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ACCIÓN MILITAR Y POLÍTICA DE SIMÓN BOLÍVAR

Bolívar Fue un militar y político sudamericano, se convirtió desde 1813 en el


máximo conductor de la revolución que culminó con la independencia de
Sudamérica, por lo que es conocido como el Libertador.

Bolívar viajó a través de España, Francia e Italia. En el Monte Sacro, en Roma,


juró libertar a su patria (15 de agosto de 1805). De vuelta en Caracas en junio de
1807, conspiró contra el régimen realista. El 19 de abril de 1810 los criollos
destituyeron al gobernador y capitán general Vicente Emparán, integrando una
Junta Conservadora de los Derechos de Fernando VII, eufemismo tras el que se
ocultaban verdaderas intenciones de independencia política. Con el grado de
coronel, Bolívar fue en misión diplomática a Londres, donde consiguió inclinar las
simpatías del gobierno británico hacia la revolución venezolana. En esa misma
capital inglesa se entrevistó con Francisco de Miranda y lo invitó a regresar a
Venezuela.

A raíz de la Perdida la primera República, gracias al fracaso militar del marqués


del Toro, primero, y luego de Francisco de Miranda, quien capituló en San Mateo
(25 de julio de 1812), los principales dirigentes hubieron de exiliarse. Bolívar
obtuvo el pasaporte para Curazao, desde donde viajó a Cartagena de Indias
(actual Colombia). Allí publicó el Manifiesto de Cartagena (2 de noviembre de
1812), en el que criticaba la irresoluta actuación de Miranda, que le condujo a la
capitulación; y, en la Memoria a los ciudadanos de Nueva Granada (15 de
diciembre de 1812), les invitaba a acompañarlo a libertar Venezuela, tras
explicarles cuáles fueron las causas del fracaso republicano, enumerando entre
éstas la adopción del sistema tolerante, la disipación de las rentas públicas y el
sistema federal.

De inmediato inició una campaña fulgurante a lo largo del río Magdalena,


limpiando de realistas todo el territorio hasta llegar a Cúcuta. Desde aquí
emprende la denominada 'Campaña admirable' (14 de mayo de 1813), que le
condujo triunfante hasta Caracas (6 de agosto), luego de reconquistar las
ciudades a su paso. En Trujillo dictó la proclama de "Guerra a muerte".

Reconquistada la capital, Bolívar gobernó mediante tres Secretarías de Estado,


pero no se estacionó en Caracas, sino que combatió en Bárbula (30 de
septiembre) y en Las Trincheras (3 de octubre). La Municipalidad de Caracas lo
proclamó capitán general de los Ejércitos de Venezuela, con el título de
Libertador (14 de octubre).

Bolívar sufrió el 10 de noviembre de ese año 1813 una derrota en Barquisimeto,


pero logró vencer en Vigirima (25 de noviembre) y en Araure (5 de diciembre).
José Félix Ribas, uno de los generales de Bolívar, derrotó a los realistas en La
Victoria el 12 de febrero de 1814. El propio Bolívar triunfó dos veces sobre el
realista José Tomás Boves en San Mateo (28 de febrero y 25 de marzo), y sobre
Cagigal en la primera batalla de Carabobo (28 de mayo), triunfos que no
lograron consolidar el ejército de Bolívar. Presionado éste por Boves, emigró a
Oriente al frente de 20.000 caraqueños (7 de julio). En Aragua de Barcelona
Bolívar y Bermúdez perdieron frente a Morales la batalla más sangrienta de la
guerra independentista (17 de agosto).

El Discurso de Angostura es la pieza oratoria más importante de Simón Bolívar.


Hace un análisis sociológico de los venezolanos; se pronuncia contra la esclavitud
y por la democracia; mantiene su preferencia por el centralismo frente a la
constitución federal; propone un Senado hereditario como base fundamental del
poder legislativo; se inclina por un poder ejecutivo enérgico al estilo británico; hace
de la educación popular "el cuidado primogénito del amor paternal del Congreso",
acuñando la máxima: "Moral y luces son los polos de una República: moral y luces
son nuestras primeras necesidades". Y plantea un poder moral para prevenir la
corrupción administrativa, lo que no fue acogido por los diputados de entonces
sino como apéndice de la Constitución de Angostura (15 de agosto de 1819).

Elegido presidente de Venezuela (15 de febrero de 1819), Bolívar, hombre de


acción, se dirigió en busca de la libertad de Nueva Granada. Desde Apure, con
soldados llaneros y oficiales de la Legión Británica, emprendió la 'Campaña de
los Andes', que culminó con la derrota de Barreiro en Boyacá el 7 de agosto. Al
huir de Bogotá el virrey Juan Sámano, quedaba libre Nueva Granada.

