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SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 0976/2014

Sucre, 28 de mayo de 2014

SALA PRIMERA ESPECIALIZADA


Magistrada Relatora: Dra. Ligia Mónica Velásquez Castaños
Acción de amparo constitucional

Expediente: 04593-2013-10-AAC
Departamento: La Paz

En revisión la Resolución 032/2013 de 28 de agosto, cursante de fs. 283 a 286,


pronunciada dentro de la acción de amparo constitucional interpuesta por
Jorge Luis Castelú Coca contra Alberto Jorge Aracena Martínez,
Comandante General; Alberto Jacobo Armaly Rasguido, Inspector
General; Rigoberto Sánchez Villanueva, Presidente del Tribunal
Superior; Gino Antonio Catacora Belmonte, Director Nacional de
Instrucción y Enseñanza; y, Wálter Jonny Villarpando Moya; Director
Nacional de Personal, todos de la Policía Boliviana y miembros de la
Comisión Interinstitucional de Revisión del Proyecto de Orden
General de Ascensos, Gestión 2013.

I. ANTECEDENTES CON RELEVANCIA JURÍDICA

I.1. Contenido de la demanda

Mediante memoriales presentados el 23 de julio y 7 de agosto de 2013,


cursantes de fs. 53 a 61 y 102 a 105, respectivamente, el accionante expresa
los siguientes fundamentos de hecho y de derecho:

I.1.1. Hechos que motivan la acción

El 6 de diciembre de 2012, en su calidad de Mayor de la Policía Boliviana,


egresó del curso de Administración y Estado Mayor, organizado por la
Universidad Policial Mariscal Antonio José de Sucre en el grado de Diplomado,
acreditando previamente que cumplió con los requisitos para acceder al citado
postgrado académico, hecho que se traduciría en un incremento en los
puntajes para su posterior consideración en las listas de ascensos.

Agrega que, en el informe de 8 de enero de 2013, elaborado por la Comisión


Interinstitucional de Revisión del Proyecto de la Orden General de Ascensos
Gestión 2013, su nombre fue observado bajo el falaz argumento que su
persona no cumplía con el puntaje demandado, además de no contar con la
antigüedad requerida, cuando en el grado de Mayor de la Policía Boliviana se
encontraba ya hace seis años, siendo el mínimo solicitado únicamente de
cuatro años; y, toda vez que su puntaje alcanzó la cifra de mil setecientos
cuarenta y un puntos que es el doble del mínimo requerido para habilitarse a
los ascensos, situación ilegal que fue consolidada el 1 de febrero de 2013,
cuando fue publicada la Orden General de Ascensos de la Policía Boliviana
01/2013, de la cual su nombre fue excluido en definitiva.

Indica que, ante su ilegal eliminación de la Orden General de Ascensos de la


Policía Boliviana 01/2013, el 4 de febrero del citado año, pidió conocer los
motivos de su exclusión, solicitud reiterada el 5 y 19 del mismo mes y año,
mediante orden judicial, misma que fue respondida recién después de veinte
días en base al informe de la Comisión Interinstitucional de Revisión del
Proyecto de la Orden General de Ascensos Gestión 2013.

Refiere que, se llevaron a cabo tres reuniones con autoridades de la Policía


Boliviana incluido el Comandante General, a efectos de dar solución a sus
reclamos y de otros oficiales en similar situación, sin obtenerse el resultado
buscado; por el contrario, lo que se pretendía era lograr que el tiempo de
caducidad para la probable interposición de una acción constitucional precluya.

Finalmente denuncia que, las aseveraciones de su persona -respecto a que el


contenido del Informe de la Comisión Interinstitucional de Revisión del Proyecto
de la Orden General de Ascensos Gestión 2013- contiene información falsa, dio
lugar a que sea procesado en la vía administrativa.

I.1.2. Derechos supuestamente vulnerados

El accionante señala como lesionados sus derechos al trabajo, al debido


proceso, a la defensa y los principios de legalidad, seguridad jurídica e
igualdad, citando al efecto los arts. 22; 46.I; 110.II; 114.II; 115.I y II; 119.II;
y, 180 de la Constitución Política del Estado (CPE).

