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FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS POLÍTICAS

CARRERA PROFESIONAL DE DERECHO

DOCENTE: DOC.DUEÑAS VALLEJO ARTURO

ASIGNATURA: DERECHO PENAL GENERAL

INTEGRANTES: CURI SUERO, MARILING ANITA

JANAMPA GUTIERREZ, DIANA LIZ

PALOMINO ALANYA, LAYDIE

PALACIOS BAEZ, Erika

CICLO: III SECCIÓN: B

AYACUCHO – PERÚ

2018
DEDICATORIA

Quiero dedicarle este trabajo

Primeramente, agradezco a Dios que me ha dado la vida y


fortaleza.

Para seguir adelante con mis estudios y con mis mentas.

A nuestros Padres por estar ahí cuando más los necesitamos.


INTRODUCCION

La Ciencia Del Derecho Penal es el conjunto de conocimientos obtenidos


mediante la observación y el razonamiento del delito, del delincuente, y de la
reacción social que ambos provocan, conocimientos de los que, sistemáticamente
estructurados, se deducen principios y leyes generales.

El Delito es una conducta humana sobre la que recae una sanción de carácter
criminal. El Delincuente es una persona natural que reúne las condiciones
necesarias para responder ante el poder público. La Reacción Social es el
movimiento de la sociedad afectada por el delito que se traduce en una sanción.

Cualquier persona suele tener una idea previa de lo jurídico: sabemos de la


existencia de tribunales, leyes, contratos, multas, etc. También si preguntamos al
hombre de la calle lo que entiende por Derecho con frecuencia lo identificará con
las nociones de ley, orden y le aplicará las notas de obligatoriedad y coactividad

De esta manera, por ejemplo, sabemos que podemos exigir un determinado


comportamiento de una persona gracias a la existencia de una norma juríd.ica que
nos ofrece tal facultad, y también que el cumplimiento de tal norma se puede
imponer coactivamente.
ARTICULO 21 y 22

Facultad Del Juez Sentenciador

Dice la norma en su primer párrafo: “Podrá reducirse prudencialmente la pena” (el


subrayado es nuestro). La reducción de pena por razón de edad es formalmente
una opción, pero en el ejercicio cotidiano del derecho ante los tribunales de
justicia, encontramos que la defensa siempre que pueda va a apelar a la reducción
de la pena por la edad del agente, y el Juez (casi siempre) accede a dicho pedido;
de manera que esta facultad se ha convertido en la práctica, en un derecho.

En cuanto a la reducción, se usa el concepto de “prudencia” a fin de que el


juzgador se auto limite, debiendo recordar que el Magistrado en todos sus actos
debe ser prudente, por ello no se puede abusar de dicha facultad. Aplicando esta
reducción prudente, la pena podría rebajarse a la mitad e incluso por debajo del
mínimo legal.

Responsabilidad Restringida Atendiendo A La Edad.

“cuando el agente tenga más de dieciocho y menos de veintiún años o más de


sesenta y cinco años al momento de realizar la infracción”. La responsabilidad
penal restringida se aplica a dos grupos humanos: los delincuentes juveniles, y a
los delincuentes de la tercera edad. Es decir, el único requisito es solo la edad
cronológica.

Sobre la delincuencia juvenil, es necesario tener en cuenta lo dicho por Chunga La


monja: “El termino delincuencia juvenil, involucra a los menores responsables (12
a 18 años) y a los jóvenes también responsables (de 18 años cumplidos hasta los
25). En cuanto a los menores se refiere, la expresión es utilizada en el campo
jurídico, sociológico, pedagógico, criminológico, psiquiátrico y de la publicidad.”

Entonces estamos claro, que la responsabilidad penal restringida contenida en el


artículo 22° del Código Penal, está referida básicamente al accionar de la
delincuencia juvenil, y por ello resulta necesario tener en consideración cual es
nuestra población joven que se encuentra recluida en las cárceles en nuestro país,
así tenemos que la población de internos de 18 a 24 años constituye el 16.5% de
la población penal , según información del propio INPE , si consideramos que la
población joven de nuestro país alcanza el 60% del total de la población, esto nos
permite evidenciar que hay un gran número de delincuentes juveniles que no
sufren prisión apelando solo a que se encontrarían beneficiados con la
responsabilidad penal restringida.

