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UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE GUERRERO

FACULTAD DE MEDICINA

SALUD PÚBLICA

ESCABIOSIS

Alumna: De La Vega Díaz Martha Patricia


Profesor: DR. LUNA AGUILAR RICARDO

Gpo: 304
Introducción

La escabiosis es una enfermedad fácilmente transmisible y de alta


frecuencia, con una incidencia aproximada de 300 millones por año en todo
el mundo, sin embargo, es más común en regiones pobres y con
hacinamiento, alcanzando proporciones pandémicas y constituye un
problema de Salud Pública. En México esta ectoparasitosis no es de
notificación obligatoria por lo que se desconoce su frecuencia real, el
diagnóstico es relativamente fácil con las características clínicas y sus
métodos diagnósticos son económicos. El tratamiento es sencillo,
económico y de fácil acceso, como son las medidas de higiene personal y el
uso de medicamentos. Por lo que es importante que el médico detecte los
factores de riesgo y establezca el diagnóstico oportuno para limitar la
progresión de la enfermedad.

Concepto

Es una parasitosis exclusivamente cutánea y muy pruriginosa producida


por Sarcoptes scabiei de la variedad hominis.

Los sinónimos con los que se conoce ésta enfermedad son: sarna, roña y
rosquiña, debido al intenso prurito que provoca.

Clasificación

La escabiosis podemos clasificarla en:


 Escabiosis de lactantes, niños, adultos y ancianos.
 Personas limpias.
 Escabiosis nodular e incógnita.
 Sarna noruega.
 Transmitida por animales
Epidemiología

Es una de las dermatosis más frecuentes producidas por parásitos


animales. Su distribución es mundial, sin embargo es endémica en países
en desarrollo, debido a que la pobreza y el hacinamiento son factores de
riesgo. Se presenta cíclicamente en todo el mundo, originando epidemias,
apareciendo cada 10 a 12 o 20 años. En 1960 la incidencia en Europa y
América del Norte comenzó a aumentar, y en 1980 alcanzó niveles cercanos
a la pandemia. Desde entonces su incidencia ha disminuido pero sigue
siendo muy común. Aproximadamente 300 millones de personas pueden
verse afectadas en el mundo.

En México la tendencia es descendente, según reportes de la división de


epidemiología de la Secretaría de Salud. En el año 2000 se notificaron
87,155 casos y para el año 2009 se registraron 59,542, con una incidencia
de 55 casos nuevos por 100,000 habitantes, los Estados más afectados se
encuentran en el sur del país, con la mayor incidencia en Tabasco, 300 casos
por 100,000 habitantes, Campeche, Quintana Roo, Chiapas y Oaxaca. Por
institución la Secretaría de Salud concentra el 46.9%, el IMSS régimen
ordinario 30.9%, el IMSS oportunidades el 13.8%, el ISSSTE, DIF, PEMEX,
SEDENA, SEMAR y otras instituciones 8.4%. Del total nacional las mujeres
representan 57% de los casos y el grupo etario más afectado fue el de
menores de 5 años. La morbilidad por escabiosis varía entre 6 y 27% de la
población general.

Es más frecuente en las áreas urbanas, predomina en mujeres y niños de


cualquier edad, grupo étnico y estrato socioeconómico.

Es más frecuente en el otoño e invierno que en el verano, esto se explica de


manera probable porque las personas se aglomeran y hay mayor sobrevida
de los ácaros en los fómites en temperaturas más frías.
Causalidad
El Sarcoptes scabiei variedad hominis, es el agente causal. Sarcoptes es un
vocablo griego que significa cortar, mientras que la palabra escabiosis
derivada del latín, significa rascar. Fue identificado como agente etiológico
de esta parasitosis por Hillier y Renucci a mediados del siglo XIX.
Pertenece a Phyllium Arthropoda, clase Arachnida, subclase acarina,
orden Astigmatica, familia Sarcoptida.

