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“Eufonía”.- Calidad de usar bien o agradablemente la palabra.
2
Teófilo Efrain Lessing (1729-1781), poeta, filósofo y escritor alemán, nació en Camenz. Sus
mejores obras: “Laocoonte” y la comedia “Minna von Barnhelm”.
3
KRANZ, Walhter; La Filosofía Griega, Tomo I, “UTEHA”, México, 1962, pg. 1 y 2.
1
No de muy distinta manera, en la antigua GRECIA se llamaba sabio o sophos
(también sophistes) –según testimonio de DIÓGENES LAERCIO- a quien profesaba
la sabiduría, sophia, y había llegado a lo sumo de su perfección según los parámetros
de la época.
En comparación con los sabios de los que se suponía que habían alcanzado
la sabiduría, apareció la denominación de filósofo, philosophos, como el amante de
la sabiduría, el que se considera así mismo estudioso de ella sin haberla aún logrado.
Es una postura modesta. Es la actitud que se atribuye a PITÁGORAS, a quien desde
la antigüedad se ha tenido por ello como el primero que usó tal apelativo…la
tradición se trasmitió por HERÁCLIDES PÓNTICO, CICERÓN y JÁMBLICO, así
como otros varios autores. En síntesis se cuenta que PITÁGORAS vino a Fliunte y
disputó allí docta y copiosamente con LEONTE, príncipe de los Fliaseos.
Habiéndose admirado LEONTE de su ingenio y elocuencia, le preguntó que arte
profesaba. PITÁGORAS respondió que no sabía ciencia alguna, sino que era
filósofo. Admirado LEONTE con la novedad del nombre, le preguntó quienes eran
los filósofos, a lo que PITÁGORAS contestó: los estudiosos de la sabiduría4.
Así, pues, filosofía y sabiduría fueron lo mismo en sus orígenes, como lo
advierte TOMÁS DE AQUINO.
Puesto que filosofía y sabiduría fueron, hasta la Edad Media, lo mismo, la
filosofía no era una ciencia unitaria, sino el conjunto universal de saberes que
abarcaba unos conocimientos universales, unidos por el afán de saber del filósofo.
Por eso PLATÓN, escribió que los verdaderos filósofos son “los que gustan de
contemplar la verdad”, por lo que se dice del filósofo “que ama a la sabiduría, no
en parte, sino toda por entero”. Esa universalidad es característica del filósofo: no
hay realidad que escape a su interés ni a su mirada. De ahí que la filosofía o sabiduría
abarcase la universalidad de los saberes conocidos: metafísica, física, matemática,
astronomía, ética, política, etc5.
La filosofía refleja en el más alto grado esa pasión por la verdad, ese amor
por la verdad que aspira a conocerla cada vez con mayor perfección, y que no cesa en
el empeño de llegar a penetrar en los últimos presupuestos.
ARISTÓTELES, siguiendo las enseñanzas platónicas, decía que la filosofía
empezó con la perplejidad, mejor dicho, con la actitud de asombro del hombre ante
la naturaleza, y se desgrana, a partir de las dificultades más obvias, en una
progresión creciente de dudas.
El hombre empezó a filosofar desde el momento mismo en que se vio cercado
por el problema y por el misterio, adquiriendo así conciencia de su dignidad de
4
HERVADA, Javier; Lecciones Propedéuticas de Filosofía del Derecho, Tercera Edición, EUNSA,
2000, pg. 3 y 4.
5
HERVADA, Javier; Introducción Crítica al Derecho Natural, Décima Edición Corregida, EUNSA,
Ediciones Universidad de Navarra, S.A., Pamplona, 2001, pg. 5.
2
sujeto pensante. Para tener talante de filósofo basta con adoptar la actitud propia de
aquél que sabe captar y renovar los problemas universales sobre el cosmos y sobre la
vida, procurando satisfacer las exigencias del momento actual, exigencias que toman
cuerpo en aquellos problemas, viejos y nuevos, que se plantean en los diversos ciclos
histórico-culturales6.
La filosofía, pues, tiene un objeto específico, un contenido propio, que es la
totalidad de las cosas, en una palabra, lo universal. Así es en verdad, como la pensó y
definió ARISTÓTELES: “La ciencia universal”. Y valiéndonos de una definición de
SPENSER, que representa el orden especial de ideas al que aspiramos, podemos
decir que la filosofía es “la ciencia de los primeros principios “o “de los principios
más generales”.
Las ciencias particulares necesitan una integración, y la filosofía justamente
integra las ciencias en la unidad de investigación general. Siempre se sigue el
mismo proceso: Como la ciencia fuente del conocimiento común, unifica un orden de
relaciones o de fenómenos en una ley, la filosofía unifica todo el conjunto de las
relaciones, de los fenómenos y de las leyes en una ley suprema. Pero esto no es una
cosa distinta del proceso cognoscitivo de la ciencia, la filosofía, más bien es una
diferencia de grado, porque la filosofía representa el grado último de la
generalización. La filosofía debe comprender una investigación superior, como
decía BACON, una scientia altior.
Más todavía, la filosofía, por ser la expresión más alta del amor por la
sabiduría, no se satisface con la respuesta que no llegue a la esencia, a la razón
última de un determinado ámbito de problemas. En este sentido afirma MIGUEL
REALE, hay ciertamente, un gran fondo de verdad cuando se dice que la Filosofía
es la ciencia de las primeras causas, el saber de las últimas razones. Pero hay que
advertir que se trata más bien de una inclinación u orientación perenne hacia la
verdad última, que es la posesión de la verdad plena.
Cuando se afirma que la filosofía es la ciencia de los primeros principios, lo
que se quiere decir es que la filosofía pretende elaborar una simplificación
conceptual progresiva hasta alcanzar juicios con los que se puede legitimar otra
serie de juicios integrados en un sistema de comprensión total. Con lo cual podemos
afirmar que el sentido de universidad es inseparable de la filosofía7.
La filosofía supone, pues, un esfuerzo constante mantenido para profundizar
en las raíces de los problemas. Es un saber cuyos cultivadores solamente podían
sentirse satisfechos si lograran alcanzar, con garantías de certeza y de universalidad y
en una exhaustiva interpretación de la experiencia humana, todos los principios y
razones últimas explicativas de la realidad. Pero con el correr del tiempo, tal pasión
por la verdad recibe nuevos impulsos y surgen teorías, sistemas, posturas personales
y perspectivas diversas, en un dinamismo que se nos hace connatural y propio. De
esta suerte la universalidad de los problemas no obtiene resultados o soluciones que
6
REALE, Miguel; Filosofía del Derecho, Ediciones Pirámide, S.A., Madrid, 1979, pg. 21 y 22.
7
REALE, Miguel, op. cit. pg. 22.
3
sean todos universalmente válidos. En definitiva, es en nuestro esfuerzo totalizante
por alcanzar la verdad donde se manifiesta la verdad total. Parafraseando la reflexión
agustiniana de BLAISE PASCAL, podríamos ver aplicadas al filósofo, por parte de
la verdad que él busca, estas palabras: “Console-toi, tu ne me chercherais pas si tu
ne m’avais trouvé” -“No me buscarías si no me hubieses encontrado ya”-8.
Las preguntas planteadas por PLATÓN, o ARISTÓTELES, DESCARTES o
KANT, no pierden su actualidad; contienen un significado universal que sobrepasa
los horizontes de los ciclos históricos. La universalidad de la filosofía radica, en
cierta forma, más en los problemas que en las soluciones. La búsqueda de las
razones últimas de las cosas y de los primeros principios implica la posibilidad de
soluciones diversas y de teorías opuestas; sin que esto signifique el desconocimiento
de verdades universales que se imponen al espíritu con fuerza indiscutible de la
evidencia.
2. CONCEPTO DE LA FILOSOFÍA
8
REALE, Miguel, op. cit. pg. 22 y 23.
9 HUBNER GALLO, Jorge I; Manual de Filosofía del Derecho, 2da. Ed., Editorial Jurídica de Chile, Santiago, 1963, pg. 14.
4
concepto determinado de un modo más profundo. Lo que el espíritu pugna por
encontrar en ella es este concepto suyo, que es ya su propia determinación interior y
la raíz de su existencia captada como objeto de pensamiento; lo que quiere es
reconocer a sí mismo”.
Según cuenta HERODOTO, SOLÓN fue llamado filósofo en razón de que
recorría el mundo viendo cosas, esforzándose por saber.
SOLÓN era un gran observador de la naturaleza humana, un pensador que
se hallaba al tanto de las necesidades de su época, un hombre de Estado que
abrigaba grandes proyectos e ideas fecundas; era además un poeta, y este don de la
naturaleza era en él algo más que un adorno agregado al armonioso equilibrio de su
individualidad. La poesía era en sus manos un arte que tenía una influencia decisiva
cuando se trataba de instruir a sus conciudadanos, de templar su alma o de
inspirarles un sacrificio patriótico. Entonces tuvo ocasión de ver como obraba
aquella fuerza.
3. DEFINICIONES DE LA FILOSOFÍA
10
Principio: Es lo que primero en el ser y primero en el conocer.
5
ARISTÓTELES pensaba que la más importante función del filósofo era la
búsqueda de las definiciones correctas de las cosas, o sean conceptos o universales.
El saber metafísico, como todo conocimiento, parte de la aprehensión
intuitiva inmediata y directa de las cosas que “son” en la realidad concreta y sensible.
La metafísica parte de estas cosas que “son”, su objeto material lo constituye la
totalidad de lo real, entra dentro de su campo de estudio lo que tiene “ser”, todo lo
que existe o puede existir en cualquier realidad y bajo cualquier estado; o sea que la
atención de la filosofía primera se centra en todos los “entes” y de ahí la
denominación moderna de “ONTOLOGÍA”11.
11
VIGO, Rodolfo L.; Las Causas del Derecho, Abeledo – Perrot, Buenos Aires, 1983, pg. 15.
12
DEL VECCHIO, Giorgio; Filosofía del Derecho, Novena edición, BOSCH CASA Editorial, S.A.,
Barcelona, 1980, pg. 30 y 31.
6
su fama un tanto exagerada, de filósofo del moderno empirismo científico frente al
anticuado método racionalistico y dialéctico, es su gran obra Instauratio Magna y el
Novum Organon, 1620. El Novum Organum presenta una lógica inductiva opuesta
a la lógica aristotélica deductiva y silogística.
BACON intenta una nueva orientación de la ciencia. Inventos y
descubrimientos no han de quedar en adelante a merced de la fortuna y de la magia,
sino que han de ser objeto de una ciencia y de un método.
Más valiosos que la finalidad prescrita al saber, fueron los métodos que
señaló Bacon a la ciencia y a la investigación. Inducción, los conceptos positivos
que da Bacon para una restauración de la ciencia, llevan al primer plano la inducción
como eje del método seguro. Un año después de su muerte se publicó su obra New
Atlantis (“Nueva Atlántida”).
13
SOLIPSISMO.- Doctrina idealista según la cual el sujeto pensante no puede afirmar más existencia
que la suya propia.
R. GARAUDY y otros; Lecciones de Filosofía Marxista, Primera Edición en Español, Editorial
GRIJALBO, S.A:, México, 1966, pg. 59.
14
RODOLFO L. VIGO, op. cit. pg. 13 y 14.
7
principios anteriores y superiores a la experiencia; es empírica si los saca de la
experiencia; es teórica, si determina un objeto; es práctica si se realiza. La primera
es la ciencia de la naturaleza y la segunda lo es de la libertad. En síntesis la
verdadera filosofía para Kant es la crítica de las leyes a priori del entendimiento y
de la voluntad, lo cual arroja un resultado negativo en lo primero y positivo en la
segunda, respecto de las verdaderas supremas del espiritualismo tradicional; Dios,
alma y libertad.
Para los EMPIRISTAS INGLESES, la filosofía se ha convertido en una
ciencia especial al lado de otras ciencias y su misión se reduce a un análisis de los
fenómenos de conciencia o de las facultades del alma.
8
compuesto de hechos absolutamente independientes entre sí. Nuestro conocimiento
es una copia de estos hechos, es siempre de índole singular, las proposiciones
generales no son sino “funciones de verdad” de las proposiciones singulares, es
decir, que se forman a partir de estas últimas mediante derivaciones lógicas.
WITTGENSTEIN ha desarrollado, muy especialmente una teoría del
lenguaje. Según ella, no es posible hablar con sentido del lenguaje mismo y es, por
consiguiente, imposible el análisis lógico gramatical. Pero cómo todas las cuestiones
filosóficas conducen, en última término a este análisis, presentan todas ellas sólo
problemas insolubles15.
Para él la filosofía es una actividad para resolver falsos problemas que se
encuentran en el lenguaje. Considerado como el filósofo del lenguaje. Recibió
influencia de HART “el concepto del derecho” la sabiduría no es un saber sustantivo
sino actividad.
MARTÍN HEIDEGGER. Representante de la filosofía existencial,
discípulo y continuador de HÜSSERL, ha sido influenciado por el método
fenomenológico de su maestro. La filosofía de Heidegger puede definirse como una
Ontología de la existencia. Filosofar es el extraordinario preguntar por lo
extraordinario.
La investigación filosófica de Heidegger está dirigida, pues, a dilucidar cuál
es la naturaleza del ser que fundamenta a la existencia.
En su obra fundamental: Sein und Zeit –El Ser y el Tiempo-, Heidegger se
plantea ab initio el problema del sentido del ser. La pregunta por el sentido del ser no
ha sido contestada por los filósofos, pesa a que fue formulada hace ya más de mil
años por ARISTÓTELES.
HUSSERL: La filosofía es por esencia la ciencia de los verdaderos
principios, de los orígenes de las cosas (ser).
RECASENS SICHES. Filosofía significa, propósito de conocimiento del
universo, en tanto que totalidad, mediante razones fundadas.
ORTEGA Y GASSET. Filosofía significa, conocimiento del universo y de
todo cuanto hay incluido al hombre. El saber filosófico abarca los distintos saberes y
les imprime unidad y sentido. La filosofía es la unificación del saber.
MARX, al principio un estudioso del pensamiento hegeliano; más tarde fue
atraído por FEUERBACH.
MARX. La filosofía viene a ser una negación de la existencia filosófica en
cuanto contemplación intelectual y la afirmación de una acción tendiente a
15
I. M. BOCHENSKI: La Filosofía Actual, Octava reimpresión, Fondo de Cultura Económica,
Madrid, 1981, pg. 77 y 78.
9
transformar el mundo con fines de desajenación16. Es una concepción del mundo
para Marx la filosofía, pero un instrumento para la práctica.
Vivió en la etapa de la revolución industrial. Consideró al capitalismo
como una fase temporal que sería superado en la etapa socialista cuando el
proletariado llegara a sacudirse de la explotación intolerable de los capitanes de la
industria. Pensó que la clase trabajadora en el mundo debería llegar a tener
conciencia de sus intereses comunes y desarrollar una solidaridad internacional que
podría oponerse al idealismo tradicional sustituyéndola por una ideología que se
concentrara en un basamento económico y en el reconocimiento de la lucha de
clases. Lucha que continuará hasta lograr una sociedad sin clases, en que la totalidad
de la vida humana pueda a ser realizada.
El aspecto filosófico del marxismo es conocido como materialismo
dialéctico. La teoría central del marxismo gira alrededor del concepto económico y
el carácter de clases de la sociedad. En economía mantuvo una teoría del valor del
trabajo que involucra el concepto de plusvalía en el mundo capitalista de
producción. Considera que el capitalismo es injusto y deberá ser reemplazado por el
socialismo bajo la dictadura del proletariado y hacia una sociedad sin clases.
HÜBNER GALLO. “La filosofía es una indagación racional sobre las
funciones cognoscitivas del hombre y la esencia, causa, finalidad última y supremo
valor de las cosas”.
CONCLUSIÓN
16
MARX, escribió al respecto: “los filósofos solamente han interpretado el mundo, pero lo que se
trata de transformarlo”.- Milquiades Castillo, Historia de la Filosofía del Derecho, 2da. edición,
Editora “FECAT”, Lima, 1994.
17
MANTILLA PINEDA, Benigno; Filosofía del Derecho, Editorial TEMIS, S.A., Bogotá -Colombia,
2003, pg. 08.
10
filosofía trata de llegar al conocimiento cierto fundamento incondicional de la
naturaleza, de la sociedad y del pensamiento.
COMO PRÁCTICA: La filosofía quiere ser actividad plenamente
consciente, sobre el conocimiento pleno de lo que la realidad es, la filosofía quiere
ser acción racional. Pretende convertirse en guía para conducir la vida individual y
social. La filosofía cultiva el espíritu crítico, para que nada se acepte sin preguntarse
por su razón de ser. Incentiva también el espíritu de tolerancia que elimina todo
normatismo.
4. OBJETO DE LA FILOSOFÍA
11
La lucha del materialismo contra el idealismo ha contribuido siempre a la
lucha de las ciencias contra la religión. “los enemigos de la democracia-dice
LENIN- trataban con todas sus fuerzas de refutar, minar, calumniar el materialismo,
y defendían las diversas formas del idealismo filosófico, que reduce siempre, de un
modo o de otro, a la defensa o al apoyo de la religión”.
En cuanto ciencia, la historia de la filosofía tiene por objetivo el
desenvolvimiento del pensamiento filosófico en las distintas fases de desarrollo de la
sociedad y, ante todo, la historia del nacimiento, formación y desarrollo de las
tendencias filosóficas fundamentales; es decir, el materialismo y el idealismo en su
lucha recíproca.
La historia científica de la filosofía aborda también el nacimiento, la
formación, el desarrollo y la lucha mutua entre dos métodos de conocimiento
opuestos recíprocamente: el método dialéctico y el método metafísico. La esencia del
método dialéctico estriba en que examina todo fenómeno en sus relaciones mutuas,
en sus cambios y desarrollo, en sus contradicciones internas. El método metafísico
representa absolutamente lo contrario: sustrae los fenómenos y procesos a su
concatenación universal, niega la existencia de sus contradicciones internas y rechaza
absolutamente el desarrollo, o bien lo reduce a cambios puramente cuantitativos18.
18
M.A. DYNNIK, M.T. IOVCHUK y otros; HISTORIA DE LA FILOSOFÍA .De la Antigüedad a
comienzos del siglo XIX, Segunda Edición, Editorial GRIJALBO, S.A., México, 1968, pg. 13 y 14.
12
exposiciones y demostraciones de la ciencia y por eso se somete escrupulosamente a
la tarea del análisis lógico penetrante. Una actuación semejante habrá de ser más
estimulante y más estimable que las consabidas soluciones eternamente dudosas.
Más tarde Russell será un agnóstico declarado, con la convicción de que sólo la
ciencia natural puede informarnos, en verdad de la realidad aunque no puede ir más
allá de la probabilidad. En este aspecto, Russell no hace más que prolongar la
tradición empirista y positivista, especialmente la de Hume y Mill.
Limitar la consideración filosófica a temas extraídos de las ciencias naturales
es confinar la filosofía a una parcela de la realidad, y asignarle la función de
preparadora del camino para la ciencia, es rebajarla a la categoría de protociencia.
El concepto de RUSSELL sobre la naturaleza de la filosofía adolece del error de
reducirla al saber fragmentario y precario, despojándola de su prestación
irrenunciable de saber absoluto y totalitario.
13
ciencia especial se queda en el plano de lo dado del fenómeno. Sus objetos están en
la superficie, no pertenecen al estrato profundo que constituye el dominio propio de
la filosofía”.
HESSEN diferencia además la filosofía y las ciencias por su modo de
conocer, por su curso histórico y por su contenido. La filosofía rodea las ciencias, sus
fundamentos y su coronación.
“La ciencia es siempre, por tanto el conocimiento de lo que es el ente pero no
del ser; por tanto el conocimiento de un campo determinado del ente y no del ente en
total”.
La filosofía y ciencia tienen en común el amor a la verdad y el procedimiento
racional y reflexivo, pero la ciencia no puede pasar del campo de los hechos
observables y medibles a las regiones imponderables de supuestos universales del
ser, del conocimiento de los valores y del sentido que palpita no sólo en el corazón
de los hombres sino también en el resto de la creación.
Con las grandes concepciones contemporáneas, la filosofía ha vuelto al solio
de rectora del saber y de orientadora del conocimiento. Nada queda fuera de su
reflexión. Lo intocable para las ciencias, es decir, los fundamentos y la estructura del
ser, la esencia del conocimiento, el sentido de la existencia y de la historia, los
valores y su deber ser, es materia propia y exclusiva del conocimiento de la filosofía.
6. LA MATAFÍSICA
19
SILVA VALLEJO, José Antonio; Introducción a la Filosofía, Primera edición, Imp. R. Quesquén
González, Chiclayo, 1965, pg. 65.
14
También denominaba a sus precursores “hilozoístas”, voz que viene del
griego “hile” que significa materia; porque todos ellos, salvo pocas excepciones, se
preocupaban por indagar la causa y el principio de la materia.
El problema del arjé fue resuelto de diversa manera para los filósofos pre-
socráticos.
Para TALES DE MILETO, que vivió el último tercio del siglo VII hasta
mediados del siglo VI a.C., el principio primordial de todas las cosas es el Agua (por
eso concluyó que la tierra estaba sobre el agua); y sin duda concibió esta opinión al
ver que el alimento es siempre húmedo y que hasta el calor nace de la humedad.
Por esto, sin duda, creyó eso, y porque las semillas tienen siempre naturaleza
húmeda, y por ser el Agua, para las cosas húmedas, principio de su naturaleza. Y
pensaron igual los primeros autores de cosmogonías, muy anteriores a nosotros.
Hicieron, en efecto, al Océano y a Tetis padres de la generación, y testigo del
juramento de los dioses al Agua, la llamada por ellos Estigia.21
20
ARISTÓTELES; “Metafísica”, Ediciones Libertador, Buenos Aires, 2003, pg. 19.
21
ARISTÓTELES, “Metafísica”, op. cit. pg. 20.
15
Aristóteles permite asimilar este principio tanto a la causa material como a la
divinidad22.
“Y así como nuestra alma, que es aire, dice, nos mantiene unidos, de la
misma manera el hálito y el aire envuelve todo el cosmos”.- AECIO.
La movilidad de todas las cosas (todo cambia) es atestiguada tanto por alguno
de los fragmentos más conocidos de Heráclito –“en el mismo río, ciertamente, no es
posible entrar dos veces”- como por testimonios posteriores: “Heráclito dice en
alguna parte que todas las cosas se mueven y nada está quieto”.- Platón, Cratilo.
22
IÑAKI YARZA; Historia de la Filosofía antigua, Ediciones Universidad de Navarra, s.a.,
Pamplona, 1983, g. 27 y 28.
23
SILVA VALLEJO, José Antonio; Introducción a la Filosofía, op. cit. pg. 67 y 68.
16
cambian las cosas y cambiamos nosotros, lo único que permanece es el devenir y en
esto consiste la realidad de las cosas, su esencia.24
RAMAS DE LA METAFÍSICA
24
IÑAKI YARZA; op. cit. pg. 33 y 34.
17
ser y éste es su sustancia, indicar la sustancia de una cosa no es más que indicar el ser
propio de ella (Metafísica de Aristóteles).
Aclaración sobre la Metafísica y la Ontología.- Sobre la metafísica
conviene hacer una aclaración de importancia para evitar confusiones. La metafísica
griega investigaba el ser en cuanto tal (ARISTÓTELES). A esa investigación añadió
la concepción cristiana del mundo la consideración de los entes en su escala de
perfección –el mundo, el hombre y Dios-, dando lugar a la metaphysica especialis
desarrollada por la filosofía escolástica. La metafísica clásica y tradicional, así
constituida, fue sometida a revisión crítica, en sus fundamentos y posibilidad como
ciencia, por KANT, quien le negó, en la “Dialéctica Trascendental de la Crítica de la
Razón Pura, el carácter de ciencia; pero sin desconocer la raíz metafísica de la
humana existencia”.
Como última consecuencia de la filosofía kantiana hay actualmente en
Alemania un fuerte movimiento para desarrollar sobre nuevas bases los temas
metafísicos tradicionales, en vez del nombre de “metafísica general”, se ha hecho
corriente con mucha anterioridad el de “ontología general”, y además se han creado
nuevas ramas ontológicas con el nombre de “ontologías regionales”. Sobre la
“ontología formal” y las “ontologías regionales” de EDMUNDO HUSSERL,
conviene hacer notar que tienden a un tipo nuevo de saber ontológico que modifica
en gran parte el sentido de la metafísica tradicional, las ontologías de HUSSERL son
un saber de esencias como trabajo a priori preliminar de todo conocimiento
científico.
La “nueva ontología” de NICOLAI HARTMANN se debe aclarar también
que no se trata de ontología racionalista y constructivista del pasado, sino de una
ontología analítica y crítica que busca “en el ente en cuento tal” dentro de la
experiencia humana25.
El tercer concepto de Metafísica como Gnoseología es el expresado por
KANT. En verdad el origen de este concepto debe verse en la noción de Filosofía
Primera de BACON: “Una ciencia universal, que sea madre de todas las otras y que
constituya en el progreso de las doctrinas la parte del cambio común, antes de que
los caminos se separen y se desunan”. Tal ciencia debería ser según BACON, “el
receptáculo de los axiomas que no son inherentes a las ciencias particulares, sino
que corresponden en común a varias de ellas”26.
Dentro del fecundo campo de los valores, por último podemos incluir, sin
descuidar sus hondas y esenciales conexiones con la Ontología, tres grandes ramas
de la Filosofía General: la Teoría de los Valores propiamente dicha o Axiología; la
Ética27 (que trata del Bien), y la Estética (o teoría de la Belleza).
25
MANTILLA PINEDA, Benigno; op. cit. pg. 9 a 13.
26
INCOLA ABBAGNANO; Diccionario de Filosofía, Duodécima reimpresión, Fondo de Cultura
Económica, México, º995.
27
ETICA, en general, la ciencia de la conducta.
18
7. TEORÍA GENERAL DEL CONOCIMIENTO
28
Hartmann, Nicolás; Fundamentos de una Metafísica del Conocimiento referente al “Análisis del
fenómeno del conocimiento”, pg. 36-48.
19
sobre el sujeto. El objeto es el determinante, el sujeto el determinado. El
conocimiento puede definirse, por ende, como una determinación del sujeto por el
objeto. Pero lo determinado no es el sujeto pura y simplemente, sino tan sólo la
imagen del objeto en él. Esta imagen es objetiva, en cuanto lleva en sí los rasgos del
objeto. Siendo distinta del objeto, se halla en cierto modo entre el sujeto y el objeto.
Constituye el instrumento mediante el cual la conciencia cognoscente aprehende su
objeto.
El carácter trascendente es propio, por ende, de todos los objetos del
conocimiento. Dividimos los objetos en reales e ideales. Llamamos real todo lo que
nos es dado en la experiencia externa e interna o se infiere de ella. Los objetos
ideales, se presentan por el contrario, como irreales, como meramente pensados.
Objetos ideales son, por ejemplo, los objetos de la matemática, los números y las
figuras geométricas. Pues bien, lo singular es que también estos objetos ideales
poseen un ser en sí o trascendencia, en sentido epistemológico. Las leyes de los
números, las relaciones que existen, por ejemplo, entre los lados y los ángulos de un
triángulo, son independientes de nuestro pensamiento subjetivo, en el mismo sentido
en que lo son los objetos reales. A pesar de su irrealidad, le hacen frente como algo
en sí determinado y autónomo.
Así como la correlación del sujeto y el objeto sólo es irrompible dentro del
conocimiento, así también sólo es irreversible como correlación de conocimiento. En
sí es muy posible una reversión. La cual tiene ligar efectivamente en la acción. En la
acción no determina el objeto al sujeto, sino el sujeto al objeto. Lo que cambia no es
el sujeto, sino el objeto. Aquél ya no se conduce receptiva, sino espontánea y
activamente, mientras que éste se conduce pasivamente. El conocimiento y la acción
presentan, pues, una estructura completamente opuesta.
El concepto de verdad se relaciona estrechamente con la esencia del
conocimiento. Verdadero conocimiento es tan sólo el conocimiento verdadero. Un
“conocimiento falso” no es propiamente conocimiento, sino error e ilusión. Mas ¿En
qué consiste la verdad del conocimiento? Según lo dicho, debe radicar en la
concordancia de la “imagen” con el sujeto. Un conocimiento es verdadero si su
contenido concuerda con el objeto mentado. El concepto de verdad es, según esto, el
concepto de una relación. Expresa una relación, la relación del contenido del
pensamiento, de la “imagen” con el objeto. Este objeto, en cambio, no puede ser
verdadero ni falso; se encuentra en cierto modo más allá de la verdad y la falsedad.
Una representación inadecuada puede ser, por el contrario, absolutamente verdadera.
Pues aunque sea incompleta, puede ser exacta, si las notas que contiene existen
realmente en el objeto.
El concepto de verdad, que hemos obtenido de la consideración
fenomenológica del conocimiento, puede designarse concepto trascendente de la
verdad. Tiene por supuesto, en efecto; la trascendencia del objeto. Es el concepto de
la verdad propio de la conciencia ingenua y de la conciencia científica. Pues ambas
entienden por verdad la concordancia del contenido del pensamiento con el objeto.
20
Como hemos visto, el conocimiento presenta tres elementos principales: el
sujeto, la “imagen” y el objeto. Por el sujeto el fenómeno del conocimiento toca con
la esfera psicológica; por la “imagen”, con la lógica; por el objeto, con la ontológica.
Según la concepción de la conciencia natural, el conocimiento consiste en
forjar “una imagen” con el objeto. Pero averiguar si esta concepción está justificada
es un problema que se encuentra más allá del alcance del problema fenomenológico.
El método fenomenológico sólo puede dar una descripción del fenómeno del
conocimiento. Sobre la base de esta descripción fenomenológica hay que intentar una
explicación e interpretación filosófica, una teoría del conocimiento29.
El conocimiento humano es diverso tanto en su forma de adquisición,
profundidad, rigor y veracidad. Hay niveles de validez y eficacia del saber que
produce el ser humano.
1. Conocimiento cotidiano, vulgar, popular, común:
Se adquiere en la vida real y concreta, por experiencia cuotidiana o por datos
transmitidos por otras personas, sin hacer crítica de su fuente ni de los
procedimientos de obtención por las razones que lo fundamentan. Ejm: proverbios,
refranes.
2. Conocimiento metafísico y conocimiento religioso:
Conocimiento Metafísico: Porque no se obtiene de la experiencia sino de la
razón. Utiliza el método racional para conocer la causalidad y la realidad última.
Conocimiento Religioso: Tampoco se basa en la experiencia y a diferencia
del racionalismo se funda en la fe. En las fuerzas superiores provenientes de Dios.
3.- Conocimiento seudo-científico y pre-científico:
Conocimiento seudo-científico: Es más elaborado que el conocimiento
vulgar. Trata de igualarse al conocimiento científico. Es desarrollado por algunas
personas, en cierta forma especializada en este tipo de saber Ejm. Medicina
folklórica, hechicería, etc. Carece de rigor metodológico para su obtención.
Conocimiento pre-científico: Se halla en el umbral de la ciencia.
Generalmente las diversas ciencias pasaron por diversas etapas pre-científicas. Ejm:
La Alquimia30 fue precursora de la Química: la Lógica de la Filosofía.
La alquimia se ha considerado como una química embrionaria en razón de su
tratamiento de los metales y de otras sustancias químicas (influjo de la idea
aristotélica de que las combinaciones entre cuatro elementos fundamentales sólo
divergen por la forma y no por la materia, que es única e indistinta, y de que los
elementos son puras determinaciones o modos de “informarse”). Grandes alquimistas
29
HESSEN, Juan; Teoría del Conocimiento, EDITORIAL PORRÚA, S.A., México, 2007, pg. 15-17.
30
Alquimia, cuerpo medieval de prácticas y doctrinas que tenía como objetivo la transmutación de los
metales innobles en oro y plata (acudiendo a la sustancia imaginaria o segundo arcano llamado
piedra filosofal) y la obtención de la panacea universal o elíxir de la vida para el remedio de las
enfermedades y la prolongación de la vida humana.
21
fueron Zósimo el Panopolita, Bolos de Mendes, Marcus Graecus, Alberto Magno,
Roger Bacon, Basilius Valentinus, Paracelsus y otros.
4.- Conocimiento científico:
Según Mario Bunge: “Sistema de ideas establecidas provisionalmente
obtenidas por método científico y sometido a contrastación constante”. Abarca un
aspecto de la realidad, es especializada, no es un todo homogéneo, hay sectores
desiguales en rigor, exactitud y profundidad.
5. Conocimiento filosófico:
Saber la realidad desde una perspectiva total o general. Trasciende la
experiencia inmediata, es forma de conocimiento crítico y problematizador.
22
human nature (“Tratado de la naturaleza humana”) (1739-40) y en la obra más
breve Enquiry concerning human understanding (“Investigación sobre el
entendimiento humano”) (1748).
El verdadero fundador de la teoría del conocimiento dentro de la filosofía
continental se presenta MANUEL KANT. En su obra maestra epistemológica, la
Crítica de la razón pura (1781), trata ante todo de dar una fundamentación crítica
del conocimiento científico de la naturaleza. Él mismo llama al método de que se
sirve en ella “método trascendental”. Este método no investiga el origen psicológico,
sino la validez lógica del conocimiento. No pregunta -como el método psicológico-
cómo surge el conocimiento, sino cómo es posible el conocimiento, sobre qué bases,
sobre qué presupuestos supremos descansa. A causa de este método, la filosofía de
Kant se llama también, brevemente, trascendental, trascendentalismo o criticismo.
En el sucesor inmediato de Kant, FICHTE, la teoría del conocimiento aparece
por primera vez bajo el título de “teoría de la ciencia”. Pero ya en él se manifiesta
esa confusión de la teoría del conocimiento y la metafísica, que se desborda
francamente en SCHELING y HEGEL y que también se encuentra de modo
innegable en SCHOPENHAUER y EDUARDO HARTMANN. En oposición a esta
forma metafísica de tratar la teoría del conocimiento, el neokantismo, aparecido
hacia el año setenta del siglo pasado, se esforzó por trazar una separación neta entre
los problemas epistemológicos y los metafísicos. Pero puso tan en primer término los
problemas epistemológicos, que la filosofía corrió peligro de reducirse a la teoría del
conocimiento. El neokantismo desenvolvió además la teoría kantiana del
conocimiento en una dirección muy determinada. El exclusivismo originado por ello
hizo surgir pronto varias corrientes epistemológicas contrarias. Así es como nos
encontramos hoy ante toda una multitud de direcciones epistemológicas, las más
importantes de las cuáles veremos más adelante31.
El conocimiento deriva de varias fuentes, tales como la experiencia del
sentido común, la expresión artística y la reflexión filosófica. El conocimiento
científico, sin embargo, se mantiene al margen como algo especial. El gran éxito de
la ciencia como una manera de indagar sobre la naturaleza del universo es motivo de
admiración. La tecnología deriva del conocimiento científico es igualmente
admirable: los rascacielos de nuestras ciudades, cohetes que llevan hombres a la
luna, teléfonos que proporcionan comunicación instantánea entre continentes,
computadoras que realizan cálculos complejos en milésimas de segundo, vacunas y
drogas que controlan las bacterias parásitas. Todos estos extraordinarios logros
brindan testimonio de la validez del conocimiento científico del cual se originan32.
El conocimiento Como procedimiento de comprobación toda operación
cognoscitiva se dirige a un objeto y tiende a instaurar con el objeto mismo una
relación de la que surja una característica efectiva del objeto. Por lo tanto las
31
HESSEN, Juan; op. cit. pg. 12 y 13.
32
RUIZ, Rosaura y Francisco J. Ayala; El Método en las Ciencias -Epistemología y Darwinismo-
Primera reimpresión, Fondo de Cultura Económica, México, 2000, pg. 11.
23
interpretaciones de los conocimientos dadas en el curso de la historia de la filosofía
se pueden considerar como interpretaciones de esta relación, y como tales dirigirlas
hacia dos alternativas fundamentales: I) Por la primera de ellas, tal relación es una
identidad o semejanza (entendiéndose por semejanza una identidad débil o parcial) y
la operación cognoscitiva es un procedimiento de identificación con el objeto o de su
reproducción; II) Para la segunda alternativa, la relación cognoscitiva es una
representación del objeto, y la operación cognoscitiva, un procedimiento de
trascendencia.
I) La primera interpretación es la que se encuentra más comúnmente en
la filosofía occidental y, a su vez, se puede dividir en dos fases diferentes: A) en
la primera de ellas la identidad o semejanza con el objeto es entendida como
identidad o semejanza de los elementos del conocimiento con los elementos del
objeto: por ejemplo, de los conceptos o de las representaciones de las cosas; B) en la
segunda fase, en cambio la identidad o la semejanza está restringida al orden de los
respectivos elementos, en cuyo caso la operación del conocer consiste en reproducir
las relacionas constitutivas del objeto mismo, o sea el orden de sus elementos, y no
ya el objeto. En la primera fase el conocimiento es considerado como una imagen y
retrato del objeto; en la segunda, se halla con el objeto en la misma relación que un
mapa con el paisaje que representa.
A) La primera fase es la forma en la que aparece en el mundo antiguo la
doctrina del conocimiento como identificación. Los presocráticos la expresaron con
el principio que “lo semejante conoce a lo semejante”, mediante el cual Empédocles
afirmaba que conocemos la tierra por la tierra, el agua por el agua, etc. Las
afirmaciones de Heráclito pueden considerarse como variantes de este principio: “Lo
que se mueve conoce a lo que se mueve”, como también en Anaxágoras, según la
cual “el alma conoce lo contrario por lo contrario”.
Pero fueron PLATÓN y ARISTÓTELES los que establecieron esta
interpretación del conocimiento sobre bases sólidas. La coincidencia de lo similar, la
homogeneidad, son los conceptos de que se sirve PLATÓN para explicar los
procesos cognoscitivos (Timeo): conocer significa hacer semejante lo pensante a lo
pensado. Por consiguiente, los grados de conocimiento se modelan sobre los grados
del ser: no se puede conocer con certeza, o sea con “solidez”, lo que no es sólido,
porque el conocimiento no hace más que reproducir al objeto y de tal manera “lo que
es absolutamente, es absolutamente cognoscible, en tanto lo que no es de ningún
modo, de ningún modo es cognoscible” (República). De tal manera, PLATÓN hizo
corresponder al ser con la ciencia, que el verdadero conocimiento; al no ser con la
ignorancia y al devenir, que está en medio del ser y del no ser, con la opinión, que
está en medio camino entre el conocimiento y la ignorancia. Y distinguió los
siguientes grados del conocimiento:
1) La suposición o conjetura que tiene por objeto sombras o imágenes de las
cosas;
24
2) La opinión creída, pero no verificada que tiene por objeto las cosas
naturales, los seres vivientes y, por lo general, el mundo sensible;
3) La razón científica que procede por vía de hipótesis y que tiene por objeto
los entes matemáticos;
4) La inteligencia filosófica que procede dialécticamente y que tiene por
objeto el mundo del ser.
Cada uno de estos grados de conocimiento es copia exacta de su respectivo
objeto; por lo que no hay duda que conocer es, para Platón, establecer en cada caso
con el objeto una relación de identidad o lo más cercana posible a la identidad.
Según ARISTÓTELES sostuvo este punto de vista aún más riguroso. Según
él, el conocimiento en actos es idéntico al objeto conocido y, por lo tanto la misma
forma sensible del objeto, si se trata de conocimiento sensible y la misma forma
inteligible (o sustancia) del objeto, si se trata de conocimiento inteligible.
La doctrina aristotélica puede ser considerada como la forma típica de la
interpretación del conocimiento como identidad con el objeto. Tal interpretación
domina el curso ulterior de la filosofía griega, con excepción de los estoicos.
Para los estoicos, el pensamiento de la stoa es sensualista; el conocimiento
consiste en una aprehensión de su objeto, en virtud de una huella o impresión que
éste produce en el alma. Cuando la representación es totalmente clara, provoca el
asentimiento de la mente -éste es el elemento activo del conocimiento-, entonces es
cuando toma posesión de su objeto
PLOTINO. El conocimiento se tiene cuando la parte del alma con la que se
conoce se unifica y se hace una sola con el objeto conocido. Si el alma y este objeto
siguen siendo dos, el objeto queda exterior al alma misma y su conocimiento
permanece inoperante. Sólo la unidad de los dos términos constituye el conocimiento
verdadero.
SAN AGUSTÍN, para quién, el hombre puede conocer a Dios, en cuanto el
mismo es imagen de Dios.
En la filosofía moderna, la doctrina que enuncia que el conocer es una
operación de identificación adquiere tres formas Principales, según que se la crea
efectuada mediante: a) La creación que el sujeto hace del objeto; b) La conciencia; c)
El lenguaje.
a) El idealismo romántico y sus ramificaciones contemporáneas han afirmado
la tesis de que conocer significa, poner, esto es, producir o crear el objeto; tesis que
permite reconocer la manifestación o actividad del sujeto en el objeto mismo. Esta
tesis fue afirmada por vez primera por FICHTE. “La representación en general –dice-
es inconfundiblemente un objeto del No–yo. Pero en el Yo no puede haber
absolutamente nada que sea un efecto, porque el Yo es lo que él se pone y no hay
nada en él que no sea puesto por él. Por lo tanto, en el mismo No-yo debe existir un
25
efecto del Yo, esto es, del Yo absoluto y de tal manera no tenemos una acción sobre
el Yo desde fuera, sino sólo del Yo sobre sí mismo”.
Desde este punto de vista el No-yo, o sea el objeto, no es más que el Yo
mismo, o sea el sujeto, y la identidad con el objeto está de tal manera garantizada por
la definición misma del conocimiento.
El principio afirmado por Fichte, se constituyó en uno de los pilares del
movimiento romántico.
SCHELLING no hacía más que aclarar su significado cuando afirmaba: “En
el mismo hecho del saber –cuando yo sé- lo objetivo y lo subjetivo están unidos que
no se puede decir a cuál de los dos corresponde la prioridad. No hay aquí un primero
o un segundo: ambos son contemporáneos o constituyen un todo único” (“Sistema
del idealismo trascendental”).
El concepto del conocer como proceso de unificación domina toda la filosofía
de HEGEL. La protagonista de esta filosofía, la Idea, es la conciencia que se realiza,
gradual y necesariamente, como unidad con el objeto. Dice HEGEL: “La idea es, en
primer lugar, uno de los extremos de un silogismo en cuanto es el concepto que tiene
como finalidad ante todo a sí mismo como realidad objetiva. El otro extremo es el
límite de lo subjetivo, el mundo objetivo, los dos extremos son idénticos en cuanto
son Idea. Su unidad y en primer lugar la del concepto, que un uno de ellos es
solamente por sí y en otro solamente en sí; en segundo lugar, la realidad es abstracta
en uno, en tanto en el otro es en su exterioridad completa. Esta unidad es puesta
ahora por medio del conocer”.
El conocer es de tal manera el proceso que unifica el mundo subjetivo con el
mundo objetivo o, mejor, que lleva a la conciencia de la unidad necesario de los dos.
Todas las formas del idealismo contemporáneo se atienen a esta doctrina.
En el libro perdurable de GEORGE W. F. HEGEL Fenomenología del
Espíritu (1807), explora incansablemente la posibilidad del saber humano, tiene
simpatía por el saber vulgar, lo ve llegar, después de tortuoso camino, hasta la
ciencia; con el correr de los días, de los años, de los siglos, podría convertirse en
saber absoluto.
HEGEL propone viajar desde el amor por el saber, región habitada por los
pensamientos, hasta el saber real, hasta el sujeto, para quedarse en la verdad triunfal,
sin retroceso al tiempo antiguo.
Libro del mejor recuerdo, suyo, como de la especie humana, vivimos en la
sangre de la historia; entonces somos griegos, de ellos viene la razón, y un largo
somos…
Napoleón Bonaparte es fermento de la fenomenología; también la
Universidad de Jena, donde se concibió; y el Obispado de Bamberg, donde lo editó
26
Goebhardt. Caminar pos sus páginas nos conduce a las cosas, al espíritu, hacia la
ciencia de la experiencia.33
Recuerdan sus páginas, nada es inmanente, el espíritu tiene fuerzas
centrífugas, el espíritu es artista, mientras que la piedra de la naturaleza se mantiene
quieta en la noche, esperando por él, para salir por la historia
GENTILE afirmaba: “Conocer es identificar la alteridad como tal” (Teoria
generale dello Spirito).
b) El espiritualismo moderno, en todas sus manifestaciones, considera el
conocer como una relación interna de la conciencia, esto es, como una relación de la
conciencia consigo misma. Esta interpretación garantiza la identidad del conocer con
el objeto, ya que el objeto, desde este punto de vista, no es más que la conciencia
misma o, por lo menos, su producto o su manifestación.
CHOPENHAUER expresaba esta doctrina sí: “Nadie puede nunca salir de sí
para identificarse inmediatamente con cosas diferentes de sí; todo lo que tiene de
conocimiento seguro, por lo tanto, inmediato, se encuentra dentro de su conciencia”.
La consideración básica es aquí la de que el sujeto no puede conocer lo que
está fuera de sí y el único conocimiento verdadero y originario es el que el sujeto
tiene de sí mismo.
c) El positivismo lógico ha trasportado paradójicamente al lenguaje, en el
cual ve la verdadera y propia operación cognoscitiva, la doctrina del carácter
identifica torio de esta operación.
WITTGENSTEIN afirma que “la proposición puede ser verdadera o falsa,
sólo en cuanto es una imagen (Bild) de la realidad”.
