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Sistema Financiero

Sudamericano

Alumna: Dora Velásquez Gutiérrez


Grado y Sección: 5°I
N°: 23
Profesora: Ana María Nuñez
Área: Historia, Geografía y
Economía
Las reformas económicas adoptadas en América Latina en estos 15
años, sus sistemas financieros siguen pequeños con respecto al
tamaño de su economía. La profundidad financiera en la región
representa el 133% de su Producto Interno Bruto (PIB), comparado
con 230% en promedio para los países en desarrollo de Asia,
excluyendo China, Indonesia, Malasia, Filipinas, Corea del Sur y
Tailandia.

Este 133% está compuesto por la suma de la capitalización bursátil


de las empresas cotizadas en bolsa (46% del PIB), los bonos del
gobierno (42% del PIB), los depósitos en el sistema bancario (32%
del PIB) y los bonos del sector privado (14% del PIB).

El desarrollo del sistema varía de país a país y refleja el avance de las


reformas y su ingreso per cápita. Chile, en el extremo positivo, tiene
una penetración financiera del 230%, equivalente al promedio de los
países asiáticos en vía de desarrollo. Venezuela, en el negativo, tiene
una penetración financiera del 48%, similar a la de la mayoría de los
países de África. Colombia, con 116%, está ligeramente por debajo
del promedio de la región (ver gráfico).

El menor tamaño del sector financiero se evidencia en los menores


depósitos en el sistema bancario, y el menor desarrollo de los
mercados accionario y de bonos corporativos. Los activos de los
bancos representan el 32% del PIB en América Latina frente al 75%
en los países en desarrollo de Asia. La diferencia en la capitalización
bursátil es del 46% del PIB frente al 78% del PIB, mientras que el
mercado de bonos corporativos representa 14% del PIB en América
Latina, y el 46% en los países en desarrollo de Asia.

La penetración financiera no es mucho menor en la región, porque los


bonos del gobierno representan 42% del PIB, frente a 30% en los
países en desarrollo de Asia. Esto no es para celebrar. La deuda del
gobierno eleva las tasas de interés y compite por recursos con el
sector privado. Una encuesta reciente del McKinsey Global Instituto lo
confirma. Empresas medianas y pequeñas de América Latina tienen
que fondear su crecimiento con utilidades retenidas y crédito de
proveedores. En América Latina, las pyme tienen menos acceso al
crédito bancario, y poco acceso a recursos en la bolsa de valores.

Las principales causas para la baja penetración financiera en América


Latina son la inestabilidad macroeconómica, la inflación y la
inadecuada regulación del sector financiero.

Los dos primeros factores implican que los actores económicos


pierdan confianza en la moneda local. Por tanto, aumentan sus
ahorros en el exterior, en monedas estables. La tendencia en los
últimos 4 años lo confirma. Al lograr la región, a partir de 2002, tasas
de crecimiento económico entre el 4 y 5 % anual, con inflación
decreciente de un dígito, se disparó la profundidad financiera. Los
activos financieros en la región subieron de US$1,7 a US$3,0 millones
de millones. Aún así, estamos a la mitad del nivel de los países
asiáticos. Se necesitan varios años más de continuidad para generar
la confianza en que la estabilidad es realmente sostenible.

También es clave mejorar la regulación financiera, de tal forma que


se reduzcan los costos y se disminuyan los riesgos. Impuestos como
el 4 x 1.000 y los requerimientos burocráticos elevan los costos. El
mal funcionamiento del sistema jurídico aumenta los riesgos. En un
país típico de América Latina recuperar un crédito demora 2 años y
cuesta 20% del valor del crédito. En Corea demora menos de un año
y la recuperación cuesta 5% del valor del crédito.

Hay que empujar el desarrollo del mercado accionario. Esa es el área


en que estamos más rezagados, en especial en Colombia. Mientras
que los mercados de valores en el resto del mundo se desarrollan a
muy alta velocidad, en América Latina se encogen. Mientras que en
América Latina había cerca de 1.400 empresas transadas en bolsa en
1995, para 2005 el número se había reducido a 1.300.

