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Tan cerca y tan lejos

Mensaje predicado en la iglesia Eben-Ezer de Coihueco, el 08 de febrero de 2015

INTRODUCCIÓN
Me atrevo a iniciar con esta introducción porque a la mayoría no los
conozco mucho, y si les doy un palo a alguno, sin duda, fue sin querer y sin
saber:

Estoy preocupado por un mal que de a poco se ha ido instalando en nuestras


congregaciones… el divorcio, y hace unos días encontré dos tarjetas de
novios, la primera era un saludo a mi matrimonio, y el segundo era una
invitación a una boda, y en ambas se usaba un versículo de Cantares 8 “6
Ponme como un sello sobre tu corazón, como una marca sobre tu brazo… 7
Las muchas aguas no podrán apagar el amor”, y en ambos casos se apagó…
parecían estar tan unidos, amarse tanto, pero ahora están tan lejos que
cuesta imaginar que hubo amor entre ambos.

Quise titular este mensaje “Tan cerca y tan lejos”

DESARROLLO
Lectura JUAN 15: 1- 5

Quiero partir hablándoles de Juan Marcos, o simplemente Marcos, el “autor”


del evangelio. Cuya vida puede ser descrita con tres palabras: FRACASO,
OPORTUNIDAD y RESTAURACIÓN.

Donde primero leemos de acerca de Marcos es en Hechos, cuando Pedro fue


a casa de María la madre de Juan, el que tenía por sobrenombre Marcos,
después de haber sido liberado milagrosamente de la cárcel de Herodes:
Hechos 12: 1 Y EN el mismo tiempo el rey Herodes echó mano á maltratar
algunos de la iglesia. 2 Y mató á cuchillo á Jacobo, hermano de Juan. 3 Y
viendo que había agradado á los Judíos, pasó adelante para prender también
á Pedro. Eran entonces los días de los ázimos. 4 Y habiéndole preso, púsole
en la cárcel, entregándole á cuatro cuaterniones de soldados que le
guardasen; queriendo sacarle al pueblo después de la Pascua. 5 Así que,
Pedro era guardado en la cárcel; y la iglesia hacía sin cesar oración á Dios por
él. 6 Y cuando Herodes le había de sacar, aquella misma noche estaba Pedro
durmiendo entre dos soldados, preso con dos cadenas, y los guardas delante
de la puerta, que guardaban la cárcel. 7 Y he aquí, el ángel del Señor
sobrevino, y una luz resplandeció en la cárcel; é hiriendo á Pedro en el lado,
le despertó, diciendo: Levántate prestamente. Y las cadenas se le cayeron de
las manos. 8 Y le dijo el ángel: Cíñete, y átate tus sandalias. Y lo hizo así. Y le
dijo: Rodéate tu ropa, y sígueme.
9 Y saliendo, le seguía; y no sabía que era verdad lo que hacía el ángel, mas
pensaba que veía visión. 10 Y como pasaron la primera y la segunda guardia,
vinieron á la puerta de hierro que va á la ciudad, la cual se les abrió de suyo:
y salidos, pasaron una calle; y luego el ángel se apartó de él. 11 Entonces
Pedro, volviendo en sí, dijo: Ahora entiendo verdaderamente que el Señor ha
enviado su ángel, y me ha librado de la mano de Herodes, y de todo el pueblo
de los judíos que me esperaba. 12 Y habiendo considerado esto, llegó á casa
de María la madre de Juan, el que tenía por sobrenombre Marcos, donde
muchos estaban juntos orando. 13 Y tocando Pedro á la puerta del patio,
salió una muchacha, para escuchar, llamada Rhode:.

Los creyentes de Jerusalén se reunían con frecuencia en casa de María para


orar, y Marcos debe haber mostrado algunas capacidades y dones útiles,
además de un espíritu dispuesto, porque cuando Pablo y Bernabé salieron a
su primer viaje misionero, se lo llevaron consigo como ayudante.

Se trataba de una gran oportunidad para aquel joven, que viviría y trabajaría
junto al gran apóstol Pablo y a su propio tío, Bernabé. Sin embargo, aún no
estaba muy avanzado el viaje, cuando Marcos abandonó a Pablo y a sus
compañeros para regresarse a Jerusalén (13:13). No se nos da razón alguna
para el regreso. Como quiera que fuera, a Pablo le molestó y le comenzó a
considerar como un joven en el que no se podía confiar.

Pablo pensaría “parecía un joven tan entregado a las cosas del Señor, parecía
sincero y muy útil ¡Cuantas veces lo vi en las reuniones de oración! Y miren
cómo me falla ahora”.

Cuando Pablo decidió hacer otro viaje misionero, Bernabé le quiso dar a
Marcos una segunda oportunidad para demostrar que era un elemento
valioso, pero Pablo no estuvo dispuesto a hacerlo, y se peleó con Bernabé,
escogió a Silas y con él realizó este viaje. Pero, Bernabé tomo a Marcos y con
él visitó la obra en Chipre.