Bolívar formó gobierno en Bogotá, nombrando vicepresidente al general


Francisco de Paula Santander, dictó medidas administrativas y regresó a
Angostura, donde creó la República de Colombia, con los departamentos de
Venezuela, Cundinamarca y Quito (17 de diciembre de 1819).

Beneficiado por la revolución liberal ocurrida tras el pronunciamiento de Rafael


del Riego en España (1 de enero de 1820), firmó ese año un Armisticio y un
Tratado de Regularización de la Guerra (27 de noviembre) con el general
español Pablo Morillo. Roto el Armisticio, se llegó a la batalla de Carabobo (24
de junio de 1821), que aseguraba la independencia de Venezuela.

Entre tanto, Bolívar había encomendado al joven general Antonio José de Sucre
la incorporación de Guayaquil a Colombia. Lograda ésta, Sucre se apresuró a
liberar a Quito, lo que consiguió con la batalla de Pichincha (24 de mayo de
1822), al tiempo que el Libertador vencía en Bomboná (7 de abril de 1824) y
Junín (6 de agosto de 1824), preludios de la batalla de Ayacucho (9 de diciembre
de 1824), librada por Sucre, con lo que quedaba libre de españoles la América
del Sur. En Quito conocía Bolívar a Manuela Sáenz, a quien hará su compañera
prácticamente hasta el final de sus días.

Para este momento, la actividad del Libertador es admirable. Después de la


entrevista de Bolívar y José de San Martín en Guayaquil (el 27 de julio de 1822),
Bolívar decidió auxiliar a Perú con soldados y armas. Autorizado por el Congreso
de Colombia, el Libertador llegó a Lima, cuyo gobierno le pedía que dirigiera la
guerra. El Congreso de Perú le nombró dictador (10 de febrero de 1824), y
lograba controlar las intrigas de los propios peruanos, al tiempo que organizaba
el Estado, creaba colegios, establecía la Universidad de Trujillo, o decretaba
pena de muerte para los defraudadores del tesoro público; hasta que se vio
obligado a delegar todas sus facultades en Sucre (24 de octubre de 1824), por
habérsele suspendido la autoridad para dirigir la guerra en Perú.

Después de la batalla de Ayacucho (9 de diciembre de 1824), una Asamblea


reunida en Chuquisaca acordaba la creación de Bolivia (6 de agosto de 1825),
cuya Constitución redactó el propio Bolívar. Cuando iba camino de Venezuela,
llamado por el estallido de La Cosiata (30 de abril de 1826), en Perú le
nombraban presidente vitalicio (30 de noviembre de 1826); pero el Libertador no
aceptó.

Ya en Venezuela, indultó a los comprometidos en La Cosiata y sostuvo en el


cargo de jefe superior civil y militar a Páez (1 de enero de 1827). Reformó los
estatutos de la Universidad de Caracas y se dirigió a Bogotá (5 de julio). Bolívar
no regresó nunca a Venezuela.

Disuelta la Convención de Ocaña (9 de abril-10 de junio de 1828), Bolívar dictó


el Decreto Orgánico de la Dictadura (27 de agosto) y eliminó la Vicepresidencia
de Colombia, con lo cual Santander quedaba sin autoridad. Ello condujo al
atentado contra la vida del Libertador del 25 de noviembre de aquel año. Si se
salvó físicamente, gracias a la intervención de su amante Manuela Sáenz,
moralmente quedó muy afectado.

Bolívar renunció ante el último Congreso de Colombia (27 de abril de 1830), y


partió de Bogotá once días más tarde hacia Cartagena. Allí recibió, el 1 de julio,
la noticia del asesinato de Sucre, ocurrido en Berruecos (4 de junio).

CONSTRUCCION DEL MOVIMIENTO MILITAR, PATRIOTICO Y POLÍTICO

Bolívar se incorpora al Ejército, con el grado de Coronel contribuye en 1.811, bajo


las órdenes de Miranda al sometimiento de Valencia. En 1.812 a pesar de sus
esfuerzos, no logra evitar que la plaza de Puerto Cabello, de la cual era
comandante, caiga en poder de las fuerzas realistas por una traición. En el puerto
de la Guaira, un grupo de oficiales jóvenes, entre los cuales figura Bolívar,
deseosos de continuar la lucha, arrestan al infortunado precursor. Pero todos los
esfuerzos son inútiles. Bolívar logra salvarse gracias a la hidalguía de un amigo
suyo, Don Francisco Tuturbe, quien obtiene un pasaporte para él. Se traslada a
Curazao, y luego a Cartagena de Indias.