Entre los principales factores que han determinado un bajo desarrollo


financiero de América Latina se destaca la volatilidad
macroeconómica. Las economías de la región han estado expuestas
frecuentemente a perturbaciones (shocks) externas e internas, que
en variadas ocasiones condujeron a crisis del sistema bancario. En
efecto, con la excepción del período 2003-2008, en los últimos treinta
años la tasa de crecimiento del PIB en América Latina ha sido muy
volátil; a la vez, la tasa de inflación ha sido históricamente elevada,
situándose en niveles de un dígito solo a partir de 1999. Esto se
tradujo, junto con políticas de control de tasas de interés, en tasas
reales negativas que desincentivaban el ahorro financiero.

La intermediación de fondos es una de las actividades más


tradicionales y más importantes de los bancos. En el negocio de la
intermediación financiera, la principal variable para observar es el
spread bancario. Esto es la diferencia entre lo que cobran los bancos
en concepto de intereses por los préstamos (tasa activa) y lo que
pagan bajo este mismo concepto por los depósitos (tasa pasiva). Esta
diferencia está compuesta por los gastos operativos, los
requerimientos de provisiones, los costos regulatorios (encajes) y la
rentabilidad del banco. Sin embargo, influyen en ella –entre otras
cosas y como en todos los negocios- los grados de concentración del
sistema bancario, la liquidez disponible, el apalancamiento, el riesgo
de devaluación, la inflación y el nivel de actividad.

Considerando que la intermediación de fondos no es un negocio más


sino que interviene en la distribución de recursos e influye
fuertemente en la posibilidad de crecimiento y desarrollo de las
naciones, resulta de interés analizar el comportamiento de esta
variable en la región en comparación con el resto del mundo
y determinar así las posibilidades que brinda hoy el sistema bancario
local para el desarrollo regional.

Análisis comparativo
Según el Banco Mundial el spread bancario en América Latina y el
Caribe es de casi el doble que lo registrado por los países de altos
ingresos.

Gráfico 1: Spread bancario por agregados


Fuente Banco Mundial

Brasil presenta el mayor spread bancario (45,34), seguido por México


con un guarismo de 23,02. Es decir que las dos economías
latinoamericanas de mayor tamaño son las que cuentan con los
mayores spread. El podio de los primeros cinco es completado por
Jamaica (15,1), Haití (15,0) y Perú (13,9). Del otro lado, los cinco
países que presentan menor brecha entre tasas son El Salvador (2,0),
Ecuador (3,0), Suriname (5,4), Panamá (5,5) y Bolivia (5,7).

Otros países que registraron incrementos en el spread fueron Brasil


(+9,4%), Venezuela (29,9%) y Paraguay (27,4%). Por el contrario,
las mayores reducciones se vieron en República Dominicana (-4,7%),
Honduras (-4,1%) y Ecuador (-3,3%).

Gráfico 2: Spread bancario intrarregional

Fuente: CEPAL
Evolución de los spreads
La visión económica tradicional, entre otros argumentos, afirma que
el mayor spread en economías de menor desarrollo relativo se debe
al mayor riesgo que presentarían estos países. El argumento radica
en que al existir una mayor volatilidad macroeconómica el riesgo de
impago por parte de los clientes es más elevado. Sin embargo, a la
luz de los datos esta explicación resulta insuficiente e imprecisa para
explicar la evolución de los spreads durante los últimos quince años y
las diferencias intrarregionales.

Entre 2000 y 2016 América Latina acumuló un crecimiento del PIB de


54,5% mientras que los países de altos ingresos lo hicieron en
30,2%, poco más de la mitad. A contramano de la visión tradicional
en estos años el spread bancario se redujo más en el segundo grupo
de países que en el primero, con una variación de -10,6% y -9,5%
respectivamente.

A continuación se evaluará la relación de estas variables en dos


países de la región. En el caso de Brasil entre 2011 y Junio de 2016,
mientras el PIB es estable el spread cae, cuando empieza a caer el
PIB, aumenta el spread y cuando se recupera el crecimiento el spread
sigue creciendo.

Gráfico 3. Variación de PIB y Spread Bancarios Brasil


(2011-2016)
Conclusiones
El spread bancario constituye una variable fundamental en el negocio
financiero y condiciona el desarrollo de las economías al influir en
cómo y a qué costo se distribuyen los fondos. En América Latina el
spread bancario prácticamente duplica al de los países de altos
ingresos. Esto genera un perjuicio ya que encarece los préstamos que
podrían ser volcados a la actividad productiva.

A pesar de que en los últimos quince años el desempeño


macroeconómico de las economías latinoamericanas fue muy superior
al del grupo de países de altos ingresos

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