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- MARCO CONTEXTUAL
Económico Político Cultural Religioso
figuras parentales que los han inculcado. El individuo no confronta sus introyectos
con la realidad para evitar tomar decisiones que le podrían acarrear rechazo de su
familia y de la sociedad. De este modo, éstos constituyen los ladrillos de la
autoimagen (lo que creo ser) la que, una vez instalada, modifica la percepción de la
realidad de cada individuo para confirmarla. (Francia, 2016)
La construcción de las creencias se origina en el estado del “yo niño” y en relación
a tres sub-estados del niño. Esto ocurre desde la vida intrauterina: el niño recibe
mensajes, percibe intuitivamente la realidad de su propio entorno. Esta captación
es hecha luego con el pensamiento analógico (hemisferio derecho), del adulto niño
que acepta como órdenes esos deseos y decide obedecerlos. De este modo los
contenidos internalizados se transforman en mandatos que se almacenan en el
padre del niño sin análisis lógico.
Se ha descrito a la neurosis como la “enfermedad de uno mismo”. De esta definición,
lo inaceptable es considerar a la neurosis como enfermedad, pues dados los efectos
gôdelianos presentes en todos los hechos de la naturaleza, entonces toda la
naturaleza estaría enferma de sí misma y siendo así ¿Cómo determinar qué es lo
sano si no existe punto de comparación?
La neurosis es, en todo caso, la experiencia del absurdo y de la naturaleza de uno
mismo (y de la naturaleza de lo que se perciba como ajeno a uno mismo).
Siendo así, la neurosis es un fenómeno connatural predominante humano que es
susceptible de distorsionarse en la búsqueda de la “salud” mental, tornándose en
una neo-neurosis, a la cual contribuyen las psicoterapias y sus promotores.
(Velazquez, 1994)