No Aplica Para Reincidentes De Delito De Homicidio Y Lesiones Culposas.

El párrafo en mención, deja ver que no se aplica en algunos casos, así dice: “salvo
que haya incurrido en forma reiterada”; este artículo se refiere al actuar de manera
reiterada en la comisión de los delitos de homicidio culposo, y en el caso de
lesiones culposas.

En cuanto a quien incurre en el delito en forma reiterada, nos estamos refiriendo a


la reincidencia, la cual se encuentra actualmente prevista en nuestra legislación,
pues mediante el artículo primero de la Ley Nº 30076, publicada el 19 agosto
2013, se modificó el artículo 46-B del Código Penal, en la cual legalmente se
define en el segundo párrafo a la reincidencia de la siguiente manera: “La
reincidencia constituye circunstancia agravante cualificada, en cuyo caso el juez
aumenta la pena hasta en una mitad por encima del máximo legal fijado para el
tipo penal. “

Esta reincidencia se concreta cuando una persona que, teniendo sentencia firme,
y habiendo cumplido en todo o en parte la pena, incurre en un nuevo delito doloso
en un lapso no mayor de 5 años, tratándose de falta dolosa la reincidencia por
falta o delito doloso se reduce a un lapso de tiempo no mayor de tres años.

Igualdad Ante La Ley


El segundo párrafo del artículo 22° del Código Penal, excluye de la aplicación de
la responsabilidad penal restringida cuando se trate de reincidentes de los delitos
de homicidio culposo y lesiones culposas (primer párrafo), o cuando el agente es
un integrante de una organización criminal, o cuando se cometen cualquiera de los
siguientes delitos:

1. Violación de la libertad sexual,

2. Homicidio calificado,

3. Homicidio calificado por la condición Oficial del Agente,

4. Feminicidio,

5. Extorsión,

6. Secuestro,

7. Robo agravado,

8. Tráfico Ilícito de drogas,

9. Terrorismo,

10. Terrorismo agravado,

11. Apología,

12. Atentado contra la Seguridad Nacional

13. Traición a la patria

Más cualquier otro delito sancionado con pena privativa de libertad no menor de
veinticinco años o cadena perpetua. Sin embargo, esta distinción del tratamiento
de a que delitos no corresponde atender a la responsabilidad penal restringida, a
pesar de que el autor tenga entre 18 a 21 años, resulta ser una discriminación, y
como tal resulta ser inconstitucional. Al respecto, el inciso segundo del artículo
2do. De la Constitución dice: “Toda persona tiene derecho: A la igualdad ante la
ley. Nadie debe ser discriminado por motivo de origen, raza, sexo, idioma, religión,
opinión, condición económica o de cualquiera otra índole.”
“Finalmente, y con relación a la presunta afectación del derecho a la igualdad ante
la ley, reconocido en el artículo 2º, inciso 2, de la Constitución, es indudable que la
igualdad ante la ley no es sólo un principio constitucional, sino también un derecho
subjetivo que garantiza el trato igual entre los iguales y el desigual entre los
desiguales. En ese sentido, y con objeto de determinar cuándo se está frente a
una medida que implica un trato desigual no válido a la luz de la cláusula de la
igualdad, la medida diferenciadora no sólo debe sustentarse en una base objetiva,
sino, además, encontrarse conforme se controla, en primer lugar, si el tratamiento
diferenciado está provisto de una justificación; en segundo lugar, si entre la
medida adoptada y la finalidad perseguida existe relación y, finalmente, se
determina si se trata de una medida adecuada y necesaria, esto es, si respeta el
principio de proporcionalidad.”

