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Músculos de la cabeza

Siguiendo criterios ontogénicos y funcionales, se reconocen en la cabeza los siguientes


grupos musculares:

Músculos faciales
Músculos masticadores
Músculos de la lengua
Músculos de la faringe
Músculos de la laringe

Músculos del aparato hioideo


Músculos extrínsecos del globo ocular

Músculos faciales Los músculos faciales derivan del II arco faríngeo y están inervados
por el nervio facial. Son responsables de la expresión de la cara.

La capa más externa de la musculatura facial está formada por el Músculo esfínter
superficial del cuello. Sus fibras son transversales y muy superficiales, por lo que
frecuentemente queda unido a la piel. En el curso de la disección es pues más fácil
observarlo sobre la piel retirada.

La capa media de la musculatura facial está representada por el Platisma. Sus fibras,
dispuestas longitudinalmente, cubren parte de la cara y del cuello (figura 2a). Actúa
retrayendo caudalmente la comisura de los labios y moviendo la piel de la cabeza.

La capa interna de la musculatura facial está representada por el Músculo esfínter


profundo del cuello y por un amplio grupo de diversos y pequeños músculos distribuidos
por la cara alrededor o en las proximidades de las aberturas naturales. El Músculo
esfínter profundo del cuello, que se extiende bajo el platisma, está formado por una capa
discontinua de fibras dispuestas transversalmente (figuras 2a y 2b). Dentro del grupo de
pequeños músculos que se sitúan junto a las aberturas naturales se pueden diferenciar a)
los músculos de los labios, narinas y mejillas; b) los músculos de los párpados; y c) los
músculos auriculares.

a) Músculos de los labios, narinas y mejillas. Los más relevantes son los siguientes:

M orbicular de la boca: Queda incluido dentro de los labios, de los que es su principal
componente. Se sitúa formando un anillo alrededor de la abertura de la boca (figura 2b).
Cuando actúa cierra la abertura de la boca y colabora en la succión.
M buccinador: Une el maxilar y la mandíbula, formando la pared lateral de la cavidad
bucal y la base de la región de la mejilla (figuras 2c y 3a). Colabora en la masticación, ya
que cuando se contrae estrecha el vestíbulo oral y lleva el alimento desde el vestíbulo
hacia los dientes y la parte central de la boca.

M elevador nasolabial: Une la región nasal dorsal con el ala de la nariz y el labio
superior (figuras 2a y 2b). Dilata la narina y eleva el labio superior.

M elevador del labio superior: Se encuentra cubierto por el músculo elevador


nasolabial. Se origina en el hueso maxilar, bajo el agujero infraorbitario, y se inserta en el
ala de la nariz y el labio superior. Actúa dilatando la narina y elevando el labio superior
(figura 2e).

M canino: Se dispone ventralmente al músculo elevador del labio superior (figura 2e). Su
función es similar a la del M elevador del labio superior.

M cigomático: Se extiende entre el cartílago escutiforme y el ángulo de la boca


(figuras 2a y 2c). Dirige caudalmente el ángulo de la boca o mueve rostralmente el
cartílago escutiforme.

b) Músculos de los párpados. Este grupo incluye:

M frontal: Se dispone en la región frontal, entre el cartílago escutiforme y el párpado


superior (figuras 2a y 2b). Desplaza rostralmente el cartílago escutiforme o, al mover la
piel de la región frontal, eleva el párpado superior.

M orbicular del ojo: Está incluído dentro de los párpados. Se dispone rodeando como un
esfínter a la abertura palpebral (figuras 2a, 2e y 2f), de manera que cuando se contrae
cierra los párpados.

M retractor del ángulo lateral del ojo: Este pequeño músculo se extiende lateralmente
desde el ángulo lateral del ojo (figuras 2a, 2e y 2f). Como su nombre indica, su contración
retrae el ángulo lateral.

M elevador del ángulo medial del ojo: Este pequeño músculo se extiende dorsalmente
desde el ángulo medial del ojo (figura 2f).

M elevador del párpado superior (ver el grupo de Músculos extrínsecos del globo
ocular).

c) Músculos auriculares. Constituyen un grupo numeroso de músculos que desde


orígenes diversos convergen insertándose en el pabellón auricular, de forma que cuando
actúan pueden mover la oreja en varias direcciones. Varios de estos músculos tienen
inserciones en el cartílago escutiforme, que se localiza sobre el músculo temporal
rostralmente a la oreja (figuras 3b y 3d). De acuerdo con su situación los músculos
auriculares se clasifican en cuatro grupos: rostral, dorsal, ventral y caudal.

