JUEVES, 2 DE ENERO DE 1969 LA VANGUARDIA ESPAÑOLA Página 43

EN U ERA DE LAS CONCENTRACIONES

LA BATALLA CONTRA
LOS VIRUS
Vaya por delante una afirmación que seguramente va.a ; ser aceptada
por lodos nuestros supuestos lectores: «no entendemos una palabra de
LA LLEGADA A OT
química»; y,una declaración jurada; «no pretendemos que se cambien
las estructuras, ni la industrialización, ni la comercialización de los
productos químico-farmacéuticos». Esto, Si hubiera lugar, corresponde a
los expertos, no a los periodistas, cómo no sean, al.propio tiempo, pe-
ritos en la materia. .' .
Hechas estas salvedades, para disipar recelos y suspicacias, empe-
zaremos por expresar nuestro asombro ante la enorme cantidad de es-
pecíficos que circulan por el mundo. Como las enfermedades son muchas
y los microbios son variadísimos, según nuestras. noticias, nos expli-
camos que. los remedios proliferen, pero no deja de llamarnos la aten-
ción el que haya tantos medicamentos, al parecer distintos, para Comba-
tir las mismas dolencias, y nuestra admiración culmina cuando obser-
vamos que en los prospectos que los presentan y ensalzan, muchas ve-
ces se parte de un mismo producto, linterna idéntico, pero orquesta-
do de múltiples formas y envuelto en variadísimas sustancias protecto-
ras, o destinadas a corregir los sabores desagradables. Los maestros.de
la moderna alquimia logran prodigios en la distribución dé las dosis;
y en la elección de los acentos y los matices de sus brebajes.
Pero, sin querer, nos asalta la sospecha de que en estos' tiempos, en
los que tanto se habla de concentraciones industriales, como mágica
fórmula económica, quizá no estuviese fuera de lugar el aunar los es-
fuerzos de los investigadores y de los técnicos para conseguir que no.
crezca más esa enmarañada selva de específicos y se simplifiquen las
armas de asalto contra los virus. Los médicos quedan sumergidos en
una verdadera montaña de folletos y de reclamos farmacéuticos y los
servidores de las boticas acabarán por recabar la ayuda de los cerebros
electrónicos para localizar los medicamentos que reclaman sus clientes.
Nos conmueven los mancebos de las farmacias cuando se empeñan en
descubrir un especifico en el laberinto de una estantería atiborrada de
cajitas,.todas iguales. Sobre todo cuando se encaraman en una espalera
de mano que corre por los bordes de una cajonería y parecen intrépidos
alpinistas deslizándose por las nevadas laderas del Guadarrama.
Quedamos aterrados cada vez que las capas de un mineral, o de la
savia de una planta, o de las entrañas de un animal, surge un remedio
nuevo, y éste empieza a parir inyecciones, pildoras o sustancias desti-
nadas a penetrar por los más insospechados canales, en nuestro orga-
nismo. Hace ya muchos años, según creo, que se descubrió el perborato
y continúa, incansable, alumbrando cada día un nuevo vastago..que lle-
va, más o menos estilizados, los apellidos del padre, o reniega de ellos
y se esconde en .algún erudito rincón del léxico griego. . .
Siempre nos ha maravillado el ardor con que defienden sus pro-
ductos, en el campo de una fabulosa competencia, los fabricantes y
los distribuidores de la industria farmacéutica. Sobre todo cuando tienen
que luchar contra esos médicos retrógrados que sólo se fían del bicar-
bonato y de las. aspirinas. Y creemos que ha llegado la hora de que, a
aquéllos, se les aclaren de.algún modo los horizontes, para que. puedan
trabajar y vivir con menos agobios, sin dormirse obsesionados rcon los
fantasmas de los presupuestos publicitarios. ; uno se esté aproximando a un mun-
Ramón SIERRA
pondrán contentos
si pueden
escribir con la
O con su técnica; y es un factor de «lo que es» ir, de verdad, a otros Román Valles nos parece de legiti-
7!
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LA PINTURA RECIENTE DE ROMÁN VALLES
Tras . su período de los «colla-
ges», que fue un «inf ormalismo re-
formado» y no un «pop art», Román
Valles, ha cumplido una nueva eta-
pa de su evolución, creando imá-
genes en las que los «paisajes» de
su período de abstracción informal
(1957-1962) resurgen, pero contem-
plados, no desde una perspectiva
terrestre, sino cósmica. No hay du-
da de que la ciencia-ficción y la
ciencia-realidad, en UJI tiempo en
que la astronáutica facilita visio-'
nes auténticas, y con-todo inaudi-
tas, del universo, tiene que eonta-
m i n a r los - espíritus de su sutil
agente. No se trataría aquí de re-
petir, o representar, y menos de
«ilustrar», gestas o posibilidades
aún inmersas en el futuro, por cer-
cano que sea el comienzo de ese
porvenir. Se trata de «crear un
equivalente plástico». La hazaña
es mayor cuando, sin la menor
conciencia previsiva de ello, un
pintor preparó, sin saberlo, esta
evolución vertiéndose ya, en una
etapa anterior, al mundo de las Román Valles. Pintura (1968), 130 x 80 cm.
