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Cap.

4: desequilibrios mundiales e inestabilidad financiera; la


responsabilidad de las políticas liberales
La evolución reciente de los países industrializados está marcada por la
inestabilidad financiera y por una desaceleración del crecimiento económico.

La hipótesis que se presenta aquí es las políticas públicas tienen una


responsabilidad de primer nivel en los cambios recientes que han desestabilizado
la economía mundial.

Un régimen de finanzas especulativas, fuente de inestabilidad.

El giro liberal de los años 1980

Los países industrializados tuvieron un crecimiento rápido y duradero durante casi


tres décadas, hasta el comienzo de los años 1970. Esto descansa en tres pilares:

- La relación salarial fordista, que se tradujo en una evolución rápida y regular de


los salarios, sobre la base de un compromiso capital trabajo que organizaba el
reparto de los incrementos de productividad.

- Las políticas de estabilización macroeconómica de inspiración keynesiana


destinadas a asegurar un avance regular de la demanda dirigida a las empresas.

- Sistemas financieros administrados que permitieron el financiamiento de la


acumulación del capital por endeudamiento bancario a tasas de interés bajas y
controladas por las autoridades monetarias.

El aumento de la demanda dirigida a las empresas estaba asegurado por las


políticas públicas de estabilización coyuntural y, sobre todo, por el aumento del
poder adquisitivo de los salarios que resultaba de la indexación de estos con los
incrementos de productividad y con los precios. La fijación administrativa de las
tasas de interés garantizaba a las empresas un costo del capital estable y bajo.

Este régimen de crecimiento rápido comenzó a desarreglarse a comienzos de los


años 1970 con el derrumbe del sistema monetario internacional de Bretton Woods,
el recalentamiento inflacionario de los EE.UU en 1972 y el shock del petróleo de
1973. Así comenzó un proceso estanflacionista.

La paradoja de la tranquilidad; su razonamiento es el sgte: supongamos una


economía en crecimiento regular, a tasa constante, y cuyas estructuras son
coherentes. A medida que se avanza sobre este camino regular, los actores
económicos adquieren confianza. La incertidumbre disminuye y el futuro es
concebido como la extrapolación del pasado. Esta confianza creciente en el futuro
lleva a las empresas a endeudarse y a invertir más. Los precios suben, lo que
permite a las empresas continuar endeudándose, gracias a un efecto de palanca
positivo. El alza de las tasas de interés, como resultado del aumento de las
necesidades de financiamiento, pone en dificultades a las empresas
sobreendeudadas. Pero las expectativas optimistas terminan por darse vuelta,
reducen su actividad y el crecimiento cae.

El año 1979 marca un cambio determinante en la conducción de las políticas


económicas de los países industrializados. Por primera ez, los dirigentes de los
principales países industrializados, reunidos en Tokio en ocasiones de la cumbre
del G5, deciden dar prioridad absoluta a la lucha contra la inflación. Este cambio
se traduce en el abandono de las practicas de inspiración keynesiana basadas en
un arbitraje entre pleno empleo y estabilidad de los precios.

La caída del desempleo surge necesariamente de la estabilidad de los precios. La


estabilidad monetaria es desde ese momento el objetivo prioritario, y la política
monetaria se vuelve el principal instrumento de regulación macroeconómica.
También se impone una concepción liberal del papel del estado que debe
desligarse de la gestión de la economía,. El monetarismo y el liberalismo se
vuelven así los nuevos principios fundamentales de la política económica.

En efecto, en la mayor parte de los países industrializados, la política de rigor


salarial tuvo un papel central en el proceso de desinflación. Se corto la vinculación
entre el aumento de los salarios, por un lado, y la evolución de la productividad y
de los precios, por otro.

Este cambio de rumbo de las políticas económicas se opero bajo la batuta de


Volker, presidente de la reserva federal. En algunos países se consta una brecha
importante entre la doctrina declarada y las políticas realmente llevadas a cabo.

En particular, el abandono de las políticas públicas de estabilización, así como de


las políticas de aumentos salariales regulares y generales, redujo la previsibilidad
de la demanda dirigida a las empresas.

Las políticas de ajuste alcanzaron su principal objetivo: la inflación disminuyo


fuertemente; el ritmo de crecimiento de los precios al consumidor en los países del
G7.

El endeudamiento de las políticas monetarias desato en el mundo un alza brutal


de las tasas de interés nominales.

El nivel duraderamente elevado de las tasas de interés reales es un fenómeno


nuevo que corresponde a la emergencia de un nuevo modelo de regulación
financiera internacional.
El nuevo orden financiero internacional consagra el dominio del acreedor sobre el
deudor. El alza de las tasas de interese traduce esta relación de fuerzas, favorable
desde entonces a los poseedores del capital financiero.

