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I.

INTRODUCCION
La cabra, considerada animal “multiproductivo“, pues es capaz de
proporcionar leche, carne, piel, pelo, estiércol y trabajo (Haba, 2001), fue
domesticada por el hombre desde la más remota antigüedad, cifrada por la
mayoría de los estudiosos en unos 10.000 años. Desde entonces entró a
formar parte de la alimentación del hombre,
Acompañándole en sus desplazamientos y participando de su forma de vida
nómada, sedentaria o sus variantes. Actualmente, en áreas tropicales y
subtropicales de los países del centro y este de África, la carne de cabra
constituye un componente importante de la dieta (Wilson
1958; Devendra y Burns 1983).
En los países de América Central y Suramérica la carne de cabra es
consumida con frecuencia por la población rural. En Turquía el 25% de la
población, ubicada en áreas rurales, consume únicamente carne de cabra
(Tuncel y Akman, 1983).
La crianza de ganado caprino desempeña un rol importante para los
productores ya que representa una importante fuente de alimentos e
ingresos económicos. En la actualidad está tomando mayor interés debido al
auge de la gastronomía, motivándolos a mejorar la calidad de sus productos
con la finalidad de satisfacer un mercado cada vez más exigente.
Desde siempre la carne se ha considerado sus propiedades altamente
nutritivas y de gran importancia su contribución a la alimentación del
hombre, bien por consumo directo o previamente trasformada en quesos,
leches fermentadas o productos con exquisitos sabores y aromas. (Crespo,
1994a).
II. OBJETIVOS

III. REVISION LITERARIA
3.1. La cabra
La cabra por su enorme rusticidad, adaptabilidad y relativa facilidad de
manejo es criada por las familias en muchas zonas que presentan climas y
suelos variados. En el ámbito mundial las cabras representan un 20% de
todos los rumiantes. Sin embargo, a las cabras se les da relativamente poca
atención (Van´t Hoofrot, 2004).
Por las condiciones de las zonas marginadas montañosas, en los valles y el
altiplano andino la cabra es un factor importante en las estrategias de vida
de las familias campesinas por ser un animal de poco riesgo: considerando
la baja inversión tiene altos retornos económicos y bajos riesgos financieros.
Es un rumiante que en comparación con otros animales puede consumir
alimentos muy diversos. Por eso, y por su forma particular de buscar
alimentos, las cabras generalmente se encuentren en mejor condición
corporal que las ovejas y los bovinos al final de la época seca; siendo éste
un factor a tomar en cuenta en un contexto de cambio climático e
inseguridad alimentaria (Arroyo, 2006).
Además, es un animal relativamente fértil y los rebaños crecen rápidamente;
es pequeño, lo que para las mujeres y los niños facilita su manejo. Genera
numerosos productos de importancia para el autoconsumo familiar, como
carne, leche, piel, grasa y sangre. Con relación a su peso, supera a la vaca
lechera en la producción de leche. La leche es de gran valor nutritivo, sobre
todo para niños, ancianos y enfermos, porque es más parecida a la leche
humana en comparación con la leche de vaca. Además, es una leche limpia
por el guano seco de la cabra.
La cabra significa un ahorro para tiempos difíciles, un tipo de seguro y a la
vez una posibilidad de financiamiento. Tanto para las familias pobres como
para las familias ricas, la cabra es como la ‘moneda’ entre los rumiantes. Por
todas estas razones, el valor de estos animales para las familias muchas
veces supera el valor en dinero que reciben por su venta en el mercado
(Van´t Hoofrot, 2004).

3.2. Sistema de crianza


3.2.1. Parición.
Conocida la fecha de encaste, se estima la fecha probable de parición,
considerando que los animales criollos tienen una preñez de 148 a 150 días.
Cerca del momento de parición se puede observar cambios en la vulva,
glándula mamaria y comportamiento animal. La vulva se observa enrojecida
y con secreciones, la glándula mamaria está llena de calostro y la cabra
busca lugares tranquilos. Con estos signos, y cercana la fecha probable de
parición, la cabra debe mantenerse en un lugar limpio, seco y protegido de
las condiciones ambientales, tales como viento o lluvias.
Es conveniente tener una maternidad con corrales individuales, agua y
alimento a libre disposición. Los corrales no deben tener más de 1,5 m2 por
animal y usarse, exclusivamente, para los dos a tres primeros días de
parición.
También es conveniente ayudar a secar la cría con un paño limpio y
desinfectar el cordón umbilical sumergiéndolo en yodo o utilizando un
algodón. La cría recién nacida, para sobrevivir y posteriormente
desarrollarse, debe consumir la primera leche, llamada calostro.
El calostro no solo aporta los componentes de la leche, sino que también
inmunoglobulinas y lípidos. Las inmunoglobulinas son proteínas que
participan en el sistema inmunológico de la cría para defenderse de
infecciones y enfermedades que las afectan desde sus primeras horas de
vida. Los lípidos son fuente de energía necesaria para la cría, la cual nace
con muy pocas reservas corporales, por lo que esta fuente energética ayuda
a la termorregulación durante las primeras horas. El calostro comienza a
sufrir variaciones en su composición, hasta que comienza la producción
normal de leche. Este proceso de cambios de composición demora
aproximadamente tres días. En vísperas del parto es importante limpiar los
pezones con un paño y asegurarse que el canal del pezón no esté tapado
con materia grasa y tierra para que la leche pueda salir libremente.
Una forma de ayudar a que las pariciones de las cabras se desarrollen de
buena manera, es la utilización de celdillas (Figura 3.1.) localizadas en los
corrales, idealmente bajo techo, donde la hembra permanezca desde antes
del parto hasta que la cría esté más firme, de 3 a 4 días. Así disminuye la
mortalidad en comparación con cuando las crías nacen a campo abierto.
Durante el período que esté en la celdilla es necesario disponer de agua y
alimentación para la hembra.
Las celdillas no deben ser fijas, se apoyan a una muralla y unas con otras,
de modo que el panel más corto quede al frente para que la cabra pueda
salir.
3.3. Razas lecheras

3.4. Composición de la leche


3.5. Morfología de ganado caprino
IV. CONCLUSIONES
V. BIBLIOGRAFIA

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