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Introducción.
Estos conceptos jurídicos básicos o fundamentales son tales pues son utilizados en
casi todas las explicaciones que se desarrollan en las distintas ramas del derecho
diferenciándose así de otras expresiones que tienen un ámbito de aplicación o de uso más
restringido como “sociedad anónima” “fraude”, “matrimonio” etc.
Estudiaremos algunos de estos conceptos que nos parecen los más relevantes:
I.- La sanción.
Existen distintos tipos de sanciones en las distintas ramas del derecho. En otros
términos, la sanción no es un concepto exclusivo del derecho penal sino que se utiliza en
todos los ámbitos del derecho.
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consecuencias de algún tipo de incumplimiento o infracción, y que se pueden imponer al
obligado, aun contra su voluntad, es decir, por la fuerza.
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Otro ejemplo, no ya de una obligación de dar sino que de una de hacer, de realizar
algo, como puede ser el caso de levantar una muralla, pintar un cuadro, etc. En este
supuesto, el procedimiento es distinto. Se encuentra señalado en el artículo 1553 código
civil. Conforme al cual se debe actuar del modo que ahora pasa a indicarse. En primer
lugar, se pueden pedir apremios contra el deudor para que ejecute el hecho convenido. En
segundo término, es posible solicitar que se autorice al acreedor para hacerlo ejecutar por
un tercero a expensas del deudor. En tercer lugar, se puede solicitar que el deudor
indemnice los perjuicios resultantes al acreedor del no cumplimiento de la obligación.
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La indemnización de perjuicios implica una sanción para el deudor que ha obrado con dolo
o negligencia. Recoge un principio del Derecho, según el cual quien ocasiona un daño a
otro, dolosa o culpablemente, debe repararlo. Así lo expresa el artículo 2329 del código
civil: “Por regla general todo daño que pueda imputarse a malicia o negligencia de otra
persona, debe ser reparado por ésta”. Para que proceda la indemnización a que nos
estamos refiriendo, es necesario que concurran los requisitos que pasamos a señalar. a)
Incumplimiento o mora del deudor. b) Perjuicio del acreedor. c) Relación de causalidad
entre el incumplimiento, o retardo, y los perjuicios. d) Imputabilidad, por dolo o culpa, del
deudor, y, e) Que no concurra una causal de exención de responsabilidad.
c) Perjuicios ciertos y eventuales. Por regla general se indemnizan sólo los ciertos.
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encuentra obligado a reparar el daño causado. Aquí es importante tener presente las
nociones de delito y cuasidelito civil, las que si bien tienen ciertos elementos en común
con las de delito y cuasidelito en materia penal, no son coincidentes. El delito y el
cuasidelito civil son hechos ilícitos que causan daño. Si ese hecho ilícito se comete con
dolo, es decir, con la intención de dañar, constituye un delito. Si se comete con culpa,
constituye un cuasidelito.
A.- El castigo, que opera en el ámbito del Derecho penal, es otra de las finalidades
que persigue la sanción. El castigo o pena se impone a un sujeto en el caso de la comisión
de un delito. Nuestro Derecho positivo define lo que entiende por delito en el artículo 1°
del código penal. Nos dice que es “Toda acción u omisión voluntaria penada por la ley”.
Otra definición es la que tradicionalmente viene formulando la doctrina. Según ella, delito
“es una acción u omisión típica, antijurídica y culpable”. Ambas definiciones, en lo
fundamental, expresan lo mismo, pero la doctrinaria tiene la ventaja de explicitar todos
los elementos del delito de una manera clara y precisa. La legal, en cambio, requiere de
una labor de interpretación bastante más ardua en orden a lograr esa precisión. Por este
motivo, nos limitaremos sólo a analizar brevemente la definición doctrinaria. Pasemos a
examinar entonces, los elementos de esta definición:
En primer término, para que haya delito debe existir una acción (en sentido
amplio), un cierto comportamiento humano, que puede ser también una omisión,
destinado a conseguir un resultado, cual es el hecho delictivo. Es relativamente sencillo
colocar ejemplos de acciones, propiamente tales, constitutivas de delito, como es el caso
de matar a otra persona o de sustraerle sin su consentimiento el dinero que porta en un
bolsillo. Algo más complejo y discutible resulta dar ejemplos de casos en que se comete
un delito por omisión, por no realizar una determinada conducta o actividad. Mucho se ha
discutido en el campo de la doctrina penal acerca de la naturaleza de los delitos de
omisión, sobre todo en cuanto a precisar en qué consiste ella. Sin entrar en detalles,
diremos que, para algunos, en el concepto amplio de acción se encuentra incluido
también el de omisión, en cuanto ésta en ciertos casos produce también un resultado. Por
ejemplo, el médico que no le suministra al paciente la medicina, a consecuencia de lo cual
fallece. Pero se agrega que no cualquiera omisión que produzca un resultado dañino o
rechazable es constitutiva de delito. No se trata, por tanto, de un simple no hacer, sino
que hay omisión, en el sentido que estamos considerando, cuando se tiene el deber
jurídico de hacer algo impuesto por una norma con trascendencia penal, pero esa acción
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no se realiza, produciéndose un resultado que daña un bien jurídico protegido, como es el
caso de la vida o la propiedad de otro. En el código penal chileno es posible encontrar
diversos casos en que se describen delitos por omisión, como por ejemplo ocurre en el
inciso primero del artículo 237, al disponer que “El empleado público que, debiendo hacer
un pago como tenedor de fondos del Estado, rehusare hacerlo sin causa bastante, sufrirá
la pena de suspensión del empleo en sus grados mínimo a medio”.
