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Prefacio

Tohn
1~

COYYl Jll' ca -
1
Cla n

Este libro es una elaboración y refinamiento de algunas de las


ideas inicialmente plasmadas en mi libro Ideology and Modern
Culture. En aquella ocasión destaqué que, para comprender las
transformaciones culturales asociadas al ascenso de las socieda-
des modernas, deberíamos conceder un papel central al desa-
rrollo e impacto de los medios de comunicación. En este libro
trato de rescatar esta afirmación. Examino con cierto deteni-
miento algunos aspectos de la naturaleza de la comunicación
mediática y sus formas cambiantes; reflexiono sobre la emergen-
cia de las industrias mediáticas y analizo algunas de las tenden-
cias más recientes; sin embargo, por encima de todo, trato de
demostrar que el desarrollo de los media estuvo fundamental-
mente interrelacionado con las transformaciones institucionales
más importantes que han dado forma al mundo moderno. Mi
objetivo principal es explorar estas interconexiones, trazar sus
contornos y considerar sus implicaciones, con la esperanza de
dar un poco de luz a nuestro mundo contemporáneo, saturado
por los media, a la vez que evitar una preocupación miope por el
presente.
12 LOS MEDIA Y LA MODERNIDAD

M<.: siento en deuda con numerosos amigos y colegas con


qui<.:nes he discutido estos temas durante años y quienes se toma-
Introducción
ron el tiempo de leer y comentar los primeros borradores del
texto. Lizbeth Goodman merece una mención especial: me ofre-
ció muchas sugerencias de gran ayuda y ha sido una fuente cons-
tante de ánimo y apoyo. Las conversaciones con Anthony Gid-
dens y David Held me ayudaron a dar forma a los principales
puntos de este libro; también leyeron un primer borrador y me
ofrecieron un feedback muy valioso. Peter Burke, James Lull,
William Outhwaite y Annabelle Sreberny-Mohammadi fueron
generosos con su tiempo y sus comentarios; les estoy agradecido
por sus aportaciones críticas y sus numerosas referencias a traba-
jos destacados en sus áreas de conocimiento especializadas.
Michelle Stanworth, Henrietta Moore, Helga Geyer-Ryan y Peter
y Karin Groom bridge han sido maravillosos amigos y siempre me
han dado buenos consejos. También debo dar las gracias a Avril
Symonds por su paciente tratamiento de los textos; Ano Bone
por su cuidada revisión del texto; y a muchas personas de Polity
Press y Backwell Publishers -especialmente a Gill Motley, Julia
Harsant, Nicola Ross, Pam Thomas, Lin Lucas y Ginny Stroud-
Lewis- quienes han colaborado, en un momento u otro, en la
preparación de este libro para su publicación.

]. B. T., Cambridge, diciembre de 1994 «Yo he dicho que, por lo que yo pienso y creo, todo era un
caos, es decir, tierra, aire, agua y fuego juntos; y que de aquella
mezcla poco a poco surgió una masa -así como el queso, que se
hace de leche- y los gusanos aparecieron en su interior, y fuer~m
los ángeles. La santísima majestad quiso que aquello fuese Dws
y los ángeles, y entre aquel número de ángeles ~ambié_n estaba
Dios creado también él de aquella masa y al m1smo tlempo, y
fue hecho Señor... » 1 Estas palabras, pronunciadas por un moli-
nero del siglo XVI de Montereale, una pequeña población del
F riuli, en lo que actualmente es el norte de Italia,· nos asombran

l. Cario Ginzburg, The Cheese and the Worms: The Cosmos o/ a Si~teenth
Century Miller, Londres, Routledge and Kegan Paul, 1980, págs. 5:?· M1 discu-
sión de este ejemplo se basa en la brillante, minuciosa reconstrucc10n de Grnz-
burg sobre la vida y concepción dd mundo de Menocchio, un molinero que fue
juzgado en dos ocasiones por sus creencias heréticas y finalmente quemado en la
hoguera por orden dd Santo Oficio. . . .
* Friuli-Venecia-Julia, región dd extremo noreste de Italia, ¡unto a Austna
y Eslovenia. (N. del t)
INTRODUCCIÓN 15
14 LO S MEDIA Y LA MODERNIDAD

cías a una transformación social que surgía por doquier Y cuya


hoy como los vestigios de otra época. No nos resulta fácil tomar influencia se extendía mucho más allá de los pueblos del F riuli.
en serio la visión del mundo que nos transmiten, o comprender Cuando empezó el juicio a Menocchio en 1584, ya hacía más
por qué la persona que las pronunció -un tal Domenico Scan- de cien años que las imprentas se habían extendido por todo
della, también conocido como Menocchio- tuvo que pagar tan Europa. Estaban produciendo una creciente avalancha d~ ~ate­
alto precio por sus excéntricas creencias (Menocchio fue inte- riales impresos que gradualmente transformar~an_la_s con~c10nes
rrogado, encarcelado y finalmente ejecutado). Sin embargo, a de vida de la mayoría de los individuos. Al prmc1p10, el Impacto
pesar de la distancia que separa nuestro mundo del mundo del de la imprenta incidió con más fuerza en los grand~s centros
molinero del siglo XVI, existe un rasgo social de importancia fun- urbanos entre las élites instruidas que sujetaban las nendas del
damental que nos une. Menocchio, a diferencia de sus paisanos,
sabía leer.
poder. sin embargo, los materiales impresos se difundiere~ r~p~­
damente y no hubo que esperar mucho tiempo para q~e mdiV1-
Entre otras cosas, Menocchio había leído Il cavallier Zuanne duos comunes como Menocchio -un molinero autodrdacta de
de Mandavilla, una traducción del popular libro de viajes atri- orígenes humildes- fueran capaces de acceder a los mundos que
buido a Sir John Mandeville. Originalmente escrito a mediados abría la imprenta. A pesar de lo extrañas que puedan parecernos
de siglo XIV, el libro fue reimpreso varias veces durante el si- las opiniones de Menocchio hoy en día, fue el pre~u!sor d~ un~
glo XVI y se difundió ampliamente a través de Europa. Alli Me- nueva era en la que las formas simbólicas se esparcman mas alla
nocchio había leído sobre tierras lejanas en las que los hombres de las formas locales compartidas de la vida cotidiana, y en la cual
practicaban costumbres diferentes, obedecían leyes diferentes y la circulación de las ideas dejaría de estar restringida al inter-
mantenían creencias diferentes; había leído sobre lugares en los cambio de palabras en contextos de interacción cara-a-c~ra.
que algunas personas adoraban el sol, algunas adoraban el fuego Mi propósito en este libro es trazar los conto;nos de es~a y_l~s
y algunas adoraban imágenes e ídolos; había leído sobre islas apa- transformaciones posteriores de lo que llamare la orgamzac10n
rentemente habitadas por caníbales, pigmeos y hombres con social del poder simbólico, así como explorar ~~nas de sus CO_?-
cabeza de perro. Estas descripciones inquietaban profundamen- secuencias para el tipo de mundo en el que v1~os hoy en dí~.
te a Menocchio y le llevaron a cuestionar los cimientos de sus Trataré de demostrar que el desarrollo de los medios de com~­
propias creencias. Le abrieron una ventana a otro mundo, un cación -desde las primeras formas de impresión hasta los re~Ien­
mundo por el que podía transitar temporalmente y desde el que tes tipos de comunicación electrónica- constituye una parte mte-
podía contemplar -con el tipo de desconsuelo que generalmente gral del surgimiento de las sociedades modernas. El desarr~llo de
acompaña el descubrimiento de alternativas- su vida cotidiana los medios de comunicación se mezcló de manera compleJa con
en Montereale. un determinado número de procesos de desarrollo paralelos que,
No había duda de que Menocchio era un hombre de imagi- tomados conjuntamente, constituyeron lo que hemos convenido
nación poco común. Su extraña cosmogonía era de creación pro- en llamar la <<modernidad». Por lo tanto, si lo que queremos es
pia, y sus paisanos probablemente escuchaban sus ideas con una co~prender la naturaleza de la modernidad -es decir, de las
mezcla de precaución, desconcierto y respeto. En el curso de su características institucionales de las sociedades modernas Y las
interrogatorio, Menocchio insistió repetidamente en que sus condiciones de vida creadas por ellas- entonces debemos conce-
ideas eran propias («Señor, yo nunca he encontrado a nadie que der un papel central al desarrollo de los medios de comunicación
sostenga opiniones semejantes; mis opiniones proceden de mi y a su impacto. . ,
propia cabeza»); sin embargo, esto era sólo una parte de la ver- Puede parecer sorprendente que, entre los trabaJoS de los teo-
J ad . Menocchio había leído muchos libros y había extraído rices sociales personalmente preocupados por el desarrollo de ~as
va rías ideas de ellos. Su vívida imaginación había reelaborado, sociedades modernas, tan pocos se hayan ocupado de los medios
dota do de significado y mezclado estas ideas con otras que pro- de comunicación con la seriedad que se merecen. Existe un
cedían de la tradición oral y la vida rural. Los puntos de vista que importante corpus de trabajos realizados por historiado_r~s ~ocia­
sost enía Menocchio eran, sin lugar a dudas, el producto de una les y culturales sobre el impacto de la imprenta en los m1c1os de
1111 ic:1 e inquieta mente; sin embargo, pudieron consolidarse gra-
16 L O S MEDIA Y LA MODE RN IDAD I NTRODU CCI Ó N 17

la Europa moderna y en otras partes, y existe una abundante lite- vez tienen un alcance más global. Me ocuparé de las maneras en
ratura que trata de los desarrollos más recientes de la industria que estas redes están entrelazadas con otras formas de poder
mediática; sin embargo, en los textos de los teóricos sociales, la -económico, político y militar- y cómo han sido utilizadas por
preocupación por los medios de comunicación brilla por su actores, tanto individuales como colectivos, para lograr sus pro-
ausencia. ¿Por qué este olvido? En parte es debido, sin duda, a pósitos. Pero también trataré de demostrar que, a pesar del
una cierta actitud de suspicacia hacia los media. Para los teóricos carácter mundano de estos desarrollos, tienen consecuencias a
interesados en los procesos de cambio social a largo plazo, los largo plazo.
media podrían parecer una esfera de lo superficial y lo efímero, Uno de los principales argumentos de este libro sostiene que
una esfera sobre la cual, aparentemente, hay poco que decir. Sin podremos comprender el impacto social del desarrollo de nuevas
embargo, existen otras razones, histórica e intelectualmente redes de comunicación y de flujo de información sólo si dejamos
arraigadas, que ayudan a explicar este olvido. :1 un lado la idea intuitivamente plausible de que los medios de
Cuando los teóricos sociales actuales reflexionan sobre los comunicación sirven para transmitir información y contenido
amplios contornos del desarrollo de la modernidad, por lo gene- simbólico a individuos cuyas relaciones con los otros se mantie-
ral lo hacen profundamente influidos por el legado del pensa- llen fundamentalmente inmóviles. Debemos ver, en vez de ello,
miento social clásico. Tornan sus términos de referencia del tra- que el uso de los medios de comunicación implica la creación de
bajo de autores que, escribiendo en el siglo XIX o a principios del nuevas formas de acción e interacción en la sociedad, nuevos
XX, se esforzaban en dar sentido a las sociedades industriales que tipos de relaciones sociales y nuevas maneras de relacionarse con
estaban formándose a su alrededor. La mayoría de los pensado- los otros y con uno mismo. Cuando los individuos utilizan los
res sociales clásicos no prestaron atención al desarrollo de los medios de comunicación, se introducen en formas de interacción
medios de comunicación. Para ellos, la clave de la dinámica cul- que difieren en ciertos aspectos del tipo de interacción cara-a-
tural asociada al surgimiento de las sociedades modernas se cara que caracteriza la mayoría de los encuentros de la vida coti-
encontraba por todas partes: consistía por encima de todo en diana. Son capaces de actuar para otros que están físicamente
procesos de racionalización y secularización, a través de los cua- ausentes, o actuar en respuesta a otros que están ubicados en
les las sociedades modernas podrían, se pensaba, relegar los gra- lugares distantes. De manera fundamental, el uso de los medios
dualmente tradicionales obstáculos del pasado. Se trataba de UO:a de comunicación transforma la organización espacial y temporal
visión sublime, de una narración grandilocuente propia de la tra- de la vida social, creando nuevas formas de acción e interacción,
dición de los narradores épicos, cuyos artífices arrojaron a las y nuevos modos de ejercer el poder, disociados del hecho de
progresistas fuerzas de la razón y la ilustración contra los oscuros compartir un lugar común.
bastiones del mito y la superstición. Hablamos de una visión que Resulta más fácil destacar estas transformaciones de manera
ha continuado arraigada en la imaginación teórica y divide a los genérica que analizarlas con rigor y seguir su pista a través de las
teóricos contemporáneos en dos bandos opuestos: por un lado, implicaciones en la vida social y política. Muchos de los capítu-
los que tratan de defender y refinar la narrativa y, por el otro, los que siguen a continuación constituyen un intento - inevitable-
aquellos que tienden a rechazarla corno si se tratara de otro mito. mente parcial, y sin duda vacilante en muchos aspectos- de ana-
La narración que ofreceré aquí tiene poco que ver con los gran- '. lizar esta transformación y explorar sus amplias implicaciones.
des dramas de las grandes narrativas. En vez de librar una espe- Los primeros dos capítulos preparan el camino, tanto teórico
cie de batalla etérea entre las fuerzas del mito y las de la razón, corno histórico. En el capítulo 1 analizo la naturaleza de los
me ocuparé de la serie de desarrollos que pueden documentarse medios de comunicación en el marco de una teoría social más
razonablemente bien y que poseen claras bases institucionales, comprensiva; este capítulo establece los fundamentos para una
<lcsdc las pequeñas imprentas de finales del siglo XV a los enor- teoría social de los media a través del análisis de la estructura de
llH'S conglomerados de comunicación de hoy en día·. Me ocuparé los contextos sociales dentro de los cuales todas las comunica-
,le la progresiva expansión de las redes de comunicación y el flujo ciones -incluidas las comunicaciones rnediáticas- tienen lugar y
,Jt. info rmación, redes que , desde mediados del siglo XIX, cada en referencia a las cuales debe ser comprendida. El capítulo 2 da
IH LOS MEDIA Y LA MODERNIDAD
I NTRODU CCIÓN 19
un vuelco al análisis hacia d plano histórico. Partiendo de la
cstru~tura teórica elaborada en el primer capítulo, ofrezco una El capítulo 7 se centra en la naturaleza del yo y las formas en que
ampha reinterpretación de las principales transformaciones aso- el proceso de constitución se ve afectado por la proliferación de
ciadas c~n ~ sur?"imiento de las sociedades modernas, poniendo materiales mediáticos. ¿Cómo se puede vivir en un mundo en el
un espeCial enfasts en el desarrollo de las instituciones mediáticas que la capacidad de experimentar sucesos ha dejado de estar
~ en el c~:cimiento de nuevas redes de comunicación y flujo de
determinada por la posibilidad de tropezar con ellos en los sen-
rnformacton. cleros espacio-temporales de la vida cotidiana?
En el capítulo 3 desarrollo el argumento según el cual la utili- El capítulo final trata de cuestiones tales como la de una nor-
zación de los medios de comunicación ha creado nuevas formas mativa más amable respeto al papel que las instituciones mediá-
de acción e interacción en el mundo moderno, y trato de analizar ticas pueden y deberían desempeñar en el cultivo de un estilo de
estas forma~ d_e la manera más rigurosa y precisa posible. El argu- vida autónomo y responsable. Sostengo que muchas de nuestras
mento contrnua en el capítulo 4, donde exploro el impacto de los maneras tradicionales de pensar sobre cuestiones sociales y polí-
1icas están formadas a partir de un cierto modelo de vida públi-
medios de comunicación en la relación entre lo público y lo pri-
vado y en la cambiante vinculación entre visibilidad y poder. ca procedente del viejo mundo, del agora de la Grecia clásica, y
Trato_ de mostrar q~e fenómenos que se han expandido por que ofrece la posibilidad de representar mentalmente a los indi-
doqmer y características problemáticas de la actual arena política viduos encontrándose en un espacio compartido para discutir
-como !os frecuentes escándalos de varios tipos- tienen que ver lemas comunes. Sin embargo este modelo tradicional de la pro-
c?~ ~~nes de transformaciones fundamentales implicadas con la
piedad pública como ca-presencia tiene poco parecido con las
v1s1bilidad del poder mediático. r~.:alidades prácticas del mundo de finales del siglo XX. Hoy por
El desarrollo de los medios de comunicación no sólo ha dado l~o , debemos reinventar la idea de la ropiedad pública de
~1anera que re eje las complejas interdepen encías mun o
lugar a nuevas formas de poder visible, también lo ha hecho visi-
1~oderno.y de manera ue reconozca la creciente importancia de
ble en una escala sin precedentes: la actual visibilidad mediática
posee efectivamente una dimensión global. Esta circunstancia es f-ormas de comunicación e interacción ·stlntas cara-a-cara.
el resultado de un complejo proceso de globalización cuyos orí- A lo largo del libro he recurrido a una rica y variada biblio-
genes se remo?t~ por lo menos hasta mediados del siglo XIX, y grafía sobre la historia de la cultura y la historia de las comuni-
cuya~ _ caractensucas y consecuencias se abordan en el capítulo 5. caciones, sobre teoría de la comunicación e investigación, y sobre
~.:studios culturales y de los media contemporáneos. Sin embargo,
Aqm rntento demostrar cómo la globalización de la comunica-
ción estuvo entrelazada con otros procesos de desarrollo consti- este libro fue escrito fundamentalmente como un trabajo de teo-
tutivos de las sociedades modernas; y sostengo que, si queremos ría social, no como contribución a la bibliografía especializada en
comprender las consecuencias de estos desarrollos, debemos d campo de las comunicaciones. He tratado de compensar el
tomar en consideración los contextos específicos en los cuales los olvido de los medios de comunicación dentro de la literatura
productos mediáticos globalizados se reciben y comprenden. sObre teoría social y de mostrar que, si tomamos en serio a los
Los capítulos 6 y ~ exploran algunas de las maneras en que el media, encontraremos gue tlenen unportantes consecuenc1as
desarrollo de los medios de comunicación han influido en la vida para algunos de los roblemas fundamentales del ensamiento
cotidiana de los individuos. En el capítulo 6 me centro en la natu- soc1 y po 'tico. Al mismo tiempo, mientras que quiero compen-
raleza de la tradición y su papel cambiante. ¿Ha minado la cre- sar el olvido de los media, he tratado de evitar mostrar una preo-
ciente difusión de los productos mediáticos los modos tradicio- cupación igualmente sesgada por ellos, como si uno pudiera estu-
n_ales de vi?a, como m~chos comentaristas han asumido? ¿0, en diar plausiblemente el desarrollo de los medios de comunicación
Cl~.:rto senudo, los medza han alentado una renovación de lastra- independientemente de procesos sociales e históricos más
dici?}1es, arrancándolas de sus contextos originales, llevándolas a :11nplios. La teoría social tiene tanto que ofrecer como que reci-
l:t d1aspora cultural y dotando a los individuos de nuevas fuentes bir sobre la investigación en comunicación· y en este sentido una
1coría social de los media podría ayudar ~ ~bicar su estudio en
de identidad desvinculadas de ubicaciones espaciales concretas?
un punto en el que, desde mi perspectiva, le pertenece: entre un
() LOS MEDIA Y LA MODERNIDAD INTRODUCC IÓN 21

