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Sumilla: 1. Introducción; 2. Concepto; 3. Bien jurídico protegido; 4.

Figuras penales
en la apropiación ilícita; 5. La apropiación ilícita común; 5.1. Descripción legal; 5.2.
Tipicidad objetiva; 5.2.1. Sujeto activo; 5.2.2. Sujeto pasivo; 5.2.3. Acción típica;
5.3. Tipicidad subjetiva; 5.4. Consumación; 5.5. Pena.

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1. Introducción

La figura de apropiación ilícita, históricamente, se consideraba dentro de la noción


genérica de hurto. El Código de Manú y el Levítico la mencionan y solían
equipararla al hurto. Fue el derecho penal canónico el primero en conocer el delito
de apropiación indebida como hipótesis distinta al hurto. En el Código Penal francés
se tipificó como delito dependiente bajo el nombre de “abuso de confianza”,
sirviendo así de modelo al Código español de 1822[1].

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apropiación ilícita de monto producto de procedimiento concursal

En el Perú, estaba regulada en el artículo 346 inciso 6 del Código Penal de 1862. En
el Código Penal de 1924, la apropiación ilícita se encontraba prescrita en los
artículos 240 al 242. Actualmente el delito de apropiación ilícita, también conocida
como delito de apropiación indebida, está tipificado entre los artículos 190 al 193
del Código Penal de 1991.

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por apropiación de S/. 133 soles

2. Concepto
La apropiación ilícita es el acto cometido por un agente delictivo, en su provecho o
en el de un tercero; haciendo suya en forma indebida un bien mueble, una suma de
dinero o cualquier objeto que se haya entregado para la guarda o depósito, a título de
administración o cualquier otro título no traslativo de dominio, existiendo la
obligación de devolver oportunamente el bien entregado en custodia[2].

En la apropiación ilícita, la capacidad de disposición del propietario resulta afectada


por el abuso de confianza, siendo precisamente este hecho el que justifica la
punibilidad del incumplimiento de la obligación de restituir; de no concurrir tal
abuso, no habría apropiación ilícita.

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Cabanellas[3] refiriéndose a la apropiación indebida, denominación que se tiene en


Argentina, que en el Perú equivale a la apropiación ilícita, señala: “incorporación,
por acto espontaneo, de una cosa a nuestro patrimonio, cuando se carece de
derecho para ello”.

Existe apropiación ilícita cuando el agente realiza actos de disposición o un uso


determinado sobre un bien mueble, que ha recibido ilícitamente por un título que no
le incorpora un derecho, sumando a su patrimonio, ya sea el bien del que se ve
privado el propietario, ya el valor incorporado a él; esto es, el valor inherente al bien
mismo en virtud de la naturaleza y función del objeto en cuestión. A lo que se
agrega el hecho que el ilícito materia de imputación es eminentemente doloso –
animus doloso–; por lo que el agente debe conocer y querer la apropiación,
requiriéndose, además un elemento subjetivo del tipo, cual es el ánimo de lucro, que
comprende la intención de apoderarse de un bien y la obtener un beneficio o
provecho[4].

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agravada, peculado, cohecho y falsedad genérica en una sentencia de apelación

Debemos señalar que si en el delito de hurto, el agente se apodera de un bien sin


violencia ni amenaza, en el delito de robo, se emplea tanto una como la otra, en el
delito de apropiación ilícita se recibe el bien con asentimiento, pero existe la
negativa en su devolución.

Veamos las diferencias entre el delito de apropiación ilícita y el delito de estafa:

Apropiación ilícita Estafa

 En este delito el engaño es esencial.


 Hay engaño concomitante con la entrega
 En este delito no existe el engaño.
del bien.
 Hay abuso de confianza.
 La constitución de la posesión va
 La posesión de la cosa es originalmente
precedida desde el primer momento por
lícita y después surge el ánimo de
una conducta engañosa que
apropiación ilícita.
precisamente es el origen o la causa de
 Recae sobre bienes muebles
esa constitución, con lo que la posesión
es desde ese momento ilícita.

3. Bien jurídico protegido

El bien jurídico protegido es el patrimonio, específicamente, la propiedad de un


bien mueble. Salinas Siccha[5] refiriéndose al bien jurídico en el delito de
apropiación ilícita, indica, “es lugar común en la doctrina aceptar que el bien
jurídico que se protege es el patrimonio y más precisamente el derecho de
propiedad regulado en el artículo 923 del Código Civil”.

Por su parte Reátegui Sánchez[6] señala que el bien jurídico protegido en el delito
de apropiación ilícita será la propiedad, conforme ha sido entendido por la doctrina
nacional predominante, siendo que existe en este caso, un derecho subjetivo a la
restitución de la cosa, basado en el deber del sujeto activo, por una parte, de hacerlo;
y el derecho del sujeto pasivo de que se lo haga, y que está obligado a devolverlo,
resultando la obligación de restituir del contenido del título que une a las partes, y,
sin duda alguna, de una relación de confianza que pudo haber determinado a las
partes a la realización del acuerdo.
Hugo Vizcardo[7], citando a Muñoz Conde, indica, “que el bien penalmente
tutelado en este tipo delictivo, es también el derecho que se tiene a entregar un bien
para que sea usado conforme al ámbito de disponibilidad que permite el título,
ámbito de disponibilidad que puede coincidir con una propiedad con limitaciones.
La esencia de lo injusto radica en el ilegítimo y abusivo incumplimiento, por parte
del agente, de disponer del bien rebasando los límites impuestos en el título”.

