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11. Rutas metodoldgicas: hacia una antropologia juridica critica y colaborativa R. Aida Herndndez y Adriana Terven En este tiltimo capftulo hacemos una reflexidn acerca de los retos en torno a la produccién de conocimiento y las rutas metodoldgicas que seguimos para llegar a los resultados de investigacién que compartimos en este libro. Ademas de los ensayos académicos presentados, los resultados de esta investigacién in- cluyen un buen ntimero de productos de divulgacién elaborados en colabora- cién con integrantes de las organizaciones indigenas con quienes trabajamos, ademis de la generacién de procesos organizativos a mediano y largo plazo. Como equipo de investigacién nos enfrentamos ala tensién epistemolégica y politica de mantener siempre una perspectiva critica en torno al derecho po- sitivo como practica y discurso, asi como frente alos derechos humanos como discursos universalizantes y globalizados, a la vez que apoyamos las luchas politicas en pro del reconocimiento nacional e internacional de los derechos de los pueblos indigenas. Algunos autores plantean que se trata de dos opciones contrapuestas: o se realiza un andlisis crftico del derecho y la judicializacién de las luchas politicas, o se opta por consolidar las perspectivas hegeménicas del derecho y los derechos apoyando el activismo legal (Brown y Halley, 2002). Desde estas perspectivas, las luchas por el reconocimiento de los derechos culturales tienden a ensalzar definiciones hegeménicas sobre la cultura y los pueblos ind{genas, pero terminan por limitar los imaginarios politicos en tor- no ala justicia: “Estamos en una época tan saturada por el legalismo en la vida politica contemporanea, que generalmente es dificil imaginar formas alterna- tivas de deliberar sobre la justicia y de luchar por alcanzarla’ (Brown y Halley, 2002: 19, traduccién de Aida Hernandez y Adriana Terven). En contraste con estas perspectivas, consideramos que es posible mantener una reflexién critica permanente en torno al derecho y los derechos, y ala vez 485 486 R. Aida Hernéndez y Adriana Terven apoyar las luchas por la justicia de los pueblos y organizaciones indigenas, que se apropian y resignifican las legislaciones nacionales ¢ internacionales. Lag perspectivas que descalifican el activismo legal terminan por silenciar nueva- mente a los grupos subalternos, al no reconocer los discursos ni las practicas contrahegeménicas juridicas que se han desarrollado desde el “Sur Global”. En este libro hemos plasmado la construccién de lo que César Rodriguez Garavito y Boaventura de Sousa Santos Ilaman “legalidades cosmopolitas subalternas’, es decir, de los usos contrahegeménicos del derecho que las poblaciones mar- ginadas hacen para enfrentar las distintas formas de dominacién en el nuevo orden mundial global. Los hombres y mujeres indigenas con quienes trabajamos, al igual que “los in- vestigadores progresistas, las personas con esperanza en un futuro mejor, los miembros de las comunidades marginadas en Estados Unidos (el Tercer Mun- do interior de los trabajadores sin trabajo que viven en paises industriales), los emigrantes y los trabajadores informales se unen para concebir colectivamente identidades cosmopolitas y normas juridicas que se opongan a las ideologias ex- cluyentes y a las leyes de inmigracién, Los movimientos sociales constituidos por algunas de las clases més marginadas en el Sur Global [...] recurren estratégica- mente alos tribunales nacionales ya las redes transnacionales de activistas (RTA) para reivindicar sus derechos ala tierra, a su cultura y al medio ambiente” (2007:8). Podemos afirmar que, como equipo de investigacién, hemos abrevado de por lo menos dos tradiciones teéricas y metodoldgicas: por una parte, de la an- tropologia juridica critica, que en América Latina tiene una larga tradicién en el andlisis etnogréfico de los espacios de interlegalidad y de las relaciones de poder en el Ambito jurfdico, y por otra, de la investigacién-accién o investiga- cin colaborativa, que desde los afios sesentas del siglo xx, ha planteado la ne- cesidad de construir los problemas de investigacién en didilogo con los actores sociales con quienes se trabaja 1 Elconcepto de “investigacién-accién’ lo desarrollé por el psicélogo aleman-estadounidense Kurt Lewin en 1944, para definir una metodologia de investigacién que partia de procesos democréticos y participativos con la poblacién local. Estas formulaciones las retomaron, a fines de la década de los sesenta las ciencias sociales latinoamericanas desde diferentes enfoques comprometidos con la justicia social. En este desarrollo fueron fundamentales los aportes del pedagogo brasilefio Paulo Freire, Para un andlisis del desarrollo de la inves- Ugacién-accién y la investigacién colaborativa, véase Mora, 2006. Rutas metodoldgicas: hacia una antropologia jurfdica critica y colaborativa 487 Varias de las integrantes del equipo hemos abrevado también de los aportes de la antropologfa feminista para el desarrollo de una perspectiva de género, culturalmente situada en nuestros estudios de los espacios de justicia (Her- nandez, 2015, 2002, 2003; Hernandez y Sierra, 2005; Mora, 2008; Sieder y Ma- cleod, 2012; Sieder y McNeish, 2012; Sieder, 2012; Macleod, 2011, Arteaga, 2013; De Marinis, 2011, 2013). Enla tltima década, la llamada antropologfa activista (activist anthropology) norteamericana (Naples, 2003; Hale, 2008; Speed, 2008) y el grupo moderni- dad-colonialidad (Castro, 1998, 2000; Castro y Mendieta, 1998) han hecho un nuevo Ilamado para descolonizar a las ciencias sociales, cuestionando las me- todologias extractivistas y confrontando las perspectivas positivistas que en nombre de la “neutralidad cientifica” terminan por deificar al statu quo. En este mismo sentido se han desarrollado los cuestionamientos a la cien- cia androcéntrica por parte de las académicas feministas en distintas regiones del planeta. Para la antropologfa feminista, el vinculo entre la produccién de conocimiento y el compromiso politico con la transformacién social, ha sido, desde sus orfgenes, un eje articulador de sus propuestas teéricas y metodolégi- cas (Moore, 1996). Por esta raz6n, las feministas han hecho aportes importan- tes ala critica de las redes de poder que legitiman y reproducen el positivismo cientificista, aportes que no siempre son reconocidos por la antropologia critica contempordnea ni por los tedricos posmodernos* En América Latina, los antropdlogos criticos, los tedricos de la dependencia, los promotores de la investigacin co-participativa y de la investigacién-accién participativa, y las feministas rurales, han dedicado muchos de sus escritos de las decddas de los sesenta y setenta a reflexionar sobre la necesidad de des- colonizar a las ciencias sociales y acerca de los usos del conocimiento para la justicia social. Como equipo de investigacién reconocemos este legado tedrico, pero ala vez planteamos algunas diferencias entre nuestras rutas metodolégicas y la investigacién-accién de la decada de los setenta. Los cambios en las concep- tualizaciones sobre el poder y la existencia de una verdad historica, marcan importantes diferencias entre los antropélogos marxistas que promovian la 2 Paraun andlisis de la investigacién-accién desde la academia feminista, véase Lykes y Co- quillon, 2007.

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