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Juan Fernández-Armesto, expresidente de la CNMV, ahora árbitro independiente, presentó la

obra que coordinó Gonzalo Jiménez-Blanco -en la foto pequeña- que no pudo asistir por

circunstancias personales.

“El arbitraje como mecanismo de


solución de conflictos”, una obra de
referencia coordinada por Gonzalo
Jiménez-Blanco
Luis Javier Sanchez

16 octubre, 2016

“El arbitraje como mecanismo de resolución de conflictos”. Así se titula el libro que ha

coordinado el conocido abogado -y columnista de Confilegal- Gonzalo Jiménez-Blanco y que


reúne los trabajos de María José Menéndez, Raquel Mendieta, Oscar Franco y José

Antonio Rodríguez, socios del despacho Ashurst.

Publicado por Wolters Kluwer, la obra está llamada a convertirse en un referente sobre este

campo.

La presentación se produjo en FIDE y a la misma asistieron juristas prestigiosos como Pascual

Sala, expresidente del Tribunal Constitucional, del Tribunal Supremo, del Consejo General del

Poder Judicial y del Tribunal de Cuentas, ahora “of counsel” de Roca Junyent, Santiago

Martínez-Lage, Joaquín García-Romanillos, socio de Aguayo Abogados, Idoya

Arteagabeitia, socia de Ramón y Cajal Abogados, Rafael Mateu de Ros, socio fundador de

esta firma, José Ramón del Caño, abogado del Estado ahora en Corporación Alba, entre otros

invitados.

Vicente Sánchez, CEO (consejero delegado) de la editorial en España y Portugal, recordó su

relación con Gonzalo Jiménez blanco, compañero suyo en ICADE hace ya algunos años.

Subraya que Juan Fernández-Armesto fue profesor de derecho mercantil de ambos.

Reconoce que tras contactar con Jiménez-Blanco en enero, se puso en marcha la idea de un

libro colectivo sobre arbitraje

Sobre el libro, recordó que subraya el interés de Wolters Kluwers y su fundación de

promocionar mecanismos alternativos de resolución de conflictos.

“Nos interesa tanto el arbitraje, como la mediación o incluso la justicia restaurativa. La obra

quiere ayudar mucho a aquellos que quieran desenvolverse en el mundo del arbitraje”, destacó
Por su parte, Maria José Menéndez socia de Ashurst y coautora de la obra, destacó la

diligencia de la editorial para poner en marcha el proyecto y alabó al propio Gonzalo Jiménez

Blanco, del que dijo que tiene todas las condiciones de un buen árbitro “se habla siempre que

deben ser personas de reputación intachable y notable saber jurídico”.

Al mismo tiempo contó la evolución de este jurista como árbitro en los últimos años.

Sobre la obra confesó que los temas de la publicación en cuestión vinieron de diferentes

encargos que el propio Jiménez-Blanco fue recibiendo como experto en arbitraje “gracias a su

entusiasmo nos arrastró a otros profesionales de la firma a aprender de arbitraje y su técnica”

así Oscar Franco, Rocio García de Santiago, Raquel Mendieta y la propia Maria José

reconocen que aprendieron de su mano.

Juan Fernández-Armesto, árbitro independiente y catedrático Derecho Mercantil en la

Universidad Pontificia de Comillas, indicó que le había emocionado la petición del propio
Gonzalo Jiménez Blanco de presentar este libro. Para este profesional, ex presidente de la

CNMV y uno de nuestros árbitros más reputados a nivel internacional esta obra es un buen

elemento introductor para conocer el arbitraje a fondo.

La obra se estructura en dieciocho capítulos que recorren todo el ámbito de la práctica arbitral

“Arranca con los principios generales, se detiene en la confidencialidad, habla de la corrupción

del concurso de acreedores y también se detiene en el papel de los árbitros”, explicó

Fernández-Armesto. Al mismo tiempo habla de la imparcialidad y de los llamados árbitros de

parte.

Para este profesional, la obra presentada “tiene uno de los análisis más concienzudos y

profundos realizado sobre la prueba, elemento clave en el proceso arbitral. Este elemento

además se relaciona con los testigos, peritos, interrogatorios otros elementos que destacan en

los procedimientos arbitrales”. Al mismo tiempo se centró en analizar especialidades como el

arbitraje societario.

UNA OBRA QUE PROFUNDIZA EN LA ESENCIA


DEL ARBITRAJE

Con la lectura de este libro, los expertos señalan la existencia de numerosa y buena

jurisprudencia sobre arbitraje en temas de imparcialidad de árbitros o audiencias territoriales y

el propio coordinador de la obra le saca partido a ella.

Al mismo tiempo recoge información institucional de entidades como el Club español del

arbitraje o la IBA, mayor organización mundial de abogados existente en estos momentos.

Esta publicación analiza las principales cuestiones que preocupan a los profesionales del

arbitraje y en muchos de ellos busca una solución por parte del coordinador de esta
monografía. “En el caso de confidencialidad habla del laudo y su privacidad, un debate que

está sin resolver aún como el de la confidencialidad del árbitro con las partes, dos cuestiones

que son claves para el desarrollo del proceso arbitral”, comentó Fernández Armesto

En otro de los capítulos se habla de corrupción y arbitraje, uno de los temas que siempre le

preocupó a Jimenez-Blanco como jurista vinculado a esta actividad extrajudicial. “El enfoque

del tratamiento del tema es muy innovador.

Se habla de la corrupción en el propio árbitro y de los comportamientos desleales de los

actores del arbitraje”, subrayó.

Otro elemento que se aborda en este libro es la figura controvertida de los árbitros de parte

“esta es una de las instituciones más sujeta a discusión. Es una figura híbrida, por un lado eres

árbitro pero has sido designado por una de las partes. Gonzalo revisa todos los posibles

comportamientos parciales que se pueden dar en el actuar de estos profesionales”.

El acto concluyó con un video en el que el propio Jimenez-Blanco -que no pudo asistir por

circunstancias personales- daba las gracias a todos los implicados, FIDE, Wolters Kluwers, su

despacho de toda la vida, Ashurst, a Fernández-Armesto, padrino de esta obra y los

numerosos invitados que se acercaron para con su presencia estar presentes en este acto tan

emotivo.

Nadie duda que “El arbitraje como mecanismo de resolución de conflictos” va a marcar una

impronta en el propio sector arbitral.

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