grupo de disciplinas preocupadas por la emergencia, desarrollo y raciones de Habermas sigue, con algunas justificaciones, mere-
características estructurales de las sociedades modernas y sus ciendo nuestro respeto.
futuros. Una se~da tradición de pensamiento que aquí he seguido
Durante el desarrollo de los argumentos de este libro también co~a 7xibilidad es la que procede del trabajo de los llama-
he recurrido libremente a la bibliografía sobre la teoría social y dos teóricos de los media. El más conocido de estos teóricos fue,
cultural contemporánea. Sin embargo, hay tres tradiciones de por supuesto, ~shall_Mc:Luhau;. sin embargo el ·m.ás original
pensamiento que destacan particularmente cuando planteoÍos y revelador fue pr:obablemente el compatriota y mentor de
problemas que me conciernen, y que me han ayudado a configu- McLuhan, Harold Innis.Jnnis escribió durante los años cuarenta
rar la orientación general de mi relato. Una a tradición de la y a principios de los cincuenta, y fue uno de los primeros en
~procedente del trabajo de Ja----¡=;:s;s¡<ynof:r--d(' ·xplorar de manera sistemática las refacwnes entre los medios de
Francfort. 2 Tengo mis dudas sobre si puede recuperarse algunos Comunicación de una arte la or anización es acial tem oral
de los materiales de los primeros teóricos de la Escuela de Franc- < e po er, de otra.5 Su teoría sobre la «inclinación» de la comuni-

fort, como Horkheimer, Adorno y Marcuse; su crítica a lo que lla- cación -en pocas palabras, que los diferentes medios favorecen
maron <da industria cultural» era demasiado negativa y estaba diferentes maneras de organizar el poder político, tanto si se
fundada en una dudosa concepción de las sociedades modernas encuentra centralizado como descentralizado, extendido en el
y sus tendencias de desarrollo.3 Sin embargo, las primeras consi- 1iempo o el espacio, etc.- fue sin duda demasiado rudimentaria
deraciones de Habermas sobre la emergencia y transformación ·omo para responder a las complejidades de las relaciones histó-
de la esfera pública constituyen un trabajo que aún merece una ricas entre comunicación y poder. Sin embargo, Innis destacó
atenta consideración. 4 La gran fuerza de los primeros trabajos de correctamente el hecho de ue los medios de comunicación como
Habermas reside ue tratan el desarrollo de los media como l a es eran importantes ara la or anización del o er, margen
una parte inte ral de la form ió ciedades mo ernas. · <e conteru o e os mensa·es ue transmitían. Esta aproximación
ostuvo que la circulación de los materiales impresos a principios ha s1 o toma a en consideración por otros y desarrollada poste-
de la Europa moderna desempeñó un papel crucial en la transi- riormente: por McLuhan, desde luego, pero también por muchos
ción del absolutismo a los regímenes liberal-democráticos, y que otros teóricos más recientes como Joshua Meyrowitz, quien de
la articulación de la opinión pública a través de los media consti- manera brillante combina un análisis de los medios electrónicos
tuyó una característica vital de la vida democrática moderna. Hay inspirado por McLuhan con una consideración de la interacción
muchos puntos en los cuales la argumentación de Habermas no social derivada de Goffman.6 Esta tradición resulta menos útil; a
resulta convincente, como tendremos ocasión de ver; y pienso pesar de ello, sirve para reflexionar sobre la organización social de
que queda claro que nadie podría defender su argumento en su las industrias mediáticas, sobre las maneras en que los media están
forma original. Sin embargo, la visión que subyace a las conside- interrelacionados con la desigual distribución del poder y los
recursos, y sobre cómo los individuos dan importancia a los pro-
2. Véase especialmente a Max Horkheimer y Theodor W. Adorno, «The ductos mediáticos y los incorporan a sus vidas.
Culture Industry: Enlightenment as Mass Decepcion», en su Dialectic o/ Enlight- La tercera tradición que da forma a mi narración es la herme-
nement, Nueva York, Seabury Press, 1972, págs. 120-167; Theodor W Adorno, ~~~tica, una tradición preocupada, a grandes rasgos, por la inter-
The Culture Industry: Selected Essays on Mass Culture, edic. a cargo de J . M.
Bcrnstein, Londres, Routledge, 1991.
3. Para una valoración de la contribución de los primeros críticos teóricos 5. Véase Harold A. Innis, Empire and Communications, Oxford, Oxford

*
al estudio de los media, véase Douglas Kellner, Critica! Th eory, Marxism and University Press, 1950, y The Bias o/ Comunications, Toronto, University of
Modcrnity, Cambridge, Polity Press, 1989, caps. 5 y 6;John B. Thompson, Ideo- Toronto Press, 1951. Para una valoración comprensiva de la contribución de
lo¡zy tmd Modern Culture: Critica! Social Theory in the Era o/ Mass Communica- lnn.is, véase James W. Carey, «Space, Time, and Comun.ications: A tribute to
lion. Cambridge, Polity Press, 1990, cap. 2 . 1larold Inn.is>>, en su Communication as Culture: Essays on Media and Society,
.¡ . V~ase J ürgen Habermas, The Structural Trans/ormation o/ the Public 13oston, Unwin Hyman, 1989, págs. 142-172 ~
.\jd•a,·: ltn fnquiry into a Category o/ Burgeois Society, Cambridge, Polity Press, 6. Véase Joshua Meyrowitz, No Sense o/ Place: The Impact o/ Electronic
I 'IK'J . Media on Soda! Behavior, Nueva York, Oxford Un.iversity Press, 1985 .
22 LOS MEDIA Y LA MODERNfDAD INTRODUCCIÚN

prctaoon contextualizada de las formas simbólicas. Entre las se: hayan cerrado en la actualidad a sus espaldas. Si los debates
recientes contribuciones a esta tradición incluyo los trabajos de provocados por el posmodernismo nos han enseñado alguna
Gadamer y Ricoeur, aunque también los textos más etnográfica- cosa, no es precisamente que los procesos de desarrollo caracte-
mente orientados de CliHord Geertz.7 Los hermenéuticos desta- rísticos de las sociedades modernas nos hayan impulsado, más
can el hecho de que la rece ción de las formas simbólicas -inclu':- allá de la modernidad, hacia una nueva y, de momento, indefini-
yen o os pro uctos mediáticós- .siem re im lican un receso de Ja era, sino que nuestras estructuras teóricas tradicionales para la
interpretacron creativo .contextualizado en el cual los in ·vx- comprensión de estos procesos son, en muchos aspectos, triste-
uos acen uso e os recursos dis onibles para dar sentido a os mente inadecuadas. Lo que nosotros necesitamos en la actuali-
mensajes que reciben. También ama nuestra atención e ec o Jad no es la teoría de una nueva era, sino la nueva teoría de una
de que la actividad de «apropiación» forma parte de un extendi- da cuyos amplios contornos fueron establecidos aí1os atrás, V
do proceso de autoaprendizaje a través del cual los individuos cuyas consecuencias aún tenemos que esclarecer plenamente.
desarrollan un sentido del ellos mismos y de los otros, de su his- Sí dejamos a un lado la moda retórica y centramos nuestra aten-
toria, de su lugar en el mundo y de los grupos sociales a los que ción en las transformaciones sociales profundame..'1te arraiga-
pertenecen. Al enfatizar los aspectos creativos, el carácter cons- Jas que configuran nuestras vidas, podrían1os descubrir que
tructivo y socialmente arraigado de la interpretación, los herme- tenemos mucho más en común con nuestros predecesores
neutas coinciden con algunos de los recientes trabajos etnográfi- - quizás incluso con el malogrado molinero de Montereale- de lo
cos sobre la percepción de los productos mediáticos, mientras que algunos de los teóricos contemporáneos les agradaría hacer-
que, al mismo tiempo, enriquecen este trabajo al introducir los nos creer.
recursos de una tradición preocupada por el vínculo entre la
interpretación y el autoaprendizaje.
Algunos lectores podrían constatar con sorpresa que en un
libro que se ocupa de la teoría social y los media utilice escasa
bibliografía de la rotulada con las etiquetas de «postestructura-
lismo» y «posmodernismo» y por lo p;eneral muy citada (sin duda
de manera bastante rudimentaria). Este no es el lugar apropiado
para explicar detalladamente las razones de mi decepción con
una gran parte de esta bibliografía: algunas de estas razones apa-
recerán en las páginas siguientes. Baste decir aquí que, a pesar de
toda la retórica del posmodernismo y la posmodernidad, hay
muy pocos signos de que los habitantes del mundo de finales del
siglo XX hayan entrado recientemente en una nueva era, y que las
puertas abiertas por el advenimiento de las sociedades modernas

7. Véanse especialmente Hans-Georg Gadamer, Truth and Method, Londres,


Sheed and Ward, 1975; Paul Ricoeur, Henneneutics and the Human Sciences:
E.uays on Language, Action and Interpretation , comp. y trad. a cargo de John B.
Thompson, Cambridge University Press, 1981; Clifford Geertz, The Interpretation
nf Cultures, Nueva York, Basic Books, 1973 (trad. cast.: Conocimiento local: ensa-
yOI .robre lo interpretación de las culturas, Barcelona, Paidós, 1994). Sobre la rele-
vancia de esta tradición para el estudio de los media, véase Peter Dahlgren, «The
Modes of Reception: For a Hermeneutic of TV News>>, en Philip Drummond
v Ri ch:1rd Patterson (comps.) , Televisión in Transition, Londres, British Film Ins-
1i11111 ·. 19S5 , págs. 235-249; Thompson, Ideology and Modem Culture, cap. 6.
l. Comunicación y contexto social

En todas las sociedades, los seres humanos se dedican a la


producción e intercambio de información y contenido simbólico.
Desde las más tempranas formas de gestualidad y uso de lengua-
je hasta los desarrollos más recientes de la tecnología informáti-
ca; la producción, almacenamiento y circulación de información
y contenido simbólico ha constituido una característica central
de la vida social. Sin embargo, con la proliferación de las institu-
ciones mediáticas desde finales del siglo XV hasta el día de hoy,
los procesos de producción, almacenamiento y circulación han
estado transformándose en varios sentidos. Estos procesos han
quedado atrapados en una serie de desarrollos institucionales
propios de la época moderna. En virtud de tales desarrollos,~
formas simbólicas han estado produciéndose y reproduciéndose
en una escala cada vez mayor; s~e han convertido en productos de
e~ que pueden comprarse y venderse en el mercado; han
pasado a ser accesibles a individuos ampliamente diseminados en
d espacio y en el tiempo. De manera profunda e irreversible, el .(
desarrollo de los media ha transformado la naturaleza de la pro-
ducción sunbólica y el intercambio en el mundo mooFno.,
LOS MEDIA Y LA MODERNIDAD • .t lMUNICA CIÓ N Y CONTEXTO SOC IAL 27

Empezaré este capítulo explorando los contornos de esta rncnsajes de los media e ignorar el complejo orden de las condi-
transformación mediante el análisis de algunas de las caracterís- ciones sociales que subyacen a la producción y circulación de
ticas de la comunicación mediática. Desarrollaré una aproxima- IH les mensajes. Trataré de evitar esta tendencia por todos los
ción a los media que resulta fundamentalmente «cultural», es medios. Sin olvidar el contenido simbólico de los mensajes
decir, una aproximación que se ocupa tanto del significado del rnediáticos, desarrollaré una aproximación que destaca que la
carácter de las formas simbólicas como de su contextualización ··omunicación mediática constitu e una parte integral de- oo
social. 1 Por otra parte, resulta importante recalcar que la comu- 11uede com renderse al margen de-los contextos más am ·os e

nicación mediática posee una dimensión simbólica irreductible: l:1 vi a social.


se ocupa de la producción, almacenamiento y circulación de En el primer apartado de este capítulo esbozaré algunas de las
materiales significativos para los individuos que los producen y t"aracterísticas de los contextos sociales dentro de los cuales la
los reciben. Resulta fácil perder la perspectiva de esta dimensión comunicación en general, y la comunicación mediática en parti-
simbólica y pasar a preocuparse de las características técnicas de cular, debería entenderse. Con este telón de fondo, analizaré
la comunicación mediática. Estas características técnicas son ver- dgunas de las características de las técnicas de comunicación
daderamente importantes, como tendremos ocasión de constatar; rnediática (apartado 2) y algunas de las particularidades que co-
sin embargo, !!22_e les debe:ría permitir oscurecer el hecho de que 111 únmente se engloban bajo la etiqueta de «comunicación de ma-

el desarrollo de la comunicac", n mediática sea, en un selltíciO sas» (apartado 3) . En el cuarto apartado me ocuparé de las for-
fundamenta , liPa reelaboración del carácter simbólico de la vida rnas en que los medios de comunicación reordenan las relaciones
~ tma reorganización de las formas en las que el contenido y •·spacio-temporales y alteran nuestra experiencia en relación a
la mtormación simbólicas se producen e intercambian en la esfe- dios. En el apartado final del capítulo trazaré una aproximación
ra social, y una reestructuración de las maneras en que los indivi- preliminar a la relación entre la comunicación mediática y los
duos se relacionan unos con otros y consigo mismos. Si «el hom- contextos sociales prácticos dentro de los cuales se recibe y com-
b!.e es un animal suspendido en tramas de significad(';'qUeer prende esta comunicación.
mismo ha urdido~ como Geertz remarco en cterta ocaston 2 ·
'entonces los medios de comunicación constituyen las ruecas d~l
mundo moderno y, al utilizar estos media, los seres humanos se !l.cción, poder y comunicación
conv~erten en fabricantes de tramas de significado para consumo
prop10. En la actualidad es frecuente oír que la comunicación es una
Por otra parte, cabe igualmente enfatizar que la comunicación lorma de acción. Incluso desde que Austin observó que pro-
mediática siem re es un fenómeno social contextualizado: siem- nunciar una expresión es ejecutar una acción y no meramente
J pre orma arte de contextos sociales estructurados de vanas~ informar o describir algún estado de cosas/ somos más sensi-
mas y que, a su vez, tienen un 1mpacto estructural en os actos bles al hecho de que hablar un lenguaje es una actividad social
comunicativos. Fácilmente se puede perder la perspectiva de este a través de la cual los individuos establecen y renuevan las rela-
aspecto. Dado que la comunicación mediática está generalmente ciones que mantienen unos con otros. Sin embargo, si la comu-
«fijada» a un estrato material de algún tipo -palabras escritas en nicación es una forma de acción, entonces, el análisis de la
un papel, por ejemplo, o imágenes capturadas en una pelí~ula­ comunicación debe basarse, al menos en parte, en un análisis
resulta tentador concentrarse en el contenido simbólico de los Je la acción y en una explicación de su carácter socialmente
contextualizado. Austin, y muchos teóricos del habla posterio-

l . Para una elaboración de esta noción de análisis cultural, véase John B.


