Sie sind auf Seite 1von 2

UNIVERSIDAD MARIANO GALVEZ DE GUATEMALA

LICENCIATURA EN ARQUITECTURA

LIC. ANTONIO DE JESUS CUNIL BAÑOS.

EL AGUILA REAL

“Un hombre se encontró un huevo de águila, se lo llevó y lo colocó en el nido de una


gallina de corral. El aguilucho fue encubado y creció con la nidada de pollos. Durante toda su
vida, el águila hizo lo mismo que hacían los pollos, pensando que era un pollo. Escarbaba la
tierra en busca de gusanos e insectos, piando y cacareando. Incluso sacudía las alas y volaba
unos metros por el aire, al igual que los pollos. Después de todo, ¿no es así como vuelan los
pollos?

(Esta parábola la cuenta Tony de Mello en su libro “El Canto del Pájaro, pág. 129, Ed. Sal
Terrae, pero sería interesante que pensáramos qué al final de los tres que vienen a
continuación consideraremos más apropiado según nuestro caso personal)

Número 1:

Pasaron los años y el águila se hizo vieja. Un día divisó muy por encima de ella, una
magnífica ave que volaba majestuosamente sin apenas mover sus alas. ¿Qué es eso?,
preguntó asombrada a una gallina que picoteaba junto a ella.

“Es el águila, el rey de las aves, pero no pienses en ello pues tu y yo somos diferentes”,
respondió la gallina.

Obedeciendo a su compañera, el águila no volvió a pensar en ello, y murió creyendo


que era una gallina de corral.

Número 2:

Un día pasó cerca del corral un naturalista que la reconoció como águila real.

Cogiéndola en brazos suavemente le dijo: “tu perteneces al cielo, no a la tierra como


esas gallinas, abre las alas y vuela”.

El Aquila lo intentó timadamente, pero al fracasar en su intento de elevarse hacia el


cielo, quedó totalmente confusa y, al ver los pollos comiendo, saltó y se reunió con ellos de
nuevo

El naturalista pensó:

“Como le han dado la misma comida que a los pollos y le han enseñado a ser como a
uno de ellos, nunca ha aprendido a volar y, por tanto, ya no es un águila”.

Caso No. 3:

El naturalista no se desanimó a pesar del primer fracaso y nuevamente sacó al águila


del corral y la llevó a una alta montaña.
Una vez allí la alzó en su mano y le animó diciendo: “tienes corazón de águila y con
toda seguridad, puedes volar”, el águila miró a su alrededor, hacia el corral, arriba, hacia el
cielo, entonces, el naturalista la lanzó hacia el aire con un grito triunfante:

“Tú perteneces al cielo, no a la tierra, abre las alas y vuela”.

Y el águila voló alejándose majestuosamente.

REFLEXIONA:

1. ¿Con cual de los tres episodios me identifico¿ y ¿por qué?


2. ¿Cuál fue el papel noble del naturalista? ¿Desempeño yo a veces ese papel en mi
lugar de trabajo? ¿con cuánta frecuencia? ¿O soy como las gallinas? Que en vez de
motivar a mirar al cielo, desmotivo a mis subalternos o compañeros?

Querido estudiante: Al reflexionar en esta lectura no olvide, que su labor en su lugar de


trabajo debe ser una actividad motivadora no solo para usted sino para quienes le rodean en
todo momento.

¡Animo al seguir en su estudio! Y no olvide ser un águila…

Con todo aprecio y respeto,

Antonio Cunil.

Das könnte Ihnen auch gefallen