Anata ga tanoshimi motte irudeshou

Kerime C. J.
 Presentación

La historia no es muy compleja. Explicare la parte inicial, hubo un accidente hace un

par de años. La idea es la siguiente, una pareja de casados habían sido asesinados,
iban acompañados de su hijo menor Yushiro. Ambos murieron pero el pequeño niño se
encontraba desaparecido por lo que se supuso que fue secuestrado.

En un mercado situado cerca del lugar de los hechos, ha habido apariciones de un gato
negro que recorre los locales pidiendo comida o simplemente un poco de diversión.

No tiene mucho sentido cuando llega la parte del final pero bueno, la intención es
buena (:,v) tratando de divertir a la gente o hacerles ver que la mirada de los gatos es
diferente a la nuestra. Ellos miran con cariño y confianza mientras nosotros la usamos
para insinuar o juzgar.

Los personajes son simples, el niño quien es principal tiene una linda apariencia de
diez años, ojos azules y cabello negro, un poco tímido pero con mucha energía.

No tengo mucha imaginación cuando es el caso de hacer una presentación, algo muy
típico de mí pero trato de hacer lo mejor que puedo :3

Mis otros libros :v anata to chatto (chateando contigo) y el de “La chica extraña de
clase” pero obviamente el título en japonés pero no quiero ir a mis carpetas para
buscar cómo se escribe porque tengo flojera. Disfrútenlo blah blah léanlo blah blah y
ya.

Lo último referente, importante. Si eliges este libro para hacer una reseña descriptiva
que es tu tarea y que el profesor te lo pide con opinión y toda la wea pues te digo que
Yushiro es personaje principal, su hermana es secundaria, los demás son fugaces por
que no sirven para nada más que meter en problemas al principal o dejarlo en ridículo
(que hijos de…), el único que es incidental es el que con su pequeña acción hace que la
historia de un giro y pase algo importante, en conclusión, cambia la dirección del
camino.
 Capítulo I

Las personas caminaban sin ningún descuido por los locales de aquel enorme mercado,
risas y sonidos peculiares era lo que llenaba aquel ambiente de tranquilidad. Niños jugando
mientras sus padres compran los víveres para la comida; una niña entre todos había logrado
soltarse del agarre de su madre para caminar como podía por el lugar perdiéndose entre la
muchedumbre. La mujer al no escuchar a su pequeña de unos dos años se alteró y comenzó
a llamarla y buscarla desesperada llamando la atención de algunos que dejaron lo que
hacían para tratar de ayudarla.

Un gato negro de ojos azules se paseaba entre las piernas de esas personas, no comprendía
el porqué de tan graciosa actitud de los humanos. A lo lejos, cerca del ultimo pasillo una
pequeña lloraba desconsolada al no poder encontrar a su madre, el gato interesado en esos
ruidos de la niña se acercó a ella moviendo su cola para que lo notara.
-Eres muy lindo gatito.- La niña sonrió y abrazo al gato olvidando la razón por la cual se
encontraba triste.- Gatito.- miro al gato que le sonreía de manera amable y sus ojos azules
brillaban con alegría al haber conseguido calmar a la pequeña.

-Yo sé dónde está tu madre y está buscándote.- Se soltó de los brazos de la niña quien
seguía sonriéndole.- Sígueme y te llevare por buen camino, amiga.- Comenzó a trotar de
manera lenta a tal paso que la chiquilla lograra seguirlo, fue algo complicado pasar entre la
gente que ya se estaba alborotando por la desaparición de la joven, no paraba de reírse de
que los humanos entre tanta desesperación no notaran que el gato llevaba guiando entre
ellos al objetivo de la enorme búsqueda.

-¡Sofía!- La madre corrió y abrazo fuertemente a su hija al verla caminar entre la gente
siguiendo una sombra oscura, después de pasar aquel hermoso reencuentro volteo a ver
hacia aquella rara sombra que había visto momentos antes pero ya no estaba.

Casos como estos se ha oído que suceden en ese lugar, sombras extrañas que recorren los
locales desapareciendo desperdicios o pescados de la zona de mariscos. Niños que aseguran
jugar con un gato amigable, les cuenta sus experiencias y los hace reír con chistes que
escucha de los humanos. Esto causo que la gente comenzara a sentirse vigilada, pero con el
tiempo dejo de ser novedad, comenzaron a inventarse leyendas sobre el alma de un niño
que murió en ese mercado o que fue olvidado por sus padres, o simplemente un niño que no
sabe que está muerto y su alma pide que no lo olviden.