Thompson, Ideology and Modern Culture: Critica! Social Theory in the Era o/
Ma.u Communication, Cambridge, Poliry Press, 1990, cap. 3. 3. Véase J. L. Austin, How toDo Things with Words, 2.' ed. , a cargo de
2. Clifford Geertz, The Interpretation o/ Cultures, Nueva York, Basic Books, .1. O. Urmson y Marina Sbisa, O xford, Oxford University Press, 1976. (trad.
I'J73 . pág. 5. Gtst. : Cómo hacer cosas con palabras: palabras y acciones, Barcelona, Paidós, 1996).
28 LOS MEDIA Y LA MODERNIDAD COMUNICACIÓN Y CONTEXTO SOC IAL 29

res, no siguieron el argumento en esta dirección; de aquí que trayectorias para organizar la vida de los individuos que las
sus explicaciones sobre los actos de habla tiendan a ser bastan- ocupan.
te formales y abstractas, alejadas de las circunstancias reales en ,La posición que ocupa un individuo dentro de un campo o
las que los individuos utilizan el lenguaje en el transcurso de institución esta íntunamente relacionada con el poder que él o
su vida cotidiana. Hoy en día podemos aceptar las observacio- etla poseen. De manera genérica, eLP-oder es la cagacidad para . --
nes de Austin sólo si abandonamos su aproximación y median- actuar de acuerdo a la consecución de los propósitos e intereses L?e~­ 1
te el desarrollo de una teoría social sustantiva de la acción y de cada uno, la ca~acidad de intervenir en el curso de los acon- r
de los tipos de poder, recursos e instituciones en que se sos- tecimientos y de a~ctar a sus resultados. Al ejercer el poder, los
tiene. indtviduos emplean los recursos que tienen a su alrededor; los
Esta explicación que desarrollaré aquí está basada en la recursos son los medios que les permiten alcanzar sus objetivos
asunción de que los fenómenos sociales pueden ser vistos como e intereses de manera efectiva. De ahí que, mediante la acumu-
acciones con propósito llevadas a término en contextos sociales lación de recursos de varios tipos, los individuos puedan aumen -
estructurados. 4 La vida social está compuesta por individuos tar su poder, en el sentido de que, por ejemplo, un individuo
que llevan a cabo propósitos y objetivos de varios tipos. En este podría acumular cierta cantidad de ahorros con el fin de adqui-
cometido siempre actúan dentro de un conjunto de circunstan- rir una propiedad. Ya que los recursos pueden acumularse per-
cias previamente establecidas, y que ofrecen a los individuos sonalmente, con frecuencia también se acumulan dentro de la
diferentes inclinaciones y oportunidades. Estas circunstancias estructura institucional, que constituyen una importante plata-
pueden concebirse como «campos de interacción», para utili- forma para el ejercicio del poder. Los individuos que ocupan
zar un término fructíferamente desarrollado por_Pierre Bour- posiciones dominantes en grandes instituciones pueden contar
dieu.5 Los individuos oclJ.Qan posiciones diferentes en el inte- con inmensos recursos a su disposición, lo que les permite tomar
~ de estos campos, dependiendo de los diTerelltes-trpos decisiones y perseguir objetivos que tienen implicaciones de
y cantidad de recursos disponibles para ello~ En algunos largo alcance. ·
casos estas posiciones adquieren una cierta estabilidad a través Comprendido en este sentido general, el poder es un fenóme-
de la institucionalización, esto es, convirtiéndose en parte de no social penetrante característico de los diferentes tipos de
un paquete de reglas, recursos y relaciones sociales relativa - acción y encuentros, desde las acciones políticas visibles de los
mente estables. Las instituciones pueden observarse como un representantes del Estado hasta el mundano encuentro de indivi-
,determinado coñ¡unto de reglas, recursos y relaciones con cier- duos en la calle. Si en la actualidad asociamos comúnmente el
to rada de ersistenCia en el tiempo y cierta extenswn en el poder con el poder político, es decir, con las acciones de indivi-
espacio, unidas or e ro osito e éallzar ciertos ob'euvos duos que actúan en nombre del Estado, es porque los Estados se
comunes. Las instituciones dan arma e initiva a campos de han convertido en centros particularmente importantes de con-
interacción preexistentes y, al mismo tiempo, crean nuevas centración del poder en el mundo moderno. Pero la importancia
posiciones en el interior de estos campos, así como nuevas de las instituciones estatales no debería impedirnos apreciar el
hecho de que el poder público político y manifiesto constituye
sólo una forma de poder un tanto especializada, y que los indivi-
4. Esta explicación está desarrollada más detalladamente en John B.
duos comúnmente ejercen el poder en muchos contextos que tie-
Thompson, Cnú cal Hermeneutics: A Study in the Though o/ Paul Ricoeur y Jür- nen poco o nada que ver con el Estado. De esta manera, ambos
gen Ha bermas, Cambridge, Cambridge University Press, 1981, cap. 4; e ldeology expresan y permiten establecer relaciones relativamente estables
and Modern Culture, cap. 3. o redes de poder y dominio entre individuos, y entre grupos de
5. Sobre el concepto de campo, véase Pierre Bourdieu, Distinction: A individuos, que ocupan diferentes posiciones en campos de inte-
Social Critique on the Judgement o/ Taste, Cambridge, Harvard University racción.
l'n.:ss, 1984; The Logic o/ Practice, Cambridge, Polity Press, 1990); y «Sorne
Propc rti cs of Fields>>, en su Sociology in Question, Londres, Sage, 1993, págs. Resulta útil matizar con detalle las distintas formas de
72 77. r~r. Siguiendo a Michael Mano y otros-;-distmguiré c_uat!:Q
30 LOS MEDIA Y LA MODERNIDAD
COMUNICACIÓN Y CONTEXTO SOCIAL 31
Jipos princi~s a los que llamaré p~der «económico», «E._olíti-
-~ «coercitivo» y «simbólico». 6 Estas distinciones poseen un . El poder económico procede de la actividad humana produc-
carácter esencialmente analitico. Reflejan los diferentes tipos tiva, eSdecir, de la actividad que se ocupa de abastecer de los
de actividad en los cuales los seres humanos están implicados medios de subsistencia a través de la extracción de las materias
con frecuencia, y los diferentes tipos de recursos que emplean primas y su transformación en bienes que pueden consumirse o
en el ejercicio del poder. Sin embargo, en realidad, estas formas intercambiarse en un mercado. La actividad productiva implica
diferentes de poder se solapan con frecuencia detrás de com- el uso y la creación de varios tipos de material y recursos finan-
plejas y cambiantes formas. Una institución particular o tipo de ciero~: los cuales. incluyen materias primas, instrumentos de pro-
institución podría ofrecer la estructura para una acumulación duccton (herramientas, máquinas, tierra, edificios, etc.), produc-
intensiva de un cierto tipo de recursos, y de ahí una base privi- tos perecederos y capital financiero (dinero, acciones formas de
legiada para el ejercicio de cierta forma de poder, en el sentido, crédito, etc.). Estos recursos pueden ser acumulados 'por indivi-
por ejemplo, de que las actuales compañías comerciales ofrecen duos y orgarúzaciones con el propósito de expandir su actividad
una estructura para la acumulación de recursos materiales y prod~ct~va; y, al mismo tiempo, sirven para incrementar su poder
una base privilegiada para el ejercicio del poder económico. econom1co. En el pasado, la actividad productiva era predomi-
Llamaré a las instituciones que ofrecen plataformas privilegia- nantemente agraria, y las instituciones paradigmáticas del poder
das para el ejerCICIO de Ciertas formas -~coneJ. nombre econ_ómico se caracterizaban por organizaciones a pequeña esca-
de «instituciones parad1gmat1cas». Sin embargü,lnClú.so1as- íñ¿~ 1~ ;mentadas a_la subsistencia de la agricultura y hacia la produc-
't1tuc10nes paradigmáticas acostumbran a implicar una comple- oon de pequenos excedentes para el comercio. Con el desarrollo
ja mezcla de distintos tipos de actividad, recursos y poder, de las sociedades modernas, las instituciones paradigmáticas del
incluso si están orientadas fundamentalmente hacia la acumu- poder económico han aumentado la escala y la envero-adura de
lación de cierta clase de recursos y el ejercicio de un cierto tipo sus actividades y han adquirido un carácter más variado, con lo
de poder. q~e la manufactura y, consecuentemente, la producción indus- . _
1nal han asumido una importancia fundamental. ~ , \ u ~A r,;h.~-ó~ .
MO ..;. 1)'-1),.._,....
• ' f .,fYv\:..
. . '
6. Véase especialmente a Michael Mann, The Sources o/Social Power, vol. 1: \11-- ~ ~~ L!.t i..-~·· ~-.
A History o/Power /rom the Beginning to AD 1760, Cambridge, Cambridge Uni- cm~leanpara controlar las poblaciones. Sin embargo esta noción pone de;;-asia- .--
versity Press, 1986. Véase también Ernest Gellner, Plough, Sword and Book: The ' lo enfasts en el control de las actividades del Estado y no comprende su.ficien-
Structure o/ Human History, Londres, Collins Harvill, 1988; Anthony Giddens, l <.:m~?te las muchas otras maneras en las que se utiliza la comunicación y la in.for-
The Nation-State and Violence: Volume Two o/ Contemporary Critique o/ Histori- 1nac10n.
cal Materialism, Cambridge, Polity Press, 1985. Tamb!én resulta significativo que autores como Mann y Giddens hayan pres-
Tanto Mann como Giddens distinguen cuatro tipos principales de poder. lado relativamente poca consideración, directa y prolongada, al impacto de los
Donde más se distingue mi explicación de su trabajo es en el análisis de lo que 1nedios de comunicación en el mundo moderno. El primer volumen de la histo-
yo llamo, siguiendo a Bourdieu, «poder simbólico». Utilizada en un sentido ria del poder de Mann menciona la imprenta sólo de pasada (págs. 442-443) y
general, la noción de poder simbólico es más adecuada para captar algunas de no reflex~o~a acerca de su ? esarrollo o explora sus implicaciones, incluso para
las características generales de la actividad simbólica que la noción de «poder 1760 (la últuna fecha del pnmer volumen de Mann) la imorenta va existía desde
ideológico>> de Mann o la noción de <<Surveillance>> de Guiddens (derivada de h:tcía 300 años y los materiales impresos circulaban de m;nera g~neralizada por
Foucault). El principal problema con la noción de poder ideológico de Mann es l·.uropa y_otras partes. En el segundo volumen, que cubre el período 1760-191 4,
que lleva demasiado lejos el sentido del término «ideología>>, y en consecuencia Mann atnbuye un papel más significativo a la difusión de los materiales impre-
pierde la conexión entre ideología, dominación y crítica. Es mejor, a mi enten- sos_Y _al desarrollo _de los que él llarna «literatura discursiva>>; sin embargo, su
der, utilizar el término <<ideología>> de una manera más restringida (véase Ideo- :mahs~s. de l~s . medtos de _c omunicación está enmarcado y limitado por su preo-
logy and Modern Cultura, cap. 1), y utilizar la noción más general de poder sim· cupacton_teonca predommante: explicar el surgimiento de las clases y los Esta-
bólico para tratar de comprender las maneras en las que se emplean las formas ' los-nac10n y exarrunar sus mterconexiones. (Véase Micha el Mann The Sources
simbólicas para influir y dar forma al curso de los acontecimientos. El principal o( Social Power, vol. 2: The Rise o/ Classes and Nation States 1760-19 14 Cam-
prob lema con la noción de surveillance de Giddens es que resalta sólo un redu- hridge, Cambridge University Press, 1993.) Se pueden hace; comentari;s sirni-
ci do co njunto de utilidades para los que se emplean las formas simbólicas -o sea, l:tres resp~cto al trabajo de Giddens, Bourdieu, Foucault y la mayoría de los
l : t ~ rn:m c ras en las que el Estado y otras organizaciones reúnen información y la • •1 ros teóncos sociales, analistas sociales y sociólogos de la historia, aunque aquí
110 voy a entretenerme con estas críticas.
32 LOS MEDIA Y LA MODERNIDAD • .( IMUNICACIÚN Y CONTEXTO SOC IAL 33

El poder económico puede distinguirse del poder político, el Aunque haya una clara conexión histórica y empírica entre el
que procede de la actividad de coordinar a los individuos y regu- poder político y el coercitivo, puede hacerse una distinción analí-
1 ' lar los patrones de su interacción. Todas las organizaciones impli- lica entre ambos.¡El poder coercitivo supone el uso, o la amenaza
can un cierto grado de coordinación y regulación, y en este sen- de utilizar, la fuerza física para someter o vencer a un oponente.
tido, un cierto grado de poder político. Sin embargo podemos La fuerza Hs1ca puede aplicarse de vanos modos, con diferentes
identificar un grupo de instituciones implicadas básicamente con ¡•rados de intensidad y con resultados diferentes. Sin embargo,
la coordinación y la regulación, y que tratan de llevar a cabo estas hay una relación clara y fundamental entre la coerción y el hecho
actividades de manera relativamente centralizada dentro de un de infligir heridas o matar al oponente: el uso de la fuerza física
territorio más o menos circunscrito. Estas instituciones incluyen conlleva el riesgo de mutilar o destruir al oponente. La fuerza físi-
lo que generalmente se conoce con el nombre de Estado, la ins- ca no sólo consiste en la utilización de la fuerza bruta humana.
titución paradigmática de poder político. Históricamente han i>uede ser aumentada mediante la utilización de armas y equipo,
existido muchas formas diferentes de Estado, desde los tradicio- :1 través del entrenamiento y de la táctica, utilizando la inteligen-
nales Estados imperiales y las clásicas ciudades-Estado hasta las cia y la planificación, etc. Históricamente, las instituciones más
modernas formas de Estado-nación. Todos los Estados, o Esta- 110tables para la acumulación de recursos de este tipo son las ins-
,5!.9_~ c9..mo in~>tituciones, constituyen fundamentalmente s~as lituciones militares, y la forma más característica de poder coer-
d~. Los Estados implican un complejo sistema de re- ·itivo es el poder militar. Resulta obvio que el poder militar ha
glas y proceClimientos que autorizan a ciertos individuos a actuar desempeñado un papel enormemente importante a la hora de dar
de determinadas maneras. En algunos casos estas reglas y proce- (orma a los procesos históricos y sociales, tanto en el pasado como
dimientos están explícitamente codificadas bajo la forma de leyes en el presente. A través de la historia los Estados han orientado
promulgadas por cuerpos soberanos y administrados por un sis- una gran parte de sus actividades hacia la acumulación de poder
tema judicial. militar, y hacia la extracción -mediante la conquista y el botín, o
A pesar de ello, como destacó Max Weber, entre otros, la :1 través de varios tipos de impuestos- de los recursos materiales
capacidad de un Estado para dirigir la autoridad depende gene- necesarios para sostener las instituciones de la fuerza armada.
ralmente de su capacidad para ejercer dos formas de poder dis- Tradicionalmente, el poder militar ha sido utilizado tanto para
tintas pero relacionadas, a las que describiré como poder coerci- servir al propósito de la defensa exterior y la conquista, como
tivo y poder simbólico. En última instancia, el Estado puede uti- para pacificar y controlar el interior. En las sociedades modernas,
lizar distintas formas de coerción -esto es, el uso efectivo o la a pesar de ello, existe una cierta diferenciación entre las insti-
amenaza de la fuerza física- con el fin de defender el ejercicio del (Liciones militares que se ocupan básicamente de mantener (o
poder político, tanto si se trata de conquistar o amenazar el exte- extender) las fronteras territoriales de los Estados-nación, y las
rior como si se trata de paliar un desorden o desobediencia inter- distintas instituciones paramilitares (como la policía) e institucio-
/ na. La autoridad del Estado también puede ser defendida nes próximas a ella (como las instituciones penitenciarias) que se
f mediante la difusión de formas simbólicas que persiguen cultivar ocupan básicamente de la pacificación y el control interno. Sin

1 y sostener una creencia en la legitimidad del poder político. Pero,


¿en qué medida las formas simbólicas son capaces de crear y sos-
tener legítimamente una creencia? ¿En qué medida son compar-
tidas tales creencias por los distintos grupos y miembros de una
embargo, esta diferenciación institucional no es definitiva y exis-
ten muchos ejemplos en la historia reciente en los que el poder
militar ha sido utilizado para sofocar los desórdenes internos.
El cuarto tipo de P.Ode..t es el cultural o poder simbólico, el que
población determinada, y en qué medida es necesario compartir procede de la actividad productiva, transmisora y receptora de
estas creencias para el ejercicio estable y efectivo del poder polí- formas simbólicas significativas. La actividad simbólica es una
tico? No existen respuestas simples de quita-y-pon a estas pre- ~racterística fundamental de la vida social, a la par de la activi-
guntas, y esta ambigüedad es (entre otras cosas) la que lleva al dad productiva, la coordinación de los individuos y la coerción.
uso político del poder simbólico a aceptar riesgos y lo convierte Los indiVIduos están constantemente dedicados a la actividad de
en un acontecimiento con final abierto. c'xpresarse de forma simbólica y de interpretar las ex.p_n:_s_iones-
.14 LOS MEDIA Y LA MODERNIDAD
1 i lMU NI CACIÓN Y CONTEXT O SO C IAL

de los otros; están constantemente comprometidos en la co pr~pel histórico particularmente importante en Ja acumulación
c~entre unos ot · 1on conte- ¡1 los medios de información y comunicación. Estas incluyen a
P-!do simbólico. En este cometido, los individuos emplean varios lus instituciones religiosas, que se ocupan básicamente de la pro-
tipos de recursos a los que designaré, en un sentido amplio, como d" ·ción y difusión de formas simbólicas relacionadas con la sal-
«medios de información y comunicación». Estos recursos inclu- v 1ción, los valores espirituales y otras creencias mundanas; ins-
yen los medios técnicos ara la fijación y la transmisiói, las ha~­ ilr~tciones educativas, que se ocupan de la transmisión de los
lida es, competencias y formas e conocrmiento empleado~ en a contenidos simbólicos adquiridos (o conocimiento) y la inculca-
producción, transmisión re e ción de información contenidq ·iún de habilidades y competencias; y las instituciones mediáti-
siro o 1co o que Bourdieu llama «capital cultural»);7 y e presti- l' ts , que se orientan hacia la producción y difusión generalizada
gio acumUlado, reconocimiento y res eto otor acto a determina- 11 gran escala de formas simbólicas en el espacio y el tiempo.
os pro uctores e instituciones («capital simbó ·co»). Al produ- 1-:stas y otras instituciones culturales han proporcionado una
dr formas srmbolicas, los individuos emplean estos yótros recur- 1¡1nplia base para la acumulación de los medios de información y
sos con el fin de llevar a cabo acciones que podrían interferir en i'tHnunicación, así como materiales y recursos financieros , y han
el decurso de los acontecimientos y desencadenar consecuencias e Indo forma a las maneras en que la información y los contenidos
de varios tipos. Las acciones simbólicas podrían dar lugar a un >t imbólicos son producidos y puestos en circulación en el mundo
incremento de las reacciones, podrían llevar a otros a actuar o ocial.
responder de determinadas maneras, y dar preferencia a un tipo
de acción antes que a otro, para creer o dejar de creer, para afir-
mar su apoyo a asuntos del Estado o implicarse en una revuelta
colectiva. Utilizaré el término «poder simbólico» para referirme Tabla 1.1. Formas de poder.
a esta capacidad de intervenir en el transcurso de los aconteci-
mientos, para influir en las acciones de los otros y crear aconte- Formas de poder Recursos Instituciones paradigmáticas
cimientos reales, a través de los medios de producción y transmi- Poder Recursos Instituciones económicas (por
sión de las formas simbólicas. 8 económico materiales ejemplo, empresas comerciales)
Mientras que la actividad simbólica es una característica y financieros
penetrante que se expande por doquier de la vida social, existe, Instituciones políticas (por ejemplo,
Poder político Autoridad
a pesar de ello, un conjunto de instituciones que han asumido un Estados)