I.1.3. Petitorio

Solicita se conceda la acción, y se ordene: a) La nulidad del informe de la


Comisión Interinstitucional de Revisión del Proyecto de la Orden General de
Ascensos Gestión 2013; y, b) Se incluya su nombre en la lista de ascensos de
la referida gestión.

I.2. Audiencia y Resolución del Tribunal de garantías

Celebrada la audiencia pública el 15 de agosto de 2013, según consta en el


acta cursante de fs. 264 a 274, en presencia del accionante y de los
representantes legales de las autoridades demandadas, se produjeron los
siguientes actuados:

I.2.1. Ratificación de la acción

La parte accionante ratificó los argumentos del memorial de demanda,


señalando los presupuestos fácticos y las mismas normas supuestamente
vulneradas.

I.2.2. Informe de las autoridades demandadas

El representante legal de Rigoberto Sánchez Villanueva, en audiencia expresó:


1) Los demandados; es decir, la Comisión Revisora del Proyecto de la Orden
General de Ascensos de la Policía Boliviana, carecen de legitimación pasiva, por
cuanto la Orden General de Ascensos data de 1 de enero de 2013, y fue
emitida por “Gustavo Romero Bonifáz” (sic) Ministro de Gobierno, por lo cual el
2 de dicho mes y año, el Comandante General de la Policía Boliviana, conformó
la Comisión Revisora del Proyecto de Orden General de Ascensos; 2) Previos
los trámites de ley, Rigoberto Sánchez Villanueva, emite su informe
correspondiente el 7 de enero de 2013, es decir seis días después que fue
emitida la orden general de ascensos; 3) En el informe de la Comisión
Interinstitucional de Revisión del Proyecto de la Orden General de Ascensos
Gestión 2013, fue observado el proceso de habilitación del ahora accionante al
curso de Administración Policial y no se hace referencia a los requisitos para el
ascenso; lo que en realidad ocurrió, es que fue descubierta una irregularidad
que permitió al ahora accionante acceder a un curso para el cual no se
encontraba habilitado; 4) No existe coherencia entre lo fundamentado por la
parte accionante y el petitorio de la presente acción de amparo constitucional;
5) En éste caso, concurren hechos controvertidos que deben ser dilucidados en
la vía contencioso administrativa; 6) Ninguna de las solicitudes se encontraba
dirigida a Rigoberto Sánchez Villanueva, ni a la Comisión de Revisión de
Proyecto impetrando la extensión de fotocopias; peticiones todas que fueron
presentadas en el Comando General de la Policía Boliviana, reiterándose la
referida Comisión cesó en sus funciones una vez presentado el informe; y, 7)
La Orden General de Ascensos no es atribución de la Comisión ahora
demandada.

La abogada María Luisa Rojas, en representación de Wálter Villarpando Moya,


manifestó: i) El Reglamento de Calificaciones y Evaluaciones de la Gestión
2010, fue aprobado mediante Resolución Suprema 193/2009, que señala en su
art. 16, que la recepción de documentación es hasta el 15 de octubre de cada
gestión; ii) En el presente caso, el accionante presentó su documentación
durante la gestión 2011, haciendo un puntaje de cuatrocientos noventa y dos
puntos; es decir, que no cumplía con el requisito de los seiscientos puntos que
requería en base al reglamento del 2010; iii) El informe que presentó el
accionante se encuentra fechado el 4 de enero de 2013, calificación efectuada
con el Reglamento aprobado el 27 de febrero de 2012; iv) El accionante
habiendo presentado documentación hasta octubre de 2011, logró obtener
noventa y ocho puntos adicionales a los cuatrocientos noventa y dos, por lo
cual acudió ante la Comisión de apelación, instancia institucional que mediante
Resolución 09/2012, revocando su calificación inicial le otorgó el plazo de
sesenta días para la presentación adicional; sin embargo, por un principio de
igualdad con todos sus camaradas, debió presentar documentación anterior a la
convocatoria a ascensos, extremo que no se dio, por cuanto adjuntó tres
memorándums de 2012, hecho que la Comisión Revisora detectó como
irregularidad informando al respecto, por lo cual no podía ser convocado a la
Escuela de Postgrado; v) El derecho al trabajo del accionante no fue vulnerado,
toda vez que estuvo recibiendo con normalidad sus haberes de manera
mensual; y, vi) El accionante fue sancionado con la pérdida de un año de
antigüedad hecho que justifica los seis años que se encuentra en su grado
policial.