Comienza entonces sus fulgentes campañas militares, en las cuales alternarán


victorias y reveses hasta 1.818, y a partir del año siguiente predominarán los
triunfos. A la cabeza de un pequeño ejercito, limpio de enemigos las márgenes del
río Magdalena, toma en Febrero de 1.813, la villa de Cúcuta, e inicia en Mayo la
liberación de Venezuela. La serie de combates y de Hábiles maniobras que en tres
meses condujeron vencedor desde la frontera del Táchira, hasta Caracas, en
donde entró el 6 de Agosto, merecedora verdad el nombre de Campaña
Admirable. A paso por Trujillo, en Junio, hizo dictado el Decreto de Guerra a
Muerte, poco antes, a su paso por la ciudad de Mérida, los pueblos le habían
aclamado libertador, título que le confieren solemnemente en Octubre de 1.813 la
Municipalidad y el pueblo de Caracas con el cual había de pasar a la historia.

El periodo que va de Agosto de 1.813 a Julio de 1.814, la segunda República, es


en verdad el terrible de la historia de Venezuela. La guerra a muerte te hace furor
y los combates y batallas indecisos, períodos que suceden uno a otro con gran
rapidez. A pesar de victorias como la de Araure, la de Bocachica, o la primera
batalla de Carabobo, y de resistencias tan heroicas como, la del campo
atrincherado de San Mateo y de la ciudad de Valencia, tanto Bolívar como el
General Santiago Mariño, se ven obligados a ceder ante el número de los
adversarios, cuyo principal caudillo es el realista José Tomás Boves. Este triunfa
en la batalla de la Puerta (Junio de 1.814) los patriotas se ven en la necesidad de
evacuar la ciudad de Caracas. Se produce una gran emigración hacia el Oriente
del País.

El libertador halla de nuevo fraterno asilo en la Nueva Granada, donde interviene


con variada suerte en las contiendas políticas internas y logra que la ciudad de
Bogotá se incorpore a las provincias unidas. En Mayo de 1.815 hallándose frente a
Cartagena Bolívar abandona el mando para evitar el estallido de la guerra civil.
Asilado en Jamaica desde Mayo hasta Diciembre de 1.815, aguarda impaciente el
momento de intervenir de nuevo en la lucha.

Mientras que la derrota de Napoleón en Europa, y la llegada a Venezuela de un


poderoso ejercito español que manda el General Pablo Morillo infunden nuevos
ánimos a los partidos de la causa realista, Bolívar tras escapar en Kingston del
puñal de un asesino a sueldo, se traslada a la República de Haití, en busca de
recursos con que continuar la lucha. El presidente de Haití se los proporciona.
Pronto sale de los cayos a Mando de Bolívar. La expedición llega a Margarita en
Mayo de 1.816 Carúpano es tomado por asalto, ahí da Bolívar el 2 de Junio un
decreto que concede la libertad de los esclavos. La expedición pasa luego al
Puerto de Ocumare de la Costa, en donde Bolívar se separó accidentalmente del
grueso de sus fuerzas y debe embarcarse de nuevo. A comienzos de 1.81 7,
Bolívar se halló en Barcelona. Su objetivo es apoderarse de la Provincia de
Guayana, y hace de ella la base para la liberación definitiva en Venezuela. en
Julio, la capital de aquella Provincia, Angostura (Hoy Ciudad Bolívar) es tomada
por los patriotas.

Bolívar crea el Concejo de estado, el Consejo de Gobierno, el Concejo superior de


Guerra, la Alta Corte de Justicia, el Tribunal del Consulado, y se preocupa por
establecer un periódico, el Correo del Orinoco. Entre tanto tiene que luchar no sólo
contra los españoles sino también contra la anarquía que se había insinuado en su
propio campo; en Octubre de 1.817, tras un juicio militar, el General Manuel Piar,
uno de los principales Jefes Republicanos, es fusilado en Angostura.

En esos mismos días, el libertador dicta la ley de Repartición de Bienes


nacionales, que habrá de contribuir a fortalecer el sentimiento patriótico. En 1.818,
el libertador logra sorprender en la ciudad de Calabozo al General realista Morillo,
pero los republicanos son derrotados en el sitio, Bolívar esta a punto de morir a
mano de una patrulla realista. El Segundo Congreso de Venezuela, convocado
por Bolívar, se reúne en Angostura el 15 de Febrero de 1.819. Poco después,
emprende la campaña que había de libertar a la Nueva Granada. El ejercito
tramonta los Andes por el inhóspito Páramo de Pisba, y tras los cruentos
combates, en Julio de 1.819 de Gamasa y del Pantano de Vargas, obtiene un
triunfo decisivo en la Batalla de Boyacá, el 7 de Agosto. Días después, Bolívar
entra en Bogotá. El Libertador regresa a Angostura donde el Congreso ha
propuesto suya, expide la Ley Fundamental de la República de Colombia, en
Diciembre de 1.819.