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El R.N. 2347-2002, Lambayeque[8], respecto al bien jurídico protegido indica: “Lo


que aparece protegido especialmente en el delito de apropiación ilícita es la
propiedad sobre una cosa, y en relación a esta la capacidad de disposición que
tiene el propietario, lo que implica que tenga derecho a su restitución y como
contrapartida obliga al otro a la restitución de la cosa.”

Es importante tener presente que la Casación 301-2011, Lambayeque; recoge dos


criterios doctrinales respecto a la configuración del delito de apropiación ilícita,
desde el bien jurídico.

Bien jurídico: propiedad Bien jurídico patrimonio

El delito de apropiación indebida no solamente


castiga los actos de expolio o de expropiación
en estado puro, caracterizadas por la privación
definitiva de la propiedad, sino que el bien
jurídico protegido por este delito
Lo que se sanciona en el delito de apropiación
también incluye determinadas lesiones del
ilícita en principio, es la transmutación que
patrimonio de modo que no solamente es la
efectúa el sujeto activode una posesión
propiedad lo que se protege sino también el
legítima al ejercicio de facultades inherentes a
derecho de los acreedores a ver satisfecho su
la propiedad del bien.
crédito de modo que las deslealtades o
irregularidades más graves del acreedor, unidos
a su insolvencia, colmarán el plus de desvalor
material que justifican la tipificación y la
sanción de tales conductas.
4. Figuras penales de la apropiación ilícita

Las figuras penales que presenta el Código Penal Peruano de 1991 son las
siguientes:

a) Apropiación Ilícita (artículo 190).

b) Sustracción de bien propio (artículo 191).

c) Apropiación Irregular (artículo 192).

c.1) Apropiación de bien perdido o apropiación de tesoro ajeno (artículo 192).

c.2) Apropiación de bien ajeno (artículo 192 inciso 2).

d) Apropiación de Prenda (artículo 193).

5. La apropiación ilícita común

5.1. Descripción legal

Artículo 190.- Apropiación ilícita común

El que, en su provecho o de un tercero, se apropia indebidamente de un bien mueble, una suma de


dinero o un valor que ha recibido en depósito, comisión, administración u otro título semejante
que produzca obligación de entregar, devolver, o hacer un uso determinado, será reprimido con
pena privativa de libertad no menor de dos ni mayor de cuatro años.

Si el agente obra en calidad de curador, tutor, albacea, síndico, depositario judicial o en el


ejercicio de una profesión o industria para la cual tenga título o autorización oficial, la pena será
privativa de libertad no menor de tres ni mayor de seis años.

Cuando el agente se apropia de bienes destinados al auxilio de poblaciones que sufren las
consecuencias de desastres naturales u otros similares la pena será privativa de libertad no menor
de cuatro ni mayor de diez años.

Veamos el delito de apropiación ilícita o delito de apropiación indebida en el


derecho comparado.[9]

Lea también: Casación 659-2014, Puno: Desarrollo jurisprudencial sobre la


desvinculación jurídica

Código Penal de Código Penal de El Código Penal de Código Penal de


Bolivia Salvador Guatemala Uruguay

Artículo 272.-
Artículo 217.- Apropiación y
Artículo 345- retención indebidas.
Apropiación o Artículo 351.-
Apropiación Quien en perjuicio de
retención indebidas. Apropiación indebida.
indebida. otro, se apropiare o
El teniendo bajo su distrajere dinero, El que se apropiare,
El que se apropiare efectos o cualquier
poder o custodia una convirtiéndolo en su
de una cosa mueble o otro bien mueble que
cosa mueble ajena provecho o en el de un
un valor ajeno, en hubiere recibido en
por título que tercero, dinero u otra
provecho de sí o de depósito, comisión o
produzca obligación cosa mueble, que le
tercero y de los administración, o por
de entregar o hubiera sido confiado o
cuales el autor cualquier otra causa
devolver la cosa o su entregada por cualquier
tuviera la posesión o que produzca
valor, se apropiare de título que
tenencia legitima y obligación de
ella o no la entregare importare obligación de
que implique la entregarlos o
o restituyere a su restituirla o de hacer un
obligación de devolverlos, será
debido tiempo en uso determinado de ella,
entregar o devolver, sancionado con
perjuicio de otro, será castigado con tres
será sancionado con prisión de seis meses
será sancionado con meses de prisión a cuatro
reclusión de tres a cuatro años y multa
prisión de dos a años de penitenciaría.
meses a tres años. de cien a tres mil
cuatro años.
quetzales.
5.2. Tipicidad objetiva

5.2.1. Sujeto activo

Puede ser cualquier persona que después de haber recibido el bien mueble, en virtud
de un título no traslativo de propiedad, es decir, que se transmita solamente la
posesión inmediata, tiene la obligación de devolverlo, entregarlo o darle un uso
determinado.

El sujeto activo debe haber entrado en posesión del bien apropiado con la obligación
de su posterior devolución o entrega, por lo que respecto del bien hay dos
momentos: uno lícito, que es la entrega en posesión legitima del bien y el otro ilícito
que es la no devolución, en la que existe el ánimo de apropiarse indebidamente el
bien. [10]

Es importante tener presente, “para que se configure el delito de apropiación


ilícita es necesario que el agente realice actos de disposición del bien mueble que le
ha sido entregado en posesión, tenencia o uso, con la obligación de devolver, por lo
que la falta de estos elementos hacen atípica la conducta y ante la ausencia de
tipicidad no existe antijuridicidad ni agente culpable”[11].

Queralt,[12] comentando el Código Español señala, “solo lo pueden cometer los


que, sin haber recibido en propiedad una cosa, tengan obligación de devolverla,
quedan incluidos los depositarios, comisionistas, administradores y todos aquellos
que en virtud de un título jurídico deban devolver lo recibido”.