Pero para que haya delito no es suficiente la sola acción, aunque la misma pueda
ser muy dañina o perjudicial a otro. Se requiere además que dicha acción sea típica. Esto
significa que, tal acción debe hallarse descrita en la ley como delito. Es lo que se denomina
tipo penal. Al respecto conviene recordar que, no hay otros delitos sino aquellos
establecidos o descritos como tales en la ley.
Por último, la acción típica y antijurídica para constituir delito debe ser además
culpable, desde un punto de vista penal. A este respecto debemos advertir que la noción
de culpa en el campo del derecho penal, no es exactamente coincidente con el concepto
de culpa que se emplea en el ámbito del Derecho civil y del Derecho privado en general.
La culpabilidad es la reprochabilidad del hecho típico y antijurídico, fundada en que su
autor lo ejecutó no obstante que, en la situación concreta, podía someterse a los
mandatos y prohibiciones del Derecho. La culpabilidad se relaciona estrechamente con el
concepto de imputabilidad, esto es la capacidad de conocer lo injusto del actuar y de
determinarse conforme a ese conocimiento. Dicho de otro modo, la imputabilidad es la
capacidad de culpabilidad.
Hay algunas personas que son inimputables, estando por ello exentas de
responsabilidad penal. Respecto a los casos de inimputabilidad contemplados en la
legislación chilena, debe decirse que algunos encuentran su origen o fundamento en un
trastorno mental. Así es inimputable el loco o demente (artículo 10 número1°). Otros, lo
encuentran en el hecho de no haberse alcanzado una edad suficiente para ser
considerado imputable, de este modo son inimputables de acuerdo a las reformas
introducidas por la ley 20.084, publicada en el Diario Oficial el 5 de diciembre de 2005, los
menores de 14 años. Los mayores de de 14 y menores de 18, tienen lo que podemos
llamar una situación especial de responsabilidad que en buena medida atenúa las penas,
contempla formas más benignas de cumplirlas, disminuye los plazos de prescripción,
establece medidas de reinserción y educación, etc. Los mayores de 18 años se encuentran
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sujetos a las reglas generales de responsabilidad penal. La mencionada ley 20.084, se
conoce bajo el nombre de ley de responsabilidad de los adolescentes por infracciones a la
ley penal, o más frecuentemente por ley de responsabilidad penal juvenil.
B.- El castigo y su justificación. ¿Por qué el Estado puede imponer penas? Y ¿cuál es la
finalidad que persigue? Este es un tema propio de la filosofía del derecho y se han
planteado al respecto dos corrientes fundamentales, una utilitarista y otra retribucionista.
Filosofía Utilitarista: el bien se define como “la mayor felicidad para el mayor
número posible de personas”. Desde esta perspectiva el castigo se justifica para dar
seguridad a la mayoría y llegar a ser de este modo más feliz o para maximizar la
protección de los derechos o ambos a la vez.
Esta doctrina supone la libertad del hombre, pues, sólo puede hacerse merecedor
de una pena quien actúa libremente.