Poder coercitivo Fuerza física Instituciones coercitivas


7. Véase Pierre Bourdieu, «The Forros of Capital>>, en]. G. Richardson (especialmente y armada (especialmente las militares, pero
(comp.), Handbook o/Theory and Research /or the Sociology of Education, West· poder militar) también la policía, las instituciones
port, Conn ., Greenwood Press, 1986, págs. 241-258; y Distinction , págs. 114 penitenciarias, ·etc.)
y sigs.
8. El término <<poder simbólico» está prestado de Bourdieu; véase espe- Poder simbólico Medios de Instituciones culturales (por ejemplo,
cialmente su Language and Symbolic Power, bajo la dirección de John B. información y la Iglesia, escuelas y universidades,
Thompson, Cambridge, Polity Press, 1991. Sin embargo, mi uso de este tér· comunicación las industrias mediáticas, etc.)
mino difiere en varios sentidos de la manera en que lo usa Bourdieu. Lo más
importante, no quiero insinuar, como Bourdieu hace, que el ejercicio del poder
simbólico necesariamente presuponga una forma de «olvido voluntario»
(méconnaissance) por parte de aquellos que están sujetos a él. El ejercicio del La tabla 1.1 resume las cuatro formas de poder en relación a
poder simbólico frecuentemente implica la creencia compartida y la activa
complicidad, a pesar de que en algunos casos estas creencias puedan ser erró ·
los recursos de los que acostumbran a depender y de las institu-
neas o fundarse en una escasa comprensión de las bases sociales del poder, por ciones paradigmáticas en las que acostumbran a concentrarse.
lo que se deberían ver como posibilidades contingentes en vez de presuposi · Esta tipología no pretende ser una clasificación comprensiva de
cioncs necesarias. las formas de poder y los tipos de institución. Por otra parte,
36 LOS MEDIA Y LA MO D ERN IDAD IIMIIN I<: AC IÓN Y CONTEXTO SOC IAL 37

como indiqué anteriormente, muchas acciones emplearán, en la 1' rtlli t ·n un cierto grado de fijación de las formas simbólicas, es
práctica, recursos de varios tipos, y muchas instituciones actuales le • 1\ permiten fijar o preservar las formas simbólicas en un
ofrecerán plataformas para diferenciar los tipos de poder: en la J o con variados grados de durabilidad. En el caso de la con-
lóbrega realidad de la vida social, las distinciones están raramen- ' t· 1 ·ión - tanto si se trata de una conversación cara-a-cara o
te perfiladas. A pesar de ello, esta tipología ofrece una estructura ¡ 111 mitida a través de un medio técnico como pueden ser los
de referencia para el análisis de las organizaciones sociales y el wplificadores o los teléfonos- el grado de fijación podría ser
cambio social. Y, coino trataré de demostrar en los siguientes , uy bajo o dejar de existir; cualquier fi~ación que suceda p~dría / ~
capítulos, esta estructura puede ser utilizada de manera efectiva ¡, p<'ltder más de la facultad de memonzar que de las prop1eda- ¡
para analizar las transformaciones institucionales asociadas con 1 propias de los soportes técnicos como tales. Sin embargo, en
el surgimiento de las sociedades modernas. , tf111" casos, como escribir en un pergamino o papel, esculpir la
11111 kra o la piedra, grabar, pintar, imprimir, filmar, registrar, etc.,
IHI de suponer un grado de fijación relativamente alto. Los ra-
Los usos de los medios de com unicación ¡~, de fi" ación de enden de los medios es ecíficos em lea os:
11 mensaje grabado en la piedra, por ejemp o, será mucho más
He caracterizado l_a comunicación como un tipo diferenciado .1 H 1dc;ro gue uno escrito en un pergarni.ru>__o_\lli.J2-ª12~ Y dado
de actividad social gue implica 1a groducción, transmisión y lj\lc' diferentes medios permiten diferentes grados de fijación ,
_recepción de formas simbólica~ y que compromete la materiaiT- tt nhién varían en la medida en que permiten alterar o revisar un
zación de recursos de varios tipos. Ahora quiero examinar algu- 111 nsaje fijado. Un mensaje escrito en lápiz es más susceptible de
nos de estos recursos con mayor detalle. Quiero empezar consi- tlt n ación que uno escrito o impreso en tinta, y una expresión
derando la naturaleza de los medios de comunicación y algunos 1 p.istrada en una cassette es más difícil de negar que las palabras ..,
de los usos para los que pueden servir. A continuación destacaré 111ncambiadas en el flujo de la interacción diaria. '· -
algunas de las habilidades, competencias y formas de conoci- 1
En virtud de la capacidad de fijación, los medios técnicos B
miento que se dan por supuestos a partir de la utilización de los p rmiten aliriacenarlnfor macwn o contem o sim ó ·co. _e í
medios de comunicación. t 1 • os medios técnicos puedan o servarse como «mecamsmos
Al producir formas simbólicas y transmitirlas a los otros,
los individuos generalmente emplean un technical medium. Los
l
1 e nlmacenamiento de información» diferentes, capaces de pre-
~nva r, en distintos radas, la información o el contemdo simbó-
medios técnicos son el sustrato material de las formas simbóÚ~as, 1 ·o y tener o a disposición para su posterior utilización. Los
esto es, los elementos materiales con los que, y a través cíelo5c~;­ 111 · lios técnicos, y la información o los contenidos simbólicos
~es, la información o el contenido simbólico se fija y transmite-de ulrn acenados en ellos, pueden, posteriormente, utilizarse como
up emisor a un receptor. Todos los procesos de intercambio sim- 1111 recurso para el ejercicio de las diferentes formas de poder.
bólico implican un soporte técnico de algún tipo. Incluso el inter- l'u rece plausible que las primeras formas de escritura - las desa-
cambio de palabras en una interacción cara-a-cara implica algu- t•t·olladas por los sumerios y los antiguos egipcios alrededor del
nos elementos materiales -la laringe y las cuerdas vocales, las WOO a.C.- fueran utilizadas básicamente con el propósito de
ondas sonoras, orejas y tímpanos, etc.- en virtud de qué sonidos t cgistrar información relevante respecto a la propiedad de la tie-
significativos son emitidos y recibidos. Sin embargo, ~e­ rra y la conducta comercial. 9 El desarrollo de la actividad econó-
za de los soportes técnicos difiere enormemente de un tipa de tllica en los períodos históricos posteriores, como la Alta Edad
()roducción simbólico e intercambio a otro, y las propiedades Media y los principios de la Europa moderna, dependieron de
de los diferentes soportes técnicos facilitan circunscriben a s
v~ los ti e pro ucción simbólica y posibles intercambiQS. 9. Véanse I. J. Gelb , A Study o/ W riting: The Foundations o/ Grammatology,
Podemos examinar estas cuestiones con más detalle distin- l.nndres, Rout!edge and Kegan Paul, 1952; David Diringer, Writing. Londres,
guiendo algunos aspectos generales o atributos de los soportes l"hames and Hudson, 1962; Jack G oody, The Domestication o/ the Savage Mind,
técnicos. Un atributo es que los medios técnicos, por lo general, l ::unbridge, Cambridge University P ress, 1977 .
38 LOS M EDIA Y LA MODERNIDAD
• <1MUNICACIÓN Y CONTEXTO SOCIAL 39

!\ -productiva con propósitos comerciales. Sin embargo, la viabili-


dad comercial de las organizaciones rnediáticas también depende
dd hecho de que permiten ejercer determinado grado de control
~obre la reproducción de un trabajo. De ahí que la protección delr
m pyright, o los derechos de reproducción, licencia y distribución
ele un trabajo, tenga un significado crucial para las industrias
mediáticas. En relación a sus orígenes y sus principales benefi-
·'k ciarios, el desarrollo de las leyes del copyright tuvo menos que ver
·on la protección de los derechos de autor que con la protección
de hoy en día. ele los intereses de los impresores y los libreros, quienes tenían
V~ segunda característica de los medios técnicos es que per- mucho que perder a causa de la reproducción no autorizada de
rpiten un crerto grado de reprOducción. Con «reproduccióñ» libros y otros materiales impresos.10
quiero decir la ca acidad de un soporte técnico ara reproducir Mientras que la capacidad reproductiva de los medios técni-
co ias múlti les a artir e una orma simbólica. Con gunos ·os lleva por sí misma a la explotación comercial, también la
tipos de medios técnicos, como el graba o en pie ra, el grado de noción de trabajo «original» o «auténtico» posee implicaciones
reproductibilidad podía ser muy pobre: requeriría una gran can-
tidad de esfuerzo para producir, en el soporte de la piedra, múl- 10. En Inglaterra, la protección de los derechos de propiedad intelectual no
quedó formalmente establecida por ley hasta principios del siglo XVIII, sin
tiples copias de formas simbólicas grabadas. El desarrollo de los
c·mbargo desde principios del siglo XVI ya existían medidas para la protección
sistemas de escritura y los medios técnicos como el pergamino y •Id derecho de impresión de libros. Estas medidas procedían de dos fuentes
el papel incrementaron significativamente la reproducción de las principales: la preocupación por parte de la Corona de suprimir la impresión de
formas simbólicas. Durante la Edad Media, se empleó un gran materiales heréticos y sediciosos; y la preocupación de los impresores y vende-
número de escribas para reproducir textos de tipo religioso, lite- dores de libros para proteger su único y exclusivo derecho a imprimir libros con-
cretos. Durante la primera mitad del siglo XVI la Corona aseguró derechos pre-
rario y filosófico . Sin embargo, _cl.desarrollo decisivo IJegó con la rrogativas a ciertas clases de libros y concedió el privilegio exclusivo de impre-
~vención de la imprenta, que permitió reproducir rnensak_s sión a quienes habían sido asignados. A partir de mediados del siglo XVI, la tarea
~scritos en una escala y con una velocidad que no habían sido de regular las actividades de los impresores y vendedores de libros fue progresi-
posibles anteriormente.J)e manera parecida, el desarrollo de la vamente asumida por la Stationer's Company creada por un decreto de la Star
litografía, la fotografía, el gramófono y las grabadoras de casset- Chamber en 1567 e incorporada al año siguiente. La Stationer's Company con-
sistía en el nombramiento de 97 personas autorizadas a imprimir libros. La com-
tes fue significativo no sólo a causa de que permitió fijar fenóme- pañía mantenía un registro de impresores que adquirían el derecho de copiar
nos visuales y acústicos en medios perdurables, sino también por- libros y otros materiales: cualquier impresión no autorizada por parte de un
que fijó aquellos fenómenos en un soporte que les permitía, en impresor ilegal podía ser suspendida por la compañía, que contaba con el poder
principio, ser reproducidos. Je embargar y destruir los libros y buscar y clausurar imprentas. El «copyright>>
Esta reproductibilidad de las formas simbólicas constituye Je la Stationer's (aunque el término no era utilizado en aquel tiempo) fue un
mecanismo efectivo para regular el negocio de libros en favor de los intereses de
una de las características claves que subyace a la explotación determinados impresores y vendedores de libros y en asociación con la Corona;
comercial de los medios técnicos de comunicación. Las formas fue una manera de proteger el derecho de empresas comerciales a imprimir y
simbólicas pueden convertirse en bienes de consumo, esto es, en vender copias de un trabajo sin temer a la piratería. La idea moderna de protec-
bienes que se compran y se venden en un mercado; y un medio ción de los derechos de propiedad intelectual como un derecho del autor no se
principal de convertir las formas simbólicas en bienes de consu- desarrolló hasta el siglo xvm, siguiendo la promulgación del estatuto de Anne en
1709. Para más detalles véanse Thomas E. Scrutton, The Laws o/ Copyright, Lon-
mo es fomentando maneras de aumentar y controlar la capacidad dres, John Murray, 1883 , cap. 4; Lyman Ray Patterson, Copyright in Historical
de reproducción. Muchas de las principales innovaciones de la Perspective, Nashville, Tenn., Vanderbilt University Press, 1968; Sir Frank Mac-
industria rnediática -corno la introducción de la prensa de acero kinnon, «Notes on the History of English Copyright>>, en Margaret Drabblc
de Koening en 1814 y la imprenta rotativa en 1848- estuvieron (comp.), The Ox/ord Companion to English Literature, 5.' ed., Oxford, Oxford
directamente relacionadas con el incremento de la capacidad University Press, 1985, págs. 1.113-1.125.
40 LOS MEDIA Y LA MOD ERN IDAD
1 1 >M I/ N ICAC IÚN Y CONTEXTO SOCIAL 41

de gran envergadura. u El hecho de que un trabajo original o llc-v:t la separación de unas formas simbólicas de su contexto de
auténtico no sea una reproducción se convierte capa vez más en 1 •roducción: son arrancadas de este contexto, tanto espacial como
una importante característica del trabajo; y en la medida en que l<·mporalmente, e insertadas en contextos nuevos que podrían
la reproducción de las formas simbólicas devenga ¡¡nás permisiva, r ncontrarse en diferentes tiempos y lugares. Utilizaré la expre-
el carácter no-reproductivo del trabajo original se convertirá ~ l(, n «separación espacio-temporal» para referirme a este proce-
cada vez más en un factor a la hora de determinar el valor del tra- ~ " Je distanciaciónY Todas las formas de comunicación implican
bajo en el mercado de los bienes simbólicos. Por supuesto, con el ulgún grado de separación espacio-temporal, algún grado de
desarrollo de técnicas de impresión y fotografía, resulta posible 111ovimiento a través del espacio y el tiempo. Sin embargo, la
reproducir múltiples copias o réplicas de trabajos originales. Sin tth.: dida de la separación varía enormemente, dependiendo de las
embargo, estas réplicas no son iguales al original, precisam~nte , 1rcunstancias de comunicación y del tipo de soportes técnicos
porque son réplicas; y en consecuencia, poseen un valor más bajo ,·rnpleados.
en el mercado de los bienes simbólicos. En el caso de las conversaciones cara-a-cara, existe una sepa-
A pesar de ello, muchas reproducciones de formas simbóli- ' wiÓn espacio-temporal relaávamente escasa. :Ca conversación
cas no son en absoluto reproducciones de un trabajo original. ' ' ·ne lugar en un contexto de ca-presencia: los participantes en
Por el contrario, el trabajo consiste en copias o reproducciones l11 conversación están físicamente presentes uno frente a otro y
que han sido producidas. En la medida en que el control de la , •Hnparten un conjunto similar (o muy similar) de referentes
reproducción devenga cada vez más central en el propio proce- r•spacio-temporales. Las expresiones intercambiadas en la con-
so de producción, las nociones de originalidad y autenticidad se V<"rsación están generalmente disponibles sólo para los interlocu-
verán gradualmente rebasadas por la idea de la exclusividad. tPrc.:s y para los individuos ubicados en las proximidades inme-
Por eso, por ejemplo, en el caso de los libros, lo que se convier- d iuta~, por añadidura, las expresiones no permanecerán más allá
te en producto de coleccionista no son los propuctos únicos, , kl fugaz momento de su intercambio o lo que tarden sus conte-
sino las primeras ediciones, que contienen en sí todas las copias ll tdos en desvanecerse en la memoria.
producidas en la primera impresión de un trab~jo . De manera
similar, las películas y las grabaciones musicales se producen
siempre en copias múltiples, y todas las copias poseen aproxi- 12. El término «distanciación>> se deriva de Paul Ricoeur; véase especial-
madamente un mismo estatus (con tal de que tod.as ellas sean de lllt" llte su H ermeneutics and the Human Sciences: Essays on LAnguage, Action and
f11tapretation, John B. Thompson (comp.), Cambridge, Cambridge Univer~ity
buena calidad o «alta fidelidad»). De esta manera, mientras que l'n·ss, 1981. Sin embargo, la manera en que yo empleo este término no comc1~e
la valoración económica de las obras de arte está basada en la , , '" d de Ricoeur. Para Ricoeur, la <<distanciación>> se refiere al proceso a traves
exclusividad del trabajo (y en la defensa de esta exclusividad 1 lt' l cual los discursos escritos, o textos, son separados de sus contextos origina-

