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Capitulo 3.

- Desarrollo histórico de las comunidades forestales en México:


Políticas, movimientos de base y ascenso de las comunidades forestales
Resumen por: De la o Córdova Alexander
Iniciativas tempranas, el ascenso de las comunidades forestales mexicanas.
Primeras iniciativas (1932-1970)
El inicio marcado por los primeros esfuerzos del gobierno mexicano por promover
cooperativas forestales. Entre 1940 y 1970, en distintos estados del país, las
acciones gubernamentales oscilaron entre las vedas y las concesiones forestales.
La transferencia de grandes extensiones de tierras forestales a comunidades creó
una peculiar dinámica de relación en torno al bosque y entre éstas y el Estado.
Hecho de que los bosques estuvieran en tierras comunales provocó constantes
tensiones al interior del propio gobierno debido a que las opiniones fluctuaban entre
perspectivas jerárquicas y excluyentes sobre el manejo de estos ecosistemas.
Desde los años 1930, Cárdenas proponía que parte de la población indígena del
país poseía extensas propiedades forestales con potencial para la explotación
industrial, realizaran una venta organizada en cooperativas constituidas por los
propios indígenas, bajo la dirección del estado. Durante los siguientes treinta años
las políticas gubernamentales tomaron muy poco en cuenta las iniciativas
comunales el estado mexicano promovió diferentes políticas sobrepuestas y a
menudo contradictorias:
El intento por articular los bosques de industrialización del país con base en el
modelo de sustitución de importaciones, La políticas por controlar la tala
clandestina, esfuerzos incipientes y aislados por capacitar a las comunidades para
el manejo de sus propias EFC.
El primer esfuerzo estatal importante sobre la actividad forestal fue la creación de
las unidades industriales de explotación (IUEF) promovidas durante el gobierno de
Ávila Camacho. La ley forestal de 1943 establecía la creación de las UIEF, mediante
la creación de dichas unidades el gobierno concedía a una determinada industria
los derechos para explotar bosques ubicados en tierras comunales. Los derechos
de las comunidades quedaban limitados a la opción de vender sólo a esa industria.
Entre 1942 y 1972 se establecieron doce UIEF, la mayoría de las cuales se
constituyeron en el periodo de 1945-1960. Con el descenso de las cooperativas
forestales, el principal mecanismo de relación entre las industrias y las comunidades
pasó a ser el de los contratos de compra-venta (Hinojosa 1958). Estudios realizados
a fines de los años treinta mostraban que el derecho de monte representa cerca del
5% del valor de la venta final de la producción. Entre 1942 y 1946 el promedio anual
de contratos de compra-venta aprobados en ejidos y comunidades era de 450
(López Santos 1948:709). Al final de los años cuarenta, el total de estado de
chihuahua había sido vedado. 3n 1958, el total de los once estados estaban sujetos
a dichas limitaciones las extracciones, incluida identidades forestales tan importante
como Michoacán y Veracruz. La política de prohibición de las extracciones en pocos
casos tuvo el efecto deseado. Jerez (1993:646) ha descrito la situación que
imperaba en el cofre de perote (Veracruz) durante las vigencia de vedas. En 1959
el fondo nacional para la promoción ejidal (fonafe) que buscaba invertir más con
mayor sistematización el deposito por los derechos de monte en el desarrollo de la
capacidad productiva de las comunidades (Moguel 1989). El grado de intervención
de INI es ejemplo más exitoso de manejo forestal comunitario durante ese periodo.
Muestra “el instituto se encargaba tanto de todos los estudios técnicos como de la
organización administrativa y de los trabajos y directos al regular la producción, al
encargarse del transporte, del manejo de personal, y de la producción de ventas. La
tendencia social de los bosques significaba que las comunidades tenían tanto lo que
los llamarón derechos de retención, les otorgaba la capacidad de venderle a los
concesionarios o no venderle nadie. Parece ser que la primera EFC autónoma
fundada en México fue la del ejido San Esteban en Durango en 1965 (Guerra
1991:524). Oaxaca 1967 se conformó la unión de pueblos abastecedores de materia
prima a la fábrica de papel de Tuxtepec (FAPATUX), quince comunidades
encabezadas por san pablo Malcutianguis rechazaron firmar contactos de
extracción y estallaron una huelga en demanda de mejores salarios.
El desarrollo de las comunidades forestales mexicanas (1971-1986)
El periodo del fondo nacional de fomento ejidal (FONAFE)
El fonafe era un fondo gubernamental que contaba con operadores de campo, y que