La Casación 301-2011, Lambayeque[13], la misma que es una doctrina


jurisprudencial, respecto a la conducta del sujeto activo en el delito de apropiación
ilícita, precisa que “la conducta esencial que debe desarrollar el agente está
constituida por la apropiación, es decir, por el apoderamiento o adjudicación a su
favor de un bien mueble que no le pertenece legalmente. Esto implica que el agente
en forma ilegal, ilícita o indebida coloca dentro de la esfera de su patrimonio –bajo
su dominio- un bien mueble que sabe perfectamente que es ajeno, dado que le
pertenece a otro, en su forma clásica, ese otro, es quien por título lícito, le confió el
bien por un tiempo y con fin determinado”.

5.2.2. Sujeto pasivo

Es el titular de los bienes muebles, objeto del delito, pudiendo ser cualquier
persona física o jurídica.

Roy Freyre[14] señala que es sujeto pasivo en este delito, la persona titular del
derecho realcon quien debió cumplirse con la obligación de devolverle la cosa, o la
persona por cuenta de quien se asumió la obligación de entregar el bien mueble a
otro.

Víctima o sujeto del delito de apropiación ilícita será cualquier persona natural o
jurídica con la única condición de ser la propietaria del bien mueble, dinero o valor
entregado por título legítimo al agente, para después ser devuelto o entregado a
una tercera persona o hacer un uso determinado del bien[15].

Martínez Huamán[16], analizando la Casación 301-2011, Lambayeque, sostiene


que “resulta totalmente acertada la posición establecida en la Casación, pues
muchas veces se entendía que el sujeto pasivo del delito resulta ser el propietario
del bien, cuando dicha situación no es la que el delito establece de forma
excluyente. Es decir, muchas veces sucede que la persona que cede el bien con un
título que obliga a devolver o entregar el bien, y que enmarca el ámbito de
actuación de la persona a la cual se le entrega el bien, no necesariamente tiene que
ser el dueño (o propietario), pues podría ser una persona distinta a quién
legítimamente se le haya entregado, a su vez, el bien mueble. Es a dicha persona, no
propietario, a la cual el sujeto pasivo afectaría en su posibilidad de disposición.
Este último –afectado con la disposición ilícita que realiza el agente -es el sujeto
pasivo del delito”.

5.2.3. Acción típica


El comportamiento consiste en la apropiación de un bien mueble, dinero o un
valor que se ha recibido en depósito, comisión, administración u otro título
semejante que produzca la obligación de entregar, devolver o hacer un uso
determinado.

En si el delito de apropiación ilícita se concretiza cuando concurren


obligatoriamente los elementos constitutivos que conforman el tipo penal. Son
requisitos sine qua non sin, con los cuales la conducta sería atípica, teniéndose los
siguientes:

a) Apropiarse indebidamente de un bien mueble, de una suma de dinero o de


un valor

El núcleo del tipo está representado por el verbo “apropiar”. Dicho verbo
constituye la esencia del delito de apropiación ilícita.

Quintano Ripollés[17] indica que conviene dejar bien sentado que el nombre
“apropiación” equivale a convertir algo ajeno en propio, debiendo entendérsele
como sinónimo de “adueñamiento”, por lo que están eliminadas de la apropiación
indebida los usos abusivos y aun los dañosos que no presupongan el hacer suya la
cosa.

Es necesario tener presente en el delito de apropiación ilícita, dos momentos:

 Primero: Consistente en la transmisión legitima de la posesión de la cosa por


parte del sujeto pasivo hacia el sujeto activo, con el título que produzca la
OBLIGACIÓN de este ultimo de entregarla o devolverla.
 Segundo: La apropiación antijurídica por parte del poseedor legitimo (sujeto
activo. Por cuanto no desea entregar ni devolver la cosa.

En si la apropiación es entendida como la incorporación a la esfera propia del


patrimonio de aquello que fue recibido meramente a título posesorio[18].
Existe en la conducta ilícita el incumplimiento de una obligación futura nacida de
una relación legal o contractual. Este ilícito requiere necesariamente la preexistencia
del poder de custodia sobre un bien por un título que produzca la obligación de
entregar devolver o hacer un uso determinado. Lo que fundamenta la mayor
gravedad de la apropiación indebida es la ruptura de una obligación jurídica de
devolución o entrega del objeto. La conducta típica descrita tiene como significado
el disponer de la cosa como si fuera propia de manera que ello implica
incumplimiento definitivo de la obligación de entrega o devolución[19].

Por otro lado solo se producirá la obligación de devolver algo que previamente lo
haya recibido, ya que si no se prueba que el sujeto activo lo haya recibido en
términos no violento, entonces estaremos ante un delito de robo o hurto[20].

En consecuencia por apropiarse la cosa se considera de ejecución de actos de


disposición tendentes a que los bienes recibidos se integren en el propio patrimonio
del sujeto activo, en perjuicio del sujeto pasivo, haciendo desaparecer la separación
de patrimonios correspondientes al autor y a la víctima.[21]

Debemos señalar que esta apropiación indebida debe recaer, respecto a un bien
mueble, dinero o un valor.

En cuanto al bien mueble, conforme al Código Civil de 1984, tenemos:

BIENES MUEBLES

Artículo 886.- Son muebles:

1.- Los vehículos terrestres de cualquier clase.

2.- Las fuerzas naturales susceptibles de apropiación.

3.- Las construcciones en terreno ajeno, hechas para un fin temporal.


4.- Los materiales de construcción o procedentes de una demolición si no están unidos al suelo.

