros no humanos, la materia Cuestionar la masculinidad abstracta
en sí.
Al dialogar con los feminismos de la diferencia sexual (Irigaray, Del marco del postestructuralismo francés surge el corpus de teo-
1985; VV.AA., 1990) y sus reescrituras nómadas y deleuzianas (Brai- rías de la diferencia sexual (representado en gran medida por Luce
dotti, 2002, 2011; Colebrook, 2000a) podemos entender cómo la pura Irigaray) que de manera convincente critica, tanto a escala simbólica
transcendencia (y la teoría incorpórea) se adscribe como actividad como social, la centralidad de la masculinidad incorpórea, racionalista
pensante esencialmente «humana» (léase: racional, universal y mas- e universal en la cultura occidental, o falogocentrismo. Mediante el
culina) a la idea histórica de subjetividad que se define sustrayéndole diagnóstico de la lógica «perversa» (Braidotti, 2005) que sostiene el
las dimensiones de feminidad y corporeidad (y ahora también, para falogocentrismo, las filosofías de la diferencia sexual denuncian que
algunos estudiosos, las de animalidad y materia). Siguiendo la obra de se atribuya un valor universal al género masculino. Se trata del mismo
Genevieve Lloyd (1984), Claire Colebrook explica que, en la filosofía dualismo asimétrico del mismo/el otro que organiza todos los demás
occidental, la razón y la masculinidad se definen conjuntamente, en pares dicotómicos en términos jerárquicos y de género: feminidad/
oposición dualista al cuerpo y la feminidad: masculinidad, pasión/razón, cuerpo/mente, inmanencia/trascenden-
cia, ser/pensamiento, naturaleza/cultura, personal/político, etc. Para
«No solo el pensamiento occidental ha devaluado el cuerpo y la superar las oposiciones dualistas y las posiciones incorpóreas de
feminidad; tanto lo femenino como el cuerpo se niegan en la constitución los sujetos, los teóricos de la diferencia sexual argumentan que la
del pensamiento como tal. La razón no se da mediante una subordinación corporeidad es constitutiva de lo que es y significa existir y pensar.
del cuerpo. La razón está separada del cuerpo y esencial y radicalmente Por lo tanto, se enfatiza la importancia de la naturaleza corpórea de la
dividida de la materialidad» (Colebrook, 2000b, pág. 28; en cursivas en subjetividad como lugar de resistencia para el ser (ontológicamente)
el original). y el pensamiento (epistemológicamente) contra la lógica sexualmente
indiferenciada (universalmente masculina) de lo mismo.
Así, el dualismo en el que se fundamenta la filosofía occidental es Gracias a las teorías feministas, fue posible deconstruir el sistema
precisamente lo que opone (de forma dual y también en términos de falogocéntrico que adjudicaba al sujeto pensante los atributos de
género) el pensamiento a su encarnación, y la base del pensamiento masculinidad o «virilidad abstracta» (Braidotti, 2005, pág. 299). Así,
filosófico racional que niega la corporeidad, la feminidad o la materia. al deconstruir el falogocentrismo y situarlo dentro de su contex-
La masculinidad (blanca) surge como categoría sin marcas y sin to geopolítico, queda claro que, como resultado de las relaciones
cuerpo, que participa de los atributos exigidos al sujeto pensante. En históricas de saber y poder (Foucault, 1980), la posición donde se
oposición dual, está la feminidad y su bagaje de líneas corporales, sitúa el sujeto hombre, blanco, heterosexual, racional, sano y dueño
diferencia u otredad sexual (Lloyd, 1984). Por eso, en Patterns of de propiedades se convirtió en el «paradigma antropológico de la
Dissonance, Rosi Braidotti remite a la obra de Adrienne Rich y Luce modernidad» (Boccia, 2002), es decir, de lo humano (la norma) al que
Irigaray para explorar el significado de la teorización como «pensadora se oponían los otros encarnados (Ahmed, 2000), que así quedaban
encarnada en femenino» y enfatiza que «uno de los temas clave para marcados negativamente como distintos y desprovistos de una hu-
las mujeres en la filosofía contemporánea es la necesidad de hablar manidad total. Basándome en la formulación teórica del feminismo
de las raíces corporales del proceso de pensamiento» (Braidotti, 1991, político de Nancy Hartsock sobre este problema (1987), y siguiendo
pág. 8; la cursiva es mía). las críticas previamente mencionadas que proceden de las teorías de

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la diferencia sexual y del nomadismo feminista, en este artículo utilizo La crítica de Haraway tiene por objetivo poner en evidencia la po-
el concepto de masculinidad abstracta para referirme a la posición del sición de poder de la categoría sin marcar cuyo punto de vista procede
sujeto que se encuentra en el centro de la ontología falocéntrica (las de «ninguna parte»; de aquella, que injustamente, disfruta de «objeti-
relaciones sociales) y la epistemología (los modos de pensamiento). vidad». Sin embargo, como afirma la autora, «la única posición desde
Volviendo a reflexionar sobre la cuestión del dualismo ontológico y la cual no podría practicarse y cumplirse con la objetividad es el punto
epistemológico occidental, Hartsock escribe: de vista del amo, del Hombre, del único Dios, cuyo Ojo produce, se
apropia de y ordena todas las diferencias» (Haraway, 1988, pág. 587).
«Junto con el dominio de un elemento de la dicotomía respecto Al entender el pensamiento como algo encarnado e incardinado,
al otro, el dualismo caracteriza a la sociedad falocéntrica y a la teoría Braidotti (1994; 2002; 2011) desarrolla una estrategia de pensamiento
social. Estos dualismos se presentan en formas diversas en la filosofía, en su obra que pretende incluir una interpretación distinta de la
la tecnología, la teoría política y la organización de la sociedad de clases diferencia o diferencias. Braidotti se basa en la atmósfera nómada
en sí […]. Así, se puede entiender que la masculinidad abstracta ha del filósofo Gilles Deleuze (Deleuze y Guattari, 1987) y le añade su
estructurado las relaciones sociales occidentales y los modos de pen- propio giro feminista: el concepto de diferencia sexual y la práctica
samiento a los que dieron lugar estas relaciones, por lo menos desde de la política de la posición (Rich, 2001). Las diferencias se entienden
que se fundó la polis» (Hartsock, 1987: pág. 169-170; la cursiva es mía). más allá del dualismo, es decir, más allá de la oposición jerárquica
entre uno y el otro. La diferencia, en vez de considerarse como la
Por lo tanto, la noción de masculinidad abstracta sirvió a Hartsock contrapartida devaluada de la norma, se reafirma positivamente en
para señalar la posición de la masculinidad universal e incorpórea su fuerza generativa de creatividad y devenir: según los términos
como aquello que estructuraba las condiciones históricas occidentales del nuevo materialismo feminista, «diferenciado» (differing) sería un
(falocéntricas) a escala social, cultural y epistemológica. término más apropiado (Van der Tuin y Dolphijn, 2011) que «diferente».
Mediante la noción de conocimientos situados, Donna Haraway
participa del proyecto crítico de cuestionar la masculinidad abs-
tracta. Su contribución se suma a otras muchas aproximaciones Hacia un nuevo feminismo materialista
teóricas procedentes de diversas perspectivas como las teorías y
epistemologías feministas, las teorías críticas, la sociología crítica, Epistemológicamente, el nomadismo feminista de Braidotti supone
la antropología postmoderna, etc. Haraway considera que el mismo elaborar un método cartográfico filosófico en el que la teoría «ya es
«enemigo» ha quedado descrito claramente mediante el concepto siempre» devenir (y no solo ser) en las relaciones encarnadas e incar-
de masculinidad abstracta de Hartsock (Haraway, 1988, pág. 578), dinadas de poder. La creatividad, la conciencia, la responsabilidad y
parecido al testigo muy modesto de los experimentos científicos que la predisposición a hacer visibles estas relaciones son tareas que se
ejerce de «ventrílocuo legítimo y autorizado del mundo de los objetos, incluyen en este proyecto filosófico del nuevo materialismo nómada y
sin agregar nada de sus propias opiniones, de su influyente corporei- feminista. Al plantear que la elaboración de teoría procede (afectiva y
dad» (Haraway, 2004, pág. 42). Ese enemigo es invisible a sí mismo, efectivamente) de la cartografía de las relaciones contemporáneas de
transparente y sus palabras no están «contaminadas por el cuerpo» poder, este método quiere mostrar «las raíces corporales del proceso
(Haraway, 2004, pág. 50). Las tendencias epistémicas universalistas de pensamiento» mediante la práctica de la política de la posición.
del sujeto filosófico tradicional fundamentaban sus certezas y su fe Situarse en el propio cuerpo implica algo más que comprender qué
en la razón occidental incorpórea que permite al hombre convertirse significa tener un cuerpo determinado. Como describe de manera
en «el sujeto invisible con rasgos de género» (Whitehead, 2004). convincente Adrienne Rich, [implica] «reconocer […] los lugares a los
Haraway argumenta que salir de esta posición mediante el «truco que me ha llevado, los lugares a los que no me ha dejado ir» (Rich,
divino» solo es posible comprometiéndose, de manera responsable, 2001, pág. 209) para «reconocer nuestra posición, tener que nombrar
a situarse y generar una práctica y un conocimiento necesariamente nuestro territorio de procedencia, las condiciones que hemos dado
encarnados, situados y parciales: por sentadas» (Rich, 2001, pág. 212). A escala onto-epistemológica,
como diría Karen Barad (2003), las consecuencias creativas se en-
«No buscamos el conocimiento gobernado por el falogocentrismo caminan a afirmar lo múltiple, lo situado y las posiciones diversas
(la nostalgia de la presencia de un único mundo verdadero) y la visión de elaboraciones teóricas encarnadas e incardinadas responsables.
incorpórea. Buscamos el conocimiento gobernado por la visión parcial De hecho, este enfoque resulta crucial para la interpretación que
y la voz limitada, no parcialmente porque sí, sino por las conexiones y hace el nuevo materialismo feminista sobre la formación de teorías.
aperturas inesperadas que posibilitan los conocimientos situados. Los De acuerdo con esta perspectiva, «el dualismo se lleva a su propio
conocimientos situados se basan en comunidades, no en individuos extremo» y los dualismos tradicionales se replantean a fondo y trans-
aislados» (Haraway, 1988, pág. 590). versalmente (Van der Tuin y Dolphijn, 2010; 2011). Así, la teorización

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desde perspectivas situadas no solo subvierte los dualismos en los espacio-temporales. Siendo fieles al concepto de conocimientos si-
que se basan la filosofía occidental y la masculinidad abstracta (por tuados de Haraway, entendido como «la política y epistemologías de
ejemplo: pensamiento/corporeidad, transcendencia/inmanencia), sino la posición, el posicionamiento y situación, donde es la parcialidad
que también engendra modos de dialogar con y pensar a través de y no la universalidad la condición que hay que tener en cuenta para
la diferencia o diferencias «más allá del dualismo», lo que permite llegar a conclusiones relativas al conocimiento racional» (Haraway,
que las diferencias difieran de forma horizontal y plural. 1988, pág. 591), dentro del marco del nuevo materialismo no hay
El ímpetu filosófico de superación de los dualismos no deja intacta espacio para trucos divinos incorpóreos: lo que se considera conoci-
la gran divisoria entre modos de ser y modos de saber. De hecho, la miento responsable se sitúa en perspectivas parciales. Por lo tanto,
ontología y la epistemología se abordan constituyéndose mutuamente. y siguiendo una línea metodológica que forma parte de ese marco,
Por lo tanto, dentro del marco del nuevo materialismo feminista, la podemos aplicar lo que hemos aprendido con la epistemología de la
«onto-epistemología» de Barad (Barad, 2003) se utiliza para indicar un tercera ola del feminismo para «captar el nuevo orden consistente
enfoque anti-representacionalista respecto a las prácticas discursivas en enfoques no dialécticos en el campo de la teoría del conocimien-
y procesos de producción de conocimiento. En este sentido, la realidad to feminista» (van der Tuin, 2009, pág 27). Esta tarea implica ser
se conceptualiza de un modo monista e intra-activo (Barad, 2003) conscientes del nexo entre saber y poder, así como hacer visible el
según el cual, los conocimientos del mundo, más que pensarse para carácter situado y la posición encarnada de cada conclusión relativa al
«representar» o «ilustrar» objetivamente la realidad, se producen y conocimiento, y de este modo comprometerse con la responsabilidad
contribuyen a engendrar procesos materiales y semióticos de cambio. onto-epistemológica tanto en términos de contenido como respecto
La ontología se conceptualiza como una red rizomática de devenir o al proceso de producción de conocimiento.
devenires, o intra-acciones materiales y discursivas. Lo que presencia- A escala metodológica, y como he mencionado anteriormente,
mos es una realidad sin copias ni originales en la que todo queda, de la nueva perspectiva materialista contempla preguntas sobre el
manera intransitiva y a varias velocidades e intensidades, interconec- cómo. Es decir, preguntas que no presuponen que su «objeto de
tado con otros procesos de transformación o transformaciones. Por lo investigación» tiene que comprenderse «ahí fuera» (es decir, el qué)
tanto, dentro de esta ontología inmanente y radical del devenir no queda o explicarse de manera teleológica (es decir, el por qué), sino que
lugar para dualismos estructurales o ejemplos representacionalistas. se hacen centrándose en procesos (es decir, el cómo del devenir)
Al replantear la productividad de la teorización y dejar atrás el de intra-acciones materiales y semióticas (Haraway, 1988; Barad,
representacionlismo y las oposiciones dualistas (Van der Tuin y Dol- 2003), tanto dentro del «objeto de conocimiento» como cuando se
phijn, 2010), el nuevo materialismo feminista hace preguntas sobre el está elaborando el «conocimiento en sí» (los aparatos de producción).
cómo y adopta la metodología onto-epistemológica. De esta manera, Basado en el concepto de Barad de (ético)-onto-epistemología dentro
al ir más allá del gesto de separar el pensamiento (epistemología) del de un marco performativo posthumanista, el método cartográfico
ser (ontología), la transversalidad del nuevo materialismo se vincula proporcionado por el nuevo materialismo consiste por lo tanto en es-
a preguntas (ético)-onto-epistemológicas, en las que lo que existe en tablecer cómo se marcan los límites y cómo funcionan las relaciones
el mundo ya establece siempre una relación de intra-actividad con lo contemporáneas de poder. Es más, el nuevo materialismo feminista
que sabemos y decimos al respecto y viceversa, porque, como afirma se centra en la agencialidad e intra-actividad de estas relaciones, sin
Barad, «somos parte de [el mundo] que intentamos entender» (Barad, pretender constituir una epistemología de la representación. Por lo
2003, pág. 828). La noción de ético-onto-epistemología, basada en el tanto, y como estrategia (ético)-onto-epistemológica, el nuevo mate-
artículo de Barad titulado «Posthumanist Performativity» (2003), nos rialismo feminista se basa en abordar el cómo de la materialización
permite desentrañar las dinámicas, según las cuales «los fenómenos e importancia de los fenómenos, las fuerzas intra-activas diversas
llegan a materializarse o importar», (Barad, 2003, pág. 817) de manera del presente en sus devenires interconectados.
recíproca y a escala material, discursiva y ética. Es así como el nuevo Por otra parte, al centrarse en el desarrollo del suceso en sus intra-
materialismo feminista intenta entender los modos en que la teorización acciones, el nuevo materialismo feminista afirma que «no sabemos
se materializa e importa, en ambos sentidos del término inglés matter. nada del cuerpo (social) hasta que sabemos lo que puede hacer» (van
der Tuin y Dolphijn, 2010: pág. 17; la cursiva es mía). Como ya escribe
Barad respecto al potencial de cambio implícito en las intra-acciones:
¿Cómo se materializa e importa
la teorización? «Las intra-acciones poseen el potencial de hacer algo más que parti-
cipar en la constitución de geometrías de poder, pues abren posibilidades
El nuevo materialismo proporciona las herramientas conceptuales para el cambio en su topología, y, por ese motivo, las intervenciones
para ampliar la elaboración de teoría y entender el pensamiento que realizadas en las múltiples posibilidades reconfiguran ambas potencia-
ya está siempre encarnado y localizado dentro de unas coordenadas lidades» (Barad, 2001, pág. 104; la cursiva es mía).

