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DIVERSIDAD SOCIAL Y EJES DE

LA DESIGUALDAD.

Anabel Carmona Castillo


Máster en Intervención Social, Cultural y Diversidad.
1. La categoría género y la perspectiva de género en el análisis de las desigualdades
sociales. Pertinencia, aportaciones y problemas-dificultades que plantea en la
investigación y en la intervención. Reflexiona sobre esto (apoyado en materiales
de clase y textos) e intenta aplicarlo después a ejemplos de diferencias-
desigualdades por razón de género, tomadas de las fuentes de datos señaladas
(enlaces web), o que vayas a trabajar en tu propio proyecto de TFM.

Antes de comenzar a analizar los datos sobre los desequilibrios existentes entre hombres y
mujeres españolas, en función a las distintas variables de economía, educación, trabajo, etc. hay
que hacer una aproximación a los conceptos de desigualdad y de género.

El concepto de género es complicado de explicar por lo que según la autora Mary Crawford (2012)
el género es un sistema de clasificación que influye sobre el acceso al poder y a los recursos, y
modela las relaciones entre mujeres y hombres. Por otro lado, las autoras Marina Subirats y
Amparo Torné (2007) lo define como patrones de comportamientos que las sociedades atribuyen
a los hombres o a las mujeres y que presuponen un conjunto de formas de actuar que influyen
también, en un determinado tipo de deseo y comportamiento sexual para cada género.

Con otras palabras, el género remite a los significados culturales que se dan a esas características
biofisiológicas estableciendo comportamiento, actitudes y sentimientos masculinos y femeninos
jerarquizándolos.

En cambio, la desigualdad alude a desequilibrios, brechas en el acceso a los recursos de toda


índole; diferencias de derechos, desequilibrios en las opciones y resultados conseguidos y la
ausencia de la presencia, poder y participación de personas pertenecientes a uno de los sexos.
Cuando se habla de desigualdad se refiere, por tanto, a una brecha de género la cual hace
referencia a la desigualdad de hecho de mujeres y hombres en la distribución de recursos, acceso
y poder en un escenario social.

Después de observar y analizar los disparatados resultados existentes en España sobre los
desequilibrios entre mujer y hombre en función al trabajo, economía, tiempo, conocimientos y
salud se puede contemplar una gran desigualdad de género. (véase
http://eige.europa.eu/gender-equality-index)

Hay que aclarar que cuando se habla de género no se refiere, exclusivamente, a mujeres, pero sí
existe una correlación entre género y mujer ya que su uso primigenio tiene que ver con trabajos
destinados a analizar situaciones de inequidad que sufren las mujeres con respecto a hombres.

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En los datos analizados existen diversos niveles entre la relación sexo-género (Crawford, 1995),
siendo éstos los siguientes:

- Nivel sociocultural: ideología basada en desigualdades. Históricamente estas


desigualdades se han mantenido a través de leyes y prácticas sociales diferenciadas.
Conocimiento científico ha sido reflejo y apoyo de esto, estereotipos, creencias
compartidas difíciles de deshacer.

- Nivel interpersonal: tratamiento diferencial en las relaciones interpersonales. Distintos


modos de socialización y diferentes expectativas. El tratamiento diferencial puede llegar
a producir comportamientos diferentes.

- Nivel individual: grado en que las personas acabamos haciendo nuestro el discurso
construido socialmente sobre las diferencias y comportándose de acuerdo con la forma
esperada.

En los datos analizados se puede observar como la mujer con relación al hombre y trabajo,
cuentan con un porcentaje más bajo que el de éstos. Además, los empleos de las mujeres tienen
relación con el cuidado de personas, educación o sanidad, mientras que, en los hombres, los
empleos relacionados con sanidad o cuidados sociales están representados por un escaso 7%
frente al 23% que representan las mujeres españolas.

A lo que se refiere a tiempo, se puede observar que el mayor porcentaje de las mujeres está
destinado al cuidado de los hijos y de la casa. Este porcentaje sigue aludiendo a la visión de la
mujer como “ideal” en cuanto a cuidado familiar se refiere, mientras que los hombres pasan su
tiempo libre realizando las actividades que realmente le satisface, olvidando que ellos también
pueden realizar los “cuidados”. No se puede olvidar el dato de que las mujeres que trabajan fuera
de casa también lo hacen dentro de ésta, sin embargo, el hombre que trabaja fuera de casa no lo
hace dentro.