se había integrado en con los derechos de monte entregados durante décadas
como pago de las extracciones en los bosques comunales. Este fondo se convirtió
en parte de un amplio espectro de iniciativas de promoción del desarrollo rural
durante la administración del presidente Luis Echeverría. El fonafe estaba integrado
para abastecer a las empresas forestales paraestatales. A principios de los setenta,
el gobierno mexicano llevaba a cabo una significativa transferencia de activos
naturales a comunidades forestales, financiando además el desarrollo de activos
industriales de las EFC. El rápido desarrollo de las EFC tuvo un impacto positivo en
la producción forestal. El periodo de la dirección general de desarrollo forestal
(DGDF) 1974-1986 este periodo marco el giro de una política orientada en apoyar
la industria productora de madera gestionada por empresas paraestatales, a la del
apoyo a la producción forestal comunitaria financio una serie de estudios
consecuencia en la suspensión de siete vedas en 1971-1975. En 1987 Cuauhtémoc
cárdenas fue nombrado subsecretario forestal, opinaba que la gran meta del sector
forestal es tratar de reducir el céntimo forestal hasta que las intermediaciones
innecesarias sean eliminadas, para que los dueños y poseedores trabajen
directamente en ellos, recibiendo los beneficios que resulten de su explotación. El
papel de las luchas de las comunidades. Las comunidades encontraban por primera
vez un ambiente claramente favorable en el campo de las políticas públicas. En
1980 se integró la defensa de los recursos naturales y desarrollo social de la sierra
Juárez (ORDESANIJ) para luchar en contra de la renovación de una concesión de
25 años en favor de la empresa fábrica de papel Tuxtepec (FAPATUX) que concluía
en 1982.
Consolidación del sector de comunidades forestales (1988-2000)
En 1991 la administración de salina de Gortari acelero la implantación de programas
de desregulación y descentralización del sector rural, el gobierno de Salinista
argumentaba que con la ley de 1992 se retiraban los desincentivos más importantes
para la creación del sector de plantaciones forestales. Para promover ese sector la
nueva ley agraria creaba una nueva tenencia de tierra: la pequeña propiedad
forestal, con un límite de 800 ha, propiedades que a su vez podían asociarse.
El impacto del tratado de libre comercio de américa del norte
Desde la implantación del TLC han emergido nuevas formas de manejo colectivo,
pero también existen mayores presiones hacia la privatización informal de los
recursos forestales entre las comunidades: la parcelación. En chihuahua, la
compañía internacional de papel abrió mercado para pequeños diámetros de
madera (8-15cm), lo cual creo un auge en el mercado de esta madera (Guerrero et
al. 2000).
El periodo de Zedillo
Hacia 1995 las políticas forestales manifestaban dos tendencias generales: un
tímido apoyo manejo comunitario de los bosques naturales y el respaldo a las
corporaciones que establecerían plantaciones forestales. SEMARNAP buscaba
atender algunos de los vacíos regulatorios más importantes para los temas
ambientales, al tiempo que diseñaba una nueva propuesta de ley forestal. El
gobierno reconocía que en los años posteriores a la promulgación de la ley de 1992
las plantaciones no han proliferado por la falta de esquemas adecuados de
colaboración entre el sector social y privado, las posibilidades de participación de
las comunidades forestales en los programas de fomento a las plantaciones eran
muy limitadas y salvaguardas legales a las plantaciones resultaban insuficientes
(SEMARNAP 1997).
PRODEPLAN
Manejaban como objetivos: establecer 875 ha de plantaciones forestales
comerciales destinadas a la producción de pulpa y papel, y hacer de las
plantaciones una alternativa de desarrollo sustentable frente a la deforestación de
tierras. Otro factor que inhibía la participación de inversiones en plantaciones era la
crisis del mercado mundial de papel.
PRODEFOR
Se presentaba como un programa que combina medidas efectivas para incrementar
la producción, con medidas claras para la preservación ecológica, que mejora el
nivel de vida de millones de mexicanos que viven en las selvas. La concesión de
subsidios se definía en los consejos técnicos consultivos forestales estatales a
través de subcomités de desarrollo forestal. Se desarrolló un padrón de los
prestadores de servicios forestales técnicos susceptibles en México de trabajar con
el programa.
Bibliografía
Brey, D. B., & Merino-Pérez, L. (2004). La experiencia de las comunidades
forestales en México: veinticinco años de silvicultura y construcción de empresas
forestales comunitarias. Instituto Nacional de Ecología

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