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A través de la historia ha habido grandes mujeres que han dejado huella: Juana de Arco, Marie

Curie, Virginia Woolf, sólo por mencionar algunas, u otras tantas que evoca la autora del

presente libro, como por ejemplo Anaïs Nin, Alejandra Pizarnik y Julia de Burgos; con ello

claramente se ve su influencia femenina.

Demostrando que la mujer siempre ha sido basamento de toda sociedad, y dentro de este

marco cabe recordar a la Venus Paleolítica. La cual es punto de partida para mi comentario

sobre el libro Deseó Revolución que demuestra un gran valor corpóreo y esencia femenina

dentro de su narrativa, que va más allá de una prosa poética.

Deseó Revolución evoca un empoderamiento y transformación de la mujer que se encuentra

en una constante evolución. A través de las páginas vamos descubriendo a una autora que

arriesga por una revolución, su propia revolución que nos invita a formar parte de ella.

Invitándonos, de igual manera, a tomar riesgos. Retando a los lectores, a tomar las armas que

son los libros y las artes, para poder así reconocernos en nuestra propia revolución.

Rocío Rey nos exhorta a permanecer con el libro abierto, a no bajar la guardia ante el amor y

la muerte, ante Eros y Tánato, pues es una autora que “no mata, sólo ama”. Decosntruyendo la

palabra y la figura femenina, dotándola de una voz con fuerza, color y presencia. En cada uno

de los cuentos que nos presenta, encontramos nuevas formas femeninas que seducen, se auto-

seducen a razón de una independencia femenina, tanto así, que sus personajes son conscientes,

al grado que deciden morir en bibliotecas, escapar del recuerdo o asesinarlo. Son cuentos, mini

ficciones, experiencias, relatos, vivencias que reflejan como espejo una resurrección, una

primavera que presagia la cosecha, la fertilidad de una nueva literatura que nos presenta Rocío

Rey mediante su nuevo libro Deseó Revolución.


Finalmente, sabemos bien, que la escritura es un rito, un pacto nada sencillo, y aún menos

fácil la labor del editor. Pero hay personas comprometidas con el arte, como Andrés Cisneros

que entregan el alma para poder compartir un espacio de letras, un espacio de ideas, en una

ciudad en donde “no hay adoquines, pero si mucha tristeza”, la cual podemos erradicar con

nuestro grito de lucha, de protesta, de revolución en busca del significado de nuestro cuerpo y

el arte, mediante el ejemplo de mujeres contestatarias como lo es la autora Rocío Rey que nos

ofrece Deseó revolución, recordándonos que “los fondos son para continuar la lucha”. Por esta

razón, los invito a comprar el libro.

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