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Con la publicación de novelas, cuentos para adultos y niños, libros de humor y cuentos
brevísimos, Ana María Shua ha ganado un lugar de prestigio entre los escritores contemporáneos
de la Argentina. Nacida en Buenos Aires en 1951 como Ana María Schoua, la autora cambió su
apellido a Shua en 1980 con la publicación de su primera novela Soy paciente. Aunque la novela
ganó el primer premio del Concurso Internacional de Narrativa de la Editorial Losada de 1980,
ese galardón no fue su primera distinción literaria. Como tantos otros escritores de su
generación, Shua publicó sus primeras obras narrativas durante los años tumultuosos de la
dictadura; sin embargo, su carrera literaria comenzó mucho antes, a la temprana edad de
dieciséis años, con la publicación en 1967 de un volumen de poemas titulado El sol y yo, ganador
del Premio Estímulo del Fondo Nacional de las Artes. El hecho de que Shua haya publicado
obras en casi todos los géneros literarios, además de artículos periodísticos y guiones para la
televisión y el cine, ha frustrado a los críticos que han intentado clasificar su ficción. Por
ejemplo, como autora de la novela Los amores de Laurita (1984), el nombre de Shua aparece
con los de Tununa Mercado, Reina Roffé, Liliana Heer y otras escritoras argentinas que han
(1988), los críticos asociaron su obra con la de Angélica Gorodischer. El hecho de que su novela
La muerte como efecto secundario (1998) tiene lugar en un Buenos Aires futuro cuya sociedad
vive amenazada por la violencia, ha llevado a los críticos a ubicarla otra vez dentro de la línea de
anticipación. Su novela El libro de los recuerdos (1994) la sitúa entre los escritores argentinos
que han registrado las huellas de sus orígenes en sus obras literarias, en particular, los autores
judío-argentinos como Alicia Steimberg, quien capta en su novela Músicos y relojeros (1971) las
obra, especialmente el uso del humor y de la ironía para comentar sobre la condición humana, y
más especificamente, sobre los valores, las costumbres y la vida cotidiana de la familia argentina
y su sociedad. En una entrevista con Silvia Fernández de Tujague, la autora se refiere a esos
factores unificantes cuando dice: Ahay una característica mía, el humor y la ironía, que se
mantienen en todos mis libros. A pesar de que son muy diferentes entre sí, en cuanto a temas,
estilos y géneros; esa especie de línea o de hilo conductor del humor aparece prácticamente en
todos, excepto en la literatura infantil@ (n. pag.). En una de las primeras reseñas de su obra, hace
más de treinta años, el crítico anónimo de El sol y yo reconoció otros dos elementos que llegarían
a ser la marca de sus futuras obras: su capacidad para la síntesis y para ser concisa: AAna María
Schoua [sic], en plena adolescencia, maneja ya un lenguaje depurado . . . con plena capacidad
para obtener una transmutación de la realidad y una inclusión de la fantasía inteligente y rítmica@
(n. pag.).
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El Cuento en Red R. Buchanan
Nº2: Otoño, 2000 El género rebelde...
Casa de geishas (1992), dos libros de relatos brevísimos que exploran las muchas facetas de la
realidad, la fantasía y la literatura misma con la economía de expresión y el ritmo interno más
propios a la poesía que la prosa. En una entrevista con Nora Domínguez, Shua reconoce que su
capacidad innata para la síntesis y la concisión, dos elementos esenciales de la micro o mini-
exigencia muy grande en la publicidad es la síntesis y para mí la síntesis siempre fue algo
natural@ (7).
