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Alma

Término que a veces se usa como sinónimo de psique.


En la historia de la filosofía, dicho concepto expresaba el punto de
vista sobre el fuero interno del hombre, que el idealismo
identificaba con una substancia inmaterial especial.
En las representaciones de los hombres de la sociedad primitiva,
el alma se consideraba como algo material (sangre, respiración,
&c.).
La religión entiende por alma cierta fuerza incorpórea, inmortal
e inmaterial que existe independientemente del cuerpo en el
mundo del “más allá”.
En la filosofía idealista, el alma se identifica con uno u otro
elemento de la conciencia.
En Platón, es idea eterna, y en Hegel, la manifestación inferior,
sensorial, del espíritu en su relación con la materia (alma
sensitiva y activa).
En las doctrinas dualistas, el alma se entiende como algo dado
eternamente y existente junto con el cuerpo (Descartes, Spencer,
Wundt, James).
En el materialismo premarxista (Demócrito, materialismo
metafísico), el alma se interpreta como lo derivado, lo secundario,
lo dependiente del cuerpo, pero el alma, la actividad psíquica, se
reducía a los procesos mecánicos o físico-químicos. A menudo,
algunos filósofos materialistas admitían la personificación
universal del mundo (Hilozoísmo).
La explicación verdaderamente científica de la psique humana la
da el materialismo dialéctico, que refuta, sobre la base de los
datos de las ciencias naturales contemporáneas, las
representaciones acientíficas e idealistas del alma.

Pietro Pomponazzi (1462-1524)


Filósofo italiano de la época del Renacimiento. Desarrolló con
espíritu materialista y antiescolástico las ideas de Aristóteles. En
su principal obra –De la inmortalidad del alma (1516)–,
Pomponazzi, al subrayar los elementos de sensualismo en la
filosofía de Aristóteles, afirmaba que el alma, que constituye la
forma del cuerpo, no obstante es mortal. Esto provocó la
indignación de los eclesiásticos, y el libro de Pomponazzi fue
quemado. Al negar uno de los dogmas fundamentales de la
religión –sobre la inmortalidad del alma humana–, Pomponazzi,
como teórico del humanitarismo, subrayaba que únicamente la
renuncia a la fe en este dogma se corresponde con la verdadera
naturaleza del hombre, ya que el objetivo de su actividad no se
encuentra en el mundo del más allá, sino en el mundo terrenal.
Ateniéndose a la concepción de la doble verdad, Pomponazzi
procuraba que la filosofía y la política fuesen separadas por
completo de la religión.

Weismanismo-morganismo
Corriente reaccionaria y antidarwinista en biología, así designada
por el nombre de los biólogos Weismann (1834-1914) y Morgan
(1866-1945), que disimula su esencia metafísica e idealista bajo
la falsa insignia del neodarwinismo. El weismanismo-
morganismo apareció a fines del siglo XIX y comienzos del siglo
XX como reacción ideológica de la burguesía a la teoría
materialista del desarrollo de las formas orgánicas de la materia.
Aunque se hacen pasar por continuadores de Darwin, los
weismanistas-morganistas intentan desfigurar, por todos los
medios, el fondo mismo del darwinismo, su concepción
materialista de la evolución, la teoría de la selección natural, de la
variabilidad de los organismos y de sus propiedades hereditarias
bajo la influencia del medio exterior, y la teoría de la trasmisión
de los caracteres adquiridos.