El cambio de orientación de las políticas públicas económicas estuvo acompañado


por una disminución marcada del creciente económico registrado en los
principales países industrializados.

Crecimiento del déficit público y globalización financiera

Desde el inicio de los años 1980 la situación de las finanzas públicas se fue
degradando progresivamente en los grandes países industrializados.

Los organismos internacionales (OCDE, FMI y Comisión Europea) consideran, a


mediados de los años 1990, que los déficit públicos se han vuelto un obstáculo
para el buen orden económico mundial.

El restablecimiento de las finanzas públicas se trasformo en un objetivo prioritario


de política económica.

Los desequilibrios recientemente de las finanzas públicas son consecuencias


directa de las políticas macroeconómicas llevadas a cabo desde el comenzó de
los años 1980.

El crecimiento económico se volvió insuficiente para reembolsar la carga de


intereses de las deudas públicas; los déficits y las deudas públicas empezaron a
crecer más rápido que el PIB. Así se explica el aumento casi continuo de las
razones de déficit y de endeudamiento públicos en el periodo recenté.

Saldo publico global: saldo coyuntural +intereses +saldo estructural primario

El saldo coyuntural corresponde a los estabilizadores presupuestarios


automáticos. Este saldo es anticiclico: se agrava cuando el crecimiento económico
disminuye, y viceversa. Los intereses son la remuneración de la deuda pública.

El saldo estructural primario es el saldo presupuestario sin considerar el efecto


coyuntural y los intereses.

- El agravamiento de los déficits públicos en Europa al comienzo de los años 1980


se explica, por la desaceleración del crecimiento, que se traduce en una
disminución del saldo coyuntural vía el funcionamiento de los estabilizadores
automáticos. Por el contrario el saldo estructural primario se recupero entre 1979 y
1984, para permanecer cerca del equilibrio en el periodo sgte. Finalmente, parecer
con claridad que los intereses se volvieron la causa esencial, y cada vez mas
importante, de los déficits públicos.
Ahora bien, este nivel excesivo de las tasas de interés se debe en una parte
importante a la combinación de políticas monetarias restrictivas y de políticas
presupuestarias fuertemente deficitarias. Las políticas públicas de los países
industrializados quedaron entrampadas en un engranaje entre déficits públicos
importantes y tasas de interés elevadas. Salir de este engranaje implica un
cuestionamiento de la policy-mix actual.

Existe un vinculo directo entre el crecimiento del poder de las finanzas


globalizadas, por un lado, u el aumento de los déficits públicos en los países
industrializados desde principios de los años 1980.

El encadenamiento déficit público/globalización financiera tuvo su punto de partida


en los EE.UU. luego de este cabio, los EE.UU se han vuelto el principal deudor
internacional, después de haber sido hasta entonces el primer acreedor.

El hecho de que EE.UU recurrieran masivamente al endeudamiento internacional


trajo consigo una modificación profunda en la distribución de los movimientos
internacionales de capitales entre las grandes regiones de la economía mundial. Y
fue precisamente a partir de ese momento que se produjo el inicio del proceso de
globalización financiera.

Durante os años 60 y 70, la parte esencial de los flujos internacionales de


capitales sigue el eje de NORTE-SUR, con los principales países industriales
(EE.UU. Japón y Europa) financiando en gran parte el déficit estructural de los
países en desarrollo.

Las transferencias internacionales de capitales cambian entonces e orientación,


para seguir una lógica NORTE-NORTE: los excedentes del Japón y de Europa
financian a partir de entonces el déficit masivo de los EE.UU. Al mismo tiempo las
políticas del ajuste impuestas por el FMI eliminan el déficit global de los PED.

Antes de 1982, la parte esencial de los financiamientos internacionales pasaba por


el sistema bancario. En resumen estos mercados particulares se transformaron
en subconjuntos de un mercado financiero global, convertido a su vez en mundial.

Esta trasformación profunda del sistema financiero internacional fue consecuencia


de la liberación financiera decidida por los países industrializados durante los años
1980.

Desviación especulativa de las finanzas internacionales

Pero al proceder a una liberación total de las finanzas, las autoridades monetarias
de los piases industrializados abrieron una caja de pandora, haciendo surgir las
finanzas especulativas. Había sido prevista por Keynes.
Por otro lado, durante el mismo periodo, alrededor de 1 billón de dólares fueron
intercambiados cada día en los mercados cambiarios de las principales plazas
financieras.

La interpretación de estas cifras es simple: las finanzas internacionales se


desarrollan hoy según su propia lógica, que ya no tiene más que una relación
indirecta con el financiamiento del comercio y de las inversiones productivas en la
economía mundial.

Este crecimiento vertiginoso de las finanzas internacionales corresponde a un


cambio sistemático, en el sentido de que la naturaleza misma del sistema
financiero internacional se ha trasformado, estando este ahora dominado por la
especulación.