Por su parte, Marco Antonio Rodríguez Camacho, en representación de Alberto


Jorge Aracena Martínez, expresó que: a) Se reitera la exposición de sus
predecesores, en el sentido que el ahora accionante no cumplía con los
requisitos al momento de presentar su postulación a la Orden General de
Ascensos; b) La extralimitación de la Comisión de apelación al otorgarle un
plazo excesivo para subsanar las observaciones no es válida, hechos que rayan
en la comisión de irregularidades que fueron remitidas a la Inspectoría General
para su aclaración; c) La Comisión de Revisión contaba con las atribuciones
para dicho efecto; consecuentemente, no se vulneró el debido proceso y menos
aún la legítima defensa; y, d) El ahora accionante ha iniciado acción penal
contra su representado, dando lugar a que se hubiesen activado dos vías
legales de manera simultánea.

La abogada representante de Alberto Jacobo Armaly Rasguido, señaló: 1) La


Inspectoría General como cabeza del ente investigativo al interior de la Policía
Nacional, remitió los informes a la Dirección General de Investigación Policial
Interna a efectos de aclararse los mismos; y, 2) Se adhiere a los informes
presentados precedentemente a objeto de redundar en la exposición, por lo
cual solicita que los miembros de la Comisión observada sean excluidos de la
presente acción de amparo constitucional, por carecer de legitimación pasiva.

El abogado de Gino Antonio Catacora Belmonte, por su parte, manifestó que su


representado carecía de cualquier facultad para determinar qué Oficial podía
ser aceptado en la Escuela Superior de Policía, en razón a que no detentaba el
cargo de Director Nacional de Instrucción; razón por la cual, debe ser excluido
de la presente acción de amparo constitucional.

I.2.3. Intervención del tercero interesado

No existen terceros interesados.

I.2.4. Resolución

La Sala Civil y Comercial Primera del Tribunal Departamental de Justicia de La


Paz, mediante Resolución 032/2013 de 28 de agosto, cursante de fs. 283 a
286, denegó la tutela solicitada; bajo los siguientes argumentos: i) En
cumplimiento del memorándum 012/2013 de 2 de enero, la Comisión Revisora
conformada por Alberto Jacobo Armaly Rasguido, Wálter Jhonny Villarpando
Moya, Rigoberto Sánchez Villanueva y Gino Antonio Catacora Belmonte,
emitieron el informe de 7 de enero de 2013, respecto a la revisión del Proyecto
de la Orden General de Ascensos gestión 2013, en presencia de Notario de Fe
Pública de Primera Clase 103, en el que se observó al ahora accionante
respecto a su puntuación, que fue mejorada en base a memorándums de la
gestión 2012; ii) La Orden General de Ascensos de 1 de enero de 2013, no
consigna el nombre de Jorge Luis Castelú Coca; iii) Los informes, salvo se
disponga lo contrario, son hechos administrativos, ya que son actuaciones
administrativas facultativas y no vinculantes que sirven para ilustrar al órgano
decisor; y, iv) La decisión final de ascensos, es atribución del Comandante
General de la Policía, previa conformidad del Ministro de Gobierno y aprobación
final del Presidente del Estado Plurinacional de Bolivia a través de la Orden de
Ascensos, conforme lo determina el art. 84 de la “Ley 1678”.

I.3. Trámite procesal en el Tribunal Constitucional Plurinacional

En el marco de la Ley del Tribunal Constitucional Plurinacional, se procedió al


sorteo de la presente acción el 8 de enero de 2014; no obstante, a solicitud
de la Magistrada Relatora por requerir de documentación complementaria
para un mejor análisis y resolución de la acción, la Comisión de Admisión de
este Tribunal, mediante decreto constitucional de 30 del referido mes y año
(fs. 290), dispuso la suspensión del plazo procesal, mismo que continuó hasta
su efectivización.

Recibida la documentación solicitada, por decreto de 5 de mayo de 2014,


notificado a las partes procesales el 13 del mismo mes y año, se reanudó el
cómputo del plazo (fs. 330 a 332).

