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PROETICA, BIOETICA Y

DEONTOLOGIA

REYES GERONIMO, EFRAIM

BERMEO GARCIA, KEVIN

POLO LEZAMA, RUBEN

GONZALES TICLE, NELSON

VENTURO ESPEJO LEIDY


PROETICA

DEFINICION

Proética es el Capítulo Peruano de transparency international y se constituyó el año 2002


como la primera ONG peruana dedicada exclusivamente a promover la ética y luchar contra
la corrupción. Desde entonces, venimos realizando diferentes actividades teniendo como
objetivo erradicar la corrupción en el país, estudiando este fenómeno y sus causas, así como
incentivando a otras instituciones a involucrarse en esta problemática y tomar acción frente a
ella.

Desde su fundación y hasta la actualidad, Proética está conformada por cuatros instituciones:
la Comisión Andina de Juristas (CAJ), el Instituto Prensa y Sociedad (IPYS) y la Asociación
Civil Transparencia y la Asociación de Exportadores (ADEX).

Valores
Integridad, liderazgo y servicio

ORGANIZACIONES DE LA PROETICA

COMISIÓN ANDINA DE JURISTAS

Hace 25 años fue fundada la Comisión Andina de Juristas para contribuir en la defensa de la
democracia y los derechos humanos en la región. Con ello, se buscaba fortalecer el Estado de
Derecho en los países andinos: Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela.

Ha pasado el tiempo y gracias al trabajo de la Comisión Andina de Juristas, miles de personas


en la región andina han visto fortalecidos sus derechos humanos. El esfuerzo realizado ha
contribuido, igualmente, a que decenas de instituciones democráticas como defensorías del
pueblo, parlamentos, tribunales y universidades, entre otras, privilegien en su labor cotidiana
el respeto al ser humano. Y finalmente, su influencia colaborada a que los propios Estados
andinos hayan asumido la democracia como parte fundamental de su desarrollo.

La CAJ tiene como objetivos el respeto y la vigencia de los derechos humanos, del Estado de
Derecho y de los principios, valores y buen funcionamiento de la democracia. Brinda
servicios y productos a partir de un permanente diagnóstico de la realidad en la región andina.
Sus trabajos promueven espacios de diálogo plural y la formulación de opiniones
especializadas y solventes, proporcionando información útil para la toma de decisiones en
distintos ámbitos del Estado, de la sociedad y la comunidad internacional.

Inspirada por los grandes hombres y mujeres que lucharon por un mundo mejor, su visión
institucional resume sus objetivos: "(Construir) sociedades más justas y democráticas en los
países de la región andina, que promuevan el pleno goce y ejercicio de los derechos de todas
las personas".
La CAJ se asume como una organización dedicada al desarrollo, con los siguientes roles
específicos:

 Como productor, gestor y difusor de conocimiento ("tanque de pensamiento").


 Como formulador de propuestas (a partir del conocimiento logrado y
sistematizado).
 Como controlador crítico, especialmente de las intervenciones públicas (a
manera de "conciencia crítica").
 Como instancia de formación y capacitación.
 Como soporte a las instituciones que trabajan por la democracia y los derechos
humanos en la región andina

La CAJ , además, ha desarrollado a través de su amplia labor en los países andinos estrechas
relaciones con múltiples organizaciones internacionales. En ese sentido, la CAJ participa en el
proceso de Cumbres de las Américas a través de las diversas actividades de la Organización
de Estados Americanos (OEA), pues está registrada de acuerdo a sus directrices para la
participación de las organizaciones de la sociedad civil. Se debe señalar que con la OEA
guarda relaciones de cooperación de tipo general. La CAJ cuenta también desde 1987 con
status consultivo ante el Consejo Económico y Social de la Organización de las Naciones
Unidas. Igualmente, es miembro del Consejo Directivo de la Coalición de ONGs por la Corte
Penal Internacional (CCCPI) y se adhirió al Pacto Mundial de la ONU.

Visión
Sociedades más justas y democráticas en los países de la región andina, que promuevan el
pleno goce y ejercicio de los derechos de todas las personas.

Misión
Somos una organización internacional que trabaja en la región andina a favor del respeto y
vigencia de los derechos humanos, del Estado de Derecho y de los principios, valores y buen
funcionamiento de la democracia.

EL INSTITUTO DE PRENSA Y SOCIEDAD

El Instituto Prensa y Sociedad, basado en Lima, Perú, es una organización civil que promueve
el periodismo de investigación, la libertad de expresión y el acceso a la información pública
en América Latina.

Historia

El IPYS surgió en Perú en 1993, como una reacción al gobierno autoritario de Alberto
Fujimori, que recortó las libertades democráticas. Los primeros socios fueron destacados
editores del país. Organizó una red de protección de periodistas en peligro e influyó en el
nacimiento de otras en américa latina. Por su trabajo en la región, ese año el international
press institute (ipi) lo distinguió con el premio pionero de la libertad de prensa. Para entonces,
la sociedad incluía periodistas latinoamericanos, que integran un consejo regional. Más tarde
se crearon instituciones asociadas en venezuela (ipys venezuela, 2002), y colombia (ipys
colombia, 2008).
Misión, visión y finalidad
Misión defender a periodistas en peligro y promover la libertad de expresión, el acceso a la
información pública y el periodismo independiente en américa latina.