La receta ganadora que Shua sigue para la fabricación de sus obras en miniatura se basa
ficción. Junto con Luisa Valenzuela, Shua es una de las pocas escritoras argentinas que ha
dominado el cuento brevísimo, contándose entre compatriotas ilustres tales como Jorge Luis
Borges, Adolfo Bioy Casares, Julio Cortázar, Marco Denevi y Enrique Anderson Imbert. Un
análisis de ciertos textos de Casa de geishas servirá como punto de partida para este estudio que
destacará las contribuciones de Ana María Shua a uno de los sujetos más esquivos y rebeldes de
Sin caracterizarlo extensamente (nada más absurdo que una introducción larga sobre el
cuento brevísimo), sería útil para nuestro análisis de los textos de Shua hacer unas observaciones
acerca del cuento brevísimo, un género, o sub-género, que ha recibido aún menos atención crítica
que el cuento mismo.2 Desde luego, esto no es una tarea fácil, cuando se considera que los
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R. Buchanan El Cuento en Red
El género rebelde... Nº2: Otoño, 2000
aficionados de esta forma literaria no pueden convenir en cómo caracterizar, clasificar o aún
nombrarla. Por ejemplo, en inglés estos textos se llaman Ashort shorts,@ Asudden fiction,@
Amicrofictions,@ and Ablasters,@ mientras que en castellano se refieren a ellos como Arelatos
antología Sudden Fiction, Robert Shapard y James Thomas les pidieron a varos escritores
explicando: Ato name anything is to claim a kind of power over it@ (256). Stuart Dybeck,
aludiendo a la naturaleza marginal de estos extraños textos que se ubican entre los intersticios de
los géneros literarios, dice lo siguiente: ATheir elusive quality is part of what makes them
attractive. If you can=t even name them, how can we be sure what they=re supposed to do?@
(241). Quizás Charles Johnson ofrece la mejor explicación de por qué estas pequeñas maravillas
evitan las etiquetas restrictivas de la crítica literaria: AOnly a fool would rigidly define the short-
short because, above all else, it must be an innovative, attention-grabbing exploration of that
perennial mystery that is the origin and end of expression itself: language@ (233). En todo caso,
los distintos comentarios de los autores señalan una característica básica del género: la libertad
de forma, expresión y función. Las siguientes observaciones de los editores de Sudden Fiction
captan, en parte, la esencia del cuento brevísimo, y describen precisamente los pequeños
rebeldes de Ana María Shua: ATheir fundamental quality, our American writers say, is life.
Highly compressed, highly charged, insidious, protean, sudden, alarming, these short-shorts
confer form on small corners of chaos, can do in a page what a novel does in two hundred. If
they can stop time and make it timeless, they are here for you, above all, as living voices@ (xvi).
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El cuento brevísimo presenta un desafío para el autor porque requiere exactitud, control,
virtuosidad y bastante valor. Si el cuento gana Apor knockout@ después de una serie de golpes,
como propone Cortázar en La casilla de Morelli (138), en la mini-ficción el knockout debe venir
de un puñetazo decisivo, como bien observa Irving Howe: AEverything depends on intensity, one
sweeping blow of perception. In the short short the writer gets no second chance@ (xi). Distinto
a la novela o al cuento, en el cuento brevísimo no hay tiempo para desarrollar el argumento, los
personajes o el tema; por lo tanto, estos textos breves presentan un desafío particular para el
lector que debe proporcionar el contexto, descifrar códigos textuales y, a veces, alterar su noción
de la realidad.
La extensión del cuento brevísimo ha sido un tema de debate entre los que cultivan y
estudian la forma. Algunos proponen una norma de 1500 a 2500 palabras, mientras que otros
creen que se puede tener tres o cuatro páginas (Howe x; Shapard xiv). En comparación con otros
micro-relatos, los short-shorts de Shua son escandalosamente breves, con un promedio de menos
mexicano de la forma, se refiere a Shua como una de los practicantes argentinos del género, y
ofrece una descripción de un mini-cuento bien logrado que caracteriza perfectamente los
brevísimos de ella: ALas más de las veces, lo que opera en las minificciones certeras o
A estas alturas es mejor dejar las teorías y especulaciones a los críticos y darles la palabra
a los textos de Casa de geishas. Efectivamente, son totalmente capaces de hablar por sí mismos
En 1984 publiqué La sueñera, mi primer libro de cuentos brevísimos. Ese libro tuvo
entusiasmo de esos lectores fue lo que me decidió a volver a intentar el género. No sin
pierde en espontaneidad), me decidí a escribir Casa de geishas, que doy a conocer con la
siguiente salvedad:
Segundas partes nunca fueron buenas. Se abalanzaban cruelmente sobre las primeras, desgarrándolas en
En su lucha tenaz por imponer su voluntad sobre su creadora, pareciera que los textos mismos
atrapándolos con diversos actos de seducción, como ella explica en su artículo, AUn menú de
cuentos brevísimos@3:
Hay libros que, una vez comenzados, no se pueden dejar de leer. Sólo en la última página están dispuestos
a soltar a su gozosa víctima. Con Casa de geishas, he querido disponer una trampa más sutil. Ni siquiera
los lectores más sensibles a su encanto querrían leer un libro de cuentos brevísimos todo de una vez. Pero
en cambio, si la trampa funciona, sentirán deseos de volver a sus páginas muchas veces. En cuanto hayan
sido atrapados en su red, les resultará difícil o acaso imposible volver a ser verdaderamente libres. (12)
Shua es amplio y se puede combinar en un número infinito de variaciones que satisfacerá a sus
clientes durante toda la vida. Como un viaje a la biblioteca, una visita a esta casa de geishas
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posibilidades,@ con un total de 215 cuentos brevísimos de una extensión entre un renglón y una
página. En la primera sección, cuyo título sirve para el libro entero, Shua emplea el humor, el
sarcasmo y la ironía para refutar los conceptos preconcebidos acerca de las que transforman el
arte de la fantasía erótica en un negocio lucrativo. Sus ingeniosas observaciones sobre la vida
del prostíbulo son recargadas de doble sentido y aluden a la segunda intención de estos
Arapiditos,@ es decir, relatos brevísimos que giran en torno al sexo y deseo, la de explorar los
conjunto provocador de fantasías eróticas que sigue, sirve como metáfora para el acto de escribir.