Un último ejemplo puede ser el de educación, donde las mujeres tienen un mayor grado escolar
y muchos de los hombres e, incluso niños, no acaban ni siquiera la secundaria obligatoria. En esta
variable también destacan las mujeres en los estudios relacionados con educación, sanidad,
humanidades y arte.

Por tanto, a través de estos alarmantes resultados se puede visualizar las desigualdades por razón
de género existente en España.

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Hoy en día, el funcionamiento de la maquinaria sexo-género, no solo afecta a las mujeres, sino
que a niños y varones adultos también:

- Chicos salen más del sistema educativo; alto nivel de suicidios; sobre-exigencias en
algunos ámbitos de responsabilidad; poca autonomía en autocuidado; sobre todo los que
se salen de la norma, los que no se adaptan al ideal normativo de masculinidad, si no es
un “tío normal”.

Existen falacias sobre que hoy en día existe más igualdad en las relaciones entre hombre-
mujer puesto que vivimos en un espejismo, es decir, no siempre es visible o se quiere ver.
Algunas de estas falacias son, por ejemplo, que mujeres y hombres tienen la misma igualdad
de derecho y mismas oportunidades; somos diferentes por naturaleza; hay muchas políticas
que favorecen a las mujeres, etc. (García Prince, 2006)

En cuanto a la perspectiva de género para disminuir las desigualdades, hay que hacer
mención de las fases que hay que tener en cuenta. Éstas son según López Méndez (2007) las
siguientes:

- La identificación de las diferencias en los roles e identidades de género y su desigualdad


valoración económica y social.
- La identificación de las dificultades que experimentan las mujeres para acceder y
construir recursos necesarios para satisfacer sus necesidades.
- La identificación de las dificultades para tomar decisiones necesarias para desarrollar
libremente sus proyectos vitales.

Una posible solución es cambiar la mirada hacia una perspectiva de género donde se incluya esta
perspectiva en el análisis socioambiental que permita “conocer las relaciones que hombres y
mujeres establecen con los recursos naturales y los ecosistemas, y reconocer las diferencias en
estas relaciones si las hay y, sobre todo, acceder a las formas de conocimiento y las actitudes
respecto del uso, acceso control, beneficio, impacto y conservación de recursos naturales,
determinados en gran medida por valores y estereotipos socio-culturales” (Soares, Castorena y
Ruiz, 2005)

Para finalizar, resaltar un cómic donde se refleja lo hablado anteriormente donde la mujer es el
motor de cuidado y labores de la casa, mientras el hombre realiza las actividades que le hace
disfrutar. Es un cómic publicado por “el diario”, véase
http://www.eldiario.es/micromachismos/Deberias-haberlo-pedido-comic-
mental_6_661843823.html

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2. Aplica la noción de interseccionalidad al análisis de una experiencia
cotidiana vinculada con la sexualidad (seguir las normas que se
señalaron en clase).
Desde mi experiencia, en el centro “La Fundación”, como monitora de educación especial me he
dado cuenta del principal tabú existente para las personas con Síndrome de Down. La sexualidad
fue la principal variable “peligrosa” que me encontré en ese centro. Desde mis inicios, se me
informó que aquellas parejas formadas en el centro no podían estar juntas ni expresar sus
sentimientos en público, pero ¿acaso no tienen derecho de ir de la mano mientras realizan el
cambio de clase, por ejemplo?, ¿son ellos el problema o es la sociedad?

“En el Síndrome de Down existe una especificidad de origen, la presencia de un cromosoma 21


(o parte de él) extra, y ello condiciona una formación patológica en la estructura y función del
cerebro, pero ésta será modulada por la expresión de los genes propios de cada persona, tanto
en los presentes en el cromosoma extra como en los otros 46 cromosomas. Esta es la causa de
la enorme variabilidad que se observa entre un individuo y otro con Síndrome de Down” (Florez,
1994)

Por otro lado, según la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2002) la sexualidad es “un
aspecto central en la vida de los seres humanos. Basada en el sexo, incluye identidades y roles
de género, placer, intimidad y reproducción. La sexualidad es el resultado de la interacción de
factores biológicos, psicológicos, políticos, legales, históricos, religiosos o espirituales”.