Visión ser una organización reconocida por su aporte a la mejora de los estándares
informativos de los medios de comunicación, y a la transparencia de los asuntos públicos en
américa latina.

Finalidad lograr que el ciudadano tenga información plural y de calidad para que pueda
ejercer adecuadamente sus derechos civiles, políticos y económicos.

Valores los pilares más importantes de la organización para alcanzar dicha misión son los
siguientes:

independencia
el IPYS actúa con autonomía, no está sometido ningún centro externo ni acepta
condicionamientos que afecten sus principios y fines.

Pluralidad
para el cumplimiento de sus fines es abierto al diálogo con todos los sectores democráticos.

Profesionalismo
desarrolla proyectos relevantes y sintonizados con las necesidades de la prensa
independiente. Busca eficacia en el uso de los recursos y en el cumplimiento de proyectos.

Transparencia Trabaja en un clima de transparencia que facilita el escrutinio de ciudadanos


y donantes.

Emprendimiento Mediante una actitud innovadora y trabajo en equipo el IPYS busca crear
valor para lograr su autosostenimiento y el mejor cumplimiento de sus fines.

ASOCIACIÓN CIVIL TRANSPARENCIA

Es una asociación civil sin fines de lucro fundada en el Perú el 18 de julio de 1994 por un
grupo de ciudadanos sin filiación partidaria. Nuestro objetivo principal es trabajar por la
consolidación de la democracia en nuestro país.

¿Qué queremos?
Lograr que Perú viva bajo un marco democrático estable de gobierno, convivencia y
cooperación mutua, en donde los derechos de toda la ciudadanía

¿Qué nos proponemos?


Trabajar para conseguir que la democracia tenga vigencia en nuestras instituciones y en el
ejercicio que los ciudadanos hacen de sus derechos.

¿Qué hacemos?

 Generamos consensos para la reforma política.


 Promovemos prácticas de buen gobierno y cultura democrática.
 Movilizamos voluntarios para la observación ciudadana.
LA BIOÉTICA

DEFINICIÓN
La bioética es la rama de la ética
dedicada a proveer los principios para la
conducta más apropiada del ser humano
respecto a la vida, tanto de la vida
humana como de la vida no humana
(animal y vegetal), así como al ambiente
en el que pueden darse condiciones
aceptables para la misma.

Se trata de una disciplina relativamente


nueva, y el origen del término
corresponde al pastor protestante,
teólogo, filósofo y educador alemán Fritz
Jahr, quien en 1927 usó el término Bio-Ethik en un artículo sobre la relación ética del ser
humano con las plantas y los animales.Más adelante, en 1970, el bioquímico estadounidense
dedicado a la oncología Van Rensselaer Potter utilizó el término bio-ethics en un artículo sobre
«la ciencia de la supervivencia» y posteriormente en 1971 en su libro Bioética un puente hacia
el futuro.

En su sentido más amplio, la bioética, a diferencia de la ética médica, no se limita al ámbito


médico, sino que incluye todos los problemas éticos que tienen que ver con la vida en general,
extendiendo de esta manera su campo a cuestiones relacionadas con el medio ambiente y al trato
debido a los animales. Se han formulado una serie de definiciones respecto a la disciplina de la
Bioética, siendo una de ellas la adoptada por la Unidad Regional de Bioética de la OPS, con
sede en Santiago de Chile y que, modificada por el S. J. Alfonso Llano Escobar en una revista
de la especialidad, define a la Bioética como «el uso creativo del diálogo inter y transdisciplinar
entre ciencias de la vida y valores humanos para formular, articular y, en la medida de lo
posible, resolver algunos de los problemas planteados por la investigación y la intervención
sobre la vida, el medio ambiente y el planeta Tierra». Sin embargo, cabe destacar, que ya en
1978, el Kennedy Institute de la Universidad jesuita de Georgetown en Estados Unidos, había
publicado la primera Enciclopedia de Bioética en cuatro volúmenes, dirigida por Warren Reich,
un teólogo católico, donde se define a la Bioética como el "estudio sistemático de la conducta
humana en el área de las ciencias de la vida y la salud, examinado a la luz de los valores y
principios morales".

DEFINICIÓN Y DOMINIOS
La bioética abarca las cuestiones éticas acerca de la vida que surgen en las relaciones entre
biología, nutrición, medicina, química, política (no debe confundirse con la "biopolítica"),
derecho, filosofía, sociología, antropología, teología, etc. Existe un desacuerdo acerca del
dominio apropiado para la aplicación de la ética en temas biológicos. Algunos bioéticos tienden
a reducir el ámbito de la ética a lo relacionado con los tratamientos médicos o con la innovación
tecnológica. Otros, sin embargo, opinan que la ética debe incluir lo relativo a todas las acciones
que puedan ayudar o dañar organismos capaces de sentir miedo y dolor. En una visión más
amplia, no sólo hay que considerar lo que afecta a los seres vivos (con capacidad de sentir dolor
o sin tal capacidad), sino también al ambiente en el que se desarrolla la vida, por lo que también
se relaciona con la ecología.

El criterio ético fundamental que regula esta disciplina es el respeto al ser humano, a sus
derechos inalienables, a su bien verdadero e integral: la dignidad de la persona.