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Esto es, por lo tanto, un ejercicio onto-epistemológico porque no El nuevo materialismo feminista enfatiza la creatividad del concepto
distingue lo material de lo discursivo en términos representacionalistas (Deleuze y Guattari, 1994) y se concentra en los aspectos generativos
(pero entiende que se constituyen mutuamente); también se trata de de la teoría. Los conceptos se abordan como «aparatos de producción
un ejercicio ético-político porque, al entender que las intra-acciones de conocimiento» (Barad, 2003). Nos ayudan a encarar, de un modo
ofrecen opciones de reconfiguración, su objetivo es detectar las rela- transformador e intra-activo, la realidad de la que formamos parte y
ciones y dejar sitio para el movimiento y el cambio dentro de las recon- que intentamos entender. La interacción transversal con los enredos
figuraciones. Tal como escribieron Hinton y Van der Tuin recientemente ético-ontológico-epistemológicos es lo que permite hacer sitio para
en el prefacio al número especial de Feminist Matters: The Politics of engendrar procesos de cambio materiales y discursivos.
New Materialism, el potencial político del nuevo materialismo femi-
nista implica, de hecho, «la búsqueda cuidadosa de la condición de
posibilidad de la posibilidad» (Hinton y Van der Tuin, 2014, pág. 6; en Referencias bibliográficas
cursiva en el original). La materialidad e importancia transformadora
del nuevo materialismo feminista radica, por tanto, en este ejercicio VV.AA. (1990). Diotima, Il penseiro della differenza sessuale. Milán:
ético-onto-epistemológico, que busca afirmativamente el potencial de La Tartaruga.
devenir otro de la materia, la vida y la teoría (y de todos ellos juntos). AHMED, Sara (2000). Strange Encounters: Embodied Others in Post-
Coloniality. Londres: Routledge.
BARAD, Karen (2003). «Posthumanist Performativity: Toward an Un-
Conclusión derstanding of How Matter Comes to Matter». Signs: Journal of
Women in Culture and Society. Vol. 28, Núm. 3, pág. 801-831.
En este artículo he mostrado de qué manera algunas filosofías fe- BOCCIA, Maria Luisa (2002). La differenza politica. Milán: Il Saggiatore.
ministas materialistas, como las teorías de la diferencia sexual, los BRAIDOTTI, Rosi (1991). Patterns of Dissonance. A Study of Women
feminismos corpóreos o el nomadismo feminista, que se inspiran en in Contemporary Philosophy. Cambridge: Polity Press.
la crítica de Luce Irigaray de la metafísica falogocéntrica occidental, BRAIDOTTI, Rosi (1994). Nomadic Subjects. Embodiment and Sexual
elaboran creativamente un modo distinto de pensar que intenta ir Difference in Contemporary Feminist Theory. Nueva York: Colum-
más allá de los dualismos, tanto a escala conceptual como metodoló- bia University Press.
gica. Indico que el desplazamiento más allá de los dualismos incluya BRAIDOTTI, Rosi (2002). Metamorphoses. Towards a Materialist Theory
una opción autorreflexiva que comprenda el pensamiento filosófico of Becoming. Cambridge: Polity Press. [Traducción: Metamorfosis:
como tal y que nos oriente hacia la estrategia de pensamiento que hacia una teoría materialista del devenir. Madrid; Akal, 2005].
adoptemos para elaborar teoría. Al abogar por la responsabilidad BRAIDOTTI, Rosi (2005). «Sexual Difference Theory». En: Alison M.
onto-epistemológica del pensamiento encarnado e incardinado, JAGGAR e Iris Marion YOUNG (eds.). A Companion to Feminist
quería enfatizar que la teorización se realiza desde una posición Philosophy. Oxford: Blackwell Publishing, pág. 298-306.
determinada. En lo referente a las filosofías del (nuevo) materialismo BRAIDOTTI, Rosi (2011). «Feminist Philosophy Revised». Nomadic
feminista a las que me he remitido anteriormente, el movimiento Theory. The portable Rosi Braidotti. Nueva York: Columbia Uni-
crítico y afirmativo propuesto implica reelaborar el pensamiento (y el versity Press.
ser) como tal, para así superar los dualismos ontología/epistemología COLEBROOK, Claire (2000a). «Is Sexual Difference a Problem?». Ian
y ser/pensamiento. En otras palabras, la pregunta ya no es «¿qué Buchanan y Claire Colebrook (eds.). Deleuze and Feminist Theory.
es la teoría?», sino «¿cómo se materializa o importa la teoría?». Edinburgo: Edinburgh University Press, pág. 110-127.
En consecuencia, las filosofías del nuevo materialismo feminista COLEBROOK, Claire (2000b). «Incorporeality. The Ghostly Body of
que se han mencionado en este artículo comparten la idea de que Metaphysics». Body and Society. Vol. 6, núm. 2, pág. 25-44.
la corporeidad forma parte de lo que significa pensar y existir. Es Londres: SAGE Publication.
importante explicitar la labor encarnada e incardinada del proceso DELEUZE, Gilles; GUATTARI, Felix (1987). «Becoming-intense, Beco-
de pensamiento para mostrar que la teoría sí viene de algún sitio, y ming-animal. Becoming Imperceptible». A Thousand Plateaus.
que, al constituirse con una realidad en devenir continuo (la onto- Capitalism and Schizophrenia. Minéapolis: University of Minnesota
epistemología), puede influir como proyecto político creativo. En Press., pág. 232-265. [Traducción: Mil mesetas: capitalismo y
particular, y para convertirse en materia transformadora, la teorización esquizofrenia. Valencia: Editorial Pre-Textos, 2010].
del nuevo materialismo feminista se realiza más allá de objetivos HARAWAY, Donna (1988). «Situated Knowledges: The Science Question
representacionalistas. Dicho en otras palabras, se realiza más allá in Feminism and the Privilege of Partial Perspective». Feminist
de la tentación epistemológica de reflejar lo real (el qué) en la visión Studies. Vol. 14, núm. 3, pág. 575-599.
objetiva del truco divino que garantiza la verdad de la representación. <http://dx.doi.org/10.2307/3178066>

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HARAWAY, Donna (1997). Modest_Witness@Second_Millennium. RICH, Adrienne (1987). «Notes Towards a Politics of Location». Blood,
FemaleMan_Meets_OncoMouse: Feminism and Technoscience. Bread and Poetry. Londres: Virago, pág. 210-232. [Traducción:
Nueva York. Routledge. [Traducción: Testigo_Modesto@Segun- «Apuntes para una política de la posición». Sangre, pan y poe-
do_Milenio.HombreHembra@_Conoce_Oncoratón. Barcelona: sía: prosa escogida 1979-1985. Barcelona: Icaria, pág. 205-22,
Editorial UOC, 2004]. 2001].
HARTSOCK, Nancy (1987). «The Feminist Standpoint: Developing the VAN der TUIN, Iris (2009). «Jumping Generations: On Second- and
Ground for Specifically Feminist Historical Materialism». In: Sandra Third-Wave Feminist Epistemology». Australian Feminist Studies.
HARDING (ed.). Feminism and Methodology. Bloomington Indiana Vol. 24, núm. 59, pág. 17-31.
University Press, pág. 157-180. <http://dx.doi.org/10.1080/08164640802645166>
HINTON, Peta; VAN der TUIN, Iris (2014). Prefacio de Women a Cultural VAN der TUIN, Iris; DOLPHIJN, Rick (2010). «The Transversality of
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IRIGARAY, Luce (1985). Speculum of the Other Woman. Gillian C. GILL <http://dx.doi.org/10.1080/09574042.2010.488377>
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LLOYD, Genevieve (1984, reimp. de 1995). The Men of Reason. Male WHITEHEAD, Stephen M. (2004). «Man: the invisible gendered sub-
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MURARO, Luisa (1990). L’Ordine Simbolico della Madre. Milán: Il Sa- Masculinities Reader. Cambridge: Polity Press, pág. 351-368.
ggiatore. [Traducción: El orden simbólico de la madre. Madrid:
Horas y Horas, 1994].

Cita recomendada

NARDINI, Krizia (2014). «Volverse otro: el pensamiento encarnado y la “materia o importancia


transformadora” de la teorización del (nuevo) materialismo feminista». En: Beatriz REVELLES
BENAVENTE, Ana M. GONZÁLEZ RAMOS, Krizia NARDINI (coord.). «Nuevo materialismo feminista:
engendrar una metodología ético-onto-epistemológica». Artnodes. N.º 14, pág. 18-25. UOC [Fecha
de consulta: dd/mm/aa].
<URL http://journals.uoc.edu/ojs/index.php/artnodes/article/view/n14-nardini/n14-nardini-es>
<DOI http://dx.doi.org/10.7238/a.v0i14.2412>

Este artículo está sujeto –si no se indica lo contrario– a una licencia de Reconocimiento 3.0 España de
Creative Commons. Puede copiarlos, distribuirlos, comunicarlos públicamente, hacer obras derivadas
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CV
Krizia Nardini
Doctoranda vinculada al IN3 (UOC) y la Universidad de Utrecht

knardini@uoc.edu
INTERNET INTERDISCIPLINARY INSTITUTE (IN3)
Edifici Media-TIC
C/Roc Boronat 117, 7
08018 Barcelona

Posee el grado en filosofía otorgado por la Universidad de Siena y un


máster en estudios de género por la Universidad de Utrecht. Actual-
mente prepara su doctorado sobre masculinidades en red en el IN3
(UOC), donde investiga la movilización de hombres profeministas en
Italia y España y sus vínculos con las teorías y el activismo feminista.
Al empezar a preparar su proyecto doctoral en Holanda colaboró con el
programa de posgrado sobre género como profesora ayudante. Entre sus
intereses de investigación se cuentan la filosofía feminista (sobre todo
los materialismos feministas), la onto-epistemología, las masculinidades
críticas y la antropología del cuerpo. Forma parte del grupo AtGender:
European Network for Gender Research and Documentation y de la
EU COST Action: New Materialism: Networking European Scholarship.

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REVISTA DE ARTE, CIENCIA Y TECNOLOGÍA

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artículo
NODO: «Nuevo materialismo feminista: engendrar una metodología
ético-onto-epistemológica»

De la interacción a la intra-acción
en la performance del paisaje
Annette Arlander
Artista, investigadora, pedagoga
Universidad de las Artes de Helsinki (Finlandia)
Fecha de recepción: junio de 2014
Fecha de aceptación: octubre de 2014
Fecha de publicación: noviembre de 2014

Resumen
Cuando intentamos entender y articular la práctica artística denominada performance del
paisaje, resulta útil comprender varios (f)actores, como por ejemplo el viento, el trípode, el
pañuelo, el cuerpo y demás, como elementos colaboradores que interactúan dentro de un
ensamblaje de materialidades diversas (Bennett, 2010). No obstante, y considerando la visión
que tiene Rosi Braidotti (2013) de los debates acerca de lo posthumano, podríamos preguntarnos
si es posible comprender mejor la interacción como una intra-acción (Barad, 2007), donde
el enredo de diversos componentes es un requisito esencial y no un resultado de la acción.
¿Puede entenderse la escisión del artista que es performer ante la cámara y al mismo tiempo
testigo detrás de ella como un tipo de corte agencial? En el caso de una práctica previa –la
performance con plantas– se asume de manera más intuitiva que se trata de una intra-acción,
debido a la interdependencia simbiótica de animales y plantas que intercambian oxígeno y
dióxido de carbono. ¿Pero podríamos entender la actuación ante la cámara, con un pequeño
columpio sujeto a un árbol, también como una intra-acción? Y si es así, ¿cuáles podrían ser
las ventajas metodológicas de adoptar esa perspectiva?
Este estudio de caso situado dentro del campo de la performance como investigación e
investigación artística está vinculado a la materialización de lo digital, dado que la práctica
en sí es en gran medida digital, aunque este artículo se concentra mayoritariamente en
cuestiones metodológicas.

Palabras clave
intra-acción, performance del paisaje, investigación artística, performance como investigación,
entorno

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From interaction to intra-action in performing landscape

Abstract
When we try to understand and articulate an artistic practice called performing landscape,
it proves helpful to understand various (f)actors, such as, for instance, the wind, the tripod,
the scarf, the body, and so on, as interacting collaborators within an assemblage of various
materialities (Bennett, 2010). Prompted by Rosi Braidotti’s (2013) overview of the discussions
around the posthuman, however, we could ask whether it is possible to understand the
interaction more like an “intra-action” (Barad, 2007), where the entanglement of the various
components is a pre-condition, rather than a result, of the action. Perhaps the split of the artist
into a performer in front of the camera and a witness behind it could be understood as an
agential cut of sorts? In the case of a previous practice — performing with plants — intra-
action is intuitively easier to assume, due to the symbiotic interdependence of animals and
plants in their exchange of oxygen and carbon dioxide. But could we understand performing
for the camera, with a small swing attached to a tree, as an intra-action as well? And if so,
what would be the methodological advantages of pursuing such an understanding?
This case study set within the field of performance as research and artistic research is related
to the mattering of the digital, since the practice itself is to a large extent digital, although the
main focus of the paper is on methodological questions.

Keywords
intra-action, performing landscape, artistic research, performance as research, environment

Introducción ni los elementos quedan gobernados por un elemento central. Los


efectos generados por un ensamblaje son propiedades emergentes
En un proyecto reciente, Year of the Snake Swinging (2014), realizado con la capacidad de hacer que pase algo. Además de la fuerza vital de
para la cámara una vez a la semana durante un año, un álamo temblón cada miembro del grupo, hay una eficacia propia de la agrupación: una
que crece en la costa occidental de la isla de Harakka (Helsinki) nos agencia del ensamblaje, según Benett. Un ensamblaje nunca es un
proporcionó el entorno y soporte adecuados para instalar un pequeño bloque sólido, sino un colectivo abierto, una «suma no totalizable» con
columpio y para mostrar las estaciones y el tiempo cambiantes. Este un historial de formación y una vida finita (Bennett, 2010, pág. 23-24).
proyecto fue el último de una serie anual que inicié en 2002 y terminé Está claro que el árbol posee cierta agencia en el ensamblaje
en 2014, denominada Animal Years, basada en el calendario chino y de la madera, la cuerda y la rama que forman el columpio. Y en
sus ciclos de doce años, de manera que cada año recibe el nombre este caso podríamos añadir otros (f)actores, como el mar, el viento,
de un animal concreto. El proyecto exploraba la cuestión de cómo los acantilados, el ser humano, el pañuelo, la videocámara sobre el
realizar una performance en el paisaje hoy en día (Arlander, 2012), trípode y demás que colaboran interactuando en el ensamblaje. La
basada en las tradiciones del arte de la performance, el videoarte y agencia de la tecnología es evidente: si a la cámara se le acaba la
el arte ambiental, en la frontera entre todas ellas. La capa más sig- batería, la capacidad productiva del ensamblaje se ve afectada y
nificativa de la obra durante el año de la serpiente fue el movimiento no habrá vídeo. Pero la agencia del álamo temblón aún resulta más
del columpio, sujeto al árbol de la orilla y visitado por otros perfomers palpable: sin árbol, sin rama, no hay lugar al que sujetar el columpio.
además de mí misma (véase el apéndice). La forma extraña a la derecha de la imagen, en la orilla (véase la Figura
En su reconocida obra Vibrant Matter, a political ecology of things 1), es la del tocón de otro álamo que antes crecía allí, pero murió hace
(2010), Jane Bennett reafirma la agencia de los ensamblajes. Benett algunos años, quizás porque tenía demasiada agua de mar en las
intenta desarrollar una agencia distributiva basada en los cuerpos raíces. Al crecer un árbol junto al otro, se podía colocar una hamaca
«afectivos» de Spinoza y en los «ensamblajes» de Deleuze y Guattari. entre los álamos. Ahora, el que queda sirve para colgar un columpio.
Para ella, los ensamblajes son «agrupaciones ad hoc de diversos ele- El reconocimiento de la agencia del árbol sugiere más preguntas.
mentos, de materiales vibrantes de toda clase» (Bennett, 2010, pág. ¿Cómo podríamos entender mejor la agencia en la performance como
23-24). El poder no se distribuye equitativamente por la superficie, investigación? ¿Y eso qué significaría en términos metodológicos?

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2007). Las prácticas enredadas son productivas y quienes y lo que


queda excluido de ellas se materializa e importa, ya que distintas
intra-acciones producen distintos fenómenos (Barad, 2007, pág. 58).
Según Barad, de la intra-acción surgen entidades determina-
das. El término intra-acción remite a su inseparabilidad ontológica
y esto contrasta con la interacción, que se basa en la metafísica
del individualismo. Así, deberíamos entender los fenómenos como
intra-acciones específicas, no como objetos en sí mismos. «Dado
que, individualmente, las entidades determinadas no existen, las
medidas no implican una interacción entre entidades separadas,
sino más bien que de la intra-acción surgen entidades determinadas
[…]. Un fenómeno es una intra-acción específica de un “objeto” y las
“agencias de medida”: el objeto y las agencias de medida surgen de
la intra-acción, en vez de preceder a la intra-acción que las produce»
Figura 1. Year of the Snake – In the Swing (2014), fotograma. Cámara y performer: Annette (Barad, 2007, pág. 128). Para Barad, los fenómenos son intra-acciones
Arlander.
físicas y conceptuales (materiales y discursivas), y el término intra-
acción quiere decir «la constitución mutua de objetos y agencias
de observación dentro de los fenómenos» (Barad, 2007, pág. 197).
Intra-acción La autora resume su definición del siguiente modo: «Las distintas
intra-acciones materiales producen distintas materializaciones del
Si nos plantemos el columpio como un enredo, la interacción de los mundo» (Barad, 2007, pág. 380).
elementos que forman el columpio (el tablón pequeño, las cuerdas, ¿Qué significa esto en relación a nuestro ejemplo del columpio?
la rama del árbol) se entendería mejor con la idea de intra-acción El columpio surge del enredo de la cuerda, la madera y el árbol…
descrita por Karen Barad, dado que la combinación de esos elementos ¿pero acaso estas cosas no existen como elementos individuales
es un requisito y no un resultado de la acción. antes de combinarse en un columpio? Según Barad no, dado que
Para Karen Barad, la intra-acción es un elemento clave del marco todas ellas forman parte del mundo que intra-actúa consigo mismo.
realista agencial. La intra-acción «significa la constitución mutua de Mediante la noción de intra-actividad «emerge una nueva ontología
agencias enredadas». A diferencia del término ordinario interacción, viva» (Barad, 2007, pág. 33), que se basa en la inseparabilidad fun-
«reconoce que las distintas agencias no preceden a la interacción, damental. En vez de contemplar el columpio como un ensamblaje
a sino que emergen a través de su intra-acción» (Barad, 2007, pág. de elementos preexistentes como la cuerda, la madera y el árbol,
33). Es más, solo son distintas en un sentido relacional: «las agen- ¿deberíamos entender el fenómeno de un columpio como el que
cias solo son distinguibles en relación a sus enredos mutuos, no produce tales elementos? Puede que las partes del columpio sean
existen como elementos individuales» (Barad, 2007). Según Barad, partes del columpio solamente después de que el columpio haya
los fenómenos (y no los objetos independientes) son «las unidades llegado a serlo. O, a un nivel más material, el tablón ha formado
básicas de la existencia” (Barad, 2007, pág. 333). No se limitan a parte de otro árbol antes de ser tablón y pintarlo de azul. La cuerda
señalar la inseparabilidad del observador y el observado, sino que de plástico está hecha de petróleo, de los restos de un bosque de
«los fenómenos constituyen la inseparabilidad o enredo ontológico hace millones de años. Estos elementos aparentemente individuales
de las “agencias” que intra-actúan» […] (Barad, 2007, pág. 139). son el resultado de intra-acciones previas. La noción de intra-acción
Resumiendo, «los fenómenos son enredos ontológicos» (Barad, 2007, modifica nuestra comprensión de la relación que tenemos con el
pág. 333). Los fenómenos se producen a través de las intra-acciones. entorno. Barad explica que los cuerpos no se limitan a situarse o
Como especifica Barad, «es a través de las intra-acciones agenciales localizarse en entornos particulares, sino que los entornos y los
específicas que los límites y propiedades de los “componentes” de los cuerpos se constituyen mutuamente de manera intra-activa. «Los
fenómenos se determinan y las articulaciones materiales particulares cuerpos (“humanos”, “ambientales” o de otra clase) constituyen
del mundo cobran sentido» (Barad, 2007). Así, «los aparatos no son “partes” integrales o reconfiguraciones dinámicas de lo que es»
solo instrumentos de observación, sino también prácticas para trazar (Barad, 2007, pág. 170).
límites — reconfiguraciones materiales específicas del mundo — que La relación entre los «cuerpos» y el «entorno» se vuelve evidente
llegan a materializarse e importar» (Barad, 2007, p. 140). Los distintos al trabajar con imágenes grabadas en vídeo. La idea constitutiva de
límites entre humanos y no humanos, cultura y naturaleza, ciencia y intra-acción es más fácil de entender, puesto que los elementos
lo social se constituyen a través de intra-acciones causales (Barad, de la imagen están producidos por la intra-acción de «agencias de

