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UNIDAD N°3

TRASORNO ESQUIZOAFECTIVO
INTRODUCCIÓN Y EVOLUCIÓN DEL CONCEPTO
Es una patología que está incluida en los grandes sistemas de clasificación actuales pero por ahora sus
límites no están definidos del todo. Algunos lo ubicaron como una variante de la esquizofrenia o de la psicosis
maniaco depresiva, o como una superposición de ambas psicosis y otros lo consideraron un síndrome
diferencial.
El término “esquizoafectivo” lo acuñó Kasanin, y a partir de allí se desarrolló y diferenció en forma progresiva
hasta tomar las características distintivas que tiene en la actualidad. Describió el seguimiento de una serie de
pacientes con cuadros de sintomatología mixta, esquizofrénica y afectiva, que remitían bastante rápido y no
dejaban defecto, a los que denominó “psicosis esquizoafectiva”. Continuando la idea de la época, ubicó este
cuadro como un subtipo de la esquizofrenia.
A partir de la década de 1970 se reafirma como entidad propia la denominación de “trastorno esquizoafectivo”.
Desde el DSM IV se individualiza como un trastorno independiente.
EPIDEMIPOLOGÍA
La incidencia anual estaría entre el 0,3 y el 1,7% por 100.000 habitantes. La prevalencia del trastorno
esquizoafectivo es menor del 1% de la población general. Este trastorno parece ser más frecuente en la
mujer, entre el 63 y 73%, con una edad de inicio más tardía que en el hombre. La edad media de ingreso es
de 30 años aproximadamente.
HERENCIA
Se ha observado que hay mayor cantidad de familiares afectados por esquizofrenia o trastornos afectivos. Los
pacientes esquizoafectivos, subtipo maniaco, presentan antecedentes familiares similares a los de los
pacientes bipolares. Los pacientes con subtipo depresivo unipolar, se relacionan más, en cuanto a los
antecedentes familiares, con la esquizofrenia. Los familiares de pacientes con esta patología presentan un
riesgo mucho mayor al de la población general de padecer esquizofrenia, trastorno afectivo o trastorno
esquizoafectivo, y en los gemelos monocigotos la concordancia es elevada. Los familiares de mujeres
esquizoafectivas tienen una frecuencia de esquizofrenia mayor que lo familiares de hombres esquizoafectivos.
CUADRO CLÍNICO
Se caracteriza por todos los signos y síntomas propios de los trastornos afectivos, superpuestos mezclados
con una o más alucinaciones y/o delirios que suelen observarse en las esquizofrenias. Los síntomas
esquizofrénicos y afectivos pueden estar juntos o alternados y hay periodos en los que predominan los
síntomas delirantes-alucinatorios, y en otros los síntomas afectivos y otros en los que ambos se hallan
superpuestos.
Es importante que los síntomas psicóticos son síntomas afectivos estén presentes durante dos semanas, a fin
de mejorar el diagnóstico diferencial con los trastornos afectivos con síntomas psicóticos.
Cuando se realiza el interrogatorio es habitual encontrar un factor desencadenante o estresante. En general,
el cuadro clínico comienza en forma brusca con síntomas psicóticos y la instauración posterior de los
síntomas afectivos. La estabilidad diagnóstica es relativamente baja.
DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL
El diagnóstico diferencial con la esquizofrenia y los trastornos del humor es el más importante. El DSM IV-TR
considera que en el trastorno esquizoafectivo debe haber un episodio afectivo en forma recurrente con
síntomas productivos de esquizofrenia, los síntomas afectivos deben estar presentes durante una porción
sustancial de la duración total de la alteración, y las alucinación y los delirios debe estar presentes por lo
menos durante dos semanas en ausencia de síntomas afectivos. Estos criterios sirven para diferenciarlo de la
esquizofrenia, cuyos síntomas afectivos tienen una duración más breve en relación con la duración total del
trastorno, ocurren solo durante la fase prodrómica o residual, o no cumplen con todos los criterios de un
episodio afectivo. Si los síntomas psicóticos ocurren durante periodos del trastorno afectivo, el diagnostico
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debe ser trastorno afectivo con síntomas psicóticos. Si la información concerniente a la relación entre
síntomas psicóticos y afectivos resulta insuficiente, el diagnóstico debe ser trastorno psicótico no especificado.