Se conoce la definición clásica de la especulación hecha en 1939, corresponde al


conjunto de operaciones que se inician para obtener ganancias de capital futuras y
cuyo objeto no es el de contribuir, directa o indirectamente, al financiamiento de la
producción y del comercio.

El éxito de los títulos emitidos por los tesoros públicos de los países
industrializados se explica fácilmente: son los créditos negociables menos
riesgosos, ya que a firma del Estado es la mejor garantía posible, porque estos no
pueden quebrar.

Para satisfacer los imperativos de la administración de la deuda pública, se pone


en práctica a partir de 1985 una política de modernización y de liberación
financieras.

La realidad supero quizás a los objetivos. Pues Francia participa desde entonces
plenamente en las finanzas especulativas internacionales. La evolución del
balance de pagos francés, que describe la inserción de la rancia en la economía
mundial, es particularmente elocuente en este sentido.

Las trasformaciones del sistema financiero internacional y el elevado nivel de las


tasas de interés reales son dos fenómenos íntimamente ligados. El mantenimiento
de tasas de interés real en un nivel alto es consecuencia del nuevo modo de
regulación internacional impuesto por las finanzas liberalizadas.

Para las teorías liberales, estas políticas de bajas tasas de interés conducían a
una mala asignación de los recursos permitiendo el financiamiento de inversiones
de baja rentabilidad. Además, el control administrativo del crédito era fuente de
rigidez y de derroche, favoreciendo a los proyectos públicos ya las empresas poco
competitivas.
Seg8un este enfoque la liberación financiera debería estimular el ahorro y la
inversión, permitiendo un alza de las tasa de interés, se supone que el ahorro es
una función creciente la tasa de interés.

Cuanto más elevada es la tasa de interés, mayor se supone la disposición de los


agentes económicos para renunciar al consumo inmediato y arbitrar a favor de un
consumo ulterior cuyo nivel se acrecentara por el aumento de los ingresos
financiero.

El alza de las tasas de interés no tuvo los efectos benéficos esperados sobre el
ahorro y la inversión. Incluso llego a registrarse la evolución inversa: desde el
comienzo de los años 80, el alza de las tasas de interés, en los principales países
industrializados, fue paralela a la tendencia a la baja simultánea de las tasas de
ahorro y de inversión, como lo muestra el cuadro.

Los hechos parecen más bien dar razón al análisis propuesto por Keynes. Keynes
presenta al ahorro como una función del ingreso y no de la tasa de interés. Y
como el ingreso depende de la inversión, por la vía del efecto multiplicador el
ahorro esta, a fin de cuentas, determinado por la inversión, que es una función
decreciente de la tasa de interés. Así, tasas de interés llevan a una caída de la
inversión y del ahorro, y entran en conflicto con el creciendo y el empleo.

El objetivo prioritario de la política monetaria debe ser el de bajar las tasas de


interés para llevarlas al nivel de la tasa de creciendo del PIB para tener éxito, esta
política de disminuir las tasas debe satisfacer dos grupos de condiciones. En
primer lugar, la caída de las tasas de interés debe ser general, y concentrada
entre los principales países industrializados, dada la interdependencia actual de
los sistemas financieros nacionales. En segundo lugar, es importante que todas
las tasas de interés sean afectadas por esta baja. Las autoridades monetarias no
controlan más que las tasas de corto plazo. Pero las tasas a largo plazo son las
más estratégicas para el financiamiento de las inversiones productivas y de la
deuda pública.

Según la teoría mas expandida sobre la estructura de las tasas de interés, las
tasas de interés a largo plazo corresponden a las tasas de interés a corto plazo
esperanzadas para el futuro, aumentadas en una prima de riesgo.

En resumen, una baja coordinada y creíble de las tasa de interés en la economía


mundial sería mucho más eficaz para reducir el déficit publico que las políticas
actuales de aumento de los impuestos y de disminución de los gastos públicos de
funcionamiento o de capital.
Según la ortodoxia liberal actual, la acción presupuestaria debe estar totalmente
subordinada al objetivo de reducción del déficit publico, de amera de apaciguar el
temor de los mercados. Puede resumirse el análisis presentado en este abajo
remarcando que las políticas económicas llevadas a cabo por los principales
países industrializados están, a mediados de los años 90, en un callejón sin salida;
al liberalizar los sistemas financieros las autoridades públicas se pusieron a
merced de los mercados. Impusieron entonces políticas de ajuste que
engendraron una desaceleración del creciente así como un aumento de los
desequilibrios y de la inestabilidad económica y financiera.

Solo una política cooperativa de re-reglamentación financiera, acompañada de


una dimensión monetaria junto a una política presupuestaria rigurosa que
rehabilite el papel motor del gasto público, podría sacar a la economía de los
países industrializados de la actual situación de inestabilidad y de crecimiento
lento.

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