La sociedad de hoy en día sigue conservando los prejuicios y tabúes acerca de la sexualidad en
las personas con Síndrome de Down, como, por ejemplo, que no tienen sexualidad o que no
tienen deseo sexual como el resto de la población. El significado de la sexualidad en estas
personas tiene el mismo principio que para el resto de la sociedad: expresar sentimientos,
comunicación y, sobretodo, amor.

A este colectivo de personas, desde la niñez, se les ha ido negando la idea de sexualidad, ya que
no “están preparados” para ésta, sino que, por el contrario, se les consideran como perversos
cuando intentan expresar algún deseo sexual.

Que las personas con Síndrome de Down puedan vivir su sexualidad adecuada socialmente, no
depende exclusivamente del cromosoma 21, sino del apoyo familiar, escolar y social. Desde
edades tempranas deberían conocer su propio cuerpo, experimentar los cambios que se
producen en él y aprender a relacionarse con los demás. Desde que nacemos, vivimos en un
cuerpo sexado que necesita sentir, relacionarse con uno mismo, con los otros e incluso con el
mundo que nos rodea, dando lugar a la creación de la identidad como individuo.

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Como todas las personas, los Síndromes de Down pueden amar y ser amadas, así como
experimentar una vida sexual satisfactoria, pero la existencia de prejuicios generalizados de que
son asexuados ha transformado sus sexualidades en un ámbito compuesto por tabúes y
prohibiciones.

“Preguntar por la sexualidad de los discapacitados es preguntar por la sexualidad de unas


personas que han sido dañadas en su capacidad de realización y de intercambio sexual, y que lo
han sido por su déficit en sí, cuanto por la imagen que de ellos la sociedad tiene por el estatuto
de excluidos al que de ordinario se les destina”. (Alegre, 1999)

Desde mi opinión, más que tratar de anular la sexualidad de estas personas, se debería tratar de
integrar y normalizar la sexualidad de éstos según las capacidades de cada cual, enseñándoles a
expresar de manera más adecuada sus necesidades afectivo-sexual. Por ejemplo, ofreciendo
conocimientos adecuados a aquellas personas que manifiestan intereses específicos.

Según el autor José Luis García Fernández (2005) ante una determinada conducta en un espacio
público, habría que hacerse la siguiente pregunta: ¿Hay signos evidentes de búsqueda y/o
vivencia de excitación sexual?

1. Si la respuesta es positiva, es decir hay vivencias claras en la búsqueda de la excitación


sexual nuestra propuesta es que la actuación profesional sea la de intervenir
activamente.
2. Si la respuesta es negativa, es decir no hay signos de excitación sexual, la actuación del
profesional es la de no intervenir.
3. Podría haber una tercera posibilidad. Podría haber alguna evidencia de una ligera
excitación sexual, sin embargo, no está tan claro. En este caso la actitud del profesional
sería la de estar más pendiente de cara a corroborar o no esas impresiones iniciales.

Como conclusión, la sociedad tiene que aprender, no solo a respetar el derecho de la sexualidad
de estas personas, sino a darles la posibilidad de educarse sexualmente para poder ejercerla
satisfactoriamente. La sexualidad es inherente al humano y no se pierde con el Síndrome de
Down.

Antes de prohibir cualquier actuación sexual que presenten las personas con Síndrome de Down,
habría que conocer si existe o no excitación sexual. La función del profesional sería la de
controlar las actuaciones de este colectivo poniendo límites en el caso que existiese deseo sexual
en la pareja formada.

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Por otro lado, es muy importante ofrecer conocimientos adecuados a aquellas personas que
manifiesten intereses específicos. Para quienes sí las presentan hay que tratar que tengan al
menos algunas nociones básicas referidas a lo sexual y al abuso sexual, como por ejemplo el uso
del preservativo. Además, ante una actuación sexual inadecuada debe establecerse
determinadas pautas de actuación resultado de analizar esa conducta y hacer una observación
sistemática.

3. Uniones sentimentales mixtas entre españoles y extranjeras. Discute


sintéticamente la pertinencia de la acepción "inmigrante" en este contexto,
así como la presencia de estereotipos y prejuicios.