CAPITULO IV

Art.23.- AUTORIA Y PARTICIPACION:

1.- Autoría Directa:

Autor directo es aquel que realiza personalmente el delito y de modo directo. Ello
se deriva de que dicho concepto se encuentra implícito en la descripción que del
sujeto activo se hace en cada tipo delictivo de la parte especial; por lo que le es
aplicable al que realiza por sí el hecho punible, o lo que es lo mismo, aquel cuya
acción se le va a imputar, por referirse a la realización directa de los elementos
objetivos y subjetivos del tipo. La conformación del hecho mediante la voluntad de
ejecución que dirige en forma planificada es lo que le transforma en señor del
hecho. Por esta razón, la voluntad final de realización es un elemento guía del
dominio sobre el hecho.

2.- Autoría Mediata:


Es aquella en la que el autor no llega a realizar directa ni personalmente el delito,
puesto que el autor se sirve de otra persona, por lo general no responsable
penalmente, que ejecuta el hecho típico. Lo que busca la ley es un fundamento
que permita reprimir al autor real del delito, mas no a su instrumento, no existiendo
duda de que “el hombre de atrás” es quien posee el dominio del hecho.

El intermediario carece del dominio del hecho, por lo que la responsabilidad se


imputa al “hombre de atrás”, quien se ha provocado o se aprovecha del
instrumento, coaccionando, engañando, utilizándolo, contando con su falta de
libertad o su ignorancia de la situación.

4.- Coautoría:

El dominio del hecho es común a varias personas, siendo coautores los que toman
parte en la ejecución del delito, en condominio del hecho (dominio funcional del
hecho). Aquí, la acción típica es realizada por dos o más personas que participan
voluntaria y conscientemente de acuerdo a una división de funciones, tomando
parte, cada uno, en la ejecución de los hechos. Es una especie de conspiración
llevada a la práctica, y se diferencia de ésta, precisamente en que el coautor
interviene en la ejecución material del delito, lo que no sucede en la conspiración.

Es importante destacar que los coautores cometen el delito entre todos, pero
ninguno de ellos por sí solo realiza completamente el hecho, por lo que no pueden
considerarse partícipes del hecho de otro. No rige el “principio de accesoriedad de
la participación”, según el cual el partícipe sólo es punible cuando existe un hecho
antijurídico del autor, sino un principio en cierto modo inverso: el principio de
imputación recíproca de las distintas contribuciones, éste dice que todo lo que
haga cada uno de los coautores es imputable a todos los demás.

Tipos de coactaría:

Ejecutiva directa:
Todos los autores realizan los actos ejecutivos. Por ejemplo: un grupo de fanáticos
del equipo de fútbol A, se encuentran con un fanático del equipo B, al cual le
propinan una golpiza.

Ejecutiva parcial:

Se da un reparto de las tareas ejecutivas. Por ejemplo: cuando dos sujetos se


proponen robar a un individuo, uno de los cuales lo golpea mientras el otro sustrae
la billetera.

Reparto de papeles entre los intervinientes:

Aquí se incluyen casos en los que ciertos autores no se encuentran en el


momento de la ejecución. En este apartado podemos ubicar a los denominados
autores intelectuales, para los que se recurre a un criterio material que supera la
visión estrictamente formal de la coautoría, todo esto sobre la base del dominio del
hecho.

5.- Participación delictiva:

Participación es la cooperación dolosa en un delito ajeno, la cual puede


concebirse en dos sentidos: amplio y específico. El primero abarca a todos los que
intervienen en el hecho (autor directo, autor mediato, coautor, instigador y
cómplice). En sentido específico son aquellos que no son autores; es decir,
contraponiéndose a autoría, cuya actividad se encuentra en dependencia en
relación a la del autor.

Ello significa que es necesaria la existencia de un autor respecto del cual se


encuentra en una posición secundaria, por ende, no es posible un partícipe sin un
autor. Todas las conductas de los partícipes deben adecuarse bajo el mismo título
de imputación por el cual responde el autor (unidad de título de imputación o
unidad de calificación jurídica). En consecuencia, la participación no es un
concepto autónomo, sino dependiente del concepto de autor, ya que sólo en base
a éste puede enjuiciarse la conducta del partícipe. En otras palabras, el delito por
el que pueden ser enjuiciados los distintos intervinientes en su realización es el
mismo para todos, pero la responsabilidad del partícipe viene subordinada al
hecho cometido por el autor.