III.- La Responsabilidad:
El profesor Hart, citado por Nino, lo ilustra cuando un relato imaginario “Cómo
capitán de un barco X era responsable por la seguridad de sus pasajeros y carga. Pero, en
su último viaje se embriagaba todas las noches y fue responsable de la pérdida del barco
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con todo lo que llevaba. Se rumoreaba que estaba loco, pero los médicos lo encontraron
responsable de sus acciones. Durante el viaje X se comportó muy irresponsablemente y
varios incidentes que tuvo en su carrera demostraron que no era una persona
responsable. El capitán siempre sostuvo que fueron las tormentas excepcionales las
responsables de la pérdida del barco, pero en un proceso judicial que se le siguió fue
encontrado responsable por la pérdida de vidas y bienes. Todavía vive y es moralmente
responsable de la muerte de muchas mujeres y niños”.
Clasificación de la Responsabilidad
a.- el primero cuando se exige cometer el acto antijurídico con intención maliciosa,
es decir, con la intención de causar daño, como cuando se mata por venganza.
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subjetiva no hay ninguna duda y respecto de la responsabilidad objetiva el propio código
civil contempla algunos casos y existen también en otras leyes.
Quien mejor ha sabido exponer esa autonomía del deber jurídico ha sido Kelsen.
Para él, el deber jurídico no es más que la norma jurídica considerada desde el punto de
vista del obligado. Desde otro ángulo, decir que un individuo está jurídicamente obligado
o que tiene un deber jurídico significa que si realiza la una conducta contraria a la
prescrita, se le debe aplicar una sanción.
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¿Se puede sostener hoy y en qué sentido un derecho de resistencia a las
obligaciones jurídicas?
El derecho de resistencia.
Casi todos los juristas de esta escuela se plantearon de una manera más o menos
exigente las condiciones del ejercicio de la resistencia a las leyes injustas. Como principio
general distinguieron distintas formas de ejercicio de la desobediencia a las leyes en
función de la gravedad de las circunstancias provocada por las injusticias del tirano –
resistencia pasiva o activa, según los casos, con una diversidad de medios apropiados a los
hechos- y de los títulos del príncipe tirano –resistencia a cargo de los súbditos
indistintamente o de un colegio de representantes calificados, según se trate de una
tiranía de ejercicio o de una tiranía de origen. De la naturaleza de los hechos, el fiel trazará
la forma y grado de resistencia al tirano, teniendo siempre presente el bien común; desde
la mera oración impetrando el auxilio divino hasta la lucha sin cuartel.
Por otra parte la resistencia se llevará a cabo con menos reservas si el príncipe es
un usurpador que si es un príncipe legítimo. En el primer caso, el ejercicio del poder está
viciado desde el principio (tiranía de origen), en el otro caso, el poder legítimo en
principio, se vuelve ilegítimo con la práctica (tiranía de ejercicio). Por este motivo el
usurpador, puede ser resistido por cualquier persona en representación de la comunidad,
en tanto que el príncipe legítimo, que se hace tirano por su forma de gobernar, sólo puede
ser resistido por una representación de hombres ilustres de la comunidad especialmente
designados al efecto.
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Este derecho de resistencia, que fue objeto de una rica elaboración en la edad
media y el renacimiento se incorporó recién a las declaraciones de derechos y
constituciones liberales delos siglos XVII y XVIII. Este derecho de resistencia, como el
derecho a la libertad, a la vida, a la igualdad, etc.- se concibió como un derecho natural de
las personas (más como un derecho individual que un derecho de los pueblos). Con ello
obtuvo reconocimiento jurídico positivo pero no eficacia jurídica, ya que no se establecían
procedimientos ni medios materiales para la protección de estos derechos naturales
subjetivos.
La desobediencia civil
La objeción de conciencia
V) Derecho subjetivo.
“Tengo derecho de vestirme como quiera”, “Juan tenía derecho a que le dieran
vacaciones”, “Pedro tiene derecho a comer en la pensión”, “todos tenemos derecho a
expresar públicamente nuestras ideas”, “el derecho a voto es irrenunciable”. En todas
estas frases la expresión derecho no se refiere a un conjunto de normas (derecho
objetivo), sino a una situación particular en que se encuentra una persona o conjunto de
personas en relación al derecho objetivo. Estos casos en que decimos que hay un derecho
subjetivo de alguien, también se pueden calificar utilizando otras expresión como,
facultad, permiso, licencia, privilegio, atribución, poder, etc.