inmensidades espaciales, nebulosas
ó no. Valles se ha alejado de sus máquinas que es capaz de produ- contiene bastante de esta grave
cielos confundidos con océanos; y cir. Pues una realización técnica, lección que los técnicos han de ex-
se; ha alejado también de los com- desprovista de espíritu, no és sino traer del arte, forma de pensa-
plejos psíquicos que los motivaban. —como ya se ha dicho— un logro miento tan legítima y superior, co-
Y con ello ha adquirido una certi- de grado más elevado —pero en el mo la qué ellos ejercen con "resul-
dumbre panorámica que confiere a fondo lo mismo— que lo que faci- t a d o s «prácticos». Tomarse en
sus nuevas imágenes un poder dis- lita el instinto animal. La imagen serio la pintura, intentar que se
tinto. Formalmente, son síntesis de artística, como «idea» (que no se convierta en vehículo de lo que el
lo informal y lo constructivo-geo- manifiesta verbal, sino gráfica, pic- hombre está haciendo en esta época
rnétrico. Pero, en realidad, no se tórica o plásticamente) puede y es, desde luego, algo mucho más
trata de esto, sino de una inven- debe ser la mensajera y conductora interesante y valioso que dar na-
ción de imágenes que sitúa esferas, del «modo» más eficaz de enfren- cimiento a «cuadros» (metros cua-
triángulos, cuadrados con nebulo- tarse con los nuevos descubrimien- drados de lienzo más pigmentos)
sidades evanescentes (blancas y tos. El intelecto sólo no es suficien- con el mero fin de decorar museos
grises por lo común) contra el tre- te. Ya Ludwig Klages habló de la o viviendas particulares, a la vez
mendo contraste de unas aspas, rebelión del espíritu contra el al- que constituir un comercio, de otro
rectángulos, triángulos o enmarca- ma, refiriéndose, en. verdad, a la lado necesario.
mientos que suelen ser negros, en subversión de la inteligencia con- La «tendencia», resumiendo, es
tinta plana, muy densa. tra el espíritu, como han entendido aquí algo que supera el «tema»,
Parece, al ver éstos cuadros, que sus exégetas. » puesto que lo engloba con la téc-
La plácida suavidad de los blan- nica, con la actitud mental y con
do ignoto, que se revela posible y quecinos magmas de las pinturas una secreta voluntad de adoctrina-
significativo a la vez. Su signifi- de Valles, contrapuesta a las rígidas miento. Por tanto, los resultados se
cación no sólo es exterior, ni pro- formas que dicta el pensamiento tienen que ver a la luz de esa sín-
viene estrictamente de las alusiones ordenador y lógico, constituye la tesis, no sólo a la del logro pictó-
a los aterrizajes en otros planetas, «coincidentia o p p o s itorum» —la rico, siendo éste importantísimo.
o en estaciones espaciales rotato- conjunción de contrarios— que ele- Poseer el don de «variar» un orden
rias. Es la -mente la que se ha su- va una mera realización pictórica de imágenes situado en esa divi-
mido en estas formas de vida y las al nivel de la expresión auténtica, soria no es fácil. En el fondo, son
cristaliza en veracidad—esto es lo en este caso ligada a unos momen- muchas las formas -de aproximarse
propio del arte— no por el tema, tos que casi podrían llamarse de a las incógnitas de la época de las
sino por la ejecución y los valores «mutación» de las posibilidades de nuevas exploraciones (grandes fon-
estéticos, que aquí no sólo tienen la especie humana. ¿En qué grado dos submarinos, espacio exterior) y
por misión la mera creación, sino podrá el pintor —este pintor con- hay que enseñar al hombre a ver
que han de «justificar» la propia creto a quien ahora nos referimos, artísticamente los otros mundos.
temática. Esto puede lograrlo Va- u otro— dirigir la actitud con la Pero la que hemos visto reflejada
lles por su espiritualidad y no sólo que el ser humano ha de entender en las mejores obras recientes de
la mayor importancia que todo el mundos? Nadie podría responder a midad y validez indudable.
arte que se realice, en adelante, esta interrogación. En sí, la aven-
bajo el signo de esos « m u n d o s tura artística del siglo XX —que
otros» tenga en sí la trascendencia a veces menosprecia la belleza por Juan-Eduardo CIRLOT
que es de desear Heve el hombre buscar lo nuevo, lo extraño, «lo de la Academia del Faro
a donde vaya físicamente con las traído de no se sabe dónde»—- ya de San Cristóbal
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