Por la íntima relación que existe entre la bioética y la antropología, la visión que de ésta se
tenga condiciona y fundamenta la solución ética de cada intervención técnica sobre el ser
humano.

La bioética es con frecuencia asunto de discusión política, lo que genera crudos enfrentamientos
entre aquellos que defienden el progreso tecnológico en forma incondicionada y aquellos que
consideran que la tecnología no es un fin en sí, sino que debe estar al servicio de las personas y
bajo el control de criterios éticos; o entre quienes defienden los derechos para algunos animales
y quienes no consideran tales derechos como algo regulable por la ley; o entre quienes están a
favor o en contra del aborto o la eutanasia.

Las primeras declaraciones de bioética surgen con posterioridad a la Segunda Guerra Mundial,
cuando el mundo se escandalizó tras el descubrimiento de los experimentos médicos llevados a
cabo por los facultativos del régimen hitleriano sobre los prisioneros en los campos de
concentración. Esta situación, a la que se suma el dilema planteado por el invento de la fístula
para diálisis renal de Scribner (Seattle, 1960), las prácticas del Hospital Judío de Enfermedades
Crónicas (Brooklyn, 1963) o la Escuela de Willowbrook (Nueva York, 1963), van configurando
un panorama donde se hace necesaria la regulación, o al menos, la declaración de principios a
favor de las víctimas de estos experimentos. Ello determina la publicación de diversas
declaraciones y documentos bioéticos a nivel mundial.

PRINCIPIOS FUNDAMENTALES[
En 1979, los bioeticistas Tom L. Beauchamp y James F. Childress, definieron los cuatro
principios de la bioética: autonomía, no maleficencia, beneficencia y justicia. En un primer
momento definieron que estos principios son prima facie, esto es, que vinculan (son
obligatorios) siempre y cuando no colisionen entre ellos, en cuyo caso habrá que dar prioridad a
uno u otro, dependiendo del caso. Sin embargo, en 2003 Beauchamp considera que los
principios deben ser especificados para aplicarlos a los análisis de los casos concretos, o sea,
deben ser discutidos y determinados por el caso concreto a nivel casuístico.

Los cuatro principios definidos por Beauchamp y Childress son:

Principio de autonomía
La autonomía expresa la capacidad para darse normas o reglas a uno mismo sin influencia de
presiones. El principio de autonomía tiene un carácter imperativo y debe respetarse como
norma, excepto cuando se dan situaciones en que las personas puedan no ser autónomas o
presenten una autonomía disminuida (personas en estado vegetativo o con daño cerebral, etc.),
en cuyo caso será necesario justificar por qué no existe autonomía o por qué esta se encuentra
disminuida. En el ámbito médico, el consentimiento informado es la máxima expresión de este
principio de autonomía, constituyendo un derecho del paciente y un deber del médico, pues las
preferencias y los valores del enfermo son primordiales desde el punto de vista ético y suponen
que el objetivo del médico es respetar esta autonomía porque se trata de la salud del paciente.

Principio de beneficencia
Obligación de actuar en beneficio de otros, promoviendo sus legítimos intereses y suprimiendo
prejuicios. En medicina, promueve el mejor interés del paciente pero sin tener en cuenta la
opinión de éste. Supone que el médico posee una formación y conocimientos de los que el
paciente carece, por lo que aquél sabe (y por tanto, decide) lo más conveniente para éste. Es
decir "todo para el paciente pero sin contar con él".

Un primer obstáculo al analizar este principio es que desestima la opinión del paciente, primer
involucrado y afectado por la situación, prescindiendo de su opinión debido a su falta de
conocimientos médicos. Sin embargo, las preferencias individuales de médicos y de pacientes
pueden discrepar respecto a qué es perjuicio y qué es beneficio. Por ello, es difícil defender la
primacía de este principio, pues si se toman decisiones médicas desde éste, se dejan de lado
otros principios válidos como la autonomía o la justicia.

Principio de no maleficencia
Abstenerse intencionadamente de realizar actos que puedan causar daño o perjudicar a otros. Es
un imperativo ético válido para todos, no sólo en el ámbito biomédico sino en todos los sectores
de la vida humana. En medicina, sin embargo, este principio debe encontrar una interpretación
adecuada pues a veces las actuaciones médicas dañan para obtener un bien. Entonces, de lo que
se trata es de no perjudicar innecesariamente a otros. El análisis de este principio va de la mano
con el de beneficencia, para que prevalezca el beneficio sobre el perjuicio.

Las implicaciones médicas del principio de no maleficencia son varias: tener una formación
teórica y práctica rigurosa y actualizada permanentemente para dedicarse al ejercicio
profesional, investigar sobre tratamientos, procedimientos o terapias nuevas, para mejorar los ya
existentes con objeto de que sean menos dolorosos y lesivos para los pacientes; avanzar en el
tratamiento del dolor; evitar la medicina defensiva y, con ello, la multiplicación de
procedimientos y/o tratamientos innecesarios.

Aparece por primera vez en el Informe Belmont (1978).