Este gran estado, creación del Libertador comprendía las actuales Repúblicas de
Venezuela, Colombia, Ecuador y Panamá. Si estos acontecimientos que había
fortalecido la causa Republicana, vino a España en Enero de 1.820. En todas
partes los ejércitos de la República obtienen ventajas. Cartagena es situada,
Mérida y Trujillo, libertador. El nuevo Gobierno español intentó llegar a un acuerdo
pacífico con los patriotas. Los comisionados de ambas partes firman en Trujillo en
Noviembre de 1.820, un tratado de Armisticio y otro de Regularización de la
guerra.

El Libertador y el General Morillo se entrevistan en el pueblo de Santa Ana. El 24


de Junio de 1.821, en la Sabana de Carabobo, Bolívar da una Batalla que decide
definitivamente la Independencia de Venezuela El Libertador entra triunfador en
su ciudad natal en medio de la alegría de sus conciudadanos, el 29 de Junio de
1.821. Vuelve ahora la mirada hacia el Ecuador, dominado todavía por los
españoles. En 1.822 dos ejércitos patriotas trataron de libertar a Quito. Bolívar
conduce el del norte, el General Antonio José de Sucre el de sur partiendo de
Guayaquil. La acción de Bomboná dada por Bolívar en Abril, quebranta la
resistencia de los pastusos, mientras que la Batalla de Pichicha, ganada por Sucre
el 24 de Mayo, libera a Ecuador. A mediados de 1.823, la situación política –
militar del Perú se habla deteriorado muchísimo. Llamado por el Congreso y por el
pueblo de aquella nación. El libertador se embarcó a Guayaquil el 7 de Agosto y
llegó a comienzos de Septiembre al Callao. Bolívar facultado únicamente para
dirigir las operaciones militares, se dedicó con tesón a reorganizar el ejército.
En Enero de 1.824, Bolívar se hallaba enfermo de cuidado en Pativilca, en la
Costa del Perú, donde recibió la noticia de la guarnición del Callao se había
pasado a los realistas. Lima cae en manos de los realistas, pero el Congreso del
Perú, antes de disolverse nombra a Bolívar dictador con facultades ilimitadas para
salvar al país. El acepta serenamente tan tremenda responsabilidad. Emprende la
ofensiva y el 6 de Agosto de 1.824, en Junín, derrota al ejército real del Perú,
mientras Bolívar entra a Lima y restablece el sitio del Callao, el General Sucre, en
Ayacucho, pone el sello definitivo a la libertad americana, el 9 de Diciembre de
1.824. El Libertador buscaba la unión fraternal de las naciones de
Hispanoamérica, en un clima de libertad y mutuo respeto.

Ha terminado la fase militar de la Independencia, el 10 de Febrero de 1.825, ante


el Congreso Peruano reunido en Lima, Bolívar renuncia a los poderes ilimitados
que le había sido conferidos.

La carrera militar de Simón Bolívar duró más de 20 años. En ese tiempo tuvo que
saborear amargas derrotas. También conoció el exilio. En varias ocasiones se
refugió en Curazao, Cartagena, Jamaica y Haití.

Durante la lucha por la Independencia, varios líderes importantes compitieron con


Bolívar en la conducción de la guerra. Tal fue el caso de Mariño, Ribas, Piar,
Páez, Santander y otros. Sin embargo, fue a partir de 1819 que el liderazgo del
Libertador se consolidó con las victorias de Boyacá, Carabobo, Bombona y Junín,
cuando le dieron al continente americano la independencia definitiva del dominio
español.

Los viajes despertaron su interés por la política. El 10 de mayo de 1828, Bolívar


dijo: "Es de creer que en Caracas o San Mateo no me hubieran nacido las ideas
que me vinieron en los viajes, y en América no hubiera tomado aquella experiencia
ni hecho aquel estudio del mundo, de los hombres y de las cosas que tanto me
han servido en todo el curso de mi carrera política.
La muerte de su esposa le permitió dedicarse a la política. Sobre este particular,
Bolívar dijo: "Sin la muerte de mi mujer yo no habría regresado a Europa. Esta
circunstancia me lanzó muy lejos en el camino de la política, ella me hizo seguir el
carro de Marte en lugar de seguir la carrera de Ceres.

Las ideas fundamentales de Bolívar reflejan su formación intelectual y sus


experiencias como jefe político y militar.

Por ejemplo, la dura posición contra España y los españoles y, por la otra parte, su
visión favorable hacia la política británica y la ilustración europea están presentes
en sus escritos fundamentales.