¿Pero cómo hemos llegado hasta aquí? Hay una tesis formalista, de raigambre
liberal que concibe la nueva visión del derecho subjetivo como un proceso de
profundización en la idea de la libertad que es el gran ideal de la época que abarca el
jusnaturalismo racionalista desde que en el siglo XVI la libertad religiosa se convirtiera en
el gran reto de la ideología liberal,. Junto a ella se desarrolla una tesis materialista, que
concibe el derecho subjetivo moderno como el fundamento doctrinal que requiere la
nueva economía (capitalista). La idea del derecho subjetivo es la cobertura ideológica
impuesto por el nuevo orden capitalista, que requiere conceptos jurídicos para proteger
sus valores fundamentales que son el derecho a la propiedad privada y a la libertad
económica, contra los privilegios de la nobleza terrateniente.
1.- Tesis del derecho subjetivo como expresión de la voluntad del sujeto.
Teoría De La Voluntad o Tesis Del Derecho Subjetivo Como Expresión De La Voluntad Del
Sujeto
Esta teoría nace al amparo de la escuela histórica del derecho la que bajo la
influencia de Kant entiende el derecho subjetivo fundamentalmente como manifestación
de voluntad de los sujetos.
Kant había definido el derecho como aquel conjunto de condiciones que hacen
posible la conjugación del arbitrio o voluntad de cada uno con el de los demás según la ley
universal de libertad.
La primera y más importante critica que ha recibido esta teoría fue formulada por
el jurista alemán Rudolf Von Ihering, quien en una obra suya titulada “El fin en el
derecho” formula la siguiente pregunta ¿si la voluntad es el centro del derecho subjetivo,
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qué ocurre entonces con los derechos en manos de personas sin voluntad? Esto porque, el
Ordenamiento Jurídico reconoce variados casos de Derechos subjetivos en que no existe
la voluntad del titular, es por ejemplo:
b) existen además ciertas situaciones en que el titular del derecho ignora que lo
tiene y si no hay conocimiento tampoco hay voluntad. Esto puede ocurrir por ejemplo, en
los casos de derecho hereditario que se transmiten en el mismo instante de la muerte del
causante, aunque el heredero lo ignore.
c) finalmente hay también situaciones en que los derechos se tienen aun contra la
voluntad del propio titular. Es lo que ocurre por ejemplo, en el derecho del trabajo donde
impera el principio de la irrenunciabilidad (Art. 5 del Código del Trabajo). Esto significa que
hay ciertos derechos que el trabajador tiene y a los cuales no puede renunciar. Y si lo
hace, dicha renuncia carece de valor. Por ejemplo, el derecho al feriado, el derecho a
recibir una remuneración por su trabajo, etc.
Teoría Del Interés o Tesis Del Derecho Subjetivo Como Interés Jurídico Protegido
Esta teoría fue elaborada por R. von Ihering quien en una obra titulada “El
espíritu del derecho romano”, sostiene que el derecho subjetivo es realmente un interés
jurídicamente protegido. Sostiene que en todo derecho existen dos elementos: Uno
sustancial y otro formal.
Esta idea de que un derecho sin acción que lo proteja no sirve en realidad para
nada, proviene del derecho romano. Los juristas de la época clásica no concebían la
existencia del derecho sin una acción procesal que lo protegiera.
Los críticos, sin embargo, sostienen que esta teoría no logra superar las críticas que
se formulaban a la teoría de la voluntad y que por el contrario incurren en el mismo error.
Esto, porque, en cierta forma el interés es la medida de la voluntad, pues, normalmente
sólo se quiere aquello en lo que se ha puesto interés y sólo se tiene interés en aquello que
se quiere. En otras palabras no hay interés sin voluntad. Por lo que de igual modo
quedarían sin explicación los derechos en manos de personas sin voluntad.
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Teoria De Hans Kelsen
2-el deber u obligación que impone la norma y que lleva aparejada una sanción
para el caso de ser infringida. Este último momento es para Kelsen el más relevante.
Por su parte León Duguit niega, también, los derechos subjetivos individuales del
liberalismo y sustituye este concepto por uno nuevo que denomina la función social al
servicio de la solidaridad social. Afirma que los derechos subjetivos no existen y sólo existe
la función social del hombre en la sociedad. NO hay así un derecho subjetivo a la
propiedad, sino una función social del poseedor de la riqueza.
La ley y las demás fuentes del derecho cumplen una función de orientación en la
decisión del juez, pero, no la determinan por completo. De esta manera en la perspectiva
de estos autores no tiene mucho sentido defender la existencia de un derecho subjetivo
derivado de y protegido por una norma jurídica, porque la norma jurídica es la decisión
del juez, y por lo mismo no existe ninguna seguridad en la atribución de facultades.