Antes de centrarnos en el tema hay que aclarar los términos de inmigración, prejuicio y
estereotipo.

Estereotipo fue definido por G. Allport (1954) como una creencia exagerada asociada con, o
acerca de, las costumbres y atributos de un determinado grupo o categoría social, una creencia
exagerada cuya función es la de justificar o racionalizar nuestras conductas a dicha categoría de
gente. Abercrombie, Hill y Turner definen prejuicio como “actitud individual de antipatía u
hostilidad activa contra otro grupo” (1992, 191)

En cuanto a la inmigración es un sujeto construido socialmente y fragmentado


institucionalmente. Se habla de inmigrante y extranjero como palabras sinónimas cuando sin
embargo tienen distinto significado. La noción de migrar (inmigrar, emigrar) alude a un cambio
de residencia: es un concepto demográfico y no refiere a otras consideraciones políticas,
económicas o jurídicas. Extranjero es en cambio un término jurídico. Son extranjeros los que
carecen de nacionalidad española, según dispone la Ley de Extranjería 8/2000 (la primera ley de
extranjería en España se promulga en 1985).

Si nos centramos en la pregunta por qué los hombres prefieren a las mujeres latinas o eslavas a
las españolas, las respuestas pueden ser abundantes, pero, a la vez, se puede resumir en tres
palabras: el carácter, el sexo y el físico.

Centrándonos en el carácter, las mujeres latinas o eslavas son consideradas, por los hombres
españoles, como “mucho más cariñosas” mientras que, por el contrario, las españolas son
consideradas, por éstos mismos, como “empalagosas”.

Por otro lado, las extranjeras se preocupan mucho más de mantener a su pareja satisfecha. De
cuidarle, de consentirle y de mimarle. A cambio, les piden a los hombres que cumplan con sus

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“deberes” en todos los campos: protección, seguridad, economía y sexo. Por el contrario, las
españolas son consideradas en las relaciones como serias y más bruscas, aspecto que, quizás, a
los hombres de nuestro país no les gustan, prefiriendo así a las extranjeras.

A lo que se refiere a la belleza, la imagen de las latinas o las eslavas predominan por el buen
cuerpo pronunciado que muestran. Estas mujeres desprenden sensualidad, predominando en
ellas curvas perfectas, cabello largo y un bonito tono de piel. Un ejemplo de ello en la actualidad
se puede observar en los concursos de bellezas donde siempre son las latinas quienes los ganan.

Centrándonos en el sexo, las mujeres que no son de España son catalogadas como más
“juguetonas” por lo hombres. En general, tienen fama de ser mejores en las relaciones sexuales,
pero también en la conquista y las relaciones sentimentales. Con otras palabras, son más
fogosas.

Por último, cabe mencionar que muchos hombres piensan que la soledad es el mayor problema
al que una persona se puede enfrentar en esta vida, por lo que buscan en una mujer extranjera
la figura de la buena “ama de casa”. A diferencia de nosotras, son reconocidas por ser más dulces
y entregadas en las relaciones de parejas, ya que nosotras somos más “independientes”.

Es hora de centrarse en el efecto espejo de por qué las extranjeras prefieren a los hombres
españoles en vez de quedarse con los hombres de su país. En este caso posicionan las razones
de género (búsqueda de relaciones de género más igualitarias y de un hombre respetuoso y fiel)
en primera línea y, en un segundo lugar más evasivo, las de orden material (la mejora de su
situación socioeconómica). Por tanto, las mujeres extranjeras huyen de su país para buscar y
encontrar al “hombre moderno” existente en España.

En cuanto a dimensiones materiales radica en las extranjeras lo denominado matrimonios por


interés o de conveniencia, es decir, ser legales en el país a cambio de compañía.

Muchas mujeres de fuera de España prefieren dedicarse al cuidado de los hijos, maridos y hogar
en vez de trabajar y de ser una “explotada” fuera de casa. Por el contrario, muchas mujeres
españolas prefieren trabajar y no ser mantenidas por los maridos.

Por último, hay que centrarse en los prejuicios y estereotipos que tiene la sociedad de estas
relaciones formadas por hombres españoles y mujeres extranjeras. En este caso, la sociedad
española piensa que ellas solo quieren los papeles y dinero de los hombres de nuestro país.

