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música, etc. Los viajes y los libros clan- conciliables. Pero no sólo existieron difi-
destinos sirvieron para entrar en contac- cultades externas, empezaban las inter-
to con la militancia feminista exterior, y nas. La forma de organización asamblearia
figuras como Simone de Beauvoir ofre- comenzaba a ser cuestionada, detrás de
cieron no sólo una obra para la reflexión, ella se escondía el problema del poder que
sino también una vida para el ejemplo. más tarde provocaría un debate, y un
Pese a que las mujeres del cambio de motivo de escisión.
régimen político trabajaron en un con- El feminismo sirvió para abrir los ojos
texto difícil, éste se tornó favorable, ya ante una realidad discriminatoria, y como
que la lucha por las libertades en España movimiento internacional para cuestio-
era un buen terreno para conseguir sus nar el orden vigente. El contexto español,
derechos, además de contar con el nuevo con un régimen autoritario y conserva-
movimiento feminista que en Europa y dor, hacía que el mundo tradicional y
EEUU cuestionaba el orden del mundo. cerrado se presentara a través de la legis-
El paso de lo individual a lo colectivo lación mucho más duro para la mujer. La
surgió de forma espontánea, clandestina y exclusión era una constante de nuestra
difusa, los bares o las casas particulares se legislación que regulaba la vida civil, y en
convirtieron en testigos de la conciencia- particular, la familia; hechos como la
ción de las mujeres que empezaban a per- «autorización marital», que representaba
filar lo que más tarde sería la agenda del la incapacidad jurídica de la mujer casada,
movimiento. Pequeños grupos de amigas, ejemplifican muy bien la tremenda desi-
interesadas en problemas sociopolíticos, gualdad que se sufría. El acceso de la
ligadas a la izquierda, en un momento de mujer a la universidad, que empezó a
cambio de vida personal, que buscaban ampliarse en los años setenta, permitió
teorizar tanto sobre los temas personales que las mujeres conocieran el ordena-
como políticos fueron multiplicándose a miento jurídico y sus presupuestos, el
comienzos de los setenta y estableciendo conocimiento abría la posibilidad de
redes entre ellas. El feminismo ganaba transformar un orden vivido como injus-
espacios. to. Se reclamaron todos los derechos polí-
Surgieron, así, las primeras formas de ticos, los referidos a los ámbitos laboral y
solidaridad, las guarderías, se convirtieron educativo, y los derechos a una sexuali-
en una reivindicación y en una ruptura dad libre, al control de la natalidad y al
generacional al entender la maternidad aborto; así como una ley de matrimonio
desde otra óptica. Empezaban a romper- civil y una ley de divorcio. El cambio legal
se los moldes tradicionales de las tareas y se convirtió en un prerrequisito necesa-
responsabilidades domésticas, y empeza- rio para iniciar las transformaciones en
ban también a construirse los estereoti- todos los ámbitos de la vida, y fue la pri-
pos negativos de las feministas desde la mera y más constante demanda de las
izquierda radical, los sectores más reac- feministas. La lucha por el divorcio, las
cionarios, y los propios medios de comu- reivindicaciones respecto al Código Penal
nicación, todos bajo el denominador y las discriminaciones laborales fueron los
común, aunque con presupuestos dife- ejes de la lucha por la igualdad.