Principio de justicia
Tratar a cada uno como corresponda, con la finalidad de disminuir las situaciones de
desigualdad (ideológica, social, cultural, económica, etc.). En nuestra sociedad, aunque en el
ámbito sanitario la igualdad entre todos los hombres es sólo una aspiración, se pretende que
todos sean menos desiguales, por lo que se impone la obligación de tratar igual a los iguales y
desigual a los desiguales para disminuir las situaciones de desigualdad.

El principio de justicia puede desdoblarse en dos: un principio formal (tratar igual a los iguales
y desigual a los desiguales) y un principio material (determinar las características relevantes
para la distribución de los recursos sanitarios: necesidades personales, mérito, capacidad
económica, esfuerzo personal, etc.).

Las políticas públicas se diseñan de acuerdo con ciertos principios materiales de justicia. En
España, por ejemplo, la asistencia sanitaria es teóricamente universal y gratuita y está, por tanto,
basada en el principio de la necesidad. En cambio, en Estados Unidos la mayor parte de la
asistencia sanitaria de la población está basada en los seguros individuales contratados con
compañías privadas de asistencia médica.

Para excluir cualquier tipo de arbitrariedad, es necesario determinar qué igualdades o


desigualdades se van a tener en cuenta para determinar el tratamiento que se va a dar a cada
uno. El enfermo espera que el médico haga todo lo posible en beneficio de su salud. Pero
también debe saber que las actuaciones médicas están limitadas por una situación impuesta al
médico, como intereses legítimos de terceros.

La relación médico-paciente se basa fundamentalmente en los principios de beneficencia y de


autonomía, pero cuando estos principios entran en conflicto, a menudo por la escasez de
recursos, es el principio de justicia el que entra en juego para mediar entre ellos. En cambio, la
política sanitaria se basa en el principio de justicia, y será tanto más justa en cuanto que consiga
una mayor igualdad de oportunidades para compensar las desigualdades.

DEONTOLOGÍA DEL PROFESIONAL


La deontología o teoría deontológica se puede considerar como una teoría ética que se
ocupa de regular los deberes, traduciéndolos en preceptos, normas morales y reglas de
conducta, dejando fuera de su ámbito específico de interés otros aspectos de la moral. El
término deontología fue acuñado por primera vez por Jeremy Bentham, que la define
como la rama del arte y de la ciencia cuyo objeto consiste en hacer en cada ocasión lo
que es recto y apropiado. Cuando esta teoría se aplica al estricto campo profesional
hablamos de deontología profesional y es ella, en consecuencia, la que determina los
deberes que son mínimamente exigibles a los profesionales en el desempeño de su
actividad. Estos deberes, es habitual que se plasmen en códigos, códigos de ética que
rigen la actuación de los representantes de la profesión (colegiados) con el fin de que a
través del buen hacer se obtengan resultados deseables. Cuando se habla de deontología
profesional se entiende por tal los criterios compartidos por el colectivo profesional
convertidos en un texto normativo, un código deontológico. La deontología profesional
es por tanto una ética aplicada, aprobada y aceptada por el colectivo profesional, lo que
entraña un código de conducta, una tipificación de infracciones, un sistema de
recepción y análisis de consultas, propuestas o quejas, un procedimiento de
enjuiciamiento, y finalmente, si procede aplicarlo, un sistema de sanciones. Todo ello ha
de tener un respaldo legal y un sistema de garantías que incluye varios niveles de
recurso que alcanzan la justicia contenciosa-administrativa ordinaria al final

Emmanuel Derieux sostuvo que, gracias a la deontología, la ética profesional adquiere


un reconocimiento público; y es que la moral individual se hace trascendente en el
campo de la profesión. La deontología surge como una disciplina que se ocupa de
concretar normas en el ámbito profesional para alcanzar unos fines.

Como dice P.Barroso en el Diccionario de ciencias y técnicas de comunicación, “Ética


es la ciencia filosófico-normativo y teórico-práctica que estudia los aspectos
individuales y sociales de la persona a tenor de la moralidad de los actos humanos, bajo
el prisma de la razón humana, teniendo siempre como fin el bien honesto, la

Objetivos
Todo profesional está y debe estar sometido a controles sociales más o menos rigurosos
que permitan exigirle responsabilidades de muy diversa índole en relación con sus
actos, de ahí la necesidad de establecer unos principios éticos. Independientemente de la
propia conciencia, que debiera ser quién más rigiera el cumplimiento de los códigos
morales, existe la figura de los colegios profesionales para mantener, promover y
defender la deontología. Éstos vigilan el cumplimiento de determinados niveles de
exigencia, de competencia y de calidad en el desempeño del trabajo de sus colegiados.

El Estado, al convertir a los colegios profesionales en corporaciones a través de


mecanismos legales, propicia el modo de mantener la deontología profesional. Les
encarga funciones públicas y les dota de la potestad de imponer una determinada
disciplina a todos los profesionales pertenecientes a este colectivo.

Para que se pueda pedir responsabilidad por actuaciones profesionales se precisan dos
requisitos: la independencia y la libertad. El profesional debe ser independiente en el
momento de tomar decisiones y debe ser enteramente libre de ejecutarlas.