Ahora la madama busca a las mujeres que faltan y que ya no son cualquiera sino únicamente las que
encajan en los espacios que las otras delimitan, y a esta altura ya es posible distinguir qué tipo de burdel se
está gestando y hasta qué tipo de clientela podría atraer. Como un libro de cuentos o de poemas, a veces
Siguiendo esta analogía de la metaficción, podríamos decir que la clientela que atraen las geishas
abarca los diversos tipos de lectores que disfrutarán de los textos ofrecidos por la tentadora
Madame Shua. Antes de que entren en esta casa de placer y perversiones, a los clientes se les
deben advertir que hay que asumir ciertos riesgos, y naturalmente, hay que pagar los servicios
rendidos.
Los cincuenta textos que constituyen la primera sección del libro, describen a las geishas
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ninguno de los prostíbulos que se encuentran en la obra narrativa de autores como Mario Vargas
Llosa, José Donoso o Gabriel García Márquez. En su artículo, ANotes on the Presentation of
Sexuality in the Modern Spanish American Novel,@ Donald Shaw se refiere a la importancia del
burdel en las novelas de los autores del Boom, diciendo: Awe cannot ignore the way in which the
brothel recurs as one of the major symbols of the human condition in Spanish America@ (280).
Aunque las geishas de Shua no se parecen a las prostitutas de los autores del llamado ABoom,@
sus historias revelan ciertos aspectos de la naturaleza humana y del proceso creativo en sí. El
narrador da pistas que incitan al lector a correlacionar las descripciones del prostibulo y de la
gente que trabaja en él con el acto de escribir. Por ejemplo, el texto AImitación@ nos recuerda de
aquellas obras literarias que sufren de Aansiedad de influencia@ o Aanxiety of influence,@ para
utilizar las palabras de Harold Bloom. Mientras que la intertexualidad y la parodia requieren un
cierto grado de repetición para transformar las formas existentes en algo nuevo, a veces la
estrategia fracasa, resultando en una exageración absurda del exitoso modelo original, como
Burdel de pueblo que imita famoso burdel de la capital que imita burdeles de Nueva Orleáns que imitan la
idea que los americanos tienen de los burdeles de París. Burdel de pueblo, copia lejana: balcones de
Tal como los historiadores literarios señalan las características de la novela romántica
convencional del siglo diecinueve, el texto ATradición,@ nos informa que un burdel bien
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Un digno burdel europeo del siglo XIX debía tener una gorda, una flaca, una judía, una negra. La judía
En ASimulacro@ el narrador implica que las cosas no son siempre lo que aparentan ser en
la ACasa de geishas@: AClaro que no es una verdadera Casa y las geishas no son exactamente
japonesas@ (10). Las prostitutas de esta casa de geishas no son necesariamente mujeres ni
transvestistas, como tampoco humanos en algunos casos. Los clientes son atendidos por una
diversa compañía de tentadoras que tienen nombres como Márgara, Vanessa, Catalina y Rosaura,
o que son conocidas como La Flaca, La Gorda, La Más Rubia, La Seis Dedos, La Que Mira, y la
Ninguna tiene tanto éxito como La Que No Está. Aunque todavía es joven, muchos años de práctica
consciente la han perfeccionado en el sutilísimo arte de la ausencia. Los que preguntan por ella terminan
por conformarse con otra cualquiera, a la que toman distraídos, tratando de imaginar que tienen entre sus
alguien, alguna vez, saciara algún deseo@ (49). Entonces se presentan las que no son humanas, o
que solamente lo son en algunos aspectos. Por ejemplo, el relato AParcializar@ explica que para
los clientes que tienen una preferencia por ciertas partes de la anatomía femenina, les esperan:
Asólo nalgas, sin cuerpo que las sustente ni mujer a la que pertenezcan, solitarias y bellas sobre la
cama@ (17). Y la lista sigue mientras que la madama trata de satisfacer los deseos de cada uno de
sus clientes. Hay sapos para princesas muy lectoras, jirafas para vampiros bestialistas y, para los
clientes más sofisticados que estén dispuestos a pagar el precio, Ala madama está en condiciones
asegurarse que predomine el orden en su reino aparentemente caótico. Por ejemplo, hay un
portero que impone las reglas de la Casa, una entrenadora de gimnasia que mantiene a las
geishas en forma, como también personal de maestranza que Asepara con cuidado las fantasías
cumplidas y barre rapidito los deseos frustrados@ (52). Los clientes que frecuentan este lugar son
de carácter tan diverso como las que los atiendan, e incluyen, entre otros, a masoquistas y
como Alos perversos polimorfos.@ El texto AClasificación@ nos cuenta como se categorizan a los
clientes Apor lo que piden, por la ropa que usan o por la forma de mover las orejas@ (32).