Es de color marrón blanquecino, de ocho patas cortas y robustas, y


espículas en el dorso, de forma muy similar a una tortuga (forma
hemiesférica), carecen de ojos. La hembra que es la que produce las
manifestaciones clínicas, mide aproximadamente 0.4 por 0.3 mm.
El macho mide 0.20 mm de largo, por lo general el macho se mantiene en
la piel junto con las ninfas. En ambiente frío con alta humedad, sobreviven
más tiempo. La hembra puede sobrevivir fuera del hospedero durante 2 a
3 días a temperatura ambiente y tiene una longevidad de 4 a 6 semanas, los
huevecillos viven por lo menos 10 días. Se calcula que para llevarse a cabo
una infestación son necesarias 10 a 15 ácaros hembras.
En condiciones similares los ácaros hembras, sobreviven más tiempo que
los machos, ya que estos mueren después de fertilizar a la hembra. Cuando
la hembra es fertilizada, rápidamente excava un túnel en la epidermis a
nivel del estrato granuloso, ayudada por sus patas y su aparato bucal que
posee quelícero (piezas bucales utilizadas para morder), conforme avanza
en la formación de los túneles defeca y deposita 2 a 3 huevecillos diarios.
Los huevecillos eclosionan en los túneles y la eclosión de las larvas se
produce en tres o cuatro días y continúa el ciclo. Después pasa por la etapa
de ninfa y adulto en 14 días, empiezan a perforar nuevas galerías conforme
se desarrollan. Posteriormente de 72 a 84 horas, las larvas alcanzan la
superficie de la piel, convirtiéndose en adultos después de varias mudas y
apareándose a los 10 a 17 días. Se extiende aproximadamente 2 a 5 mm
cada día, para formar el túnel.
Al final del mismo existe una vesícula o una pápula de 2 a 3 mm de
diámetro donde está el parásito. Pone de dos a tres huevos a la vez, hasta
un total de 10 a 25, algunos autores mencionan hasta 40 o 50 huevos.
Después de uno a dos meses muere.

El período de incubación dependerá del estadio del parásito, siendo en


promedio de dos días para el adulto, y de dos a seis semanas, para la larva.
Las personas que ya han estado infestadas manifiestan síntomas de uno a
cuatro días después de la exposición. Existe cierta resistencia en las
personas previamente infectadas, menos ácaros logran establecerse en
comparación con quienes no han sufrido exposición previa, en tanto que
las personas inmunológicamente deficientes son susceptibles a la
superinfestación.

Se transmite por contacto directo o fómites, especialmente ropa, donde el


parásito vive de 2 a 5 días. La transmisión es de persona a persona por
contacto directo. La transmisión de padres a hijos y sobre todo de madre a
hijo es lo común. En los adultos jóvenes el modo de transmisión más
común es la sexual. Aunque es poco común se han reportado casos en los
que el parásito se contagia por el uso o manejo de ropa muy contaminada
o por dormir en una cama recientemente ocupada por una persona
parasitada. La transmisión por prendas de vestir o ropa de cama es más
común con grandes cargas de parásitos lo cual ocurre en la escabiosis
costrosa, o en ancianos que viven en asilos, que son infectados por miles
de parásitos.

Factores de riesgo
Edad. Es más frecuente en población menor de 15 años, por lo que los
grupos etarios más afectados, son los menores de 1 año y los de 1 a 4 años
con incidencias de 176.2 y 132.5 por cada 100 mil habitantes. Aunque
también son afectados los ancianos que permanecen en instituciones como
asilos y los adultos jóvenes por contacto sexual.
 Pacientes inmunocomprometidos.
 Sexo. Afecta más a mujeres con un porcentaje de 57%, que a
hombres con un porcentaje del 43%.
 Ocupación. El personal de salud del primer nivel de atención
presenta un riesgo elevado de infestación. Se presenta en sitios de
concentración como guarderías, asilos y orfanatos.
 Lugar de residencia. Se observa más en áreas urbanas y regiones de
clima tropical.
 Deficiencia de higiene personal y de la vivienda.

FISIOPATOLOGÍA
El parásito hace túneles mediante la secreción de enzimas proteolíticas que
causan daño a nivel de los queratinocitos.