La deontología es de sumo interés para el mundo profesional, y en concreto, para


profesiones que comportan una elevada responsabilidad social (médicos, abogados,
docentes, psicólogos, periodistas…). Esa deontología busca un equilibrio entre un
determinado estilo de vida moral (lo que antes denominábamos êthos o carácter moral)
y un alto nivel de profesionalidad técnico-científica. Esta doble dimensión ha de tratarse
con armonía y equilibrio para una mayor dignificación de cualquier actividad laboral.

Deontología y Ética profesional


Estos dos términos suelen usarse como sinónimos, pero no lo son. Es importante
destacar las principales diferencias entre ellos:

Deontología Profesional Ética profesional

Orientada al deber Orientada al bien, a lo bueno

Recogida en normas y códigos No se encuentra recogida en normas ni en


"deontológicos" códigos deontológicos, está relacionada con lo
que piensa el propio individuo (conciencia
individual/profesional)

Esas normas y códigos son mínimos y


No es exigible a los profesionales de un
aprobados por los profesionales de un
determinado colectivo (periodistas, médicos,
determinado colectivo profesional
abogados,...)
(periodistas, médicos, abogados,...)

Se ubica entre la moral y el derecho Parte de la ética aplicada

La deontología como ética profesional


Según José María Barrio, profesor titular de la Universidad Complutense de Madrid:

En un sentido vulgar se habla de deontología en referencia al buen hacer que produce


resultados deseables, sobre todo en el ámbito de las profesiones. Un buen profesional es
alguien que, en primer lugar, posee una destreza técnica que le permite, en condiciones
normales, realizar su tarea con un aceptable nivel de competencia y calidad. Las reglas
del buen hacer –perfectum officium, acción llevada a cabo conforme a los imperativos
de la razón instrumental– constituyen, sin duda, deberes profesionales. Y esto no es en
modo alguno ajeno al orden general del deber ético. Aún más: las obligaciones éticas
comunes para cualquier persona son, además, obligaciones profesionales para muchos

En definitiva, cuando nos refiramos a una profesión determinada, podemos hablar de la


existencia de una ética y de una deontología determinada.

La primera se podría centrar en determinar y perfilar el bien de una determinada


profesión (aportación al bien social) y la deontología, por su parte, se centraría en
definir cuáles son las obligaciones concretas de cada actividad.

La conciencia profesional
La conciencia humana es individual, pero tiene varias dimensiones: la conciencia
reflexiva (porque es consciente de sí misma) y la conciencia ética, que añade a la
conciencia individual la condición de ser, además, una conciencia responsable. Es decir,
que con la primera cada persona se relaciona con las demás, pero la conciencia ética nos
responsabiliza en la forma de trato hacia esas otras personas. Además de estas dos hay
una clase de conciencia más, constituida como un concepto muy importante relacionado
con la deontología profesional: la conciencia profesional.

La conciencia profesional (Véase Teoría de Parsons) es una dimensión esencial de la


conciencia ética, a la que añade la responsabilidad que cada persona tiene. Se manifiesta
en un comportamiento socialmente responsable acerca de los deberes específicos de una
profesión después de haber interiorizado, asumido y personalizado un código de valores
referentes a dicha profesión, para después analizar, aplicar y resolver problemas
específicos de la profesión con la mejor competencia y rectitud posibles y socialmente
exigibles.

Se puede hablar de cuatro niveles de la conciencia profesional:

1) La conciencia profesional es intransferible e individual, nadie es responsable por


ninguna otra persona.

2) Nivel de los deberes específicos, aprendidos, asumidos y personalizados por


socialización ética. Cada persona tiene que haberse socializado en el código
deontológico de su profesión.

3) Nivel de madurez y equilibrio psíquico. Para que la conciencia profesional pueda


funcionar hay que gozar de un grado de madurez mínimo.

4) Aptitud profesional para el ejercicio digno de una profesión.

Código de ética profesional


Un Código de Ética profesional es un conjunto de normas de conducta profesional respaldadas
por principios que constituyen su marco teórico – ético. Necesariamente tiene un carácter no
exhaustivo, no pudiendo abarcar todas las conductas y sus matices y deja un margen razonable
de interpretación

Los códigos deontológicos cumplen una triple función:

a) Fijar una serie de criterios de carácter científico-funcional para el ejercicio de la


profesión, con el objetivo de dar operatividad y eficacia a las actividades ejercidas en el
ámbito cubierto por las normas establecidas.

b) Refundir orientaciones éticas para el ejercicio de la profesión y plasmarlas en códigos


de deontología profesional.

c) La posibilidad de imponer sanciones disciplinarias a los colegiados que incumplan


los dictados de los códigos deontológicos. Esta función tiene la singularidad de conferir
a éstos relevancia jurídica estatal, lo que otorga a la deontología ciertas coincidencias
con el Derecho en lo que se refiere a la utilización de un procedimiento judicial.

Una diferencia importante entre la deontología profesional y el derecho reside en el


origen de estos dos órdenes normativos reguladores del ejercicio de una profesión. La
fuente del derecho es el poder legislativo del Estado -que emana del ejercicio de la
Soberanía Popular-, mientras que el origen de la deontología profesional no es "estatal",
sino que emana del propio colectivo profesional, y desde una labor de autorregulación.
En casos excepcionales, la iniciativa de un código deontológico puede partir del Estado
o de una entidad supraestatal, como el es caso paradigmático del Código deontológico
de los periodistas del Consejo de Europa, aunque es una condición necesaria que el
colectivo profesional lo incorpore a su actividad y ejerza una labor de autorregulación.
Sin estas dos condiciones, este código normativo se convertiría en derecho y no en
deontología profesional. Por lo tanto, no es necesariamente excluyente de la deontología
profesional un código de origen externo a la propia profesión, si pasa por el filtro de la
autorregulación.