En este caso son convertidas en actrices sospechosas quienes no son de fiar y no transmiten
confianza en la sociedad. Con otras palabras, se les pueden llamar con la etiqueta de “prostitutas

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en busca de papeles”. ¿Por qué se les denomina con este concepto? Se les denomina así porque
la única finalidad que estas mujeres presentan es la de conseguir los papeles para ser legalizadas
en España y poder desarrollar una vida normal como cualquier mujer española.

Existen numerosos pensamientos en positivo que defienden este hecho de las relaciones
sentimentales mixtos donde se reivindica el verdadero amor y los hombres españoles ayudan a
las extranjeras a salir de un país donde las condiciones de vida son pésimas. Generalmente se
suele migrar hacia el país con mejores condiciones sociales y económicas para la pareja y para
la futura familia, por lo que el proyecto de pareja va acompañado de un proyecto migratorio.

Compartiendo las ideas de Roca (2008) y Bodoque y Soronellas (2008), que la parte extranjera
de una pareja mixta es un migrante porque se ha trasladado (voluntariamente) de su lugar de
residencia a otro. Su realidad es la de una persona que migra —cambian sus referentes, pasa
por un duelo migratorio (Atxotegui, 2006), tiene que hacer trámites legales para residir y
trabajar en otro país, tiene prácticas transnacionales, vive transformaciones de su identidad
cultural y desarrolla procesos de adaptación, entre otros—, aunque con los matices
correspondientes por el vínculo sentimental y/o matrimonial que tiene.

Por tanto, existen algunos elementos que influyen positivamente en la adaptación de los
miembros extranjeros, tales como: ser bien recibidos por la sociedad de acogida, ser bilingües,
tener un alto nivel educativo (por cuanto este facilita una mejor inserción laboral) y desarrollar
la capacidad para crear nuevos vínculos.

En conclusión, son muchos los prejuicios y estereotipos que se tienen de las relaciones mixtas
formadas por las mujeres extranjeras con los hombres españoles, pero ¿por qué esas relaciones
no pueden tener un carácter real y convincente?, ¿por qué se tienen que crear prejuicios y
estereotipos? Son tres las perspectivas, a partir de la cual se crean estos estereotipos o
prejuicios: basados en los hombres con respecto a mujeres, mujeres con respecto a hombres y
la visión de la sociedad ante este tipo de relaciones sentimentales. No debemos olvidar que, en
algunas ocasiones, los sentimientos de estas personas son reales y son amores tan fuertes como
la de las demás relaciones formadas por español-española.

4. Expón brevemente las consecuencias del edadismo y analiza


distintas propuestas para erradicarlo y promover el envejecimiento
activo.

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Hoy en día vivimos en una sociedad donde el envejecimiento se está convirtiendo en una
variable muy temida por los ciudadanos. Esto es causado por la cantidad de prejuicios que se
tienen sobre ellos. Según el autor Losada Baltar (2004), algunos de éstos son los siguientes:

➢ Las personas mayores son muy parecidas entre sí.


➢ Las personas mayores están socialmente aisladas y están casi siempre deprimidas.
➢ Las personas mayores están enfermas, son frágiles y dependen de otras personas.
Además, la mayoría de las personas mayores tienen algún grado de deterioro cognitivo.
➢ La mayor parte de los adultos mantienen un nivel de salud aceptables hasta los 65 años,
momento en el que se produce un fuerte deterioro de su salud.
➢ Las personas mayores se vuelven difíciles de tratar y son, con el paso de los años, más
rígidas.
➢ Las personas mayores raramente se enfrentan a los declives inevitables asociados con
el envejecimiento.

Por tanto, a ese conjunto de prejuicios estereotipados que tenemos de las personas mayores,
es lo que se conoce con el denominado edadismo. Pero ¿a qué nos referimos con el concepto
edadismo? Este término hace referencia a la discriminación y estéreo-tipificación por cuestiones
de edad. Éste es el principal problema existente en la actualidad sobre el envejecimiento.