5.- Los títulos valores de cualquier clase o los instrumentos donde conste la adquisición de
créditos o de derechos personales.

6.- Los derechos patrimoniales de autor, de inventor, de patentes, nombres, marcas y otros
similares.

7.- Las rentas o pensiones de cualquier clase.

8.- Las acciones o participaciones que cada socio tenga en sociedades o asociaciones, aunque a
éstas pertenezcan bienes inmuebles.

9.- Los demás bienes que puedan llevarse de un lugar a otro.

10.- Los demás bienes no comprendidos en el artículo 885.

Por otro lado la Ley de Garantía Mobiliaria, Ley 28677, en el artículo 2.4,
refiriéndose a bien mueble, precisa: “Bien mueble: cualquier bien mueble o
conjunto de bienes muebles, de acuerdo a la enumeración que contiene el Código
Civil y la presente Ley. Para efectos de esta Ley, también se consideran bienes
muebles las naves y aeronaves, los pontones, plataformas y edificios flotantes, las
locomotoras, vagones y demás material rodante afecto al servicio de ferrocarriles”.

La jurisprudencia peruana, respecto al bien mueble ha señalado. “En el delito


contenido en el artículo 190° del Código Penal, se considera como bien mueble
aquel objeto que importa o refleja un valor económico, es decir cuantificable; pues,
al ser éste un delito en que se realiza un apoderamiento del patrimonio del sujeto
pasivo a favor del sujeto activo, implica desmedro y un beneficio económico
respectivamente[22]“.

En cuanto al dinero, comprende a la moneda corriente. La moneda es un medio de


cambio que se acepta generalmente en pago de bienes y servicios.
Cuando el artículo 190 del Código Penal, se refiere a valor, debemos entender a los
objetos de comercio que contienen en sí mismos la expresión de su importe y
que representan determinadas sumas o intereses, y además, son materia de
contratación en bolsa.

Hugo Vizcardo[23], comentando en cuanto al dinero y el valor, señala que “en lo


que respecta a las referencias específicas que el tipo hace con respecto al ‘dinero’ y
al ‘valor’, nos pronunciamos en el sentido de que ellas resultan innecesarias puesto
que pueden, perfectamente, ser comprendidas dentro de la noción amplia de ‘bienes
muebles’. Tal vez el fundamento de la referencia específica y aparentemente
diferenciada de tales bienes, se deba más bien a criterios de prevención general,
optando el legislador por señalarlos indicativamente, para lograr un mayor impacto
preventivo. Dinero es el medio de cambio convencional, de curso forzoso, impuesto
por el Estado, que siguiendo una unidad patrón, se emplea para realizar las
transacciones económicas. Por ‘valor’, debemos entender el concepto de título
valor, que es el documento convencional, que representa o contiene derechos
patrimoniales, como por ejemplo, las letras de cambio, cheques, pagarés,
certificados de depósitos, acciones, warrant, etc”.

b) Que el bien hubiese sido dado en depósito, comisión, administración u otro


título semejante que produzca la obligación de entregar, devolver o hacer un
uso determinado

La ley hace mención al depósito, comisión, administración u “otro título semejante


que produzca la obligación de entregar o devolver”, fórmula analógica que permite
abarcar todos los actos que transfieren materialmente la vigilancia o custodia del
bien mueble, como por ejemplo: el mandato, el comodato, la prenda, la aparcería,
arrendamiento, usufructo, etc.[24]

En cuanto al depósito está regulado en el Código Civil: “Por el depósito voluntario


el depositario se obliga a recibir un bien para custodiarlo y devolverlo cuando lo
solicite el depositante” (art. 1814 del C.C).
El depositario debe poner en la custodia y conservación del bien, bajo
responsabilidad, la diligencia ordinaria exigida por la naturaleza de la obligación y
que corresponda a las circunstancias de las personas, del tiempo y del
lugar (art. 1819 del C.C.).

El depositario no puede usar el bien en provecho propio ni de tercero, salvo


autorización expresa del depositante o del juez. Si infringe esta
prohibición, responde por el deterioro, pérdida o destrucción del bien, inclusive
por caso fortuito o fuerza mayor. Esto lo precisa el artículo 1820 del C.C.

Por otro lado el Código Civil, señala en el artículo 1824: “El depositario responderá
por el deterioro, pérdida o destrucción del bien cuando se originen por su culpa, o
cuando provengan de la naturaleza o vicio aparente del mismo, si no hizo lo
necesario para evitarlos o remediarlos, dando además aviso al depositante en
cuanto comenzaron a manifestarse”.

A nivel jurisprudencial, tenemos:

 El ejecutante del depósito tiene responsabilidad solidaria de naturaleza civil con


el sujeto activo, más no penal si no se acredita su participación dolosa en el
delito. ”Si bien el ejecutante es responsable solidariamente con el depositario
por los resultados del depósito, a tenor de lo señalado por el artículo 445° del
Código de Procedimientos Penales, esa responsabilidad solidaria es sólo de
naturaleza civil y por tanto aquél no responde penalmente en caso que este
último se apropie ilícitamente del bien depositado, salvo que hubiese tenido una
participación dolosa en los hechos”[25].
 Existe apropiación ilícita, cuando existe la negativa del depositario de entregar el
bien. “Al negarse el depositario a poner a disposición del juzgado los vehículos
para la ejecución de la prenda, ha incurrido en el ilícito penal de apropiación
ilícita”[26].

Por otro lado el Código de Comercio, señala en el artículo 237: “Se reputará la
comisión mercantil el mandato, cuando tenga por objeto un acto u operación de
comercio, y sea comerciante o agente mediador del comercio el comitente o el
comisionista”.