Retomando la idea de que la deontología profesional es uno de los órdenes reguladores


del ejercicio de una profesión, en una situación intermedia entre el derecho y la moral,
es necesario hacer una serie de precisiones. Las normas de la deontología profesional,
aun sentidas como vinculantes entre los miembros del colectivo, se alejan del carácter
coercitivo del derecho. El derecho es siempre coactivo, y la deontología profesional
puede o no imponer sanciones y, en el caso de aplicarse, son menos graves que las
impuestas por el derecho. La sanción más grave que puede imponer la deontología
profesional es la exclusión de la profesión.

Objetivos :
- Acotar responsabilidades profesionales

- Promover el incremento de los conocimientos científicos y técnicos

- Definir el comportamiento correcto del profesional con sus clientes y con otros
profesionales

- Evitar la competencia desleal

- Mantener el prestigio de la profesión

- Perseguir un constante perfeccionamiento en las tareas profesionales

- Atender al servicio público

- Valorar la confianza como factor importante y decisivo en sus relaciones públicas

- Servir de base para la aplicación de medidas disciplinarias.

Autorregulación
Artículo principal: Autorregulación periodística.

La deontología es uno de los tres órdenes normativos que regulan el ejercicio de las
profesiones, junto al Derecho y la moral. Cabe señalar que las normas deontológicas se
encuentran a medio camino entre los otros dos órdenes normativos.

Una característica fundamental de la deontología profesional es que tiene un fuerte


componente de autorregulación, entendida en un sentido colectivo. Se trata de una
interiorización de las normas propias de la profesión. Se diferenciaría del Derecho en
que éste es creado por el Estado, y de la moral en que la deontología tiene un carácter
colectivo, no se basa en los principios individuales. Otra diferencia clave frente al
Derecho, es que éste tiene un marcado carácter coactivo, impone sanciones al
incumplimiento de sus normas. La deontología, por su parte, puede o no incluir
sanciones, y siempre serán menos graves que las relacionadas con el Derecho (surgidas
de instituciones jurídicas).

No obstante, la deontología puede institucionalizarse a través de los Códigos


Deontológicos, la colegiación... (instrumentos o mecanismos que dotan de más
efectividad a la deontología), pero siempre presenta una institucionalización mucho
menor a la del Derecho. Las normas del Derecho son "ajenas" al mismo, junto al frentes
extremas, mientras que lo característico de la deontología profesional es la
autorregulación. Los profesionales son creadores, sujetos y objetos de las normas
deontológicas de su profesión correspondiente. Participan (a través de sus asociaciones,
por ejemplo) en la creación de los códigos deontológicos que, a su vez, deberán aplicar.

La autorregulación es necesaria porque delimita campos de actuación, alerta sobre


conductas alejadas del bien común y puede invitar al profesional a dirigir sus acciones
por el fomento de valores que promuevan una vida más humana.

RELACIONES ÉTICAS EN EL TRABAJO


Para ser éticos en el trabajo que debe ante todo ser honesto en cualquier situación, nunca
hacer algo que no puede tomar en público, ser humilde, tolerante y flexible. Ser ético
significa renunciar a menudo algunas cosas y perder algo.

Tenemos que escuchar más ideas de sus colegas, debido a que muchas ideas
aparentemente absurdas puede ser la solución a un problema. Para averiguarlo, tenemos
que trabajar en equipo, escuchar a la gente y evaluar la situación sin juicios apresurados
y basados en suposiciones, y sobre todo dar crédito a aquellos que realmente merecen.
A menudo reciben elogios por el trabajo realizado por otros, sin siquiera pasar o nombre
de los colegas que han contribuido a esto, y esto es ser poco ético, como lo es para
aceptar elogios para el trabajo de otra persona y, tarde o temprano , se reconoce y
obtendrá una fama de mal carácter.

Otra cosa muy importante es la puntualidad, porque si siempre llegar tarde, se


consideran fiables y pueden perder buenas oportunidades de carrera. Por desgracia, en
muchas empresas se considera el carácter y la competencia de un empleado por
calendario de reuniones y no en función de su productividad o conocimientos técnicos /
gestión.

Además, nunca tratar de criticar a sus compañeros de trabajo o la culpa por la espalda, y
cuando he de corregir o reprender a alguien, lo hacen en particular, no para humillarlo
ante los demás, respetar su privacidad, y si es necesario prestar apoyo, cuando se estar
luchando sin que usted lo sepa.

Mucho se ha dado que hablar en los últimos años sobre el rol de la ética del trabajo,
especialmente cuando se manifiesta la corrupción, el enriquecimiento ilícito, así como
la falta de responsabilidad, compromiso, el interés por los aspectos individuales más
que los de grupo.

Una empresa debe estar respaldada de ética en su responsabilidad social,


prestársele atención a como se manifiesta en la organización, cuáles son sus logros,
alcances.

Se comenta, que la ética del trabajo tuvo su origen tanto en valores religiosos como
seculares durante la reforma protestante, los calvinistas, y más tarde los puritanos de
Estados Unidos, respaldaron con gran firmeza la ética del trabajo.

Debido a sus orígenes religiosos se le ha llamado ética protestante, aunque también la


sostienen personas que pertenecen a diferentes credos religiosos.

El punto de vista religión de la ética del trabajo es que se trata de un acto de servicio a
Dios y al prójimo, porque ayuda a crear una sociedad mejor a los seres humanos con el
objeto de que los usen, por lo que el trabajo pesado y la prevención de desperdicio
constituyen obligaciones morales. Los estudios realizados en varias organizaciones
confirman que los colaboradores o empleados que poseen esta ética de trabajo sienten
usualmente una obligación moral con respecto a la ética, más que como una elección
racional o empresarial.

Por lo que No debe sorprendernos que se diga, que Ética y Responsabilidad Social sean
conceptos que se refieren, fundamentalmente, a la calidad de nuestras relaciones a
través del tiempo.

Considérese, que el término ética se ha definido como el estudio de la forma en que


nuestras decisiones o acciones afectan a los demás.
Consecuencias

Comúnmente se señala, que la responsabilidad social y la ética en las organizaciones


generalmente es tema de controversia. Algunos observadores y filósofos alegan que es
saludable, otros que está en decadencia y otros más que esta muerta o que debiera
dejarse de lado. Las investigaciones que al respecto se han hecho, indican que existen
grandes variantes entre las opiniones. La proporción de empleados o colaboradores con
ética del trabajo varía notablemente entre cada grupo encuestado, dependiendo de
factores tales como antecedentes personales, cultura, tipo de trabajo y ubicación
geográfica del mismo.

Considérese, según algunos estudiosos y líderes, que los dramáticos cambios sociales
que se dieron en la última mitad del siglo XX han traído también la declinación de la
ética en el trabajo. Otros valores sociales en competencia con la ética del trabajo, han
surgido como por ejemplo, la ética del descanso, al deseo de mantener relaciones
interpersonales más cercanas y la creencia de tener derecho a obtener recompensa sin
trabajar. Además los cambios en la política social mundial y la legislación fiscal han
procurado la reducción de incentivos para el trabajo e incluso han promovido la
prohibición del trabajo pesado. Lo anterior ilustra la complejidad de las relaciones
sociales en acción así como la ética del trabajador depende de factores situacionales.

Sin embargo en contraposición a lo expuesto anteriormente la filosofía básica de la


responsabilidad social propone que todos formamos parte de un sistema social y todos
compartimos nuestra vida en un mismo planeta. Debemos actuar en congruencia con
esta realidad, hacernos responsables de nuestras acciones, cumplir con la sociedad
dentro de marco ético y de responsabilidad social.

Tengamos claro que todo trabajador tiene o debe desarrollar una ética que defina la
lealtad que le debe a su trabajo, profesión, empresa y compañeros de labor. La ética de
una profesión es un conjunto de normas o directrices, en términos de los cuales
definimos como buenas o malas prácticas y las relaciones profesionales. En virtud de la
finalidad propia de su profesión, el colaborador o llamado comúnmente trabajador tiene
que cumplir con unos deberes, pero también es merecedor o acreedor de uno derechos.
Es importante saber distinguir hasta donde él debe cumplir con su deber y a la vez debe
saber cuáles son sus derechos para conducirse correctamente.

Ventajas

La ética supone que:

La mayor parte de las decisiones empresariales tienen un elemento ético, por lo tanto,
los Gerentes y Directivos deben incluir a la ética para entender a las organizaciones.

Muchas de las compañías que están tratando de institucionalizar las políticas éticas han
creado organizaciones específicas para aplicar estas políticas.
La ética en los asuntos sociales suelen dar origen a un debate constante entre las grandes
instituciones que compiten.

La ética representa el estudio de la forma en que nuestras decisiones afectan a los


demás.

Los códigos de ética, que fueron cosa rara en la década anterior, ahora son cada vez más
frecuentes en todas las organizaciones ya sean públicas o privadas, medianas o
grandes,el cual busca no solo la excelencia en las relaciones empresariales como en sus
decisiones, sino la de promover buenas relaciones internas con responsabilidad, valores
y transparencia. Muchas compañías piensan que los códigos de ética advierten a los
colaboradores o empleados que las decisiones empresariales deben toman en cuenta
consideraciones éticas y económicas.

Los principios éticos elevados producen métodos comerciales eficaces.

James Watts

Por su parte la responsabilidad social en general supone:

 Los miembros más afortunados de la sociedad deben ayudar a los menos


afortunados.

 Las empresas tienen el encargo de multiplicar la riqueza de la sociedad.


 Las organizaciones asumen la responsabilidad social en provecho propio, bien
entendido, o por lo menos deben tener capacidad de respuesta ante las fuerzas
sociales.

 Los gerentes tratan de aplicar los principios del contrato social en sus procesos
para tomar decisiones y en las políticas de sus empresas.