Vuelvo a Juan 15
Esta conversación tuvo lugar un día jueves en la noche, luego que el Señor
instituyera la Santa Cena, horas antes de su crucifixión.

Encontramos en esta alegoría dos grupos de personas, los pámpanos que


dan fruto y los pámpanos que no dan fruto. Los pámpanos que dan fruto
son limpiados, los que no dan fruto son cortados.
¿A quiénes se representa con estos dos grupos?
Repetidas veces en el cuarto Evangelio aquellos a quienes se proclaman las
buenas nuevas y que, en consecuencia, en cierto sentido, “tienen la luz”, se
los dividen en dos grupos: a. los que aceptan el mensaje; y b. los que lo
rechazan. ¿Tenemos aquí algo parecido? Los antecedentes históricos
ciertamente señalan en esa dirección. Judas había salido. Su relación con
Jesús había sido (sólo externamente, en apariencia) muy íntima. Veamos lo
que dice el Salmo 55:12- 14 Porque no me afrentó un enemigo, Lo cual habría
soportado; Ni se alzó contra mí el que me aborrecía, Porque me hubiera
ocultado de él: Mas tú, hombre, al parecer íntimo mío, Mi guía, y mi familiar:
Que juntos comunicábamos dulcemente los secretos, A la casa de Dios
andábamos en compañía.

Pero ahora Judas estaba camino a la destrucción. ¿No parecería natural


entonces que, al hablar de pámpanos que no dan fruto, son cortados, se
dejan secar, se recogen, se arrojan al fuego, y se queman, Jesús pensara en
hombres que, como Judas, una vez estuvieron en íntima relación con él, y sin
embargo lo habían abandonado, y estaban camino a su destrucción eterna?
Y también ¿no parecería natural que, al hablar de pámpanos que dan fruto,
pensara en los otros discípulos, y en general, en todos aquellos que al
permanecer en él producirían mucho fruto espiritual?

Los dos grupos tienen en común el contacto íntimo con Cristo y el evangelio…
ambos grupos de pámpanos estaban en la vid. Es fácil de ver que el hecho de
haber estado en la vid, en Cristo, no se refiere necesariamente a la unión
espiritual y salvadora con Cristo. No todos los que están en el pacto son del
pacto. No todos los que fueron bautizados en Moisés se salvaron (1 Co. 10:1–
5). Resulta claro entonces que, al hablar de los hombres que en otro tiempo
habían estado en él, pero que luego se habían apartado, Jesús tenía presente
no una posibilidad puramente hipotética sino una situación repetida en la
vida real. Esto se confirma en 15:6, “El que en mí no permanece, es echado
fuera como (cualquier) pámpano, y se seca; y los recogen, y los echan en el
fuego, y arden”. En ningún sentido pasajes como 15:2 y 5:6 sugieren que se
puede caer de la gracia, como si los que en una ocasión realmente fueron
salvos finalmente perecieran. Esta alegoría enseña claramente que los
pámpanos que se cortan y queman representan a personas que nunca
produjeron fruto, ni siquiera cuando estaban “en” Cristo. En consecuencia,
nunca fueron verdaderos creyentes; y en su caso la relación con la vid,
aunque estrecha, fue puramente externa. Los verdaderos creyentes del
capítulo 15 están representados por los pámpanos que, permaneciendo
siempre en la vid, dan fruto, más fruto, mucho fruto. ¡Estos nunca perecen!
La restauración de Marcos
Diez años después del problema entre Bernabé y Pablo, a causa de Marcos,
Pablo escribe desde la prisión una carta dirigida a Filemón. En ella califica a
Marcos como “colaborador” suyo. Desde su segunda prisión en Roma, le
escribe a Timoteo haciéndole la siguiente petición “Toma a Marcos y tráele
contigo, porque me es útil para el ministerio” (2 Timoteo 4:11)

CONCLUSIÓN

Los que no dan fruto muy probablemente es porque no son salvos, no son
hijos de Dios. Revise su vida, ya muchas veces les he dicho que no hay
salvación en ser evangélico o asistir a una iglesia… la salvación se encuentra
en Jesús, y por eso llamé a este sermón “Tan cerca y tan lejos”, por el miedo
de verles sentados tranquilamente en un ambiente de iglesia, con
costumbres cristianas, pero sin Cristo en el corazón… ACÉPTALO HOY.

Pero hay hijos de Dios que pueden haber fallado alguna vez, y el Señor les da
segundas oportunidades. La historia de Marcos es un faro de esperanza…
nosotros podemos ser restaurados de nuestros fracasos… PIDAMOS PERDÓN
AL SEÑOR Y TOMEMOS EL LUGAR EN EL QUE ÉL NOS QUIERE SITUAR EN SU
OBRA.

Amén

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