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UNIDAD 3
ELABORACIÓN Y FORMULACIÓN DE
SOLUCIONES NO ESTÉRILES
3.1. VENTAJAS Y DESVENTAJAS DE UNA FORMA FARMACÉUTICA TIPO SOLUCIÓN
(SISTEMA O MATRIZ HOMODISPERSA)
Las formas líquidas orales suelen presentar algunas ventajas, como una mayor
biodisponibilidad que las formas sólidas, un menor efecto irritante sobre la mucosa
gástrica y una mayor facilidad de ingestión por parte de pacientes pediátricos y
geriátricos que las formas sólidas.
Entre los inconvenientes, cabe destacar el mayor riesgo de contaminación y la
posible inestabilidad de los fármacos en disolución.
Temperatura
La importancia de este factor es fundamental en el caso de preparaciones liquidas,
pues la solubilidad de un principio activo u otro componente de la formulación puede
disminuir como consecuencia de variaciones de temperatura, formando un
sedimento en el fondo del envase, con la consiguiente perdida de integridad de la
forma farmacéutica. Este problema tiene especial importancia cuando se trabaja
con compuestos poco solubles dosificados a concentraciones cercanas a su
solubilidad. El efecto mas frecuente de la temperatura es aumentar la solubilidad de
los principios activos. La razón es que la entalpia de disolución es endotérmica en
la mayoría de los casos y se requiere la aportación de calor para disolver el
compuesto. En otros casos produce efecto opuesto. Así la solubilidad de la
ciclosporina en agua disminuye al aumentar la temperatura debido a que el proceso
de disolución es exotérmico.
de ionización pKa y pKb respectivamente. Los principios activos pueden tener mas
de un grupo ionizable y a cada uno le corresponde una constante de ionización. La
primera constante de ionización es en general mas alta, por lo que los valores de
pK correspondientes a la ionización del segundo o tercer grupo se incrementan.
El grado de ionización (o disociación) de un electrolito, entendido como el porcentaje
de especies ionizadas, influye notablemente en la solubilidad en agua, puesto que
la parte ionizada es mas soluble en este líquido. El p H del medio es importante
porque influye en el grado de ionización.
La ionización de un principio activo acido se puede representar mediante el
siguiente esquema:
AH + H2O A- + H3O+
P H=Pka + log [A-] /[AH]
En el caso de un compuesto básico:
B +H2O BH+ + OH-
PH = Pkw -pKb – log[BH+]/[B]
Los principios activos anfóteros pueden actuar como ácidos o como básicos,
dependiendo del pH del medio. El punto isoeléctrico se puede considerar como el
pH donde la concentración de especies anfóteras, eléctricamente neutras es
máxima, es decir, el numero de cargar positivas es igual al de las cargas negativas.
A este pH se produce la mínima solubilidad de los compuestos anfóteros.
Polimorfismo
Son muchos los principios activos que pueden cristalizar en una o mas formas
cristalinas, denominadas “formas polimórficas”. La solubilidad, punto de fusión,
densidad, dureza y forma del cristal varían de una forma polimórfica a otra. Los
polimorfos son idénticos en estado líquido y de vapor; solo difieren en la estructura
del cristal. A temperatura y presión constantes, la forma polimórfica
termodinámicamente mas estable es la que posee menor energía libre y
corresponde a la de menor solubilidad. Cuando un compuesto presenta
polimorfismo, una de las primeras preocupaciones del farmacéutico al formular la
disolución es conocer la forma polimórfica con la que esta trabajando. Aunque un
gran número de fármacos presentan polimorfismo, solo una de las formas
polimórficas es estable a cualquier temperatura. El resto son formas metaestables,
que en un periodo de tiempo mas o menos largo se transforman en la forma estable.
Si se trabaja con una forma metaestable y su concentración excede la solubilidad
de la forma mas estable, el resultado es una formulación termodinámicamente
inestable.
Algunas disoluciones están supersaturadas respecto a la forma mas estable del
principio activo, pudiendo permanecer es este estado durante periodos
relativamente largos. Sin embargo, si se forman núcleos de cristalización de la forma
estable, se produce rápidamente el crecimiento cristalino en torno a esos núcleos y
la precipitación del producto, hasta que se alcanza el equilibrio con respecto a la
forma mas estable. Este problema se presenta con frecuencia es principios activos
poco solubles como los esteroides.
Un método sencillo para decidir cual entre dos formas polimórficas es mas estable
a una determinada temperatura consiste en obtener sus solubilidades relativas en
un determinado disolvente, ya que la menos soluble es la mas estable. Este ensayo
se puede realizar fácilmente observando en el microscopio conjuntamente cristales
de ambas formas en una solución saturada. Los cristales de la forma menos soluble
crecen, mientras que los de forma mas soluble se disuelven.