El prurito intenso, de predominio nocturno es resultado de una reacción


de hipersensibilidad. Los infiltrados de linfocitos orientan a una reacción
de hipersensibilidad retardada tipo IV y el aumento de IgE, hacia la
hipersensibilidad inmediata o de tipo I, a sus huevecillos, a sus heces o
ácaros muertos. Esto evita la multiplicación de los parásitos, pero no los
elimina. Se ha encontrado también activación de mastocitos, estimulados
por alguna estructura antigénica, como son los ácaros, heces o huevecillos.
La respuesta inmunitaria es compleja, por la dificultad que implica
estudiar a los ácaros vivos para estudios in vitro y los bajos niveles de
infestación de pacientes con escabiosis clásica. Las células epidérmicas y
dérmicas que se encuentran alrededor del ácaro son las primeras en entrar
en contacto con los productos del mismo. Por ello se considera que los
queratinocitos, las células de Langerhans, los fibroblastos cutáneos, las
células endoteliales, los monocitos y los linfocitos interactúan con el ácaro
y sus productos.
Entre las sustancias liberadas por los ácaros vivos están las secreciones
salivales, los materiales fecales y de excreción y las sustancias asociadas
con la metamorfosis y el proceso de muda.
La forma nodular es una reacción de hipersensibilidad a los antígenos, y
las lesiones no son contagiosas. En pacientes con VIH, las lesiones con
atípicas, exageradas o costrosas y dependen del recuento bajo de linfocitos.

En los casos de sarna noruega, por un defecto inmunitario del huésped, se


encuentran miles de ácaros, así como cifras reducidas de IgA y altas de IgE.
La difusión del parásito a diferentes zonas del cuerpo se produce cuando
al rascarse el individuo afectado, transfiere los ácaros de un lugar a otro.
De forma experimental la reinfección solo se logra en el 40% de los
pacientes lo cual orienta hacia la inmunidad humoral. Algunos estudios
revelan aumento de niveles de IgA e IgM y disminución de las IgG, las
cuales regresan a niveles normales después del tratamiento correcto.

CUADRO CLÍNICO
Los síntomas empiezan tres a seis semanas después de la infestación
primaria, sin embargo en pacientes que han sufrido la escabiosis con
anterioridad, los síntomas por lo general comienzan entre uno y tres días
después de la reinfestación, presumiblemente por la previa sensibilización
del sistema inmunológico.
Topografía de las lesiones. En lactantes y niños es generalizada y simétrica,
predominando en la piel cabelluda, palmas, plantas y entrantes; en los
adultos las lesiones son diseminadas y simétricas, se presentan entre las
líneas de Hebra (dos líneas imaginarias, una que pasa por los hombros y
otra por las rodillas), predominando en cara anterior de muñecas
(superficies flexoras), borde interno de las manos (eminencias tenar e
hipotenar), pliegues interdigitales de las manos, cara interna de
antebrazos, superficies extensoras de los codos, axilas, región periumbilical
y nalgas sobre todo alrededor de los pliegues subglúteos e interglúteos.
En el hombre se localiza también en abdomen, escroto y pene; y en la mujer
en pliegues submamarios, areola y pezón. En general la topografía de las
lesiones respeta cabeza, cuello y pies, aunque en formas atípicas se pueden
encontrar en niños y ancianos en piel cabelluda, palmas y plantas.

Morfología de las lesiones. Raras veces se pueden presentar pequeñas


ronchas, ampollas o pústulas; el túnel que labra el parásito es muy difícil
de ver; y en su extremidad existe una vesícula aperlada conocida con el
nombre de eminencia de Bazin. De manera habitual, las lesiones tienen el
aspecto polimorfo, en lactantes se puede acompañar de eccema, en el
abdomen con pápulas y costras abundantes, lo que le da el aspecto de
“cielo estrellado”; y en el adulto se caracteriza por pápulas pequeñas y
eritematosas (pápulas acarinas), excoriadas, vesículas, costras hemáticas y
liquenificación.