Encontrar la etiqueta apropiada para cada cliente, cuyos gustos y preferencias individuales varían
mucho, es una tarea tan confusa y difícil como la de categorizar una obra literaria. Shua misma
ha caído víctima de los críticos que han tratado en vano de definir su obra. En una entrevista, la
autora ofrece las siguientes opiniones acerca de la clasificación: AMe ubiqué en tantos casilleros
que terminé por escapar de las clasificaciones, que creo es lo mejor que a uno le puede pasar@
(Domínguez 6).
compartidos por sus clientes, combinándolos en maneras ingeniosas para satisfacer los deseos
A los mirones se les hace creer que miran sin ser vistos. Se les dice que la pared transparente junto a la que
se ubican simula ser, del otro lado, un espejo. En realidad, sólo un vidrio corriente los separa de los felices
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Como los mirones que disfrutan del acto de striptease desde detrás de la seguridad del
vidrio, los lectores se transforman en voyeurs que participan vicariamente en las fantasías
eróticas de la Casa. Aunque podemos creer que somos los que observan y se ríen de los demás,
el vidrio es, en efecto, un espejo que refleja nuestros temores y deseos, como también nuestros
defectos y virtudes. Podemos reírnos de estos Atextículos@ tan divertidos, con sus desenlaces
inesperados e invertidos, pero nos quedamos con una preocupación inquieta de que la broma es a
nuestras expensas.
que se originan en el bestiario medieval, los mitos y obras clásicos, los cuentos de hadas y el
folklore judío.4 Según Enrique Anderson Imbert, las raíces del cuento brevísimo se encuentran
en los relatos más antiguos de la tradición oral: los mitos, las fábulas y las parábolas de las
civilizaciones clásicas griegas, romanas y orientales (3-4). Una afinidad natural existe entre el
cuento brevísimo y los eternos relatos que tratan de explicar la naturaleza del mundo y de sus
habitantes con una economía de expresión, un ritmo interno y una repetición de elementos que
deleitan a los que escuchan. No es ninguna coincidencia que los mitos y fábulas sirven como
materia prima para los escritores contemporáneos de los cuentos brevísimos. En su reseña de
Casa de geishas, Rodolfo Fogwill revela la clave para el éxito de los brevísimos: AUna de las
reglas secretas del género es la proscripción de todo guiño a la contemporaneidad de los lectores:
las piezas parecen más eficaces cuanto mejor simulan haber sido creadas desde la eternidad del
sueño y de sus realizaciones universales: la religión, el mito y los acervos literarios que
A través de los veintinueve textos de la sección AVersiones,@ Shua juega con personajes
sus historias en nuevas versiones que ofrecen múltiples lecturas de los textos canónicos
originales. Al usar material reconocible, la autora puede reducir al mínimo, o eliminar por
desarrollo de los personajes, dejándole al lector llenar los agujeros con las piezas ausentes del
original y reconstruir el significado del nuevo texto. Como Charles Baxter, el escritor
norteamericano del género observa en Sudden Fiction, en el cuento brevísimo sólo hay lugar
In the abruptly short-short story, familiar material takes the place of detail. Oh yes, the reader says: . . .
