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Introducción ............................................................................................................. 1
Conclusión............................................................................................................. 11
Bibliografía ............................................................................................................ 12
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INTRODUCCIÓN
Según lo establece el propio autor del tratado, se trata de trazar un perfil psicológico
del hombre. Es decir, encontrar un denominador común que permita definir psicológicamente
a la especie humana. Sin embargo, se tropieza con la variedad inconmensurable de maneras
de comportarse y modo de ser de los individuos y grupos humanos.
Esto nos ayudaría a comprender las vinculaciones del ser humano con diferentes
elementos del contexto social y atraería la intención de comprender las características
esenciales que comprenden la conducta humana de acuerdo a su naturaleza y los rasgos más
importantes de la misma.
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Al leer y analizar el material sobre el perfil psicológico del hombre, son muchos los
aprendizajes que he podido obtener, especialmente los vinculados con la conducta del
hombre en comparación con los demás animales, ya que esto me ayudaría a comprender la
importancia de la psicología como ciencia de estudio del ser humano.
Explorar aquello en lo que consiste esta profundidad es lo que nos indica el camino
que debemos seguir para llegar al hombre desde un punto de vista psicológico fundamental.
Se trata de utilizar el método para trazar un perfil psicológico del hombre con el fin de superar
las dificultades señaladas al inicio. La hondura del animal humano, su es-pesor psíquico, la
dualidad de superficie y fondo constituyen la característica psicológica del hombre de
carácter esencial y universal, aunque se da en grados diversos en los psiquismos concretos
de los individuos de la especie.
El hombre más estúpido basta para dirigir al más diestro de los animales, le manda, y
le hace servir para su uso, no por la superioridad de su fuerza, sino por la inteligencia de su
naturaleza, porque tiene un proyecto razonado, un orden en sus acciones, y un sistema en los
medios por los que obliga al animal a obedecer.
Así no vemos que los animales más fuertes, más astutos manden a los otros haciéndole
servir de ellos, esto sería efecto de la inteligencia, lo que si vemos diariamente es que el más
fuerte devora al más débil, acción que no supone otra cosa más que una necesidad, un apetito,
cualidad por cierto muy diferente de la que produce una serie de acciones dirigidas a un
mismo objeto. ¿Si los animales estuvieran dotados de esta facultad no veríamos a algunos de
ellos mandar sobre los otros, y obligarlos a proporcionarles el alimento, a cuidarles y
aliviarles en sus dolencias y enfermedades?
No hay en todo el reino animal señal alguna de esta subordinación, ni la más remota
apariencia de que alguno de ellos conozca y ejerza la superioridad de su naturaleza sobre los
demás. De aquí se deduce una consecuencia necesariamente, a saber, que todos los animales
son de igual idéntica naturaleza, y que la del hombre no sólo es superior a la de estos, sino
enteramente diversa.
Una lengua, un idioma aun el menos perfecto supone una serie de pensamientos.
Como los animales no piensan, por eso carecen de lenguaje. Aun cuando queramos suponer
en el hombre común con los animales las sensaciones más groseras, y maquinales es cierto
que son incapaces de la asociación de ideas, que es lo que únicamente puede producir la
reflexión, en lo que consiste la esencia del pensamiento.
Como los animales no pueden reunir ni combinar una sola idea, no piensan, y como
no piensan no hablan, y por esta razón no inventan ni perfeccionan nada. Si aun en el grado
más ínfimo e imperceptible fuesen capaces de reflexión, serían capaces de progreso,
adquirirían perfección en su industria. Las golondrinas construyen hoy sus nidos del mismo
modo que los construían hace dos mil años. Los castores edifican con la misma solidez sus
habitaciones a la margen de los ríos como los edificaban los primeros castores.
¿De qué provendrá esta uniformidad en las obras de los animales? ¿Por qué cada
especie hace las cosas siempre lo mismo que los que les precedieron? ¿Por qué cada individuo
no hace más que otro? Porque sus operaciones son resultados mecánicos, y puramente
materiales. Porque si tuviesen la más ligera chispa de la luz que nos ilumina ya que no
perfección encontraríamos variedad en sus obras: cada individuo de la misma especie obraría,
aunque fuese con alguna ligera diferencia de un modo distinto de los demás, y no trabajarían
todos sobre un mismo modelo, ni el orden y método de sus acciones marcaría el de la especie
entera. Si se quiere conceder un alma a los animales esta no pertenecería al individuo, sino a
la especie entera, y participando entonces cada individuo por igual de esta alma, sería
necesariamente divisible, y por consiguiente de una naturaleza material y diversa de la
nuestra.