Grupo rostral. Se extiende entre el cartílago escutular, o el cráneo, y el oído.

Mm escutuloauriculares superficiales dorsal (figuras 2a y 2b), accesorio (figura 2i) y


medio (figura 2i). Se sitúan entre el cartílago escutiforme y la concha auricular. Son
rotadores internos del pabellón auricular.

Mm escutuloauriculares profundos mayor y menor (figura 2j). Se extienden entre la


cara interna del cartílago escutiforme y la concha auricular. Son rotadores externos.

M cigomáticoauricular (figuras 2a y 2b). Se desprende del músculo frontal y se une al


borde rostral del pabellón. Es un rotador interno.

Grupo dorsal. Se extiende entre la línea dorsal media y el cartílago escutiforme o la


concha auricular.

M interescutular (figura 2g). Une ambos cartílagos escutulares, a los que fija.

M parietoescutular (figura 2i). Une el hueso parietal con el cartílago escutiforme. Fija el
cartílago.

M parietoauricular (figura 2i). Une el hueso parietal con la concha auricular. Actúa
elevando la concha.

Grupo caudal. Se dispone en la región retroauricular, situándose entre el rafe dorsal


medio del cuello y el cartílago escutiforme o la concha auricular.

M cervicoescutular (figuras 2g y 2h). Desde la línea cervical media llega hasta el


cartílago escutiforme. Fija el cartílago y lo dirige caudalmente.

M cervicoauricular superficial (figuras 2g y 2h). Desde la línea cervical media llega


hasta la concha auricular. Actúa elevando la concha.

M cervicoauricular profundos (figuras 2h y 2j). Se sitúan profundamente al músculo


anterior. Desde la protuberancia occipital externa se dirigen hacia la base de la concha
auricular. Son rotadores externos.
Grupo ventral. Se dispone en la región parotídea.

M parotidoauricular (figuras 2b y 2c). Es muy superficial. Se origina en la fascia cervical


a la altura de la región laríngea y se inserta en la parte ventral de la concha. Deprime la
oreja.

Músculos masticadores

El músculo temporal, el músculo masetero y los músculos pterigoideos forman el grupo


de músculos masticadores (figura 3a). Comparten origen embrionario, ya que derivan del
I arco faríngeo, e inervación, ya que están inervados por el nervio mandibular. Todos ellos
elevan la mandíbula e intervienen, por tanto, en el cierre de la boca. El músculo
digástrico, aunque desde el punto de vista ontogénico no pertenece al grupo, colabora
con los músculos masticadores.

M temporal (figuras 3a, 3b y 3d). Se origina en la fosa temporal y se inserta en la apófisis


coronoides de la mandíbula (figura 3c).
Función: eleva la mandíbula.
Inervación: Nervio mandibular.

M masetero (figuras 2c y 3a). Se origina en el arco cigomático y en la parte caudal del


hueso maxilar y se inserta en la fosa masetérica de la mandíbula. En función de la
dirección que toman sus fibras se distinguen las porciones superficial, que es la más
grande, media (figura 3e) y profunda (figura 3f).
Función: eleva la mandíbula.
Inervación: Nervio mandibular.

Mm pterigoideos. Los dos músculos pterigoideos se disponen medialmente a la


mandíbula. El músculo pterigoideo medial es, con diferencia, el más grande, y también el
más rostral de los dos. Se origina en la fosa pterigopalatina del cráneo y se inserta en la
fosa pterigoidea de la mandíbula y en la cara medial de la apófisis angular
(figuras 3g y 3h). El músculo pterigoideo lateral es mucho más pequeño y se sitúa
caudalmente al medial (figura 3h). Se origina en la cara lateral del hueso esfenoides y se
inserta en la cara medial del cóndilo de la mandíbula.
Función: ambos músculos elevan la mandíbula.
Inervación: Nervio mandibular.

M digástrico (figuras 2c, 3b y 3i). Se origina en la apófisis paracondilar del occipital y se


inserta en el borde ventral de la mandíbula.
Función: Abre la boca.
Inervación: La doble inervación del músculo es una muestra de su doble origen
ontogénico. El nervio facial inerva el vientre caudal (que deriva del II arco faríngeo). El
nervio mandibular inerva el vientre rostral (que deriva del I arco faríngeo). Ambos
vientres, en el caso del perro, están separados únicamente por una intersección
tendinosa que no siempre es bien identificable.

Músculos de la lengua

Los músculos linguales son los responsables de los movimientos de la lengua (figura 4a).
Se clasifican, según su disposición, en extrínsecos e intrínsecos. Los músculos
extrínsecos son el estilogloso, el hiogloso y el geniogloso. El músculo intrínseco recibe
también el nombre de músculo propio de la lengua. Todos ellos están inervados por el
nervio hipogloso.

M estilogloso (figuras 4a y 4b). Se origina en el hueso estilohioides y se inserta a lo largo


de la lengua.
Función: dirige la lengua caudalmente.
Inervación: Nervio hipogloso.

M hiogloso (figuras 4a y 4b). Se origina en el basihioides y en el tirohioides. Se inserta


en los dos tercios caudales de la lengua.
Función: dirige la lengua caudalmente y la deprime.
Inervación: Nervio hipogloso.

M geniogloso (figuras 4a, 4b y 4c). Se origina en la cara medial de la mandíbula, junto a


la sínfisis mandibular. Enseguida se ensancha en abanico para terminar insertándose a lo
largo de casi toda la lengua.
Función: debido a la amplitud de su inserción la función es muy variable. Mueve la lengua
rostralmente y la deprime
Inervación: Nervio hipogloso

M propio de la lengua. Está formado por fascículos que, de acuerdo con la dirección que
toman sus fibras, se denominan longitudinales, transversales y perpendiculares
(figuras 10a y 10b).
Función: acorta la lengua y hace que se vuelva rígida.
Inervación: Nervio hipogloso.
Músculos de la faringe

Los músculos faríngeos, que derivan del arco faríngeo III, forman la capa muscular de la
pared faríngea (figuras 3a, 4a, 5a y 5b). Actúan durante la deglución, de manera que su
contracción coordinada y sucesiva forma una onda peristáltica que facilita la progresión
del bolo alimenticio (figura 5e). Todos ellos están inervados por el plexo faríngeo, que
está constituido por la red nerviosa que forman los nervios glosofaríngeo y vago.

M hiofaríngeo (figuras 5c y 5d). Se origina en el tirohioides y se inserta en el rafe dorsal


medio de la faringe
Función: es constrictor de la faringe

M tirofaríngeo (figuras 5c y 5d). Se origina en el cartílago tiroides y se inserta en el rafe


dorsal medio de la faringe
Función: es constrictor de la faringe

M cricofaríngeo (figuras 5c y 5d). Se origina en el cartílago cricoides y se inserta en el


rafe dorsal medio de la faringe
Función: es constrictor de la faringe

M estilofaríngeo (figuras 5c y 5d)


Se origina en el estilohioides y se inserta en la parte rostral de la pared faríngea.
Función: es el único dilatador de la faringe

M pterigofaríngeo (figuras 5c y 5d). Se origina en la apófisis ganchosa del pterigoides y


se inserta en el rafe dorsal medio de la faringe
Función: es constrictor de la faringe

M palatofaríngeo. Se origina en el hueso palatino y en el paladar blando y se inserta en


el rafe dorsal medio de la faringe
Función: es constrictor de la faringe

Músculos del paladar blando

El paladar blando es la prolongación del paladar óseo. Se dispone entre la nasofaringe,


que queda dorsalmente, y la orofaringe, situada ventralmente (figuras 10a y 10b). En el
paladar blando se insertan los pequeños músculos tensor y elevador del velo del paladar,
que actúan movilizando el paladar blando durante la deglución (figura 5e).