Nadie nace edadista, pero la actitud empieza en la primera infancia, a la misma edad que
empiezan a formarse actitudes hacia la etnia y el género, porque nos bombardean con mensajes
sobre la vida de mayor, sobre todo en los medios y en la propia cultura: los viejos son patéticos,
las arrugas son feas, es triste ser viejo. Dejemos de emplear la palabra viejo para referirnos a
mayores… es obvio que a todos nos da miedo llegar al envejecimiento, pero es la propia cultura
la culpable en determinar que éste sea más activo o no.

Desde la primera infancia, nos están inculcando que una persona se hace mayor a partir de los
65 años y, en consecuencia, tienen que dejar de trabajar ya que “no sirven para nada”. Lo que
significa que a los mayores les hacemos mayores nosotros.

Según La escritora y activista Ashton Applewhite (2017) el envejecimiento no es un problema


por corregir, ni una enfermedad a curar. Es un proceso de toda la vida, natural, potente, que nos
une.

Los estereotipos y edadismos tienen consecuencias como el maltrato, pero sobretodo, pérdida
de independencia, salud, depresión, ansiedad, mortalidad anticipada, autoeficacia, discapacidad
en aumento etc. Cuando pensamos en una persona mayor, a la mayoría, se nos viene a la mente

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la imagen de una persona mayor quien cumple la mayoría de estas características. En mi opinión,
solo una minoría de personas recurren a estereotipos positivos cuando piensan en personas
mayores, por ejemplo, la sabiduría que éstos tienen gracias a las experiencias vividas a lo largo
de sus vidas. A raíz del edadismo se crea gerontofobia, es decir, el miedo a hacerse mayor. Se
puede empezar por olvidar el término viejo y emplear la palabra “mayor” para hacer referencia
a ellos.

Existen una serie de factores que previenen el envejecimiento, éstos son:

- Hablar un segundo idioma (o más) favorece las habilidades cognitivas relacionadas con
la inteligencia y la capacidad lectora.
- Tocar un instrumento puede reducir los efectos del deterioro mental asociado al
envejecimiento
- Realizar actividad física mejora la calidad de vida.
- Cuidado en la alimentación.

Por tanto, para construir un envejecimiento activo hay que trabajar los prejuicios que la
sociedad, profesionales e incluso familiares tiene sobre los mayores.

Dado que este tema se ha analizado desde el punto de vista de la educación, se debe considerar
que la educación es la mejor herramienta para combatir y cambiar actitudes edadistas,
inculcando a todas las generaciones una nueva forma de ver y entender el envejecimiento, como
una etapa donde la persona mayor es un “ser de encuentro” (Naval, 2001: 171), que se despliega
en las relaciones con los otros.

Como se ha ido diciendo a lo largo del ensayo, los principales agentes de cambios son los
pequeños que se encuentran en las etapas de infantil y primaria en su escolarización. Por tanto,
para trabajar y fomentar el envejecimiento activo en esta etapa de la vida se puede proponer lo
siguiente:

Los profesionales pueden acudir a centros de educación infantil y primaria y pedir a los alumnos
que representen, por ejemplo, mediante un dibujo o verbalmente, la imagen de una persona
mayor. Desde mi perspectiva, considero que la mayoría de los dibujos serían personas mayores
llenas de arrugas apoyadas en un bastón y sentadas en un sillón viendo la televisión. O, por otro
lado, en caso de pedirlo verbalmente los niños dirían personas que pasan el día en una silla y
que cuidan de ellos, por ejemplo. Para hacerles ver que existen abuelos que presentan unas
características contrarias a las que se dirían, se realizaría una excursión a alguna asociación de
personas jubiladas donde se realizan talleres que fomentan al envejecimiento activo. Estos

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talleres pueden ser tanto la realización de actividades físicas como talleres de manualidades. En
estos centros, los niños podrían observar que existen abuelos que están en continuo
movimiento y no todo el día encerrados en casa, como la mayoría de los niños piensan. Además,
considero positiva la idea de realizar un teatro donde participasen tanto los niños como las
personas mayores con la finalidad de hacerles cambiar la opinión de los primeros.