Síntomas acompañantes. El prurito suele ser intenso, de predominio


nocturno; inicialmente es localizado y después se generaliza; en reinfección
el prurito aparece de inmediato, no así en los casos de primera vez, que
tarda en aparecer de 2 a 6 semanas, después de la infección; en el caso de
lactantes menores de 2 o 3 meses, el prurito puede estar ausente.

Evolución. La evolución de la enfermedad puede ser sub-aguda o crónica


(cuando dura el cuadro clínico más de quince días).

Existen variantes del cuadro clínico, entre ellos se encuentran la sarna de


los limpios y las formas atípicas.
Sarna de los limpios. Como su nombre lo indica, lo característico es que se
presenta en personas aseadas, encontrándose solamente algunas pápulas
y costras hemáticas en axilas, pliegues interdigitales y en el escroto, el
prurito es escaso, lo cual dificulta el diagnóstico; aunque pueden aparecer
ronchas o dermografismo.
Formas atípicas o variantes clínicas:

 Escabiosis noruega o costrosa.

 Escabiosis nodular.

 Escabiosis inmunológica
Sarna noruega (costrosa). Es una variedad de escabiosis descrita en
Noruega en 1848 pacientes que presentaban lepra, aunque actualmente
también se asocia con otras afecciones como el linfoma, diabetes con
neuropatía, afecciones mentales con discapacidad, el síndrome de Down,
individuos bajo tratamiento con inmunosupresores (metotrexato,
lacrolimus o ciclosporina) y otras enfermedades que comprometen la
inmunidad celular; es indicativa de infección por el virus linfotrópico
humano de células T tipo 1 (HTLV- 1), sobre todo en zonas endémicas
como el Perú; hasta el 58% de los pacientes presentan hipereosinofilia,
detectándose hiper IgE en el 96% de esa población. Dado que el 40% de los
casos de escabiosis costrosa carecen de un factor predisponente, se ha
sugerido que existe predisposición genética; sin embargo se puede
presentar en ancianos. Afortunadamente esta variante clínica no es común,
pero al presentarse en personas inmunodeprimidas hay una reproducción
masiva del parásito, por lo que la persona infestada presenta de miles a
millones de parásitos, y es altamente contagiosa. En relación a la topografía
no respetan las líneas de Hebra, tendiendo a ser generalizada, en cuanto a
la morfología predominan las placas eritematosas mal definidas que
desarrollan de manera muy rápida escamas, las escamas y verrugas se
presentan sobre todo en las salientes óseas, aparecen costras y fisuras,
sus lesiones son malolientes, las costras y escamas están llenas de ácaros,
las costas melicéricas y la hiperqueratosis, hay distrofia ungueal,
caracterizada porque son gruesas, descoloridas; cualquier área puede ser
afectada pero la piel cabelluda, manos y pies son muy susceptibles. Si no
se trata la enfermedad se extiende el proceso y se vuelve generalizado; y
en contraste, el prurito tiende a ser mínimo, con respecto a lo aparatoso de
las lesiones.
Escabiosis nodular. Se manifiesta con lesiones en forma de cúpula de 5 o 6
mm de diámetro, eritematosas y prurito intenso; predominan en escroto,
ocasionalmente en región inguinal y axilas.
Antecedentes heredo-familiares.

Es una enfermedad transmisible de persona a persona, por lo que existe el


antecedente de que varios familiares tienen sintomatología similar. El
antecedente del síndrome de Down y síndrome de Turner son importantes
en relación a la presentación de la sarna noruega.

Antecedentes personales patológicos.


El uso de esteroides tópicos o sistémicos por tiempo prolongado favorece
la presencia de escabiosis, observándose infestaciones masivas que
provocan lesiones hiperqueratósicas en manos y pies; la misma situación
se presenta en pacientes inmunocomprometidos, especialmente con SIDA.

Antecedentes personales no patológicos.


Se requiere del contacto directo y prolongado para su transmisión, por lo
que es importante indagar sobre diversos antecedentes; para ello es
necesario interrogar sobre los hábitos higiénicos como es el baño y cambio
de ropa interior y exterior, corte de uñas, y cambio de ropa de cama; las
condiciones de hacinamiento incrementan su prevalencia en la población,
inclusive puede ocurrir en forma epidémica en las instituciones, como los
asilos; se favorece cuando existen múltiples parejas sexuales, sobre todo en
adultos jóvenes. En relación a la fauna doméstica, los gatos y los perros
también contraen la sarna, pero los ácaros que los infectan son diferentes a
los que parasitan a los humanos, por lo que es poco probable que causen
infestaciones en un huésped humano, a menos que el animal no reciba
tratamiento; estos ácaros no suelen reproducirse en los seres humanos, y
rara vez sobreviven más de unos cuantos días.
Inspección general.

Por lo general presenta facie de irritabilidad por el prurito, cuando la


escabiosis se ha impetiginizado se presenta el “signo del cirujano”, así
mismo es común encontrar la vestimenta sucia.

Somatometría.

De manera común no se alteran el peso y la estatura. En los pacientes


inmunocomprometidos se puede asociar a la disminución de peso.

Signos vitales.

La temperatura puede aumentar si se presentan complicaciones como la


impetiginización secundaria o la sepsis.

Complicaciones

Con frecuencia el cuadro se complica, sobre todo en los meses de verano,


con infección por estafilococos aureus o estreptococo del grupo A,
incluyendo impétigo, ectima, paroniquia y furunculosis.

Impetiginización. Cuando el paciente se rasca disemina la infestación y las


excoriaciones que produce en la piel permite la introducción de infecciones
secundarias. Se caracteriza por pústulas y costras melicéricas. Cuando esto
se presenta en los espacios interdigitales, sobre todo en los niños, el
paciente no puede cerrar sus manos por la presencia de pústulas, edema y
dolor, colocando las manos en alto y con los dedos separados, lo que se
denomina “Signo del cirujano”.
Glomerulonefritis. Esta complicación se presenta cuando la
Impetiginización es extensa.

Dermatitis de contacto. Casi siempre es provocada por tratamientos


incorrectos, o medicamentos que pueden causar sensibilización.

Sepsis. En la escabiosis costrosa se pueden presentar fisuras que son puerta


de entrada para las bacterias. Esto puede provocar sepsis en pacientes
ancianos e inmunocomprometidos, produciendo la muerte del paciente.

Complicaciones psicológicas. Delirio de parasitosis, vergüenza o


culpabilidad.
Diagnóstico

El cuadro clínico es de vital importancia para realizar el diagnóstico, el que


comprende una tétrada caracterizada por:

Túneles, denominados también, surcos o galerías.

Distribución típica de las lesiones.

Prurito nocturno.
Sumamente contagiosa. Por lo que es muy útil el antecedente de contacto
con otras personas afectadas, sobre todo en lo que respecta a los miembros
de la familia con convivencia estrecha y datos clínicos de una dermatosis
semejante.
El túnel es difícil de observar, en ocasiones se ve como una línea oscura,
color gris, rojizo o marrón, de 7 a 15 mm de largo. Más visible si se coloca
una gota de tinta negra, con el fin de que esta penetre en el túnel, al final
de este se puede observar una vesícula y al romperse puede observarse al
parásito.
Intencionadamente se deben explorar los pliegues interdigitales de las
manos, cara anterior de las muñecas y pliegues antecubitales, axilas, área
periumbilical, en la cintura, superficie extensora de las rodillas, la parte
inferior de los glúteos y los muslos, y caras laterales y posteriores de los
pies; por lo general la parte trasera del cuerpo y la cabeza están libres de
lesiones. En mujeres se localiza en piel adyacente a los pezones y en el
hombre escroto, pene y glande.

En el caso de la escabiosis nodular se sugiere explorar de manera


intencionada la región inguinal, genitales, glúteos y axilas; estos pacientes
pueden desarrollar urticaria generalizada, incluso algunos de ellos han
presentado urticaria como manifestación clínica inicial de la escabiosis.

Los niños pequeños y los lactantes presentan lesiones en palmas y


plantas, en toda la superficie de los dedos, e incluso pueden mostrar
ácaros en las uñas; suelen ser más inflamatorias que en los adultos y
tienden a predominar las vesículas y ampollas.

La identificación de los túneles en la piel es un dato específico para realizar


el diagnóstico y se hace de manera definitiva identificando al parásito, las
heces o sus huevecillos.

Las tomas de las muestras deben ser de los sitios de lesión o en las zonas
de rascado. Los estudios paraclínicos que se pueden realizar son los
siguientes:
Raspado de piel. Las zonas más útiles para tomar las muestras son las
regiones interdigitales, los lados de las manos, muñecas, codos, axilas,
región inguinal, tórax y pies. Se identifica una pápula no excoriada, se pone
una gota de aceite mineral, se raspa con un bisturí, para posteriormente
revisarla al microscopio. En los casos de escabiosis costrosa un gran
número de ácaros y huevecillos pueden observarse.
Biopsia por rasurado. Se realiza para el diagnóstico de las formas atípicas
o cuando el examen directo no es posible.

Microscopio de bajo poder.

Dermatoscopía.

Prueba de fluorescencia de tetraciclina.

Prueba de la cinta adhesiva. Se pega una cinta adhesiva a la lesión, y


después se quita rápidamente, se aplica al portaobjetos, y se observa al
microscopio para identificar ácaros y huevos. Esta prueba es muy
recomendable aplicarla en los niños,.

Diagnóstico diferencial.

Dermatitis atópica. Se diferencia por los antecedentes familiares de atopia


y la distribución de las lesiones.

Dermatitis herpetiforme. El prurito es episódico, y con diferentes lesiones


como eczema, placas vesiculosas y pápulas urticariales.

Dermatitis por contacto. Cuando se presenta el eczema en la aréola,


descartar escabiosis, además de la enfermedad de Paget.

Dermatitis seborreica.
Pediculosis del pubis. Se visualiza el parásito adherido al vello, y color
rojizo en la piel alrededor de los vellos.

Liquen plano. Las lesiones son poligonales de color violáceo y afectan


mucosas.
Urticaria papular.

Pitiriasis rosácea.

Uremia. El prurito es intenso, y se corrobora con los exámenes paraclínicos.

Impétigo.

Psoriasis. El diagnóstico diferencial se presenta con la sarna noruega, ya


que esta se caracteriza por ser hiperqueratósica y costrosa, siendo mínimo
el prurito.

Sífilis. La Escabiosis se considera una enfermedad transmitida


sexualmente, y enmascara completamente a la sífilis.

Dermatitis por contacto al níquel y platino. Las lesiones son muy parecidas
a las de la escabiosis, pero tiene el antecedente de contacto con estos
metales. Y si se da tratamiento empeora el cuadro del paciente.

Pronóstico

Es una enfermedad benigna, aunque muy molesta. El prurito es tan intenso


que produce en los niños y en la familia, insomnio e intranquilidad,
afectando el estado general del paciente, en ocasiones produce una
verdadera neurosis, inclusive una acarofobia. La mayoría de los casos no
presentan problemas. Se puede pensar en el diagnóstico de asociación de
VIH, cuando existe mucha escama o costras, en los casos resistentes al
tratamiento o muy graves.
Terapéutica

Medidas generales. Deben tratarse primero las complicaciones como


impétigo y dermatitis por contacto.

Aplicar medidas preventivas educando a la población y a la comunidad


médica sobre el modo de transmisión, el diagnóstico temprano y el
tratamiento de los pacientes infestados de los contactos.

Deben ser tratados todos los contactos físicos cercanos del paciente,
independientemente si hay o no sintomatología.

Desinfectar todos los objetos que están en contacto directo con el paciente.
La ropa de cama con la que estuvo en contacto el paciente en las 48 a y 72
horas y un día después de iniciado el tratamiento, debe mantenerse en
agua con detergente durante una hora, luego lavarse, y exponerla al sol. La
ropa debe ser planchada con bastante calor. Los objetos que no pueden ser
lavados se deben colocar en una bolsa de plástico sellado por 72 horas o
más, ya que el ácaro no sobrevive más tiempo fuera del ser humano. Evitar
el intercambio de prendas de uso personal.