II. CONCLUSIONES

Del análisis y compulsa de los antecedentes que cursan en obrados, se


establecen las siguientes conclusiones:

II.1. El 1 de enero de 2013, fue emitida la Orden General de Ascensos de la


Policía Boliviana por Alberto Jorge Aracena Martínez, Comandante
General a.i. de la Policía Boliviana, con el Visto Bueno de Carlos Gustavo
Romero Bonifáz, Ministro de Gobierno y de Juan Evo Morales Ayma,
Presidente Constitucional del Estado Plurinacional de Bolivia, en la que no
se incluye el nombre de Jorge Luis Castelú Coca (fs. 68 a 73).

II.2. El 7 de enero de 2013, fue emitido el Informe de Revisión del Proyecto


de Orden General de Ascensos Gestión 2013, en el que respecto a Jorge
Luis Castelú Coca se dispuso: “…En tal sentido el citado funcionario
policial presentó Memorándums de Felicitaciones de fechas 27 y
28/02/2012 y 01/03/2012. Al respecto cabe señalar que la Comisión de
Apelación al otorgar el plazo de 60 días se ha extralimitado, toda vez que
la comisión tenía facultad de conocer y resolver en Audiencia las
apelaciones de los Oficiales, Sub Oficiales, Sargentos, Cabos y Policías
que hayan presentado su memorial de apelación de forma escrita” (sic).
El referido informe en la hoja doce numeral 2), señaló: “En cuanto a los
funcionarios policiales observados en el Grado de Mayores, Capitanes,
Tenientes, Subtenientes, Suboficiales Mayores, Suboficiales Primeros,
Suboficiales Segundos, Sargentos Primeros, Sargentos Segundos, Cabos
y Policías, de igual manera sean excluidos de la Orden General de
Ascensos gestión 2013” (sic) (fs. 81 a 93).

III. FUNDAMENTOS JURÍDICOS DEL FALLO

El accionante, alega que las autoridades demandadas lesionaron sus derechos


al trabajo, al debido proceso, a la defensa y los principios de legalidad,
seguridad jurídica e igualdad, dado que en el informe de 7 de enero de 2013,
elaborado por la Comisión Interinstitucional de Revisión del Proyecto de la
Orden General de Ascensos Gestión 2013, su nombre fue observado bajo el
falaz argumento que su persona no cumplía con el puntaje demandado,
además de no contar con la antigüedad requerida, cuando en el grado de
Mayor de la Policía Boliviana se encontraba ya hace seis años, siendo el mínimo
solicitado únicamente de cuatro años y toda vez que su puntaje alcanzó la cifra
de mil setecientos cuarenta y un puntos que es el doble del mínimo requerido
para habilitarse a los ascensos; situación ilegal que fue consolidada el 1 de
febrero de 2013, cuando fue publicada la Orden General de Ascensos de la
Policía Boliviana 01/2013, de la cual su nombre fue excluido en definitiva, razón
por la cual el 4 del citado mes y año, solicitó conocer los motivos de su
exclusión, pedido reiterado el 5 y 19 del mismo mes y año mediante orden
judicial, misma que fue respondida recién después de veinte días, en base al
informe de la Comisión Interinstitucional de Revisión del Proyecto de la Orden
General de Ascensos Gestión 2013.

En consecuencia, en revisión de la Resolución dictada por el Tribunal de


garantías, corresponde dilucidar si tales extremos son evidentes y si
constituyen actos ilegales lesivos de los derechos fundamentales o garantías
constitucionales del accionante, a fin de conceder o denegar la tutela
impetrada.

III.1. La acción de amparo constitucional y principios que la rigen

El orden constitucional boliviano, dentro de las acciones de defensa,


instituye en el art. 128 la acción de amparo constitucional como un
mecanismo de defensa que tendrá lugar contra los: “…actos u omisiones
ilegales o indebidos de los servidores públicos, o de persona individual o
colectiva, que restrinjan, supriman o amenacen restringir o suprimir los
derechos reconocidos por la Constitución y la ley”.