We=ve seen that before. We know where we are. Don=t give us details; we don=t need them. What we need
is surprise, a quick turning of the wrist toward texture, or wisdom, something suddenly broken or quickly
repaired. Yes, we know these people. Now just tell us what they do. (229)
En muchos casos, el narrador del cuento brevísimo emplea la parodia como herramienta
para dar nueva forma a los antiquísimos relatos, resultando en un palimpsesto con una
sido criticada por los que la perciben como caníbal y parásita, algunos críticos, como Linda
posmoderna, han mostrado que los textos paródicos son creativos y tienen la capacidad de
resucitar viejos relatos gastados (Theory 115; Metafiction 64-65). Según Elzbieta Sklodowska,
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Se han utilizado los cuentos de hadas como armazón en las obras de muchos escritores
como una estrategia narrativa para liberar la figura femenina de los estereotipos tradicionales,
como, por ejemplo, la débil doncella en peligro. Hutcheon señala que la parodia intertextual
incorpora los clásicos canónicos como manera de formular de nuevo las culturas dominantes
(Poetics 130). Por ejemplo, Rosario Ferré propone una revisión crítica de la historia de la Bella
Durmiente en su novela del mismo título, utilizando la parodia como arma eficaz para presentar
una versión no lograda del bildungsroman femenino. Otras escritoras que han explorado las
posibilidades estéticas de los cuentos para niños son Marosa di Giorgio, María Luisa Bombal y
Luisa Valenzuela.5
Al superimponer un texto sobre otro para producir nuevas versiones de relatos clásicos,
Shua sigue los pasos de tales maestros del cuento brevísimo como Borges, Bioy Casares,
Arreola, y particularmente Denevi con sus Falsificaciones. Como en los textos de la primera
sección de Casa de geishas, Shua emplea la ironía y el humor en sus AVersiones@ para
aprovecharse del contenido erótico de las historias familiares, y para cuestionar la validez del
de los textos originales. La segunda sección de la colección se abre con cinco versiones de la
historia de la doncella y el unicornio. Los que conocen esta historia del bestiario medieval saben
que el aspecto sobresaliente de esa criatura mítica es su cuerno fálico, mientras que la posesión
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Hay quienes suponen agotado el tema del unicornio y la doncella por extinción de ambas especies. Sin
embargo el diario de hoy publica la fotografía de un caballo con un manchón sanguinolento sobre la frente.
El animal asegura haber sido, hasta pocas horas antes de la toma, una auténtica doncella. (61)
Si una princesa besa a un sapo y el sapo no se transforma en príncipe, no nos apresuremos a descartar al
sapo. Los príncipes encantados son raros, pero tampoco abundan las auténticas princesas. (87)
Al decir Aauténticas princesas,@ Shua alude a la posibilidad de que no todas las princesas llevan
transformación sufre su propia metamorfosis cuando la princesa besa al sapo que se convierte en
príncipe; entonces besa al príncipe que aguanta una serie de cambios antes de convertirse en un
objeto de placer narcisista: Ase vuelve espejo y es inútil y hasta peligroso que la princesa siga
insistiendo en besar su propia imagen pero lo hace, de todos modos, complacida@ (89).
En su estudio The Uses of Enchantment, Bruno Bettelheim examina los arquetipos de los
cuentos de hadas, y observa que tales figuras como la doncella en peligro, el caballero andante y
el dragón amenazador no son personajes ambivalentes, sino ejemplos de lo bueno contra lo malo,
y lo bello versus lo feo (9). Shua borra la línea entre estos extremos, invirtiendo los papeles que
esperamos de tales figuras. Cuando le pidieron a la autora en una entrevista que comentara sobre
presentada por los escritores varones, ella respondíó: ANuestras princesas, decididamente, cagan@
(ALas plumas de las mujeres@ 5). De la misma manera que se bajan las princesas de sus
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pedestales, los héroes también se corrompen en las Aversiones@ de Shua. Un caso pertinente es
AEl héroe a tiempo,@ que relata la historia conocida de un monstruo que ejerce dominio sobre un
reino, exigiéndole sus doncellas como tributo. Como es de esperar, llega el héroe para rescatar a
las jóvenes del voraz apetito del monstruo; sin embargo, esta historia termina con una inversión
irónica:
Un monstruo desalmado exige al reino el tributo de sus doncellas, a las que devora. Su apetito de mujeres
es cada vez mayor. Ahora se las come sin constatar su doncellez. Se le imponen al pueblo más sacrificios.