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COMPRENSIÓN DE LA NOESIS
Entre el estímulo y la reacción, entre el impacto que viene del exterior a herir
estimulantemente el organismo animal vivo y provoca el disparo de sus dispositivos
neuromusculares, el animal humano intercala lo que llamamos la disposición funcional
noético configurativa, lo cual le permite construir un mundo de objetos integrales llenos de
sentido (y no un paquete de estímulos), un círculo humano de personas entre las cuales
interactúa (y no meros impactos encadenados a reacciones) e, incluso, un mundo de símbolos,
es decir, la cultura. Precisamente, la cultura de-be entenderse de dos maneras: a) como un
sistema de intermediación entre organismos humanos subsumidos en la instancia superior de
personas y a través de símbolos; y b) como un sistema de símbolos que contienen en forma
elaborada connotaciones significativas e ideales de la experiencia humana y del conocimiento
del mundo natural y humano, como el lenguaje, la religión, la ciencia, el arte, en suma, el
universo de las formas simbólicas.
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EL PENSAMIENTO SIMBÓLICO
Entre signos (señales) y símbolos hay distancia enorme: los símbolos son
denominadores, los signos son operadores. Los símbolos no son materializadores, las señales
sí. El pensamiento animal se realiza cuando objeto está presente, el pensamiento simbólico
piensa “acerca de”, es decir, cuando objeto no está presente.
animal creador de símbolos), por tanto, es un animal que aprende culturalmente gracias a que
en las aves. Y es así, en este sentido, que cuanto más insertos se encuentren los hombres en
el ámbito de la alta cultura, más distantes se hallan de la bárbara tosquedad, del primitivismo
burdo y de la rusticidad torpe de quienes están sojuzgados por los impulsos inmediatistas, así
como de los comportamientos y las maneras de vivir incultos que caracterizan a los hombres
escasamente modelados por la espiritualidad, que es el más alto nivel humano de existencia.
cultura y por la noetización de la percepción sensorial y de la acción hacen del animal humano
un animal profundo. Si por un instante imagináramos nuestro planeta sin hombres, veríamos
está oculta entre las esgrimidas aparentes o las que aparecen más visibles, allí está el quid del
imágenes del hombre. Por poco que nos pongamos a reflexionar sobre el gran “teatro del
mundo”, nos impresiona la observación de que la más frecuente sustancia motivadora de que
están hechos los dramas humanos son el sexo, el dinero y el poder. Éstos son los más comunes
relacionado con eros atrae a los seres humanos y los lleva poderosamente en la vida y son
humanos.
búsqueda de placer y afán de seguridad y que arraigan en los dos sentimientos motores más
Hita, quien, escudándose con travesura en la autoridad del viejo y solemne Aristóteles, suma
EL ROL DE LA PSICOLOGÍA
quizá si hubiera que bus-car una motivación fundamental habría que encontrarla en la
o la frustración del ser propio, están todas las demás motivaciones, los contrastes, los
Como dice el gran maestro Honorio Delgado: “No es posible aceptar como
instinto fundamental ninguno de los que por definición son tendencias parciales o
variedad enorme de los instintos humanos realizada por Alexander Pfänder, Honorio Delgado
apotegma: “La cifra del instinto funda-mental de cada persona sería: Quiero llegar a ser lo
Y aquí encontramos otro de los rasgos del perfil psicológico del hombre: una
puede enfermarse y morir, solamente el hombre como per-ona puede frustrar su existencia,
CONCLUSIÓN
El ser humano es uno de los enigmas más apasionantes y complejos que reta a la
comunidad científica. Desde la antigüedad el hombre ha estudiado al hombre para entender
sus sufrimientos y alegrías, y las razones por las que algunos provocan sufrimientos y alegrías
a los demás. Los puntos de vista, los enfoques y las perspectivas de esos estudios han ido
variando y ampliándose para aportar, cada uno de ellos, un grano de conocimiento hasta
llegar a producir un pequeño granero, que admite infinitos nuevos granos más.
Si nos comparamos con otras especies animales, podemos ver que la mente humana
presenta una gran complejidad en cuanto a su funcionamiento y su estructura, de donde tiene
sentido el título del tema abordado sobre el hombre profundo, ya que la profundidad del
pensamiento humano comprende el objeto de estudio de más de una disciplina, dentro y fuera
de la psicología.
De este trabajo he aprendido que, pese a que se suele comparar a ciertos animales con
las capacidades racionales del hombre, lo cierto es que la mente humana es mucho más
compleja de lo que se plantea y no se puede lograr una verdadera comprensión de la misma
si se sigue considerando semejante a la de los animales.
BIBLIOGRAFÍA
Chiappo, L. (1983). Dante y la psicología del infierno. Lima: Ausonia, 1983. Reimpresión:
Lima, 1983, UPCH.
San Juan de la Cruz (1980). Obras Completas. (10a. ed.). Madrid: Biblio-teca
de Autores Cristianos.