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P asad y sentaos, amigos. Pasad y sentaos.

Compartid mi lumbre a estas altas horas de la madrugada, pues es


ahora, en las inmediaciones del Día de los Difuntos, cuando os voy a
relatar un cuento de otras épocas…

Bienvenidos a la Edad Oscura.


Europa en plena Edad Media es ya de por sí un sitio oscuro y aterrador.
La gente vive acosada por el hambre y la enfermedad, los conflictos y
los tormentos de la vida. Su único consuelo es rezar a Dios, los
sacerdotes propagan Su palabra sobre el pueblo, y reyes y reinas alzan
sus tronos por encima del resto, desangrándose por migajas de poder.
La existencia es de por sí difícil en esta vida.

Pero eso es sólo de día.

Cuando la noche llega, las más terribles pesadillas se levantan, como si vinieran de los
mismos temores de los hombres, y azotan ciudades y pueblos con su tenebrosa existencia. Sí,
mis queridos amigos, la existencia en la Edad Oscura es tétrica, áspera y corta.

Pero también está llena de posibilidades para aquellas mentes capaces de ver más allá y
contemplar las maravillas de lo desconocido…

Vampiros
Los Condenados, los Cainitas, la Estirpe, los Vástagos. Son tantos los nombres por los que
se los conoce… Y todos vienen de la misma fuente, del Segundo Pecado, del horror de Caín
cuando asesinó a su hermano Abel y Dios lo condenó a vagar para siempre marcado con su
estigma…

Pero Caín dejó descendencia. Una descendencia maldita, anatema, corrupta. Y de ellos
aparecieron los Antediluvianos, poderosos vampiros anteriores al Diluvio Universal; cuyos
nombres alcanzaron tanto poder que el resto de vampiros pertenecen en mayor o menor
medida a alguna de sus herencias. Nombres como Ventrue, Lasombra, Tzimisce o
Toreador; grandes vampiros cuyos clanes alcanzaron una enorme fama hoy dia, entre
otros muchos.
Pero no creáis, amigos, que un vampiro es tal y como lo pintan en los relatos. Aunque es
cierto que la luz del sol los destruye sin remisión y que su sed de sangre es irrefrenable, no
los veréis retroceder ante el ajo, los crucifijos o los espejos; muchos gustan de pasear por
iglesias y sólo la verdadera Fe de un santo hombre podría hacerlos retroceder.

Todos los vampiros luchan contra la fuerza interior que amenaza con destruirlos. Se la
conoce como la Bestia, y para cada vampiro supone una amenaza diferente, siempre
constante, siempre presente a lo largo de los siglos que su inmortalidad y su inmunidad a
toda consecuencia del tiempo les concede.

Os contaré en breves palabras los rasgos de sus principales clanes:

Ventrue: Estos poderosos vampiros se alzan como la potencia en auge para eras
venideras. Pragmáticos, prácticos y osados, a menudo se ordenan caballeros y amasan
poder sin temor a usarlo. Son capaces de imponer su presencia al resto y someterlos a su
voluntad.
Lasombra: los reyes entre reyes, los Lasombra anhelan la gloria y el poder sin igual,
sintiéndose superiores al resto y se vanaglorian de su peculiar capacidad para la intriga y
el liderato. Tienen una particular afinidad con las sombras y el otro mundo paralelo a
este, la Umbra.
Tzimisce: los cambiantes, son capaces de modificar como barro sus cuerpos y moldear
sus cuerpos a su antojo. Aguerridos y muy territoriales, defienden su hogar y patria hasta
la última gota de sangre.
Toreador: Amantes del arte y patrocinio de lo hermoso, esta búsqueda de la belleza
incesante les llena casi tanto como la sangre. Refinados, sutiles… y peligrosos.
Brujah: Antiguos filósofos y eruditos, siempre pasionales y valientes luchadores,
auténticos paladines de la causa por la que hayan de plantar batalla. Puro fuego.
Capadocio: Estos Vástagos alimentan el saber y el conocimiento, y atesoran saberes de
eras pasadas mientras descubren otras nuevas.

