Beruflich Dokumente
Kultur Dokumente
Es "sacramento" en el sentido del signo, señal, realidad que apunta y revela otra
realidad, invisible y oculta. Por ello es también "misterio".
Como sacramento, la iglesia es un signo eficaz de la gracia: actúa, produce, realiza, hace
efectiva la salvación, la liberación del hombre respecto a sus cadenas. Lo que retiene al
hombre encadenado es, desde la perspectiva de la fe, el "pecado". "El salario del pecado
es la muerte" (Rm 6, 23); por el contrario, "el don de Dios es la vida eterna en nuestro
Señor Jesucristo" (ibid).
1. Comunidad y participación
Desde esta perspectiva se dan dos modelos de iglesia. El primero está orientado en
forma jerárquica, piramidal; funciona de arriba abajo, es clerical, se apoya en la
autoridad jerárquica como sede del poder sacramental. El Código de Derecho Canónico
de 1917 es expresión patente de este primer modelo, que aún continúa ejerciendo su
influencia, si bien ya algo debilitada, en el de 1981.
2. Inserción en el mundo
Si pasamos al otro modelo, nos encontramos con una iglesia vivida como fermento
profético en medio de la sociedad. Partiendo del evangelio (aspecto profético), esta
iglesia realiza en la sociedad (aspecto social) una función de diferenciación (aspecto
crítico) que subvierte radicalmente todo lo que en el mundo se contrapone al plan de la
ALOISIO LORSCHEIDER
creación y la salvación divinas. Así, "lo que el alma es para el cuerpo, son los cristianos
para el mundo" (Carta a Diogneto).
3. La misión de la iglesia
De acuerdo con esta dimensión se nos presenta, por un lado, la iglesia como "misterio
de salvación" y, por otro, la iglesia como "misterio jerárquico de salvación". Misterio
significa aquí fuerza oculta que actúa eficazmente. La iglesia es, de acuerdo con ello, un
elemento vivificador, vida renovadora que se expande cada vez más, apuntando como
meta a la total realización del reino de Dios entre los hombres. Ella es signo, principio,
semilla e instrumento de ese reino de Dios. La vida divina presente y activa en el mundo
es agape, caritas, amor de las tres personas divinas, Padre, Hijo y Espíritu, comunidad
trinitaria que es modelo de la humana. El reino de Dios se realiza allí donde la gracia
divina actúa y su amor vence al pecado ayudando al hombre a crecer en la gran
comunidad eclesial, en la vida que se nos ha ofrecido en Jesucristo. Pero dios puede
también actuar fuera del ámbito estricto de la iglesia visible (LG 8), en el corazón de
todos los hombres (Puebla, 226-228).
Tras esta presentación de modelos e imágenes de iglesia nos preguntamos: ¿qué iglesia
queremos? Ya en Puebla (n.º 1302-1305) obtuvimos una respuesta, que ahora se
profundiza a través de la viva acción del Espíritu Santo en las iglesias del este de
nuestro continente. Soñamos con una iglesia que escucha y realiza efectivamente la
palabra de Dios y la kénosis salvadora de Jesucristo (Flp 2, 5-9), que testifica, anuncia y
celebra la vida de Dios encarnada para la transformación del mundo, de modo que los
corazones y las estructuras se conviertan, y se realice el compromiso de todos los
ALOISIO LORSCHEIDER
cristianos en una acción transformadora del mundo que sea anuncio, anticipación y
sacramento del definitivo reino de Dios: sacramento de participación en el Espíritu del
siervo de Yahvé, sacramento de liberación en fidelidad total a Cristo y a los hombres en
el Espíritu. Sólo así será sacramento universal de salvación (LG 48, GS 45).
"¿Eres tú el que había de venir, o hemos de esperar a otro?". Jesús responde: "Id y
contad a Juan lo que veis y oís: los ciegos ven, los cojos andan..." (Mt 11, 3-6). Como
Jesús, también la iglesia ha de realizar signos que den credibilidad a su misión. "A los
que creen se les dará poder de expulsar demonios, hablar lenguas nuevas, curar
enfermos..." (Mc 16, 17-18). "En eso reconocerán que sois mis discípulos: en que os
amáis unos a otros" (Jn 13,35).