El autor no tiene que ser culpable para que exista participación, pues ella es
personal y puede ser diferente para cada interviniente en el delito; por ello, el autor
puede ser una persona menor de dieciocho años o un incapaz y esto no afecta la
responsabilidad de los participantes. La participación solo es punible si es dolosa,
es decir el partícipe debe conocer y querer participar en el hecho punible,
reconociendo que otra persona es el autor.

A continuación, se destacan algunas características:

Convergencia Común:

La voluntad de los sujetos que intervienen en la ejecución de un delito se orienta a


su realización conjunta. Si no hay un acuerdo de voluntades no habrá
participación, sino una conjunción temporal de actos diferenciados.

Accesoriedad:

La actividad del partícipe se encuentra en dependencia respecto de la del autor,


por lo que no constituye un tipo delictivo autónomo, sino un concepto de
referencia, cuya responsabilidad depende de determinados presupuestos del actor
principal. Así, la participación punible presupone que el hecho principal haya
alcanzado, por lo menos, el nivel de la tentativa.

Incomunicabilidad de las circunstancias:


Trata de las circunstancias y cualidades personales que al darse en alguno o
algunos de los participantes en el hecho delictivo no se comunican a los demás,
siendo igual si son permanentes o transitorias, lo que interesa es determinar su
carácter personal

6.- Instigación:

Igualmente, conocido con el nombre de inducción, es una típica forma de


participación, aunque por su entidad cualitativa el legislador, a efectos de pena, la
equipara a la autoría. Se caracteriza porque el inductor hace surgir en otras
personas (inducido) la idea de cometer un delito, pero quien decide y domina la
realización del mismo es el inducido, de lo contrario sería autor mediato. Depende
del autor principal (inducido), ya que, si este no comienza la ejecución del delito,
no puede castigarse al inductor, salvo que su comportamiento encaje dentro de
una de las formas de participación intentada especialmente punible como la
proposición.

Determinar o inducir a otro a la comisión del hecho punible significa que el


instigado debe haber formado su voluntad de realización del hecho como
consecuencia directa de la acción del instigador, por lo que la instigación a un
delito que el autor ya decidió cometer es por lo tanto imposible. De igual manera,
los medios por los cuales se crea en otro el dolo del hecho son indiferentes, ya
que son adecuados los beneficios prometidos o acordados al autor como la
coacción u otra amenaza, mientras el autor no pierda el dominio del hecho, pues
en este caso estaríamos ante un supuesto de autoría mediata. De todos
modos, se requiere en todos los casos una concreta influencia psicológica y
siempre una conducta activa, ya que como omisión no es admisible como forma
de instigación, ni tampoco por imprudencia.

COMPLICIDAD PRIMARIA Y COMPLICIDADA SECUNDARIA

Art. 25 Complicidad primaria y complicidad secundaria


El que, dolosamente, preste auxilio para la realización del hecho punible,
sin el cual no se hubiere perpetrado, será reprimido con la pena prevista para el
autor. A los que, de cualquier otro modo, hubieran dolosamente prestado
asistencia se les disminuirá prudencialmente la pena.

1. COMPLICIDAD PRIMARIA

Será cómplice primario quien realiza actos “que sean esenciales para que el
autor pueda cometer el delito”. Explica, además, que “es el caso de aquella
persona que proporciona armas a una banda de asaltantes de bancos”.