contra las pretensiones de los falsificadores y los impostores) , la ¡,., de producción; Ricoeur observa esto como una característica dis~intiva de la
explotación comercial de lib ros, grabaciones musicales, etc., se t'I"Titura, como opuesta al discurso hablado. Dudo, sm embarg~, SI result_a ~e
t<Vuda trazar esta amplia distinción entre discurso hablado y escoto y restrmgtr
basa en la capacidad de producir múltiples copias de un traba- ¡,, noción de distanciación al último. ¿Cómo, en este argumento, trataríamos las
jo y controlar su proceso de reproducción de manera que gene- lt~rmas no escritas de discurso mediático, tales como los transmitidos a través de
re beneficios. ¡,, rdevisión? Desde mi punto de vista, resulta más fructífero observar ~odos los
Un tercer aspecto de los medios técnicos es que tienen en rlpos de producción simbólica e intercambio como si implicara una vanedad de
cuenta determinados grados de separación espacio-temporal. 111 ndos de distanciación en el tiempo y el espacio. Cualquier proceso de pro?uc-
' 11 ,., e intercambio simbólico -así como otros tipos de acción- implica Cierto
Cualquier proceso de intercambio simbólico generalmente con- tl ' ,,Jo de movimiento a través del tiempo y el espacio, a pesar de lo limitado que
11 acJa ser. Esta noción más generalizada de la distanc!acíón esp_ acw -temporal
1" 1 sido elaborada en detalle por Anthony G1ddens; vease espectalmente su A
¡l. El impacto del aumento de la reproducción a nivel de la obra de arte tra-
,,,11temporary Critique o/ Historical Materialism, vol. 1: Power, Property and
dicional fue examinado por Walter Benjamín en su ensayo clásico, «The Work
¡¡,. State, Londres, Macmillan, 1981 ; The Constitution o/ Society: Outlme o/ the
of Art in the Age of Mechanical Reproductiom>, en sus Illuminations, Londres,
ll•mry o/ Structuration , Cambridge, Polity Press, 1984; y The Nation-State and
Fontana, 1973, págs. 2 19-253 .
\ 'mlcnce.
1 IIM IIN !CACIÓN Y CONTEXTO SOCIAL 43
42 LOS MEDIA Y LA MODERNIDAD

pmccdímientos más relevantes. Para tener un conocimiento de


La ampliación del discurso a través de medios técnicos de
t' 1us reglas y procedimientos no es necesario estar capacitado
varios tipos puede dotarlo de mayores disponibilidades espacia-
pura formularlas de manera clara y explícita sino ser capaz de lle-
les, temporales o de ambas. Con la amplificación del discurso, un
trlas a la práctica, saber cómo continuar, que diría Wittgenstein.
alt~voz ?ued~ producir emisiones que lleguen a individuos que
Hu·amente se nos solicita que formulemos estas reglas y procedi-
e~tan mas alla del alcance de una conversación ordinaria: las emi-
llli<.: ntos explícitamente, sin embargo, se nos pide que las lleve-
stor:es_ se expanden por el espacio, aunque su duración temporal
''los continuamente a la práctica cada vez que empleamos un
se limtte al momento de su intercambio. A través del uso de otros
.11porte técnico de comunicación.
medio~ ~écnicos, como las grabadoras o varias formas de registro,
Al considerar el tipo de habilidades y competencias compro-
las emtslOn~s pueden extenderse en el tiempo . .llD mensaje gra-
ltt l:tidas con la utilización de soportes técnicos, resulta importan-
do o re tstrado uede preservarse ara ocasiones ulteriores·
te distinguir entre aquellos que se requieren para codificar infor-
puede ser repuesto o eí o or individuos ubica os en otros con~
n,ación o contenidos simbólicos, y todos aquellos que se requie-
ar ale·a os en el es acio del
ten para descodificar el mensaje. En la práctica, tales habilidades
contexto o.ciginal en el qu¡: se produjo.
V competencias podrían confluir o solaparse de manera conside-
Con la alteración de las condiciones comunicativas espacio-
mble (por ejemplo, alguien que sabe cómo escribir en un deter-
temporales, el uso de los medios técnicos también altera las con-
ntinado lenguaje generalmente es capaz de leerlo). Sin embargo,
~ciones espaciales y temporales bajo las cuales los individuos
rsra: ?ab!hdades no coinciden y podrían, en ocasiones, divergir
eJercen el poder. 13 Los individuos son capaces de comunicarse a lo
~ tgniftcattvamente. Es probable que la mayoría de los individuos
largo de distanci_as espa~iales y temporales, y de ahí que sean capa-
que miran un programa de televisión sepan relativamente muy
~es de a~tu~r e L?teracc10nar a distancia. Podrían ser capaces de
l'oco sobre cómo se ha producido el programa.
mterventr e inflw_r en el curso de los acontecimientos que suceden
, Cuando los individuos codifican y descodifican mensa~s,
en lugares espactal y temporalmente remotos. La utilización de
r~ plean no sólo las habilidades y competencias requeridas por
~edios técnicos ofrece a los individuos nuevas maneras de orga-
los soportes técnicos, sino también varias formas de conocimieñ"-
mzar y controlar el espacio y el tiempo, así como nuevas maneras
r~esuposiciones qi.te_comprenden parte de los recursos cul-
de utilizar el espacio y el tiempo para lograr sus propósitos. El
·' urales que se dan durante los procesos de intercambio. Tales for-
desarrollo de los nuevo edios tecnoló icos odría incluso te;_;;-
lllas de conocimiento y presuposiciones dan forma a la manera en
un pro do_ im a:to en la f~rma en ue los in 'vi uose;pifí-
que entienden los mensajes, se relacionan con ellos y los inteoran
mentan as enstones espactales y temporales de la vi a sociai.
dentro de sus vidas. El proceso de comprensión es siemprebuna
Mas adelante ampliaremos estas implicaciones con más detalle. -
interacción entre los mensajes codificados y los intérpretes dis-
~~almente, permítasenos considerar brevemente los tipos de
ponibles, y los últimos siempre ofrecen una disposición de recur-
habzlzdades, ~o.mp~t:ncias y formas de conocimiento comprometi-
sos culturales para llevar este proceso a buen término. De nuevo,
d_as ~on la utilizacton de los medios técnicos. El uso de soportes
retomaremos este tema más adelante.
tecmcos generalmente presupone un proceso de codificación lo
que significa que requiere reglas y procedimientos para la coclifi-
cación y descodificación de la información o de contenidos sim-
!llgunas características de la «comunicación de masas»
b_ólicos. Los individuos que emplean el soporte deben estar capa-
cttados, al menos en alguna medida, para manejar las reglas y
Hasta ahora hemos tenido en cuenta algunos de los atributos
de los medios técnicos de comunicación y algunos de sus usos
13 . Harold Innis estuvo entre los primeros en llamar la atención sobre las más destacados.
rr1aneras en que los medios técnicos de comunicación permiten a los individuos He estado empleando la frase «soportes técnicos de comuni-
e¡ercer el poder a través del espacio y el tiempo; véase su Empire and Commrmi- cación» en un sentido general, para referirme a los elementos
~~tzon, Oxfo~d, O xford University Press, 1950 y su The Bias ofCommunication,
materiales a través de los cuales la información o contenido sim-
1oronto, Umverstty of Toronto Press, 1951 .
44 LOS MEDIA Y LA MODERNIDAD II •M I IN I C:ACI ÓN Y CONTEXTO SOCIA L 45

bólico se fija y se transmite. Sin embargo, la utilización del tér- 1 at 1 perspectiva crítica también está imbuida por un conjunto de
mino «medios de comunicación» nos evoca un grupo más espe- pt r~ 11 posiciones que resultan insostenibles, y las cuales sólo pue-
cífico de instituciones y productos: pensamos en libros, periódi- dt•IJ dificultar una comprensión de los media y su impacto en el
cos, programas de radio y televisión, películas, cassettes, discos ltlllltdo moderno. Debemos abandonar la suposición de que los
compactos y otras cosas. Es decir, pensamos en un grupo de ins- d NI inatarios de los productos mediáticos son observadores pasi-
tituciones y productos que frecuentemente se subsumen bajo ¡ l ·Ü os sentimientos han estado ermanentemente aletar ados
la etiqueta «comunicación de masas». Sin embargo, ¿qué es la p(1r ~~ contmua recepción de mensajes similares. ebemos aban-
«comunicación de masas»? ¿Se trata de un término al que poda- dwltl r la suposición de que el roceso de rece ción or sí mismo
mos darle un sentido claro y coherente? ~ t1Í n exento e pro emas, de que se trata de un proceso caren-
Con frecuencia se ha destacado que la «comunicación de 11' ~l e )erspectlva cntlc a ' uctos son a sor-
masas» es una frase impropia. El término «masa» resulta espe- lt 1Tos por os individuos, como la esponja absorbe el agua. Supo-
cialmente engañoso. Conjura la imagen de una vasta audiencia ~ r;;-;;:;-es de este tipo tienen poco que ver con el carácter actual de
que comprende varios miles, incluso millones de individuos. Ésta ltt :1ctividades receptoras y con las complejas formas en que los
podría ser una imagen precisa para el caso de algunos productos l•n•ductos mediáticos son aceptadas por los individuos, interpre-
mediáticos, como el periódico más popular de la actualidad, pelí- ttul:1s por ellos e incorporadas a sus vidas.
culas y programas televisivos; sin embargo, describe de manera Si el término <<masa>> puede resultar engañoso en ciertos
ambigua la situación de la mayoría de los productos mediáticos, tt pcctos, también lo puede ser el término «comunicación», ya
pasados o presentes. Al inicio del desarrollo de la prensa perió- t¡11c los medios de comunicación generalmente comprometidos
dica, y en algunos sectores de las actuales industrias mediáticas 11111 la comunicación de masas son completamente diferentes de
modernas (por ejemplo, algunos editores de libros y revistas), la tlql iCllos que forma parte de las conversaciones ordinarias. En los
audiencia era relativamente poca y especializada. Por eso, si se lttt crcambios comunicativos que se producen en las interacciones
utiliza el término «masa» no debe ser simplemente en términos 1 1r:1-a-cara, la comunicación fluye generalmente en dos direccio-
cuantitativos. ~a característica más destacada de la comunicación ll ·s: una persona habla, otra responde, y así sucesivamente. En
de masas ~viene dada por el número de individuos (o una pro- 1 •1 ras palabras, los intercambios comunicativos en las interaccio-

~ción específica de la población) ~e reciben los productos, tt t·s cara-a-cara son fundamentalmente dialógicos. En la mayoría
sino más b1en por el hecho de que los productos estén disponi- 1 k las formas de comunicación de masas, por contra, el flujo de

bles, en prmClplo, a una pluralidad de destinatar· 1 11municación resulta abrumador en una sola dirección. Los
x1ste otro ám ito en e cu la expresión «masa» podría tttcnsajes son producidos por un grupo de individuos y transmi-
resultar confusa. Sugiere que los destinatarios de los productos tidos a otros que están por lo general situados en emplazamien-
mediáticos constituyen un vasto mar de individuos pasivos e in- tos espacial y temporalmente alejados del contexto de creación
diferenciados. Se trata de una imagen asociada a algunas de las 1 1riginal. De ahí que los receptores de los mensajes mediáticos no

más tempranas críticas a la «cultura de masas» y a la «sociedad 11ctúen como participantes en un proceso recíproco de intercam-
de masas», críticas que generalmente asumen que el desarrollo de 1ti o comunicativo sino más bien como participantes dentro de un
los medios de comunicación ha tenido un largo y negativo impac- ¡troceso simbólico de transmisión estructurada. De ahí que hable
to sobre la vida social moderna, creando un tipo de cultura blan- ¡~c neralmente de «transmisión» o «difusión» de los mensajes
da y homogénea que entretiene a los individuos sin desafiados, mediáticos en vez de «comunicación» como tal. Incluso en las
que cautiva su atención sin requerir sus facultades críticas, que circunstancias estructuradas de la comunicación masiva, los
les ofrece una gratificación instantánea sin cuestionar las bases en receptores tienen algo de capacidad para intervenir y contribuir
las que se basa semejante gratificación. Esta tradición de crítica ¡·n el curso y contenido del proceso comunicativo. Pueden, por
cultural no está exenta de intereses; ha destacado determinadas ¡·jemplo, escribir cartas al editor, llamar a las compañías televisi-
cuestiones importantes que hoy en día siguen mereciendo aten - vas y expresar sus puntos de vista, o simplemente rechazar com-
ción, aunque de una manera bastante diferente. Sin embargo, prar o recibir los productos concernientes. De ahí que, aunque el
46 LOS MEDIA Y LA MODERNIDAD 1 1IM I IN I CAC!ÓN Y CO N TE XTO SOCIAL 47

proceso comunicativo sea fundamentalmente asimétrico, no sea d11 v dt/usión generalizada de bienes simbólicos a través de la /zja-
enteramente monológico o unidireccional. 1 tn 11 v transmisión de información o contenido simbólico. Desglo-
Existe una razón de más peso por la que el término «comuni- · 111 · esta definición en cinco características: los medios técnicos e
cación de masas» podría parecer de alguna manera inapropiado 11 1itucionales de producción y difusión; la producción de for-
hoy en día. Generalmente asociamos este término con ciertos 111 1s simbólicas de consumo; la ruptura estructurada entre pro-
tipos de transmisión mediática: por ejemplo, con la difusión du cción y recepción; la creciente disponibilidad de los prod~tos
masiva de periódicos, con las emisiones radiofónicas y televisa- lll . liáticos en el tiempo y el espacio; y la circulación pública de
das, y cosas parecidas. Incluso hoy parece que somos testigos de h formas sun6ólicas mediáticas.:.. No todas estas características
cambios fundamentales en la naturaleza de la comunicación 1'" {¡nicas en lo que nosotros podríamos llamar «comunicación
mediática. El cambio del sistema analógico al digital en la codifi- ti (' rnasas». Sin embargo, reunidas muestran una serie de caracte-
cación de la información, combinado con el desarrollo de nuevos ' 1icas típicas y aspectos relevantes del tipo de fenómenos comu-
sistemas de transmisión (incluidos los satélites de alto rendimien- ,,~~·: ttivos a los que nos referimos con este término.
to y los cables de alta capacidad), están creando un nuevo esce- La primera característica de la comunicación de masas es que
nario tecnológico en el cual la información y la comunicación lnq>lica ciertos medios de producción y difusión técnicos e insti-
puede manipularse de manera más flexible. Posteriormente reto- 1\lcionales. Esta característica es la que ha recibido mayor aten-
maremos algunas de estas sofisticaciones con más detalle. Aquí ' ¡,·m en la bibliografía especializada sobre los media. Por ello
simplemente quiero destacar que, si el término «comunicación 1' teda claro que el desarrollo de los media, desde sus primeras
de masas» resulta engañoso como descripción de las formas más lormas de impresión hasta los más recientes desarrollos ~n el

~
tradicionales de transmisión mediática, entonces parece particu- 1 unpo de las telecomunicaciones, se ha basado e?, una sene _de

l
'
larmente inadecuado para referirse a los nuevos tipos de redes de
información y comunicación que se están popularizando cada vez
más hoy en día.
A la vista de estas consideraciones, el término «comunicación
de masas» debería utilizarse con un gran tacto. Por mi parte
i11novaciones técnicas que permiten su explotac10n comerCial.
'Cunbién queda claro que la explotación de estas innovaci~me~ es
1111 proceso que ha tenido lugar dentro de un espec_tro ~e mstltu-
ciones y estructuras institucionales, y que estas msutuctones con-
linúan dando forma a las maneras en que los media operan hoy
emplearé otros términos -como «comunicación mediática» o, r·¡¡ día. En otras palabras, ~1 desarrollo de la comunicación d~
simplemente, <<los media>>- que están menos cargados de suposi- masas resulta inseparable del desarr de las industrias mediátz-
ciones engañosas. A pesar de ello, no deberíamos dejar que estas ras, esto es, e con unto de l . esde la Alta
dificultades intelectuales enturbiaran el hecho de que, a través de Edad Me ·a hasta el día de ho se han estado ocu ando de la
series de desarrollos históricos que pueden documentarse con ·xp otación comerci e las innovaciones técnicas que per~~
toda exactitud, emergió una nueva franja de fenómenos comuni- producir y difundir formas simbólicas de manera generali~ad~.
cativos. A partir de ahí, el término «comunicación de masas» que l~n el próximo capítulo examinaré algunos de los aspectos m~~l-
he estado utilizando, lo aplicaré a este conjunto de desarrollos 1ucionales y técnicos de los media, empezando por la ~xplotact~n
y fenómenos comunicativos históricos. Lo que ahora describi- comercial de la imprenta en la segunda mitad del stglo XV. Sm
mos en un sentido amplio como «comunicación de masas», consis- embargo, a diferencia de mucha bibliografía especializada en la
te en un amplio fenómeno que emerge históricamente a través del tecnología de los media, trataré de relacionar el desarrollo de ~os
desarrollo de instituciones que tratan de explotar nuevas oportu- medios tecnológicos con los aspectos institucionales más amphos
nidades aglutinando y registrando información, para producir y del desarrollo de las sociedades modernas.
reproducir formas simbólicas, y para transmitir información El hecho de que la comunicación de masas implique por lo
y contenido simbólico a una pluralidad de receptores a cambio aeneral la explotación comercial de las innovaciones técnicas
de algún tipo de remuneración financiera. ~ueda explícito en la segunda característica,_ a la_ que he llamado
Permítaseme ser más preciso: emplearé el término «comuni- la producción para el consumo de formas sunbolicas (commodt-
cación de masas» para referirme a la producción institucionaliza- /ication). He discutido brevemente esta cuestión en el apartado
·IX LOS MEDIA Y LA MODERNIDAD 11 >M I IN I CAC IÓN Y CONTEXTO SOC I AL 49