WITTGENSTEIN prueba de la siguiente manera el aserto de que la
proposición es una imagen de la realidad: “yo, en efecto vengo a conocer la situación
de esa representación en caso de comprender la proposición. Y comprendo su
proposición sin que su sentido me sea explicado”.
B) La segunda fase de la doctrina del conocimiento como identificación nace
con la filosofía moderna, más precisamente con DESCARTES. El principio
cartesiano de que la idea es el único objeto inmediato del conocimiento y que, por lo
tanto, la existencia de la idea en el pensamiento no dice nada acerca de la existencia
del objeto representado, ponía, por razones obvias, la crisis a la doctrina del conocer
como identificación con el objeto: el objeto es, en efecto, y en este caso, claramente
inalterable. DESCARTES había llegado a concebir la idea de cómo “cuadro” o
“imagen” de la cosa, pero ya en él aparece la tendencia de discernir en el
conocimiento, más que la asimilación o la identidad de la idea con el objeto
conocido, la asimilación y la identidad del orden de las ideas con el orden de los
objetos conocidos.
33
JOSE ANTONIO GARCÍA VERA, tomado del Diario “El Peruano de 28 de agosto del 2007”.
27
LOCKE, que define el conocimiento como “la percepción de la conexión y
acuerdo, o del desacuerdo o repugnancia entre cualesquiera de nuestras ideas”.
Para LEIBNITZ, junto al conocimiento o priori, fundado sobre principios
constitutivos del entendimiento, hay un conocimiento representativo, que consiste en
la semejanza de las representaciones con la cosa. Pero uno y otro conocimiento
hacen del alma “un espejo viviente, perpetuo del universo”, porque ambos se fundan
en la conexión que tiene entre sí todas las cosas creadas; “cada sustancia simple tiene
relaciones que expresan todas las otras”.
La “revolución copernicana” de Kant, no consiste en innovar radicalmente el
concepto de conocimiento, sino en admitir que el orden objetivo de las cosas se
modela sobre las condiciones del conocimiento y no viceversa. Las categorías, en
efecto, son consideradas por Kant como “conceptos que prescriben leyes a priori a
los fenómenos” (Crítica de la Razón Pura). Al no ser los fenómenos “cosas en sí
mismas”, sino “representaciones de cosas”, deben, para ser tales, ser pensados y así
estar sujetos a las condiciones del pensamiento que precisamente son las categorías.
II) Para la segunda interpretación fundamental, el conocimiento es una
operación de trascendencia. Según esta doctrina, conocer significa llegar a presencia
del objeto, apuntar a él, o, con el término preferido por la filosofía contemporánea,
trascender a él. El conocimiento es entonces, la operación en virtud de la cual el
objeto mismo está presente; presente por así decirlo, en persona, o presente a través
de un signo que lo haga hallable, describible o previsible. Esta interpretación no se
funda en una admisión de carácter asimilatorio o identificatorio; los procedimientos
del conocer no tienden, para ella, a convertirse en el objeto mismo del conocer.
Tienden, más bien, a hacer presente a este objeto como tal o a establecer las
condiciones que hagan posible su presencia, es decir, intentan preverla. La presencia
del objeto o la predicción de esta presencia, es la función efectiva del conocimiento
según esta interpretación.
Esta interpretación aparece por primera vez en los estoicos, quienes llamaban
evidentes a las cosas “que vienen por sí mismas a nuestro conocimiento”, como por
ejemplo, el ser de día, y llamaban “oscuras” a las que por lo común escapan al
conocimiento humano. Entre estas últimas distinguían, además, a las oscuras por
naturaleza, que no caen nunca bajo nuestra evidencia y las oscuras
momentáneamente, pero evidentes por naturaleza (asó por ejemplo la ciudad de
Atenas para quien no reside en ella). Estas dos últimas especies de cosas se
comprenden por medio de signos; las cosas oscuras por naturaleza, mediante signos
indicativos (ejemplo el sudor se presenta como signo de los poros invisibles) y
mediante signos rememorativos las cosas evidentes por naturaleza pero oscuras
momentáneamente (como el humo es un signo del fuego).
Son reconocible, en este planteo, las tesis fundamentales, a saber: 1) el
conocimiento evidente consiste en la presencia de la cosa, por la cual la cosa “se
manifiesta por sí” o “se comprende por sí”, o sea, se comprende como cosa, y por lo
tanto, como otra del que la comprende; 2) el conocimiento no evidente adviene por
28
medio de signos que remiten a la cosa misma, sin tener una identidad cualquiera o
una semejanza con ella.
Esta doctrina de los estoicos fue inoperante durante varios siglos, como una
posibilidad olvidada en la historia de la filosofía. Renace solamente con la
escolástica del siglo XIV, con los pensadores que critican la doctrina de la species
como intermediaria del conocimiento. La species, es una tesis típica de la doctrina de
la asimilación; ella, en efecto, está junto al acto del conocimiento y al acto del objeto
(como forma o sustancia de este último). Pero DUNS SCOTO distinguió un
conocimiento “que abstrae de la existencia actual de la cosa” y que denominaba
abstractivo y un “conocimiento de la cosa en cuanto existe y está presente en su
existencia actual que había denominado intuitivo (que es por un lado, el sensible y
por otro, el intelectual, que tiene por objeto a la sustancia o naturaleza común, por
ejemplo la naturaleza humana) y no tiene necesidad de especie porque le está
directamente presente la cosa en persona. Sólo el conocimiento abstractivo, esto es el
conocimiento intelectual de lo universal, tiene necesidad de especie. A esta doctrina
hace referencia la escolástica del siglo XIV.
En el siglo XVII los principios fundamentales de esta doctrina fueron
reproducidos por HOBBES, para quien las sensaciones [fundamento de todo el
conocimiento] no son otra cosa que fantasía original, causada...por los movimientos
de las cosas externas sobre...nuestros órganos (Leviathan, I, 1). BERKELEY
sustituyó la causalidad de las cosas externas por la causalidad de Dios; la teoría de
que las cosas conocidas son signos mediante los cuales Dios habla a los sentidos o a
la inteligencia del hombre, para instruirlo acerca de lo que debe hacer.
En el ínterin con el cartesianismo y especialmente con Locke, se vino
formando el concepto del conocimiento como operación unificadora, función
unificadora de ideas, o sea, de estados que caen dentro de la conciencia, pero cuyo
enlace corresponde o debe corresponder al de las cosas. Eliminada la sustancia
material por Berkeley, y toda especie de sustancia por Hume, la conexión entre las
ideas llegaba a agotar las funciones de la actividad cognoscitiva. Así Hume piensa
que toda la operación cognoscitiva es una operación de conexión entre las ideas;
operación de conexión es el razonamiento por el cual se muestra la liga que las ideas
tienen entre sí, independientemente de su existencia real, operación de conexión
entre las ideas y el conocimiento de la realidad de hecho. En el primer caso la
conexión es cierta, porque no depende de ninguna condición de hecho; en el
segundo caso, se funda en la relación de causalidad. Pero esta misma relación no
tiene otro fundamento que la repetición de una cierta sucesión de acontecimientos y
el hábito que tal repetición determina en el hombre.
Este concepto del conocimiento como operación de conexión o coligación,
que no tiene nada en común con la identificación o la asimilación con el objeto, es
denominada operación de síntesis por KANT. La síntesis es, en general, “el acto de
reunir diferentes representaciones y comprender su multiplicidad en un
conocimiento” (Crítica de la Razón Pura). Pero la síntesis cognoscitiva, para Kant,
29
no es solamente una operación de coligación entre representaciones; es también una
operación de coligación con el objeto de estas representaciones, por medio de la
intuición.
Pensar un objeto y conocer un objeto no es, por lo tanto, la misma cosa. “El
conocimiento comprende dos puntos: en primer lugar, un concepto (la categoría) por
el cual puede pensarse, por lo general, un objeto, y en segundo lugar, la intuición por
la que es dado”. La intuición tiene este privilegio: que se refiere inmediatamente al
objeto y que, por medio de ella, el objeto es dado. De tal manera, no hay duda de que
la operación del conocer tiende a hacer presente el objeto, se entiende que es
fenómeno,, ya que la “cosa en sí” es, por definición, extraña a toda relación
cognoscitiva.
Dice HUSSERL “a toda ciencia corresponde un dominio de objetos como
campo de sus investigaciones, y a todos sus conocimientos, es decir, aquí
proposiciones justas, corresponden como prístinas fuentes de fundamentación
justificativa ciertas intuiciones en las que se dan en sí mismos y al menos
parcialmente, en forma originaria los objetos del dominio”. Así la experiencia, que
abraza la totalidad del conocimiento del investigador de la naturaleza, es una
operación experimental a través de la cual un objeto específico, la cosa, es dada en su
realidad originaria. La experiencia es, en este sentido, “un acto de fundamentación,
nunca reemplazable por un mero imaginar. Más para el geómetra, que no investiga
realidades sino “posibilidades ideales”, no relaciones reales, sino relaciones
esenciales, es, en lugar de la experiencia, la intuición esencial, el acto de
fundamentación última”.
Considerando el conocimiento desde un punto de vista más general, se puede
decir que “cada forma de ser...tiene esencialmente sus modos de darse y por ende sus
modos en punto al método del conocimiento” y la investigación fenomenológica es,
según el proyecto de Husserl, el análisis de estos modos de ser como “modos de
darse en sí mismo”. De manera análoga, el conocimiento, es para HARTMANN, un
proceso de trascendencia que tiene su término en el ser “en sí [Metafísica del
Conocimiento]”.
DOGMATISMO
30
estimulado a los pensadores y poetas desde su época al presente.
El dogmatismo da por supuestas la posibilidad y la realidad del contacto entre
el sujeto y el objeto. Es para él comprensible de suyo que el sujeto, la conciencia
cognoscente, aprehende un objeto. Esta posición se sustenta en una confianza en la
razón humana, todavía no debilitada por ninguna duda.
Puede hablarse de dogmatismo teórico, ético y religioso. La primera forma de
dogmatismo se refiere al conocimiento teórico, las dos últimas al conocimiento de
los valores. En el dogmatismo ético se trata del conocimiento moral; en el religioso,
del conocimiento religioso.
ESCEPTICISMO
34
CABANILLAS BARRANTES, E. Gilberto; Lecturas del Curso de Epistemología Jurídica, Agosto,
2003.
35
HESSEN, Juan; Teoría del Conocimiento, op. cit. pg. 23.
31
En la filosofía Moderna la función del escepticismo ha sido doble. En primer
lugar, ha servido a menudo como blanco polémico o hipótesis de reducción al
absurdo a los filósofos que se proponían fundar cualquier doctrina dogmática. En
segundo lugar ha servido como bandera contra- determinada filosofía.
Entre estas dos posiciones o tendencias extremas clásicas se desarrollaron
otras corrientes distintas, tales como; el subjetivismo, relativismo, pragmatismo y
criticismo.
EL SUBJETIVISMO
36
HESSEN, Juan; Teoría del Conocimiento, op. cit. pg. 25.
37
HESSEN, Juan, ídem, pg. 26.
32
la preocupación por el conocimiento del hombre, por el derecho, política y las
ciencias sociales, nacen tal vez de la necesidad de la democracia ateniense de contar
con maestros de oratoria, dialéctica, gramática y otras disciplinas para la formación
de los ciudadanos, pero pronto formaron una corriente filosófica
El escepticismo de los sofistas se refleja también en sus teorías sobre la ley y
la justicia: Protágoras y Críticos parecen identificar ambos conceptos. CALICLES
propugna el derecho del fuerte y TRASÍMACO opina utilitariamente, que la justicia
es todo lo que conviene al poderoso.
RELATIVISMO
38
HESSEN, Juan; Teoría del Conocimiento, op. cit. pg. 26.
33
las culturas, considerándolas como estructuras sin universalidad. Destaca en esta
dirección SPENGLER, quien en el prólogo a la Decadencia de Occidente define su
propio sistema como "filosofía del destino”. No hay una historia de la Humanidad,
sino de las culturas y, por tanto, de los Derechos.
EL relativismo cultural responde a una justificada reacción contra el
abstraccionismo racionalista. Es la exageración de un hecho que, reducido a sus
justos límites, es perfectamente comprensible; las diferencias de pensamiento a lo
largo de la Historia, la sucesión y coexistencia de explicaciones, a veces
diametralmente opuestas, entre hombres de distinta época o de distinta zona. En este
sentido cabe decir con SPLENGER, recordando a MONTESQUIEU, que no existe el
hombre en sí, sino el hombre de tal o cual tiempo, lugar raza, etc.
En lo que respecta a la Filosofía del Derecho, en cualquiera de sus formas el
escepticismo y el relativismo llevan lógicamente a la anarquía. La duda que se cierne
sobre la verdad afecta sin remedio a la norma, todo lo que signifique rectificación de
conducta conforme a normas ajenas supone entonces imposición arbitraria, y la
autoridad no tiene razón de ser en ningún aspecto, estamos, por consiguiente ante
una indiferencia ética , lejos de cualquier principio de perfección que aboca a una
desmoralización radical.
PRAGMATISMO
39
HESSEN, Juan; Teoría del Conocimiento, op. cit. pg. 27 y 28.
34
nombre pragmatismo se une sobre todo al de WILLIAMS JAMES quien afirma que
cuando están en juego intereses prácticos, debe el hombre pasar al segundo término
las consideraciones intelectuales y aún arrastrar el riesgo de algún error intelectual;
éste fue el primero en usar por escrito esta denominación en 1898; pero la había
recibido de CHARLES SANDERS PEIRCE 1839 – 1914 iniciador de la doctrina,
que expuso ya veinte años antes. Sobre las relaciones entre PEIRCE y JAMES se ha
discutido mucho; oscurecido el primero durante muchos años, su figura ha suscitado
recientemente vivo interés; ha sido valorado mucho más alto que James, que había
gozado de enorme prestigio y ha sido sometido después a dura crítica; se ha discutido
la conexión entre las dos interpretaciones del pragmatismo; incluso se ha dicho que
"el movimiento filosófico conocido como pragmatismo es en gran parte el resultado
de haber malentendido James a Peirce”. Hay sin duda, en esto una exageración,
debida al “descubrimiento” tardío de Peirce y a la reacción contra el exclusivismo de
vincular el prognatismo a James y sus continuadores inmediatos, tales como:
JOHN DEWEY (1859-1952) filósofo y pedagogo sobresaliente en
Norteamérica; dice que el pragmatismo se convierte en un general instrumentalismo,
F.C.S. SCHILLER (1864-1937) quien se enlaza con la filosofía de James, y
considera su propio pensamiento, el Humanismo, como un pragmatismo más amplio,
que se extiende a todas las disciplinas filosóficas, su tesis fundamental consiste en
reducir la verdad a utilidad y la realidad a espíritu, y RALPH BARTON PERRY
(1877-1957).
El Pragmatismo es la rebelión del sujeto contra el objeto, una forma moderna
de la filosofía del poder y una expresión de la arrogancia del hombre frente a aquello
que los griegos decían que es más que el hombre, pero nótese bien: no es
NIETZSCHE ni FICHTE el culpable de que el concepto de verdad haya sido
suplantado por un concepto de fuerza; fue HUME quien entregó la verdad al hombre
al someterla a las leyes de la asociación y al poner a la psicología en lugar de la
ontología. Entonces se decidió la suerte de una filosofía que aún hoy permite, de
modo parecido al marxismo soviético y al instrumentalismo de los filósofos
norteamericanos, proclamar una verdad "práctica" como si fuera la verdad40.
EL CRITICISMO
40
CABANILLAS BARRANTES, E. Gilberto; Lecturas del Curso de Epistemología Jurídica, op. cit.
35
humano, el criticismo, próximo en esto al escepticismo une a la confianza en el
conocimiento humano en general la desconfianza hacia todo conocimiento
determinado. El criticismo examina todas las afirmaciones de la razón humana y no
acepta nada despreocupadamente. Dondequiera pregunta por los motivos y pide
cuentas a la razón humana. Su conducta no es dogmática no escéptica, sino reflexiva
y crítica. Es un término medio entre la temeridad dogmática y la desesperación
escéptica.
Brotes de criticismo existen dondequiera que aparecen reflexiones
epistemológicas. Así ocurre en la antigüedad en PLATÓN y ARISTÓTELES y entre
los estoicos; en la Edad Moderna, en DESCARTES y LEIBNITZ y todavía más en
LOCKE y HUME, y sobre todo KANT41.
El verdadero fundador de esta corriente es MANUEL KANT, considerado
también siempre como característico de su teoría del conocimiento. La conclusión
típica que arroja su método crítico, es como es sabido, la limitación al fenómeno. La
crítica de la Razón Pura, pretende trazar los linderos del conocimiento, sobre todo
frente a los inútiles conatos de la antigua metafísica por irrumpir en una región
imposible de flanquear. La línea divisoria señala concretamente como infranqueable
todo aquello de lo que no tenemos intuición, ni por tanto representación por no
pertenecer al mundo del fenómeno: De ahí que podamos precisar del criticismo
Kantiano designándolo, idealismo-crítico, o mejor idealismo trascendental, dado que
las leyes trascendentales del conocer son más importantes que los objetos
trascendentales en sí, a los que tiene él por incognoscibles. A pesar de ello, KANT
mismo traspasa las fronteras por él puestas. Habla de Dios, del alma, de la
inmortalidad, de la libertad, y tiene conciencia de que con estas ideas está al otro
lado del reino de la experiencia.
Más importante aún para la crítica del criticismo es saber que este criticismo
descansa en un determinado principio, el de que el conocimiento es sólo posible
sobre el fundamento de un “dato” de la experiencia sensible entendida
empirísticamente.
MANUEL KANT (1724-1804) es sin duda una de las figuras más
representativas e influyentes de nuestra Era. El vuelco producido en la orientación
de la filosofía por sus obras especialmente por la Crítica de la Razón Pura, ha sido
comparado con el que ocasiona COPÉRNICO en la astronomía. Desde KANT, la
reflexión filosófica se vuelve sobre las facultades cognoscitivas del sujeto, dando
margen a una teoría conocimiento deshumanizado, artificioso y escéptico, que han de
socavar hondamente todos los dominios en que se deja sentir su desquiciador influjo.
La importancia de este filósofo es, sin embargo, tan considerable, que ha llegado a
afirmarse que se puede estar con Kant o contra Kant, pero nunca sin Kant, pues
sus ideas constituyen un punto de referencia para cualquiera doctrina.
Para salvar los valores morales en medio del desastre de nuestras
41
HESSEN, Juan; Teoría del Conocimiento, op. cit. pg. 29.
36
posibilidades cognoscitivas, para mantener, en alto algún criterio que pueda regir la
conducta humana, KANT se ve, pues, en la obligación de separar la razón en dos
grandes modos de aplicación, la razón pura y la razón práctica, y afirmando la
primacía de esta última, procura restablecer en su sitio todo lo que había destruido
con la crítica de la primera.
Como conclusión podemos afirmar que Kant, aún muy influido por las
escuelas jurídicas tradicionales, no aplicó íntegramente al derecho los principios
epistemológicos de la razón pura. De ahí el esfuerzo de STAMMLER, por ejemplo,
por poner al filósofo de acuerdo consigo mismo, procurando llevar sus ideas hasta
las últimas consecuencias. Pero la semilla crítica ya estaba echada, y había de
fructificar más tarde con una frondosidad que ni el frió pensador de Konigsberg
habría podido imaginar42.
EL RACIONALISMO
42
CABANILLAS BARRANTES, E. Gilberto; Lecturas del Curso de Epistemología Jurídica, op. cit.
37
interpreta y concibe todo el conocimiento humano con arreglo a esta forma de
conocimiento, se llega al racionalismo.
1. Racionalismo Trascendente
2. Racionalismo Teológico
43
CABANILLAS BARRANTES, E. Gilberto; Lecturas del Curso de Epistemología Jurídica, op. cit.
38
3. Racionalismo Teognosticista
4. Racionalismo Inmanente
44
HESSEN, Juan; Teoría del Conocimiento, op. cit. pg. 34.
39
experiencia social, o sea de la experiencia histórica. Así queda limitado el
conocimiento jurídico al Derecho Histórico. EN este caso quedaría fuera todo
conocimiento de los valores y se negaría, en consecuencia toda estimativa.
Criticando estas ideas, sustentadas especialmente por el positivismo jurídico
en todas sus formas, CATHREIN S.J. observa que la experiencia no puede ser la
única fuente del conocimiento pues ella no puede darnos principios de valor
universal. El empirismo no puede reconocer ningún principio analítico universal. El
valor objetivo de estos principios fue negado por los empiristas desde Locke;
carecen de valor objetivo, son puros resultados subjetivos de nuestro pensamiento y
su universalidad se funda solamente en que se les admite en general como tales. Con
esto se destruye el cimiento de toda ciudad. Toda demostración científica tiene que
apoyarse en los más altos principios de la razón.
Una última forma del racionalismo se nos presenta en el siglo XIX. Las
formas citadas hasta aquí confunden el problema psicológico y el lógico. Lo que
es válido independientemente de la experiencia no puede menos, según ella, de
haber sugerido también independientemente de la experiencia. Pero la forma de
racionalismo a que nos estamos refiriendo, distingue, por el contrario,
rigurosamente la cuestión del origen psicológico y la del valor lógico y se limita
estrictamente a investigar el fundamento de este último. Lo encuentra con ayuda
de la idea de la “conciencia en general”. Esta es tan distinta de la conciencia
concreta e individual, a que el racionalismo moderno atribuye las ideas innatas,
como del sujeto absoluto, del que el racionalismo antiguo deriva los contenidos
del conocimiento. Es algo puramente lógico, una abstracción, y no significa otra
cosa que el conjunto de los supuestos o principios supremos del conocimiento.
El pensamiento sigue siendo, pues, la única fuente del conocimiento. El
contenido total del conocimiento humano se deduce de esos principios supremos
por modo rigurosamente lógico. Los contenidos de la experiencia no dan ningún
punto de apoyo al sujeto pensante para su actividad conceptual. Semejan más
bien a la x de las ecuaciones matemáticas; son las magnitudes que se trata de
determinar. Se puede caracterizar esta forma del racionalismo como un
racionalismo lógico en sentido estricto45.
EL EMPIRISMO
45
HESSEN, Juan; Teoría del Conocimiento, op. cit. pg. 34 y 35.
40
mediante los sentidos, no acepta la experiencia interna o captación de sí mismo
(reflexión).
Las ideas empiristas vienen desde la antigüedad a través de los sofistas, los
estoicos y los epicúreos, pero el desarrollo sistemático del empirismo ocurre en la
Edad Moderna, en la filosofía inglesa (siglos XVII a XVIII), especialmente por
JHON LOCKE (1652 - 1704) quien combate duramente la teoría de las ideas
innatas considerando el alma humana como "un papel en blanco" que la
experiencia poco a poco va cubriendo. Hay una experiencia externa que es la
sensación y una interna que es la reflexión Los contenidos de la experiencia son
ideas o representaciones ya simples o complejas y estas últimas se componen de
ideas simples. Una idea compleja es por ejemplo, la idea de “cosas” o de
“sustancia”, que es la suma de las propiedades sensibles de una cosa. El pensamiento
no agrega un nuevo elemento, sino que se limita a unir unos con otros los distintos
datos de la experiencia, En consecuencia en nuestros conceptos no hay contenido,
nada que no procede de la experiencia interna o externa.
El empirismo de LOCKE fue desarrollado por DAVID HUME (1711-1776).
Hume divide las “ideas” (percepción) de Locke en impresiones e ideas. Por
impresiones entiende las vivas sensaciones que tenemos cuando vemos, oímos,
tocamos, etc. Hay, pues, impresiones de la sensación y de la reflexión. Por ideas
entiende las representaciones de la memoria y de la fantasía, menos vivas que las
impresiones y que surgen en nosotros sobre la base de éstas. Ahora bien, HUME
sienta este principio: Todas las ideas proceden de las impresiones y no son nada más
que copias de las impresiones. Este principio le sirve de criterio para apreciar la
validez objetiva de las ideas.
De este modo, también él defiende el principio fundamental del empirismo,
según el cual la conciencia cognoscente saca sus contenidos sin excepción de la
experiencia. Pero lo mismo que Locke también Hume reconoce en la esfera
matemática un conocimiento independiente de la experiencia y por ende
universalmente válido.
Un contemporáneo de Hume, el filósofo francés CONDILLAC (1715-1780),
transformó el empirismo en el sensualismo. Condillac reprocha a Locke haber
admitido una doble fuente de conocimiento, la experiencia externa y la experiencia
interna. Su tesis dice, por el contrario, que sólo hay una fuente de conocimiento: la
sensación. El alma sólo tiene originariamente una facultad: la de experimentar
sensaciones. Todas las demás han salido de ésta. El pensamiento no es más que una
facultad refinada de experimentar sensaciones. De este modo queda estatuido un
riguroso sensualismo.
En el siglo XIX encontramos el empirismo en el filósofo inglés JHON
STUART MILL (1806-1873). Éste rebaza a Locke y Hume, reduciendo también el
conocimiento matemático a la experiencia como única base del conocimiento. No
hay proposiciones a priori, válidas independientemente de la experiencia. Hasta las
leyes lógicas del pensamiento tienen la base de su validez en la experiencia.
41
Tampoco ellas son nada más que generalizaciones de la experiencia pasada.
La significación del empirismo para la historia del problema del
conocimiento consiste en haber señalado con energía la importancia de la experiencia
frente al desdén del racionalismo por este factor del conocimiento. Pero el empirismo
reemplaza un extremo por otro haciendo de la experiencia la única fuente del
conocimiento46.
La experiencia, por si sola, solo es capaz de proporcionarlos el conocimiento
de las cosas individuales y concretas, limitadas por los inflexibles marcos del
espacio y del tiempo. El hecho es, sin embargo, que el espíritu humano posee ideas y
nociones de validez universal y, a través de las ciencias puede incluso proveer el
futuro. La reducción de las formas superiores del conocimiento a meras
yuxtaposiciones de imágenes o generalizaciones de la experiencia sensorial, se ha
revelado totalmente insuficiente. No nos asiste duda alguna que el conocimiento no
es un producto de la sola experiencia, ni en su origen ni en su esencia.
Con respecto al racionalismo puro, puede tener éxito dentro de ciertas
disciplinas de tipo esencialmente especulativo, como las matemáticas y la lógica
formal, que sólo operan con objetos ideales; pero que, necesariamente, tendrá que
fracasar aplicado a la esfera de otros objetos, como el trecho, que no son meros
pensamientos, sino también realidades externas.
El racionalismo, a nuestro juicio, es una automutilación de nuestras facultades
cognoscitivas y una manera unilateral y desvitalizada de mirar el mundo. El
conocimiento no puede fundarse sólo en la razón, separada del mundo y de la vida,
sino que debe considerar, también, la experiencia de los sentidos, la intuición, las
profundas conexiones espirituales y biológicas que nos unen con la realidad.
EL INTELECTUALISMO
46
HESSEN, Juan; Teoría del Conocimiento, op. cit. pg. 37 y 38.
42
Este punto de vista epistemológico ha sido desenvuelto ya en la antigüedad.
Su fundador es ARISTÓTELES. El racionalismo y el empirismo llegan, en cierto
modo, a una síntesis en él. Como discípulo de Platón, Aristóteles se halla bajo la
influencia del racionalismo. Como naturalista de raza, se inclina, por el contrario, al
empirismo. De esta suerte, se sintió fatalmente impulsado a intentar una síntesis del
racionalismo y empirismo, que llevó a cabo del siguiente modo. Siguiendo su
tendencia empirista, coloca el mundo platónico de las ideas dentro de la realidad
empírica. Las ideas ya no forman un mundo que flota libremente; ya no se
encuentran por encima, sino dentro de las cosas concretas. Las ideas son las formas
esenciales de las cosas. Representan el núcleo esencial y racional de la cosa, núcleo
que las propiedades empíricas rodean como una envoltura. Partiendo de este
supuesto metafísico, trata Aristóteles de resolver el problema del conocimiento. Si
las ideas se hallan sumidas en las cosas empíricas, ya no tiene razón de ser una
contemplación preterrena de aquéllas, en sentido de Platón. La experiencia alcanza,
en cambio, una importancia fundamental. Se convierte en la base de todo el
conocimiento. Por medio de los sentidos obtenemos imágenes perceptivas de los
objetos concretos. En estas imágenes sensibles se halla contenida la esencia general,
la idea de la cosa. Sólo es menester extraerla.
Esta teoría ha sido desarrollada en la Edad Media por SANTO TOMÁS DE
AQUINO. La tesis fundamental de éste dice: cognitio intellectus nostri tota
derivatur a sensu. Empezamos recibiendo de las cosas concretas imágenes sensibles,
species sensibiles. El intellectus agens extrae de ellas las imágenes esenciales
generales, las species inteligibles. El intellectus posibilis recibe en sí éstas y juzga así
sobre las cosas. De los conceptos esenciales así formados se obtienen luego, por
medio de otras operaciones del pensamiento, los conceptos supremos y más
generales, como los que están contenidos en las leyes lógicas del pensamiento (por
ejemplo, los conceptos se ser y de no ser, que figuran en el principio de
contradicción). También los principios supremos del conocimiento radican, pues, en
último término en la experiencia; pues representan relaciones que existen entre
conceptos procedentes de la experiencia. SANTO TOMÁS declara, por ende,
siguiendo a ARISTÓTELES: Cognitio principiorum provenit nobis ex sensu47.
EL APRIORISMO
47
HESSEN, Juan; Teoría del Conocimiento, op. cit. pg. 38-40.
43
como conceptos perfectos, para el apriorismo estos factores son de naturaleza
formal, no son contenidos, sino formas del conocimiento.
El fundador de este apriorismo es KANT. Todo su filosofía está dominada
por la tendencia a mediar entre el racionalismo de LEIBNITZ y WOLFF y el
empirismo de LOCKE y HUME. Así lo hace declarando que la materia del
conocimiento procede de la experiencia y que la forma procede del pensamiento.
Con la materia se significan las sensaciones. Estas carecen de toda regla y orden,
representan un puro caos. Nuestro pensamiento crea el orden en este caos enlazando
unos con otros y poniendo en conexión los contenidos de las sensaciones. Esto se
verifica mediante las formas de la intuición y del pensamiento. Las formas de la
intuición son el espacio y tiempo. La conciencia cognoscente empieza introduciendo
el orden en el tumulto de las sensaciones, ordenándolas en el espacio y en el tiempo,
en una yuxtaposición y en una sucesión48.