Tras ellos, los Bajos Clanes, son los que pertenecen –a ojos de los que no lo son- a clanes
de más baja alcurnia, menos nobles, menos auténticos. Aunque… ellos no piensan eso para
nada…

Assamita: Hijos de Haquim, de origen persa, suelen ocupar las áreas de fe musulmana
–aunque según qué casos- y muestran una férrea disciplina y una cruel letalidad,
escurriéndose sinuosos entre las dunas de la noche.
Gangrel: Este clan no presta tanta atención a la tradición Cainita y sigue sus propios
designios salvajes, viviendo el presente y alejándose de ciudades; prefiriendo la naturaleza
y evitando las aglomeraciones. Depredadores y presas, es todo cuanto hay.
Malkavian: Los Dementes, Locos, Chiflados. Sus actos son caóticos, el azar de su
comportamiento y su inusitada estupidez o cambiante genialidad sugieren que esconden
siempre una verdad oculta que sólo ellos pueden escuchar…
Nosferatu: Los más Malditos de entre los Malditos, sus rostros deformes siempre
tendrán el estigma del monstruo y jamás podrán aparentar una humanidad normal.
Gregarios y magníficos espías, los Nosferatu extienden sus redes hasta quién sabe dónde.
Ravnos: los Gitanos, los Errantes, vagan de ciudad en ciudad mientras son
incomprendidos o acusados de todo para expiar las culpas de los poderosos. Los Ravnos
son muy buenos en el arte del engaño y la ilusión.
Tremere: Antaño, poderosos magos quisieron obtener el secreto de la inmortalidad.
Perdieron parte de su poder, pero lograron convertirse en un nuevo clan al cometer un
pecado mortal: mataron al Antediluviano Salubri, y sembraron el caos. La sociedad del os
vampiros tiembla al pensar en las consecuencias que traerá de este recién nacido linaje…

Conocidos los principales Clanes Vampíricos, sólo me queda contaros acerca de la situación
y organización de los Cainitas…

Normalmente, las ciudades o territorios están gobernadas por un poderoso vampiro que se
asigna el título genérico de Príncipe. A su potestad tiene el territorio (dominios), a los
mortales que lo pueblan (el “ganado”) y varios aliados que actúan en su nombre para
administrar diversas tareas.

En principio, los vampiros actúan ocultándose de la sociedad en la que viven, alimentando


sus propios mitos y leyendas; pues esto les permite pasar desapercibidos y les facilita en
demasía su existencia. No obstante, hay excepciones y corren las leyendas sobre antiguas
ciudades de ensueño en las que la convivencia con los mortales era común y los Hijos de
Caín mantenían la armonía de sus antaño hermanos mortales.

Magos
Además de los temibles Vampiros, otras muchas criaturas pueblan esta Edad Oscura llena
de peligros y sueños sin límite. Entre otras, el antiguo poder de la Magia puebla el mundo
insuflándolo del deseo de existencia de todas las cosas. Algunos individuos especialmente
capacitados han sido capaces de despertar una afinidad especial que les permite imbuir su
voluntad en la del mundo, alterándolo a su antojo. Estos pocos individuos,
excepcionalmente poderosos, son conocidos como Magos. Aunque acumulan increíble poder,
normalmente sus manifestaciones y actos son tan incomprensibles para nosotros, el resto de
pobres mortales, que la mayoría de sus conductas nos resultan confusas y en verdad
apenas sabemos nada sobre ellos…
Hombres Lobo
Pero si el mundo tiene un concepto del Mal encarnado, lo que atenta contra el Ser (conocido
como “el Wyrm”), la mismísima Gaia, nuestra Tierra Madre; ha creado por su propia
voluntad una formidable raza de guerreros capaces de defenderla contra la influencia del
Wyrm en cualquiera de sus manifestaciones. Son los Lupinos, los Hombres Lobo.

Contrariamente a lo que se piensa, no todos los Hombres Lobo actúan con la Luna Llena.
Dependiendo de su clan o familia, cada fase de la luna les afecta de una manera. Además,
los Hombres Lobo poseen diferentes manifestaciones, que pasan desde la completamente
humana, a la forma de un lobo natural; con fases intermedias como el Crinos, un cuerpo
híbrido mitad humano, mitad bestia.

Los Lupinos suelen convivir en la naturaleza o en medios rurales antes que en las
ciudades, aunque hay notables excepciones. Guardan con celo su tierra y protegen a Gaia
del Wyrm cada uno a su manera, trabajando de forma conjunta. Odian con ahínco a los
Vampiros, y en general respetan a todo aquello que coopere con Gaia. En este caso la
leyenda de la plata es cierta, y este valioso metal les causa terrible daño al contacto con su
carne.

Y así, amigos, existen muchos otros peligros, demonios y manifestaciones tan misteriosas
como insondable es este fuego ante el que os halláis sentados. Pero recordad que el mundo
de la Edad Oscura está lleno de posibilidades y el único límite es vuestra propia voluntad.

Os repetiré mis palabras, jóvenes compañeros; por si no os había quedado claro.

Bienvenidos… a Edad Oscura.

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