-Que estúpida historia la tuya, no me dio miedo.- Una joven de unos 19 años, cabello negro
y hermosos ojos azules de estatura promedio parecía aburrida, acababa de escuchar la
historia del gato misterioso que su compañero le comento, se encontraban en un micro bus
en dirección a sus respectivas casa.- ¿No te sabes una, no sé, con más sentido?

-Vaya actitud la tuya, Casandra. ¿Te sabes una mejor? Supongo que solo conoces las falsas-
el chico observo por la ventana y suspiro. Su cabello de un color dorado rubio y ojos
brillantes de un vivo color verde, de la misma edad que Casandra pero dos cabezas más alto
que ella.- La mía es cien por ciento real ¿Sabes? Dicen que ese gato se transforma en un
niño de diez años por las noches.

-Tonterías, eso es imposible. Y mis historias no son falsas… no todas, pero al menos son
más intrigantes que las tuyas. ¿Puedes probar que el gato se vuelve niño?- Miro como su
amigo esbozaba una sonrisa y volteaba a verla con una mirada segura, ella tan solo dio un
suspiro y se recostó en el asiento esperando la respuesta de su energético compañero.

-Claro que la tengo, tan real como que mi nombre es Alex. ¿Tú tienes pruebas de que
Slenderman existe?- Dio una breve carcajada y pidió la parada, era hora de bajar.

-Toche, pero debes mostrarme que el niño gato es real, ¿Entendido?- bajaron de la micro y
pareció meditar un poco la historia que Alex anteriormente le había contado, su mirada que
antes era brillante y con un poco de ánimo se oscureció, pensó en lo sucedido hace un
tiempo, en el porqué de su vida. Detuvo su paso.- Alex…

-¿Si, que pasa?- alegremente volteo a ver a su amiga pero al notar su mirada entre ira y
tristeza profunda su alegría parecio de igual forma desvanecerse, se acerco a ella y levanto
delicadamente su rostro con su mano.- ¿Cass, que pasa?

-La historia… la jodida historia… el mercado… ¿No es el que esta en la calle principal
cerca de la avenida de la escuela Ferilo?- Alex asintió haciendo que ella sintiera como si su
corazón se oprimiera.- El mismo donde…
-Es el mismo que queda a una cuadra de donde el “accidente”- bajo la mirada y agarro las
manos de su amiga.- Quiero que seas fuerte ¿Entendido? No estoy seguro de que sea él
pero yo mismo lo vi, tiene una enorme coincidencia en su apariencia con… tu hermano…-
Las palabras no salían de su boca, quería que su amiga no se sintiera mal por lo ocurrido
meses atrás cuando perdió a sus padres y a su querido hermano menor.- La hora en la que
aparece es por la tarde, desaparece cuando los locales están casi vacíos y…- Casandra lo
abrazo, estaba sorprendido normalmente ella no es muy expresiva o cariñosa con los demás
después de aquello pero viendo la situación actual era normal que ella actuara de esa
manera.

La posibilidad de que su hermano, el pequeño Yushiro de diez años que desapareció

cuando sus padres paseaban con él y fueron asesinados podría ser aquel lindo
fantasma/espectro felino que aparecía y desaparecía en el mercado principal de la enorme
ciudad.

-¿Iremos esta noche?- con su suéter manga larga rosa limpio sus lágrimas que habían salido
sin su consentimiento. Se sentía feliz con esa probabilidad de poder ver de nuevo a su
pequeño hermano, a su respuesta recibió un “si” en señal de Alex con su pulgar.- ¿Sabes?
Yushiro amaba los gatos, es gracioso este caso.

Las horas pasaron de manera lenta, habían quedado de verse en casa de Casandra alrededor
de las nueve de la noche. Cass no paraba de dar vueltas en su casa buscando un objeto
perteneciente a su hermano que fuera de gran importancia para él. Había leído en una de
sus tantas raras páginas de internet sobre lo sobrenatural que podías mandar al descanso
eterno a un alma perdida recordándole sus mejores momentos vivo y comentarle cómo fue
su muerte, recordarle que está vivo y que no pertenece al mundo ahora que su cuerpo ya no
se encuentra conectado con ello,