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A lo largo de la historia ha habido un debate sobre la construcción y fundamentación de los

derechos humanos entre dos corrientes de pensamiento: el iusnaturalismo y el positivismo.

El positivismo afirma que sólo es derecho aquello que está escrito en un ordenamiento jurídico.
Por lo tanto, la única fuente del derecho, el único origen de la norma, se fundamenta en el hecho
de que está por escrito y vigente en un país, en un determinado momento histórico. Es lo que se
conoce como la ley positiva.

"Los derechos no son algo que exista ya dado en la naturaleza y que nosotros nos limitemos a
descubrir, como los cromosomas o los continentes. Los derechos los creamos nosotros mediante
nuestras convenciones. Así que la pregunta relevante no es '¿qué derechos tiene tal criatura?',
sino '¿qué derechos queremos que tenga?'."

Jesús Mosterín. Creando derechos. El País, 29-8-1999

>> fragmento ampliado

En cambio, el iusnaturalismo sostiene que el origen de los derechos humanos no reside en la ley
positiva, sino que parte de la naturaleza propia del ser humano, una naturaleza que es superior y
precedente a cualquier ley positiva. Una definición clásica de iusnaturalismo es la siguiente: el
derecho natural es aquel que la naturaleza da a los seres humanos por el simple hecho de serlo. En
el caso de las tradiciones religiosas, los derechos naturales son una de las características con las
que Dios dota a los seres humanos.

"Sólo si están arraigados en bases objetivas de la naturaleza que el Creador ha dado al hombre, los
derechos que se le han atribuido pueden ser afirmados sin temor de ser desmentidos (...) Por
tanto, es importante que los organismos internacionales no pierdan de vista el fundamento
natural de los derechos del hombre. Eso los pondría a salvo del riesgo, por desgracia siempre al
acecho, de ir cayendo hacia una interpretación meramente positivista de los mismos."

Benedicto XVI. Mensaje con motivo de la Jornada Mundial de la Paz, 1-1-2007

Hay que añadir, no obstante, que no existe un único tipo de iusnaturalismo ni de positivismo:
hablar de positivismo y iusnaturalismo sin mencionar las distintas corrientes dentro de cada una
de las dos tendencias, el desarrollo o evolución de estas posturas a lo largo de la historia, así como
de los intentos de síntesis de algunas propuestas, implica una simplificación excesiva, pero que
aquí es inevitable por razones de espacio.

Durante la elaboración de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948 se


produjeron debates acerca de estas cuestiones, optándose finalmente por no mencionar el tema:
en lo que se estaba de acuerdo era en la necesidad de proteger los derechos de las personas, y
entonces no era imprescindible justificar la fundamentación de esta protección, sino sencillamente
proclamarla.

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