Para entender mejor las ideas del Libertador, es importante comprender que ellas
respondieron a duras y diferentes crisis. Tal como dice Johnson: sin su ambiente
real. Estas ideas bolivarianas han sido usualmente incomprendidas. No debemos
olvidar (dice Johnson que Bolívar no fue un teórico sino un hombre de acción, con
una remarcable intuición política.)

Su participación en la Sociedad Patriótica de Caracas de 1811: En la Sociedad


Patriótica, Bolívar dejó ver las aptitudes, que exhibió durante su fructífera carrera
de guerrero y estadista. La "Sociedad Patriótica", especie de club revolucionario,
forma la opinión pública a favor de la independencia y presiona para que el
Congreso declare cuanto antes la independencia absoluta. La Sociedad Patriótica
presionaba, pero no era otro Congreso como alguien imaginó. Para borrar este
equívoco. Bolívar respondió de la siguiente manera; "No es que hay dos
Congresos.

Esta participación de Bolívar en la acción revolucionaria se ajustaba a la promesa


hecha en el Monte Sacro en Roma.

Juramentó en el Monte Sacro: “juro delante de usted. Maestro: Juro por el Dios
de mis padres; juro por ellos, juro por mi honor, y juro por la patria que no daré
descanso a mi brazo ni reposo a mi alma hasta que haya roto las cadenas que nos
oprimen".

PLAN DE BOLÍVAR PARA LA LIBERACIÓN DE LATINOAMERICANA

Cuando Francia invadió España, un espíritu de emancipación se manifestó en


todas las posesiones españolas. Primero Cartagena y luego Quito, declararon por
medio de actos solemnes su separación de la Madre Patria. Otras, al contrario,
permanecieron fieles a la corona.

Así comenzó la lucha entre España y sus colonias americanas, lucha que continuó
durante años con alternativas de éxito y de derrota con frecuencia caracterizada
por los excesos que cometía el vencedor.

Las fuerzas militares de que disponían los virreyes de la Nueva Granada, unidas a
las del Virreinato del Perú no eran suficientes para contener a los independientes,
quienes sin duda hubieran triunfado a no ser por las discordias intestinas nacidas
de jefes ambiciosos e incapaces. De todas maneras habían terminado por ocupar
a Santa Fe.

Los españoles fueron desterrados de la capital, despojados de sus bienes y en


una palabra, tratados con el máximo rigor. Un capitán, Francisco de Alcántara,
encargado de llevar a Cartagena 40 deportados, hizo fusilar a 16 de ellos bajo el
pretexto de que estaban demasiado fatigados para continuar el camino. Estos
actos de crueldad eran frecuentes de una y otra parte.

Mientras que los patriotas estaban divididos por mezquinas pretensiones


personales o por sus opiniones sobre la forma que se debía dar al gobierno
republicano, se supo que un ejército español de 12.000 hombres, al mando del
general Pablo Morillo acababa de desembarcar en Venezuela y se dirigía sobre
Cartagena y Santa Fe.
Después de un memorable sitio, Cartagena capituló; las tropas españolas
marcharon entonces hacia el interior. En el año de 1815, Morillo llegó a la capital
de la Nueva Granada y los patriotas se retiraron hacia los llanos de Casanare en
donde, diseminados por esas interminables llanuras, podían desafiar a sus
enemigos.

La recién nacida república ya había dejado de existir y sus artífices todavía


discutían si ésta debería ser centralista o federalista.

El teniente general Morillo había conducido en España una guerra de emboscadas


contra los franceses; era un soldado advenedizo, sin ninguna | educación y tenía
como segundo al mariscal de campo Pascual Enrile, nacido en La Habana, oficial
de marina muy distinguido, pero que no era inferior a su jefe en cuanto a crueldad.

Los americanos confiados en la amnistía que les había sido ofrecida, tuvieron la
imprudencia de no buscar su salvación huyendo de sus residencias. Los más
distinguidos por su posición y talento fueron juzgados sumariamente por un
“consejo de purificación” y fusilados luego. Entre ellos José Caldas, cuyos trabajos
habían llamado la atención del mundo científico; por un momento se esperó que
Enrile mostrara piedad e indulgencia en vista de que también había sido un
hombre de estudio, pero no fue éste el caso; Enrile se apoderó de los admirables
dibujos y de los manuscritos del herbario que contenía numerosas plantas
recogidas por Mutis con grandes dificultades, con la ayuda de su discípulo Caldas
y además se llevó mapas topográficos levantados por este joven ingeniero. Las
cárceles estaban llenas de presos patriotas y durante la estancia de Morillo y de
Enrile en Santa Fe fueron fusilados 125 de ellos. Los que se salvaron de este
suplicio fueron condenados a trabajos forzados. La persecución se extendió por
todo el país y se llegó a torturar a los que rehusaban revelar dónde se
encontraban sus parientes o sus amigos.