El concepto de “administración” debe ser entendido en un sentido amplio que


abarque, así, todo acto que suponga el ejercicio de un mandato. Tenemos el
“mandato” y la gestión de negocio”[27].

El Código Civil regula el mandato, así como la gestión de negocios.

• Mandato. Artículo 1790.- Por el mandato el mandatario se obliga a realizar uno o


más actos jurídicos, por cuenta y en interés del mandante.

• Presunción de onerosidad. Artículo 1791.- El mandato se presume oneroso.

Si el monto de la retribución no ha sido pactado, se fija sobre la base de las tarifas


del oficio o profesión del mandatario; a falta de éstas, por los usos; y, a falta de unas
y otros, por el juez.

• Extensión del mandato. Artículo 1792.- El mandato comprende no sólo los actos
para los cuales ha sido conferido, sino también aquellos que son necesarios para su
cumplimiento.

El mandato general no comprende los actos que excedan de la administración


ordinaria, si no están indicados expresamente.

• Responsabilidad del mandatario. Artículo 1794.- Si el mandatario utiliza en su


beneficio o destina a otro fin el dinero o los bienes que ha de emplear para el
cumplimiento del mandato o que deba entregar al mandante, está obligado a su
restitución y al pago de la indemnización de daños y perjuicios.

• Solidaridad en mandato conjunto. Artículo 1795.- Si son varios los mandatarios


y están obligados a actuar conjuntamente, su responsabilidad es solidaria.

• Gestión de negocios:
Definición. Artículo 1950.- Quien careciendo de facultades de representación y sin estar
obligado, asume conscientemente la gestión de los negocios o la administración de los bienes de
otro que lo ignora, debe desempeñarla en provecho de éste.

Solidaridad en pluralidad de gestores. Artículo 1951.- Cuando los actos a que se refiere el
artículo 1950 fueran asumidos conjuntamente por dos o más personas, la responsabilidad de éstas
es solidaria.

Obligaciones del dueño de los bienes o negocios. Artículo 1952.- Aunque no hubiese
ratificación expresa, el dueño de bienes o negocios que aproveche las ventajas de la gestión, debe
cumplir las obligaciones que el gestor ha asumido por él en nombre propio y hacerse responsable
de ellas; reembolsar los gastos efectuados por el gestor con los intereses legales generados a
partir del día en que se han realizado; e indemnizar los daños y perjuicios que haya sufrido el
gestor en el desempeño de la gestión.

La misma obligación le concierne cuando la gestión hubiese tenido por objeto evitar algún
perjuicio inminente, aunque de ello no resultase provecho alguno.

Responsabilidad del gestor. Artículo 1953.- El juez apreciará las circunstancias que indujeron al
gestor a encargarse de la gestión para fijar la amplitud de su responsabilidad, establecer el monto
de los gastos que deban reembolsársele y fijar la indemnización por los daños y perjuicios que
hubiere sufrido en el desempeño de la gestión.

El Código Procesal Civil regula la administración judicial de bienes. A falta de


padres, tutor o curador, y en los casos de ausencia o de copropiedad, se procede a
designar al administrador judicial de bienes conforme al artículo 769 del CPC.

El administrador judicial de bienes tiene las atribuciones que le concede el Código


Civil en cada caso, o las que acuerden los interesados con capacidad de ejercicio y
que el juez apruebe. A falta de acuerdo, tendrá las que señale el juez (artículo 763
del CPC).

El administrador judicial de bienes está obligado a rendir cuenta e informar de su


gestión en los plazos que acuerden los interesados que tienen capacidad de
ejercicio o, en su defecto, en los establecidos en el Código Civil y, en todo caso, al
cesar en el cargo (artículo 774 del CPC).

Por otro lado tenemos las consideraciones, que la doctrina penal ha desarrollado, con
respecto a lo que se señala como título en el Código Penal. Así, el maestro
sanmarquino Roy Freyre[28], considera que “el vocablo título significa aquí causa o
fundamento de las citadas obligaciones”. Compartiendo su opinión indica que
dichos títulos no pueden ser sino “aquellos dados por el derecho privado para
regular los contratos y regir los derechos reales, siempre que no tengan por objeto la
transferencia de la propiedad”.

Habrá de ser todo título “jurídico”, que convierte al sujeto activo en “depositario”,
“administrador” u “comisionista”, dando lugar a un deber jurídico de devolución,
esto es, de restituir el bien mueble a su legítimo propietario[29].

Gonzales Rus[30] citado por Reátegui Sánchez señala que “estamos en presencia de
un delito especial del que solo puede ser autor quien recibió el objeto material en
virtud de alguno de los títulos que se especifican en el precepto”.

Por otro lado la obligación de entregar debe incumplirse respecto a una tercera
persona, es decir, distinto al sujeto de quien recibió la cosa. En cambio,
la obligación de devolver se supone incumplida respecto a la misma persona que se
dio la cosa al agente[31].

El hecho de no devolver el bien mueble objeto de apropiación, debe constituir una


forma de antijuridicidad de la conducta desarrollada por el agente o autor, es decir,
se presenta cuando aquel sin tener derecho que lo ampare o justifique se
apodera del bien mueble recibido en depósito o custodia[32].

También se configura el delito de apropiación ilícita, cuando existe retención de


aportaciones de los trabajadores: “desde el momento en que el encausado paga los
sueldos de los trabajadores se produce un desplazamiento patrimonial de dicho
importe, de tal forma que la retención que realiza de parte de dicho salario por
mandato de la ley, queda en su poder, no como propietario sino en calidad de mero
depositario con la obligación de entregar lo retenido y depositario en la institución
de seguridad social” (En Código Penal en su Jurisprudencia. Gaceta Jurídica.
Dialogo con la Jurisprudencia. Primera Reimpresión. Lima. Octubre 2007. p. 308).