 Lavado y cepillado de uñas.


 Informar al paciente que es una enfermedad transmisible.
 Evitar el contacto sexual hasta que ambas partes hayan completado
el tratamiento.
 Evitar la promiscuidad y el hacinamiento.

Tomar en cuenta el costo, la eficacia y la tolerancia del paciente a los


fármacos, para evitar el abandono o la posible resistencia.
Los fármacos deben aplicarse los días señalados ni un día más. Con el fin
de evitar la dermatitis de contacto.
La eficacia de la permetrina es superior a la del líndano y el crotamitón,
incluso para reducir el prurito. La permetrina en crema al 5%, se utiliza una
vez al día por la noche, y se retira después de 8 a 14 horas. Se puede usar
en pacientes embarazadas, niños y ancianos, no es recomendable su uso en
pacientes asmáticos.

El lindano (hexacloruro de gammabenceno) en loción y crema al 1%, es un


insecticida de tipo órgano clorado. Se absorbe en todos los sitios y se
metaboliza y se excreta a través de la orina y heces.

El benzoato de bencilo, es un éster del ácido benzoico y alcohol bencílico.


Sus presentaciones comerciales son la emulsión y loción al 10 y 25%. Actúa
directamente sobre el ácaro y lo intoxica. Se absorbe en el estrato córneo de
la epidermis y se excreta por vía renal. La loción debe aplicarse al menos 2
o 3 noches continuas. Está contraindicado durante el embarazo, la lactancia
y en niños menores de 5 años.

El azufre en ungüento al 2 o 10% en base de petrolato, es el más antiguo


escabicida. Mediante su oxidación a ácido pentatiónico ejerce su acción
germicida, también tiene acción queratolítica, antiséptica leve y
parasiticida. Es un medicamento barato, seguro, pero mancha la ropa y
requiere tres días de aplicación.

El crotamitón, debido a su poca eficacia y alta toxicidad está en desuso.

Ivermectina. Se utiliza a razón de 200 microgramos/kg vía oral, dos dosis


con intervalos de 2 semanas, teniendo un 100% de eficacia. Se recomienda
la vía oral cuando hay dificultades para aplicar el tratamiento tópico, como
cuando existen excoriaciones, lesiones eccematosas o el potencial riesgo de
absorción percutánea.
En la escabiosis impetiginizada es recomendable el uso de antibióticos
tópico y un macrólido por vía oral.

El uso de antihistamínicos es recomendable para disminuir el prurito, así


como el uso de lubricantes o emolientes. El prurito aparece 2 a 3 semanas
después del contagio y persiste por otras 2 semanas, aproximadamente
después de la curación.

Medidas de prevención

Un mayor conocimiento de los antígenos del ácaro, de la respuesta


inmunitaria generada contra los mismos y de los mecanismos de evasión
utilizados por el parásito sería fundamental para el desarrollo de una
vacuna que permita prevenir la infestación, de manera análoga a lo que se
ha logrado con algunas garrapatas del ganado. Esto sería de gran
importancia para la Salud Pública, ya que, pese a las estrategias de uso
masivo de escabicidas, no se ha logrado controlar la infestación en áreas
endémicas y la resistencia a los escabicidas disponibles es cada vez mayor.

Otras medidas de prevención son:

 Detección de portadores no diagnosticados circulando entre la


población.
 Adecuada higiene del medio
 Realizar pesquizaje familiar para evitar epidemias.
 Instituir tratamiento en todos los enfermos.
 Realizar el baño diariamente.
 Uso personal de las toallas de aseo.
Referencias

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 SSA. Escabiosis. Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica.
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 Magaña G, Magaña L. Dermatología. 2ª ed. México. Editorial
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Rev Mex. 2012; 56(6):404-413
 Disponible:http://new.medigraphic.com/cgibin/resumen.cgi?idrev
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