Orgulloso de los éxitos obtenidos en la Nueva Granada, Morillo concibió el


proyecto de pacificar toda la América española, llevando su ejército al Perú, a
Buenos Aires y hasta México, en donde se habían sublevado contra la autoridad
de la Península.

Estas quiméricas esperanzas se disiparon pronto al saberse que varios valientes


jefes patriotas, desafiando todos los peligros y las más grandes privaciones,
continuaban la guerra de independencia desde la isla Margarita y desde los llanos
regados por el Orinoco y que Bolívar, quien se había retirado entonces a Santo
Domingo, organizaba una expedición con el objeto de reconquistar el continente.
Debido a estos acontecimientos las fuerzas realistas se debían dirigir
inmediatamente hacia Venezuela.

En diciembre de 1816, 4.000 hombres descendieron la cordillera desde Sogamoso


y Chita, para llegar a los llanos de Casanare y de Barinas. El ejército español
corría hacia su perdición, ya que tendría que luchar contra el clima y además
encontrar los mismos obstáculos que habían diezmado a los conquistadores que
buscaron el fantástico Dorado.

Los caballos del brillante escuadrón de húsares de Fernando VII, los de la artillería
y las mulas de carga, quedaron fuera de servicio muy pronto. Sin los jinetes
indígenas al servicio del rey, que eran los encargados de conseguir el ganado,
este ejército habría muerto de hambre; oficiales y soldados fueron atacados por
las fiebres y a poco tiempo se convirtió en un ejército de enfermos que actuaban
en un país enemigo, ya que hubo una insurrección general en los llanos de
Casanare en donde se proclamó la independencia.

Un monje de la orden de los predicadores, fray Ignacio Mariño comandaba las


guerrillas que hostigaban sin cesar a las tropas reales. La caballería española no
podía resistir a estos llaneros casi desnudos, armados de lanzas, que montaban
caballos criollos, cuyo típico jinete, el general Páez, derrotó en casi todos los
encuentros a la caballería de Morillo y llegó a ser uno de los héroes de la
independencia.
Esta superioridad de los llaneros se sostuvo durante toda la campaña de 1816 a
1818; la guerra se hacía con la caballería y muy poca infantería.

La movilidad de los escuadrones de los criollos, la rapidez de sus


desplazamientos, su costumbre de atravesar a nado los ríos crecidos por las
lluvias, el conocimiento del terreno, la abundancia de ganado cuya carne era el
alimento único de estos hombres y en algunos casos de las bestias, la ausencia
de ambulancias, de parque de provisiones y de municiones, daban ventajas
apreciables a las tropas de la independencia. El ganado y los caballos eran
considerados como bienes comunes y se incautaban donde se les encontraran.

El llanero no necesitaba ropa; con gran frecuencia se vestía a costa del enemigo.
Más de un soldado de Páez aparecía vestido como un húsar realista, después de
un combate. Acostumbrados a nutrirse de carne, no les era indispensable otro
alimento; nadadores expertos desde temprana edad, ni las aguas del Orinoco, ni
del Apure ni del Casanare los detenían. Los sufrimientos de los llanos eran para
los que no estaban acostumbrados a su clima. Toda persona capaz de usar un
arma se incorporaba a un escuadrón; no había excepción ninguna; es así como en
los combates de Yagual y de Mucurito se veían entre los lanceros a abogados y a
eclesiásticos; el populacho seguía al ejército y todos marchaban reunidos,
descalzos y a medio vestir, alimentándose de carne de res, sin sal.

Si los llaneros, por medio de cargas impetuosas, derrotaban a la caballería


española, no lograban lo mismo contra la infantería formada en cuadro y que
presentaba a los asaltantes un muro de acero. Así fue como sucedieron escenas
que recordaban las de la guerra de Egipto en donde algunos batallones de
infantes bien disciplinados resistieron a una multitud de mamelucos. En efecto, fue
la infantería la que salvó, o mejor retardó la pérdida de las divisiones españolas
que irrumpieron tan imprudentemente en los llanos.

Bolívar, retirado en Santo Domingo debido a disensiones intestinas que habían


tenido lugar después del desembarco de Morillo, llegó en diciembre de 1816 a
Barcelona (Venezuela) con algunos oficiales y un cargamento de armas y
municiones.

Del litoral se internó en los llanos del Apure y el 2 de mayo de 1817 pasó a la
margen derecha del Orinoco, en donde se unió a la caballería de Páez. Fue
proclamado jefe supremo y la ciudad de Angostura (8º de latitud norte, 66º
longitud) fue el centro de la República de Venezuela.