La jurisprudencia nacional, en cuanto a los actos de disposición o de uso


determinado, señala lo siguiente: “[…] son actos de disposición o de uso
determinado sobre un mueble, que ha recibido lícitamente por un título que no le da
derecho a ello, incorporando a su patrimonio, ya sea el bien del que se ve privado
el propietario, ya el valor incorporado a él, esto es, el valor inherente al bien mismo
en virtud de la naturaleza y función del objeto en cuestión; a lo que se agrega el
hecho de que el ilícito materia de impugnación es eminentemente doloso –animus
doloso; por lo que el agente debe conocer y querer la apropiación, requiriéndose,
además, un elemento subjetivo del tipo, cual es el ánimo de lucro, que comprende la
intención de apoderarse de un bien y la de obtener un beneficio o provecho” (R. N.
N° 573-2004. Diccionario Penal Jurisprudencial. Gaceta Jurídica. Lima.
Noviembre. 2009.p. 62).

c) Que la apropiación se haga en provecho propio o en beneficio de un tercero

En definitiva, apropiarse significaba incorporar al propio patrimonio la cosa que se


recibió en posesión con la obligación de entregarla o devolverla[34]. La ley no
demanda expresamente un perjuicio patrimonial para la víctima, sencillamente
porque supone que no es concebible una apropiación ilícita exenta de agravio
económico. El perjuicio debe ser efectivo (basta con desconocer el derecho de
propiedad, o el derecho del poseedor mediato a que se re reintegre la posesión
inmediata), en cambio es suficiente con que la ventaja sea potencial[33].

5.2.4. Elementos típicos del delito de apropiación ilícita, conforme a la doctrina


jurisprudencial vinculante de la Casación 301-2011, Lambayeque

La Casación 301-2011, Lambayeque, conforme al punto III de la parte resolutiva de


la misma sentencia, considera doctrina jurisprudencial vinculante lo señalado en los
acápites 8.1 al 8.6 del considerando octavo, de conformidad con el inciso cuatro del
artículo 427 del Código Procesal Penal.
Previamente veamos el caso:

[…] Se aprecia del requerimiento fiscal obrante en los folios uno a nueve que se
imputa a la encausada doña Jalli Jannan Villareal López, que en su condición de
empleada de la empresa agraviada, Rinti S.A. vendedora de productos alimentarios
para caninos y felinos- se apropió indebidamente del dinero que cobró a clientes de
esta empresa, ascendente a quince mil setenta y nuevo soles con nueve céntimos
(S/.15,071.09). Así, la imputada entregó a clientes de la empresa comprobantes de
pago en señal de acuse de recibo del dinero por los productos vendidos sujetos a
crédito, pero una vez efectuado el pago de estos a ella, no le entregó las arcas de la
referida empresa.

La decisión cuestionada:

La sentencia de vista del veintitrés de agosto del dos mil once, emitida por la
Primera Sala Penal Superior de Apelaciones de la Corte Superior de Justicia de
Lambayeque, la misma que revocó la sentencia emitida por el señor Juez del Sexto
Juzgado Penal Unipersonal de Chiclayo, que condenó a doña Jalli Jannan Villarreal
López, como autora del delito de apropiación ilícita, en agravio de la empresa Rinti
Sociedad Anónima y revocándola, la absolvió de los cargos formulados en su
contra.

Extracto de la sentencia impugnada:

“[…] se sobreentiende que si la sentenciada fue una dependiente de la empresa agraviada,


cuando los clientes de ésta cancelaron sus deudas no lo hicieron con la intención que aquella
entregara el dinero a su principal, porque para ellos la cancelación se efectuó a la misma
empresa, a través de la sentenciada; en consecuencia respecto a ellos no se produjo ningún
abuso de confianza ni perjuicio patrimonial; siéndoles ajena la diferencia surgida entre la
empresa agraviada y su dependiente, la sentenciada, por tanto, no reconociéndose en la
actuación de ésta, producto de la entrega del dinero, una obligación impuesta, por su relación
con los clientes de la empresa agraviada, de entregar a otro, hacer un uso determinado o
devolver dicho dinero; la acción imputada es atípica del delito de apropiación”.

En la referida Casación, la Corte Suprema de Justicia de la República asume una


postura jurisprudencial, respecto al delito de apropiación ilícita, siendo la siguiente:
Octavo: Adopción de postura jurisprudencial

8.1. Es claro que cuando una persona entrega a otra un bien mueble como un
encargo especifico, y éste último queda en calidad de depositario, (en custodia
legitima del bien), lo expolia y agrega a su dominio patrimonial, la víctima o sujeto
pasivo resulta siendo quien entrego la cosa.

8.2. Cuando la cosa mueble se entrega en pago al autorizado de facto o


formalmente (con conocimiento del acreedor conforme a las reglas del Código
Civil), el que paga se desliga del bien entregado y éste se incorpora a la esfera del
patrimonio (en propiedad) del antes acreedor, en cuyo nombre el agente cobrador o
recaudador lo recibió.

8.3. Es preciso distinguir entre el cajero que opera en la sede o domicilio del
acreedor, del recaudador que cobra en el domicilio del deudor o recibe en su
propio y particular domicilio el bien en pago total o parcial del crédito.