Por otro lado, se podría crear un programa donde estudiantes puedan compartir vivienda con
personas mayores a cambio de compañía y entretenimiento. De este modo los adolescentes
y/o adultos pueden compaginar sus estudios con el acompañar a las personas mayores en su día
a día. Con este proyecto, también, se pretende fomentar la visión que tiene la sociedad sobre
este colectivo. A lo largo del día ambos colectivos pueden realizar y pasar tiempo juntos, por
ejemplo, las labores de la casa, la compra, realizar ejercicios, etc. De este modo, las personas
mayores se sienten útiles, se sienten realizados y no tendrán miedo a envejecer ya que ellos
mismos son quienes se cuidan y, de este modo, no sufren el maltrato que la mayoría de las
personas mayores sufren, tanto por parte familiar como por los profesionales.

Es cierto que actualmente se reconoce el “Día Internacional de las Personas Mayores”


celebrándose el día 1 de octubre. Por este motivo en el año 2016, la OMS tuvo como lema
“actuemos contra el edadismo”. Asimismo, consideran que es una oportunidad para poner de
relieve la importante contribución de las personas mayores a la sociedad y para concienciar
sobre los problemas y los retos que plantea el envejecimiento en el mundo actual. Se pretende
con ese lema que todos sean conscientes de las actitudes negativas y la discriminación por
razones de edad, así como de los prejuicios que ello causa a las personas mayores.

En cuanto a lo laboral se refiere, se puede creer una empresa donde se contraten a personas
mayores de 50 años para acabar con el edadismo de que son “improductivos” y no tienen las
condiciones para trabajar. Con otras palabras, se podría crear un programa de reconocimiento
a aquellos empresarios que tengan buenas prácticas con sus trabajadores mayores y así afrontar
cuestiones como consecuencia del envejecimiento. De este modo, y desde mi opinión, los
empresarios y propios trabajadores cambiarían la visión sobre las personas mayores y su
envejecimiento, pues quizás éstos últimos enseñen mucho más que los otros.

Si queremos cambiar la perspectiva en los familiares y en los profesionales, se puede crear un


programa basado en un campamento, de verano, por ejemplo, diseñado para unas semanas
donde todos los participantes compartan sus experiencias y vivencias sufridas y/o causadas a lo
largo de sus vidas. Además, se diseñarían talleres donde se cubriesen todas las necesidades de

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las personas mayores para demostrar así que son capaces de tener un envejecimiento activo a
pesar de todos los edadismos existentes en la sociedad en la que vivimos.

A lo lago de nuestras vidas se puede observar como en los autobuses, medios de comunicación,
etc. Las personas mayores están etiquetadas como personas que tienen que tirar de un bastón
para poder andar. Si observamos, por ejemplo, un autobús, se visualiza un espacio reservado
para las personas mayores representadas con un bastón. Esta imagen es la que tenemos que
cambiar, ya que no todos precisan de un bastón para poder caminar y, aspectos como éstos son
los que hacen que tengamos una visión equivocada de los mayores.

Obviamente, es necesario aumentar la formación y la educación de los profesionales (médicos,


enfermeros, farmacéuticos, psicólogos, trabajadores sociales, etc.) que atienden en el presente
o que atenderán en el futuro a las personas mayores, dado que se ha señalado que una de las
razones por las que, por ejemplo, no se da una adecuada respuesta a la problemática emocional
de las personas mayores, es debido a la insuficiente formación en salud mental de los médicos
de atención primaria, quienes consideran que la depresión es una parte “entendible” del
envejecimiento normal.

En definitiva, las actitudes edadistas están constantemente en nuestra práctica cultural. Este
aspecto implica un cambio de visión en la sociedad, así como un cambio de mentalidad en los
profesionales y familiares, con el fin de promover y fomentar un envejecimiento activo a las
personas mayores con el objetivo de prevenir el auto-edadismo. Para poder conseguir ese
cambio de mentalidad, sería necesario llevar a cabo una serie de pautas e intervención la cual
tuviese sus inicios en las edades tempranas de infantil y primaria y cuyo fin es el cambio
completo de la sociedad. Por tanto, los ciudadanos debemos ayudar a que las personas mayores
se sientan útiles realizando las actividades que ellos crean satisfactorias para ellos mismo y
dejándoles disfrutar de su tiempo y, sobretodo, de sus vidas.

“Jamás un hombre es demasiado viejo para recomenzar su vida y no hemos de buscar que lo
que fue le impida ser o que es o lo que será” (Miguel de Unamuno)

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