El héroe llega a tiempo, corta las tres cabezas de la serpiente y salva a las víctimas. Después, con
periódica puntualidad, exige su premio. Se aguarda con esperanza el pronto arribo de otro héroe. (86)
Según Bettelheim, los cuentos de hadas se presentan de manera directa sin requerir
mucho de sus lectores: AFar from making demands, the fairy tale reassures, gives hope for the
future, and holds out the promise of a happy ending@ (26). En ALos enanos son mineros,@ la
versión de Shua, o mejor dicho, la inversión de la historia de ABlancanieves y los siete enanos,@
en su casita del bosque. El espejo mágico le informa a Blancanieves, ahora una mujer de cierta
edad, que hay otras más hermosas: A(El espejo es malvado pero no miente)@ (80). Mientras tanto,
los enanos se han separado y mandan tarjetas postales desde tierras lejanas, y el príncipe
recuerda a su primera esposa y se pregunta: Acómo habría sido su vida si no se hubiera separado
de Cenicienta@ (80). En sus Afractured fairytales,@6 Shua contradice los componentes básicos del
argumento romántico tradicional, como el desenlace feliz, y utiliza una estrategia narrativa que
Rachel DuPlessis considera Awriting beyond the ending.@ Aunque DuPlessis se enfoca en las
novelas de escritoras del siglo veinte, sus observaciones se aplican también a los cuentos
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brevísimos de Shua: AWriting beyond the ending means the transgressive invention of narrative
strategies, strategies that express critical dissent from dominant narrative@ (5).
Aunque Shua no es la primera autora que ha destruído el perfecto desenlace feliz de los
cuentos de hadas, tal vez es la primera que lo ha hecho con tanto humor y tanta velocidad. Sus
brevísimos logran en un espacio compacto lo que requiere cientas de páginas en una novela. Por
sale precipitadamente del palacio a la medianoche. Esta Cenicienta está tan bien informada de
su propia historia como el lector y, por lo tanto, pasa una noche en duermevela esperando la
llegada de los enviados reales a la mañana. No obstante, no habrá ningún desenlace feliz para
ella porque el príncipe nunca aparece en el umbral de su casa, optando por guardar el zapatito
para su colección privada, como nos informan las últimas palabras del texto: A(Príncipe
también. Patricia Waugh define la metaficción como Awriting which consistently displays its
conventionality, which explicitly and overtly lays bare its condition of artifice, and which
thereby explores the problematic relationship between life and literature@ (4). Todas estas
características se ven reflejadas en ACenicienta III@. Insatisfechas con el papel que desempeñan
en el relato clásico, las hermanastras malvadas toman medidas drásticas para redactar de nuevo
Advertidas por sus lecturas, las hermanastras de Cenicienta logran modificar, mediante costosas
intervenciones, el tamaño de sus pies, mucho antes de asistir al famoso baile. Habiendo tres mujeres a las
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que calza perfectamente el zapatito de cristal, el príncipe opta por desposar a la que ofrece más dote. La
nueva princesa contrata escribas que consignan la historia de acuerdo con su dictado. (76)
En ésta y otras versiones de los cuentos de hadas, los personajes transgreden el límite de la
ficción al meterse dentro de la historia, cambiando así el argumento convencional para crear una
A través de este instrumento rudimentario, descubierto casi por azar, es posible entrever ciertas escenas del
futuro, como quien espía por una cerradura. La simplicidad del equipo y ciertos indicios históricos nos
permiten suponer que no hemos sido los primeros en hacer este hallazgo. Así podría haber conocido
Cervantes, antes de componer su Quijote, la obra completa de nuestro contemporáneo Pierre Menard. (78)
parodia y la intertextualidad, observando que estos recursos le permiten al autor rendir homenaje
al pasado a la vez que lo cuestiona, abriendo el texto a múltiples interpretaciones (Poetics 126-
127). En AMáquina del tiempo@ Shua rinde tributo a dos maestros del arte de la parodia, Borges
y Cervantes, cuando concluye: AAsí podriá haber conocido Cervantes, antes de componer su
Quijote, la obra completa de nuestro contemporáneo Pierre Menard@ (78). Las palabras finales
del texto plantean dudas acerca del origen de Don Quijote de la Mancha al sugerir que tal vez un
viaje al futuro en una máquina del tiempo le permitiera a Cervantes escribir su obra maestra.