Del contenido del texto constitucional de referencia, puede inferirse que


la acción de amparo constitucional es un mecanismo de defensa
jurisdiccional, eficaz, rápido e inmediato de protección de los derechos
fundamentales y garantías constitucionales, cuyo ámbito de protección
se circunscribe respecto de aquellos derechos fundamentales y garantías,
que no se encuentran resguardados por los otros mecanismos de
protección especializada que el mismo orden constitucional brinda a los
bolivianos, como la acción de libertad, de protección de privacidad,
popular, de cumplimiento, etc. Asimismo, desde el ámbito de los actos
contra los que procede, esta acción se dirige contra aquellos actos y
omisiones ilegales o indebidos provenientes no sólo de los servidores
públicos sino también de las personas individuales o colectivas que
restrinjan o amenacen restringir los derechos y garantías objeto de su
protección.
Dentro de los principios procesales configuradores del amparo
constitucional, el constituyente resalta la subsidiariedad y la inmediatez,
al señalar en el parágrafo I del art. 129 de la CPE, que esta acción: “…se
interpondrá (…) siempre que no exista otro medio o recurso legal para la
protección inmediata de los derechos y garantías restringidos, suprimidos
o amenazados”. En virtud al primero de los citados, corresponde a los
accionantes, agotar todos los recursos de impugnación idóneos que la ley
les otorga para el reclamo de sus derechos y garantías que consideren
vulnerados; y de persistirse en su lesión, recién podrán solicitar la tutela
constitucional, cuidando, en virtud al segundo principio de los citados, que
sea activada dentro del plazo máximo de seis meses a partir de la comisión
de la vulneración alegada o de la notificación con la última decisión judicial
o administrativa que se considere lesiva de los derechos y garantías
alegados, en cumplimiento a lo preceptuado por el art. 129.I y II de la
Norma Suprema, que impele a las partes al cumplimiento de ambos
principios previa interposición de este mecanismo de defensa preventivo y
reparador, norma concordante con los arts. 54 y 55 del Código Procesal
Constitucional (CPCo).

Sobre el principio de subsidiariedad, la SC 0150/2010-R de 17 de mayo,


precisó lo siguiente: “… el amparo constitucional se constituye en un
instrumento subsidiario y supletorio de protección; subsidiario porque no
puede ser utilizado si previamente no se agotaron la vías ordinarias de
defensa, y supletorio porque viene a reparar y reponer las deficiencias de
esa vía ordinaria. En consecuencia, para que los fundamentos de una
demanda de amparo constitucional puedan ser analizados en el fondo, la
parte recurrente debe haber utilizado hasta agotar todos los medios y
recursos legales idóneos para la tutela de sus derechos sea en la vía
jurisdiccional o administrativa, pues donde se deben reparar los derechos
y garantías lesionados es en el mismo proceso, o en la instancia donde
fueron vulnerados, esto es, que en principio haya acudido ante la misma
autoridad que incurrió en la presunta lesión y luego a las superiores a
ésta, y si a pesar de ello persiste la lesión porque los medios o recursos
utilizados resultaron ineficaces, recién se abre la posibilidad de acudir al
amparo constitucional, el que no puede ser utilizado como un mecanismo
alternativo o sustitutivo de protección, pues ello desnaturalizaría su
esencia”.

La SC 0770/2003-R de 6 de junio, definiendo la naturaleza y alcance del


principio de inmediatez afirmó que: “…el recurso debe ser presentado
hasta dentro de los seis meses de ocurrido el acto ilegal u omisión
indebida o de agotados los medios y recursos judiciales ordinarios o
administrativos idóneos para hacer cesar el acto, vale decir, que el recurso
no podrá ser presentado cuando el plazo de los seis meses esté
superabundantemente vencido o cuando habiendo sido presentado dentro
del referido plazo no se acudió previamente a las instancias competentes
para denunciar la lesión al derecho fundamental”. Plazo de caducidad que
como se demostró precedentemente se instituyó expresamente por
nuestra Ley Fundamental, dado que: “…por principio general del derecho
ningún actor procesal puede pretender que el órgano jurisdiccional esté a
su disposición en forma indefinida, sino que sólo podrá estarlo dentro de
un tiempo razonable, pues también es importante señalar que si en ese
tiempo el agraviado no presenta ningún reclamo implica que no tiene
interés alguno en que sus derechos y garantías le sean restituidos” (SC
1157/2003-R de 15 de agosto).