:1111 ·rior, (.:11 relación a la capacidad reproductiva de los medios l 1·~ recientes desarrollos tecnológicos asociados con la transmi-
1 · ·nológicos; aquí, la elaboraré de manera más general. Yo veo la • 1' '' por cable y satélite han creado nuevas oportunidades para la
producción para el consumo de formas simbólicas como un par- vul.. ración económica, como el pago de cuotas por suscripción o
ticu lar tipo de «valoración», esto es, como una de las maneras a ¡,, 111ilización de tarjetas de crédito que permite a los espectado-
través de la cual puede atribuirse determinado valor a los obje- l t·~ descodificar los mensajes codificados.
tos. Las formas simbóliqs pueden estar su'etas a dos tipos prin- 1)esde luego, la producción de bienes ara el consumo de t -
cipales de valoración. 14 «Valoración simbólica» es próces9 11111s simbólicas no es exc usiva de la comunicación de masas, Exis-
mediante er cual se atribuye un <<Valor simbólico» a las forma.s 1!•11 otros tipos de formas simbólicas, como la pintura y otras obras
s1mbólicas. Se trata del va:Ior que los objetos poseen en virtud de d1· :1rte, que están rutínariamente sujetos al proceso económico de
la manera en que, y en la medida en que, los toman en conside- doración. El desarrollo de un mercado para las obras de arte
ración los individuos: es decir, los elogian o vilipendian, los l1s galerías de arte, subastas, etc.- puede verse como el desarro-
aplauden o desprecian. La <<Valoración económica» es el proceso 11•1 de un conjunto de instituciones que gobiernan la valoración
a través del cual se atribuye un <<Valor económico» a las formas· ,. 1111Ómica de las obras de arte, y dentro de las cuales estos traba-
simbólicas, un valor por el que pueden intercambiarse en Ün jP ' pueden comprarse y venderse como productos de consumo.
mercado."'En virtud de la valorac10n económica, las formas slffi: 1·: 1 mayor valor simbólico ha sido atribuido a estos trabajos y a sus
óólicas se constituyen en bienes para el consumo (commodities): se
convierten en objetos que pueden adquirirse y venderse en un ¡ " "ductores, es decir, cuan.to más son vistos como «grandes tra-
lu jos» y «grandes artistas», más se elevan los precios, por así
mercado por un precio. Me referiré a las formas simbólicas de , lt-cirlo, de aquellas obras que cambian de manos en el mercado
productos para el consumo como «bienes simbólicos». ,Jrl arte. De ahí que las industrias mediáticas no sólo sean institu-
La comunicación de masas por lo general implica la produc- l'lones ocupadas con la valoración de las formas simbólicas. Por el
ción de bienes para el consumo de formas simbólicas en el senti- 1 untrario, en el mundo moderno se encuentran entre las más

do de que estos objetos producidos por las instituciones mediáti- 1111portantes de estas instituciones, y entre las que con más proba-
cas son formas simbólicas sujetas, de una u otra manera, al pro- ¡ ilidad afectan a la vida diaria de la mayoría de los individuos.
ceso de valoración económica. Los modos de valorar las formas La tercera característica de la comunicación de masas es que
simbólicas varían enormemente, dependiendo de los medios téc- J.!.!11·ituye una ruptura estructurada entre la producción de Iormas
nicos y de las estructuras institucionales dentro de las cuales se ~.m bólicas y su recepción. En todos los tipos de comunicación de'
despliegan. La producción de bienes para el consumo de algunos t!lusas, el contexto de reducción está eneralrnente se arado del
materiales impresos, como los libros y panfletos, reposan en gran rnntexto o los contextos de recepción. Los ienes simbólicos se
. medida en la capacidad de reproducir y vender múltiples copias 6i7,ducen en un contexto o conjunto de contextos (a saber, las
~ -~ del trabajo. Otros materiales impresos (periódicos, por ejemplo) Jllstituciones que constituyen la industria mediática) y se trans-
1
~ ~ combinan este modo de valorar con otros modos, como, por
S .1~ ejemplo, la capacidad para vender espacio publicitario. En el
tlliten a destinatarios localizados en contextos lejanos y diversos
(!:des como los diversos espacios de una casa). Por otra parte, a
\r ~ caso de las emisiones radiofónicas y televisivas, la venta de tiem- diferencia de muchos otros casos de comunicación que implican
~ <!' po en antena a los publicistas ha desempeñado un importante 1111a separación de contextos, en el caso de la comunicación de
~ papel en algunos contextos nacionales como medio de valoración masas el flujo de mensajes circula, como he destacado antes, prio-
económica. En otros contextos nacionales los receptores de los rilariamente en una sola dirección. El contexto de producción
programas de radio y televisión han estado cargados directamen- 1 11npoco es (o no lo es en la misma medida) un contexto de

te (a través del pago por una licencia) o indirectamente (a través recepción, ni los contextos de recepción tampoco son (en la
de los impuestos) por el derecho a recibir material radiofónico. 111Ísma medida) contextos de producción. De ahí que el flujo de
111msajes sea un flujo estructurado en el cual la capacidad de los
14. Para posteriores debates sobre este tema véase Thompson, Ideology and 1cceptores para intervenir o contribuir al proceso de producción
Modern Culture, págs. 154-162. rsl á estrictamente circunscrita.
50 LOS MEDIA Y LA MODERNIDAD 1 ti~-IIIN I CAC IÓN Y CONTEXTO SOC IA L 51

Esta característica de la comunicación de masas posee impor- Una\S@rta característic~)~os medios de comunicación d<;
tantes implicaciones para los procesos de producción y recep- ll11tsas es que extienden la dlspoñi5ilidad de las formas simbóli-
ción. En relación a la producción, significa que el personal impli- iis en el espacio y cl tiempo. Esta característica está mtimamen-"
cado en la producción y transmisión de los mensajes mediáticos ¡'¡':" relacionada con la anterior: ya que los media instituyen una
por lo general carece de las formas de respuesta directas y conti- "qm ración entre contextos de producción y contextos de recep-
nuas características de las interacciones cara-a-cara. De ahí que ,.,(,n , se desprende que los mensajes mediáticos están disponibles
los procesos de producción y transmisión se caractericen por una t'll contextos alejados de los contextos donde se produjeron ori-
forma distintiva de indeterminación, ya que estos procesos ocu- l , tllar~amente. Pueden ser, y &eneralmente lo son, recibidos por
rren en ausencia de pistas ofrecidas por los receptores. (Compa- lllhv1duos ue están mu ale-ados en el es acio uede e
re la diferencia entre un discurso dirigido a una audiencia física- 1 1111 ién en el tiempo, de los individuos ue los han roducido.
mente presente, que puede expresar su aprobación o rechazo F alcance de os mensa¡es me ·áticos es una característica que
riendo, aplaudiendo o guardando silencio, y un discurso dirigido 1wne consecuencias de gran envergadura, por eso trataré esta
a una cámara de televisión.) Desde luego, el personal de los 1 11estión en detalle más adelante. De nuevo el alcance de la dis-
media ha desarrollado una variedad de técnicas para enfrentarse ponibilidad de las formas simbólicas no pertenece exclusivamen-
con semejante indeterminación, desde la utilización de una fór- lc a la comunicación de masas. Todas las formas simbólicas, sim-
mula bien escogida, con gancho y que atrae a una audiencia pre- ¡•1 ·mente en virtud de intercambiarse entre individuos que no
decible (como las series televisivas y las películas divididas en t>r upan idénticas posiciones en el tien1po y el espacio, suponen
partes) hasta la investigación de mercado y el control regular del 1111 cierto distanciamiento espacio-temporal. Sin embargo, con el ,
tamaño y respuesta de la audiencia. 15 0._·:;arrollo de instituciones orientadas a la producción a --g¡:an-
Por lo que respecta a la recepción, la ruptura estructurada rs ala y difusión masiva de bienes simbólicos, el alcance de la dis~
implica que los receptores de los mensajes mediáticos están, por H mibilidad de las formas simbólicas se convierte en un fenóme- '
• l
así decirlo, abandonados a su libre albedrío. Los receptores pue- ~~~· ~oc1 mas penetrante y significativo. ~a m ormación y con-
den hacer de un mensaje más o menos lo que ellos quieran, y el 1e-n1do s1mbófico están a disposición de un número creciente de
productor no está allí para explicar o corregir las posibles malas tlldividuos a lo largo de grandes extensiones de espacio y a gran
interpretaciones. También implica que los receptores se encuen- velocidad. La creciente disponibilidad de las formas simbólicas
tran en desigualdad de condiciones con respecto al proceso M' pronuncia y banaliza cada vez más, en el sentido de que se da

comunicativo. Constituyen, en virtud de la naturaleza de los por supuesto que constituye una rutina característica de la vida
medios de comunicación de masas, socios desiguales en el proce- ~ocial.
so de intercambio simbólico. Comparado con los individuos Esto nos lleva a una quinta característica de la comunicación
implicados en los procesos de producciÓn y transmisión, los de masas que conlleva la circulación pública de las formas sim-
receptores de los mensajes mediáticos poseen relativamente oca l,ólicas. Los productos de las industrias mediáticas están dispo-
capac1 a para eterminar os temas contenido de la comuni- nibles, en principio, para una pluralidad de receptores. Se pro-
cación. m em argo, es..!_o no supone que sean incapaces de ello, , lucen en múltiples copias o se transmiten a una multiplicidad de
ni tampoco que sean simplemente testigos pasivos de un es~c­ receptores de manera que queden a disposición de cualquiera
táculo sobre el que tienen poco o ningún control. que posea los medios técnicos, capacidades y recursos necesarios
para adquirirlos. En este sentido, la comunicación de masas difie-
re de formas de comunicación - tales como las conversaciones
15. Véase Denis McQuail, «Uncertainty about the Audience and the Orga- 1defónicas, las teleconferencias, o los varios tipos de grabaciones
nization of Mass Cornmunication», en Paul Halmos (comp.), Th e Sociology o/ •lomésticas en vídeo- que emplean los mismos medios técnicos
Mass-Media Communicators, Sociological Review Monograph 13 , Keele, Keele
1 le fijación y transmisión pero que están orientados hacia un
University, 1969, págs. 75 -84. Para una discusión más amplia sobre las maneras
en las que la radiodifusión televisiva organizan el control de sus audiencias, véase ,·mico o muy restringido grupo de receptores. La lillea divisoria
len Ang, IJ_;;perately Seeking the Audience, Londres, Routledge, 1991 . que se puede trazar aquí no queda clara, y la distinción podría
52 LOS MEDIA Y LA MODERNIDAD t :OMUNICACI ÚN Y CONTEXTO SOC I AL

difuminarse aún más en las próximas décadas, con el despliegue determinada por su transporte físico; con muy pocas excepciones
de nuevas tecnologías de comunicación que permitan servicios que quepa destacar (por ejemplo, el semáforo), un significativo
más personalizados. A pesar de ello, es propio de la comunica- distanciamiento espacial podría conseguirse sólo a través del
ción de masas, tal y como se ha estado desarrollando hasta ahora, 1ransporte de formas simbólicas de un lugar a otro. Sin embargo,
que sus productos estén disponibles, en principio, para una plu- ·on el desarrollo de las primeras formas de telecomunicación,
ralidad de receptores, aunque, de hecho, por una variedad de 1ales como el telégrafo y el teléfono, se podía lograr un significa-
razones, estos productos llegaran a circular entre un sector de po- IÍvo distanciamiento espacial sin tener que transportar físicamen-
blación relativamente pequeño y restringido. le las formas simbólicas, sin incurrir en los retrasos temporales
La disponibilidad de los productos de comunicación de que conlleva el transporte. El advenimiento de la telecomunica-
masas tiene importantes implicaciones sobre los modos en que ción, entonces, desembocó en la separación espacial y temporal,
reflexionamos acerca de la distinción entre el dominio público y en el sentido de que la distancia espacial dejó de requerir distan-
el privado. El hecho de que los productos estén disponibles en cia temporal. La información y el contenido simbólico podían
principio para múltiples receptores significa que poseen un 1ransmitirse a través de vastas distancias con relativamente poco
carácter público intrínseco, en el sentido de que están «abiertos» retraso: una vez que se instalaron los cables de transmisión, los
o «disponibles al público». De ese modo, el contenido de los mensajes pudieron transmitirse con la mínima demora que
mensajes mediáticos se hace público, esto es, se hace visible y requería el proceso de codificación y descodificación de la infor-
puede ser observado por múltiples individuos que podrían estar, mación. El distanciamiento espacial se intensificó de manera
y por lo general están, dispersos a lo largo de distintos contextos. espectacular, al tiempo que los retrasos temporales eran virtual-
El impacto de los medios de comunicación en la naturaleza de mente eliminados.
<da esfera pública», y sobre la relación entre el dominio público La separación del espacio y del tiempo preparó el camino
y el privado, es un tema que exploraré con detalle en los capítu- para otra transformación, íntimamente relacionada con el desa-
los posteriores. rrollo de las telecomunicaciones: el descubrimiento de la simulta-
neidad despacializada.16 En los primeros períodos históricos la
experiencia de la simultaneidad -esto es, de los acontecimientos
La reordenación del espacio y del tiempo que ocurren «al mismo tiempo»- suponía la existencia de un
lugar específico en el que el individuo podía experimep.tar los
lBemos destaca~nteriormente cómo el. uso ~e los medios acontecimientos simultáneos. La simultaneidad presuponía loca-
técnicos de comunicac10n puede alterar la dimensión espac1al y lidad; «el mismo tiempo» presuponía «el mismo lugar». Sin
temporal de la v1da soc1~Perrnitiendo a los md1viauos comurii-=--' embargo, con la separación del espacio y del tiempo desencade-
;use a lo largo de amplios tramos de espacio y tiempo, el uso de nada por la telecomunicación, la experiencia de la simultaneidad
los medios técnicos individuales permite a los individuos tras- se separó de la condición espacial de un lugar común. &e posi-
cender las fronteras espaciales y temporales que caracterizan la ble experimentar acontecimientos de manera simultánea a esar
interacción cara-a-cara. Al mismo tiempo, permite a los indivi- . e . e,¡::_ o__ ~~ ~..a.ci.almente lejano~n
duos reordenar las características espaciales y temporales de la contraste con la exactitud del aquí y el ahora, surgió un sentido
organización social, y utilizar estas características reordenadas del «ahora» que nada tiene que ver con el hecho de estar ubica-
como medios para alcanzar sus objetivos. Jo en un lugar concreto. Simultáneamente se extendió en el espa-
Todos los medios técnicos llevan la marca de los aspectos cio para finalmente convertirse en global.
espaciales y temporales de la vida social, pero el desarrollo de la Las transformaciones del es acio tiempo
tecnología de telecomunicaciones en la segunda mitad del siglo
XIX fue particularmente significativo al respecto. Antes del adve-
nimiento de las telecomunicaciones, la extensión de la disponibi- 16. Véase Helga Nowotny, Time: The Modern and Postmodern Experience,
lidad de las formas simbólicas en el espacio estaba generalmente Cambridge, Polity Press, 1994.
54 LOS MEDIA Y LA MODERNIDAD
COMUNICACIÓN Y CONTEXTO SOCI AL 55

ción, y en parte por el desarrollo de medios de transporte más y la literatura de finales del siglo XIX y principios del -:oc• desde
cipldos, dio lugar al incremento de serios problemas de coordi- Proust y Baudelaire hasta James Joyce, desde el cubtsmo y el
nacwn espacio-temporal, problemas que fíllalmente se resol~­ futurismo hasta el surrealismo. El impacto literario y artístico de
ron a través del establecimiento de acuerdos sobre la estanda:n - estos desarrollos ha sido perspicazmente explorado por Stephen
zación del tiempo en el mundo. 17 Hasta mediados del siglo XIX,' Kern, Marshall Berman y otros. 18 Aquí quiero considerar de
cada ciudad, pueblo o aldea tenía su propio estándar de tiempo; manera más genérica algunas de las formas en que el desarrollo
existía una pluralidad de tiempos locales sin coordinación alguna de los medios de comunicación ha afectado al sentido del espa-
entre unos y otros. Sin embargo, con el desarrollo de los servicios cio y el tiempo de los individuos comunes.
de coches de correo a finales del siglo XVIII y la construcción del Anterio desarrollo de las industrias mediáticas, la sensa-
ferrocarril a principios del siglo XIX, creció la presión para la ción de pasado y lugares distantes de la mayoría ~ as pers?1_1as
estandarización del tiempo calculado a escala supralocal. La se había formado básicamente a través del contemdo sunbolico
introducción de los horarios estandarizados del ferrocarril, basa- mtercambiado en las interacciones cara-a-cara. La transmisión de
dos en el Meridiano Cero de Greenwich, llevó gradualmente a la narraciones desempeñaba un papel central en la formación del
adopción del GMT (Greenwich Mean Time) como el estándar de sentido del pasado y del mundo más allá de los lugares próximo~.
tiempo para toda Gran Bretaña. La tarea de estandarización del Para la mayoría de las personas, el sentido del pasado y el senti-
cálculo de tiempo en un territorio a escala mayor, hizo surgir nue- do de lugares distantes, así como la sensación de los límites espa-
vos problemas que se resolvieron con la introducción de zonas ciales y de la continuidad histórica de las comunidades a las que
temporales estándars. Las zonas horarias se establecieron inicial- pertenecían, se habían configurado, en primer lugar, a través de
mente en el continente norteamericano durante la década de tradiciones orales producidas y transmitidas en los contextos
1870 y principios de 1880, y en 1884 una Internacional Meridian sociales de la vida cotidiana. Sin embargo, la creciente disponibi-
Conference tuvo lugar en Washington, D.C., con el propósito de lidad de formas simbólicas, mediáticas ha alterado_gradualment_e v'
establecer un sistema global para la estandarización del tiempo. la manera en que la mayona de las personas adqmeren un senti-
El mundo fue dividido en 24 franjas temporales de una hora y se do del pasado y del mundo más allá de su ubicación inmediata.;
estableció una línea de cambio horario internacional. Se acordó El papel de las tradiciones orales no fue eliminado, pero es~as tra-
que la línea de cambio horario sería el meridiano 180 a la misma diciones fueron matizadas, y en cierta medida reconstrmdas, a
distancia del Este y el Oeste de Greenwich; los viajeros que la través de la difusión de los productos mediáticos.
cruzaran en dirección Este ganarían un día, mientras que los que El desarrollo de los medios de comunicación ha dado lugar, \
la cruzaran en dirección Oeste lo perderían. A partir de aquel d_e esta m~-e~a, a lo que podríamos, describir como una <<histori-
momento, el sistema horario internacional estandarizado ofreció ctdad medtatlca»: nuestra percepc10n del pasado, y nuestra p_er- \ 1V
una estructura para la coordinación de los horarios locales y para l
'
cepción de las maneras en que el pasado afecta a nuestra vúfa
la organización de redes de comunicación y transporte. actual, depende cada vez más de una creciente reserva de formas
El desarrollo de nuevos medios de comunicación y nuevos simbólicas mediáticas. La mayoría de los individuos de los países