rentes, de una pretendida moral. Fue un La clandestinidad marcó el inicio del
momento difícil de elaborar un lenguaje movimiento de mujeres, igual que ocu-
que uniera a las mujeres y a las feminis- rrió con los movimientos de oposición al
tas puesto que el cuestionamiento de los régimen. El control policial hizo que se
pilares tradicionales, como la familia y el utilizaran los espacios privados y espacios
matrimonio, desvinculaban a muchas que gozaban de status especial, princi-
mujeres creando sinsabores amargos irre- palmente la universidad y la iglesia, junto
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con organizaciones profesionales y alguna sindicatos, se puede decir que las dificul-
de carácter internacional. Comenzaba en tades de género se percibían en la mili-
aquella época a articularse asociaciones tancia siempre en el mismo sentido: las
feministas en toda España que servirían mujeres debían acatar las consignas par-
de plataforma para las diferentes activi- tidarias a las que quedaban subordinadas
dades. En el contexto represivo de la lucha sus reinvidicaciones. Las primeras elec-
antifranquista las mujeres de esa genera- ciones democráticas sirvieron al movi-
ción empezaron a definir las bases de sus miento feminista para presentar sus
reividicaciones de género, cristalizando demandas políticas a los diferentes parti-
en 1975, cuando convergieron todos estos dos, la decepción ante el proceso electoral
grupos espontáneos en una primera reu- se vivió por la utilización y manipulación
nión nacional. Este año, declarado por la con fines electoralistas por parte de los
ONU como el Año Internacional de partidos políticos de aspectos muy impor-
la Mujer, serviría para hacer la entrada del tantes para el feminismo. Aún así, las nue-
feminismo en la sociedad española como vas condiciones políticas abrían la puerta
una «alternativa global». Se empezaba a a la esperanza, y las mujeres siguieron
elaborar el discurso feminista, con encuen- demandando la igualdad, bien exigiendo
tros en lo teórico y desencuentros en la más representación en el espacio políti-
puesta en práctica. co, bien exigiendo grandes cambios en las
Una vez descubierta la dimensión condiciones legales de las mujeres, de ahí
social de sus problemas se comenzó a pasar la importancia de los debates en torno a la
a la acción, a hacer proselitismo, desde Constitución de 1978. La transición no
diferentes ámbitos y campos de actuación. era simplemente un cambio en el sistema
Se multiplicaron, a lo largo de la década, político para las feministas, iba más allá,
las manifestaciones públicas, los docu- se trataba de acabar con el sistema patriar-
mentos, los grupos de ayuda, las charlas cal para conseguir una sociedad moder-
en centros de mujeres; se crearon bares y na y no sexista.
librerías de mujeres como puntos de La Administración de la transición
encuentro, todo gracias a una gran dedi- acabó con la Sección Femenina, organi-
cación que caracterizó al feminismo desde zándose una Subdirección General de la
sus comienzos, y que hizo posible que los Condición Femenina que tuvo una gran
ochos de marzo reforzaran su contenido importancia política al apoyar la implan-
feminista o que se crearan los primeros tación institucional de grupos de muje-
centros de planificación familiar. res, y al revisar y apuntar reformas legales
El 75 marcó el desarrollo y la expan- en las cuestiones más discriminantes. En
sión del movimiento, y el 79, con las 1983 se da el salto cualitativo con la crea-
Jornadas en Granada, significó un verda- ción del Instituto de la Mujer, éste supo-
dero desgarro del movimiento. Los deba- ne la incorporación en la agenda política
tes acabaron sin resolverse, y la doble de las reivindicaciones feministas, un orga-
militancia o la militancia única, o el nismo encargado de asegurar la igualdad
«feminismo de la igualdad» frente al «femi- entre varones y mujeres. A partir de este
nismo de la diferencia» dividieron histórica momento el movimiento feminista entra
e irremediablemente al feminismo. en una nueva etapa, y hoy nos encontra-
Para entender el papel que jugó el mos un movimiento pluralista, abierto y
movimiento feminista en la instituciona- en constante renovación.
lización de la democracia hay que aso- El libro se completa con tres anexos,
marse primero a las relaciones que se uno dedicado a la cronología, otro a los
mantenían con los partidos políticos. En grupos de feministas y asociaciones de
general, y sucedía de igual modo en los mujeres, y para finalizar una bibliografía
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1. Generalmente el estudio de los contenidos de las distintas áreas de conocimiento son estu-
diados directamente de sus autores o desde los análisis de sus conceptos. La novedad de uti-
lizar textos de los autores a partir de los cuales se estudian los contenidos y conceptos de las
disciplinas académicas habitualmente se reservaba a los estudios filosóficos. En sociología
tenemos algunos ejemplos, como el libro de IGLESIAS, C.; RODRÍGUEZ ARAMBERRI, J.;
RODRÍGUEZ ZÚÑIGA, L. (1980). Los orígenes de la teoría sociológica. Madrid: Akal.
2. Los autores del libro, de entre las distintas clasificaciones de las corrientes sociológicas, se
decantan por seguir el criterio de Robertson (organicismo positivista, teorías del conflicto,
funcionalismo, estructuralismo e interaccionismo simbólico), añadiendo algún comentario
sobre la fenomenología, la etnometodología y la teoría crítica de la Escuela de Frankfurt.