Valores Éticos En El Trabajo

Los valores y la ética son importantes en el lugar de trabajo para ayudar a mantener el
orden, garantizar que una empresa funcione sin problemas y siga siendo rentable. Cada
empresa tiene sus valores éticos y casi inmediatamente después de contratar a un
empleado, o muchas veces, durante el proceso de entrevista. Y en muchas empresas, no
importa lo bien que un empleado trabaje, si no sigue los valores éticos en el lugar de
trabajo, puede resultar en despido.

Dedicación

¿Qué tan difícil que un empleado trabaje, o la cantidad de esfuerzo que pone otro, se
puede recorrer un largo camino. Obviamente, las empresas quieren resultados, pero la
mayoría de los empleadores prefieren a un trabajador que realice un esfuerzo honesto
para el que podría ser considerado un evento “natural” en el trabajo, pero es de otra
manera perjudicial. De cualquier manera, cuando un empleado firma un negocio, este
está de acuerdo en realizar su mejor esfuerzo para ayudar a la empresa prospere.

Integridad

Un aspecto importante de los valores éticos en el lugar de trabajo es la integridad, o


mostrar un comportamiento honesto en todo momento. Por ejemplo, un empleado que
trabaja en una caja registradora espera para recibir el dinero y depositar la cantidad
correcta de dinero al final de la noche. Integridad en el mundo de los negocios también
puede significar ser honesto al dar vuelta en un informe de gastos o no intentar robar
una cuenta de ventas de un compañero de trabajo.

Responsabilidad

Se espera que todos los empleados de todos los sectores actúen responsablemente en sus
acciones. Eso significa aparecer cuando se han programado y a tiempo, y no tomar
ventaja de tiempo previstos para las interrupciones. También significa aceptar la
responsabilidad cuando las cosas van mal, la recopilación de sí mismo y trabajar hacia
una resolución. Y a veces puede significar trabajar más tiempo de lo previsto para ver
un proyecto hasta su finalización.

Colaboración
En casi todas las industrias, los valores éticos en el lugar de trabajo constan de trabajo
en equipo. Eso es porque la mayoría de las empresas creen que cuando la moral es alta y
todos trabajan juntos, el éxito llegará. Así que es importante que los empleados trabajen
en equipo – ya sea ayudando a los compañeros de trabajo en un proyecto, la enseñanza
de nuevas contrataciones nuevas tareas, o siguiendo las instrucciones de un supervisor.

Conducta

Conducta de los empleados es un aspecto integral de los valores éticos en el trabajo. Los
empleados no sólo deben tratar a otros con respeto, exhibiendo un comportamiento
adecuado en todas las facetas del trabajo. Esto incluye el uso de vestimenta apropiada,
utilizando un lenguaje que se considera adecuado en la oficina y conducirse con
profesionalismo. Cada empresa aplica sus propias reglas específicas sobre la conducta,
y por lo general hace sumamente claro en los manuales del empleado y manuales de
capacitación.

Conclusiones

La Gerencia debe identificarse más con el rol de la ética y hacer que esta junto con la
responsabilidad social se dé en la empresa, en donde todos sin excepciones deben estar
comprometidos en ella.

Muchos críticos afirman que en estos tiempos “la ética está en crisis”. Todos los días se
leen titulares nacionales e internacionales que tratan el tema. Las controversias sobre el
tráfico de influencias, corrupción y malas prácticas en Italia, Japón, Estados Unidos,
Colombia, Brasil, Perú y Venezuela.

Recordemos tener presente, que los términos básicos del lenguaje de la ética son
valores, derechos, obligaciones, reglas y relaciones, aspectos que la Gerencia no deben
ser descuidados, al contrario debe promoverlas, para ello debe contemplar una política
de difusión y aplicación a todo nivel de la organización, de la mano con el compromiso
y aplicación de sus colaboradores.

Para evitar en gran medida los problemas de índole ético-moral que surgen en el
ejercicio de una profesión o de un oficio, se deben poner en práctica principios éticos
que establezcan los parámetros y reglas que describan el comportamiento que una
persona puede o no exhibir en determinado momento. No es difícil poner estos
principios en práctica, pero el omitirlos redundará en perjuicio propio y en el de las
personas con quienes se interviene o se interactúa.

“Una decisión en la que está envuelto el comportamiento ético de una persona, siempre
va a estar enmarcada en uno de los principios y valores aquí señalados”.
Los negocios también son un arte ya que en ellos se mezcla la estética y la ética. Los
negocios sin ética no son útiles.

Alejandro Jodorowsky

Por lo que la ética debe convertirse en un proceso planificado, con plena conciencia de
lo que se quiere lograr en la transformación de nuestras vidas.

Debemos desarrollar al máximo el juicio práctico y profesional para activar el


pensamiento ético, reconocer qué es lo correcto de lo incorrecto y contar con el
compromiso personal para mantener el honor y el deber.

Después de tantos años estudiando la ética, he llegado a la conclusión de que toda ella
se resume en tres virtudes: coraje para vivir, generosidad para convivir, y prudencia
para sobrevivir.

Fernando Savater

BIBLIOGRAFIA

 http://www.deontologia.org/deontologia-del-profesiona.html
 http://www.unionprofesional.com/estudios/DeontologiaProfesional_Codigos.p
df
 http://ponce.inter.edu/cai/bv/codigo_de_etica.pdf
 www.proetica.org.pe

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