intertextualidad y el humor irónico para hacer comentarios sobre una variedad de asuntos,
abarcando las costumbres, las obsesiones y los vicios de la sociedad contemporánea, como
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también los problemas del acto de escribir. Esta es la sección más larga del libro, ya que
consiste en 136 textos que tratan diversos temas como El Cielo y El Infierno, los sueños y el
insomnio, los fantasmas y los espíritus, la infancia y la vejez, y otros asuntos de la vida y la
muerte. Cualquier cosa llega a ser caza legal en estos textos que, como un acto de circo, captan
el interés y la imaginación del público por el toque rápido de lo inesperado, el humor absurdo y,
en las palabras de Eduardo Gudiño Kieffer, Aesos aires surrealistas a veces perversos, a veces
bienhechores, siempre renovadores@ (n. pag.). Los textos de AOtras posibilidades@ revelan
verdades sobre la vida de sus personajes: madres e hijas, magos y reyes, sultanes y zares,
caníbales y exploradores, ángeles y demonios, y aún el Papa mismo, mientras que una variedad
De interés particular para este estudio son los textos metaficcionales que sitúan al autor y
el lenguaje en el centro del conflicto, recordándole al lector que el proceso creativo es el hilo
conductor que une los textos de la colección. En AHuyamos,@el texto más breve del libro, la
autora reduce la herramienta del escritor, la palabra, a su elemento básico, la letra. En este texto
las letras se unen con solidaridad contra un enemigo que las borraría de la página; sin embargo,
la llamada a rebato viene demasiado tarde para dos vocales desafortunadas: A(Huyamos, los
cazadores de letras est=n aqu=!@ [sic] (114). En ACuatro paredes@ el papel en el cual el autor
escritor preso, dejándole al lector a especular qué es la realidad, el mundo creado en la página o
Siempre encerrada entre estas cuatro paredes, inventándome mundos para no pensar en la rutina, en esta
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Shua se burla del concepto del género literario en un texto con el título irónico de
ARespeto por los géneros.@ En este brevísimo el narrador cuenta la historia de un hombre que se
despierta al lado de una mujer a quien no reconoce. Se explica su dilema según los principios
del género dentro del cual se narra su situación. Por ejemplo, si la pareja fuera personajes de una
historia policial, el lector podría echarle la culpa a las drogas o al alcohol, mientras que si
estuvieran en una historia de ciencia ficción, tal vez sea el caso de un universo paralelo. Después
de postularse una serie de posibilidades, el protagonista se preocupa de que un destino peor que
la muerte le espera: ALos editores son cada vez más exigentes y el hombre sabe, con cierta
Otros dos textos unen la metáfora de la escritura con las tribulaciones de un naufragio.
En ARobinson desafortunada@ Shua alude al Robinsón Crusoe de Daniel Defoe cuando le permite
a su protagonista contar su triste historia. El náufrago camina por la playa, buscando en la arena
cualquier objeto que le ayude a construir una novela; sin embargo, lo que encuentra es de poca
utilidad:
Corro hacia la playa. Si las olas hubieran dejado sobre la arena un pequeño barril de pólvora, aunque
estuviese mojada, una navaja, algunos clavos, incluso una colección de pipas o unas simples tablas de
madera, yo podría utilzar esos objetos para construir una novela. Qué hacer en cambio con estos párrafos
mojados, con estas metáforas cubiertas de lapas y mejillones, con estos restos de otro triste naufragio
literario. (200)
hacia los botes en anticipación de un posible naufragio. A estas alturas el lector piensa que el
barco se hundirá, pero como explica la autora-narradora, este cuento no sigue las normas
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literarias:
De acuerdo con las convenciones de la ficción breve, se espera que el simulacro convoque a lo real: ahora
es cuando el barco debería naufragar. Sin embargo, sucede lo contrario. El simulacro lo invade todo, se
apodera de las acciones, de los deseos, de las caras de la tripulación y del pasaje. El barco entero es ahora
En este texto nada es cómo aparenta ser ni lo que uno espera. El viaje fatal de un barco espectral
en un mar imaginario es narrado por una escritora fantasma que finge la escritura del pasaje.
En esta edad de la velocidad en que cada segundo cuenta, el brevísimo ejerce cierta
atracción sobre el lector que tiene poco tiempo que perder. Aún los antiguos griegos
inventor de la escritura es Mercurio, la ágil deidad de pies alados (AQuickness@ 51-52). En sus
esfuerzos por explicar por qué el cuento es breve y el relato de mini-ficción más breve aún, el
escritor norteamericano Alvin Greenberg llega a la siguiente conclusión profunda: ABrevity is the
face of mortality@ (Shapard 230). De hecho, cuando se acerca el final, el lector no tiene tiempo
para leer Terra Nostra, pero quizás le quede un minuto para leer un cuento brevísimo más antes
de que se le acabe el reloj de arena. De la misma manera, quizás haya espacio para uno más de
los rebeldes mínimos de Ana María Shua antes de que este artículo llegue a su conclusión final.
En AOtras posibilidades@ se encuentra uno de los textos más breves de Casa de geishas, titulado
AEspíritu@:
En estas humildes palabras está encerrado todo el espíritu de su autora: ASocorro, socorro, sáquenme de
aquí@. (116)
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El Cuento en Red R. Buchanan
Nº2: Otoño, 2000 El género rebelde...