La temperatura de transición es la temperatura a la que los polimorfos tienen
idéntica energía libre, y por lo tanto, la misma solubilidad.
Hidratos y solvatos
El solido cristalino puede tener moléculas de disolvente por simple absorción, y el
disolvente pasa a formar parte integrante del cristal. La formación de hidratos (si el
disolvente es agua) o solvatos (en otros disolventes) del soluto solido se conoce
también como pseudopolimorfismo. Los solvatos se pueden considerar complejos
moleculares; las moléculas de disolvente se incorporan en lugares específicos de la
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Grado de cristalinidad
Los compuestos farmacéuticos pueden presentar cristalización parcial, es decir,
mezcla de formas cristalinas y no cristalinas. Durante algunas operaciones
farmacéuticas como la trituración, granulación, el recubrimiento de comprimidos y
la compactación se pueden producir solidos parcialmente amorfos que dan lugar a
recristalizaciones no previstas durante el almacenamiento. Esto produce cambios
en las propiedades del solido que afectan tanto a su solubilidad como a su velocidad
de disolución.
La cristalización parcial es un caso especial de polimorfismo y tiene efectos
apreciables en las propiedades físicas del sólido. Muchos fármacos que se
presentan normalmente como solidos cristalinos pueden convertirse en amorfos por
diferentes procedimientos como la liofilización, pulverización mecánica en
disolución y desecación en lecho fluido. La estabilidad de las formas amorfas
obtenidas por trituración depende de la temperatura. La obtención de formas
amorfas puede ser ventajosa para los principios acticos poco solubles en agua, ya
que su solubilidad y biodisponibilidad son superiores a las de las formas cristalinas.
Interacciones en disolución
Además de las propiedades del solido cristalino y las del medio, las interacciones
en disolución son un factor esencial que modifica la solubilidad. Estas interacciones
se producen durante la fase de mezcla de solutos, sean líquidos o sólidos, con el
disolvente y son responsables de los efectos exotérmicos o endotérmicos, así como
de cambios de entropía favorables o desfavorables de cuyo resultado depende el
incremento o disminución de la solubilidad.
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Las soluciones orales son preparados líquidos destinados a la administración oral, que
contienen uno o varios principios activos con o sin aromatizantes, endulzantes, o colorantes
disueltos en el agua o en mezclas de agua y cosolvente. Pueden formularse para la
administración oral directa al paciente o pueden dispersarse en una forma más concentrada
que debe diluirse antes de la administración.
Agua
El agua es el disolvente por excelencia. Posee un momento dipolar permanente muy
elevado las moléculas de agua se asocian entre si mediante puentes de hidrogeno
de gran intensidad que le confieren una estructura muy ordenada compacta,
responsable de dos importantes efectos: la hidratación hidrofóbica y la interacción
hidrofóbica. En disolución acosa, las moléculas y grupos no polares inducen un
aumento del orden de las moléculas de agua que los rodean, reforzando los enlaces
de hidrogeno del agua en su entorno (estructura iceberg). Este efecto se conoce
como hidratación hidrofóbica y produce una fuerte diminución de entropía que
explica la baja solubilidad de los hidrocarburos en el agua.
El agua se utiliza en la elaboración de casi todas las formas farmacéuticas ya sea
como vehículo principal o como sustancia auxiliar. La farmacopea Europea
diferencia dos tipos de agua: purificada y para preparación de inyectables. La USP
clasifica el agua para uso farmacéutico en otras categorías
Disolventes no acuosos e hidromiscibles.
Cuando la sustancia activa es poco soluble en agua, se degrada por hidrolisis en
medio acuoso o se desea elaborar una formulación para modular o prolongar la
absorción, se recurre al empleo de disolventes no acuosos a los que se les exige
capacidad de disolución, estabilidad y compatibilidad con la formulación, inactividad
fisiológica y farmacológica.
Entre los alcoholes, se emplea el etanol y el isopropanol. Actualmente se encuentra
incluido en el listado de excipientes de declaración obligatoria en la formulación de
medicamentos, pues puede causar riesgo en pacientes con enfermedad hepática,
alcoholismo, epilepsia y en mujeres embarazadas y niños. Además de sus
propiedades disolventes, es antimicrobiano, conservante, desinfectante y favorece
la penetración percutánea.
Los polialcoholes (propilenglicol, glicerina, butilenglicoles) son muy apropiados
disolventes de numerosos fármacos por su poder disolvente y estabilizante.
También poseen propiedades antisépticas. El propilenglicol se utiliza como
disolvente de los derivados del ácido p-amino benzoico y es en general mejor
disolvente que la glicerina para fármacos poco polares.
Los polietilenglicoles son polímeros de óxido de etileno y tienen diferente
consistencia dependiendo del grado de polimerización. Son solubles en agua y
miscibles en todas sus propiedades con los otros miembros de la serie, lo que
permite obtener mezclas de viscosidad y solubilidad adecuadas a cada formulación.