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medida» como la cámara, el trípode, el encuadre de la imagen, y diferencia de la cámara de fotos, los momentos adecuados pueden
«objetos» como el acantilado, el mar, el árbol, el tocón, el columpio y escogerse luego en el montaje. Y a diferencia de la cámara de cine,
la performer. En la imagen, el columpio y el árbol forman un entorno los resultados pueden verse enseguida y reutilizarse el material, con
alrededor de la figura humana, mientras que el columpio que se lo que se pueden corregir errores e improvisar.
mueve solo deviene un cuerpo por derecho propio, rodeado de un Aún hay otro tipo de corte agencial, o más bien de agencia de
entorno. Y sin el columpio, el árbol y el tocón cercano forman los medida, que participa en la elección del tiempo. Se produce un corte
cuerpos principales junto con el mar, el cielo y los acantilados como de tiempo, o enmarcado temporal, al repetir la acción un vez a la
entorno. semana, al elegir «fragmentos de tiempo» del paisaje a intervalos
de una semana. Un «enmarcado temporal» distinto, como volver al
mismo lugar una vez al mes, generaría otra imagen de los cambios
Corte agencial en el paisaje. Todo lo que hay entre los instantes grabados queda
excluido del video, es una consecuencia del corte o salto generado
La noción de Barad de «corte agencial» resulta útil en este contexto. por el tiempo o el aparato de medida.
Según la autora, la división entre sujeto y objeto se establece cada Al eliminar en vez de añadir capas de material documental en
vez, en lugar de darse previamente: «Las intra-acciones incluyen el montaje, se genera lo que parece una nueva realidad. En mi caso
la disposición material más amplia (por ejemplo: un conjunto de utilizo todas las tomas en el orden en que se grabaron y dejo fuera
prácticas materiales) que efectúa un corte agencial entre “sujeto” y las secuencias en que la performer entra y sale del plano. Así se crea
“objeto” (en contraste con el corte cartesiano más conocido, que da una ilusión de continuidad en la obra final. Si la performer se sienta
por sentada esta distinción). Es decir, que el corte agencial establece o se queda inmóvil en el paisaje, se genera la ilusión de que sigue
una resolución dentro de la indeterminación inherente ontológica o se- allí mientras cambian las estaciones. En este ejemplo el ritmo del
mántica» (Barad, 2007, pág. 139-140). Barad explica cómo los límites columpio refuerza la ilusión de continuidad.
y propiedades de las partes del fenómeno se vuelven determinados Los hechos que suceden mientras se graba el video no se basan
solo en el corte agencial que distingue el «objeto medido» del «agente exclusivamente en decisiones humanas. El fotómetro, el ajuste del
de medida». Así, «la intra-acción de una parte del fenómeno con otra balance de blancos, el autofoco y otras tecnologías incluidas en
señala una correlación entre la “agencia causal” (causa) y la “agencia las funciones automáticas de la cámara reaccionan y se reajustan
de medida” (efecto)» (Barad, 2007, pág. 337). Esta situación no queda constantemente a los cambios del entorno provocados por el tiempo
restringida a las actividades humanas. «Si una medida es la marca y el viento, la hora del día y el año, todo lo que pasa por delante de
intra-activa de una parte de un fenómeno en otro y consideramos la cámara y las acciones de la perfomer. También el proceso de
los fenómenos como enredos ontológicos específicos, es decir, como montaje, en el que se escoge qué imágenes utilizar, cuáles no y
configuraciones materiales específicas del mundo, entonces no hay cómo combinarlas, constituye una interacción (o intra-acción) entre
nada inherente en una medida que la haga irreducible a la escala la elección humana y todo lo que ofrece la tecnología.
humana» (Barad, 2007, pág. 338). El encuadre de la imagen, la escisión entre perfomer y observador
Simplificando, podemos entender lo expuesto anteriormente y el tiempo en que se inscribe la performance son comparables a
mediante la práctica de vídeo. La cámara produce la imagen en- cortes agenciales y está claro que marcan una diferencia. Como
cuadrándola, generando un corte entre lo que está dentro y fuera de afirma Barad: «Igual que cortes agenciales distintos materializan
campo, entre lo que forma parte de la imagen y lo que no. Esta división fenómenos distintos –distintas marcas sobre los cuerpos– nuestras
no existe antes del paisaje, sino que emerge a través de la acción intra-acciones […] contribuyen a que el mundo se materialice de
de registrar vídeo. Esta intra-acción implica prácticas materiales y un modo distinto» (Barad, 2007, pág. 178). No obstante, la autora no
discursivas como las propiedades de la lente de la cámara o mis ideas enfatiza la capacidad de elección, dado que «los cortes agenciales no
preconcebidas sobre lo que constituye una buena vista y demás. Y los hacen intencionadamente individuos, sino la disposición material
estas prácticas también se generan a través de las intra-acciones. más amplia de la que “nosotros” formamos “parte”». Somos respon-
La noción de corte agencial podría resultar útil para describir la sables de los cortes que contribuimos a hacer, no porque escojamos
práctica de actuar ante una cámara montada sobre un trípode. La o nos escojan, «sino porque somos una parte agencial del devenir
escisión del artista entre el performer delante de la cámara y el testigo material del universo» (Barad, 2007). Esto también implica que los
detrás de ella también puede denominarse corte agencial. Al colocar «”otros” nunca están muy lejos de “nosotros”, “ellos” y “nosotros” nos
la cámara sobre un trípode, la misma persona hace de fotógrafo y constituimos mutuamente y nos enredamos a través de los mismos
performer. La cámara puede ponerse a grabar y hacer así de testigo, cortes que “nosotros” ayudamos a hacer» (Barad, 2007, pág. 129).
y el performer puede entrar en el plano, realizar la acción y luego El árbol y el columpio se constituyen mutuamente y se enredan
volver a ponerse detrás de la cámara para controlar el resultado. A de una manera que cambia con el paso del tiempo. ¿Forma la rama

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del árbol a la que se sujeta el columpio parte del columpio? Si las flujo y reflujo continuo de la agencia». Así, «en la medida en que los
cuerdas se dejan alrededor de la rama, ¿acabarán rodeando el árbol “seres humanos” poseen un papel en la constitución de fenómenos
que crece y quedarán cubiertas del liquen que lo cubre? Pero, ¿cómo específicos cuando emergen, también lo hacen como parte de la
podrían cambiar los límites entre el columpio y quien se columpia configuración material más amplia o, mejor dicho, de la reconfigura-
en él? Por muy cómoda que me sienta con el entorno en el que me ción continua del mundo» (Barad, 2007, pág. 338). No obstante, esta
encuentro, soy consciente de lo que forma parte del árbol y de lo circunstancia no hace disminuir nuestra responsabilidad, pues a cada
que forma parte de mí. ¿Cómo nos constituimos mutuamente y nos momento se dan posibilidades para la intra-acción que «comportan la
enredamos, además de por el intercambio constante de oxígeno obligación ética de intra-actuar de manera responsable en el devenir
y dióxido de carbono? Puede que esta diferencia percibida entre del mundo, de contestar y reelaborar lo que se materializa e importa
nosotros sí me constituya, a través de un proceso recíproco, como y lo que se excluye de tales procesos» (Barad, 2007, pág. 235).
persona. Para la práctica artística esto implica, por una parte, responsabi-
Como escribe Barad: «las intra-acciones agenciales son actua- lizarse en qué concentrarse y qué señalar, y también tener en cuenta
ciones materiales causales específicas que puede que impliquen los efectos materiales, afectivos y discursivos de la obra de arte, como
“seres humanos” o no», pero el objetivo no es solamente incorporar ha señalado Barbara Bolt (Bolt, 2008). Por otro lado, también implica
«tanto a humanos como a no humanos en el aparato de producción responsabilizarse en lo que se hace, en el proceso. Por ejemplo,
corporal» (Barad, 2007, pág. 171). Para la autora, «los seres humanos fijarse en qué tiene lugar durante la práctica, incluidos los efectos
no se limitan a ensamblar distintos aparatos para satisfacer proyectos secundarios no deseados.
particulares de conocimiento, sino que ellos mismos forman parte de Según Barad, «aprender a intra-actuar responsablemente, como
una reconfiguración continua del mundo» (Barad, 2007). La autora parte del mundo, implica entender que “nosotros” no somos los únicos
desdeña tanto la visión humanista como la antihumanista, ya que seres activos, aunque esto jamás justificará que desviemos nuestra
los sujetos humanos no existen antes de implicarse en prácticas responsabilidad hacia otros» (Barad, 2007, pág. 391). Para la autora,
naturales y culturales, ni son los efectos de prácticas discursivas la agencia es una actuación, no algo que uno tiene ni un atributo de
humanas. Ni son observadores externos de aparatos ni sujetos in- sujetos u objetos, y nos anima a «considerar la agencia distribuida
dependientes que intervienen en el funcionamiento de los aparatos, entre las formas humanas y no humanas» (Barad, 2007, pág. 214).
ni son los productos de las tecnologías sociales que los generan Esta agencia distribuida resulta evidente en la práctica de la
(Barad, 2007). Los sujetos y los objetos se constituyen a través de performance del paisaje. El columpio, quien se columpia, el árbol,
intra-acciones específicas, que pueden abarcar límites tradicionales la rama, el tocón, los acantilados, el mar –o las nubes, la nieve, las
entre humanos y no humanos o entre el uno y el otro (Barad, 2007, hojas y los visitantes humanos– forman partes enredadas del mismo
pág. 342). Para ella, «los cuerpos humanos, como todos los demás devenir material del mundo en la imagen. Y los agentes que solo
cuerpos, no son entidades con límites y propiedades inherentes, sino son visibles indirectamente como la cámara, el trípode, o incluso
fenómenos que asumen límites y propiedades específicos a través la barca en la que remo hasta la isla–también poseen agencia. En
de la dinámica abierta de la intra-actividad» (Barad, 2007, pág. 172). las imágenes en vídeo, los límites entre quién y qué actúa pueden
¿Qué significa esto en relación con mi práctica material y discur- cambiar, de modo que el árbol o el columpio pueden convertirse en
siva, natural y cultural de performance del paisaje? ¿Significa que actores principales. En términos de agencia, al crear la imagen, todos
yo también, como el columpio o el árbol en el mar, asumo límites y participamos de la intra-acción.
propiedades específicos a través de las intra-acciones implicadas? Barad resume su realismo agencial: «El mundo es una intra-
¿Que cambio el entorno mediante mis acciones, como cuando genero actividad en su materialización diferencial […] las unidades ontoló-
un camino en el musgo de los acantilados al colocar repetidamente gicas primarias no son “cosas” sino fenómenos, reconfiguraciones,
el trípode en el mismo lugar? ¿Que el paisaje me cambia, como enredos, relacionalidades o (re)articulaciones topológicas dinámicas
cuando me salen ampollas en las manos al agarrar repetidamente del mundo. Y las unidades semánticas primarias no son “palabras”,
los nudos que hay en las cuerdas del columpio? ¿Que mis opiniones sino prácticas materiales y discursivas a través de las cuales se
acerca de lo que es una temperatura placentera o una vista bonita constituyen límites (ónticos y semánticos). Este dinamismo es
cambian con el tiempo? ¿Que cambio y me transformo junto con el agencia. La agencia no es un atributo, sino las reconfiguraciones
entorno? Sí, sin duda. continuas del mundo. El universo es una intra-actividad agencial en
Para Barad, los seres humanos son fenómenos emergentes como su devenir» (Barad, 2007, pág. 141). La autora define la agencia del
todos los demás sistemas físicos: «Siempre hay partes del mundo siguiente modo:
intra-actuando con otras partes del mundo», escribe, «y es a través
de las intra-acciones específicas como se representa un sentido «La agencia es el “hacer” o el “ser” en su intra-actividad. Repre-
del ser diferencial –con límites, propiedades, causa y efecto– en el senta cambios iterativos en prácticas particulares, reconfiguraciones

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iterativas de variedades topológicas de relaciones materiales espacio- absoluta, sino intra-activa en relación a un fenómeno específico»
temporales, a través de la dinámica de la intra-actividad. La agencia (Barad, 2007, pág. 339). Para Barad, el «observador» y lo «observado»
se basa en modificar las posibilidades de cambio involucradas en la no son más que dos sistemas físicos que intra-actúan para señalar
reconfiguración de aparatos materiales y discursivos de la producción el «efecto» a través de la «causa». Los observadores humanos son
corporal, incluidas las articulaciones y exclusiones corporales señaladas posibles, pero no necesarios, y la objetividad es una cuestión de
por tales prácticas en la representación de una estructura causal» «responsabilidad ante las marcas en los cuerpos». Barad no basa la
(Barad, 2007, pág. 178). objetividad en una separabilidad ontológica inherente, sino en una
separabilidad agencial intra-activa. Es más, «la reproductibilidad y
Aunque la explicación previa puede parecer demasiado com- la comunicación no ambigua de resultados de laboratorio resultan
plicada en términos de práctica artística, podría tener sentido. Las posibles porque el corte agencial establece límites, propiedades y
visitas semanales al mismo lugar, intra-actuando con los mismos significados determinados, así como el “objeto medido” (“la causa”)
elementos, sujetando el columpio a la rama, colocando la cámara en dentro del fenómeno» (Barad, 2007, pág. 340).
el acantilado (con variaciones mínimas), podrían entenderse como En la investigación artística no se busca «la reproductibilidad
«cambios iterativos de prácticas particulares». El registro de los y la comunicación no ambigua de resultados de laboratorio», aun-
cambios en el paisaje a lo largo de un año también podría denomi- que ayudaría establecer alguna clase de separabilidad agencial. La
narse registro de «variedades topológicas de relaciones materiales tarea del artista-investigador no solo consistiría en reconocer su
espaciotemporales». A través de esta práctica de «reconfiguración subjetividad y enredo con el objeto de investigación, sino también
de aparatos materiales y discursivos de la producción corporal», los en establecer algún tipo de separabilidad respecto a los fenómenos
cambios en el paisaje y la intra-acción constante de los elementos próximos, puede que incluso una escisión temporal en observador
del paisaje devienen evidentes para el observador-performer y luego y observado, como hago yo con la ayuda de una cámara montada
para otros observadores, aunque en una forma alterada. sobre un trípode. ¿Pero conlleva esta práctica una situación (criticada
Según Barad, somos responsables ante otros con los que es- por Hannula et al, 2005) en la que el artista produce obras y luego
tamos enredados a través de los diversos enredos ontológicos que deviene investigador que las estudia como si no las hubiera creado,
implica la materialidad. Lo que se encuentra al otro lado del corte lo cual implica que la investigación artística no tendría nada nuevo o
agencial no está separado de nosotros; la separabilidad agencial no especial que ofrecer? Quizás podríamos platearnos la separabilidad
es individuación. La ética no se basa en la respuesta correcta a un agencial como un proceso continuo o una elección de enfoque. Es
otro radicalmente exterior(izado), «sino en la responsabilidad y en decir, sería la experimentación y reflexión respecto a un aspecto de
la rendición de cuentas de las relacionalidades vivas del devenir del la práctica como método, al tiempo que no se examinan y se dejan
que formamos parte» (Barad, 2007, pág. 393). En la mayoría de los «libres» otros aspectos.
casos, estas relacionalidades son demasiado numerosas para llevar Según Barad, tanto las prácticas experimentales como las teorías
la cuenta. Esto resulta evidente al pensar en conexiones como las implican intra-acción. Para la autora, «experimentar y teorizar son
que implica el ejemplo analizado, que se no limitan a visitar la isla y prácticas dinámicas constitutivas de la producción de objetos y suje-
registrar momentos de la vida del paisaje en ella, sino que incluyen tos, materia y significado… No se basan en intervenir (desde fuera),
todas las relaciones que las obras de arte pueden engendrar. sino en intra-actuar desde dentro, y como parte de los fenómenos
producidos» (Barad, 2007, pág. 56). Lo mismo podría decirse de
muchas prácticas artísticas, como resulta evidente en la performance
Separabilidad agencial e investigación del paisaje, en las que no existe la posibilidad de «salirse» del entorno
artística (aunque se ha intentado a lo largo de la historia, escalando montañas
para tener una visión general del terreno). Es importante desde el
La idea de separabilidad agencial que plantea Barad resulta inte- punto de vista metodológico, considerando que el investigador (artista)
resante para la investigación artística en general, que a menudo produce literalmente fenómenos –las obras de arte- y no se limita a
implica el enredo del sujeto y el objeto. Barad intenta ir más allá observarlos. O, dicho en otras palabras, el enredo entre el sujeto y el
de la concepción epistemológica de la objetividad y sustituirla con objeto de estudio en la investigación artística no supone más que un
otra de tipo ontológico: «los fenómenos no se limitan a señalar la ejemplo evidente de algo que implica a toda forma de investigación
inseparabilidad del observador y lo observado, más bien constituyen o todo tipo de vinculaciones con el entorno.
la inseparabilidad ontológica de los “componentes” que intra-actuan «No somos observadores externos del mundo», señala Barad.
agencialmente» (Barad, 2007, pág. 308-309). Es más, «la intra-acción «Ni nos encontramos simplemente localizados en lugares concretos,
representa la separabilidad agencial, la condición de exterioridad sino que formamos parte del mundo en su intra-actividad conti-
dentro de los fenómenos. La separabilidad no es ni inherente ni nua» (Barad, 2007, pág. 184). La autora afirma explícitamente: «No

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obtenemos conocimiento situándonos fuera del mundo; sabemos Apéndice


porque formamos parte del mundo. Formamos parte del mundo en
su devenir diferencial» (Barad, 2007, pág. 185). Barad introduce el Columpiarse con la serpiente
término onto-epistemología para describir el estudio de prácticas de Durante el año de la serpiente, y empezando en el Año Nuevo Chino (el
conocimiento en el ser (Barad, 2007). Porque conocer no se basa en 10 de febrero de 2013), sujeté un columpio azul pequeño a un álamo
la ideación ni en el derecho inalienable de los seres humanos. Más temblón que crece en la orilla occidental de la isla Harakka, junto a los
bien se trata de una práctica física de vinculación (Barad, 2007, pág. restos de la base de piedra de una antigua sauna. Una vez a la semana,
342). La autora lo resume de esta manera: «Las prácticas científicas más o menos, me grabé columpiándome, vestida con un pañuelo azul
son formas específicas de vinculación que hacen que se manifiesten claro, con la cámara montada sobre un trípode y la imagen tan bien
fenómenos específicos» (Barad, 2007, pág. 336). Y aquí podemos encuadrada como fuera posible. Esas mismas veces, también me
añadir: las prácticas artísticas son formas específicas de vinculación senté junto al tocón de otro álamo cercano, mirando hacia el mar y de
que hacen que se manifiesten fenómenos específicos. espaldas a la cámara. Y en otra imagen me senté sobre un montoncito
El hecho de que los aparatos generen los fenómenos que mi- de piedras mirando hacia el puerto extenso de Helsinki que queda en
den no significa que la realidad sea un producto de los conceptos la otra orilla. Así, traté de generar «recuerdos» del aspecto del paisaje
humanos, sostiene Barad, sino más bien que los conceptos son durante ese año en la costa septentrional del golfo de Finlandia.
disposiciones materiales específicas (Barad 2007, pág. 334). Para Year of the Snake – Swinging fue el último de una serie de doce
la autora, el discurso no es sinónimo de lenguaje y el significado proyectos de un año de duración, grabados con cámara de vídeo y
o inteligibilidad no son nociones basadas solamente en los seres en la misma isla, donde exploraba el tema de la performance del
humanos. «Las prácticas discursivas constituyen las condiciones paisaje hoy en día. El proyecto se inició en 2002 y la serie se basa
materiales para generar significado […] [y] el significado representa en el calendario chino y en su ciclo de doce años, cada uno de los
el mundo en su inteligibilidad diferencial» (Barad 2007, pág. 335). Es cuales recibe el nombre de un animal concreto. Cada año elegía
esa representación continua del mundo lo que he intentado observar, una perspectiva nueva del paisaje, un aspecto nuevo del entorno y
registrar, en la que intentando participar y con la que intentado un nuevo tipo de relación entre mi cuerpo y el lugar. Este año me he
intra-actuar. centrado en el movimiento de un columpio pequeño, un elemento
construido por el hombre y añadido al paisaje. Aunque un columpio
puede ser un elemento escultórico impresionante, como ocurre con
Referencias bibliográficas las obras de Monica Sand, por ejemplo, este columpio es de escala
infantil. El álamo de la orilla también es bajo. No obstante, el columpio
ARLANDER, Annette (2007). «Performing Landscape – Notes on ha aguantado el peso de los visitantes sin problemas. He compartido
Site-specific Work and Artistic Research. Texts 2001-2011». la experiencia de columpiarse y hacer de performer ante la cámara
Acta Scenica 28. [Fecha de consulta: 1 de diciembre de 2014]. invitando a colegas de la isla y a visitantes temporales. Estas perfor-
<https://helda.helsinki.fi/handle/10138/37613> mances las he documentado en vídeo en un blog trilingüe, añadiendo
BARAD, Karen (2007). Meeting the Universe Halfway. Quan- un fotograma de cada performance, del visitante o de mí misma, en
tum Physics and the Entanglement of Matter and Meaning. cada entrada de blog. Al compartir una actividad como el columpiarse
Durham y Londres: Duke University Press. <http://dx.doi. y concentrarme en mostrar el paso del tiempo, elegí un tono más
org/10.1215/9780822388128> alegre para terminar la serie. También me llevé el columpio de viaje
BENNETT, Jane (2010).Vibrant Matter, A Political Ecology of Things, y lo até a los árboles que crecían en varias orillas.
Durham y Londres: Duke University Press. Tras mostrar las obras por primera vez en una exposición de Muu
BOLT, Barbara (2008). «A Performative Paradigm for the Creative Arts? Gallery (Helsinki) que se inauguró en mayo de 2014, experimenté
». Working Papers in Art and Design. Vol. 5. [Fecha de consulta: invitando a gente a columpiarse varias veces y proyecté una versión
17 de octubre de 2014]. editada de sus movimientos más adelante, en la misma galería, entre
<http://www.herts.ac.uk/research/ssahri/research-areas/art- otros experimentos.
design/research-into-practice-group/production/working-papers- Los enlaces siguientes permiten hacerse una idea del proyecto
in-art-and-design-journal> original y de las obras resultantes
BRAIDOTTI, Rosi (2013). The Posthuman. Cambridge: Polity Press. Enlaces activos a obras individuales <http://annettearlander.com> o
HANNULA, Mika; SUORANTA, Juha; VADÉN, Tere (2005). Artistic Re- <http://www.av-arkki.fi/en/artists/annette-arlander_en/>
search. Theories, Methods and Practices, Helsinki & Gothenburg: Para hacerse una idea rápida del proyecto, véase los enlaces
Academy of Fine Arts Helsinki and University of Gothenburg/Art siguientes
Monitor. Blog de proyecto: <http://aa-yearofthesnake.blogspot.fi>

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Versión breve para proyectar de Year of the Snake — Swinging: <http://www.av-arkki.fi/en/works/year-of-the-snake-swinging-


<https://vimeo.com/88325298> along/>
Versión breve de la variación colectiva de Year of the Snake – Swinging Year of the Snake – By the Swing 2014 (50 min. 41 seg.) HD 16:9:
Along (mezcla) 2014 (3 min. 30 sec.) HD 16:9: <http://www. <http://www.av-arkki.fi/en/works/year-of-the-snake-by-the-
av-arkki.fi/en/works/year-the-snake-swinging-along-mix/> swing/>
Información sobre la primera exposición donde se mostraron Year of the Snake – Watching the Harbour 2014 (55 min. 3 seg.)
estas obras HD 16:9:
Exposición en la Muu Gallery 3 (25 de mayo 2014), incluida una in- <http://www.av-arkki.fi/en/works/year-of-the-snake-watching-
stalación de cuatro canales y algunas obras monocanal: <https:// the-harbour/>
www.facebook.com/events/1497104890509381> y Day and Night of the Snake 2014 (6 min. 46 seg.) HD 16:9:
<http://www.harakka.fi/arlander/muu-gal-2014/engl.html> <http://www.av-arkki.fi/en/works/day-and-night-of-the-snake-
Obras de las que se puede consultar un tráiler a través del Dis- swinging/>
tribution Centre for Finnish Media Art Información sobre la obra (sin tráiler):
Year of the Snake – In the Swing 2014 (16 min.8 seg.) HD 16:9: Year of the Snake – Swinging (instalación) 2014 (36 min. 30 seg.)
<http://www.av-arkki.fi/en/works/year-of-the-snake-in-the- HD 16:9:
swing_en/> <http://www.av-arkki.fi/en/works/year-of-the-snake-swinging-
Year of the Snake – Swinging Along 2014 (26 min. 30 seg.) HD 16:9: installation_en/>

Cita recomendada

Arlander, Annette (2014). «De la interacción a la intra-acción en la performance del paisaje».


En: Beatriz REVELLES BENAVENTE, Ana M. GONZÁLEZ RAMOS, Krizia NARDINI (coord.). «Nuevo
materialismo feminista: engendrar una metodología ético-onto-epistemológica». Artnodes. N.º
14, p. 26-34. UOC [Fecha de consulta: dd/mm/aa].
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<DOI http://dx.doi.org/10.7238/a.v0i14.2407>

Este artículo está sujeto –si no se indica lo contrario– a una licencia de Reconocimiento 3.0 España de
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http://artnodes.uoc.edu De la interacción a la intra-acción en la performance del paisaje

CV
Annette Arlander
Artista, investigadora, pedagoga, pionera del arte de performance finés
y de la investigación artística
Universidad de las Artes de Helsinki (Finlandia)
annette.arlander@uniarts.fi

University of the Arts of Helsinki (Finland)


Tehtaankatu 18 A 15
00140 Helsinki

Formada como directora teatral, con un máster en Filosofía y un docto-


rado especializado en Teatro y Arte Dramático, Arlander fue la primera
persona en doctorarse en la Academia del Teatro de Helsinki (en 1999).
En 2001 fue profesora invitada de arte y teoría de la performance para
promover un máster sobre el tema (actualmente denominado «de estu-
dios de arte vivo y performance»), y ocupó ese puesto hasta 2013. Entre
2007 y 2009 también fue directora del departamento de investigación
del Centro de Investigación en Artes Performáticas (Tukte) en esa misma
academia. Es miembro de los consejos editoriales de las revistas JAR y
Ruukku y representante del grupo de trabajo de la performance como
investigación en la International Federation for Theatre Research. Los
intereses de Arlander se vinculan a la investigación artística, la perfor-
mance como investigación, los estudios de performance, site-specifity
y el medio ambiente. Su obra se centra en la performance del paisaje
mediante vídeo o voz grabada, y transita entre las tradiciones del arte
de la performance, el videoarte y el arte ambiental.

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REVISTA DE ARTE, CIENCIA Y TECNOLOGÍA

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ARTÍCULO
NODO: «NUEVO MATERIALISMO FEMINISTA: ENGENDRAR UNA METODOLOGÍA
ÉTICO-ONTO-EPISTEMOLÓGICA»

La política como encuentro y respons-habilidad


Aprender a conversar con los otros enigmáticos
Hanna Meissner
Ayudante posdoctoral en el Centro de Estudios de la Mujer y el Género (ZIFG)
Technische Universität (Berlín)
Fecha de recepción: junio de 2014
Fecha de aceptación: octubre de 2014
Fecha de publicación: noviembre de 2014

Resumen
Partiendo de la pregunta de cuál podría ser la política de los nuevos materialismos feminis-
tas, este artículo contempla las posibilidades de (re)plantearla en términos de encuentros e
implicación, de manera que ya no se basa en elegir y decidir, sino que es «el único modo
en que crees que puedes seguir con vida» (Reagon, 1983). En nuestra época de dominio
hegemónico antropocéntrico de lo político (Scott, 1999), veo aportaciones importantes de los
nuevos materialismos (feministas) al desafío de replantearnos nuestros modos de relacionarnos
con los «otros» (humanos y más que humanos), los cuales, sin necesariamente seguir las
reglas, constituyen no obstante fuerzas agentivas. Reconocer nuestra dependencia fundamental
como seres vivos enredados en mundos humanos y más que humanos ofrece la base ética
para trabajar en modos de relacionarse con «otros» que aceptan e incluso adoptan el hecho
de que nuestras certezas no permanecerán estables en tal proceso. Propongo interpretar
el replanteamiento antifundacionalista que elabora Judith Butler (2011) de las nociones de
intencionalidad y agencia política a través de la crítica de Karen Barad (2007), según la cual
Butler solamente atribuye dinamismo e historicidad de la materia a la agencia del lenguaje
o la cultura. Sugiero reanimar y perfilar el replanteamiento de la subjetividad política de
Butler a través de la crítica de Barad (2007), cuando revisa la afirmación de Butler de que la
materia es «aquello que provoca y ocasiona». Argumento que esta afirmación impide distinguir
claramente entre pasividad y actividad, por lo que permite modificar nuestra comprensión de
la subjetividad y agencia en términos de «estar con» y responder al tratamiento enigmático
del otro (Basile, 2005).

Palabras clave
nociones de lo político, performatividad, nuevo materialismo, antropocentrismo, responsabilidad

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Politics as encounter and response-ability


Learning to converse with enigmatic others

Abstract
Starting from the question of what the politics of new feminist materialisms could be, this
article addresses the possibilities of (re-)conceptualizing the political in terms of encounters
and involvedness, but not foremost as a matter of choice and decision but as “the only way you
can figure you can stay alive” (Reagon, 1983). In our times of hegemonic anthropocentric rule
of the political (Scott, 1999), I see important contributions of new (feminist) materialisms to the
challenge of reconsidering our modes of encountering “others” (human and more-than-human),
who, without necessarily playing by the rules, are nevertheless agentive forces. Acknowledging
our fundamental dependency as living beings enmeshed in human and more-than-human
worlds provides ethical grounds for working on modes of encountering “others” that accept
and even embrace the fact that our own certainties will not remain stable in the process. I
propose a reading of Judith Butler’s anti-foundationalist rethinking of humanist notions of
intentionality and political agency (2011) through Karen Barad’s critique of her attribution
of matter’s dynamism and historicity solely to the agency of language or culture (2007). I
suggest that Butler’s rethinking of political subjectivity can be re-invigorated and sharpened,
in light of Barad’s critique (2007), by revisiting Butler’s claim that matter is “a ‘that which’
which prompts and occasions”. I argue that this confounds any clear distinction of passivity
and activity, thereby enabling a transformation of our understanding of subjectivity and agency
in terms of being-with and responding to the enigmatic address of the other (Basile, 2005).

Keywords
notions of the political, performativity, new materialism, anthropocentrism, responsibility

¿Cuál es la política de los nuevos materialismos feministas?1 ¿Y No obstante, al abordar los desafíos de los nuevos materialismos
qué nociones nuevas de política emergen en estos debates? Estas relativos a la cuestión política, es necesario elaborar más la crítica del
cuestiones apremiantes aún han de responderse, y puede que nunca antropocentrismo, en concreto. Para distinguirla de otras agencias
se respondan de manera definitiva, sino que más bien mantengan y fuerzas transformadoras, la política es, por definición, una noción
abierta e inestable cualquier noción de política y agencia política. antropocéntrica que implica agentes humanos específicos que se
Los nuevos materialismos feministas plantean desafíos importantes esfuerzan por dar forma y transformar las condiciones en las que
para redefinir nociones y prácticas que «nosotros» concebimos como viven. Esto a su vez implica que los agentes políticamente activos
«políticas». En concreto, cuestionan el engreimiento antropocéntrico sean sujetos quienes, hasta cierto punto, son conscientes de sus
que implica entender lo político como la cumbre de la excepcionalidad necesidades y motivos particulares, y a la vez tienen voluntad política
humana, como la capacidad de transformar y dar forma al mundo e intenciones políticas. Estos sujetos pueden fijarse objetivos y definir
(social). Partiendo de estas preguntas y retos, este artículo examina los medios para conseguirlos. Es más, las condiciones de posibilidad
las posibilidades de (re)plantear lo político en términos de encuentros de tales trans(formaciones) políticas vienen dadas por la suposición
e implicación, de manera que ya no se base en elegir y en decidir, de que el mundo está constituido socialmente. La acción política es la
sino en la necesidad. actividad de los sujetos que perciben los problemas como problemas

1. Aún ha de establecerse hasta qué punto y si está justificado hablar de nuevo materialismo como nueva perspectiva (van der Tuin, 2011; Coole, 2013). Yo prefiero,
al menos por ahora, hablar de nuevos materialismos en plural para enfatizar las ideas de apertura y heterogeneidad. Se puede hallar un terreno común para los
debates bastante heterogéneos que tienen lugar bajo la etiqueta «nuevo materialismo», que se concentran en el dinamismo agentivo de la materia y en la reflexión
crítica de que el devenir del mundo no es solamente un efecto de las inscripciones culturales o de la actividad humana.

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sociales y asumen que poseen la capacidad y puede que también sino intentar garantizar que ambas solo pudieran definirse respecto a
el deber de dar forma activamente al mundo en el que viven para las categorías y estructuras de las racionalidades políticas modernas»
resolver o hacer que tales problemas disminuyan. (Scott, 1999, pág. 52).
Los nuevos materialismos no comulgan con el antropocentrismo Para los proyectos referidos a la rearticulación de las nociones
de tales suposiciones, por lo que cuestionan las presunciones y cer- y prácticas de la política, esto significa que, paradójicamente, la
tezas que se dan por sentadas en lo político. El enfoque social como subjetividad moderna es tanto el objeto de la crítica como el modo
dimensión políticamente dócil de la realidad se percibe como una de resistirse a las relaciones de poder. Esta forma histórica de sub-
retirada de la materialidad, como una falta de atención a la agencia e jetividad configura el marco contemporáneo de inteligibilidad de lo
historicidad de lo material. Los nuevos materialismos se esfuerzan por humano; es esencial para las nociones jurídicas de derechos, para
volver a articular la noción de política como vinculación con la materia. las reivindicaciones políticas y se involucra constitutivamente en la
Sin embargo, no está tan claro como puede parecer a primera vista formación de la sociedad civil. Las condiciones de posibilidad para
a qué remite realmente el término materia, ni quién se vincula con la agencia política y la acción transformadora están estructuradas
tal materia, ni en qué condiciones lo hace. Como argumentaré más por los regímenes modernos de saber y poder.
adelante, es importante reconocer el carácter situado de «nuestras» La crítica postcolonial converge con la crítica del nuevo mate-
nociones de lo político para volver a imaginarlas desde dentro y rialismo en el desafío de reconocer y explicar el rol constitutivo de
contrapuestas. los «otros», de quienes no pueden o no quieren acatar reglas hege-
mónicas de lo político, de quienes, pese a no seguirlas, son fuerzas
agentivas. En nuestra época de reglas hegemónicas y globalizadas de
Situar la noción de política lo político, «nosotros» tenemos que replantearnos cómo relacionarnos
con «otros» marginados o incluso abyectos como formas contempo-
La cuestión de quién se vincula con la materia y en qué condiciones ráneas de estar en el mundo, de crear formas específicas de vida,
lo hace señala la necesidad de tener en cuenta otras intervenciones de subjetividad ética y de sociabilidad. Al comentar brevemente los
críticas que han reflexionado sobre la noción de lo que es político. debates postcoloniales en un artículo centrado en los desafíos que
Como han mostrado los críticos postcoloniales, la genealogía de la plantea el nuevo materialismo para la noción de lo político, pretendo
racionalidad política moderna no puede trazarse sin tener en cuenta resaltar que la distinción entre «humano» y «no humano» no es la
los encuentros imperialistas. Tal y como argumenta David Scott, los única que está en juego en los desafíos críticos planteados a tal
regímenes coloniales implantaron reglas específicas en «un nuevo noción. O más bien, que si nos centramos exclusivamente en distin-
juego político» (Scott, 1999, pág. 45), un juego que obligaba a cual- guir entre «humano» y «no humano», nos arriesgamos a reinstaurar
quiera que aspirara a la acción política a seguirlas. Es más: parte de nociones eurocéntricas de humanidad y de subjetividad humana, al
las reglas del juego exigían invalidar, de manera sistemática, otras equipararlas implícitamente con «lo humano». Si no se especifica
formas de vida «desmontando sistemáticamente sus condiciones y claramente quiénes (¿«nosotros»?) problematizan el dualismo entre
estableciendo otras en su lugar para permitir, –es decir, para imponer– «humano» y «no humano», la falta de especificación implica una
que se desarrollaran nuevas formas de vida» (Scott, 1999, pág. 26). noción universal de la humanidad que, sin darse cuenta, restaura el
La presunción de que nuestro mundo puede organizarse, trans- humanismo centrado en Occidente (Schueller, 2009, pág. 237) que
formarse y crearse activamente, la cual constituye la base de nuestra pretende derrocar.
noción de lo político, está profundamente arraigada en estas condi- Esto implica que hemos de tener cuidado con el «uso natural del
ciones históricas. El poder moderno se basa fundamentalmente en “nosotros”» (Ahuja, 2010, pág. 131) y al mismo tiempo reconocer
la organización descentralizada de las condiciones de vida y, como que no podemos limitarnos a abandonar la subjetividad que este
nos han enseñado los análisis de Michel Foucault, el sujeto que se «nosotros» implica. En cierto modo, nosotros, quienes debatimos
determina a sí mismo, que experimenta deseos e intenciones innatas estas cuestiones en el contexto académico de la modernidad tardía,
como origen de la agencia política (potencialmente racional) resulta estamos atrapados porque somos y acompañamos a ese sujeto
esencial en esta organización descentralizada (Foucault, 1982). El humano. Vivimos en un mundo formado, en muchos sentidos, por
poder moderno se basa en la producción de sujetos y el gobierno agentes que pretenden actuar como seres humanos racionales que se
de su conducta, para lograr condiciones en las que esos sujetos se esfuerzan por saber, dar forma e incluso controlar su entorno (pasivo).
esfuercen por gobernarse a sí mismos de formas particularmente Las presunciones de dominio tecnológico no son solo ilusiones, sino
productivas. Parte de este régimen de poder en particular se impulsa que poseen efectos materiales potentes, se han materializado en la
en transformar y definir globalmente las condiciones de la vida y las ontología histórica de nuestro presente y han pasado a formar parte
subjetividades: «El problema político del poder colonial moderno era del tejido vivo de nuestro ser material. Estos efectos materiales se
[…] no solamente contener la resistencia y animar a acomodarse, abordan a través de los intentos políticos de transformación, y la