Con semejantes obras maestras diminutas, Ana María Shua logra el objetivo de armar una
trampa sutil para sus lectores, incitándolos a volver a las páginas de Casa de geishas repetidas
[cerrar]
Notas
1
Véase: Rhonda Dahl Buchanan, ALiterature=s Rebellious Genre: The Short Short Story
in Ana María Shua=s Casa de geishas.@ Revista Interamericana de Bibliografía 46.1-4 (1996):
179-192, para consultar otra versión de este artículo, y en el mismo volumen, otros ensayos
sobre el cuento brevísimo y también una antología de cuentos breves, incluso unos de Ana María
Shua. Quisiera agradecerles a los editores de ese volumen especial dedicado al cuento breve su
permiso para publicar esta nueva versión del artículo original en castellano.
2
Para otros estudios sobre las características del cuento brevísimo, véase: Juan-Armando
(mayo/junio 1988): 31-33; Irving Howe y Ilana Howe, eds., Short Shorts: An Anthology of the
Shortest Stories (New York: Bantom, 1983); Antonio Planells, ABosquejo dialéctico de la
Fiction: American Short-Short Stories (Salt Lake City: Peregrine Smith Books, 1986).
3
Otra versión de esta cita aparece en la contratapa de Casa de geishas.
4
La herencia judía ha dejado una huella indeleble en la obra de Shua, por ejemplo,
21
R. Buchanan El Cuento en Red
El género rebelde... Nº2: Otoño, 2000
Cuentos judíos con fantasmas y demonios (Buenos Aires: Shalom, 1994) refleja el interés de la
autora en las leyendas judías, mientras que el libro de humor El pueblo de los tontos: Humor
tradcional judío (Buenos Aires: Alfaguara, 1995) presenta nuevas versiones de chistes
tradicionales sobre los judíos tontos del pueblo de Jelem. Su libro de recetas y humor Risas y
emociones de la cocina judía (Buenos Aires: Shalom, 1994) atrae al lector con sus recetas
libro de humor Sabiduría popular judía (Buenos Aires: Ameghino, 1997) Shua recopila textos
sagrados y dichos populares sobre diversos temas de la humanidad como la pobreza y la riqueza,
Revisions of Fairy Tale Discourse in the Narrative of María Luisa Bombal and Dulce María
Loynaz.@ Feminist Readings on Spanish and Latin-American Literature, eds. L.P. Condé y S. M.
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Obras citadas
Anderson-Imbert, Enrique. ALa entrevista de Puro Cuento: >El cuento no se hace solamente con
Bettelheim, Bruno. The Uses of Enchantment: The Meaning and Importance of Fairy Tales.
Calvino, Italo. Six Memos for the Next Millennium. Cambridge: Harvard UP, 1988.
Domínguez, Nora. ABarrio Norte, primavera de 1994: Ana María Shua.@ The Buenos Aires
DuPlessis, Rachel Blau. Writing Beyond the Ending: Narrative Strategies of Twentieth-Century
Fernández de Tujague, Silvia. AEl recuerdo es dudoso.@ La Capital [Rosario] 20 nov. 1994, sec.
Fogwill, Rodolfo. ALos cuentos breves y extraordinarios de Ana María Shua: Cincuenta visiones
del prostíbulo.@ Clarín [Buenos Aires] 20 mayo 1993, sec. Cultura y Nación: 10.
23
R. Buchanan El Cuento en Red
El género rebelde... Nº2: Otoño, 2000
Gudiño Kieffer, Eduardo. AAire surrealista.@ Reseña de Casa de geishas, por Ana María Shua.
Howe, Irving, y Ilana Wiener Howe, eds. Short Shorts: An Anthology of the Shortest Stories.
Routledge, 1990.
C. A Theory of Parody: The Teachings of Twentieth-Century Art Forms. New York: Methuen,
1985.
ALas plumas de las mujeres: Escribir en femenino.@ Tiempo Argentino 7 set. 1986, sec.
Cultura:5.
Reseña de El sol y yo, por Ana María Schoua. Revista del Automóvil Club Argentino abril 1968:
n. pag.
Shapard, Robert, y James Thomas, eds. Sudden Fiction: American Short-Short Stories. Salt
Shua, Ana María. Los amores de Laurita. Buenos Aires: Sudamericana, 1984.
C. AUn menú de cuentos brevísimos.@ Clarín 3 dic. 1992, sec. Cultura y Nación: 12.
Benjamins, 1991.
Valadés, Edmundo. ARonda por el cuento brevísimo.@ Puro Cuento 21 (1990): 28-30.
Waugh, Patricia. Metafiction: The Theory and Practice of Self-Conscious Fiction. London:
Routledge, 1985.
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