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Por otra parte para el realismo jurídico escandinavo la mayoría de los conceptos
jurídicos tradicionales son ficticios y existen solamente en la imaginación de las personas.
Para ellos sólo existe aquello que puede verificarse empíricamente, aquello que puede
comprobarse en los hechos. Lo que no ocurre con los conceptos jurídicos tampoco con el
derecho subjetivo.
a) Capacidad jurídica.
De manera que existen personas sin capacidad de ejercicio, pero, no existen personas
sin capacidad de goce.
Son absolutamente incapaces los dementes, los impúberes y los sordomudos que
no puedan darse a entender claramente. Los dementes son las personas que por cualquier
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causa se encuentran privados de razón de un modo permanente. Los impúberes son los
varones que no han cumplido 14 años y la mujer que no ha cumplido 12 años (Art. 26 del
Código Civil).
Son incapaces relativos los menores adultos y los disipadores que se hallen bajo
interdicción de administrar lo suyo. Los menores adultos son los varones mayores de 14 y
las mujeres mayores de 12 que no hayan alcanzado la mayoría de edad (18 años).
Disipador es aquel que manifiesta una total falta de prudencia por actos repetidos
de dilapidación. Para que el disipador sea considerado relativamente incapaz es necesario
que sea declarado interdicto por resolución judicial.
El tema de la incapacidad es también relevante en el derecho penal. Para que una pena
sea aplicable a quien cometió un delito el sujeto debe ser capaz o imputable, como se dice
en la dogmática penal. La inimputabilidad se parece a la incapacidad de ejercicio en que
en ambos casos no se satisface una condición para ciertas consecuencias jurídicas sean
aplicables. En nuestro país son inimputables por ejemplo: 1°. El loco o demente, a no ser
que haya obrado en un intervalo lúcido, y el que, por cualquier causa independiente de su
voluntad, se halla privado totalmente de razón; 2°. El menor de dieciocho años. La
responsabilidad de los menores de dieciocho años y mayores de catorce se regulará por lo
dispuesto en la ley de responsabilidad penal juvenil.
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colectivas que llamamos también personas jurídicas. Es decir, el ordenamiento jurídico
atribuye derechos, impones obligaciones y establece sanciones no sólo para los hombres o
personas naturales sino también para estas personas jurídicas.
Por su parte, nuestro ordenamiento jurídico, en el art. 545 del mismo Código Civil,
define a estos entes colectivos que llamamos personas jurídicas del modo que sigue: “se
llama persona jurídica, una persona ficticia, capaz de ejercer derechos y contraer
obligaciones civiles, y de ser representada judicial y extrajudicialmente.” De esta
definición entonces resulta notoria la relación que venimos señalando entre los conceptos
de personalidad y capacidad jurídicas.
La personalidad es, pues, una categoría estrictamente jurídica, y por ello es posible
afirmar que el derecho reconoce dos clases de personas.
Hay que destacar que la persona jurídica posee una existencia propia, derechos y
obligaciones diferentes a los que posee a título particular cada uno de sus miembros.
El hecho de que estas entidades, que no son seres humanos, puedan ser sujetos de
derecho, ha despertado gran interés y se han propuesto distintas teorías para explicar
este fenómeno.
- Teoría negativa: Quienes sostienen este punto de vista, no hay más personas que las
personas naturales, y no admiten la existencia de personas colectivas. Para explicar las
referencias que las normas jurídicas hacen a ellas, afirman que cuando se habla de las
personas colectivas, en realidad se habla de los actos de ciertos individuos en particular.
- Teoría Realista: Quienes manifiestan este punto de vista, sostienen que además de las
personas físicas, existen otras entidades reales que son las personas jurídicas. Afirman que
las personas colectivas están configuradas por ciertos fenómenos que se dan en la
realidad. Para algunos juristas de esta opinión, la entidad que constituye una persona
colectiva es una voluntad social que se independiza de cada uno de los integrantes de la
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sociedad, surgiendo como un elemento autónomo, es decir, las personas colectivas tienen
una existencia real, que está dada por la existencia de una voluntad social.
-Teoría de la Ficción: Federico Carlos Von Savigny es el creador de esta teoría y sostiene
que las personas jurídicas son entes ficticios creados en forma artificial y que son capaces
de tener un patrimonio. Según esta teoría, desde un punto de vista empírico es obvio que
no hay más persona que los seres humanos, y sólo ellos tienen capacidad para tener
derechos y obligaciones. El Ordenamiento Jurídico puede, sin embargo, por razones de
utilidad, suponer la existencia de entidades que no son seres humanos como soporte de
derechos y obligaciones.