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subjetividad humana de la modernidad tardía constituye «nuestro» tal y como la interpreto, Barad no abandona la noción de sujetos
conjunto de condiciones para que tal agencia transformadora se humanos como tales, sino que fuerza el concepto de performatividad
desarrolle. humana para mostrar «una imagen mucho más concurrida, en la cual
Puede que se haya expuesto un argumento levemente fatalista es improbable que [los sujetos humanos] sean el único elemento a
para justificar por qué necesitamos aferrarnos, al menos de manera analizar» (Bell, 2012, pág, 22).
provisional, a ciertas suposiciones relativas a la subjetividad humana. Mientras Butler se concentra en las posibilidades de replantearse
Existe, no obstante, una línea de razonamiento emancipadora, que la intencionalidad y la agencia (política) en una descripción posthuma-
asume las tradiciones del materialismo histórico con su compromiso nista de la subjetividad humana, Barad señala nuevas posibilidades
político de hacer visible, o accesible, el hecho de que la actividad de mostrarse receptivo con «otros» rechazando que la noción de
humana constituye una fuerza positiva en la constitución de la rea- agencia se restrinja a la intencionalidad o la subjetividad humana.
lidad. Marx elaboró este argumento en su análisis del capitalismo El argumento crucial de Barad es que «la materia tiene un papel
para que fuera concebible que ciertas estructuras constituidas por el agentivo en su materialización iterativa» (Barad, 2007, pág. 177).
modo de producción capitalista fueran efectos de prácticas humanas, Barad critica que Butler «se centra exclusivamente en cuerpos hu-
y por lo tanto pudieran transformarse mediante la agencia humana manos y factores sociales, lo cual va en contra de sus esfuerzos por
cooperativa. Su objetivo era desplazar las explicaciones naturalistas entender la relación indisociable entre materialidad y discursividad»
del trabajo, los recursos, las racionalidades económicas y demás (Barad, 2007, pág. 34).
para abrir el camino de la agencia emancipadora. Esta insistencia Según interpreta Barad, al centrarse en cuerpos humanos y
en que el modo capitalista de producción es un efecto de la agencia factores sociales, [Butler] «en última instancia vuelve a inscribir la
humana y por lo tanto puede transformarse a través de las prácticas materia como producto pasivo de prácticas discursivas, en vez de
humanas sigue resultando una necesidad histórica en nuestra época. como agente activo que participa en el proceso mismo de mate-
Supone un contrapunto necesario al dogma neoliberal de que los rialización» (Barad, 2007, pág. 151). Para justificar su afirmación,
procesos económicos eluden el conocimiento humano y deberían Barad remite a un pasaje de Cuerpos que importan en el que Butler
dejarse en manos de la dinámica del mercado (y naturalizarse en propone que la materialidad del cuerpo «es una demanda en y por
ella) (Mirowski, 2010). el lenguaje, “aquello” que provoca y ocasiona, [que exige que] se
lo explique, se lo describa, se lo diagnostique, se lo altere o […] se
lo alimente, se lo ejercite, se lo movilice, se lo adormezca, un sitio
Una imagen más concurrida de actuaciones y pasiones de diversa índole. […]. No la pizarra en
blanco o el medio pasivo sobre el cual actúa la psique, sino, antes
Así que nos enfrentamos a una especie de dilema. Nos encontra- bien, la demanda constitutiva que moviliza la acción psíquica desde
mos y pertenecemos a una situación histórica en la que tenemos el comienzo» (Butler, 2011, pág. 108-109).
que aferrarnos al sujeto humano para cuestionar radicalmente ese Barad concede que Butler ofrece una alternativa a las teorías del
mismo sujeto. Como dijo Donna Haraway: «Creo que “nosotros” –esa constructivismo social cuando enfatiza la importancia del exterior
construcción material y retórica decisiva de la política y la historia– constitutivo, de aquello que tiene que excluirse para lograr la inteli-
necesitamos algo llamado humanidad. Es la clase de cosa que Gayatri gibilidad discursiva. Sus planteamientos críticos señalan el problema
Spivak denominaba “aquello que no podemos no querer”» (Haraway, de explicar el papel agentivo de la materialidad, centrándose en
2004, pág. 49). la dimensión lingüística de los procesos de materialización. Barad
Este enredo con y en lo que criticamos implica que tenemos que razona que «aunque Butler demanda correctamente el reconocimiento
plantearnos la rearticulación de la política como proceso desde dentro: de la historicidad de la materia, resulta irónico que parezca asumir que
trasformar las condiciones a través de los medios proporcionados por en última instancia deriva (una vez más) de la agencia del lenguaje
tales condiciones. Así, entendemos la política como performatividad, o la cultura. No logra reconocer el dinamismo de la materia» (Barad,
como política desde dentro y contrapuesta (Butler y Athanasiou, 2013). 2007, pág. 65).
La noción de performatividad es un concepto fundamental en el Butler está realmente interesada en la agencia constitutiva del
diálogo de Karen Barad con la obra de Judith Butler, en concreto en lenguaje, pero no niega la posibilidad de otras agencias. En particular
sus intentos de llevar los debates más allá del ámbito de la agencia le interesan las agencias corporales y psíquicas de lo inaceptable, el
humana. A Butler le interesan sobre todo los sujetos humanos, o, dinamismo de la presencia espectral de aquello que está excluido del
para ser más precisos, los modos en que los límites humanos definen orden de inteligibilidad. Tal y como la interpreto en este contexto, lo
la noción de sujeto humano y constituyen sujetos particulares, que que señala es que «nuestras» posibilidades de reconocer estas diná-
marginan y excluyen a otros. Barad critica que Butler se centre en micas están configuradas y constreñidas por el lenguaje. Entonces, la
la subjetividad humana y nos insta a ir más allá de lo humano. Pero, pregunta que se plantea a continuación es cómo podemos reelaborar

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nuestro enfoque conceptual de los dominios de lo ininteligible para y capacidad de respuesta) ha de reformularse, ya que la connotación
aprender a tener conversaciones reales con «otros» ininteligibles. clave ya no es el imperativo de hacerse cargo y dar explicaciones
Butler se centra claramente en el aparato lingüístico que participa sino, más bien, la habilidad de responder a «otros». La responsabilidad
en la constitución de los cuerpos como cuerpos sexuados. No obstan- se replantea como el mandamiento ético de desarrollar la capacidad
te, no veo que en su argumentación tenga que haber una dicotomía de responder a «otros», de encargarnos de los enredos de nuestras
entre actividad y pasividad o causa y efecto. De hecho, su afirmación relacionalidades. Esto implica que la respons-habilidad está vinculada
–que la materialidad puede conceptualizarse como «una demanda a procesos de volverse distinto en y a través de la respuesta. Esta
en y por el lenguaje, “aquello” que provoca y ocasiona» (Butler, 2011, noción de responsabilidad implica una solidaridad que no se basa en
pág. 108-109) — confunde toda distinción clara entre pasividad y la proximidad y la similitud, sino en la idea de que estamos metidos
actividad. «Provocar y ocasionar» puede considerarse una actividad, en esto todos juntos». Como señaló Bernice Johnson Reagon en su
un «impacto provocador de un otro enigmático» (Basile, 2005, pág. presentación en el Festival de Música de Mujeres de la Costa Oeste
17). Butler piensa adoptando el punto de vista de un sujeto humano, de 1981, el siglo xx está marcado por desarrollos tecnológicos que
pero intenta conceptualizar los modos según los cuales este sujeto se comportan la «posibilidad de asegurarse de que ningún ser humano
ve abordado y animado por «otros» que no lo son necesariamente. En quede fuera de su alcance», que conducen a «el fin de una era en
un texto reciente, Butler remite a la noción de «ocasión» según Alfred la que tener un espacio que sea “solo tuyo”, solo para la gente que
North Whitehead y la describe como una interacción curiosa: «Dado quieras que esté en él» (Reagon, 1983, pág. 357).
que tanto el sujeto como el objeto se animan al relacionarse el uno con Considerando nuestra perspectiva a comienzos del siglo xxi,
el otro, algunas dimensiones de cada uno se suscitan porque se abor- esta imposibilidad de aislar sociedades humanas (aparentemente)
dan mutuamente, y, en este sentido, la vitalidad de cada uno depende homogéneas aún se complica más, ante la imposibilidad de distinguir
de cierta provocación procedente del otro» (Butler, 2012, pág. 4). claramente a los individuos humanos como separables de un entorno
Así, se añade otra capa a la obra de Butler referida a la relacio- no humano. Reconocer la dependencia constitutiva que nos genera
nalidad fundamental y a la dependencia constitutiva, que la lleva más nuestra existencia enredada con y en «otros» humanos y más que
allá de los confines de las relaciones humanas. Su obra permanece humanos nos insta a replantearnos el concepto de agencia. También
conceptualizada según el punto de vista humano o según el punto de nos insta a replantearnos lo político como proceso abierto de aprender
vista de un mundo estructurado humanamente (Butler, 2012, pág. 5), y desaprender (Spivak 1985), lo cual también implica aceptarlo como
pero está claro que contiene la idea de que sujeto y objeto no pueden fracaso necesario para llegar a alcanzar algún objetivo definitivo.
separarse de manera definitiva. Estamos inmersos, enredados cons- De manera destacada, lo político ya no se basa en elegir y decidir,
titutivamente, en mundos más que humanos; actuamos «mientras sino en conectarse, en encuentros e implicación: «No formas una
actúan sobre nosotros» (Butler, 2012, pág.8). Como concluye Butler: coalición solo porque te guste. El único motivo por el que te plantearías
«si hubiera que replantearse la performatividad en estos términos, asociarte con alguien que posiblemente podría matarte es porque
sería importante intentar entender el modo extraño en que actúan es el único modo que se te ha ocurrido de seguir con vida» (Reagon,
sobre nosotros, nos abordan, nos sacan, nos provocan, y cómo lo que 1983, pág. 356-357).
denominamos nuestra “actuación” o nuestro “hacer” ya supone siem- En un mundo de interdependencia global no podemos evitar estar
pre, en ciertas maneras, una respuesta a lo que precede y permite metidos en esto con «otros». Tenemos que reconocer que, en nuestro
nuestra acción. La teoría performativa de la acción tiene que volver presente histórico, estas relaciones de estar metidos en esto son, en
a situarse dentro de una comprensión relacional de los organismos muchos sentidos, jerárquicas y violentas de manera sistemática. Al
vivos, tanto humanos como no, para entender tanto lo que sustenta concebir esta violencia en términos de relaciones de poder social, se
la vida como lo que la hace peligrar» (Butler, 2012, pág. 16). puede imaginar la agencia política como una fuerza transformadora
para lograr «un mundo mejor, un mundo habitable, un modo basado
en valores de prosperidad conjunta y reciprocidad (Barad, 2011, pág.
El riesgo de la respons-habilidad 450)». Pero el replanteamiento necesario de lo político implica un
replanteamiento de la actividad transformadora. Reagon señala sucin-
El riesgo de la respons-habilidad indica más posibilidades de diálogo tamente el riesgo que implica tal política: «La mayor parte del tiempo
con la obra de Karen Barad respecto a cómo rearticular nuestra te sientes amenazado hasta lo más hondo, y si no es así, es que no te
comprensión de la performatividad y la responsabilidad sin limitarlas estás fusionando realmente» (Reagon 1983, pág. 356). Replantearse
al sujeto humano: «La responsabilidad no es solo nuestra. […] La lo político implica prepararse para cuestionar radicalmente quiénes
responsabilidad implica una receptividad continuada a los enredos somos y qué podemos ser como sujetos humanos. No se trata de
de uno mismo y del otro, aquí y allí, ahora y entonces» (Barad 2007, una tarea cómoda –sí de un mandamiento ético al que los nuevos
pág. 394). Por lo tanto, la responsabilidad (suma de responsabilidad materialismos añaden nuevas capas–, pero es una necesidad.

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Cita recomendada

MEISSNER, Hanna (2014). «La política como encuentro y respons-habilidad. Aprender a conver-
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Krizia NARDINI (coord.). «Nuevo materialismo feminista: engendrar una metodología ético-onto-
epistemológica». Artnodes. N.º 14, p. 35-41. UOC [Fecha de consulta: dd/mm/aa].
<http://journals.uoc.edu/ojs/index.php/artnodes/article/view/n14-meissner/n14-meissner-es>
<DOI: <http://dx.doi.org/10.7238/a.v0i14.2408>

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Creative Commons. Puede copiarlos, distribuirlos, comunicarlos públicamente, hacer obras derivadas
y usos comerciales siempre que reconozca los créditos de las obras (autoría, nombre de la revista,
institución editora) de la manera especificada por los autores o por la revista. La licencia completa se
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CV
Hanna Meissner
Ayudante posdoctoral en el Centro de Estudios de la Mujer
y el Género (ZIFG)
Technische Universität (Berlín)
hanna.meissner@tu-berlin.de

Zentrum für Interdisziplinäre Frauen- und Geschlechterforschung


Technische Universität Berlin
Straße des 17. Juni 135
D-10623 Berlin

En 2009 se doctoró en Sociología en la Philosophische Fakultät III de


la Humboldt Universität, Berlín. Sus campos principales de estudio
son la teoría feminista, la teoría social, los estudios de la ciencia y
los estudios postcoloniales. Actualmente le interesa sobre todo cómo
puede conceptualizarse la agencia como proceso de devenir material
y discursivo, considerando y cuestionando que se haya entendido de
manera histórica específica como propiedad de los sujetos humanos.

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REVISTA DE ARTE, CIENCIA Y TECNOLOGÍA

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ARTÍCULO
NODO: «NUEVO MATERIALISMO FEMINISTA: ENGENDRAR UNA METODOLOGÍA
ÉTICO-ONTO-EPISTEMOLÓGICA»

Sobre la diferencia que marca la diferencia,


y sobre cómo algunas cosas llegan
a importar y materializarse, y otras no.
Agencia política y subjetividad en el nuevo
materialismo feminista de Karen Barad
Franziska Aigner
Estudiante de master en Filosofía y Teoría Crítica Contemporánea
CRMEP (Universidad de Kingston)

ˇ ˇ
Katja Cicigoj
Doctoranda en el centro de posgrado para el Estudio de la Cultura
Universidad Justus-Leibig, Giessen (Alemania)
Fecha de recepción: junio de 2014
Fecha de aceptación: octubre de 2014
Fecha de publicación: noviembre de 2014

Resumen
El siguiente artículo es una investigación crítica sobre lo político en los nuevos materialismos
feministas. La agencia, la identidad y la subjetividad se vuelven más complejas en las teorías del
nuevo materialismo, aunque no se eliminen del todo. Se entienden como el producto complejo
de una red de relaciones material y discursiva, natural y cultural, de la que podría surgir una
subjetividad política feminista representada por ejemplos siempre situados y situacionales. No
obstante, mientras los nuevos materialismos feministas ofrecen perspectivas complejas respec-
to a la naturaleza efímera de las prácticas que establecen límites, desestabilizando conceptua-
lizaciones binarias del sujeto y el objeto, la materia y el discurso y aspectos similares, nuestro
artículo se centra en cómo tales complejidades pueden fundamentar una política feminista pro-
piamente dicha, particularmente vinculada a la obra de la física cuántica y filósofa Karen Barad.
Empleando las herramientas conceptuales desarrolladas por Peta Hinton (2014) y Catherine
Malabou (2011), nuestra argumentación recorre las nociones de Barad de objetividad, respon-

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sabilidad, agencia y subjetividad. En este artículo radica la cuestión de si las nociones realistas
de objetividad y responsabilidad que presenta Barad permitirían el reconocimiento de cosas en
común y relatos comunes en los cortes y marcas dejados en los cuerpos. Así, podría generarse
un cierto tipo de identidad feminista (potencialmente colectiva), planteada y orientada hacia
el cambio político. Al repasar el principio de complementariedad desarrollado por Niels Bohr
y su elaboración posterior a manos de Karen Barad, la argumentación señala los problemas
conceptuales que surgen de la complementariedad entre la «verdad» y el «significado» para
concebir la subjetividad política. En vez de resolver o erradicar la problemática conceptual y
material de la complementariedad, se extraen conclusiones mediante la fundamentación de
Barad de agencia y de procesos de materialización. Asimismo se tiene en cuenta la noción de
plasticidad de Malabou y su exigencia de un concepto mínimo de la esencia femenina, con
el objetivo de elaborar aparatos materiales y discursivos que permitirían basar la política en
historicidades encarnadas de la materia.

Palabras clave
subjetividad situada, agencia, responsabilidad, violencia, historicidad, plasticidad

On difference that makes a difference and how some things come


to matter and others don’t
Political agency and subjectivity in Karen Barad’s feminist new materialism

Abstract
The following essay is a critical investigation into the political within feminist new materialisms.
Agency, identity and subjectivity are complexified in new materialist theories, although not
entirely done away with. They are understood as the complex product of a material-discursive,
nature-cultural web of relations from which a feminist political subjectivity might emerge in
its always situated and situational instantiations. However, while feminist new materialisms
offer complex insights into the transient nature of boundary drawing practices, destabilizing
binary conceptualizations of subject and object, matter and discourse and the like, our focus
in this article is on how such complexifications can ground a feminist politics proper, in
particular concerning the work of feminist quantum physicist and philosopher Karen Barad.
Using the conceptual tools developed by Peta Hinton (2014) and Catherine Malabou (2011),
our argumentation works through Barad’s notions of objectivity, accountability, agency and
subjectivity. At the core of the article lies the question of whether Barad’s realist notion of
objectivity and accountability could allow for the recognition of commonalities and common
histories in cuts and marks left on bodies in order to bring forth a certain kind of feminist
(potentially collective) identity that could think and work towards political change. By working
through the complementarity principle developed by Niels Bohr and its further elaboration by
Karen Barad, the argument points at the conceptual problems arising from the complementarity
of “truth and meaning” for envisaging political subjectivity. Rather than working towards
resolving or collapsing the conceptual and material problematic of complementarity, a conclusion
is drawn by thinking through Barad’s grounding of agency and processes of materialization,
bearing in mind Malabou’s notion of plasticity and her call for a minimal concept of female
essence, with the idea being to craft material-discursive apparatuses that could enable the
tracing of a politics based on embodied historicities of matter.