KANT, que se pregunta por la posibilidad del conocimiento, trató de
solucionar este problema de manera totalmente nueva. Además del conocimiento
empírico, basado en observaciones y de las verdades puramente lógicas, existe una
tercera clase de conocimiento; los “juicios a priori”. El principio general de
causalidad es un ejemplo de este último conocimiento.
El sucesor inmediato de Kant es JOHANN GOTTLIEB FICHTE, para él, la
teoría del conocimiento aparece por primera vez “como teoría de la ciencia” en
cuyo desarrollo se advierte una confusión entre la teoría del conocimiento y la me-
tafísica.
En los sistemas del idealismo alemán, principalmente de SCHELLING y
HEGEL revive el pensamiento aristotélico.
En una atmósfera que ha conducido a los ensayos de metafísica inductiva,
como la de NICOLAI HARTMAN, así como WUNDT y DRIESCH, y a la filosofía
de la intuición, representada por BERGSON y la fenomenología de HUSSERL y
SCHELER.
El método fenomenológico tiene rasgos característicos y fundamentos
epistemológicos que debemos tener en cuenta: En el conocimiento se hallan frente a
frente el sujeto y el objeto. El conocimiento es una relación sujeto-objeto, cuyo
dualismo pertenece a la esencia del conocimiento. La relación entre estos dos
miembros es, a su vez, una correlación: ambos son, únicamente lo que son en cuanto
son para el otro.
48
HESSEN, Juan; Teoría del Conocimiento, op. cit. pg. 41.
44
El derecho busca el valor de lo justo y da origen a lo que se conoce como
Deontología.
ÉTICA.- La palabra ética, Ethos, en griego, y mos, en latín, quiere decir
costumbre, hábito. La ética sería, pues, de acuerdo con el sentido etimológico, una
teoría de las costumbres. Hay que advertir, sin embargo, que la palabra costumbres
no posee, en nuestro idioma, la misma significación que corresponde a los vocablos
griego y latino antes citados. Pues cuando hablamos de costumbre y hábitos, no
solemos atribuirles la nota de obligatoriedad o normatividad implícita en aquellas
expresiones. Las costumbres que integran lo que se denomina moralidad positiva de
un pueblo o de una época no son simple reiteración de determinadas formas de
conducta, sino prácticas a las que se halla unida la convicción, existente en quienes
las realizan, de que lo normal, lo acostumbrado, es, al propio tiempo, lo obligatorio o
debido49.
El objeto que la ética, en cuanto disciplina filosófica, se propone definir y
explicar, es la moralidad positiva, o sea, el conjunto de reglas de comportamiento y
formas de vida a través de las cuales tiende el hombre a realizar el valor de lo
bueno. Esas reglas no han permanecido idénticas, sino que han ido variando a lo
largo del tiempo y en diferentes lugares del espacio50.
La ética estudia el valor moral en la conducta humana y los principios que
pretenden convertirse en rectores de dicha conducta. La ética es el estudio de la
conducta ideal, es el conocimiento más elevado, decía Sócrates, es el del bien y del
mal, el conocimiento de la sabiduría en la vida.
ESTÉTICA.- Estudia la experiencia estética (crea belleza), naturaleza del
valor belleza. Investiga el valor belleza. Es el estudio de la forma ideal, o sea la
belleza; es la filosofía del arte.
12. LA COSMOLOGÍA
45
desde la nada y que ha existido siempre. Creencias, no verdades racional y
objetivamente formuladas fueron y son, en efecto, tanto la tesis cristiana de la creatio
ex nihilo del mundo, como la doctrina helénica de la repetición indefinida de ciclos
cósmicos e históricos, que ya San Agustín creyó obligado discutir51.
Se puede distinguir cuatro fases de la Cosmología a partir del momento en
que se abandonaron las tentativas francamente místicas de las teogonías (la
generación de los dioses y del mundo: cosmología mítica), esto es:
1) Fase de transición del mito a la especulación; El término catasterismo
define el proceso de transformación en aster (estrella) de un ser divino, personaje
heroico o simple mortal, y en ocasiones algún objeto inanimado, que a partir de ese
momento pasa a formar parte del firmamento como cuerpo celeste.
2) La fase clásica de la Cosmología geocéntrica y finalista.- CLAUDIO
TOLOMEO (que vivió en tiempos del emperador Marco Aurelio, siglo II d.C.). Su
obra capital titulada “Coordinación Matemática”. El sistema tolomaico supone que
la tierra permanece inmóvil en el centro del universo, y que son los demás cuerpos
celestes los que giran a su alrededor. La obra de Tolomeo quedó canonizada en la
antigüedad, y a glosarla se decidieron diversos astrónomos de Alejandría, entre los
que sobresalieron las figuras de Papo y Teón52.
3) La Cosmología moderna heliocéntrica53; Nicolás Copérnico (1473-1543)
creador de la teoría heliocéntrica que considerará al sol como centro del sistema solar
y la tierra con otros planetas gira a su alrededor. Aunque la teoría heliocéntrica de
Copérnico ya había sido anunciada en la antigüedad por Aristarco de Samos (muerto
en el año 264 a.C.) quien dará su propio nombre a la primera exposición de la
llamada “hipótesis heliocéntrica”, según la cual es esta estrella la que ocupa el centro
del universo y a cuyo derredor giran otros planetas, incluido entre ellos la propia
tierra. Pero Aristarco nació antes de tiempo y su teoría resultó demasiado
innovadora, heterodoxa y casi herética, de suerte que la ciencia oficial de la época
consiguió arrinconarla por siglos y siglos hasta que aparecieran Copérnico y
Galileo54.
4) La fase contemporánea, comenzó en la segunda década del siglo XX y se
debe al uso de los nuevos instrumentos ópticos y conceptuales de que se comienza a
disponer en este período. Los grandes telescopios y la Teoría de la Relatividad de
Einstein han sido los factores fundamentales de esta transformación.
Al margen de cualquier referencia a la existencia y a los problemas de la
humanidad, sólo en el siglo XX ha surgido el empeño de dar una respuesta científica
al problema del origen del universo. Dos hechos, uno puramente teórico, más aún,
51
LAÍN ENTRALGO, Pedro; QUÉ ES EL HOMBRE – Evolución y Sentido de la Vida, EDICIONES
NOBEL, S.A., Oviedo – España, 1999, pg. 1000.
52
ERATÓSTENES; Metodología del Firmamento, Alianza Editorial, S.A., Madrid, 1999, pg. 15 y 16.
53
En los albores del siglo XVII, un científico alemán escudriñó la profundidad del espacio para
formular las tres leyes del movimiento de los planetas. Su nombre era Johannes Kepler y
compartía la convicción de Copérnico de que nada es inútil en la naturaleza.
54
ERATÓSTENES, op. cit. pg. 10.
46
puramente matemático, la publicación del artículo de EINSTEIN “Consideraciones
cosmológicas para la teoría general de la relatividad” (1917), y otro de orden
empírico, un sensacional hallazgo del astrónomo HUBBLE, según el cual las
galaxias se separan unas de otras con velocidad creciente, han iniciado esa fascinante
aventura. La tesis puramente teórica de la expansión del universo, expuesta casi
simultáneamente por el holandés DE SITTER, el ruso FRIEDMANN y el belga
LAMAITRE, como resultado de una rectificación de los cálculos de Einstein, quedó
experimentalmente comprobada por ese descubrimiento de Hubble, y pronto dio
lugar a la hipótesis cosmogónica de una magna explosión originaria (el big-bang,
nombre humorísticamente propuesto por Hoyle) como punto de partida del proceso
evolutivo del universo. Unos 14.000 millones de años han transcurrido desde él,
según los cálculos de los astrofísicos55.
El Método
55
LAÍN ENTRALGO, Pedro, op. cit. pg. 100 y 101.
47
fisiológicos, biológicos, anatómicos de los seres vivos (sistema óseo, circulatorio,
glandular, digestivo, nervioso); los sistemas de los átomos; los sistemas de los
elementos físicos y químicos; los sistemas geológicos y otros más. Los sistemas
artificiales son creados por el hombre, quien ha llegado a formar sistemas tales
como: los sistemas geométricos; los sistemas de las ciencias filosóficas; los sistemas
tonales de la música; los sistemas de contabilidad; los sistemas de las ciencias
políticas, económicas y sociales; sistemas monetarios, y muchos más.
Métodos de la Investigación
Cada ciencia tiene su método propio. Algunos son comunes a varias de ellas,
pero otros son específicos para el logro de los objetivos.
Los métodos analítico y sintético, inductivo y deductivo son comunes a todas
las ciencias, pues ellos representan los pilares para la formación teórica de toda
ciencia.
El Análisis
La Síntesis
La síntesis es la meta y resultado final del análisis, por tanto, ambos son
inseparables en la práctica. No es propiamente un método de investigación, sino más
bien una operación fundamental del espíritu, por medio de la cual logramos la
comprensión cabal de la esencia de lo que hemos conocido en todos sus aspectos
particulares.
Cuando se utiliza el método analítico sin llegar al sintético, esto facilita sólo
el conocimiento de hechos empíricos sin entrar a comprenderlos verdaderamente. De
igual modo, la síntesis sin el análisis no tiene fuerzas, y, a veces sus resultados son
ajenos a la realidad.
La síntesis es el método de razonamiento que tiende a reconstruir un todo
mediante los elementos distinguidos por el análisis. Es, en consecuencia, una
exposición breve y metódica, un resumen.
48
Llegamos a la conclusión de que el análisis proporciona el material requerido
por la síntesis, dándole así a la ciencia su verdadero saber.
La Inducción
La Deducción
49
menor, cuya realización se debe constatar; y la aplicación de la sanción, la
conclusión.
Ejemplos:
NORMA: “El acto jurídico es nulo: Cuando no reviste la forma prescrita bajo
sanción de nulidad”.
HECHO: Este acto no reviste la forma prescrita por la ley bajo sanción de nulidad.
CONCLUSIÓN: Este acto es nulo.
Método Dialéctico
50
SEGUNDA UNIDAD: NOCIONES GENERALES DE LA FILOSOFÍA DEL
DERECHO
1. CONSIDERACIONES PRELIMINARES
56
DEL VECCHIO, Giorgio; Historia de la Filosofía del Derecho, 2 da. ed., BOSCH Casa Editorial,
Barcelona, 1964, pg 1 y 2.
51
La filosofía del derecho es toda aproximación al hecho jurídico, el
acercamiento a un fenómeno que ha acompañado a la Humanidad desde su aparición,
puesto que la ley y el derecho constituyen una constante histórica que ha incidido de
una manera general y constante en las gentes y en los modelos sociales y políticos.
57
Tomado del Tema ¿Qué es la filosofía? de RENATO TREVES, publicado en la Revista Jurídica
Ius et Praxis, Universidad de Lima, Enero-Diciembre, 1993, Nº 21, teniendo como fuente original
Les Archives de Philosophie du Droit Nº 07, París, 1962.
58
LEGAZ Y LACAMBRA, Luis; Filosofía del Derecho, 5ta. ed., BOSCH, Casa Editorial, S.A.,
Barcelona, 1979, pg. 35.
52
pero también ha recibido al tema mismo del Derecho Natural como legado de la
especulación de la filosofía jurídica cristiana, del racionalismo de los siglos XVII y
XVIII, de las ideas humanistas y revolucionarias del siglo XIX, pero también de la
decepción ante las consecuencias del positivismo del siglo XX y de las exigencias
siempre renovadas de la conciencia jurídica de la humanidad en pro de los derechos
humanos. Por lo menos, pues, resultas ineludible la inclusión de un “tema ético” en
torno al Derecho, el problema de su justificación, la doctrina acerca de lo justo, la
teoría sobre la justicia…”
Un sabio aislado, sin afectos, por sabio que sea, no hará jamás grandes
discípulos.
59
VANNI, Icilio; Filosofía del Derecho, Imprenta de Jiménez de la Molina, Madrid, 1922, pg. 13.
53
unos con otros, de manera que pueda descubrirse su uniformidad y determinar sus
leyes.
54
período de máxima influencia, junto con sus discípulos y colaboradores de la
Universidad de Columbia, hasta los años 80, del siglo último pasado. El
pensamiento mertoniano se mueve en torno a la ciencia considerada como ins-
titución social, sin abordar su núcleo epistemológico.
A partir de los años 70 del siglo último pasado, la Science Studies Unit
(Universidad de Edimburgo), con el liderazgo de BARRY BARNES y DAVID
BLOOR, se pretende fundar las bases de una ciencia social de la ciencia, dando
origen al denominado "programa fuerte de la sociología de la ciencia”, en cuya línea
conceptual el conocimiento científico es un fenómeno natural, cuyo sujeto es la
sociedad, mucho más tratándose de la ciencia jurídica y la ciencia política que,
ambas, son las ciencias sociales más sociales que las ciencias sociales juntas; además
de ser susceptibles de análisis empíricos.
En general, los sociólogos de la ciencia están de acuerdo en la adopción de un
relativismo epistémico, es decir, que el conocimiento está enraizado en un
determinado tiempo y cultura, y no se limita a ser reproducción de la realidad
concreta consideran pertinente el estudio de la ciencia en acción.
55
Otra manifestación, por excelencia; de carácter social, es el lenguaje, la
terminología científica puede tener un significado menos preciso que en el lenguaje
cotidiano, puede -acuñar términos nuevos, redefinir antiguos e incluso recoger
vocablos de uso popular, lenguaje jurídico - diferencia del lenguaje matemático, que
en razón de su naturaleza de ciencia formal, es paradigmático por su precisión y a
veces por su carácter único se alimenta de la teoría epistemológica. Que subyace, en
las definiciones funciona es que presenta el derecho positivo, en la tendencia
dogmática que le asiste, así como en la disciplina particular que coadyuve. En la na-
turaleza agonal, heteróclita (siempre dispuesta a emplear todo cuanto conocimiento
le sea útil para el cumplimiento de sus fines) y argumental de la ciencia jurídica, se
desprende el carácter, permanentemente, discutible, debatible, argumentable de la
terminología que le pertenece.
COMO ejemplos, producidos en el medio nacional, desde el dominio de la
sociología, pero con evidente repercusión política y jurídica, se han dado los
vocablos como achoramiento, arribismo, vocablos especializados cuya semántica -en
confrontación con la realidad que enuncia forja un conflicto como por ejemplo el
término marginado, descartado.
En otros casos, el concepto de expresiones de significación cognitivo
científica, se alcanza integrando los vocablos dentro de su referente teórico. El
ejemplo más visible es el correspondiente a la expresión criterio de conciencia.
Como categoría jurídica, dicha expresión, en el Perú, es de aplicación en materia
penal, civil, laboral, tributario y en el ejercicio de la defensa. En el orden penal, es de
ejercicio y aplicación obligatorios en toda decisión jurisdiccional de grado sentencial
absolutoria o condenatoria.
Para WEBSTER (1991), la ciencia puede jactarse de ser la forma de
conocimiento más "objetiva y más racional sobre los objetos naturales, pero puesto
que no existen reglas inequívocas a la que se deban amoldar los científicos, se ha de
reconocer la naturaleza socialmente construida de esta compleja e interesante
institución cultural.
Dentro de la nueva filosofa de la ciencia, para HACKING la ciencia es
simultáneamente un conocer (teorías científicas) y un intervenir (tecnología).
