CARTA PÚBLICA

Por medio de esta carta pública dirigida a usted (Manuel López Obrador), futuro presidente de México, le expreso mis
respeto y buenos deseos, por sobre todo, el hecho de que usted sea un gran idealista.
No estoy expresándole nada nuevo, ya que a usted ha sido calificado de idealista por muchas personas de diferentes
clases, en varias ocasiones, coincidiendo ellas en este calificativo, por todo lo que usted ha ofrecido hacer y lograr como
presidente de México. Siendo esto así, simplemente declaro que me uno a estas muchas personas. Y creo que no soy
injusto con usted señor presidente de México (electo), porque solo un idealista puede asegurar poder hacer tantos
cambios como los que usted mencionado, de los que le señalo siete:
1.- Que va a acabar con la corrupción de México.
2.- Acabar con los delincuentes de cuello blanco y el narcotráfico.
3.- Que va a cambiar al sur de México (Chiapas-Oaxaca-Veracruz), sacándolo de la pobreza.
4.- Que va a darle a los mexicanos mejores oportunidades de educación y transformar el sistema educativo.
5.- Que va a construir miles de escuelas y hospitales para bienestar de los más necesitados.
6.- Que va a elevar la ayuda económica en favor de los millones de pensionados de la tercera edad y otros.
7.- Que va a tener buenas y dignas relaciones con Donald Trump.
Señor presidente de México (electo), usted ha ilusionado con estas y otras declaraciones, a millones de personas que
lo eligieron como presidente. Quiere decir que en México existen millones de personas que creen en los idealistas, y es
posible que estas personas también sean idealistas. ¡Bueno es para México! Y esos millones que votaron por usted, son
los que hicieron realidad su ideal de llegar a ser presidente de México, luego de haber sido antes rechazado en tantas
ocasiones anteriormente.
Le confieso Señor presidente de México (electo), que dudo que pueda lograr semejantes hechos:
1.- El tiempo que usted tendrá es corto, solo son 6 años. Y réstele a estos 6 años, los días de fiesta (que no son pocos).
2.- Los días que se convertirán en semanas y meses, en que tendrá que enfrentar los obstáculos que sus enemigos
políticos le plantearán.
3.- El sur es un México muy distinto al México norte.
4.- Donald Trump, no se lleva bien ni con su sombra y es racista.
Señor presidente de México (electo): Este servidor suyo no espera que usted cumpla todo lo que prometió. Y nunca le
criticaría por no hacerlo porque sé que usted solo, no puede realizar el cambio que México necesita. Pero si espero una
sola cosa de usted: Establezca las bases, los fundamentos, los valores, los principios, los ideales que le llevaron a usted
a no darse por derrotado y vencido, ante los grupos de personas que eran sus adversarios. Le aseguro que las futuras
generaciones le recordarán y agradecerán siempre si hace esto.
¿Y cómo podrá lograr esto?
Sea humilde en reconocer que Dios es quien controla el mundo con un solo propósito.
Pregúntese: ¿Qué hice para merecer esto? Ser el líder número 1 de México es una gran responsabilidad ante Dios.
Reconozca que usted fue electo presidente por la voluntad de Dios y en el tiempo de Dios.
Pregúntele a Dios cada día ¿Qué me está pidiendo Dios que haga en estas circunstancias y en este momento?
No sea egoísta, pregúntese ante Dios: ¿Qué es lo mejor que puedo hacer para México?
Si usted lee la historia de Abraham, de Isaac, de Jacob, de José, de Moisés, de Caleb y del Señor Jesús, podrá sustentar
su espíritu idealista, y realizar sus 6 años de presidencia en paz y sin sentimiento de culpa, aunque no haya logrado
realizar ni el 10 % de lo que prometió, si es que es justo. Los antes mencionados fueron idealistas justos que confiaron
en las obras de Dios, en beneficio de la humanidad por medio de ellos. Dios tiene una profecía para los idealistas justos
que confían en su Palabra. El Salmo 92:12-15 dice: El justo florecerá como la palmera. Crecerá como cedro en el Líbano.
Plantados en la casa de Jehová. En los atrios de nuestro Dios florecerán. Aun en la vejez fructificarán, estarán vigorosos
y verdes, para anunciar que Jehová mi fortaleza es recto y que en él no hay injusticia.
Por último, le confieso sinceramente, que yo voté por todos los candidatos.
Le prometo que oraré por usted como lo he hecho por sus antecesores. Dios le bendiga.