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Juan Pablo Navarro Sexteto: Tangos de la Posverdad

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Discos / DVD's21 de septiembre de 2018

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Tacleatta Nro 1, Vuelo truncatus
orbem, Cínico, Y así fue (F.D.E.),
Volver, Que lo parió, Perú y
Belgrano (MDQ), No soy un extraño,
Kleiniana, Canope

Músicos:

Juan Pablo Navarro: contrabajo

Nicolás Enrich: bandoneón

Bruno Cavallaro: violín

Esteban Falabella: guitarra


eléctrica

Sebastián Tozzola: clarinete bajo,


clarinete

Emiliano Greco: piano

Músicos invitados:

Sergio Verdinelli: batería

Santiago Segret: voces

Sello y año: Club del Disco, 2018

Calificación: A la marosca

En los últimos años asomó con inusitada potencia el vocablo “posverdad”, ingresado
al diccionario de la Real Academia Española a fines de 2017 luego de que el
Diccionario Oxford distinguió en 2016 a “post-truth” como la palabra del año (¡!). De
acuerdo a la RAE, la posverdad es una “distorsión deliberada de la realidad, que
manipula creencias y emociones con el fin de influir en la opinión pública y en
actitudes sociales”. El director de la institución mencionada, Darío Villanueva, se
refirió a la posverdad como “esas aseveraciones que dejan de basarse en hechos
objetivos, para apelar a las emociones, creencias o deseos del público”. El filósofo
británico A.C. Grayling, por su parte, sostuvo que “Todo el fenómeno de la
posverdad es: ‘Mi opinión vale más que los hechos’ (…) Estamos frente a una cultura
donde unos reclamos en Twitter tienen el mismo peso que una biblioteca llena de
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investigaciones. Todo es relativo. Se inventan historias todo el tiempo”.

“La hora de la mentira programada”, la define el psicólogo y escritor Enrique


Carpintero. Es decir: la posverdad es una mentira que adquiere un protagonismo
inusitado en la política actual (y en el periodismo) donde importa mucho más lo que
la sociedad necesita o prefiere creer que la realidad. La mentira en primera plana y
la desmentida al pie de una página 26. Hay por supuesto actores principales, de
reparto y un público no tan involucrado con la verdad como debería. Con la
posverdad la política y los políticos recurren a los medios periodísticos para que la
mentira se sostenga el tiempo necesario hasta alcanzar el objetivo de mínima.
Luego poco importará lo que se diga o se descubra. Ya será tarde para lamentarlo y
el “periodismo de guerra” habrá contribuido proverbialmente a la causa dejando de
lado todo tipo de pruritos y, si es necesario, mandando a la ética al descenso.

Pero no puede soslayarse el grado de complicidad existente en gran parte de la


sociedad. Complicidad que no sólo permite que las mentiras se instalen sino que
además las alimentan, las amplifican, las difunden, necesitando creer (vaya usted a
saber por qué) en esas historias inventadas con premeditación y alevosía que
parecen formar parte de un mundo tan mitómano como injusto y peligroso.

El contrabajista, compositor y docente Juan Pablo Navarro se mete de lleno en el


tema en su último registro discográfico que lleva por título, justamente, Tangos de la
Posverdad, definiéndolo además como “el espejo musical de la cruda realidad. En
esta época de mentiras que son verdades y verdades que son mentiras el arte todo
lo capta: este álbum es una búsqueda por reflejar el cinismo, la hipocresía y la
cobardía de nuestra época, pero también la esperanza de que la solidaridad vuelva a
nuestras vidas”.

Juan Pablo Navarro nació en Avellaneda (provincia de Buenos Aires) en 1971 y se


ha convertido en una de las figuras referenciales de la música ciudadana. Egresado
del Conservatorio Luis Gianneo de Mar del Plata como Profesor de Contrabajo y
Dirección Musical, obtuvo una beca de la Fundación Antorchas que le permitió
realizar una Performance Residency en la Carnegie Mellon University de
Pennsylvania, actuando como solista junto al Carnegie Mellon Contemporary
Ensemble, la Orquesta Sinfónica de Mar del Plata, la Orquesta del Tango de la
Ciudad de Buenos Aires, etc.

Su frondoso y envidiable currículum indica que ha colaborado con artistas de


singular prestigio como Horacio Salgán, Leopoldo Federico, Ubaldo De Lío, Julio
Pane, Chango Spasiuk, Joe Lovano, Richard Galliano, Susana Rinaldi, Amelita
Baltar, Gustavo Beytelmann, Raúl Lavié, José Ángel Trelles, Pablo Agri, Carlos
Corrales, Nicolás Guerschberg, Guillermo Fernández, Niní Flores, Pablo Agri,
Vinicius Dorin, Los Hermanos Núñez, Walter Ríos, Quinteto Fundación Ástor
Piazzolla y un extenso etcétera. Su labor docente lo llevó a dictar Masterclasses y
Workshops en Francia, Brasil, Estados Unidos, Holanda, Suiza, etc. Y fue, además,
uno de los fundadores del proyecto Tangocontempo.

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Debutó discográficamente como líder en 2011 con Contratangos, al que le sucedió
en 2016 PA El Agus y El Uli (en esta ocasión al frente de la Orquesta Típica Juan
Pablo Navarro). Actualmente forma parte del mítico Quinteto Real y de sendas
agrupaciones lideradas por el bandoneonista Néstor Marconi y el pianista Diego
Schissi.

Pero su principal corpus de trabajo en la actualidad es el Juan Pablo Navarro


Sexteto con el que ha registrado -en diciembre de 2017- su tercer opus, el ya
mencionado Tangos de la Posverdad.

Una de las principales características del contrabajista argentino es tener,


respetando ciertos patrones característicos del tango, una visión moderna que le
permite incorporar composiciones ajenas provenientes de otros estilos y, con muy
interesantes arreglos, hacerlas propias demostrando una versatilidad poco
frecuente. Versatilidad que lo ha llevado a que cada uno de sus discos ofrezca una
propuesta diferente y, en todos los casos, innovadora y atrapante: su álbum debut
fue de dúos; el segundo, con su Orquesta Típica y vuelve a cambiar en esta entrega
con un sexteto instrumental (contrabajo, bandoneón, violín, guitarra eléctrica,
clarinete y piano) que por momentos (agregando batería) se transforma en septeto.

No vamos a explayarnos aquí sobre el compromiso de Navarro en las redes


sociales a favor de (resumiendo y mucho) las políticas inclusivas. Pero sirve la
mención para entender el por qué del título del álbum, el por qué de los dibujos que
ilustran el booklet del CD realizados por Pedro Strukelj (en rojo y negro, no sé si me
explico), el por qué de la inclusión de un texto del mencionado Enrique Carpintero
(previamente aparecido en el diario Página/12) y el por qué de la lucha, la densidad,
la melancolía, el dolor, la denuncia, el compromiso y la esperanza que sobrevuelan
por sobre estos Tangos de la Posverdad.

Las bondades de Juan Pablo Navarro quedan claramente expuestas tanto en


Tacleatta Nro 1 como en Vuelo truncatus orbem. Vigorosa y compleja la primera
donde el protagonismo lo asume el grupo en su totalidad; reflexiva e intimista la
segunda donde vuelve a sobresalir el sexteto en su conjunto gracias a los arreglos
de un líder que sabe cómo repartir el juego democráticamente.

La extraordinaria Cínico cuenta con las (fantásticas) voces sobregrabadas de


Sebastián Segret que funcionan como un coro de ángeles acusatorios. Otro aporte
singular (como era de esperar) es el de Sergio Verdinelli en batería en una obra
magistralmente compuesta y arreglada. Intrincada, compleja, liberadora, la base
rítmica como rampa de lanzamiento, con el bandoneón y el clarinete como motores y
exquisitos aportes de Bruno Cavallaro en violín y Emiliano Greco en (minimalista)
piano, Cínico es uno de los puntos altos de un álbum que, ya puede decirse, es
magnífico.

Y así fue (F.D.E.) cuenta con una impecable introducción de Nicolás Enrich en
bandoneón que da pie a un exquisito pasaje en soledad de Emiliano Greco en
piano. La aparición del violín de Bruno Cavallaro afianza el espíritu melancólico,
tenso, reflexivo, poético que impera hasta el final.
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Uno de los clásicos inoxidables del tango es Volver, composición de Gardel y Le
Pera de 1934. Navarro realiza una soberbia versión instrumental que sirve como
ejemplo ideal de la propuesta pergeñada en Tangos de la Posverdad, partiendo de
un tema emblemático para reinventarlo con un arreglo formidable, exquisito,
imaginativo, sin afectar su esencia. Navarro se nutre del pasado, de la tradición,
para entregar una creación nueva, moderna, magnética.

La intrincada Que lo parió, con el particular destaque de Falabella en guitarra


eléctrica y momentos de alto vuelo interpretativo, precede a Perú y Belgrano (MDQ)
con una deslumbrante y extensa introducción a cargo de Sebastián Tozzola al que
luego se le suma el bandoneón de Nicolás Enrich para una entrega a dúo
conmovedora.

El segundo clásico revisitado proviene del rock argentino: No soy un extraño (Charly
García, álbum Clics Modernos, año 1983). Otra gema que confirma las aptitudes de
Navarro como líder de banda y arreglista, proveyéndola de un intenso dramatismo.
Kleiniana (dedicada al influyente pianista, compositor y arreglador Guillermo Klein),
con introducción de Greco en piano y el sexteto devenido en septeto una vez más
con la presencia de Sergio Verdinelli en batería, seduce con su formato de suite
con micro segmentos de humores diversos y perfectamente ensamblados. En tanto
que el final es con el ascetismo camerístico de Canope donde parecen confluir con
elegancia y sin esfuerzos la música ciudadana y la clásica contemporánea.

El contrabajista y compositor argentino Juan Pablo Navarro, al frente de un sexteto


(por momentos septeto) extraordinario, ratifica una vez más en Tangos de la
Posverdad sus capacidades como intérprete, compositor, arreglador y líder,
instalándose ya definitivamente como una de las voces más relevantes de la música
contemporánea argentina del presente milenio.

Marcelo Morales

4/4

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