No se puede seguir contraponiendo observación y teoría, ya que las prácticas
y los objetos son esenciales para la enunciación de las afirmaciones del
conocimiento. Tampoco se puede proponer una definición única de lo que sea la
ciencia, ya que los objetos y las prácticas son de naturaleza heterogénea y
contingente. Otros autores han insistido igualmente en la especialidad de cada
ciencia concreta, prevista de sus propias herramientas e instrumentos deductivos.
JAVIER ECHEVERRÍA (1995-1996) ha elaborado una filosofía en la que
relaciona ese pluralismo metodológico de la ciencia, con el pluralismo axiológico de
la propia empresa científica. Extendiendo las ideas de HACKING, y puesto que la
ciencia es una actividad no solo de conocimiento, sino de transformación del mundo,
56
la filosofía de la ciencia debe ir más allá del estudio de lo epistemológico y lo
metodológico, para incluir los valores que subyacen y que guían dicha actividad.
La filosofía de la ciencia ha dejado de ser una filosofía pura y ha pasado a ser una
filosofía práctica, por lo que no queda más remedio que abordar su contexto social,
pero dentro de este contexto, hay mucho más que lo estudiado por los sociólogos del
conocimiento.
Para algunos autores, el giro tecnológico en la filosofía de la ciencia (es
decir, el reconocimiento de los procedimientos técnicos previos como configuradores
de las teorías científicas) ha servido no solo para abandonar la separación clásica
entre ciencia y tecnología, sino que ha preparado el camino a los estudios inter-
disciplinares sobre la tecno ciencia, como veremos, la reciente sociología de la tec-
nología reconoce el papel no sólo de los agentes humanos, sino el de las agencias
materiales, en el desarrollo de la ciencia y la innovación.
La filosofía de la ciencia aplicada surgió más tardíamente que la filosofía
de la ciencia, quizá debido a que, como dice MEDINA (1995), en nuestra cultura ha
existido un prejuicio teoricista que ha conducido a una descalificación
epistemológica de las técnicas frente al primado de la teoría. A grandes rasgos
podemos distinguir dos enfoques opuestos; el que bebe de la tradición analítica, y el
de la crítica humanística. Del primero es digno representante MARIO BUNGE.
Centrada en el estudio de la racionalidad y del método de la tecnología, que
se hacen derivar de la racionalidad científica. Para BUNGE, la tecnología no es sino
ciencia aplicada y plasmación material de la forma de conocimiento y actuación
más racional que existe. DE ahí se derivaría que tanto la ciencia como la técnica son
moralmente neutras, y solo habría que lamentar las malas utilizaciones de ambas por
intereses ajenos a los de esa racionalidad.
Para la teoría de la de la Red de actores, de BRUNO LATOUR y MICHEL
CALLÓN, los procesos de innovación se entienden como lucha entre distintos
actores que intentan imponer su definición del problema que trata de resolver. El
concepto de "actor" engloba por igual a los actores humanos y no humanos
(herramientas, máquinas, diseños, instituciones, etc.), y ya no se puede sostener la
dicotomía entre actores sociales y objetos, entre humanos y no humanos, sino que
hay que hablar de redes de estrechas relaciones entre todos estos colectivos.
LA escuela americana de críticos culturales, tradicionalmente preocupada con
los aspectos valorativos de la tecnología, su atención a posibles impactos y su interés
por la renovación educativa ha incidido especialmente en la posibilidad de evaluar y
controlar el desarrollo tecno científico. Autores como LANGDON WINNER resaltan
el hecho de que la tecnología modifica la imagen que tenemos de nosotros como
individuos y el papel de la sociedad de modos sutiles y frecuentemente inadvertidos.
Para ARNOLD PACEY, la definición de tecnología debe abarcar no sólo su
aspecto material (técnicas en cuanto a artefactos), sino que debe incluir los aspectos
organizativos (actividad económica e industrial, actividad profesional, usuarios y
57
consumidores) y los culturales (objetivos y valores afectados por la tecnología y los
que deberían ser respetados por ella), otro influyente crítico cultural americano es
CARL MITCHAN, que ha elaborado una filosofía de la tecnología que bebe una
buena parte de JACQUES ELLUL, y que reclama el primado de la filosofía y las
humanidades pana rescatar valores humanos y sociales frente al rodillo tecnológico.
El pragmatista PAÚL DURBIN (que se apoya ampliamente en JOHN
DEWEY) reclama un activismo social en el que los propios científicos tendrían un
papel central para ocuparse de los problemas sociales suscitados por su trabajo,
según él, sólo el activismo social progresista puede ofrecer alguna esperanza de
resolver ciertos problemas urgentes.
La ciencia y tecnología se han convertido en recursos estratégicos políticos
y económicos tanto para los Estados como para las industrias, pero aunque los
ciudadanos son conscientes de las ventajas que a su bienestar puede aportar el
desarrollo tecno científico, hay igualmente (sobre todo desde finales de los años
60) una conciencia acentuada de que el cambio tecnológico está en la base de
muchos de los problemas ambientales y sociales.
Desde el análisis económico, ya no cabe mantener que la tecnología sea un
factor exógeno del crecimiento económico, ni que los indicadores económicos al uso
midan correctamente muchos de sus costas sociales y ambientales. La tecnología es
de hecho, un factor endógeno, que se adapta y se selecciona por los requerimientos y
necesidades de la sociedad, la viabilidad de una tecnología no sólo depende de
factores económicos, sino también de los sociales, éticos y políticos. La noción
tradicional de mercado pierde así su significado, y la intervención del Estado ya no
se puede predicar solamente bajo los supuestos de fallos del mercado. “Las nuevas”
"reglas de juego" deben garantizar que los efectos adversos de las tecnologías sean
menos dañinos que si se dejara libre -competencia para todos.
58
reflexiones de THOMAS S. KHUN, físico brillante, autor de La estructura de las
revoluciones científicas. Estos modelos teóricos posibilitan abordar de manera
coherente y sistemática los principales problemas conceptuales de la ciencia. A partir
de los paradigmas, organiza los datos de la indagación científica para trasmitirlos de
manera comprensible, anclando las experiencias sobre un dominio determinado.
Todo paradigma tiene la estructura de una metáfora, por ejemplo, la
postulación sociológica de SPENCER, sobre el modelo organicista, en el que
metafóricamente - compara la sociedad con un organismo vivo, de lo que no puede
colegirse que este autor confunde la sociología con la biología. Se trata de una pura
analogía, esto es, de una metáfora o de un paradigma.
Siguiendo las huellas del planteamiento khunniano, el profesor JAMES
MANCUSO, ha insistido en la necesidad de sistematizar el pensamiento psicológico
a partir de los paradigmas que, consciente o inconscientemente, emplean los
psicólogos al tratar de comprender el ser humano y su conducta. Desarrolla el
paradigma de los homúnculos, vocablo utilizado como metáfora. Según la cual el
hombre actúa como si dentro de él existieran pequeños hombrecitos. MANCUSO
habla de "paradigma del hombrecito dentro del hombre" (The little man within
man).
Hay tres grandes temas en los cuales la teoría de la ciencia, la teoría
filosófica del conocimiento en general (gnoseología) y del conocimiento científico
(epistemología) se encuentran: El concepto de experiencia (verificabilidad
intersubjetiva de las proposiciones científicas), el análisis de las relaciones entre
teoría y experiencia en todas las ciencias y la historicidad del conocimiento
científico. La epistemología permanecerá, sin embargo, durante largo tiempo como
una modesta rama secundaria de una pujante teoría del conocimiento que
predominará durante siglos.
POPPER, trata de proponer una concepción de la ciencia, de sus fines y
sus métodos, a partir de la Matemática y la Física. Su preocupación básica es
presentar una concepción de la ciencia que satisfaga una exigencia operacional,
expresada por las nociones de validez y de consistencia o verdad sistemática, para el
campo experimental.
Popper prefiere proponer los medios tradicionales de información como
medio de conocimiento, sin privilegiar uno con relación al otro: Todo conocimiento,
cualquiera que sea, es bueno como punto de partida, incluso un eventual
conocimiento innato, pero todos ellos están expuestos a examen crítico y son
susceptibles de ser superados. Poseen, pues, una estatuto de conjetura, cuya validez
subsiste en la medida en que el examen crítico no descubra la necesidad de una o
varias correcciones, incluso su sustitución.
El mecanismo consiste, pues, en no buscar la verdad absoluta de las
aserciones que se hacen en el cuadro de una teoría (conjunto ordenado de
proposiciones), sino en detectar eventuales errores y establecer su falsedad. Esta
59
confianza inicial en los conocimientos disponibles ("el avance del conocimiento
consiste principalmente en la modificación del conocimiento anterior") y la
prioridad del examen crítico con mirar a establecer "la operacionalidad" teórica y
práctica constituyen para Popper los dos elementos esenciales de lo que él llama
racionalismo crítico.
Este racionalismo difiere de la Ilustración por el hecho de que no exige
ninguna certidumbre básica y no invoca a una autoridad cognitiva u ontológica por
encima de la racionalidad humana. Al contrario, admite que nuestro conocimiento
procede por ensayos, conjeturas y construcciones mentales hipotéticas, sometidas a
combinaciones, comparaciones y críticas.
En consecuencia, la organización del conocimiento debe ser concebida de
manera tendente a reducir al máximo el margen de error, sin que se admita la
posibilidad de alcanzar una verdad definitivamente válida.
Los Enunciados de Base, en los cuales POPPER depositaría su "confianza
inicial", no tienen ninguna justificación desde el punto de vista estrictamente lógico,
porque no son analíticos. Son conjeturas, hipótesis aceptadas en un contexto
científico preciso, por decisión o convención. A partir de este primer conjunto de
proposiciones enunciativas se establecerán las hipótesis que prevén los fenómenos
que se deben observar. Así, en una teoría T, está previsto el fenómeno FO. Si en el
ensayo se observa, sin embargo, el fenómeno F1, ha habido un error. Este error
llevará al científico a corregir, según el grado de error, sea los elementos que han
permitido la hipótesis errónea, sea, incluso, la reformulación completa de la teoría.
Esta consecuencia "correctiva" en el plano teórico, sólo interviene en la medida en
que la "falsificación" o "falsación" de la hipótesis o de la teoría es suficientemente
reproductible.
Los grados de "falsación" de las "universalidad" están en relación estrecha
con la teoría estadística de la probabilidad y son tratados por Popper en su "Lógica de
la Investigación Científica". POPPER, siguiendo la misma dirección de su
postulación epistemológica, insiste, sin embargo, en el hecho de que ningún
resultado científico, aunque sea observado millares de veces, tiene necesidad de
recibir un carácter definitivo o absoluto. Este "liberalismo" epistemológico
popperiano, así como su esfuerzo por desmitificar la investigación de certezas
absolutas, preside -prácticamente- todas las investigaciones epistemológicas
contemporáneas.
Gracias a este nuevo impulso, liberado de la servidumbre verificacionista del
neopositivismo, la teoría de la ciencia se desarrolla plenamente como meta ciencia,
buscando consolidar las bases de una identidad renovada de las ciencias sectoriales,
incluyendo la ciencia jurídica, tan influenciada por el positivismo. La teoría de la
ciencia jurídica abarca así dos grandes campos: el campo analítico (lógica,
metodología, sintaxis, semántica y dogmática) y el no analítico (la hermenéutica y
gnoseología del derecho), buscando establecer los medios metódicos para poner a
prueba la "cientifícidad" de los sistemas preposicionales que resultan de las ciencias
60
empíricas sectoriales.
El impulso decisivo hacia la modernización de la epistemología, incluyendo
la epistemología jurídica, ha venido de la lógica, cuya tendencia moderna ha
desarrollado durante los tres últimos decenios, de una manera significativa,
particularmente el dominio de la lógica filosófica: lógica constructiva e intuicionista,
intencional, modal, epistémico, deóntica, polivalente, temporal, nominalista,
inductiva, cuántica. Pero, además, la epistemología particularmente la epistemología
jurídica - viene priorizando campos de interés, forjando grupos perfectamente
distinguibles:
En un primer grupo, se vienen abarcando sobre la constitución científica de
los conceptos y de las teorías, así como su significación empírica. En este grupo se
sitúan, por ejemplo, las teorías de las definiciones y la axiomatización, así como la
teoría de las formas de los conceptos (conceptos cualitativos, comparativos y
cuantitativos). Un segundo grupo de cuestiones, comprende todo lo que tiene que con
la prueba (la probática tiende a alcanzar el estatus de disciplina), la fundamentación o
motivación y la teoría de la decisión jurídica.
Un último grupo, es el de las investigaciones lógico - lingüísticas, que conoce
un desarrollo notable desde hace algunos años. La reflexión filosófico analítica
recibe aquí un aspecto característicamente semántico y sintáctico; se puede decir que
estudia el lenguaje ordinario (ordinary language), los lenguajes formales y los
metalenguajes, así como sus relaciones. Así, la teoría de la ciencia jurídica, en esta
aplicación concreta, trabaja sobre el instrumento de la comunicación a todos los
niveles. De la reflexión epistemológica lógico lingüística a la elaboración de las
categorías propias del conocimiento jurídico, así como de las categorías específicas
de la deontología jurídica, derecho judicial, política criminal, etc.
La teoría de la ciencia, como disciplina filosófica, aún no tiene cien años. El
primer apartado, presentamos algunas posiciones de Aristóteles a Kant, luego
pasamos revista a la Teoría marxista de la ciencia.
61
representa un saber de hechos, todo nuestro conocimiento del mundo tiene que
cimentarse empíricamente y no en principios universales que no poseen un valor de
tipo cognoscitivos.
62
agricultura, la ciencia y la tecnología. No obstante, esto no significa que Marx
"reduzca todo a lo económico". El materialismo dialéctico e histórico tienen en
cuenta, plenamente, fenómenos como la religión, el arte, la ciencia, la moralidad, las
leyes, la política, la tradición, las características nacionales y todas las múltiples
manifestaciones de la conciencia humana. Sobre este particular, ENGELS afirma:
"Según la concepción materialista de la historia, el elemento determinante de la historia es en
última instancia la producción y la reproducción en la vida real. Ni Marx ni yo hemos afirmado nunca
más que esto; por consiguiente, si alguien lo tergiversa transformándolo en la afirmación de que el
elemento económico es el único determinante, lo transforma en una frase sin sentido, abstracta y
absurda. La situación económica es la base, pero las diversas partes de la superestructura las formas
políticas de la lucha de clases y sus consecuencias, las constituciones establecidas por la clase
victoriosa después de ganar la batalla, etc., las formas jurídicas y, en consecuencia, inclusive los
reflejos de todas esas luchas reales en los cerebros de los combatientes: teorías políticas, jurídicas,
ideas religiosas y su desarrollo ulterior hasta convertirse en sistemas de dogmas también ejercen su
influencia sobre el curso de las luchas históricas y en muchos casos preponderan en la determinación
de su forma".
63
método básico sigue siendo exactamente el mismo. El "valor verdadero" es una
cuestión de "esto o lo otro", "sí o no", "verdadero o falso". A la nueva lógica se la
denomina cálculo preposicional.
La triste realidad es que, al siglo XX, la lógica formal ha llegado a su límite.
A pesar de todos los cambios formales, las leyes básicas siguen siendo las mismas.
Una cosa está clara. El desarrollo de la lógica formal en los últimos cien años,
primero con el cálculo preposicional, después con el cálculo predicativo inferior, han
llevado el tema a un punto tal de refinamiento que ya no es posible seguir avanzando.