El weismanismo-morganismo se basa en una falsa interpretación


de la herencia, resultante de la teoría anticientífica, metafísica de
Mendel (ver Mendelismo). A pesar de la diversidad de su arsenal
terminológico (genes, determinantes, genofondo, reservas de
mutación, &c.), en su manera de comprender la herencia, todos
los weismanistas-morganistas están de acuerdo en un punto: la
herencia es trasmitida por una substancia especial que se
encuentra en los cromosomas de las células sexuales. Para los
weismanistas-morganistas, la substancia hereditaria es eterna e
inmutable; independiente del medio exterior en el que viven los
organismos, no se renueva jamás, sino que se trasmite de
generación en generación sin experimentar modificaciones
cualitativas. La substancia hereditaria, proclaman, es
incognoscible. Según esta teoría, el organismo se compone de dos
partes independientes entre sí: la substancia hereditaria inmortal
e invariable, y el cuerpo perecedero. El cuerpo no es sino el medio
que nutre al organismo, la envoltura de la substancia hereditaria.
Los caracteres y las propiedades del organismo dependen
únicamente de esta substancia. Cualesquiera que sean las
modificaciones de que pueda ser objeto el organismo, no influirán
en la generación siguiente pues carecen de efecto sobre la
substancia hereditaria. Los caracteres nuevos adquiridos por el
organismo no son trasmisibles. Los weismanistas-morganistas se
esfuerzan por explicar la diversidad de los organismos y de las
especies por nuevas combinaciones entre los genes inmutables,
por mutaciones de la substancia hereditaria, &c. Sin embargo, las
explicaciones de los weismanistas-morganistas son incapaces de
disimular el hecho de que su concepción de una substancia
hereditaria inmortal e inmutable y de un cuerpo perecedero, sólo
es otro aspecto de la teoría teológica de la inmortalidad del alma
incorpórea y de la carne perecedera; no es sino una variedad del
vitalismo.
La concepción metafísica de la inmutabilidad de las especies y de
los organismos asume, entre los weismanistas-morganistas,
aspectos diferentes. Según Hugo de Vries y Morgan, las especies
no sufren ningún cambio durante millares de años, pero de vez en
cuando, por razones desconocidas, se producen mutaciones,
saltos, que tienen por consecuencia la aparición repentina de
especies nuevas. Los morganistas imaginan una llamada “reserva
de mutación” que se gastaría con el tiempo. Una vez agotada esta
reserva de mutación, la evolución cesa. De ese modo, profesan la
hipótesis de la extinción de la evolución de las especies y de la
naturaleza viva en su conjunto. Según esta teoría, la materia viva
debe tender inevitablemente a su fin. Semejantes teorías
constituyen una demostración palpable de la naturaleza idealista
y metafísica de las teorías weismanistas-morganistas.
Considerando los animales y los vegetales al margen de todo
vínculo y de toda interacción con sus condiciones de existencia,
los weismanistas-morganistas se muestran impotentes para
poner en claro las leyes objetivas reales del desarrollo de las
formas orgánicas.
La falsedad de las concepciones weismanistas-morganistas es
evidente. No es posible considerar una planta o un animal al
margen de las condiciones en que existen. Las variaciones de las
condiciones de existencia, del tipo de intercambio entre los
organismos y el medio exterior, provocan modificaciones de los
caracteres hereditarios. La doctrina michurinista considera el
proceso de desarrollo del mundo orgánico como una sucesión de
modificaciones no solamente cuantitativas, sino también
cualitativas en las que aparecen nuevas formas organizadas. De
acuerdo con la definición de Lisenko, la herencia es en cierto
modo, la quintaesencia de las condiciones del medio exterior
asimiladas por los organismos en el transcurso de una serie de
generaciones anteriores. La teoría michurinista es
diametralmente opuesta al weismanismo-morganismo.
Las bases filosóficas del weismanismo-morganismo se hallan en
el kantismo, el machismo (ver), el pragmatismo (ver) y otras
escuelas idealistas. A fin de imprimir una orientación idealista a
la biología, los weismanistas-morganistas utilizan todas las
categorías y tesis fundamentales de la filosofía idealista: negación
de las leyes objetivas del desarrollo de la materia, reconocimiento
de un carácter absoluto a los fenómenos contingentes,
substitución de la realidad por ficciones matemáticas, división
kantiana en fenómenos y en noumenos, afirmación según la cual
la esencia de las cosas es incognoscible, &c. Sobre el fondo del
weismanismo-morganismo ha surgido la eugenesia (ver)
pseudociencia burguesa. Ciertos biólogos en la URSS han sufrido
la influencia del weismanismo-morganismo. La doctrina
michurinista, que se inspira en el materialismo dialéctico y se
apoya en los datos de la práctica agrícola socialista, ha puesto en
claro la completa inconsecuencia teórica y práctica del
weismanismo-morganismo. La doctrina michurinista pertrecha a
los prácticos de la agricultura con la comprensión de las leyes
objetivas de la vida de las plantas y de los animales.
Diccionario filosófico abreviado · 1959:528-529
Avicena
Abu Ali Ibn Sina (980-1037)
(transcripción latina: Avicena.) Filósofo, médico y científico
medieval tadzhiko. Vivió en Bujará e Irán. Siendo fiel al Islam, Ibn
Sina desempeñó, no obstante, un gran papel en la difusión del
legado filosófico y científico del mundo antiguo entre los árabes
y, a través de ellos, también en los países europeos. Ibn Sina hizo
mucho para afianzar el pensamiento racional y la propaganda de
los conocimientos científicos naturales y matemáticos. En su
doctrina filosófica conserva las tendencias tanto materialista
como idealista de Aristóteles, desviándose en algunas cuestiones
de su teoría hacia el neoplatonismo. Ibn Sina desarrolló la lógica,
la física y la metafísica de Aristóteles. Reconocía la eternidad de
la materia, considerándola como causa de la diversidad de las
cosas únicas, y se pronunciaba contra las supersticiones
astrológicas y de otra índole. La obra fundamental –El libro del
conocimiento (Danish-name)– es una sucinta exposición de sus
puntos de vista lógicos y físicos. Se hicieron muy famosas sus
obras Libro de la curación, Canon de la medicina y otros.
Diccionario de filosofía · 1984:

Antropologismo
En el materialismo premarxista significaba el criterio acerca del
hombre como obra superior y más perfecta de la naturaleza, cuyo
conocimiento ofrece la clave para desentrañar los secretos de
esta última, pues en la unidad orgánica de las funciones corpóreas
del hombre participan todas las fuerzas productivas de la
naturaleza. El acento en la unidad del hombre y la naturaleza
estaba orientado contra el idealismo y la ruptura dualista del
alma y el cuerpo. En el materialismo de los siglos 17-18, el
antropologismo fue parte de la fundamentación ideológica de la
revolución burguesa, que proclamaba la incompatibilidad del
régimen feudal y la religión con la verdadera naturaleza del
hombre. Al antropologismo le son inherentes deficiencias
comunes con el materialismo premarxista en general. La
principal de ellas es la incomprensión de la esencia social del
hombre y de su conciencia. El antropologismo presenta todos los
rasgos y propiedades auténticamente humanos como algo
abstracto inherente al “hombre en general”, es decir, en divorcio
de las formas históricas de comunicación, en las que surge y se
realiza la actividad vital del hombre. En el fondo, el
antropologismo biologiza al hombre, lo cual conduce
inevitablemente al idealismo en la comprensión de la historia,
pues todos los fenómenos sociales surgidos como resultado de la
actividad consciente de los hombres, no hallan su explicación sino
en las peculiaridades psicológicas subjetivas de los “individuos
naturales”. El antropologismo está representado del modo más
pleno en las obras de Feuerbach y Chernishevski. Este último
superó algunos rasgos del antropologismo gracias al enfoque
revolucionario de la realidad. En la filosofía burguesa moderna, el
antropologismo constituye la fundamentación de diversas formas
del idealismo, que considera el mundo objetivo como algo
derivado de la esencia humana. Es propio de muchas corrientes
de la filosofía (existencialismo, pragmatismo, filosofía de la vida,
antropología filosófica), de la sociología (antroposociología,
social-darwinismo), de la psicología (freudismo) y otras.
Diccionario de filosofía · 1984

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