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A la hora de reflexionar acerca de lo que es la mente, es muy fácil empezar por el punto
de partida de la consciencia. Podemos dudar de muchas cosas, pero tal y como
estableció el filósofo Descartes, lo indudable es que existimos, al menos como una
mente consciente de sí misma. Todo lo demás, incluyendo cuál es nuestra personalidad
y nuestros patrones de conducta, parece más incierto.
Este planteamiento es solipsista, es decir, parte del punto de partida del “yo” consciente
de cada uno y pone en duda todo lo que no sea eso. Uno de los pensadores más radicales
a la hora de llevar el solipsismo hasta las últimas consecuencias fue el inglés George
Berkeley. En las siguientes líneas explicaré de qué manera veía el mundo George
Berkeley a través de su teoría idealista.
En 1709 publicó otro tratado sobre matemática titulado “Ensayo hacia una nueva teoría de la
visión”, un trabajo que, aunque polémico y resistido en su tiempo, aún hoy es considerado
como un aporte importante al campo de la óptica.
En el año 1710 escribió su primera obra importante, el Tratado sobre los principios del
entendimiento humano, y tres años más tarde, Tres diálogos entre Hylas y Philonus. En
ellas plasmó una manera de pensar profundamente influida por el idealismo, tal y como
veremos.
En el año 1714, tras haber escrito sus principales obras, se trasladó a Londres y viajó
ocasionalmente por Europa.
Entre 1714 y 1720 alternó sus trabajos académicos con viajes por Europa. En 1721 recibió un
doctorado en Teología y decidió permanecer en el Trinity College de Dublín dando clases de
Teología y Hebreo. En 1724 fue nombrado deán de Derry.
Más tarde se trasladó a Rhode Island con su esposa con el objetivo de crear un
seminario. Este proyecto fracasó por la falta de fondos, lo cual le hizo volver a Londres,
y más tarde a Dublín, lugar en el que fue nombrado Obispo pocos años después. Allí
vivió el resto de sus años hasta su muerte en el año 1753.
1. Fuerte idealismo
2. Monismo
Tal y como hemos visto, George Berkeley se preocupaba esencialmente por las ideas,
las cuales equiparaba a lo espiritual. Sin embargo, a diferencia de otros idealistas, no
era dualista, en el sentido de que no creía que la realidad estuviese compuesta por dos
elementos fundamentales como la materia y lo espiritual. Él era monista en un
sentido en el que prácticamente nadie lo había sido: solo creía en la existencia de lo
espiritual.
3. Solipsismo extremo
De la combinación de las dos características anteriores surge esta tercera. Berkeley creía
que, en realidad, todo lo que pensamos y percibimos forma parte de lo mismo: lo
espiritual. En su concepción cristiana de las cosas, todo lo que nos rodea es la
sustancia espiritual creada por el dios cristiano para que vivamos en ella. Esto tiene
como implicación la siguiente característica, la más llamativa de la teoría de George
Berkeley.
4. Relativismo
Para Berkeley, cuando vemos una montaña que parece diminuta en el horizonte,
realmente es diminuta, y se irá transformando a medida que nos acerquemos a ella.
Cuando vemos como si el remo se doblase al sumergirse en el agua, el remo realmente
se está doblando. Si nos parece que un sonido llega amortiguado a través de la madera
de una puerta, ese sonido es realmente así, no porque haya atravesado ningún elemento
material.
En conclusión
Aunque no era su intención, la filosofía de George Berkeley nos muestra hasta qué
punto podemos caer en absurdos si solamente nos fijamos en nuestras propias ideas, si
rechazamos la posibilidad de que exista una realidad material allí fuera.