i
medios de transporte también afectó a la manera en que los iñdi- del Este han obtenido, en la actualidad, su conocimiento de los
viduos experimentaban las características espaciales y temporales grandes acontecimientos del pasado, e incluso de los grandes
de la vida social. La estandarización del sistema horario interna- acontecimientos del siglo XX (las dos guerras mundiales, la ~evo­
cional fue acompañada de un creciente interés por las experien- lución Rusa, el Holocausto, etc.), fundamentalmente de libros,
cias personales relacionadas con el espacio y el tiempo, la veloci- periódicos, películas y programas televisivos. En la medida en
dad y la simultaneidad, y por la separación del espacio y el tiem- que los acontecimientos retroceden más y más en el tiempo, es
po. Este interés encontró una forma de expresión a través del arte
18. Véase Stephen Kern, The Culture o/ Time and Space 1880-1918, Lon-
17. Véase Eviatar Zerubaval, «The Standarization ofTime: A Sociohistori- dres, Weidenfeld and Nicolson, 1983; Marshall Berman, All Thtat Is Solzd Melt.r
c:ll Pcrspective», American ]ournal o/ Sociology, 88 (1982), págs. 1-23. into Air: The Experience o/ Modernity, Londres, Verso, 1983 .
LO S MEDIA Y LA MO DERNID AD LO MUN ICAC IÓN Y CON TEXTO SOC IAL 7

ca la vez menos y menos probable que los individuos obtengan la partir una historia y un lugar común, una trayectoria común en el
·omprensión de tales acontecimientos a partir de su experiencia tiempo y el espacio. Sin embargo, en la medida en que nuestro
personal, o de la experiencia personal de otros cuyas aclaraciones sentido del pasado dependa cada vez más de la las formas sim-
procedan de la interacción cara-a-cara. La tradición oral y la «inter- bólicas mediáticas, y nuestro sentido del mundo y nuestro lugar
acción cara-a-cara» siguen desempeñando un importante papel en él se alimenten cada vez más de los productos mediáticos,
en la formación de nuestro sentido del pasado; sin embargo, cada tanto más se verá alterado nuestro sentido de pertenencia a gru-
vez más operan en conjunción con los procesos de comprensión pos y comunidades con los que compartimos unas experiencias
que fundan sus contenidos simbólicos a partir de los productos comunes a través del tiempo y el espacio, un origen común y un
de las industrias mediáticas. destino común: sentimos que pertenecemos a grupos y comuni-
Si los media han alterado nuestro sentido del pasado, también dades que se han constituido, en parte, a través de los media . Vol-
han creado lo que podríamos llamar «experiencia mediáti~' veremos sobre este fenómeno de la «sociabilidad mediática» en
(mediated worldliness) : ~uestra erce ción de que el mundo exis-
1
los próximos capítulos, donde reflexionaré sobre algunos ejem-
te más allá de la est r eriencia ersonal, y e que plos con detalle.
la percepción de nuestro lu aren este mundo está ca a vez má·s ' Hasta ahora hemos estado considerando algunas de las mane-
me ·atizada por las formas simbó ·cas. a sion e os pro- ras en que el desarrollo de los medios de comunicacipn ha alte-
uctos me iáticos nos permite, en cierto sentido, experimentar rado en los individuos la percepción del pasado y del mundo más
\ acontecimientos, observar a los otros y, en general, aprender allá de sus ubicaciones inmediatas. Sin embargo, permítasenos
'\. 1 acerca de un mundo que se extiende más allá de la esfera de nues- considerar una cuestión algo distinta. Nuestra percepción del /
\ tras encuentros cotidianos. De ese modo, los horizontes espacia- es acio del tiempo está íntimamente rélacionada con nuestra
les de nuestra comprensión se amplían enormemente, dejan de percepción de la istancia, e o que se encuentra cercano o leja-
quedar restringidos por la necesidad de estar físicamente presen- no; y nuestra erce c1Ón de la distancia está rofulldamente con-
tes en los lugares en los que los acontecimientos que observamos, figliraaa por los medios con los que contamos para esp azarnos
etc. , ocurren. Tan profunda es la medida en que nuestra percep- a traves del espacio y 9cl
tiempo. ;En este sentido, los medios de
ción del mundo está configurada por los actuales productos transporte constituyen un claro ejemplo. Para los agricultores
mediáticos que, cuando viajamos a lugares distantes del mundo rurales del pasado, Londres estaba mucho más lejos que para los
como visitantes o turistas, nuestras experiencias vividas 19 vienen actuales habitantes de Gran Bretaña. En el siglo XVII, cuando las
precedidas, con frecuencia , por grupos de imágenes y expectati- carreteras eran insignificantes y la velocidad media de los carros
vas adquiridas a causa de la continua exposición a los productos tirados por caballos en la provincia era de aproximadamente
mediáticos. Incluso en aquellos casos en los que nuestra expe- unos 35 km diarios, un viaje a Londres desde un condado como
riencia de lugares distantes no coincide con nuestras expectati- el de Norfolk llevaba varios días;20 hoy en día puede realizarse en , ¡
vas, el sentimiento de novedad o sorpresa con frecuencia confir- un par de horas. Los di s de comunicación también desem-1, V
\ ma el hecho de que nuestras experiencias vividas proceden de un peñan un papel de importancia cruci en la formación e nues- 1
~ conjunto de preconcepciones derivadas, al menos en cierta medi- tra percepción de la distancia. Cuando la comunicacrón dependía
da, de las palabras e imágenes transmitidas por los media. del transporte físico de los mensajes, la percepción de la distan-
Con 1 ración de su sentido dellu ar y del pasado, el desa- cia dependía del tiempo empleado para viajar entre el punto de
rrollo de la comunicación mediática también a ectado sen- origen y su destino. En la medida en que se incrementó la veloci-
timiento de pertenencia de al o · iduos es decir a su
sentimiento e pertenecer a un grupo o com nnidad. El senti o
20. Véase]. Crofts, Packhorse, Waggon and Post: Land Carriage and Com-
de pertenencia deriva, en cierta medida, del sentimiento de com- munications under the Tudors and Stuarts, Londres, Routledge and Kegan Paul,
1967, pág. 123: <dos viajes en diligencia eran tan tétricos y agotadores que los
viajeros agradecían desplazarse en etapas cortas, y calcular sus progresos en
19. Este término se explica en el capítulo 7. días>>.
LOS MEDIA Y LA MO DERNIDAD 59
1 < >M IINICAC IÚN Y CONTEXTO SOC IAL

, lnd de transporte-comunicación, la distancia pareció disminuir. rkncia del paso del tiempo se vinculó cada vez más al meca?is-
Sin embargo, con la separación del espacio y del tiempo causada IIHl temporal que se requería para la sincronización_del traba¡o Y
por las telecomunicaciones, la percepción de la distancia fue gra- l1 organización de la semana laboral. 22 En la medi~a en ~ue el
dualmente desplazada de su exclusiva dependencia del tiempo 1i.. mpo fue sometido a una disciplina con el propós1t~ de m~re­
de viaje. Desde entonces, la percepción de la distancia pasó a ll lentar la producción de bienes de consumo, se produ¡? un C1er-
depender de dos variables -el tiempo que duraba el recorrido y lo canje: los sacrificios realizados en el p~esente er~- mtercam-
la velocidad de la comunicación- que no tenían por qué coinci- hiados por las promesas de un futuro me¡or. La nocwn d~ pr~­
dir necesariamente. El mundo se encogía en ambas dimensiones, ¡¡reso, elaborada a la luz de las filosofías ilustradas de la h1st~na
pero en una más rápidamente que en la otra. las teorías de la evolución social, fue expenmentada en la v1da
Es esta transformación de la percepción de la distancia la que diaria como el hueco entre la experiencia del pasado y del pre-
subyace a lo que acertadamente se ha descrito como «compre- ~e nte, de una parte, y el horizonte continuamente cambiante de
sión del espacio-tiempo».2 1 Con el desarrollo de los nuevos ,·x pectatívas asociadas con el futuro, de la otr~. 2 3 ,
medios de transporte y comunicación, a la par de la expansión Esta manera de experimentar el paso del uempo podna estar
intensiva y extensiva de una economía capitalista orientada hacia n 1mbiando en la actualidad. En la medida en que se acelera el
el aumento de transacciones de capital y bienes, el significado de ritmo de vida, el futuro deja de extenderse ante nosotr~s como
las barreras espaciales se ha debilitado y el ritmo de la vida social 11na tierra prometida. El horizonte continuamente camb1ante de
se ha acelerado. Partes anteriormente alejadas del mundo pasan expectativas empieza a saturarse, como si fuera a estrellarse con-
a formar parte de redes globales de interdependencia. El tiempo 1ra un futuro que repetidamente se queda corto para las expec-
de viaje se reduce constantemente y, con el desarrollo de las tele- tativas pasadas y presentes. .,
comunicaciones, la velocidad de la comunicación se ha converti- Cada vez resulta más más difícil sostener una canee c1on
do en virtualmente instantánea. El mundo parece un lugar lineal e a ·storia como ro reso. La i ea e progreso es una
pequeño: ha dejado de ser una vasta extensión de territorios des- manera e colonizar el futuro, una romera de subsumir el fütur,o '
conocidos, se ha convertido en un globo completamente explo- en nuestros lanes resentes nuestras expectativas. Sin embar-
rado, cuidadosan1ente cartografiado y vulnerable a las intromi- "0 en a medida en que los límites de esta estrategia cada día se
siones de los seres humanos. ha~an más evidentes, en la medida en q~e el ~turo confunda
Aún tenemos que alcanzar una clara comprensión del impac- repetidamente nuestros planes y expectativas, la tdea de progre-
to de estas transformaciones sobre cómo experimentan los indi- so empezará a perder su arraigo en nosotros: . , . ,
viduos el transcurso de la historia y su lugar en ella. En las pri- Es muy temprano para decir si este camb10 contmuara y, s1_as1
meras formas de sociedad, cuando la mayoría de los individuos sucede cuáles serán sus consecuencias. Sin duda alguna, grac1as,
vivían de la tierra y dependían de ella para su subsistencia, la en parr'e, al desarrollo de nuevas formas de com~icació? y trans-
experiencia del paso del tiempo estaba íntimamente conectada porte, nuestra manera de experimenta~ el_e~pac10 y el uempo ha
con los ritmos naturales de las estaciones y los ciclos de naci- cambiado profundamente. Esto constltmra un tema cent_ral en
miento y muerte. En la medida en que los individuos fueron atraí- los capítula";·que siguen. Sin embargo, las cuestiones relauvas al
dos hacia las ciudades por el sistema de empleo fabril , la expe- alcance de los desarrollos, discutidos aquí, que han empezado a
transformar nuestra experiencia del ritmo de la historia y nuestro
lugar en ella, nuestra percepción del futuro y ~uestra orientación
21. Véase David Harvey, The Condition of Postmodernity: An Enquiry ínto hacia él, quedarán, la mayoría de las veces, ab1ertas.
the Orígins of Cultural Change, Oxford, Blackwell, 1989, págs. 240 y sigs. Véase
también la discusión de J anelle sobre una noción parecida de «convergencia
espacio-temporal>>: Donald G . Janelle, «Global Interdependence and its Conse- 22 . Véase E. P. Thompson, «Time, Work-Discipline and Industrial Capita-
quences>>, en Stanley D. Brunn y Thomas R Leinbach (comps.), Collapsing Space lism>>, reimpreso en su Customs in Common: Studies in Traditional Popular Cul-
and Time: Geographic Aspects of Communícation and ln/ormation, Londres, Har- ture, Nueva York, New Press, 1991, págs. 352-403.
pcrCollins Academic, 1991, págs. 47-81. 23. Véase Nowotny, Time, cap. 2.
60 LOS MEDIA Y LA M O DERN IDAD I1 1M I 1N i r:ACIÓN Y CONTEXTO SOCIAL 61

Comunicación, apropiación y vida cotidiana

En determinados puntos de este capítulo he destacado la


importancia de pensar sobre los medios de comunicación en rela-
ción a los contextos sociales prácticos en los que los individuos
producen y reciben formas simbólicas mediáticas. El olvido de
estos contextos sociales es una tendencia que puede encontrarse
a lo largo de la historia de la reflexión teórica, y el análisis prác-
tico, sobre los media. Por ejemplo, bajo la influencia del estruc-
turalismo, la semiótica y orientaciones parecidas, un importante
volumen de la crítica cultural se ha ocupado durante los últimos
años de las características constitutivas de los «textos», no sólo
textos en el sentido de obras literarias, sino en el más amplio de
formas culturales significativas, desde las películas y programas
televisivos, hasta las vallas publicitarias y grafitis del metro.24 Hay
mucho que aprender de un análisis riguroso de las características
constitutivas de estos «textos». Sin embargo, este análisis es, en
el mejor de los casos, una manera muy parcial de examinar los
fenómenos culturales (incluidos los textos literarios). Es parcial
porque los fenómenos en cuestión son generalmente analizados
sin considerar de manera sistemática y detallada las condiciones
bajo las que fueron producido.s y recibidos. Los textos son gene-
ralmente analizados en y para ellos mismos, sin referencia a los
propósitos y recursos · de aquellos que los producen, por una
parte, o de las maneras en que son utilizados y comprendidos por
aquellos que los reciben, por otra. Los productores y receptores .' Véase por ejemplo, Elihu Katz y Paul F. Lazarsfeld, Personal Influence:
se escabullen de la mirada, mientras que el analista o crítico se IJ, . / ',¡rt Played by People in tbe Flow o/ Mass Communications, Glencoe, ID.,
centra en una forma cultural que es, en muchos aspectos, artifi- j¡ , r· l'r(:SS, 1950; J. Klapper, Th e E/fects o/ Mass Communication, Nueva York,
cial, una abstracción de las condiciones sociales de su produc- 1'1• '<' l'rcss, 1960;]. G. Blumer y E. Katz (comps.), Th e Uses ofMass Communi-
ción, circulación y recepción. "11"'"'· Londres y Beverly Hills, Sage, 1974. Para un estado de la cuestión sobre
llll···•.ligación de audiencias y los efectos de los media, véase Denis McQuail,
Dentro de las tradiciones más empíricas de la investigación M"" <.'ommunication Theory: An Introduction , 2.' ed., Londres y Beverly Hills,
sobre los medios de comunicaCIÓn, la naturaleza a el de los '~ •• 11• ' . 1987, caps. 8 y 9 (trad. cast.: Introducción a la teoría de la comunicación de
rece tores -o au iencias- han sido examinados etalladamente. IH.t""· 2.' ed., Barcelona, Paidós, 1991).