III.2. Respecto al valor de los informes técnicos y su impugnación en


sede administrativa

Al referirse a los actos administrativos, la doctrina es uniforme al señalar:


“Quedan aquí excluidos del concepto todos los 'actos preparatorios'
(informes, dictámenes, proyectos, etc.) y en general cualquier acto que
por sí mismo no sea suficiente para dar lugar a un efecto jurídico
inmediato en relación a un sujeto de derecho; esos actos no son
impugnables administrativa ni judicialmente.

(…) En cambio, quedan comprendidos en el concepto aquellas


actividades que producen por sí mismas un efecto jurídico, aunque él no
sea inmediato en el tiempo: actos que se dictan para producir efectos a
partir de una fecha futura determinada, sujetos a término o condición,
etc ”.

“Informes administrativos son aquellos documentos que contienen una


declaración de juicio emitida por un organismo, centro directivo o unidad
de la administración sobre cuestiones de hecho o derecho que sean
objeto de un procedimiento. (…) La finalidad de estos documentos, es
proporcionar a los órganos administrativos competentes para la
instrucción y resolución del procedimiento, datos, valoraciones y
opiniones precisos para la formación de su voluntad y la adopción de los
acuerdos o resoluciones”.

Los informes técnicos elaborados por las distintas instancias


institucionales al interior de las entidades públicas, inicialmente no
podrán considerase actos administrativos propiamente dichos, en razón a
que no producen efectos jurídicos de manera inmediata, por cuanto
únicamente sirven de sustento técnico para la toma de decisiones que se
trasuntan en resoluciones administrativas o respuestas de carácter
concluyente; por el contrario son actos administrativos aquellos informes
técnicos que produzcan efectos jurídicos para el administrado y no sean
un acto preparatorio de otro acto administrativo definitivo como ser el
respaldo de una Resolución Administrativa. Con mayor razón será
considerado un acto administrativo, aquél documento denominado
informe que sin embargo implique una decisión que defina alguna
situación respecto al administrado.

En conclusión, sí son impugnables los informes técnicos que


puedan vulnerar de manera directa algún derecho o principio,
consecuentemente, una vez agotada la vía administrativa
podrán ser impugnados en la esfera constitucional, por cuanto
en los hechos son asimilables a los actos administrativos
propiamente dichos, en razón a que en esencia no difieren de los
mismos.

De manera general, la Ley de Procedimiento Administrativo prevé el


sistema de impugnación contra los actos administrativos, basado en dos
recursos, como son el de revocatoria y el jerárquico, el primero de ellos a
ser presentado ante la autoridad que emitió la resolución impugnada
previo cumplimiento de condiciones y plazos establecidos en la norma, y
en caso de obtenerse una decisión desfavorable, ya sea por la emisión
de una resolución, o bien por la omisión en su pronunciamiento dentro
del plazo estipulado, entonces queda abierta la vía del recurso jerárquico,
el que deberá ser presentado ante la misma autoridad que resolvió el
recurso de revocatoria, a efectos de que ésta, remita el mismo ante la
autoridad competente para su conocimiento y resolución.

III.3. Legitimación pasiva en las acciones de amparo constitucional

El art. 33.2 del CPCo, está referido a la legitimación pasiva de la acción


de amparo constitucional, la que implica necesariamente la existencia de
la capacidad de la parte demandada a objeto de presentarse en la
demanda; lo que significa que a quien se demande, cuente con la
facultad para responder por las obligaciones y/o reconocer los derechos
que el demandante o accionante procura que se aclaren dentro del
proceso instaurado. En resumen, la legitimación pasiva, señala que de
quien se pretende determinada acción o abstención, sea efectivamente la
persona o autoridad que pueda atender el reclamo efectuado. En este
punto, es necesario especificar que, los terceros interesados, cuyo
reconocimiento se halla contenido en los arts. 31.II y 35.2 del CPCo,
tienen condición procesal distinta a la de los demandados en una acción
de defensa, toda vez que pueden intervenir en la misma, presentando
algún informe o procurando proteger algún interés propio, mas no
responden por los supuestos agravios efectuados contra el accionante.