Estas entidades no existen en la realidad, pero los juristas hacen como que existen,
atribuyéndoles una voluntad destinada al cumplimiento de ciertos fines jurídico. El que las
personas jurídicas sean entidades reales o ficticias tiene cierta importancia. Si estimamos
que son ficticias, el Estado puede con plena libertad crear y disolver estas personas
jurídicas, pues se trataría de meras creaciones técnicas. Si estimamos, en cambio, que son
reales, al Estado no le quedaría más que reconocerlo.
Finalmente debe destacarse que las personas jurídicas sólo contraen obligaciones
civiles, lo que significa que en ningún caso tienen responsabilidad penal, esto es así
porque para cometer delito se requieren de una única voluntad, y la única voluntad que se
le atribuye a la persona jurídica es para cumplir sus fines lícitos. La responsabilidad penal
es exclusiva de las personas naturales.
Para el profesor Abelardo Torre la relación jurídica es el vínculo entre dos o más
personas en virtud del cual una de ellas tiene la facultad para exigir de otra el
cumplimiento de un hecho determinado o la realización de una conducta determinada.
Por su parte el profesor Luis Legaz Lacambra define la relación jurídica como un
vínculo entre sujetos de derecho, nacido de un hecho determinado definido por las
normas jurídicas como condición de situaciones jurídicas correlativas o acumulativa de
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facultades o deberes, cuyo objeto son ciertas prestaciones garantizadas por la aplicación
de una consecuencia coactiva de derecho o sanción.
Siguiendo a este autor entonces los elementos de una relación jurídica son los que
siguen:
1- Sujetos De Derecho:
La relación jurídica se produce siempre entre sujetos de derecho, que son personas
naturales o jurídicas.
Pero hay quienes han planteado que la relación jurídica podría darse entre un
sujeto de derecho y una cosa, basándose para ello en el ejemplo de los derechos reales.
“Derechos real es el que tenemos sobre una cosa, sin respecto a determinada persona”.
Así lo define el art 577 del Código Civil.
Sin embargo para ser titular de un derecho real, lo normal es adquirirlo de otra
persona de manera que aun en ese caso la relación jurídica se produce entre sujetos de
derecho. Es más, cuando se tiene un derecho real sobre una cosa no tiene sentido hablar
de prestación debida o de sujeto de derecho activo o pasivo, elementos que son
fundamentales en una relación jurídica. Los participantes de una relación jurídica ocupan
diversos roles.
Sujeto Activo: es aquel que tiene la facultad para exigir de otro una determinada
prestación o comportamiento. Dicho de otro modo el sujeto activo es el titular del
derecho subjetivo.
Sujeto activo y pasivo, deber jurídico y derecho subjetivo, pues son términos
correlativos. De modo que no existe uno sin el otro.
2-Hecho Condicionante:
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El hecho condicionante es en este caso X (comprar). Es el hecho que da origen a la
relación jurídica y consiste en la realización concreta del supuesto normativo.
Este hecho condicionante puede ser simple, cuando consiste en un solo hecho, por
ejemplo el que mate a otro, el hecho condicionante está integrado aquí por el solo hecho
de matarlo. Puede ser también complejo, cuando se compone de dos o más hechos, por
ejemplo, el funcionario público que malversare fondos, está conformado tanto por el
hecho de la malversación como por la calidad de funcionario público del autor.
Este hecho jurídico condicionante puede ser de la naturaleza o del hombre. En este
último caso puede ser voluntario o involuntario, lícito e ilícito y realizados con o sin la
intención de producir efectos jurídicos.
En otros casos como en los contratos unilaterales, las partes ocupan algunos de
estos roles en forma exclusiva. Como, por ejemplo, en el caso del comodato o préstamo
de uso en que el comodatario es el sujeto pasivo y su obligación consiste en restituir la
cosa en los términos pactados y el sujeto activo es el comodante que tiene la facultad de
exigir la restitución de la cosa.
4- La Prestación:
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Dar es aquella prestación que consiste en transferir el derecho de dominio u otro
derecho real sobre una cosa. Su objeto son los bienes, que son cosas que prestan utilidad
y son susceptibles de apropiación. La prestación u obligación de dar supone la de
entregar.
5-La Sanción:
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