Son muy higroscópicos e impiden el crecimiento microbiano.
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Disolventes liposolubles
el aceite mineral, parafina liquida, aceite de parafina, o aceite de vaselina es una
mezcla de hidrocarburos líquidos saturados obtenidos de la destilación del petróleo.
Se usa como disolvente en lociones y cremas, sistemas transdérmicos y
preparaciones óticas. Se puede esterilizar a calor seco y es incompatible con
agentes oxidantes enérgicos.
Los aceites son esteres de ácidos grasos y glicerina; los no volátiles son los mas
importantes desde el punto de vista farmacéutico. Los que se utilizan como
solventes farmacéuticos se obtienen de semillas vegetales, con el din de que el
organismo los pueda metabolizar. Deben ser líquidos a temperatura ambiente y no
enranciarse fácilmente. Las farmacopeas recogen las especificaciones propias de
cada uno. Se debe declara su inclusión en la formulación con el din de prevenir
reacciones de tipo alérgico. Entran en estos grupos los aceites de maíz, algodón,
cacahuate, sésamo, almendras dulces, girasol, ricino (muy viscoso) y soja.
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De este modo, pequeñas modificaciones del pH del medio de disolución pueden hacer
variar la solubilidad de una determinada sustancia y, por ello, aumentar o disminuir la
fracción ionizada, que es la más soluble en agua, con las consiguientes implicaciones que
conlleva a efectos de disolución y absorción. Pero, además, existen otros factores que
influyen de forma notable sobre la solubilidad de un fármaco: tal es el caso de la formación
de sales y ésteres o la elección de diferentes polimorfos.
Cuando las modificaciones químicas no son factibles, los cambios en las propiedades físico-
químicas del principio activo o en la formulación pueden incrementar la biodisponibilidad
por vía oral. Una de las soluciones más interesantes consiste en mejorar la solubilidad de
un fármaco escasamente soluble en agua mediante la formación de sales solubles o
recurriendo a la selección del polimorfo más adecuado y a determinados enantiómeros o
utilizando otras estrategias, de base físico-química.
En la actualidad se pueden emplear varios métodos para modificar la solubilidad de un
fármaco.
El método químico más utilizado es la formación de sales. Cuando se tiene un ácido débil
este se transformará en su sal sódica y si tenemos un principio activo que sea una
base débil deberemos preparar sulfatos, fosfatos o clorhidratos.
Vehículo
El vehículo es el componente mayoritario de la formulación. La farmacopea indica que el
vehículo se debe elegir teniendo en cuenta la naturaleza del principio o principios activos,
y para proporcionar características organolépticas apropiadas para la preparación. Como
vehículo podemos emplear agua sola o con otros vehículos, originando mezclas
biocompatibles, como pueden ser el jarabe de sacarosa, el jarabe de sorbitol, etanol,
glicerol, propilenglicol o polietilenglicol, descritos en otros capítulos de esta obra.
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Edulcorantes
Los edulcorantes son un grupo de excipientes que se añaden a la formulación para
proporcionarle sabor dulce. Se pueden clasificar según su poder edulcorante en tres
grandes grupos:
1. Bajo poder edulcorante, como la sacarosa, la fructosa o el manitol.
2. Poder edulcorante medio y alto, como el ciclamato, el aspartamo o la sacarina.
3. Poder edulcorante muy alto, como la neohesperidina-DH-chalcona o la taumantina
Enmascarar sabores
Colorantes
Para mejorar la apariencia del jarabe se seleccionan colorantes que concuerden con el
saborizante empleado; amarillo y naranja para cítricos, rosa intenso para grosella, marrón
para chocolate, verde para menta, etc. Al igual que los saborizantes, deben ser solubles en
agua o han de solubilizarse con ayuda de una pequeña cantidad de alcohol.
Conservantes
La cantidad adecuada para proteger una solución depende de la proporción de agua
disponible para el crecimiento de microorganismos, de la naturaleza y actividad
antimicrobiana inherente a los componentes y de la actividad misma del conservante.
Antioxidantes
Se incluyen para disminuir el riesgo de oxidación de los componentes de la formulación y
aumentar, por lo tanto, su estabilidad química. A estos excipientes se les exige que sean
fisiológicamente atóxicos y compatibles, eficaces a bajas concentraciones, solubles tanto
en su forma oxidada como reducida y estables en un amplio rango de pH. Según su forma
de actuación, los antioxidantes se pueden agrupar en tres grandes categorías:
1. Reaccionan con radicales libres: butilhidroxitolueno (BHT), butilhidroxianisol (BHA)
o vitamina E, entre otros.
2. Menor potencial redox: ácido ascórbico, sales del ácido sulfuroso o sulfitos.
3. Secuestrantes y quelantes: ácido cítrico, tartárico, EDTA, lecitina.
BIBLIOGRAFÍA: