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Causas
La causa que origina y encabeza el Movimiento del 68 fue la destitución del cuerpo de
granaderos de la policía de la entonces Regencia de la Ciudad de México. Lo anterior, derivado
de una intervención que tuvo lugar al finalizar un partido de futbol americano cuando se desató
una camorra entre una preparatoria de la UNAM y una vocacional del IPN. Con la intención de
separar a los jóvenes que estaban peleando en la calle el cuerpo de granaderos en lugar de
parar el pleito y separarlos los agredió.
Fue tal la brutalidad con la que se intervino que los jóvenes terminaron uniéndose, olvidando el
motivo de su pleito, para defenderse de los policías. Las reclamaciones de los padres de familia
no se hicieron esperar, sin que hubiese una respuesta por parte del entonces titular la Regencia
de la Ciudad de México, Alfonso Corona del Rosal.
Se suscitaron una serie de hechos que tuvieron un factor común: la represión y la total
ausencia de diálogo por parte de las autoridades. Esta no intervención que el gobierno decidió
hacer lo que provocó conforme pasaron aquellos tres mesesprevios a las Olimpiadas del 68, fue
el pliego petitoriose ampliara y se reclamaran asuntos que ya tenían que ver con el desempeño
del gobierno. Las respuestas del gobierno fueron desde un bazucazo a la preparatoria UNO de
San Idelfonso, la disuasión policial y con el ejército a las manifestaciones estudiantiles, hasta el
haber dado la orden al Ejército de tomar las instalaciones de la UNAM apresando a todos los
estudiantes que se encontraban en su interior y por su supuesto perpetrar el cobarde ataque a
estudiantes desarmadas en aquella tarde del 2 de octubre.
Es importante subrayar que quienes encabezaron este movimiento no fueron fuerzas
‘comunistoides’ infiltradas, ni tampoco estudiantes revolucionarios, ni maestros anarquistas de
las instituciones superiores implicadas, fueron nada mas ni nada menos que los dos directivos
de las dos máximas instituciones de educación superior de México, Javier Barros Sierra, rector
de la UNAM y Guillermo Massieu Helguera, director del IPN. Uno de los muchos testimonios de
lo anterior, fue aquella manifestación en que ambos tomados del brazo encabezaron una de las
manifestaciones por la calle de Félix Cuevas de la Ciudad de México.
El entonces Presidente de la República, el Sr. Gustavo Díaz Ordaz del PRI, nunca, nunca,
subrayado, nunca quiso dialogar con los líderes de aquel movimiento. En su cuarto informe de
gobierno en septiembre de 1968 dijo: “…hemos sido tolerantes hasta excesos criticados, pero
todo tiene un límite y no podemos permitir ya, que se siga quebrantando irremisiblemente el
orden jurídico como a los ojos de todo mundo ha venido sucediendo”.
En esas palabras tiene un límite anunciaba la única respuesta que sus capacidades le
permitieron: la represión violenta
2 de octubre de 1968
¿QUÉ PEDÍAN LOS ESTUDIANTES DEL 68?
En su pliego petitorio, el Consejo Nacional de Huelga pidió al gobierno de Gustavo Díaz Ordaz el
cumplimiento de seis puntos:
1. Libertad de todos los presos políticos. Es decir, de los estudiantes y activistas detenidos por
manifestarse.
2. Derogación del artículo 145 del Código Penal Federal. Ese artículo regulaba los delitos de
disolución social, que se entendían como la difusión de ideas que perturben el orden público o
afecten la soberanía nacional.
3. Desaparición del cuerpo de granaderos. Este grupo policial participó en varios actos de
represión estudiantil previos al 2 de octubre.
4. Destitución de los jefes policíacos Luis Cueto y Raúl Mendiolea. En 1968, eran
respectivamente el jefe y el subjefe de la policía capitalina y habían tenido roces con los
estudiantes en varias ocasiones.
5. Indemnización a las víctimas de los actos represivos. Antes de la masacre de Tlatelolco,
ocurrieron varios enfrentamientos que dejaron estudiantes muertos.
6. Deslinde de responsabilidades de los funcionarios involucrados en actos de violencia contra
los estudiantes y establecer un diálogo público entre autoridades y el CNH para negociar las
peticiones.
¿QUIÉNES FUERON LOS RESPONSABLES?
Cuando ocurrió la masacre de Tlatelolco, el presidente era Gustavo Díaz Ordaz. Recuerda que
hasta antes del 2000, el PRI era el partido dominante que prácticamente tenía asegurado ganar
cada elección presidencial.
El número dos del gobierno de Díaz Ordaz era Luis Echeverría Álvarez, quien fungía como
secretario de Gobernación. Echeverría tenía bajo su responsabilidad a la hoy extinta Dirección
Federal de Seguridad (DFS), un órgano de inteligencia política y social.
En 2006, un magistrado federal emitió una resolución en la que se responsabiliza a Luis
Echeverría por ser el "concebidor y preparador" de la matanza de Tlatelolco de 1968, que tuvo
como objetivo destruir al "grupo nacional opositor Consejo Nacional de Huelga".
2 de octubre de 1968
Consecuencias
Las consecuencias que tuvo el 68 con las generaciones posteriores han sido
devastadoras en cuanto a la pérdida de capacidad de compra y de acceso al
progreso. La nefasta aparición en la historia moderna de México de éste individuo y
de su tribu significó la imposición de un sistema de gobierno basado en la represión
y la intolerancia, y lo peor, empinaron a nuestra nación hacia un desfiladero del que
aún no salimos. Al margen de haber instituido la impunidad y consolidar la
corrupción sistémica en las instituciones nacionales, la incompetencia de Echeverría
de gobernar reprimiendo la demanda interna quedó reflejada en tres indicadores
clave: una devaluación del peso frente al dólar que fue de 12.5 a 20.5 de los viejos
pesos, que coincide curiosamente con el actual régimen, un incremento en la
deuda externa que recibió de 4 mil millones de dólares a 20 mil millones de dólares
yel haber iniciado la petrolización de la economía nacional. Este perverso esquema
de gobierno se continuó en los siguientes cuatro sexenios llevando la paridad a
cifras superiores a los 9 mil pesos viejos, la deuda a niveles mayores a los 160 mil
millones de dólares y a una dependencia peligrosa de una institución como Pemex
que competitivamente no tiene valores agregados en lo que vende.
Han transcurrido 48 años y la deuda con aquellos jóvenes sigue sin ser atendida:
tener buenas corporaciones policiales. No solamente no se atendió, sino que aquel
cuerpo de granaderos aún existe y aquella incompetencia denunciada por los
jóvenes del 68 era tan real y existía, que en el 2006, al entonces presidente
Calderón no le quedó de otra que hacer intervenir militarmente a las Fuerzas
Armadas en la guerra en contra de la delincuencia organizada
En la Plaza de las Tres Culturas fue instalado un monumento en honor a los caídos
en 1968. Por su parte, la UNAM creó el Centro Cultural Universitario Tlatelolco, que
incluye el Memorial del Movimiento Estudiantil formado por una instalación
multimedia. Además, el movimiento estudiantil y la masacre de 1968 han inspirado
diversas expresiones en la cultura mediática, como la película Rojo Amanecer de
1989 o el libro La noche de Tlatelolco de Elena Poniatowska.
El 2 de octubre es un día de luto oficial, por lo tanto en esa fecha la bandera
nacional debe izarse a media asta.
2 de octubre de 1968
Estrategia mediática
El gobierno de México contó con una estrategia de sabotaje, infiltración y
una campaña de desprestigio realizada por medios de comunicación1
como El Heraldo, El Sol de México, El Universal, El Día, y La Prensa hacia el
movimiento desde las primeras semanas de su desarrollo. A semejanza de
otros conflictos sociales, el gobierno ejerció una fuerte censura a la
libertad de expresión,1 por lo cual, las versiones preliminares de los
diarios del día siguiente al 2 de octubre hablaron en lo general, de la
versión oficial de un choque entre el gobierno y algunos estudiantes
armados, y el correspondiente castigo a "saboteadores" y "agitadores".
2 de octubre de 1968
Algunos de los titulares de los periódicos del 3 de octubre de 1968 fueron:
El Universal: "Tlatelolco, campo de batalla. Durante varias horas
terroristas y soldados sostuvieron rudo combate"
El Sol de México: "El objetivo: Frustrar Los XIX Juegos. Manos extrañas se
empeñan en desprestigiar a México"
Excélsior: "Recio Combate al Dispersar el Ejército un Mitin de Huelguistas"
Novedades: "Balacera Entre Francotiradores y El Ejército, En Ciudad
Tlatelolco"
Últimas Noticias de Excélsior: 24 civiles muertos y más de 500 heridos.
Cifras incompletas de militares heridos.
Sólo algunos medios internacionales, como The New York Times, dieron
cobertura a los hechos. En la Plaza de las Tres Culturas se encontraba la
periodista Oriana Fallaci, quien resultó herida y considerada muerta. Su
testimonio posterior fue de «una masacre peor de las que he visto
durante la guerra». En 1971 la periodista Elena Poniatowska publicó el
libro La noche de Tlatelolco, construido esencialmente con testimonios de
las personas involucradas en el conflicto y el reportaje de la misma
escritora.