Otro diagnóstico diferencial es con los trastornos psicóticos producidos por un patología médica general.
Diagnostico diferencial entre el trastorno esquizoafectivo de tipo maniaco y los cuadros psicóticos inducidos
por sustancias. Y diagnóstico de trastorno esquizoafectivo de tipo depresivo de aquellos síntomas que
aparecen en la esquizofrenia y que se pueden confundir con depresión.
CURSO Y PRONÓSTICO
El trastorno suele presentar exacerbaciones y remisiones constantes, y el deterioro varía entre cada episodio
y a largo plazo. En cuanto al pronóstico, tiene un lugar intermedio entre los pacientes esquizofrénicos y los
que padecen trastorno del ánimo. Es por su pronóstico que el de los pacientes depresivos y bipolares y mejor
que el de los esquizofrénicos. Se puede concluir que los pacientes que padecen un trastorno esquizoafectivo
tipo bipolar, tienen un pronóstico similar a los que padecen un trastorno bipolar tipo I, y que los pacientes con
un trastorno esquizoafectivo de tipo depresivo tienen un pronóstico semejante al de los esquizofrénicos.
El mal funcionamiento premórbido, inicio insidioso, ausencia de factores precipitantes, predominancia de
síntomas psicóticos, comienzo temprano, curso sin remisiones y antecedentes familiares de esquizofrenia son
variables que podrían predecir un pronóstico peor.
TRATAMIENTO
Farmacológico: los fármacos que se utilizan son los mismos que para el tratamiento de esquizofrenia y
trastorno afectivo: neurolépticos típicos o atípicos, estabilizadores del ánimo, antidepresivos y en ocasiones
antiparkinsonianos.
El tratamiento para el subtipo bipolar con síntomas maniacos se basa en la utilización de antipsicóticos y
estabilizadores del ánimo, y se pueden usar en forma combinada. Para el subtipo depresivo incluyen los
antipsicóticos, sobre todos los atípicos. Combinar antipsicóticos con antidepresivos y en algunos casos con
estabilizadores del ánimo.
Las dosis de los fármacos son similares a las que se utilizan en la esquizofrenia o los trastornos de ánimo.
 Antipsicóticos típicos: haloperidol, clorpromazina, clotiapina.
 Antipsicóticos atípicos: clozapina, risperidona, olanzapina, zipasidona, aripiprazol.
 Antidepresivos: tricíclicos (clomipramina), ISRS (sertalina, citalopram, paroxetina, escitalopram),
inhibidores selectivos de la receptación de noradrenalina (reboxina), duales (velafaxina)
 Estabilizadores del ánimo: carbonato de litio, carbamazepin, ácido valproico, oxcarbazepina,
lamotrigina, topiramato.
Psicológico: El tratamiento combinado con farmacología, tiene mayor eficacia terapéutica y da mejores
resultados la psicoterapia y la psicodeducación familiar pueden reducir en un 10% el índice de recaídas de los
pacientes, en el primer año.
A través de la psicoterapia individual se trabaja sobre el fortalecimiento del yo, la toma de conciencia de
enfermedad para evitar el abandono del tratamiento, el reconocimiento de los síntomas prodrómicos, la
comprensión y el afrontamiento de su patología, la modificación de las relaciones personales, familiares,
sociales y laborales como consecuencia de su patología, la búsqueda de desencadenantes posibles y el
armado de proyectos.
Psicoeducación: dirigida al paciente y su familia. Se debe dar información simple y comprensible sobre la
enfermedad, la etiología, los síntomas, el curso y la evolución. Aclarar que es necesario sostener el
tratamiento, que es prolongado y que es posible que haya recaídas.
Rehabilitación: Debe establecerse un programa de rehabilitación individual, relacionado con cada paciente en
particular, con sus posibilidades y las que el medio social o familiar le pueda proporcionar.

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