Keywords
situated subjectivity, agency, accountability, violence, historicity, plasticity

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Introducción una política anunciativa (en vez de enunciativa) mediante una relec-
tura crítica de la noción de subjetividad presentada por Haraway en
Los nuevos materialismos parecen prometedores para la teoría femi- Conocimientos situados (1995, pág. 313-346). La política anunciativa
nista al ofrecer nada menos que una base ontológica y científica para de Hinton supone una respuesta a la paradoja que atribuye a la
deconstruir viejas combinaciones binarias. Las ontologías relacionales «política de la posición» feminista: «Las feministas se enfrentan a
en cuestión hacen más complejas nuestra comprensión de la agencia la difícil tarea de abordar las maniobras esencialistas que supues-
y la historia, del tiempo y el cambio, de la identidad y la diferencia. tamente acompañan a las demandas de una política de inclusión o
Es más, al describir su surgimiento histórico, material y discursivo, visibilidad, “pero con las que solo puede cumplirse, precisamente,
desplazan nociones recibidas de materia y discurso, de naturaleza y enfatizando la especificidad de las diferencia(s) (sexuales)”, con el
cultura, de sexo y género. Si, por un lado, este cambio facilita clara- riesgo de socavar sus objetivos (más) democráticos y de reintroducir
mente la onto-epistemología feminista, por otro lado es menos evi- el esencialismo que se cuestiona. Al insertar este “problema de la
dente cómo puede cimentar una política feminista propiamente dicha. diferencia” en una política de la posición, surge el tema clave de que
Cuando los límites del sujeto y el objeto, de la materia y el discurso y la reconfiguración de la subjetividad afecta a la capacidad de proteger
otros similares se desestabilizan, ¿qué queda de la agencia política? la identidad femenina de un modo directo, al tiempo que exige parte
¿Cómo podemos plantearnos una subjetividad política feminista? de esa identidad para cimentar sus aspiraciones políticas».
Queremos abordar la obra de Karen Barad teniendo presente estas Al establecer una paradoja análoga en la tensión de los conoci-
y otras preguntas. Queremos investigar cómo su onto-epistemología mientos situados entre la objetividad y la especificidad local, lo univer-
específica del nuevo materialismo, el denominado realismo agencial, sal y el carácter situado, el conocimiento y la encarnación, Hinton no
nos permite conceptualizar el cambio (político). ¿Cómo influye en opta por resolverla, sino que más bien propone una política anunciativa
cómo nos planteamos la diferencia y en lo que se convierte la sub- que funciona como un movimiento en dos direcciones, el del sujeto
jetividad política feminista, tras su reinterpretación relacional de la femenino que intenta situarse a sí mismo, y el del proceso de situarse
objetividad y la subjetividad? Dicho en otras palabras: ¿pueden sus (Hinton, 2014, pág. 108). Hinton propone que este sea el movimiento
reinterpretaciones de la agencia, la objetividad y la subjetividad a nivel fundador de una política feminista que «[...] se ve que ejerce una
cuántico resultar pertinentes para replantear una política feminista, especie de violencia, pero esta violencia [...] parece necesaria si el
preocupada por las relaciones de poder? feminismo ha de tener algún tipo de agarre» (Hinton, 2014, pág. 111).
Para tratar estas cuestiones, nos fijaremos en cómo responde la La insistencia de Hinton en la necesidad de conceptualizar una
obra de Barad a la búsqueda que hace Haraway de los «conocimientos identidad femenina para la política femenina se hace eco de las
situados», y cómo nos permite abordar sus puntos muertos, tal y como ideas que explica Malabou en su obra Changing Difference (Malabou,
plantea Peta Hinton. Es más, queremos entender la interpretación rela- 2011). Esta última autora defiende una noción plástica y mínima de
cional de los conceptos de agencia, diferencia, responsabilidad e historia la esencia femenina como fundamento para la política feminista:
según Barad respecto a la investigación de Catherine Malabou sobre la «Propongo un concepto mínimo de mujer, unos restos “imborrables”
plasticidad y la búsqueda de un concepto mínimo de esencia femenina. en los que el término “mujer” remita a un sujeto sobreexpuesto a una
Nos gustaría argumentar que, al estar vinculada a la neurociencia y el clase específica de violencia. Esta violencia puede definirse como
psicoanálisis por un lado, y a la filosofía continental (sobre todo a Hegel) una limitación doble o presión esquizoide: la presión de trabajar en
por el otro (pese a no poseer, de ninguna manera, un vínculo programáti- sociedad y en casa. Este concepto mínimo, el de la sobreexposición de
co con los nuevos materialismos), la obra de Malabou reelabora nociones la mujer a la explotación dual, es el recordatorio, candente y plástico,
recibidas de manera similar, al tiempo que plantea explícitamente los del que debemos partir» (Malabou, 2011, pág. 3-4). Implícitamente,
riesgos de tal reelaboración respecto a nociones clásicas de violencia, el concepto mínimo de mujer que utiliza Malabou es el de que está
poder, agencia política y subjetividad. Al vincular a filósofas feministas tan situada por y se sitúa a sí misma. Por un lado, la mujer está situada
dispares como Barad y Malabou, queremos extraer las condiciones para por una clase específica de violencia, que tiene que soportar como
conceptualizar una subjetividad feminista en el contexto contemporáneo, explotación laboral dual, en casa y fuera y de ella. Por otro lado, se
y las diferencias significativas que esta subjetividad puede comportar. sitúa a sí misma de un modo específico, al reclamar un concepto
mínimo de mujer basado en un historial de violencia, al negarse a
ceder a una deconstrucción total de lo femenino, que comportaría la
Subjetividad feminista, esencia femenina disolución de diferencias (sexuales o de otra clase) en una corriente
y plasticidad indiferenciada de diferenciaciones sin sentido. Las diferencias y las
distintas posiciones tienen sentido precisamente porque han de
En el artículo Situated Knowledges and New Materialism(s): Rethinking soportar diversas clases de violencia. En What Should We Do With
a Politics of Location, Peta Hinton (2014, pág. 99-113) conceptualiza Our Brain? (2008), Malabou articula el problema de la diferencia

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significativa respecto a un flujo sin sentido de diferenciaciones inter- personal es un proceso que solo puede constituir una evolución de una
minables como el contraste entre una noción plástica del cerebro y/ maleabilidad biológica original, de una primera transformabilidad. Si el
como subjetividad respecto a una noción flexible: «Preguntar “¿Qué sexo no fuera plástico, no habría género. Si no se ofreciera algo para
deberíamos hacer con nuestro cerebro?” implica por encima de todo la transformación de la determinación natural y anatómica del sexo, la
visualizar la posibilidad de decir no a una cultura económica, política construcción de la identidad no sería posible. […] La transformabili-
y mediática que aflige, que solo celebra el triunfo de la flexibilidad, dad está en juego desde el principio, pasa por delante de toda determi-
que bendice a los individuos obedientes cuyo mayor mérito es saber nación. Todo empieza con la metamorfosis» (Malabou, 2011, pág. 98).
inclinar la cabeza sonriendo. [...] Existir es poder cambiar la diferencia Por lo tanto, para Malabou, el concepto mínimo de esencia fe-
y al mismo tiempo respetar la diferencia del cambio: la diferencia menina basado en un historial de plasticidad violenta no solamente
entre el cambio continuo sin límites, sin aventura, sin negatividad, es una necesidad política, sino también una noción que ofrece una
y el cambio formativo que cuenta una historia eficaz y prosigue a fundamentación empírica de la política feminista. El reconocimiento
través de rupturas, conflictos, dilemas» (Malabou, 2008, pág. 79). de «la clase específica de violencia» que soportan los sujetos feme-
Aunque en este artículo la flexibilidad se entiende principalmente ninos se insinúa en la conceptualización que hace la autora de la
como el paradigma de la subjetividad flexible neoliberal, que celebra naturaleza plástica de lo femenino, o de cualquier otra esencia: la
la diferenciación constante, sin sentido, y la autodiferenciación como plasticidad en sí, como proceso ontológico, es una operación violenta.
el modo en que los sujetos precarios siempre jóvenes y disponibles De-forma lo que se ha formado y crea nuevas formas, siempre sobre
se forman y diseñan a sí mismos, vemos que el problema conceptual las capas de operaciones plásticas previas. Esto nos permite entender
que hay detrás de la flexibilidad y la plasticidad es similar al de la hasta qué punto son complejos la libertad y el determinismo, ya que
deconstrucción radical de la esencia femenina o el antiesencialismo lo que se obtiene es producto de un historial de transformaciones que
radical, que suele suscitar una apropiación muy ingenua de la idea limita al tiempo que posibilita procesos transformadores posteriores.
de performatividad de género según Butler como un «todo vale» de Vemos que esta representación de la complejidad de la ontología
la autoatribución de género a voluntad. Planteándolo en términos y la historia en Malabou complica las nociones recibidas de agencia,
de Hinton: si nos negamos a reclamar cualquier tipo de identidad y subjetividad e identidad, de un modo análogo a la que Peta Hinton
subjetividad femenina, incluso la que tenga muchas complejidades atribuye directamente a Haraway e indirectamente a Karen Barad.
y resulte muy relacional, si nos limitamos a afirmar la legitimidad Hinton sugiere que el doble gesto de situarse a uno mismo y ser
epistémica singular de cualquier clase de posición, entonces cualquier situado anticipa la política de los pensadores del nuevo materialismo,
posición es igual a otra. Todas son distintas, y, precisamente por eso, sobre todo de Barad. La agencia, la identidad y la subjetividad no se
no hay ninguna diferencia (políticamente significativa) entre ellas. Que eliminan, sino que se hacen complejas en las teorías del nuevo mate-
el sujeto femenino esté situado de cierta manera pasa a ser un mero rialismo, ya que se entienden como el producto complejo de una red
hecho empírico, y, así, el acto de situarse a sí mismo equivale a una de relaciones material y discursiva, natural y cultural, de la cual podría
elección basada en gustos personales, modificable a voluntad, que no surgir una subjetividad política feminista representada por ejemplos
deja espacio para una fundamentación normativa de la objetividad o la siempre situados y situacionales. Con la intención de reclamar una
agencia política, para distinguir diferencias y reconocer su significado. política feminista y, por lo tanto, una subjetividad política feminista que
La elaboración que hace Malabou del concepto mínimo de mujer podría comportar una diferencia significativa, nos gustaría investigar
supone una respuesta a lo que entiende que es el malentendido las nociones de Barad de objetividad, responsabilidad, agencia y
básico que subyace en los planteamientos feministas radicalmente subjetividad. ¿Permiten estas nociones describir los relatos de prác-
antiesencialistas, que promueven la flexibilidad de la diferenciación ticas de marcado, que podrían generar tipos particulares de sujetos
constante: estos planteamientos consideran que la esencia está capaces de situarse como un «nosotros»? ¿Permiten sus nociones
determinada como sustancia fija y biología dada (el sexo), así como semejante reconocimiento de la regularidad y de las cosas comunes
impuesta normativamente a escala social (de género). Por el contrario, de estos procesos de marcado –los que Malabou tiene presente al
escribir sobre un tipo específico de violencia que soportan las muje-
Malabou (2011) nos advierte que, ya en Hegel, esa esencia se pensaba
res– como base para un concepto mínimo de la esencia femenina?
como algo fundamentalmente plástico: como forma que soporta (y
da) formas siempre nuevas. En esa misma línea, la idea que tiene
Malabou del género en términos de esencia se conceptualiza como
una interacción compleja entre la biología, la ontología, la cultura y El realismo agencial y lo político:
la historia, una interacción que es fundamentalmente plástica: «De- inteligibilidad y responsabilidad
bemos replantearnos la relación de la filosofía y la ciencia hoy en
día […] siempre según la hipótesis de la transformabilidad originaria Ahora centrémonos en cómo podrían conceptualizarse estas preocu-
de la presencia y la naturaleza. […] La construcción de la identidad paciones políticas a través del realismo agencial de Karen Barad.

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En esta autora, lo político puede entenderse como un conjunto de las materializaciones presentes que refuerzan pero nunca eliminan
prácticas y aparatos que individualizan material y discursivamente a definitivamente la agencia. «El pasado importa y el futuro también,
los sujetos políticos respecto a los demás. Aunque esta falta de límites pero el pasado nunca queda atrás, nunca queda rematado de una vez
inherentes supone una desnaturalización del sujeto político, esto no por todas, y el futuro no es lo que llegará a ser en un despliegue del
implica que, para Barad, cualquier cosa pueda entenderse como instante presente; más bien, el pasado y el futuro son participantes
agente político. Los agentes políticos surgen de un conjunto complejo envueltos en el devenir iterativo de la materia» (Barad, 2007, pág.
de prácticas, las cuales, aunque no determinen, aún reafirman. Para 181).
entender quién y qué se ve dotado de agencia política, tenemos que Mientras que la plasticidad deshace lo que ha sido, moldea formas
investigar cómo individualizan parcialmente los componentes dentro antiguas y crea otras nuevas, el corte agencial de Barad las corta
de las intra-acciones y cómo se conceptualiza la agencia. juntas al tiempo que las separa, y permite que se señalen las agencias
Siguiendo a Barad, siempre estamos implicados en modos y de medida a través del objeto medido. Tanto la plasticidad de Mala-
formas de ser, y, por lo tanto implícitamente comprometidos con un bou como la agencia de Barad son, hasta cierto punto, operaciones
mundo que nos rodea y a partir del cual llegamos a actuar, al tiempo violentas. Señalemos también que puede que se dé una especie de
que limita nuestras acciones. Esto es lo que Hinton denominaría ontologización de la violencia en ambas pensadoras que puede hacer
nuestro carácter situado, las posiciones específicas en las que nos peligrar el proyecto político de oposición a ciertos tipos de violencia
encontramos y con las que intra-actuamos, cómo nos convertimos sistémica e interpersonal. ¿En base a qué podemos distinguir, por un
en lo que somos a través de las intra-acciones y de nuestro enredo lado, entre la violencia que soportan las mujeres, la que promueve
en el entorno, con el mundo como aparato. Barad conceptualiza su carácter situado, y, por otro lado, la violencia que se da al situarse
los aparatos como prácticas materiales y discursivas abiertas que a una misma para posibilitar la acción política? ¿Cómo podemos
no obstante producen diferencias que importan y se materializan. fundamentar de manera normativa nuestra decisión de contraponer
¿Pero cómo podemos plantearnos esas diferencias que importan y se políticamente un tipo de violencia al otro? Podríamos ofrecer un
materializan, y quien o qué define qué es una diferencia pertinente? conjunto de criterios ontológicos para distinguirlas, si consideramos,
Para pensar de esa manera, tenemos que explicarnos cómo po- por ejemplo, la distinción que establece Spinoza entre los afectos: hay
dría darse la agencia y dar lugar a una diferenciación significativa. afectos alegres que incrementan el poder de actuación, la agencia y la
Basándose en Brandom, Joseph Rouse utiliza la noción de entornos plasticidad del cuerpo, respecto a los tristes que hacen disminuir ese
selectivos, que, activamente, «dan forma a lo que me rodea como poder, o incluso respecto a lo que Malabou denomina la desafección
campo de acciones posibles donde lo que hago entraña un riesgo y completa, la pérdida de la posibilidad del afecto y de verse afectado
ayudo a determinar si ese riesgo vale la pena» (Rouse, 2012, pág. como modo contemporáneo de ejercer el poder. Pero puede que el
260). Solo si mis acciones intra-actúan de forma pertinente con las problema esté mal planteado, si interpretamos que tenemos que
acciones de otros, y en combinación con lo que proporciona nuestro «elegir» un tipo de violencia respecto a otro. Tras la dispersión de la
entorno común, pueden llegar a importar y materializarse estas intra- agencia en Malabou y Barad, la elección acaba convirtiéndose en
acciones, a mostrar una inteligibilidad significativa. La agencia, ni un concepto útil para explicar que cierto tipo de violencia nos hace
puede entenderse como algo que posee cualquier sujeto, aparato o situarnos de tal modo que solo podemos resistirnos –si lo hacemos– a
elementos relativos, ni puede imponerse desde fuera del fenómeno través de un segundo acto violento, que es el sujeto feminista.
particular en cuestión. Esta descripción de la agencia se correspon- Volviendo a Barad, tenemos que plantearnos que las operacio-
de con la definición de Barad, que afirma que se encuentra en el nes plásticas violentas y los cortes dan lugar a la inteligibilidad y la
«[...] espacio de posibilidades abierto por las indeterminaciones que objetividad de las marcas que se dejan en los cuerpos para explicar
implican las exclusiones» (Barad, 2007, pág. 182). En este sentido, distintas clases de violencia. Esto podría llevarnos a describir el ca-
las intra-acciones han de entenderse como patrones abiertos de rácter iterativo de procesos de materialización, y, así, a plantearnos
intra-acciones posibles y existentes, y no particulares y contenidas. si es posible conceptualizar prácticas de marcado recurrentes que
«El espacio de posibilidades no representa un horizonte fijo de su- nos permitirían fundamentar la agencia política en la experiencia
cesos dentro del cual puede situarse la posición social de los que compartida. Para ver, por ejemplo, si el marco de Barad permite
saben, ni representa un contenedor uniforme, fijo y homogéneo de generar una descripción informada de cómo se atribuye género a los
elecciones» (Barad, 2007, pág. 246). Más bien, Barad describe la sujetos a través de aparatos materiales y discursivos –es decir, qué
agencia como una animación inagotable que se hace eco de las tipo específico de violencia (de)formadora los sitúa al atribuírseles
cualidades metamórficas de la plasticidad que establece Malabou. género– tenemos que concentrarnos en cómo conceptualiza esta
Ni la agencia ni la plasticidad pueden desembocar nunca, de una vez autora la inteligibilidad de las marcas dejadas en los cuerpos.
por todas, en un solo comportamiento repetido, ya que la historicidad La inteligibilidad se configura a través de la receptividad norma-
de la materia en forma de intra-acciones previas está envuelta en tiva diferencial (Barad, 2007, pág. 380). Las intra-acciones devie-