8.4. En los dos últimos casos, no es factible asumir que el recaudador sustrae los
bienes recibidos para apropiárselos –lo que es característico del hurto–, sino que,
simplemente decide quedárselos para sí, incumpliendo el deber de entrega al
propietario, cuya confianza defrauda.

8.5. A mayor abundamiento, el legislador nacional ha previsto el delito de


apropiación ilícita irregular en el artículo ciento noventa y dos del Código Penal,
que sanciona a quien a quien se apropia de un bien perdido, de un tesoro, o de un
bien ajeno en cuya tenencia entró el agente por error, caso fortuito u otra causa
independiente de su voluntad. Siguiendo la línea de la regla jurídica interpretativa
‘ad maioris ad minus’, si quien se apropia de un bien que carece de dueño, merece
sanción penal por delito de apropiación indebida irregular, con mayor motivo, tiene
que serlo quien se apropia de bienes ajenos que pertenecen a dueño cierto.

8.6. No hay por tanto en el asunto ‘sub iúdice’, ni vacío legal ni posibilidad de
aplicación del tipo de hurto, en cuyo caso extraordinario, tampoco cabría –como lo
señala el Ministerio Público en el presente proceso penal- una absolución; ocurre
que el tipo de apropiación indebida o ilícita, comprende como agraviado, en
principio, al dueño de la cosa apropiada, cuando éste fuera quien entrega, al
acreedor insatisfecho, en cuyo nombre el sujeto activo no recibe el bien, en los
casos de recibo de pago total o parcial, situación que la doctrina jurisprudencial de
la Corte Suprema de Justicia del Perú ha adoptado.

Comentario:

 En el caso materia de casación, se tiene que la sentenciada se apropia


indebidamente del dinero recaudado, es decir, el monto de S/. 15,071.09, que no
le pertenece a la sentenciada, sino a la empresa agraviada.
 La sentenciada, tenía la obligación de entregar a la empresa agraviada, el monto
recaudado, entonces al quedarse la sentenciada con el dinero indebidamente, se
configura el delito de apropiación ilícita.
 Si bien los clientes al cancelar la deuda no lo hicieron con la intención que la
sentenciada entregara el dinero a su empleador, sino que consideraban que
estaban cancelando la deuda a la empresa agraviada, en consecuencia si eso es
así; lo lógico es que el dinero recaudado sea entregado a la empresa, no hay
razón lógica ni jurídica, que el dinero se quede con la sentenciada, por cuanto
ella es solo una intermediaria, entre el acreedor, la empresa agraviada, y el
deudor, el cliente.
 Al no entregar el dinero recaudado la sentenciada a la empresa agraviada, se
lesiona el derecho de propiedad de la empresa agraviada, como es usar, disfrutar
o disponer de dicho dinero.
 Se aprecia que en forma ilegal, ilícita, indebida, el sujeto activo del delito coloca
dentro de la esfera de su patrimonio, el dinero recaudado que conoce
perfectamente que es ajeno.
 Compartimos la postura jurisprudencial asumida por la Corte Suprema de
Justicia de la República.

5.3. Tipicidad subjetiva


Se requiere de dolo, el sujeto activo ha de conocer y querer la apropiación de un
bien mueble ajeno. Además se requiere del elemento subjetivo del tipo, el ánimo de
apropiarse, animus sibi habendi, que comprende la intención de apoderarse del
bien y la de obtener un beneficio o provecho que puede recaer sobre el sujeto
activo o un tercero[35].

Como apropiación son consideradas aquellas acciones a través de las que el autor de
cualquier modo fundamente una relación real sobre la cosa ajena, siendo reconocida
y probada hacia afuera por acciones exteriores objetivas, la voluntad de
apropiación. Son pues, elementos y momentos característicos de la apropiación: 1.
La voluntad de ocupar la posesión de propietario. 2. La acción reconocible
exteriormente, y 3. La incorporación o disposición patrimonial[36].

5.4. Consumación

El resultado de la apropiación ilícita consiste en la apropiación, que se manifiesta al


realizarse los actos de disposición o al negar haber recibido las cosas poseídas, y en
el consecuente perjuicio que la apropiación produce en el titular del derecho o
exigir la entrega o devolución de las cosas[37].

Roy Freyre[38] considera “que hay consumación en el momento en que el sujeto se


apropia indebidamente de la cosa que poseía ilícitamente y de manera inmediata”.

El acto voluntario por el cual el agente tomó la determinación de incluir el bien en


su dominación patrimonial necesita exteriorizarse de una manera indubitada para
así determinar la consumación[39]. “El delito de apropiación ilícita se consuma con
el apoderamiento del bien, esto es, cuando el inculpado, demandado en el proceso
civil, se niega a devolver el bien que le ha sido dado en depósito, pese a haber sido
requerido judicialmente, mediante notificación”[40].

En consecuencia, la consumación de esta figura delictiva, presenta la conjunción


del animus lucrandi, como expresión del aprovechamiento perseguido; y
el animus rem sibi habendi, como representación de utilizar el bien como
suyo (conforme al criterio jurisprudencial, en el delito de apropiación ilícita no basta
con la retención del bien, sobre el que pesa la obligación de devolver, sino que dicha
conducta debe ser completada con un ánimo subjetivo de querer comportarse como
dueño del mismo, ejecutando actos propios de tal, como son la disposición o el uso
para fines distintos para los que fuera recibido)[41].

5.5. Pena

El artículo 190 del Código Penal, en su primer párrafo, establece la pena privativa de
la libertad es no menor de dos ni mayor de cuatro años.

[1] Paredes Infanzón, Jelio. Delitos contra el Patrimonio. Análisis doctrinario,


legislativo y jurisprudencial. Gaceta Jurídica. Tercera Edición. Lima, abril 2016. Pg.
251- 252.