Las misiones del Caroní, en el alto Orinoco, dirigidas por 22 padres capuchinos,
completamente adictos a la causa realista, fueron tomadas por el coronel Piar. De
allí se consiguieron buenos recursos en hombres, en bestias y en ganados para el
ejército de la independencia y los capuchinos fueron encarcelados en el convento
de Carache.

Bolívar, en su cuartel general de Angostura, organizaba y concentraba el ejército


patriota, cuando fue informado de que Morillo, en Chaparro, trataba de conquistar
la Guyana, quitándosela a los republicanos; de acuerdo con esto, se le dio orden
al oficial que comandaba a Carache de conducir a los religiosos confiados a su
cuidado a una misión situada más allá del río Caroní; este oficial, imaginando que
se trataba de hacer pasar la barca de Caronte a los infelices prisioneros, los hizo
matar. Fueron masacrados por sus catecúmenos indígenas.

La campaña de los llanos continuó muy activa; Morillo fue gravemente herido de
un lanzazo en el abdomen y Bolívar tuvo fiebres. Se hacía la guerra de guerrillas y
hoy sonreímos al pensar en el jefe supremo de una república, todavía en parte en
poder de España, organizando su cuartel militar compuesto de tiradores,
granaderos y dragones de la guardia; más tarde hubo un regimiento de guías.

El general Bolívar tenía la manía de tratar de imitar a Napoleón I y esto dio por
resultado una tendencia a un militarismo nocivo en un país en donde él tuvo
durante tanto tiempo una influencia tan grande y legítima.
Bolívar era un entusiasta admirador del gran emperador; estando en París en
1803 y 1804, asistió a una revista que el Primer Cónsul pasaba en el patio de las
Tullerías y se le vio en los días siguientes pasearse con el sombrerito legendario y
la levita gris. Sus amigos Humboldt y Gay-Lussac, creyeron que estaba loco.
Muchos años después vi a Bolívar con un uniforme azul que recordaba por su
corte con solapas, aquel que le gustaba especialmente al emperador.

El Libertador trataba de copiar en sus proclamas el estilo notablemente ampuloso


de Napoleón, manía de la imitación bastante curiosa, en un hombre de un valor y
de un arrojo incontestable. Entre los militares que rodeaban a Bolívar se habrían
encontrado buenos jefes de división como Páez, Sucre, etc.

El militarismo creado desde el principio de la guerra de la independencia, recibió


un día una ruda lección en la persona del Libertador: en el curso de un banquete
diplomático, alguien lo comparó con Washington en el momento del brindis; un
americano del norte, herido por la comparación, alzó su copa y declaró que desde
el punto de vista de la libertad, Washington muerto valía mucho más que Bolívar
vivo.

En medio de los acontecimientos de una guerra incesante, un congreso


constituyente se instaló en Angostura. Las fuerzas españolas que quedaron en la
parte montañosa de la Nueva Granada, necesariamente se habían debilitado y
Bolívar pensó que era conveniente intentar una campaña en la cordillera, mientras
que Páez debía continuar la operación en el Apure.

Las tropas conducidas por el Libertador consistían principalmente en llaneros, así


que pudieron vencer todos los obstáculos a pesar de la estación lluviosa y de las
inundaciones; pero tan pronto llegaron a la región fría, sucumbió una gran
cantidad de soldados acostumbrados a los climas ardientes de los llanos.

Bolívar ocupó a Tunja en donde pudo reaprovisionarse; una batalla decisiva que
ganaron los independientes en Boyacá, les abrió las puertas de Santa Fe. El virrey
Sámano huyó a Honda tan precipitadamente, que no tuvo tiempo de llevarse el
tesoro: 700.000 piastras.

Bolívar fue recibido como un libertador con el entusiasmo que siempre se le


demuestra a los vencedores. Así terminó esta célebre campaña que había sido
concebida y ejecutada con notables decisión e intrepidez.

La derrota de Boyacá dejó un pánico en el ejército español justificado por un acto


cometido por el general Santander, encargado del gobierno de la Nueva Granada,
quien hizo pasar por las armas a 38 oficiales de la guarnición realista de Santa Fe.
Estas fueron tristes represalias, pero una ejecución odiosa fue la de un
comerciante que tuvo la imprudencia de exteriorizar un sentimiento de compasión
al ver los preparativos de suplicio de sus compatriotas y fue arrestado y fusilado
con ellos.

Después de su victoria, Bolívar marchó sobre Venezuela con el fin de paralizar los
esfuerzos que Morillo habría podido hacer para reconquistar a Santa Fe. Se dirigió
a Pamplona para organizar el ejército del norte, luego a Angostura donde se
enteró de la llegada a Margarita de la legión irlandesa compuesta por 5.000
hombres al mando del general d’Evreux.

