Sie sind auf Seite 1von 3

Pedir ayuda es un acto de valentía

¿Por qué nos cuesta tanto pedir ayuda? Para muchas personas pedir ayuda resulta toda una
odisea, manteniendo diversas creencias erróneas sobre lo que significa pedir ayuda.
En el mundo competitivo en el que nos movemos actualmente, es común pensar que si
pedimos ayuda nos estamos condenando a tener que devolver el favor, con la creencia
de que todo lo que hacemos se hace esperando obtener algo a cambio.
En primer lugar hazte la siguiente pregunta: ¿Cuándo tú ayudas a alguien esperas obtener
algo a cambio? Intenta darte tiempo para contestar a esta pregunta, ya que posiblemente te
hayas estado auto engañando.
Por lo general, lo que esperamos de las demás personas es un reflejo de nosotros mismos.
Lo cual significa que para modificar nuestras creencias con respecto a las demás personas,
primero tendríamos que centrarnos en nuestro auto concepto.
El modelo educativo en el que nos hemos desarrollado ha favorecido y premiado la auto
exigencia, el perfeccionismo. Y en cierto modo, la obligación de tener que ser
autosuficientes e independientes.
Nos hemos hecho creer que no necesitamos de nadie para salir adelante, que nos podemos
bastar por nosotros mismos y que pedir ayuda es un signo de debilidad. Esta creencia tiene
una base de arrogancia y orgullo que alimenta nuestro ego.
Reconocer nuestras limitaciones
Reconocer nuestras limitaciones supone hacernos cargo de nosotros mismos, teniendo
presente que no poseemos todas las respuestas, no disponemos de la verdad absoluta, ni
somos capaces de autogestionarnos sin ayuda de la naturaleza.
Nuestra naturaleza está diseñada para la cooperación, ya que dependemos totalmente de las
personas que nos rodean, es inevitable, es una realidad que no podemos obviar. Y pensar lo
contrario, supone aislarse de toda realidad.
Aprender a pedir ayuda cuando se necesita es un acto de humildad y valentía, reconociendo
el hecho de que disponemos de herramientas que nos hacen aumentar nuestras posibilidades
y acciones, en nuestros objetivos y en nuestras dificultades

Cuando pedimos ayuda también estamos dando un voto de confianza a la otra persona,
rompiendo así con los prejuicios que tenemos. Fortalecemos vínculos y nos quitamos la
coraza del orgullo y la arrogancia que forman parte de la victimización, creyendo que no
podemos confiar en nadie o estamos solos.
Nadie es más que nadie
Cuando pedimos ayuda a alguien, estamos reconociendo a su vez que nadie es más que
nadie. Ni cuando nosotros ayudamos estamos por encima de nadie, ni cuando nos ayudan
estamos por debajo. Obtener ayuda no es un acto que resulte humillante, ni conlleva
rebajarse ante nadie.
El reconocimiento de que existen circunstancias en las que necesitamos que alguien nos
acompañe, y nos ayude a afrontar nuestras dificultades; nos hace más humanos, más
cercanos a las demás personas. Pedir ayuda nos hace más honestos, para cuando seamos
nosotros los que tenemos que ayudar a alguien.
Pedir ayuda no tiene nada que ver con el fracaso, tampoco con la dependencia ni con la
inferioridad. Pedir ayuda tiene más que ver con el reconocimiento de las propias
limitaciones, la humildad y la valentía. Preparándonos para afrontar y resolver nuestros
prejuicios que nos hacen desconfiar de los demás.
Atrévete a pedir ayuda
Muchas personas han tenido malas experiencias en su vida cuando han necesitado ayuda:
no han encontrado a personas que en ese momento pudieran ayudarles, o bien han recibido
una ayuda que no es la que esperaban y ha habido entonces frustración.
Una educación basada en el interés y la falta de cariño también puede desembocar en la
falta de confianza hacia las personas en general. Creyendo que si se pide ayuda, se está en
deuda con la otra persona, y hay que hacer una devolución del favor.
Haciéndonos conscientes de que estamos bajo todas estas influencias, que son las que nos
dificultan el poder pedir ayuda. Estaremos en disposición para dar el paso de valentía que
hace falta. Rompiendo con nuestros temores, dejando de alimentar la desconfianza y el
aislamiento.
Atrévete a pedir ayuda, confía en las personas que te ofrezcan su ayuda
desinteresadamente. No estás solo ni sola, hay muchas personas a tu alrededor dispuestas a
ayudarte cuando lo necesites. Tenlas en consideración, dales la oportunidad de que te
demuestren que realmente están contigo.
Con esta actitud serás capaz de generar sentimientos de amor, generosidad, compasión y
cuidado mutuo.

Das könnte Ihnen auch gefallen