Se an empleado varios métodos de investigación para estu ar 2f •. Para una selección de estudios recientes, véase"Janice A. Radway, Rea-"
,/in¡: ¡f.,c Romance: Women, Patriarchy, and Popular Literature, Chape! Hill, Uni·
factores como el tamaño y composición de las audiencias, los gra- V<1•uy of North Carolina Press, 1984; Tamar Liebes y Elihu Katz, Th e Exporto/
dos de atención y comprensión mostrados por los receptores, los Al,.,,"''ng: Cross-Cultural Readings o/ <<Dalias», Nueva York, O xford , Oxford,
«efectos» a corto y largo plazo de la exposición a los mensajes l)¡, vns ity Press, 1990; James Llull, China Turned On: Television, Reform, and
l'•'" ''"nce, Londres, Routledge, 1990. Para un debate sobre la relevancia de la
li •v•·•.ligación etnográfica en los estudios mediáticos, véase James Llull, Inside
24. El clásico ejemplo de este tipo de crítica cultural se encuentra en las 1.o•nlv Viewing: Ethnographic Research on Television's Audiences, Londres, Rou -
Mytbologies de Roland Barthes, St Albans, Paladin, 1973 . Véase tambiénJudith ¡j, • l¡:c. 1990; David Morley, Television, Audiences and Cultural Studies, Londres,
Williamson, Decoding Advertisements: Ideology and Meaning in Advertising, lt""' hlge, 1992; Roge r Silverstone, Television and Everyday Lije, Londres, Rou-
1.ondres, Marion Boyars, 1978. 11, ,¡ 1'.<'. 1994.
62 LOS MEDIA Y LA MODERNIDAD C:OMUNICACIÓN Y CONTEXTO SOC IAL

sumidores pasivos; han demostrado una y otra vez que la recep- ponibles a los receptores potenciales. Uno no puede recibir gene-
ción de los roductos mediáticos es un proceso mucho mas ralmente programas de televisión, por ejemplo, a menos qu ,
posea los medios para adquirir el equipo de recepción necesario;
acttvo y creativo de lo ue e mlto e receptor pasivo sugiere.
an emostra o igu ente que as maneras en que os m - y los patrones de ver la televisión están comúnmente regulados
viduos dan sentido a los productos mediáticos varía acorde de ciertas maneras, reflejando amplias relaciones de poder entre
con su bagaje social y sus circunstancias; de ahí que un mismo miembros de la unidad doméstica.28 Y por añadidura, mientras la
mensaje pueda comprenderse de manera distinta en contextos recepción es siempre una actividad situacional, también es una
distintos. actividad que permite a los individuos distanciarse de los con-
Volveré sobre estos estudios en los próximos capítulos; sin textos diarios. Al recibir materiales que implican un grado sus-
embargo, aquí quiero dedicar un poco de atención a las implica- tancial de distanciamiento espacial (y quizá también temporal),
ciones teóricas generales de observar la recepción de los produc- los individuos pueden escaparse de su propio contexto y, por un
tos mediáticos como una actividad rutinaria y práctica. Esta momento, perderse en otro mundo. 29
orientación implica, en primera instancia, que la recepción debe- La recepción de los productos mediáticos debería verse, ade-
ría verse como una actividad; no como algo pasivo, sino como un más, como una actividad rutinaria, en el sentido de que constitu-
tipo de práctica en la que los individuos se implican y trabajan ye una parte integral de las actividades regularizadas que confi-
con los materiales simbólicos que reciben. En el proceso de guran la vida cotidiana. La recepción de los productos mediáti-
recepción, los individuos utilizan los materiales simbólicos para cos solapa y conecta con otras actividades de manera compleja, y
sus propios propósitos, en formas que pueden resultar extraordi- parte del significado que poseen los tipos particulares de recep-
nariamente variadas, aunque relativamente ocultas, ya que estas ción para los individuos deriva de las maneras en que se relacio-
prácticas no se limitan a ningún lugar en particular. Si considera- nan con otros aspectos de sus vidas. Por eso, por ejemplo, los
mos que la producción «fija» contenidos simbólicos en un sus- individuos pueden leer periódicos para ocupar el tiempo mien-
trato material, la recepción los «suelta» y los libra al deterioro del tras acuden al trabajo; encender la televisión para aligerar la
paso del tiempo. 27 Por otra parte, los usos que hacen los recep- monotonía de preparar la cena o para tranquilizar a los niños;
tores de los materiales simbólicos pueden divergir considerable- leer un libro para relajarse y escapar temporalmente de las
mente de los usos (si hay alguno) que los productores de estos demandas de la vida diaria. La recepción de los productos mediá-
materiales tenían en mente. Aunque los individuos pudieran ticos puede servir para ordenar los horarios cotidianos de los
tener relativamente poco control sobre el contenido de los mate- receptores. Los individuos pueden adaptar sus rutinas para coin-
riales simbólicos que tienen a su disposición, pueden utilizar cidir con las transmisiones radiofónicas o televisivas, por ejem-
estos materiales, repasarlos y reelaborarlos en formas que son plo, ver regularmente las noticias de las nueve, o reservar un
completamente ajenas a los propósitos e intenciones de los pro- tiempo de ocio a la semana para seguir el desarrollo de los episo-
ductores. dios de una serie. Este aspecto de la recepción -su capacidad
Esta orientación también implica que k recepción es qna acti- para imponer un orden a la rutina diaria- se ve significativamen-
vidad situacional: los productos mediáticos son objeto de recep- te atenuada por el uso de las grabadoras de vídeo. Permitiendo a
ción por parte de individuos que siempre están ubicados en con- los receptores la grabación de material y en el momento que les
textos sociohistóricos específicos. Estos contextos están general- parece más adecuado, los reproductores de vídeo permiten a los
mente caracterizados por unas relaciones relativamente estables
de poder y por un distinto acceso a los recursos acun1ulados de
28. Véase James Llull, lnside Family Viewing, cap. 5; David Morley, Family
varios tipos. La actividad de recepción tiene lugar dentro de estos Television: Cultural Power and Domestic Leisure, Londres, Comedia, 1986.
contextos estructurados y depende del poder y los recursos dis- 29. <<Los lectores son viajeros>>, notó Michd de Certeau, «se desplazan a tra·
vés de tierras que pertenecen a otros, como nómadas hollando su camino a
27 . Véase Michd de Certeau, The Practice o/ Everyday Lt/e, Berkdey, Uni- través de campos que no han escrito, expoliando la abundancia de Egipto para
vcrsity of California Press, 1984, especialmente los caps. 3 y 12. satisfacción de sí mismos>>, The Practice o/ Everyday Li/e, pág. 174 .
64 LOS MEDIA Y LA MO D ERN ID A D 1 1 >MUNICAC IÓN Y CONT EXT O SOC I AL

receptores sentirse libres en determinada medida del orden tem- 1''ros objetos de consumo como ropas o coches. Sin embargo. b
poral impuesto por las organizaciones televisivas e integrar el recepción de los productos mediáticos implica más que es r·o:
proceso de recepción en rutinas determinadas por otras deman- requiere algún grado de .atención y actividad interpretativa por
das y obligaciones. parte del receptor. El individuo que recibe un producto mediáti-
Además de ser una actividad situacional y rutinaria, la recep - ,·n debe, de alguna manera, prestarle atención (leer, mirar, obser-
ción de los productos mediáticos es un logro habilidoso. Depen- v: tr, escuchar, etc.); y, al hacer esto, el individuo comúnmente se
de de un abanico de habilidades adquiridas y competencias que vt· ocupado en dar sentido al contenido simbólico transmitido
los individuos despliegan en el proceso de recepción. Estas habi- ¡>or el producto. Los diferentes medios, por lo general, permiten,
lidades y competencias son extraordinariamente diversas. Ya v requieren, distintos grados de atención, concentración y esfuerzo.
hemos notado que diferentes medios técnicos requieren diferen- 1.cer un libro generalmente requiere dosis de esfuerzo concerta-
tes tipos de habilidades y competencias por parte de aquellos tlt• por parte del lector, mientras que un periódico puede hojear-
que los utilizan. Sin embargo, también es importante ver que, •.,. en cualquier lugar, dar un vistazo a los titulares y ocasional-
como atributos sociales adquiridos, estas habilidades y compe- lllcnte leer los artículos que se considere más apropiados. La tele-
tencias podrían variar en cierta medida de un grupo o clase a visión puede verse desde una amplia variedad de grados de aten-
otro, y de un período histórico a otro. Se trata de atributos que
han sido adquiridos a través de los procesos de aprendizaje o
inculcación, y estos procesos pueden diferenciarse socialmente
en ciertos aspectos, su accesibilidad será distinta dependiendo
de la formación de los individuos.' 0 Una vez adquiridas, estas
~ · r ú n , desde una total absorción a una observación intermitente
q1rc permite seguir el hilo.

l,"
Si vemos la recepción de los productos mediáticos como un
>roceso hermenéutico, entonces podemos recurrir a algunas de
intuiciones de la tradición hermenéutica que caracteriza este
l
habilidades y competencias pasan a formar parte del maquillaje lcnómeno. La interpretación, como diría Gadamer, no es una
social de los individuos y pueden desplegarse de manera tan '''" ' ividad exenta de presuposiciones: es un proceso activo, crea-
automatizada que ellos mismos sean incapaces de reconocer sus tivo, en el que el intérprete lleva consigo una serie de supuestos
complejas, y frecuentemente muy sofisticadas, adquisiciones 1' ex pectativas para tratar con el mensaje que él, o ella, trata de
sociales. Cllt cnder.31 Algunas de estas asunciones y expectativas pueden
Finalmente, la recepción de los productos mediáticos es fun- l('llc r un carácter personal, esto es, exclusivo de las particulari-
damentalmente un proceso hermenéutico. Con esto quiero decir ' l11, les históricas propias de cada individuo. Sin embargo, muchas
que los individuos que reciben los productos mediáticos se ven 1k las asunciones y expectativas que un individuo emplea en el
generalmente envueltos en un proceso de interpretación a través l>mceso de interpretación poseen un amplio carácter social e his-
del cual dan sentido a esos productos. Desde luego, la adquisición l<>ri co. Se trata de las asunciones y expectativas de un grupo de
de los productos mediáticos no necesariamente conlleva un pro- lt <clividuos que comparten ampliamente orígenes sociales y tra-
ceso de interpretación en este sentido: un libro puede ser adqui- wr rorias parecidas. Constituyen un tipo de conocimiento implí-
rido y nunca leído, de la misma manera que se puede estar emi~ 1 11 n que los individuos adquieren a través de un proceso gradual
tiendo un programa televisivo aunque nadie esté pendiente de éL dr inculcación, y que les ofrece una estructura para la interpreta-
Adquirir es simplemente pasar a formar parte de las posesiones lt i11 y asimilación de lo nuevo.
personales de uno, de la misma manera en que uno adquiere Dado que la interpretación de las formas simbólicas requiere
il l<:r contribución activa por parte del intérprete, que ofrece una
30. La diferenciación social de habilidades y competencias, así como un t l1 'l'la estructura para referirse al mensaje, de ello se sigue que las
esquema del razonamiento y el sabor, han sido destacados por Pierre Bourdieu li ll ll lcras en que se comprende un producto mediático puede
en numerosos estudios. Véase especialmente Pierre Bourdieu, Alain Darbel y v 11r i:~r de un individuo a otro (o grupo de individuos) , y de un
Dominique Schnapper, The Lave o/ A rt: European Museums and their Public,
Cambridge, Polity Press, 1990; Pierre Bourdieu, Th e Field o/ Cultural Produc-
tion: Essays on A rt and Literature, bajo la direc. de Randal Johnson , Cambridge, 11. Véase H ans -Georg G adamer, Truth and Method, Londres, Sheed and
Polity Press, 1993 ; y Bourdieu, Distinction. \ "" l. 1975, págs. 23 y sigs.
66 LOS ME DIA Y LA MODERNIDAD 1 1 >M UN ICACIÓ N Y CO NTEXTO SOC IAL 67

contexto sociohistórico a otro. Como con todas las formas sim- ,·icín y como consecuencia de ella; son, de este modo, elaborados
bólicas, el «significado» de un mensaje transmitido por los media liscursivamente y compartidos por un círculo más amplio de
no es un fenómeno estático, permanentemente estable y transpa- l11dividuos que podrían o no haber estado involucrados en el pro-
rente para todos por igual. Más bien, el significado o sentido de t>cso inicial de recepción. De esta y otras maneras, los mensajes
un mensaje debería verse como un fenómeno complejo y cam- rnediáticos pueden repetirse más allá del contexto inicial y la acti-
biante en continua renovación, y en cierta medida transformado vidad de recepción y transformarse a través de un proceso conti-
por el verdadero proceso de recepción, interpretación y reinter- lluo de narración y repetición de la narración, interpretación y
pretación. El significado que un mensaje posea para un individuo r ·interpretación, comentario, descrédito y crítica. Este proceso
dependerá en cierta medida de la estructura que él o ella utilice ¡tuede tener lugar en diversas circunstancias -en casa, por teléfo-
para interpretarlo. Por supuesto, se pueden hallar algunos límites lln, en el lugar de trabajo- y puede implicar una pluralidad de
a este proceso; un mensaje no puede significar cualquier cosa, y 1•a rticipantes. Puede ofrecer una estructura narrativa dentro de la
un individuo debe conocer algunas de las normas y convencio- ,·tral los individuos explican sus pensamientos, sentimientos y
nalismos de acuerdo con lo que un mensaje está produciendo ex periencias, tejen aspectos de sus propias vidas con la repetición
para que tenga algún sentido (por ejemplo, él o ella deben poseer 1 k mensajes mediáticos y con sus respuestas a la repetición de los

un conocimiento mínimo del lenguaje). Sin embargo, estos lími- 11reosajes. A través de este proceso de elaboración discursiva, la
tes son muy amplios y dejan un gran margen a la posibilidad de '·1unprensión individual de los mensajes transmitidos por los pro-
que, de un individuo o grupo de individuos a otro, y de un con- dttctos mediáticos podría transformarse por sí misma, en la
texto sociohistórico a otro, el mensaje transmitido por un pro- rnedida en que el mensaje es visto desde distintos ángulos, está
ducto mediático pueda entenderse de manera distinta. ,,ujeto a los comentarios y críticas de los otros, y queda gradual-
La tradición hermenéutica destaca otro aspecto de la inter- rllcnte engarzado en la fabricación simbólica de la vida diaria.
pretación que aquí resulta relevante: al interpretar la formas sim- Al recibir y apropiarse de los mensajes mediáticos, los indivi-
bólicas, los individuos las incorporan dentro de su propia com- dtros también se implican en un proceso de autoformación y
prensión de sí mismos y de los otros. Las utilizan como vehículo 11 utocomprensión, aunque de un modo generalmente implícito y <=,
para reflejarse a sí mismos y a los otros, como base para reflexio- ruJ _rec<?nocido como taL ~ arraigar _un ~ensaje e incorporarlo ~~ \t. :SXJ
nar sobre sí mismos, sobre los otros y sobre el mundo al cual per- nr~manamen~e a nuestras vtd~~ · nos 1IDplic~os en la construc- ~ t> ~
tenecen. Utilizaré el término «apropiación» para referirme a este ~· ron ~el senu~o del yo, de qmenes somos y donde estamos en el -.)!'_ -"l
proceso de comprensión y autocomprensión. Apropiarse de un rspac10 y el tlempo. Est~~s constantemente dando ~o~ma y ¡.['1_. "
mensaje consiste en tomar su contenido significativo y hacerlo 1ran~formando nuestras habihdades y reservas de conoclffilento, 1:'\- ,
propio.32 Consiste en asimilar el mensaje e incorporarlo a la pro- ¡•omendo a prueba nuestros sentimientos y preferencias y expan- .;.: v,,
pia vida, un proceso que algunas veces tiene lugar sin esfuerzo, y •lieodo los horizontes de nuestra experiencia. Estamos modifi- ll
otras supone un esfuerzo consciente. Cuando nos apropiamos de !'ando activamente un yo a través de los mensajes y el significado Y
un mensaje lo adaptamos a nuestras vidas y a los contextos en los l'acilitado por los productos mediáticos (entre otras cosas). Este
que vivimos. Nos referimos a un conjunto de circunstancias que, ¡1roceso de autoactualización no es súbito, no se trata de un acon-
en el caso de los productos mediáticos, difieren de las circuns- rccimiento que ocurra de una vez por todas. Tiene lugar de
tancias en las que se produjo el mensaje. ntanera lenta, imperceptible, de día en día y de año en año. Es un
La apropiación de las formas simbólicas -y, en particular, de proceso en el cual algunos mensajes se retienen mientras que
los mensajes transmitidos por los productos mediáticos- es un •11ros se olvidan, en el cual algunos se convierten en puntos de
proceso que puede extenderse más allá del contexto inicial y la >tpoyo para la acción y la reflexión, o en un tema de conversación
actividad de recepción. Los mensajes mediáticos son común- t" ntre amigos, mientras que otros desaparecen de nuestra memo-
mente discutidos por los individuos en el transcurso de la recep- ria, perdidos entre un continuo flujo de imágenes e ideas.
Decir que la apropiación de los mensajes mediáticos se ha
32. Véase Paul Ricoeur, Hermeneutics and the Human Sciences, cap. 7. ,·onvertido en un medio activo de autoactualización en el mundo
LO S MEDIA Y LA MODERNIDAD
68

moderno no quiere decir que sea el único medio: evidentemente 2. Los media y el desarrollo de las sociedades
no lo es. Existen muchas otras formas de interacción social, tales modernas
como aquellas entre padres e hijos, entre alumnos y profesores y
entre parejas, que continúan desempeñando un rol fundamental
en este sentido. Los primeros procesos de socialización en la
familia y la escuela son en muchos sentidos decisivos para el desa-
<__
rrollo posterior del individuo y para su autorrepresentación. Sin
embargo, no debemos perder de vista el hecho de que, ~n un
mundo cada vez más impregnado por los productos de las mdus-
trias mediáticas, ha surgido un nuevo escenario a partir del pro-
ceso de autoactualización. Se trata de un escenario estricto con
las obligaciones espacio-temporales de la interacción cara-a-cara
y, dada la accesibilidad de la televisión y su expansión global,
cada vez más asequible a los individuos de todo el mundo.

Algunas características distintivas del mundo moderno son el


resulta o e un con maciones mstitucion es que
Ne iniciaron en Euro a a finales de la Edad Me ·a y a principios
¡_ e a era moderna. Estas trans ormaciones eran comp eJas y
Vii riadas; afectaron a algunas regiones de Europa, y en conse-
I'IICncia, a algunas partes del mundo de manera más temprana y
• nn mayor intensidad que en otras. También se dieron transfor-
¡naciones contingentes, en el sentido de que dependían de con-
' liciones históricas específicas; si algunas de estas condiciones
hubieran sido distintas, y pudieron serlo, con seguridad hubieran
daJo lugar a resultados distintos. Sin embargo, una vez que estas
ll'ansformaciones estuvieron en marcha ad uirieron un etu or
e· as mismas. parecieron nuevas mstituciones que expandieron
rl alcance éfe sus áciividades. Las prácticas tradiClonaies quedarían
<·clipsadas de manera gradual por los nuevos tipos de acciones,
ttltcvos convencionalismos y nuevas formas de asociación. El
1111 pacto de estas transformaciones se dejó sentir de manera cre-
' imte más allá de los centros urbanos en expansión y de los Esta-
dos que iban constituyéndose en Europa. A través de la explora-

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