El Congreso de Angostura al reunir la Nueva Granada a la Capitanía General de


Venezuela, proclamó que había quedado constituida la República de Colombia el
17 de diciembre de 1819.

Bolívar recibió la propuesta de una suspensión de hostilidades por el término de


un mes, en Cuenca, en donde había visto al general Morillo; los jefes españoles
comprendían que les era imposible volver a dominar a los americanos.

Los españoles perdían terreno continuamente. La provincia de Cumaná estaba


libre; los patriotas habían vuelto a tomar Mérida y Trujillo; oficiales realistas se
pasaban al servicio de los colombianos, lo que era un síntoma de tremendo
descorazonamiento. Sin embargo, Morillo seguía avanzado en la cordillera y su
cuartel general fue establecido en Caracha, cuando Bolívar se retira para tomar
una fuerte posición en Sabana larga.

Con tropas formadas por reclutas que no se atrevían a llevar a cabo movimientos
ofensivos, permaneció a la expectativa. Fue entonces cuando el general español
propuso un armisticio de seis meses, el cual sería efectivo en todo el territorio de
Colombia. Las negociaciones comenzaron y se declaró el alto al fuego y en
seguida tuvo lugar, en la población de Santa Ana, la célebre entrevista de Bolívar
y Morillo, después de la cual se regularizó la guerra.

Los generales pasaron una jornada bajo el mismo techo y fue un curioso
espectáculo el de esos dos hombres, enemigos implacables durante años,
recostados en una misma hamaca o intercambiando brindis en favor de la paz, en
el curso de una cena. Por un instante se olvidó la lucha cruel durante la cual se
había derramado tanta sangre. Un mes después el general Morillo, a solicitud
propia, fue relevado de su mando y regresó a España, dejando como sucesor al
general Latorre, mientras que Bolívar viajaba a la Provincia de Quito para hacer
aceptar las condiciones del armisticio en el Sur.

Se presentó una grave dificultad cuando una columna trató de pasar por la ciudad
de Pasto; toda la provincia estaba en estado de insurrección gracias a la influencia
del obispo de Popayán, Jiménez de Padillo, quien hacía que sus clérigos dirigieran
sus sermones contra los patriotas heréticos y sismáticos. La Provincia de Los
Pastos, debido a los accidentes del terreno, presenta posiciones inabordables y se
necesitó tiempo para dominarla. Esta provincia, gracias a sus aguerridos y
fanáticos habitantes, ha sido siempre la vendé de la América meridional; sin
embargo el general Sucre terminó por imponer allí el armisticio.

Las hostilidades comenzaron de nuevo en Venezuela al expirar la tregua y los


españoles, derrotados en Carabobo, se refugiaron en Puerto Cabello, cuyo
bloqueo, comenzado en 1822 por Páez, continuaba cuando me encontré con él en
Maracay, en febrero de 1823.
El 15 de abril los patriotas conquistaron sucesivamente el valle de Borburato, el
fuerte de Trincherón y varios puntos importantes; sin embargo la plaza fuerte no
capituló sino el 10 de noviembre. Luego la guarnición española se embarcó para
Cuba. La rendición de Puerto Cabello y la expulsión de los restos del ejército
expedicionario que condujo Morillo sobre las playas americanas en 1815, dejaron
libre el territorio de Colombia, formado entonces por Venezuela, la Nueva
Granada, y la Provincia de Quito. Solamente en algunos sitios se encontraban
guerrillas realistas que saqueaban y asesinaban al grito de “viva el rey”.

A manera de resumen el libertador Simón Bolívar ideó un plan y lo puso en


marcha. Su objetivo fue la liberación d las regiones amigas que aún eran colonias
españolas por eso se propuso liberar a Nueva Granada (actualmente Colombia)
que era colonia de los realistas. Con la ayuda de los patriotas planeó una
Campaña la cual culminó exitosamente en la Batalla de Boyacá (Colombia), el 7
de agosto de 1819.

Esta batalla fue un golpe mortal para los realistas y aseguró la independencia de
Nueva Granada. Bolívar, pensó que el éxito de esta batalla le permitiría entrar a
Venezuela y liberar la parte occidental y central, que en esos momentos todavía
se encontraba en manos de los realistas.

Tras esta victoria en el Congreso de Angostura, el 17 de diciembre de 1819, El


Libertador solicitó bajo decretó la creación de la República de Colombia, lo cual
era la integración de la Antigua Capitanía de Venezuela y el Virreinato del Nuevo
Reino de Granada, cuyos territorios quedan divididos en tres secciones con los
nombres departamento de Venezuela, Cundinamarca y Quito. Hoy día este
territorio está constituido por los países de Colombia, Venezuela y Ecuador.

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