[2] Paredes Infanzón, Jelio. Ob. cit. p. 252.

[3] Cabanellas, Guillermo. Diccionario Enciclopédico de Derecho Usual. Tomo I.


Editorial Heliasta. Buenos Aires. 1982. P. 345.

[4] Exp. 3567-97, Lima. En El Código Penal en su Jurisprudencia. Diálogo con la


Jurisprudencia. Gaceta Jurídica. Primera Edición. Lima. Mayo 2007. p. 303.

[5] Salinas Siccha, Ramiro. Derecho Penal. Parte Especial. Delitos contra el
Patrimonio. Volumen II, 4° edición. Editorial Grijley. Lima 2010. p.214-215.

[6] Reátegui Sánchez, James. Manual de Derecho Penal. Parte Especial, Delitos
contra la vida, contra el patrimonio y otros. Instituto Pacifico. Primera Edición.
Lima. Julio 2015.p.391-392.

[7] Hugo Vizcardo, Silfredo Jorge. En Estudio Dogmático jurídico de los delitos
patrimoniales de retención en el Código Penal Peruano. Revista Jurídica “Docentia
et Investigatio” Facultad de Derecho y Ciencia Política. U.N.M.S.M. Vol. 16. N° 1.
revistainvestigación.unmsm.edu.pe/
[8] En El Código Penal en su Jurisprudencia. Dialogo con la Jurisprudencia. Gaceta
Jurídica. Primera Edición. Lima. Mayo 2007. p. 303.

[9] Paredes Infanzón, Jelio. Ob. cit. p.279-284.

[10] Reátegui Sánchez, James. Ob. cit. p. 397.

[11] Ejecutoría Superior. Corte Superior de Justicia de Arequipa. Exp. 2001-860.


Citado por Rojas Vargas, Fidel. Código Penal Parte Especial. Jurisprudencia. Tomo
III. Arts. 185 al 360 Primera Edición. Octubre 2006. RZ Editores. p.156.

[12] Queralt Jiménez, Juan Joseph, citado por Paredes Infanzón Jelio. Ob. cit. p.
260.

[13] www.pj.gob.pe.

[14] Roy Freyre, Luis Eduardo. Citado por Paredes Infanzón Jelio. Ob. cit. p.261.

[15] Casación 301-2011, Lambayeque. Fund. 5.7. En www.pj.gob.pe

[16] Martínez Huamán, Raúl Eduardo. “Comentarios a la Casación 301-2011:


Ámbito y límites de la aplicación del delito de apropiación ilícita.” En Alerta
informativa del Estudio Loza Avalos Abogados. p. 4-5.

[17] Quintano Ripolles, citado por Hugo Vizcardo. Silfredo Jorge. En ob.cit. p. 68.

[18] Casación 301-2011, Lambayeque. Fund.4.1.

[19] Casación 301-2011, Lambayeque. Fund. 5.2-5.3.

[20] Reátegui Sánchez. James. Ob. cit. p. 398.

[21] Queralt Jiménez, Juan Joseph. Citado por Paredes Infanzón. Jelio. Ob. cit.263.
[22] Rojas Vargas, Fidel. Código Penal. Dos décadas de jurisprudencia. Ara
Editores. Tomo II. Lima. 2012. p. 567-568.

[23] Hugo Vizcardo, Silfredo Jorge. Ob. cit. p.63.

[24] Hugo Vizcardo, Silfredo Jorge. Ob. cit.p.70.

[25] Rojas Vargas, Fidel. Exp. N° 1917-96. En Código Penal. Dos Décadas de
Jurisprudencia. Ara Editores. Tomo II. Lima. 2012. p.573.

[26] Exp. 298-98-Lima. Código Penal en su Jurisprudencia. Gaceta Jurídica.


Dialogo con la Jurisprudencia. Primera Reimpresión. Lima. Octubre 2007, p.308.

[27] Paredes Infanzón, Jelio. Ob. Cit. p.268.

[28] Roy Freyre, Luis Eduardo. Citado por Paredes Infanzon, Jelio. Ob. cit. p.270-
271.

[29] Reátegui Sánchez, James. Ob.cit. p.402.

[30] Gonzales Rus, Juan José. Citado por Reátegui Sánchez, James. Ob. cit. 400.

[31] Roy Freyre, Luis Eduardo. Citado por Paredes Infanzón. Jelio. Ob.cit. p. 271.

[32] Reátegui Sánchez, James. Ob.cit. p.409.

[33] Paredes Infanzon, Jelio. Ob. cit. p. 271.

[34]Cadena Serrano, Fidel Ángel. Los delitos de administración desleal y de


apropiación indebida tras la Reforma de 2015. www.fiscal.es

[35] Paredes Infanzón, Jelio. Ob. cit. 275.


[36] Sainz-Pardo Casanova, José Antonio. Citado por Reátegui Sánchez, James. Ob.
Cit. p. 414.

[37] Paredes Infanzón, Jelio. Ob. cit. p. 276.

[38] Roy Freyre, Luis Eduardo. Citado por Paredes Infanzón. Jelio. Ob. cit. p. 276.

[39] Bramont-Arias Torres, Luis Alberto. Manual de Derecho Penal. Parte


Especial. 4° Edición. Editorial San Marcos. Lima. 1998. p. 114.

[40] Código Penal en su jurisprudencia. Gaceta Jurídica. Dialogo con la


Jurisprudencia. Primera Reimpresión. Lima. Octubre 2007. p. 311.

[41] Hugo Vizcardo, Silfredo Jorge. Ob. cit. p. 73.





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