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nen inteligibles si son iterativas y reproducibles en circunstancias iterativas, y tanto el reconocimiento de patrones de materialización
particulares, aun cuando no llegan a adquirir una regularidad final. como la responsabilidad que conllevan se encuentran dentro de los
Si nos centramos en el referente objetivo que es el fenómeno, las fenómenos en cuestión. Resulta que la responsabilidad se basa en
prácticas de registro de posiciones, refinamiento y diferenciación de la posibilidad incardinada ontológicamente del conocimiento objetivo
marcas que señala la agencia de medida han de tener lugar dentro del mundo, ya que no depende solamente de los sujetos humanos ni
de él. La posibilidad de refinar y configurar medidas y aparatos de de las políticas colectivas, según se infiere del compromiso posthu-
producción corpórea forma parte de la capacidad de reconocer manista de Barad. Esta noción de objetividad muestra hasta dónde
patrones en cualquier fenómeno dado, lo que enreda así, onto- alcanza el compromiso realista de la autora, cuando escribe que «la
epistemológicamente, la inteligibilidad y la posibilidad del cambio. objetividad [...] consiste en mostrarse responsable respecto a lo que
Dicho en palabras de Hinton, la investigación del fenómeno como es real» (Barad, 2007, pág. 340).
lo que sitúa al sujeto se posibilita porque es posible cambiarlo, de Cuestionémonos ahora cómo y si las nociones realistas de ob-
situarse a uno mismo. jetividad y responsabilidad que plantea Barad podrían permitir el
Fijémonos ahora en el movimiento de situarse a uno mismo e reconocimiento de cosas en común y relatos comunes en los cortes
investiguémoslo respecto al realismo agencial de Barad, planteando y marcas para suscitar un nuevo tipo de identidad feminista (poten-
su aparato como sujeto político que funciona como una prótesis cialmente colectiva) planteada y encaminada hacia el cambio político.
(potencialmente humana), sin alejarnos del compromiso posthuma- Para abordar esta cuestión, tenemos que entender mejor la posibilidad
nista de la autora. Según Barad, los instrumentos de medida no ontológica de la inteligibilidad dentro de las intra-acciones, dado que
son aparatos clásicos, no poseen límites inherentes ni preexisten el cambio y la inteligibilidad están enredados. La inteligibilidad puede
ontológicamente a sus intra-acciones particulares (Barad, 2007, pág. darse de dos maneras, según el principio de complementariedad
146). No obstante, los cortes agenciales posibilitan la exterioridad desarrollado por Niels Bohr para intentar entender la paradoja que
dentro de los fenómenos, a través de los cuales los aparatos –in- se da entre la onda y la partícula. El principio de Bohr afirma que
cluido un posible sujeto político– pueden describirse como mezclas los comportamientos de onda y partícula en los fotones y electrones
o componentes separados en términos digamos «clásicos». Aunque están determinados ontológica y no simultáneamente, por lo que
separables espacialmente, los elementos relativos al fenómeno per- no solo son simultáneamente incognoscibles, como sugirió Werner
manecen enredados ontológicamente. De hecho, es su intra-acción Heisenberg (Barad, 2007, pág. 106). Es más, las agencias de medida
misma lo que permite que queden marcas en los cuerpos, y así se son complementarias al objeto medido. El sistema de medida no
explique su responsabilidad y objetividad. puede describir su pleno enredo con el objeto que se investigue ni
Para abordar la responsabilidad, tenemos que fijarnos atentamen- puede describirse plenamente a sí mismo. Para investigar sobre el
te en cómo lo material y lo discursivo se implican mutuamente en sistema de medida en sí necesitaríamos enredarlo con otro aparato,
intra-acciones agenciales. En un experimento científico, los conceptos lo cual produciría un fenómeno distinto. No obstante, ambas medidas
solo devienen significativos en referencia a un aparato físico particular no están determinadas al mismo tiempo, dado que requieren dos
(Barad, 2007, pág. 474). Por ejemplo, y como explican tanto Bohr como montajes experimentales mutuamente excluyentes (Barad, 2007,
Barad, el concepto de «posición» solo tiene sentido concreto en refe- pág. 347).
rencia a un aparato con partes fijas que realmente puedan medirla. No Si plantemos el principio de complementariedad respecto al sujeto
obstante, los conceptos encarnados materialmente deben entenderse político describible en términos clásicos, podemos decir que este
como normativos, dado que, para Barad, ni el término ni el concepto puede medir las marcas de posición inscribiéndose en el aparato.
de posición son nociones (universales) que se expliquen por sí mis- Esta medida constituye la «verdad» (Rouse, 2012, pág. 148) de la
mas, solamente adquieren sentido al verse implicadas en prácticas marca respecto al entorno, pero solo en referencia al fenómeno en
particulares: «[...] un aparato con componentes internos fijos no mide particular. El «significado» de esta marca no puede medirse con el
el momento, pero solo porque no logra indicarlo mediante marcas mismo montaje experimental, dado que los únicos conceptos deter-
definidas» (Rouse, 2012, pág. 287). Al mismo tiempo, lo material se minados de los que se dispone son lo que están bien definidos por
repliega hacia lo discursivo, porque las medidas exigen descripciones el fenómeno en cuestión. No podemos servirnos de conceptos no
para ser significativas. La marca material ha de participar en una encarnados en este montaje en particular, dado que su significado
serie de actuaciones (los usos del término «posición», por ejemplo) no estaría determinado, se basaría en ideas y resultaría abstracto
que son expresiones «apropiadas» del concepto de posición (Rouse, dentro del fenómeno en cuestión. Podríamos tener en cuenta otras
2012, pág. 287). El sistema que mantiene ciertos usos de conceptos nociones o conceptos si saliéramos del marco cuántico y buscáramos
que se atribuyen de forma normativa a materializaciones es el mismo una metodología distinta para poder determinar el significado de las
sistema que genera su definición como conceptos. Así, para Barad, la marcas en los cuerpos. Este sería el momento de reintroducir al sujeto
responsabilidad surge de las intra-acciones materiales y discursivas clásico, por ejemplo, o de hacer reaparecer un lenguaje entendido

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anteriormente. Pero si queremos seguir dentro del marco cuántico y indeterminada una vez más mediante una modificación apropiada del
nos gustaría modificar esta especificidad –con la intención de descri- aparato» (Barad, 2007, pág. 316). El experimento resultante no indica
bir el significado político, ético, epistémico y ontológico de la medida ni el cese ni la resolución de los fenómenos, ni tampoco permite la
particular, así como cuánto difiere de otras– tenemos que enredar el descripción simultánea de dos intra-acciones de medida inicialmente
primer aparato con uno posterior. Al hacer este movimiento, el primer complementarias. La interpretación de Barad enfatiza el esfuerzo
aparato pasará a contemplarse cuántico-mecánicamente como el de elaborar aparatos e investigaciones que aborden la difícil tarea
objeto a investigar, que volverá a ser complementario al aparato de explicar la historicidad de la materia. De hecho, el experimento
posterior. Esto significa que la verdad de cualquier marca vinculada pone de manifiesto el carácter plástico de la materia, en la que
a lo que la rodea y el significado de esa marca respecto a otras no materializaciones pasadas extienden y envuelven materializaciones
están determinados simultáneamente, sino que son complementarios. presentes, las cuales, plásticas a su vez, limitan y conforman la
Esto plantea ramificaciones tanto epistemológicas como ontológicas, posibilidad de futuras intra-acciones. Así, pensar la demanda del
dado que la verdad y el significado exigen dos aparatos materialmente concepto mínimo de esencia que plantea Malabou recurriendo a su
excluyentes que materialicen ontológicamente distintos sujetos y noción de plasticidad y haciéndola dialogar con Barad sugiere una
objetos, cada uno de ellos vinculado a cuestiones de responsabilidad perspectiva de elaboración de aparatos que permitiría una política
solo internas y como parte del fenómeno particular. de posibilidades e intra-acciones inferidas de las historicidades
Si concluimos nuestras ideas por ahora, podemos afirmar que encarnadas de la materia, de manera que las modificaciones en
lo que necesitaríamos para que el realismo agencial proporcionara la posibilidad de cambio podrían volverse visibles en los resultados
una base teórica a la política feminista es investigar la relación entre de medida.
la «verdad» y el «significado» dentro del marco cuántico. Al carecer
de una metodología que los piense unidos, cualquier aparato, y su
función de prótesis (potencialmente humana) como sujeto político, Conclusión
solo puede conocerse a través de las marcas que deja el entorno
enredado en el cuerpo, pero ni puede explicarse a sí mismo ni cómo El realismo agencial de Barad no solo nos plantea una reconceptua-
se enreda con ese entorno, ni explicar el significado de esas marcas. lización feminista de la agencia, la responsabilidad, la subjetividad
Resulta bastante increíble, pero esta observación se corresponde con y la objetividad, sino que también podría proporcionar, teóricamente,
el comentario de Malabou sobre la esencia femenina: «[la mujer] el fundamento de una política feminista, porque iría más allá de los
no puede definirse a sí misma salvo por la violencia que se ejerce ejemplos singulares de marcado, lo que permitiría que se reconociera
sobre ella. La sola violencia ya conforma su ser» (Malabou, 2011, la recurrencia de ciertos cortes agenciales como tipos concretos
pág. 98). A falta de un aparato que explique la relación entre verdad de violencia sistémica, así como las diferencias entre posiciones.
y significado, esta violencia no puede entenderse como violencia Mediante un aparato semejante –que actualmente sigue siendo
sistémica particular contra la mujer, sino que explota en infinitas hipotético en el proyecto de las humanidades y en el de la política–,
posiciones con infinitas diferencias sin la capacidad de investigar un cierto tipo de identidad colectiva feminista (pensando en términos
superposiciones, enredos e implicaciones mutuas. de Hinton), basado en una noción mínima de la esencia femenina (tal y
El experimento de borrado cuántico realizado inicialmente por como sugiere Marabou), y que considere la historicidad de la materia,
Scully et al. (1982) supuso la primera concepción de un aparato que deviene concebible. Como siempre, podría decirse que el aparato
pudiera describir la relación entre dos intra-acciones complemen- actuaría y participaría de la violencia en sí, como nos advierte Peta
tarias. Scully diseñó un aparato que se decía que podía «borrar» Hinton al afirmar que el primer movimiento de la política anunciativa,
retrospectivamente la información sobre qué camino tomarían las el de situarse a uno mismo, es de carácter «violento». Aun así, tanto
partículas al pasar por un detector, y así restablecer el patrón de si podemos distinguir normativa y/o ontológicamente entre distintos
interferencias originales. En este sentido, se consideraba que se tipos de violencia como si no, ¿cómo puede, si no violento, ser el
había resuelto la complementariedad entre el comportamiento de proceso de de-formación y trans-formación de lo que llega a asumirse
onda y el de partícula. No obstante, según interpreta Barad: «[...] no y estabilizarse? ¿Podríamos realmente plantearnos un cambio del
se restablece el patrón original, sino que se revela un nuevo patrón, cambio y una diferencia significativa sin lo que Malabou denomina
que adopta una forma muy distinta [...]. En este sentido, parece que el «alteración (disruption), negatividad, aventura» (Malabou, 2008, pág.
recuerdo de lo sucedido no se ha borrado, no al menos en el sentido 79) contra y saliendo de lo que se asume? ¿Podríamos pensarlo
tradicional de los términos «recuerdo» y «borrar»; al contrario, y de realmente, si deseáramos negarnos a la «cultura de lo servicial y dócil»
manera importante, parece evidente que el fenómeno observado que prevalece actualmente, y que nos lleva a seguir eternamente
conserva el recuerdo de que la información sobre qué camino to- flexibles ante las demandas e imposiciones violentas y a «inclinar la
marían las partículas se determinó en primer lugar, y luego se volvió cabeza sonriendo» (Malabou, 2008, pág. 79).

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Referencias MALABOU, Catherine (2008) What Should We Do with our Brain?.


Nueva York: Fordham University Press.
BARAD, Karen (2007). Meeting the Universe Halfway. Quantum Physics MALABOU, Catherine (2011). Changing Difference. Cambridge: Polity
and the Entanglement of Matter and Meaning. Durham y Londres: Press.
Duke University Press. ROUSE, Joseph (2012). How Scientific Practices Matter. Reclaiming
<http://dx.doi.org/10.1215/9780822388128> Philosophical Naturalism. Chicago: University of Chicago Press.
HARAWAY, Donna (1991). «Situated Knowledges» En: Simians, Cyborgs SCULLY, Marlan O.; DRÜHL, Krai (1982). «Quantum eraser - A propo-
and Women. Londres: Free Association Books. [Traducción al es- sed photon correlation experiment concerning observation and
pañol: «Conocimientos situados». En: Ciencia, cyborgs y mujeres. ‘delayed choice’ in quantum mechanics». Physics Review. N.º
Madrid. Cátedra, 1995] 25, págs. 2208-2213.
HINTON, Peta (2014). «Situated Knowledges and New Materialism(s):
Rethinking a Politics of Location». Women: A Cultural Review. Vol.
25, núm. 1, pág. 99-113.

Cita recomendada

ˇ ˇ
AIGNER, Franziska; CICIGOJ, Katja (2014). «Sobre la diferencia que marca la diferencia, y sobre
cómo algunas cosas llegan a importar y materializarse, y otras no. Agencia política y subjetividad
en el nuevo materialismo feminista de Karen Barad». En: Beatriz REVELLES BENAVENTE, Ana
M. GONZÁLEZ RAMOS, Krizia NARDINI (coord.). «Nuevo materialismo feminista: engendrar una
metodología ético-onto-epistemológica». Artnodes. N.º 14, pág. 42-50. UOC [Fecha de consulta:
dd/mm/aa].
<http://journals.uoc.edu/ojs/index.php/artnodes/article/view/n14-aigner_cicigoj/n14-aigner_ci-
cigoj-es>
<DOI http://dx.doi.org/10.7238/a.v0i14.2406>

Este artículo está sujeto –si no se indica lo contrario– a una licencia de Reconocimiento 3.0 España de
Creative Commons. Puede copiarlos, distribuirlos, comunicarlos públicamente, hacer obras derivadas
y usos comerciales siempre que reconozca los créditos de las obras (autoría, nombre de la revista,
institución editora) de la manera especificada por los autores o por la revista. La licencia completa se
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CV
Franziska Aigner
Estudiante de master en Filosofía y Teoría Crítica Contemporánea
CRMEP (Kingston University)
franziskaaigner@hotmail.com

Centre for Research in Modern European Philosophy


Kingston University
Penrhyn Road
Kingston upon Thames
KT1 2EE

Además de su interés y vinculación con la teoría feminista y la filosofía


continental, se muestra activa como artista en los campos de la coreo-
grafía y la performance.

CV
ˇ ˇ
Katja Cicigoj
Doctoranda en el centro de posgrado para el Estudio de la Cultura
Universidad Justus-Leibig en Giessen (Alemania)
katia.cicigoj@gmail.com

Justus-Liebig-University Giessen
International Graduate Centre for the Study of Culture
Alter Steinbacher Weg 38
35394 Giessen

Estudió filosofía y literatura comparada en la Universidad de Liubliana,


y ha trabajado como escritora, editora, traductora, profesora, y a veces
en la práctica, en los campos de filosofía, humanidades, arte contem-
poráneo, performance y cine. Le interesan sobre todo la teoría feminista
y política y la filosofía continental (postestructuralista).

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REVISTA DE ARTE, CIENCIA Y TECNOLOGÍA

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ARTÍCULO
NODO: «NUEVO MATERIALISMO FEMINISTA: ENGENDRAR UNA METODOLOGÍA
ÉTICO-ONTO-EPISTEMOLÓGICA»

Repartir lo sensible
Política rancièriana desde una perspectiva
posthumanista
Signe Leth Gammelgaard
Estudiante de máster en Literatura Comparada
Universidad de Copenhagen
Fecha de recepción: junio de 2014
Fecha de aceptación: octubre de 2014
Fecha de publicación: noviembre de 2014

Resumen
La ética y la política en un nuevo marco materialista son temas clave en los debates actuales
y suscitan investigaciones en un amplio surtido de campos que van del sexo y el género a la
ecología y la teoría artística. No obstante, la definición de la política y de cómo se vincula a la
democracia suele dejarse fuera de estas discusiones. Este artículo encara esta cuestión a través
de la teoría de la democracia radical y la política como ruptura, procedente de los escritos de
Jacques Rancière, y establece una comparación con las nociones de indeterminación y onto-
epistemología de Karen Barad. Mientras Rancière toma como punto de partida la definición de
democracia como igualdad, Barad cuestiona la condición onto-epistemológica del mundo. Al
desarrollar puntos de intersección entre estos dos enfoques teóricos, se debate el problema de
la política en el nuevo materialismo y se plantean algunos primeros pasos para llevar la obra
de Rancière hacia el terreno de la ontología y la epistemología. Concretamente, se establece
una relación entre el «corte» de Barad y la «división de lo sensible» de Rancière, ya que ambos
revelan posibilidades de emergencia más que de accesibilidad. El artículo concluye planteando
la política como posibilidades de cambio.

Palabras clave
política, realismo agencial, Karen Barad, Jacques Rancière, posthumanismo

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Cutting up the sensible


Rancièrian politics in a posthumanist perspective

Abstract
Ethics and politics in a new materialist framework are key issues in current debates and
spark research in a wide array of fields from matters of sex and gender to ecology and art
theory. However, a definition of politics, and how it relates to democracy, is often left out of
these discussions. This article addresses that issue through the theory of radical democracy
and politics as rupture from Jacques Rancière’s writings and draws a comparison with Karen
Barad’s notions of indeterminacy and onto-epistemology. Whereas Rancière takes as his
starting point the definition of democracy as equality, Barad interrogates the world in its onto-
epistemological condition. By developing points of intersection between these two theoretical
approaches, the problem of politics in new materialism is discussed and some initial steps to
take Ranciere’s work into the field of ontology and epistemology are sketched out. The focus
is on the relationship between the Baradian “cut” and Rancière’s “distribution of the sensible”
and on how both illuminate possibilities of emergence rather than accessibility. The article
concludes by addressing politics as possibilities for change.

Keywords
politics, agential realism, Karen Barad, Jacques Rancière, posthumanism

La cuestión de la política y la ética resulta un desafío desde la pers- cada fuerza busca expandir y someter, subvertir o convertir a las
pectiva del nuevo materialismo y el posthumanismo, si consideramos demás (Grosz, 2002).
que estos términos se invocan a menudo cuando se habla de sexo o De manera clave, esta postura propone un concepto más dinámico
género, responsabilidad social y debates ecocríticos. Pero los términos de la política, según el cual el ser humano no ocupa una posición
en sí se cuestionan mucho menos. ¿Qué significan la política y lo privilegiada (Grosz, 2002, pág. 470). Así, llama la atención al desafío
político y cómo se vinculan a cuestiones de ética y responsabilidad? que plantea el enfoque posthumanista para muchas concepciones de
Hoy en día, estamos lejos de entender la idea de política solamente la política. Es decir, que la cuestión de ser humano y de ser reconocido
en lo que concierne a la «polis» como estado o gobierno. En la obra como tal ya no basta para definir la política. Mi objetivo con este
de Judith Butler, por ejemplo, la pregunta que parece plantearse artículo es describir algunas convergencias preliminares entre las
repetidamente es «¿Qué significa ser persona, ser humano, ser teorías de Jacques Rancière y Karen Barad que creo pueden acabar
reconocido como tal?» (Butler, 2001, pág. 621). Como plantea Vikki generando un marco útil para reflexionar sobre la política según una
Bell, la postura política de Butler es su postura ética, es decir, de perspectiva posthumanista.
responsabilidad respecto al otro (Bell, 2008, pág. 401).
En respuesta al artículo «Anti-racism, multiculturalism and the
ethics of identification» de Drucilla Cornell y Sara Murphy, Elizabeth
Grosz nos insta a trasladar nuestra atención de lo que denomina una La política de la materia
política de la identidad a una «política de la imperceptibilidad». Dicho
llanamente, en vez de adscribirnos a una política de reconocimiento y Basándose en las teorías de la indeterminación cuántica del físico
formación de la identidad mediante la afirmación de otros, deberíamos Niels Bohr (1885-1962), Karen Barad desarrolla que los límites y
adscribirnos a una política de actos, de lo impersonal, de fuerzas. propiedades no son inherentes a un objeto, sino producidos de ma-
Grosz afirma que este gesto busca contraponerse a la corriente he- nera continua como efectos de prácticas materiales y discursivas. Al
geliana del reconocimiento, de largo recorrido intelectual y seguida observar la paradoja de que, aunque la luz y la materia se comporten
por las diversas teorías feministas impregnadas de Nietzsche, según como ondas en un experimento y como partículas en otro, no pueden
la cual el centro es el ser del devenir, en lugar del devenir del ser. La ser ambas cosas al mismo tiempo, Bohr concluyó que las cosas no
autora también enfatiza que las fuerzas están siempre enfrentadas: preexisten, sino que los fenómenos son el resultado de instalacio-