2. COMPLICIDADA SECUNDARIA
Será cómplice secundario quien realiza “cualquier contribución que no sea
esencial para la comisión del delito”; lo que es ejemplificado exponiendo que “es el
caso de aquel sujeto que tiene la función de avisar a los asaltantes de un banco
de la llegada de la policía”.
Caso:
A una mujer se le imputó haber llevado a una menor a su domicilio hasta en
tres ocasiones para que un sujeto pudiera violarla. Por tal motivo, en primera
instancia se le condenó a 35 años de pena por ser cómplice primaria del delito de
violación sexual de menor de edad; sin embargo, en segunda instancia se le
reformó la pena a una de 10 años por ser cómplice secundaria, pues a criterio de
la Sala Superior, su participación consistió en un aporte no necesario para el
delito.
Sin embargo, la Corte Suprema consideró que su conducta no podría
encuadrarse en un acto de complicidad ni primaria ni secundaria, pues no se llegó
a demostrar que la mujer llevaba a la menor con conocimiento de que sería
violada. Más aún si la víctima nunca declaró que la procesada tenía conocimiento
de que su vivienda sería utilizada para ser obligada a tener relaciones sexuales
con el violador.
Por tales motivos, y al no haberse podido imputar objetivamente el
resultado a la encausada, la Corte Suprema declaró fundado el recurso de
casación y la absolvieron.

ARTÍCULO 26 .- INCOMUNICABILIDAD EN LAS CIRCUNSTANCIAS DE


PARTICIPACIÓN

Las circunstancias y cualidades que afecten la responsabilidad de algunos de los


autores y partícipes no modifican las de los otros autores o partícipes del mismo
hecho punible.

Ejemplo:

– A, B y C deciden robar un Banco. A tiene 17 años. B tiene 19 y C tiene


30 años. A pesar de que los 3 serian co – autores de un mismo y único hecho
delictivo, por las circunstancias personales que cada uno tiene (diferente edad) la
misma que es “incomunicable” (intransferible a los otros intervinientes) cada uno
de ellos responderá de forma diferente. Así: A sería un inimputable. B asumirá su
castigo pero con pena atenuada por ser imputable restringido. Y C asumirá el
castigo pero con imputabilidad plena. En suma, las condiciones personalísimas
benefician o perjudican a interviniente que las tiene, son siendo éstas transmitidas
a los otros intervinientes para favorecerlos o perjudicarlos. “Z” y “W” se ponen de
acuerdo para acabar con la vida de “X” (padre de “Z”). Llegado el día y hora
indicado ambos ejecutan conjuntamente su plan obteniendo el resultado deseado.
Ambos son co – autores de un mismo hecho. Sin embargo: ¿Cómo responde cada
uno de ellos?

– “Z” responderá por Parricidio (107).

– “W” responderá por homicidio simple (106).

En suma, las condiciones personalísimas benefician o perjudican a interviniente


que las tiene, son siendo éstas transmitidas a los otros intervinientes para
favorecerlos o perjudicarlos.
ARTÍCULO 27 ACTUACIÓN EN NOMBRE DE OTRO

El que actúa como órgano de representación autorizado de una persona jurídica o


como socio representante autorizado de una sociedad y realiza el tipo legal de un
delito es responsable como autor, aunque los elementos especiales que
fundamentan la penalidad de este tipo no concurran en él, pero sí en la
representada.

La doctrina penal contemporánea es prácticamente unánime al reconocer que el


instituto jurídicopenal del actuar en lugar de otro sirve para cubrir los vacíos de
punibilidad que se presentan en los delitos especiales cometidos por
representantes tanto de personas jurídicas, como naturales.

Esta situación de impunidad llevó a que el legislador en los distintos


ordenamientos penales estableciera mecanismos para cubrir los mencionados
vacíos de punibilidad, concretamente: cláusulas especiales que ampliaron el
círculo de destinatarios de algunos tipos penales a los administradores de las
sociedades (así en nuestro país, por ejemplo, la llamada quiebra impropia del
artículo 254 del Código penal de 1924).

Sin embargo, esta solución al problema de los vacíos de punibilidad en la


responsabilidad penal de órganos o representantes de personas jurídicas por
delitos especiales, presentó rápidamente sus defectos, pues si bien las dificultades
se salvaban para algunos delitos, los vacíos de punibilidad se mantenían en
aquéllos a los que la cláusula de extensión no alcanzaba.

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