La SC 1086/2010-R de 27 de agosto, ha dispuesto: “Al respecto el


doctrinario, De Vescovi, manifiesta que; 'la legitimación es un
presupuesto de la sentencia de mérito; el juez, previamente a la
decisión, debe analizar si las partes que están presentes en el proceso,
son las que deben estar, esto es, aquellas que son los titulares de los
derechos que se discuten. Así, si se demanda a dos condóminos por la
propiedad, y estos son tres, carecerán de legitimación …'. 'La
legitimación no es sino la idoneidad de la persona para actuar en juicio
inferida de su posición respecto al litigio'. (Teoría General del Proceso',
segunda Edición, Editorial Temis S.A., Santa Fé de Bogotá - Colombia,
1999).

(…)

En ese sentido la SC 0095/2010-R de 4 de mayo, ha señalado: 'En la SC


0325/2001-R de 16 de abril, con relación a la legitimación pasiva este
Tribunal ha establecido que: «…para la procedencia del amparo
constitucional es ineludible que el Recurso sea dirigido contra el sujeto
que ejecutó el acto ilegal o la omisión indebida, es decir, el agraviante».
En ese sentido, un recurrido carece de legitimación pasiva cuando no se
da esta coincidencia, así la SC 0410/2001-R de 8 de mayo, establece
que: «…no se presenta la coincidencia que tiene que darse entre la
autoridad que presuntamente causó la violación a los derechos y aquella
contra quién se dirige la acción»”.

III.4. Análisis del caso concreto

El accionante alega que las autoridades demandadas lesionaron sus


derechos al trabajo, al debido proceso, a la defensa y los principios de
legalidad, seguridad jurídica e igualdad, dado que en el informe de 7 de
enero de 2013, elaborado por la Comisión Interinstitucional de Revisión
del Proyecto de la Orden General de Ascensos Gestión 2013, su nombre
fue observado bajo el falaz argumento que su persona no cumplía con el
puntaje demandado, además de no contar con la antigüedad requerida,
cuando en el grado de Mayor de la Policía Boliviana se encontraba desde
ya hace seis años siendo el mínimo solicitado únicamente de cuatro años
y toda vez que su puntaje alcanzó la cifra de mil setecientos cuarenta y
un puntos que es el doble del mínimo requerido para habilitarse a los
ascensos; situación ilegal que fue consolidada el 1 de febrero de 2013,
cuando fue publicada la Orden General de Ascensos de la Policía
Boliviana 01/2013, de la cual su nombre fue excluido en definitiva; razón
por la cual, el 4 del citado mes ya año, solicitó conocer los motivos de su
exclusión, pedido reiterado el 5 y 19 del mismo mes y año, mediante
orden judicial, misma que fue respondida recién después de veinte días
en base al informe de la Comisión Interinstitucional de Revisión del
Proyecto de la Orden General de Ascensos Gestión 2013.

Hecha la valoración de antecedentes y considerando que el art. 128 de la


CPE, dispone que la acción de amparo constitucional ha sido instituida
como una acción tutelar de defensa contra actos u omisiones ilegales o
indebidos de los servidores públicos, o de persona individual o colectiva,
que restrinjan, supriman o amenacen restringir o suprimir los derechos
reconocidos por la misma Constitución y la ley, se concluye lo siguiente:
El 1 de enero de 2013, fue emitida la Orden General de Ascensos
de la Policía Boliviana por Alberto Jorge Aracena Martínez,
Comandante General a.i. de la Policía Boliviana, con el Visto Bueno
de Carlos Gustavo Romero Bonifáz, Ministro de Gobierno y de Juan Evo
Morales Ayma, Presidente Constitucional del Estado Plurinacional de
Bolivia, misma en la que no se incluye el nombre de Jorge Luis Castelú
Coca, siendo éste el acto administrativo supuestamente lesivo de los
derechos del ahora accionante; sin embargo, contradictoriamente
interpuso la presente acción tutelar solicitando la nulidad del Informe de
Revisión del Proyecto de Orden General de Ascensos Gestión 2013 de 7
de enero, mediante el cual se hubiese excluido su nombre de la Orden
General de Ascensos gestión 2013.