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nes experimentales específicas. Así, el aparato o método de medida una condición óntica. En todo lo que hacemos intra-actuamos, cons-
utilizado resulta clave (Barad, 2007, pág. 104-105, pág. 118-119). tituimos límites y trazamos líneas entre sujeto y objeto, pero es igual
Barad expande los hallazgos de Bohr señalando sus límites: el de importante resaltar las contigencias de los cortes. El ordenador que
aparato en sí es un fenómeno y tiene que entenderse en términos estoy usando para escribir este artículo puede ser al mismo tiempo
mucho más amplios que los de la instalación experimental de un parte del sujeto, del aparato, cuando lo utilizo para escribir, o puede ser
laboratorio: «Los aparatos no son solo instrumentos de observación, el objeto de mis acciones si decido trasladarlo de un sitio a otro. Nunca
sino prácticas que establecen límites –reconfiguraciones materiales constituye una parte específica del sujeto o el objeto, sino que solo
específicas del mundo- que acaban importando». Los fenómenos son puede serlo dentro de una intra-acción, como parte de un fenómeno.
relaciones sin elementos relativos preexistentes, sino que los límites Por lo tanto, el orden del mundo como tal se genera de forma conti-
y propiedades de los componentes del fenómeno se generan en lo nua: se hace y rehace constantemente. El filósofo francés Jacques Ran-
que Barad denomina la intra-acción (Barad, 2007, pág. 139). cière llega a una concepción similar siguiendo una perspectiva distinta.
Para observar algo (y de hecho para participar en cualquier intra- Pero Rancière elabora su teoría en torno a las nociones de democracia
acción), hay que hacer un «corte», establecer una distancia entre el y títulos, estableciendo una definición bastante rigurosa de la política.
aparato y la propiedad medida del fenómeno, es decir, un corte entre Rancière parte de las reflexiones de Platón sobre siete títulos
sujeto y objeto, entre el observador y lo observado. Este corte es, sin para gobernar, entre ellos la cuna y la riqueza, pero también otro al
embargo, contingente (no absoluto, como en la división cartesiana que irónicamente denomina la «parte de Dios». Es el correspondiente
entre sujeto y objeto) y también representa una separabilidad agencial al destino o el azar lo que Rancière entiende por democracia en un
–la condición de exterioridad en los fenómenos–, y una estructura sentido radical (Rancière, 2004, pág. 5). Según esta postura polémica,
causal entre los componentes del fenómeno (Barad, 2007, pág. 140). la democracia constituye el escandaloso «poder de la gente sin nada,
Debido a esta causalidad, el corte posibilita la reproducción de la el discurso de los que no deberían estar hablando, de los que no eran
observación específica. Por lo tanto, esta versión localizada del co- realmente seres hablantes» (Rancière, 2004, pág. 5). Así, la condición
nocimiento y la objetividad científica sustituye a una versión absoluta radical de la democracia se funda en un principio de igualdad inicial
sin caer en la arbitrariedad y sin anular la posibilidad de objetividad. entre todos (o todo, habría que añadir), por lo que no existe ningún
No obstante, también implica que para que cualquier cosa llegue a título legítimo para gobernar.
existir tiene que participar de intra-acciones en las que se realizan Sin embargo, Rancière considera que esto también produce una
cortes para producir límites. Así, resulta clave que la existencia de paradoja. Según la formulación aristotélica del ciudadano, se trata
algo está constituida por sus exclusiones: todo no puede ser al mismo de un ser que es al mismo tiempo agente de una acción y la materia
tiempo, sino que tiene que representarse para que devenga. Además, en la que tal acción se ejerce. Esta duplicidad contradice la lógica
al elegir una opción de medida o intra-acción, necesariamente se de acción convencional, según la cual un agente posee capacidad
excluirán otras tantas. Según la descripción posthumanista de Barad, específica para producir un efecto en un objeto, que a su vez es apto
la agencia no está reservada a la condición humana, y no somos los para recibir tal efecto (Rancière, 2010, pág. 29). Realmente, actuar
únicos que producimos continuamente cortes agenciales. Todo puede significa iniciar, como en la palabra griega arkhein: empezar, liderar
generarlos, incluida la materia «muerta» (Barad, 2012, pág. 32). Lo y acabar gobernando. Si alguien lidera, tiene que haber otros que
cierto es que el límite entre lo humano y lo que no lo es, como todos lo sigan (Rancière, 2010, pág. 29-30). En este caso puede resultar
los límites, tiene que marcarse una y otra vez. útil recordar el realismo agencial de Barad, ya que las relaciones
En nuestras vidas cotidianas «macroscópicas» no nos enfren- temporales entre objeto y sujeto se constituyen continuamente a
tamos a esta paradoja de la onda y la partícula. Lo cierto es que la través de «cortes». No obstante, esta idea se contradice con la noción
física clásica ha pasado por alto las teorías de la indeterminación de de democracia radical, según la cual todos gobiernan a la vez. Dentro
Bohr durante gran parte del siglo pasado (Barad, 2012, pág. 385). No de la situación anárquica de esta democracia, siempre acabará es-
obstante, según Barad, la complementariedad se da en todas partes, tableciéndose un orden. En general, en cualquier gobierno o acción,
pero las prácticas materiales y discursivas actúan iterativamente alguien (o algo) acabará liderando.
para generar lo que experimentamos como estabilidad relativa. La Resulta interesante que, para Rancière, el ejercicio del arkhê,
materia, incluyéndonos a nosotros mismos, realiza intra-acciones el gobierno, esté estrechamente vinculado a lo sensible, es decir, a
causales y produce fenómenos una y otra vez, de manera que produce lo visible, lo audible, lo decible y demás. Rancière denomina a este
y reproduce el mundo en su devenir (Barad, 2012, pág. 393). orden gobernante la policía, que constituye una específica «división
Quiero centrarme especialmente en la noción de corte y enfatizar de lo sensible». No debe equipararse con policía de verdad, como
que, según este esquema, el corte no es solamente una condición ne- en principio la entendemos, sino entenderse como una constitución
cesaria para la causalidad y la objetividad científica, sino que sencilla- simbólica de lo social que permite que algunas cosas aparezcan y
mente es inevitable. No podemos no hacer cortes. No es un sesgo, sino otras se vuelvan invisibles. Es muy importante tener en cuenta que

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este orden no permite un vacío o complemento, pues afirma «contar podría hacerlo (Bennet, 2010, pág. 106-108). Además, así se con-
a todas las partes» de una sociedad (Rancière, 2010, pág. 36). La cebiría la posibilidad de pensar en la política en términos de fuerzas
división de lo sensible también vincula modos de ser y hacer a grupos impersonales, y no de identidad y reconocimiento.
o agrupaciones específicas, y al mismo tiempo hace que este orden Así, utilizando como ejemplo el debate sobre la determinación
parezca natural, normal y justo. La policía es como siempre ha sido: sexual, hay una impronta básicamente política en el cuestionamiento
según la terminología de Barad, corresponde a la práctica de marcar feminista de las prácticas científicas. Los estudios de Anne Fausto-
límites como si fueran naturales o inherentes a un grupo u objeto Sterling sobre personas intersexuales y la existencia de múltiples
(como el sexo, la raza o la clase). sexos en vez de solo dos1 revisan a fondo la división en solo dos
La situación paradójica de la democracia es, en sí misma, lo que categorías válidas, una división que afirma ser objetiva, natural y
hace posible la política, tal y como Rancière la entiende. La política es exhaustiva. Del mismo modo, la obra de Cheryl Case a favor de
una ruptura en la lógica de la policía, una interrupción en la que se los derechos de las personas intersexuales, que exige que puedan
señala la contingencia de esta lógica «normal». Al mismo tiempo, la determinar (o no) qué sexo tienen o cuál quieren tener, establece que
política rompe con la idea de la posibilidad de una división justa, por las personas han de poder tener voz para decidir sobre su propio
lo cual resalta así la ausencia básica de titulación que caracteriza a cuerpo, en vez de verse sometidas a opiniones «expertas» sobre la
la democracia. De manera destacada, Rancière señala que el sujeto infancia y a la asignación quirúrgica sexual asimilada al binarismo
político llega a serlo solo a través de esta acción y, más aún, que de macho y hembra (Chase, 1998; Rosario, 2009). Aunque esta ex-
el sujeto político no puede equipararse con el ejercicio del poder plicación se desvía un poco del campo en el que escribe Rancière,
(Ranciere, 2010, pág. 27). podría afirmarse que un experimento que muestra que la materia
Fundamentalmente, la concepción que tiene Rancière de la po- (tradicionalmente entendida como partículas) se comporta como una
lítica es de disrupción y de ruptura de una lógica específica. El autor onda podría considerarse que tiene aspectos políticos. Al abrir un
emplea el término disenso para designar este proceso. Es decir, el de campo nuevo de lo sensible, este hace visible aquello que, hasta
modificar la división de lo sensible y hacer que nuevos sujetos tengan entonces, no había razón para ver. Además, altera la lógica y exige
visibilidad y capacidad de habla. Un tema interesante en su obra es la una revisión profunda de las nociones del ser y el devenir.
división entre las esferas doméstica y pública. La clave para la existen-
cia del ser político aristotélico, que es humano, pero desde luego no
para la existencia de cada ser humano, es la capacidad del logos, del Ética y consenso
discurso. Las categorías excluidas de este orden, por ejemplo las mu-
jeres, los esclavos, los animales, solo pueden emitir ruidos, gritos de Si la política es una actividad caracterizada por el disenso, Rancière
placer o desagrado. Por lo tanto, de la esfera doméstica no puede sur- designa que el consenso queda establecido por la policía y elimina
gir ningún logos, por lo tanto relegar a los seres a este espacio acaba el carácter pleiteador de la política. Por lo tanto, el consenso no es
significando descartarlos del orden gobernante. La vertiente política la discusión pacífica y respetuosa y el acuerdo entre las partes, sino
de estas categorías radica en calificar estos espacios como lugares una desaparición del hecho de discrepar y de la contingencia del
en una comunidad de la que pueda surgir un discurso comprensible. orden actual y su exterior constitutivo. Más aún, Rancière utiliza de
Rancière toma como punto de partida escritos antiguos sobre manera un tanto polémica la abstracción del consenso para analizar
política y no existe en su obra equivalencia con la atención que presta la ética, o lo que denomina el giro ético de la política y la estética.
Barad a la performatividad de la materia. Mientras Barad habla de Siguiendo la terminología de Rancière, la ética consiste en equi-
condiciones onto-epistemológicas, Rancière se centra en cuestionar parar modos de ser y modos de hacer y en hacer que las normas pa-
definiciones de lo que constituye lo común, por lo que, sin duda, rezcan hechos, lo cual es, básicamente, el restablecimiento del orden
se centra mucho más en los agentes humanos específicos en ello de la policía y la negación de la contingencia y posibilidad de comple-
implicados. Sin embargo, las concepciones que Barad y Rancière mentación. Rancière entiende el término ethos de la manera siguiente:
tienen de la visibilidad o sensibilidad del mundo sí que convergen
en gran medida. Las cosas y los grupos han de crearse (Barad) o «Antes de significar norma o moralidad, la palabra ethos significa
resultar sensibles (Rancière). No preexisten a las acciones, aunque dos cosas: tanto el habitar como el modo de ser, o modo de vida, que
hay una diferencia a escala ontológica en este aspecto. Jane Bennett corresponde a este habitar. Así, la ética es la clase de pensamiento en
ha insistido en que, pese a que el propio Rancière se resiste a pensar que se establece una identidad entre un entorno, un modo de ser y un
la política como algo que puede incluir lo no humano, posiblemente principio de acción» (Rancière, 2010, pág.184)

1. Véase por ejemplo Fausto-Sterling, 1993 y Fausto-Sterling, 2000.

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Los escritos de Lyotard sobre el «otro» suponen un ejemplo de rad, en el sentido de que aporta una concepción rigurosa de la política
este giro ético. De acuerdo con Rancière, Lyotard atribuye al someti- que no le adjudica rasgos de identidad y no exige una comprensión
miento a la ley del otro un carácter radicalmente alterno, indomable previa de lo que existe. Asimismo, investiga posibilidades específicas
e imposible de comprender o al cual responder (Rancière, 2010; pág. de cambio al enfatizar cortes que son nuevos para el orden o lógica
191-192). Si comparamos esta idea con la noción de Barad de la ética actual, hace que aparezcan nuevos sujetos y engendra nuevos modos
como responsabilidad –tal y como deriva de Emmanuel Levinas–, de visibilidad y sensibilidad. Para Ranciére, la política no se limita a
hay que destacar dos cosas: según Barad, la ética tiene que fundarse ser algo que importe o sea importante. Básicamente, la política es un
en (id)entidades estables, y el otro siempre está involucrado en ella, término designado para describir posibilidades y procesos de cambio,
nunca es radicalmente externo. Así, siguiendo a Levinas, Barad ve la en el que se dan relaciones dinámicas entre el interior y el exterior
ética como condición de ser en el mundo: no es posterior a la acción del orden simbólico de la policía. Como afirma Rancière, la promesa
como cavilación sobre la moralidad y los valores, sino parte central de de cambio radica en el hecho de que la «política es una actividad
la propia existencia. Por lo tanto, la añade como otro componente más localizada, precaria, contingente; una actividad que siempre está a
a su visión del término ético-onto-epistemología. La ética siempre punto de desaparecer, y así, puede que por eso también esté a punto
ocupa un lugar central en el saber y el hacer, no podemos huir de de reaparecer» (Rancière, 2004, pág. 8).
ella, ni deberíamos intentarlo. «La ética cimenta la acción humana
(y no al revés)» (Barad, 2007, pág 391):
Referencias bibliográficas
«Lo que se encuentra al otro lado del corte agencial no está separado
de nosotros; la separabilidad agencial no es individuación. Por lo tanto, BARAD, Karen (2007). Meeting the Universe Halfway. Dur-
la ética no se basa en dar la respuesta correcta a un otro radicalmente ham y Londres: Duke University Press. <http://dx.doi.
exterior o exteriorizado, sino en ser responsable de las de las relacionali- org/10.1215/9780822388128>
dades vivas del devenir del que formamos parte» (Barad, 2007, pág. 393) BARAD, Karen (2012). «Nature’s Queer Performativity». Kvinder, Køn
& Forskning. Núm. 1-2, 2012, pág. 25-53.
Por lo tanto, es la proximidad del otro y no una alteridad radical lo BELL, Vikki (2008). «From performativity to ecology: on Judith Butler
que forma la base de esta idea ética. Siempre estamos involucrados and matters of survival», Subjectivity. Núm. 251, pág. 395-
y las diferencias son temporales y contingentes, son el producto de 412.<http://dx.doi.org/10.1057/sub.2008.31>
intra-acciones diferenciales y no de propiedades inherentes. Lo ético BENNETT, Jane (2010). Vibrant matter: A political ecology of things,
consiste en explicar nuestras intra-acciones, en fijarnos en los efectos Durham y Londres: Duke University Press.
de los cortes que hacemos. BUTLER, Judith (2001). «Doing justice to someone: Sex reassignment
Incluso los cortes más pequeños importan, y por lo tanto Barad and allegories of transsexuality». GLQ: A Journal of Lesbian and
sitúa la responsabilidad en la descripción integral de los aparatos y Gay Studies. Núm. 74, pág. 621-636.
prácticas que producen fenómenos específicos, incluso lo que está CHASE, Cheryl (1998). «Hermaphrodites with attitude: Mapping the
excluido (Barad, 2007, pág. 391). Si se compara con Rancière, se emergence of intersex political activism». GLQ: A Journal of
puede contrastar la idea de descripción integral con la de que tal Lesbian and Gay Studies. Núm. 42, pág. 189-211.
cosa no puede existir. La descripción nunca puede ser exhaustiva y FAUSTO-STERLING, Anne (1993). «The five sexes». The Sciences.
por definición no podemos saber lo que no llegó a ser o a verse. La Núm. 332, pág. 20-24.
visión de Rancière enfatiza la posibilidad de la política y la atención FAUSTO-STERLING, Anne (2000). «The five sexes, revisi-
a la disputa respecto a lo sensible en sí al afirmar que un orden ted». The Sciences. Núm. 404, pág. 18-23. <http://dx.doi.
solo existe para que se excluyan otros, lo que sí concuerda con la org/10.1002/j.2326-1951.1993.tb03081.x>
teoría de Barad. Hacer lugar para lo político no implica disfrutar de GROSZ, Elizabeth (2002). «A politics of imperceptibility». Philosophy
un estado de consenso, sino mostrarse abierto a una multiplicidad and social criticism. Núm. 284, pág. 463-472. <http://dx.doi.or
de cosas nuevas. g/10.1177/0191453702028004528>
Al acercar estas dos visiones ni intento combinarlas ni privilegiar RANCIÈRE, Jacques (2004). «Introducing disagreement». Angelaki.
una respecto a la otra. Al contrario, deseo iniciar un diálogo, interpre- Vol. 9, núm. 3, pág. 3 – 9.
tar difractivamente. La teoría de Rancière puede expandirse con la RANCIÈRE, Jaques (2010). Dissensus. On Politics and Aesthetics.
noción de onto-epistemología de Barad ligada a cuestiones de física Londres: Continuum. <http://dx.doi.org/10.1080/09697250
y materialidad, y presta atención a las limitaciones materiales y a la 42000307583>
performatividad de la materia. De igual modo, la noción rancièriana de ROSARIO, Vernon. (2009). «The New Science of Intersex». Gay and
la política como ruptura parece un complemento útil a la ética de Ba- Lesbian Review. Pág. 165, pág. 21-23.

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Cita recomendada

GAMMELGARRD, Signe Leth (2014). « Repartir lo sensible. Política rancièriana desde una perspec-
tiva posthumanista». En: Beatriz REVELLES BENAVENTE, Ana M. GONZÁLEZ RAMOS, Krizia NARDINI
(coord.). «Nuevo materialismo feminista: engendrar una metodología ético-onto-epistemológica».
Artnodes. N.º 14, p. 51-56. UOC [Fecha de consulta: dd/mm/aa].
<http://journals.uoc.edu/ojs/index.php/artnodes/article/view/n14-gammerglaand/n14- gammer-
glaand-es>
<DOI http://dx.doi.org/10.7238/a.v0i14.2409>

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puede consultar en http://creativecommons.org/licenses/by/3.0/es/deed.es.

CV
Signe Leth Gammelgaard
Estudiante de máster en Literatura Comparada
Universidad de Copenhague
signe.l.g@gmail.com

Nørrebrogade 44 A, 1. th
2200 København N

Anteriormente fue estudiante de intercambio en la UC Santa Cruz dedi-


cada a estudios feministas, literatura e historia de la conciencia, obtuvo
el grado en literatura comparada y cultura moderna de la Universidad
de Copenhaguen (2012), y estudió cine documental en la Universidad
de Malmö (2011).

Gammelgaard ha sido profesora ayudante en la Universidad de Copen-


hague (2012), y editora de la revista literaria trimestral danesa Standart
(2013), donde ha publicado «Bibli()philiac: metonymi og metafor i von
Triers digressioner» en Standart, núm. 2. (2014), «Kinaradise, en fiske-
bolle og noget kogt sene» en Standart, núm. 1 (2014), «Kvindelist og
dumme mænd» en Standart, núm. 4 (2013), «Rum for kritik: rumlighed
og rationalitet i Dostojevskijs Kældermennesket» en Trappe - Tusind,
núm. 9 (2013).

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