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La gente sana necesita bosques sanos, población y deforestación

Desde principios de siglo, la deforestación representa una seria amenaza para las
comunidades y los ecosistemas. Es desde los 90´s que la actividad humana dio lugar a la
deforestación, pero también en ese periodo se logró recuperar 52 millones de hectáreas,
de los 9.4 hectáreas millones de hectáreas deforestadas por año. Sin embargo, la cubierta
forestal aumentó en los países menos desarrollados en zonas templadas, mientras que se
redujo en los países tropicales menos desarrollados y permaneció relativamente estable en
las naciones más desarrolladas.
Si bien se ha intentado reforestar la superficie una vez dañada, la razón de esta cusa es
principalmente porque tanto los ciudadanos como los gobiernos se están enfrentando a los
efectos que la deforestación trae consigo. Entre ellas el descenso en la precipitación,
aumento de temperaturas y mayores inundaciones. Donde estudios recientes han
descubierto que, la precipitación ha disminuido en un 30% y la temperatura ha aumentado
en 1° C en las zonas deforestadas de la región del Amazonas. Ya que los bosques controlan
la escorrentía superficial, e impiden deslaves de tierra e inundaciones. Sin embargo,
extracción de árboles, especialmente en zonas de colinas o montañas, limita la capacidad
del suelo para absorber y retener el agua y evacuarla gradualmente con el tiempo.
Otra de las razones por prestarle atención a la deforestación es por la pérdida de alimentos,
medicinas y combustible, principalmente porque son los bosques tropicales son el hábitat
de hasta 2/3 partes de todas las especies terrestres conocidas, por lo que, al desaparecer
estos lugares, muchas de estas valiosas especies de plantas y animales. También existe
menor producción agrícola, falta de nutrientes esenciales en el suelo y degradación de los
ecosistemas. Diseminación de enfermedades tropicales y menor cantidad de agua potable.
Y finalmente el empeoramiento del cambio climático, ya que, si no se hace nada al respecto,
el calentamiento mundial podría derretir los polos y como resultado elevaría en varios
metros el nivel de los océanos, poniendo en peligro a los países a nivel del mar, lo que
resultaría devastador.
Por último, otra de las razones por las que se debe poner atención en la deforestación,
según el artículo, menciona que es la pérdida de valor estético y belleza natural. Un punto
que no recalca la verdadera importancia de los ecosistemas, ya que existen lugares sin
estética, sin embargo, son lugares que albergan importancia en la diversidad.
También se debe de mencionar que la deforestación tiene sus vertientes resumidas en
cuatro formas: la población, la pobreza, la expoliación y las políticas. Siendo estas las
razones con la cual se excusa con el fin de utilizarlo para la agricultura y el pastoreo, o la
construcción de carreteras, y la explotación maderera y extracción de productos forestales.
También el crecimiento demográfico, presenta un problema, ya sea por crecimiento natural
o migración, debido a que eleva la posibilidad de que ocurra la deforestación en cualquier
sitio. Pues, cada persona representa una demanda adicional de recursos, lo que pone mayor
presión sobre los recursos forestales. Sin embargo, también afectan en gran medida los
cambios económicos en general y a la política nacional sobre el uso del terreno y los
bosques.
Otro rasgo que contribuye a la deforestación es la pobreza y, en general, la falta de acceso
a capital, recursos y tecnología. Primero porque las comunidades pobres con frecuencia no
pueden administrar sus recursos forestales, lo que lleva a una degradación general del
medio ambiente. Por otro lado, la constante necesidad de mano de obra familiar en las
comunidades rurales pobres promueve las altas tasas de fecundidad y, por lo tanto, el
rápido crecimiento demográfico, lo que contribuye al deterioro forestal.
Uno de las soluciones que se han planteado para la reforestación, son las políticas y los
programas gubernamentales que lo único que logran es alentar la deforestación, como en
el caso de los incentivos fiscales para talar bosques y los subsidios de productos e insumos
agrícolas. Sin embargo, estos programas no ayudan a acabar con el problema.
Por lo que, de seguir así la deforestación al ritmo actual, se tendrán serias consecuencias
irremediables para la salud de los seres humanos y los ecosistemas de todo el mundo.
Por lo que, si se quiere terminar con la deforestación a largo plazo, hay que tener presente
las diversas interacciones sociales y demográficas que contribuyen a dicho proceso. Para
ello se necesitan enfoques multisectoriales que son la población, la pobreza, la expoliación
y las políticas.

Tania Elizabeth Díaz Rodríguez

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