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DE PANAMÁ
CRUV
Taller, Caso Práctico
DER 360 A
Elaborado por:
Profesora Doctora:
María Cristina Chen Stanziola
I SEMESTRE
2017
PROCESO ORDINARIO DE MAYOR CUANTÍA PROPUESTO POR JOSÉ
HERNÁNDEZ ALVEO. -VS- ASEGURADORA ANCON, S.A. Y ANGEL A. RÍOS
SAMUDIO.
TRIBUNAL SUPERIOR DE PANAMÁ
TRIBUNAL SUPERIOR: CIVIL
PONENTE: NELSON RUIZ
MATERIA: APELACIÓN
EXPEDIENTE 10SA - 561
RECURSO DE APELACIÓN
Se anunció pruebas en segunda instancia y en concordancia con el 1137,
fueron aducidas y oportunamente aprovechadas por el actor. Dentro de las
mismas se dio apertura a la presentación de los escritos de las partes, ésta última
sólo aprovechado por la parte actora, en la cual sustentó lo siguiente:
Resolución dictada por el juzgado de tránsito de colón, donde daba como
responsable de la colisión al demandado.
Que a raíz de tal accidente el vehículo propiedad de su mandante, resultó
con pérdida total y además de las lesiones inhabilitándolo desde entonces.
Indicó de igual manera que al momento de la colisión el vehículo del
demandante se encontraba asegurado por, ASEGURADORA ANCON, S.A.
POSTURAS ENCONTRADAS
Si bien es cierto el abogado de la defensa no negó el hecho primero de la
resolución del juzgado de tránsito, excepcionó Exceso en el monto de la obligación
reclamada por el autor como defensa de los intereses de sus representados, lo
cual la defensa del demandante argumentó que el vehículo operaba como
transporte selectivo, lo que posteriormente fue traspasado a ASEGURADORA
ANCON, S.A. y luego a una tercera persona, de manera que no pudo seguir
utilizándose para procurar ingresos de su representado, solicita de paso la
revocatoria de la sentencia, a fin de que se profiera una sentencia en abstracto en
contra de los demandados.
ARGUMENTO DEL JUEZ DE SEGUNDA INSTANCIA
Se pronuncia acerca del sic legitimación en la causa, con las pruebas
aportadas en segunda instancia, se presentó la certificación expedida por
Tesorería Municipal de Colón y el Certificado de operaciones expedido por el
Departamento de Concesiones de la Autoridad Nacional Del Tránsito y Transporte
Terrestre de manera que es suficiente para acreditar que el vehículo que se vio
involucrado en el accidente de automovilístico era propiedad del demandante.
Se acreditó la ocurrencia de los daños y responsabilidad de los mismos, en
la copia auténtica de la resolución, proferida por el Juzgado de Tránsito de Colón,
en donde se determinan los posibles daños del vehículo.
La superioridad explicó que a pesar de los argumentos señalados no hay
evidencia del monto de los daños materiales (daño emergente), ni tampoco
documento alguno que acreditara la suma dejada de percibir por el actor en razón
del servicio selectivo que presentaba (lucro cesante)
Se presentó de igual forma nota expedida por el Instituto de Medicina Legal
y Ciencias Forenses de la provincia de Colón y certificado de incapacidad de la
Caja de Seguro Social, no obstante no se presentó prueba del ingreso diario que
percibe para, de esta manera acreditar el monto a que ascienden los referidos 61
días de incapacidad, de forma tal que dicha condena en abstracto comprendería
ésta pretensión.
Se ordenó practica de prueba para determinar la afiliación al seguro del
demandante y de ASEGURADORA ANCON, S.A. en donde se determinó que sí
existe cobertura de protección con límites de responsabilidad en donde las
lesiones corporales se cubren desde 5,000 hasta 10,000 y daños a la propiedad
ajena por un máximo de 5,000.
Ha sido una experiencia más que práctica la puesta en escena de los distintos
conocimientos adquiridos en el curso para la realización de este último taller, dicho
esto, son muchas las opiniones que nos embargan en cuanto a la mecánica del
proceso y todo lo necesario para hacer efectiva el reconocimiento de un derecho,
en este caso que hemos traído a la palestra.
En la primera instancia a nuestro criterio, analizamos una deficiente defensa
por parte de la parte demandante, en virtud de que, consideramos como hemos
aprendido en clase que la demanda y las pruebas que en ella se presentan ,
seguida de la contestación, constituye la médula espinal de los procesos, y es de
tal suerte, que en primera instancia la parte que ocasionó que el aparato
jurisdiccional se activara se quedó corta y no pudo acreditar su pretensión, por la
cual consideramos viable y en apego a derecho la decisión del juez de primera
instancia.
No obstante, al llegar a la segunda instancia nos hemos percatado de la
riqueza y fortalecimiento del derecho procesal en la conservación de las garantías
fundamentales, y la posibilidad de prácticas de pruebas, que son de condición
necesaria para el reconocimiento o descarte de nuestras pretensiones, y es en
este mismo sentido donde se configura éste caso civil comentado en líneas
anteriores, de ahí que destacamos la importancia de la carga procesal y
evidentemente en nuestro derecho recae en quien alega una pretensión. Si
quienes introdujeron estas controversias al sistema jurídico hubiesen utilizado de
manera oportuna ese principio procesal de la carga de la prueba, hubiesen evitado
mayores costas y de seguro lograr el propósito de cualquiera que asiste a los
tribunales de lograr una sentencia efectiva más no irrisoria.
Consideramos que la postura del juez de segunda instancia, fue muy activa
y siguiendo sus facultades en la ordenanza oficiosa de pruebas que puedan
traducirse en esclarecimiento de los hechos que sirvan de reconocimiento de un
derecho, de manera que resaltamos la importancia de utilizar esa gran
oportunidad de presentar la demanda y las pruebas, de la manera más oportuna y
eficaz posible, la astucia de la defensa que en primera instancia jugó un papel
fundamental en la decisión del juez al optar por no presentar pruebas, lo que nos
permite asumir que examinaron la demanda y vieron sus deficiencias, esto dentro
del marco que es perfectamente permitido no presentar pruebas, aunque como
aprendimos en el aula esta decisión es vista con recelo para algunos juristas,
estamos seguro que de no presentarse la apelación de esta sentencia, hubiese
sido en perjuicio absoluto del demandante logrando éste hacerse del
reconocimiento de su pretensión sin necesidad si quiera de ir a la segunda
instancia.
Otros de los ingredientes procesales que nos brinda este análisis es lo
relacionado con el reconocimiento de la sentencia en abstracto que es la vía
judicial, cuando como hemos visto en este caso, se necesita determinar la cuantía
de los daños una vez que efectivamente se ha probado su existencia. Es por tanto
el término probatorio que tiene la parte favorecida para exigir la efectividad de la
sentencia, que es de 6 meses, de no hacerla en término como hemos
constantemente aprendiendo, entraría la figura de la prescripción.
Sin duda ha sido un caso con los ingredientes necesarios para la debida
puesta en marcha de los conocimientos aprendidos en curso, viendo esto como un
acercamiento a la realidad práctica, y terminamos concluyendo, resaltando el gran
aprendizaje que hemos adquirido.