M tensor del velo del paladar (figuras 5c y 5d). Se origina en la apófisis muscular del
temporal y termina irradiando en el paladar blando
Función: actúa tensando el paladar blando
Inervación: N mandibular

M elevador del velo del paladar (figuras 5c y 5d). Se origina en la apófisis muscular del
temporal y termina irradiando en la parte caudal del paladar blando.
Función: eleva la parte caudal del paladar blando
Inervación: Nn glosofaríngeo y vago (plexo faríngeo)

Músculos de la laringe

La laringe, que está suspendida de la base del cráneo por medio del hioides, se dispone
ventralmente a la faringe y caudalmente a la mandíbula (figuras 3a, 5a y5c). Los
músculos laríngeos se disponen uniendo los cartílagos de la laringe y actúan provocando
movimientos entre ellos y modificando por tanto las características de la cavidad de la
laringe y de sus paredes. Derivan del IV arco faríngeo y están inervados por los nervios
laríngicos craneal y caudal, que son ramos del nervio vago.

M cricotiroideo (figuras 5c y 6a). Se origina en el arco del cartílago cricoides y se inserta


en la parte caudal de la lámina del tiroides.
Función: Su contracción hace bascular caudalmente la lámina del cricoides, lo que tensa
los pliegues vocales.
Inervación: Ramo externo del N laríngeo craneal.

M cricoaritenoideo dorsal (figuras 6a, 6b y 6f). Se origina en la lámina del cartílago


cricoides y se inserta en la apófisis muscular del aritenoides.
Función: es un dilatador de la glotis.
Inervación: N laríngeo caudal.

M cricoaritenoideo lateral (figuras 6b, 6c y 6d). Se origina en el arco del cartílago


cricoides y se inserta en la apófisis muscular del aritenoides.
Función: es un adductor de la glotis.
Inervación: N laríngeo caudal.

M tiroaritenoideo (figura 6b). Se origina en el cartílago tiroides y se inserta en la apófisis


muscular del cartílago aritenoides.
Función: Ajusta la tensión de los pliegues vocales y contribuye al cierre de la glotis.
Inervación: N laríngeo caudal.

M vocal (figura 6c, 6d y 6e). Se origina en el cartílago tiroides y se inserta en la apófisis


vocal del aritenoides.
Función: Ajusta la tensión de los pliegues vocales.
Inervación: N laríngeo caudal.

M ventricular (figuras 6b y 6c). Se origina en la apófisis cuneiforme del cartílago


aritenoides y se inserta en el cartílago interaritenoideo, donde se une al músculo
contralateral.
Función: Contribuye al cierre de la glotis.
Inervación: N laríngeo caudal.

M aritenoideo transverso (figuras 6b y 6f). Se origina en la apófisis muscular del


cartílago aritenoides y se inserta en el cartílago interaritenoideo, donde se une al músculo
contralateral.
Función: Contribuye al cierre de la glotis.
Inervación: N laríngeo caudal.

M hioepiglótico (figura 6g). Se origina en el ceratohioides y se inserta en la epiglotis.


Función: dirige a la epiglotis ventralmente.
Inervación: N laríngeo caudal.

Músculos del aparato hioideo

Los músculos hioideos forman un grupo muscular que tienen como común denominador
el hecho de insertarse en el aparato hioideo (figuras 3a y 7b). Cuando se contraen
provocan movimientos en el hioides y, en consecuencia, mueven también órganos como
la faringe, la laringe y la lengua, con los que el hioides se encuentra estrechamente
asociado (figura 7c). Algunos de ellos, los llamados músculos hioideos caudales
(esternohioideo, esternotiroideo), pertenecen al grupo de músculos ventrales del cuello
(figuras 3a y 7b) (Ver Músculos del perro: Cuello, tronco y cola. Atlas virtual). El resto de
músculos hioideos se describen a continuación.

M tirohioideo (figura 3a y 7b). Une el cartílago tiroides y el tirohioides.


Función: Dirige el hioides caudalmente o la laringe rostralmente.
Inervación: Ramo ventral del I nervio cervical y N hipogloso (forman el asa cervical).

M estilohioideo (figuras 7a y 7b). Es un fino músculo que se origina en el timpanohioides


y en el estilohioides y se inserta en el basihioides. Es inconstante.
Función: eleva el basihioides.
Inervación: N facial.

M milohioideo (figura 3a y 7d). Este músculo, que se dispone cerrando ventralmente el


espacio intermandibular, se origina en la cara medial de la mandíbula y se inserta, junto
con el músculo contralateral, en un rafe fibroso medio. La parte más caudal termina en el
basihioides.
Función: dirige el hioides rostralmente.
Inervación: N mandibular.

M genihioideo (figuras 4a, 7b, 7f y 7g). Se origina en la parte rostral y medial del cuerpo
de la mandíbula y se inserta en el basihioides.
Función: dirige el hioides rostralmente.
Inervación: N hipogloso.

M ceratohioideo (figura 7e). Une el tirohioides con el ceratohioides.


Función: dirige la laringe rostralmente.
Inervación: N glosofaríngeo.

M occipitohioideo (figura 7c). De tamaño minúsculo, se origina en la apófisis


paracondilar del occipital y se inserta en el estilohioides.
Función: Desplaza caudalmente el estilohioides.
Inervación: N facial.

Músculos extrínsecos del globo ocular

Los músculos extrínsecos del globo están rodeados por la periórbita


(figuras 3i, 4a, 8a y 8b). Considerados en conjunto, se disponen formando un cono cuyo
vértice está en el vértice de la órbita ocular y cuya base se encuentra en el propio globo
ocular (figuras 7c y 8c). Se originan, con la excepción del M oblicuo ventral, en el vértice
de la órbita ocular, en los bordes del canal óptico y de la fisura orbitaria. Todos se
insertan en la túnica fibrosa del globo, en la zona próxima al ecuador del mismo.

Mm rectos (figuras 8c y 8d). Los cuatro músculos rectos (dorsal, ventral, lateral y medial)
se originan en el borde del canal óptico. Desde allí se dirigen rostralmente al tiempo que
divergen para terminar insertándose, por delante del ecuador, en las zonas dorsal,
ventral, lateral y medial, respectivamente, del globo ocular.
Función: Los músculos recto dorsal y recto ventral provocan el giro del globo ocular
alrededor de un eje horizontal que atraviesa el ecuador del mismo. Los músculos recto
lateral y recto medial provocan el giro del globo ocular alrededor de un eje vertical que
atraviesa el ecuador del mismo.
Inervación: N oculomotor (Mm rectos dorsal, ventral y medial). N abducente (M recto
lateral).

M retractor del globo ocular (figuras 8e y 8f). Está formado por cuatro fascículos que se
originan alrededor de la fisura orbitaria y que van divergiendo conforme se aproximan a la
zona del ecuador del globo ocular, donde se insertan caudalmente a él. Se encuentra
cubierto por los cuatro músculos rectos y cubre, a su vez, al nervio óptico.
Función: retrae el globo ocular.
Inervación: N abducente.

M oblicuo dorsal (figura 8g). Se dispone dorsomedialmente al resto de músculos


oculares. Se origina en el vértice de la órbita, en el borde del canal óptico. Aprovecha el
paso por la tróclea situada en la parte dorsomedial de la órbita para modificar
bruscamente la dirección de su tendón de inserción, que termina en el ecuador del globo
bajo el tendón del músculo recto dorsal.
Función: Provoca el giro del globo alrededor del eje que atraviesa los dos polos del
mismo, de forma que su parte dorsal se dirige medial y ventralmente.
Inervación: N troclear.

M oblicuo ventral (figuras 8c y 8d). Se origina en la parte rostral de la fosa


pterigopalatina y se inserta, bajo el tendón del músculo recto lateral, en el ecuador del
globo. Es el único componente del grupo que no procede del vértice de la órbita y, por
tanto, no forma parte del cono muscular que se dispone en la órbita ocular.
Función: Provoca el giro del globo alrededor del eje que atraviesa los dos polos del
mismo, de forma que su parte ventral se dirige medial y dorsalmente.
Inervación: N oculomotor.

M elevador del párpado superior (figuras 8h). Aunque este músculo no pertenece,
desde el punto de vista funcional, al grupo de músculos extrínsecos del globo ocular, si
que corresponde sin embargo cuando se tienen en cuenta los puntos de vista ontogénico
o topográfico. De hecho, se origina, como la mayor parte de ellos, en el vértice de la
órbita. Desde allí se dirige rostralmente, dispuesto dorsalmente al músculo recto dorsal,
para terminar insertándose en el párpado superior. Es pues un componente del cono
muscular que, cubierto por la periórbita, ocupa la cavidad orbitaria.
Función: eleva el párpado superior
Inervación: está inervado por el nervio oculomotor, lo que es una muestra de la relación
ontogénica entre éste y otros músculos extrínsecos del globo ocular.

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