Corresponde aclarar que el referido Informe de Revisión del Proyecto de


Orden General de Ascensos Gestión 2013, en su página once inicia las
conclusiones con el rótulo de “sugerencia”, formalidad que en definitiva
es real; por cuanto el citado informe es únicamente una propuesta
dirigida al Comandante General de la Policía Boliviana y no tiene el valor
de acto administrativo definitivo; consecuentemente, el numeral dos al
plantear la supresión del nombre del ahora accionante de la lista de
ascensos, no implica acto vulneratorio directo contra los derechos de
éste, tal cual se expresó en el Fundamento Jurídico III.2 de la presente
Sentencia Constitucional Plurinacional, entendiendo que únicamente son
impugnables los informes técnicos que definan determinada situación
jurídica y en consecuencia lesionen algún derecho o principio. Lo
anteriormente señalado implica que quedan excluidos del alcance de la
presente acción de amparo constitucional por carecer de legitimación
pasiva: Alberto Jacobo Armaly Rasguido, Inspector General; Rigoberto
Sánchez Villanueva, Presidente del Tribunal Superior; Gino Antonio
Catacora Belmonte, Director Nacional de Instrucción y Enseñanza y
Wálter Jonny Villarpando Moya, Director Nacional de Personal, todos de
la Policía Boliviana y miembros de la Comisión Interinstitucional de
Revisión del Proyecto de Orden General de Ascensos, Gestión 2013.

Ahora bien, en lo que se refiere al demandado Jorge Alberto Aracena


Martínez, Comandante General de la Policía Boliviana, éste Tribunal
entiende que no existe claridad en la acción planteada y en el petitorio
de la misma, toda vez que por un lado Jorge Luis Castelú Coca pide la
nulidad del informe de la Comisión Interinstitucional de Revisión del
Proyecto de la Orden General de Ascensos Gestión 2013, cuando este
informe no fue suscrito por el Comandante General de la Policía; y, por
otro lado, no demanda la propia Orden General de Ascensos que sí fue
firmada por ésta autoridad, derivando en que también se deniegue la
tutela en lo que a ésta autoridad se refiere.

Los informes presentados en audiencia por los demandados, son


concluyentes cuando señalan que, el informe de la Comisión
Interinstitucional de Revisión del Proyecto de la Orden General de
Ascensos Gestión 2013, observó el proceso de habilitación de Jorge Luis
Castelú Coca al curso de Administración Policial, fruto de la ulterior
presentación de documentación que hubiese mejorado su puntuación,
documentación que sin embargo se encuentra relacionada a situaciones
fácticas posteriores al periodo de convocatoria a los ascensos
correspondientes a la gestión 2013; hechos controvertidos cuyo análisis no
corresponde en esta instancia constitucional.

Por todo lo expuesto precedentemente, se puede concluir que no se


advierte la vulneración de los derechos del accionante al debido proceso,
a la defensa y los principios de legalidad, seguridad jurídica e igualdad,
menos aún del derecho al trabajo, toda vez que Jorge Luis Castelú Coca,
no fue desvinculado de sus funciones al interior de la Policía Boliviana.

Por lo precedentemente señalado, el Tribunal de garantías al haber denegado


la acción de amparo constitucional, efectuó una adecuada compulsa de los
antecedentes procesales.

POR TANTO

El Tribunal Constitucional Plurinacional, en su Sala Primera Especializada, en


virtud de la autoridad que le confiere la Constitución Política del Estado
Plurinacional de Bolivia y el art. 12.7 de la Ley del Tribunal Constitucional
Plurinacional, en revisión resuelve: CONFIRMAR la Resolución 032/2013 de 28
de agosto, pronunciada por la Sala Civil y Comercial Primera del Tribunal
Departamental de Justicia de La Paz; y en consecuencia; DENEGAR la tutela
solicitada con relación a todos los derechos demandados.

Regístrese, notifíquese y publíquese en la Gaceta Constitucional


Plurinacional.

Fdo. Dra. Ligia Mónica Velásquez Castaños


MAGISTRADA

Fdo. Tata Gualberto Cusi Mamani


MAGISTRADO

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