Hemos llegado al sistema más completo de lógica formal, de tal manera que
cualquier nuevo añadido no añadirá nada nuevo. La lógica formal ya ha dicho todo lo
que tenía que decir.
9. EPISTEMOLOGÍA JURÍDICA
60
De Wikipedia, la Enciclopedia Libre.
64
El introductor de esta nueva tendencia formalista y rigorista en filosofía de la ciencia
fue GOTTLOB FREGE, con sus escritos esclarecedores sobre los fundamentos de la
matemática y, en particular, sobre el concepto de número natural. Y entre los más
entusiastas difusores y defensores de este nievo estilo de pensar y hacer filosofía se
encontraron los miembros del llamado Círculo de Viena o escuela neopositivista,
que liderados por MORITZ SCHLICK, en sus inicios, asumieron el proyecto
logicista diseñado por FREGE, el mismo que trató de ser desarrollado
independientemente por RUSSELL y WHITEHEAD en su famosa obra titulada
Principia Mathematica.
La filosofía cultivada por los neopositivistas y por sus adversarios, como Karl
Popper, fue reconocida progresivamente como epistemológica a través de sus
versiones en inglés, pues la palabra “epistemología” parece haber sido usada muy
poco en alemán, idioma en el que el término dominante sigue siendo
“Erkenntnistheorie” o, en su defecto “Wissenschaftstheorie”, que corresponden a lo
que en español conocemos con teoría del conocimiento y teoría de la ciencia,
respectivamente. La segunda denominación, está mucho más cerca del tipo de
filosofía que fueron perfilando los neopositivistas, pues ellos no estuvieron
centralmente interesados en el estudio de la facultad del conocer, sino en el análisis
del producto más elaborado de tal supuesta facultad, esto es del conocimiento
científico, el mismo que se plasma, objetivamente en conjuntos de proposiciones o
enunciados. Cuando éstos están adecuadamente sistematizados, bajo un orden lógico,
constituyen una teoría que presenta la estructura de un sistema hipotético-deductivo,
que es el nombre con el que actualmente se conoce a la formulación axiomática del
conocimiento.
65
fue cuestionada por los neopositivistas que aspiraban a una ciencia unificada,
nomológica, explicativa y predictiva. El paradigma comprensivo había sido
instaurado por DILTHEY para la investigación histórica y para el ámbito de las
ciencias humanas, cobrando particular relevancia en el campo de la psicología.
DILTHEY sostenía que las ciencias naturales se caracterizaban por explicar y
predecir y las ciencias del espíritu por comprender, lo cual fue inaceptable para los
neopositivistas. Estos sostuvieron que un conocimiento que careciera de capacidad
explicativa no era digno de llamarse científico. De otra parte la escuela de DILTHEY
calificó a las ciencias del espíritu de ideográficas para así eximirlas de la
obligatoriedad de expresar sus conocimientos en forma de leyes o enunciados que
pretendan validez universal. Este segundo aspecto también fue objetado por los
neopositivistas que resolvieron el problema, suscitado por las excepciones que
conllevan las generalizaciones en el sector de las ciencias humanas, recurriendo al
cálculo de probabilidades, que se convirtió en el medio expresivo más utilizado por
las ciencias factuales o empíricas.
66
conductistas, los funcionalistas y los representantes de la revalorada psicología
interconductual quienes han visto con mayor simpatía el modelo hipotético-
deductivo. Lo mismo se puede decir de quienes usan el modelo sistemático. En el
campo de la matemática moderna la afinidad por el modelo hipotético deductivo ha
sido notable, desde los tiempos de PEANO y su axiomatización de la aritmética. La
obra Principia Mathematica de WHITEHEAD y RUSSELL, así como las sucesivas
axiomatizaciones de la teoría de conjuntos de ZERMELO, FRAENKEL y VON
NEUMANN son ejemplos ya no de afinidad sino de trabajo, instaurador de la
versión contemporánea del modelo hipotético-deductivo. Puede afirmarse, sin riesgo
de error que esa es la perspectiva que gobierna el ámbito total en los trabajos actuales
en lógica matemática, con independencia de la rama o tendencia que se cultive.
Generalidades
61
PISCOYA HERMOZA, Luis; ¿Que es la Epistemología?, Ensayo
62
Curso de Filosofía del Derecho desarrollado por la Doctora Linfante.
67
La elaboración del derecho positivo en forma de ciencia jurídica según
RADBRUCH se desarrolla en tres etapas: la interpretación, la construcción y la de la
sistemática.
HANS KELSEN en su obra “Teoría Pura del Derecho” refiere que por ser el
derecho un fenómeno social, la ciencia del derecho forma parte del grupo de las
ciencias que estudian la sociedad desde distintos puntos de vista. Estas ciencias
difieren en su esencia de las de la naturaleza, dado que la sociedad es una realidad
totalmente distinta de la naturaleza.
68
Para plantear en nuestros días el problema del carácter científico de la ciencia
jurídica, debemos abandonar algunos prejuicios o preocupaciones de juristas y no
juristas del siglo XX, es necesario el cambio en el concepto y sentido de lo que es la
ciencia en su manifestación más característica, es decir, las ciencias de la naturaleza
y las ciencias matemáticas.
Las ciencias de la naturaleza no aspiran hoy a encontrar las “leyes generales
de la naturaleza”. Ofrecen, sobre todo, conjuntos de esquemas conceptuales de los
que se busca la verificación en la realidad y no intentos de explicar el mundo con
carácter general. Las mismas matemáticas son en realidad una expresión, una lógica
para las relaciones entre diversos conceptos, un lenguaje extremadamente útil y
preciso que ha hecho posible enormes avances en diferentes campos de la ciencia.
La ciencia no es una actividad que opera en el vacío sino una actividad social.
Las ciencias sociales, tienen características y problemas propios que separan
sus métodos y sus preocupaciones, tanto de las tradicionales disciplinas humanísticas
como de las ciencias de la naturaleza.
En esta nueva perspectiva, y considerando como ciencia todo tipo de
conocimiento racional y sistemático de un sector de la realidad natural, social o
cultural, no existen graves problemas para hablar de una ciencia jurídica, puesto que
ésta consiste en la actividad dirigida a conocer en forma racional y sistemática un
retazo de la realidad que es el Derecho.
Ya ARISTÓTELES observó y explicó un punto importante: en efecto, llama
la atención acerca del hecho de que las normas jurídicas son necesariamente
generales, en tanto que las circunstancias de cada caso son particulares, y afirma que
la posibilidad de establecer por adelantado normas adecuadas a todas las futuras
variaciones y complicaciones de la práctica excede de la capacidad de la inteligencia
humana. En consecuencia el derecho necesita el complemento de la equidad
(epicikeia).
La ciencia jurídica ayuda a perfeccionar el arsenal de los conceptos jurídicos
y a perfilar su significado y su sistematización. Pero es necesario señalar los límites
de su eficacia porque puede entrañar riesgos y daños en algunas cosas.
69
que procuraba resolver los problemas de organización social y los conceptos que se
plantean en las relaciones humanas.
70
régere, regir, derecho significa etimológicamente la manera o forma habitual de
guiar, conducir o gobernar63.
Los romanos designaron al derecho con la voz latina “ius”, que toma las
siguientes formas iure (de acuerdo a derecho), iuris (de derecho), iuri (para el
derecho)64.
En primer lugar, ius significa el conjunto de normas que constituyen un
ordenamiento jurídico. En otros términos, ius es el derecho objetivo.
Actualmente es controvertido si la aceptación de ius correspondería
plenamente a la nuestra de derecho subjetivo
“El Derecho romano desapareció en el mundo medieval Occidental, no
obstante que en Constantinopla se publicó el Corpus iuris civiles; se rebajó la vida
jurídica a un ámbito que se caracterizó con el nombre de vulgarismo jurídico. La
palabra ius fue sustituida por la palabra vulgar (bajo latín) directum, que equivale a
recto, la misma que ha determinado la formación de la palabra: en español Derecho,
en francés droit, en italiano diritto, en portugués direito, en rumano dreptul, en
alemán recht, en sueco ratt, en ruso prawo, en estonio oigus, en finlandés oikeus, en
griego dikaion. También proviene del bajo latín regere, (gobernar), rex (rey),
regnum (reino), regula (regla), dirigo-dirigere (ordenación a una pauta o norma)”65.
El origen último reside en la vieja raíz indoeuropea reg rj (enderezar, regir)
del que procede rex en latín. Si a esta raíz se le añade “el prefijo di, de las raíces arias
dh y dhr, sinónimas de solidez y firmeza, la palabra derecho y sus equivalentes
evocarán la idea de conducción y ajuste entre varios seres, sea estático o dinámico,
con cierta estabilidad o duración 66
La voz latina “ius” (derecho) de donde deriva el adjetivo “jurídico”, viene de
la voz sánscrita “yug”, que expresa la idea de ligamento, de vínculo, bajo una carga
común. De allí las voces “yugum”, yugo y “ius”, el derecho, lo jurídico ya que el
derecho es una carga común y unión bajo vínculo social común. Es la idea de
derecho objetivo o derecho - norma67.
63
ALZAMORA VALDEZ, Mario; Introducción a la Ciencia del Derecho, 6ta ed., SESATOR,
Lima, pág. 13.
64
DI PIETRO, Alfredo y Angel E. Lapieza Elli; Manual de Derecho Romano, cuarta edición,
Ediciones DEPALMA, Buenos Aires, l985, pág. 10.
65
TORRES VÁQUEZ, Aníbal, Introducción al derecho, 2da. ed., Temis, 2001, pág., 87- 88.
66
TORRES VÁQUEZ, Aníbal, op. cit. pág. 88
67
HAMILTON D., Carlos, Manual de Historia del Derecho, ed. Jurídica de Chile, Santiago, 1948,
págs. 48-49.
71
Es de gran importancia la evolución de la noción de derecho en el
pensamiento de los agrandes filósofos y juristas de las diferentes épocas de la
humanidad. Sobre este tema seguimos al jurista Máximo Pacheco68.
68
PACHECO G., Máximo, Teoría del Derecho, 4ª ed., Editorial Jurídica de Chile, 1990, pág. 734 y
ss.
69
SÓFOCLES, Antígona.
72
El Derecho Natural representa el fin al que debe aspirar el Derecho Positivo.
El Derecho Natural debe manifestarse en la ley positiva, la cual, por su parte, debe
tender hacia la realización del Derecho Natural.
Aristóteles distingue los conceptos de justicia natural y justicia legal. La
primera obliga por igual en todo el mundo, independientemente en lo que a cerca de
ella se piense; la segunda establecida por el legislador.
Especial importancia tiene en la filosofía aristotélica la noción de equidad,
que es la justicia para el caso específico y que permite superar las imperfecciones y
vacíos de la ley positiva y llegar del “Derecho formalmente válido” a la “justicia
material”.
73
particularmente a través de sus manifestaciones. La ley natural es una participación
de la ley eterna a la criatura racional, mediante la razón. La ley divina es la
revelación por Dios a través de las Sagradas Escrituras. La ley humana es una
prescripción de la razón, en orden al bien común, promulgada por aquel que tiene el
cuidado de la comunidad.
Para Santo Tomás el derecho es: “Ius est res” (el Derecho es la cosa). Si en
sus escritos no nos hubiese dicho otra cosa al respecto, le deberíamos reprochar ese
laconismo filosófico. Afortunadamente el Maestro ha circundado su primera
afirmación con otros datos que ahora nos proponemos recoger, leyéndolos en gran
parte en la Suma Teológica.
“Una vez comprobado que el Derecho pertenece a las relaciones humanas, el
angélico se pregunta enseguida a cuál virtud va unido. En esto permanece fiel a sus
postulados metódicos fundamentales y a las notas dominantes de su pensamiento.
Para él no hay una sección o ángulo de la actividad humana que no gravite en torno a
una virtud como en torno al propio centro del cual deduce la norma propia. Los
centros éticos, puntos fijos ideales de referencia en el mundo de la acción, son las
cuatro virtudes cardinales. El Derecho, pues, concentrarse en la órbita de una de
ellas”.
“¿De cuál? De la justicia: porque el Derecho actúa y se desarrolla en las
relaciones interpersonales; y éstas están todas bajo la guía de la justicia”
Por ello Santo Tomás establece que “el Derecho es el objeto de la justicia”.
70
GROCIO, Hugo; Del Derecho de la Guerra y de la Paz, Tomo I.
74
“Leviathan”, establece que el hombre no es sociable por naturaleza, sino que es
egoísta, busca sólo su propio bien y es insensible al de los demás, orgullo, ambición
y vanidad -superbia vitae-. En estado primitivo vive en luchas y guerras permanentes
para subsistir. En esa etapa no existía ni justicia ni Derecho. Cansados de vivir en
guerras permanentes y deseosos de asegurar su seguridad decidieron celebrar un
contrato, en virtud del cual cada individuo renunció, en forma incondicional, a la
totalidad de sus derechos originarios y los confirió a un soberano cuya obligación era
imponer las leyes y establecer lo justo y lo injusto, lo lícito y lo ilícito. La multitud
así unida en una persona, recibe el nombre de “Estado”, en latín “Civitas”. Generase
de ese modo el gran “Leviathán” o, para hablar con mayor reverencia, ese Dios
mortal, al que debemos, bajo el Dios inmortal, nuestra paz y nuestra defensa.
El Estado es una creación artificial, una máquina omnipotente, que tiene un
poder ilimitado sobre los individuos. Ninguna persona puede jactarse de poseer
derechos frente al Estado. Es una tesis racionalista individualista, de acuerdo con ella
los derechos de la comunidad se reducen a un conjunto de facultades colectivas de
una pluralidad de personas relacionadas contractualmente entre sí.
71
LOCKE, Jhon; Ensayo sobre el entendimiento Humano, , Primera Reimpresión de la Segunda
Edición en Español, Fondo de Cultura Económica, S.A., Santa Fe de Bogotá, 2000, pg. XII y ss.
75
social por parte de los gobernantes. El Estado no es mera expresión de poder, sino
que debe, por naturaleza, encaminarse a garantizar los derechos individuales.
76
El Estado es el grado más alto del espíritu objetivo, es el espíritu que se
despierta, mientras que en la naturaleza aparece adormecido, es la manifestación
suprema de la libertad. Por encima del Estado no hay más que lo Absoluto.
72
VON IHERING, Rudolf; La Lucha por el Derecho, Edición Popular, Lima, pág. 1 y 2.
77
Parte de la premisa de que las formas del Estado y del Derecho, así como su
aparición y extinción, están determinadas por las fuerzas productivas de la sociedad y
por las relaciones económicas imperantes en ella.
Ni el Estado ni el Derecho son elementos esenciales en la sociedad humana,
Aparecen sólo cuando se dan ciertas condiciones económicas definidas, a saber, que
los medios de producción estén en poder de una clase minoritaria que use de ellos
para explotar a la clase mayoritaria.
El Estado y el Derecho constituyen la maquinaria coactiva, de que se vale la
clase explotadora para mantener sojuzgada a la clase explotada. El uno y el otro
representan los intereses de esa minoría, que a través de ellos se trasforma de la clase
económicamente más poderosa, en la clase políticamente dominante.
Tal es la situación existente en la sociedad capitalista moderna, en que hay
una clase minoritaria propietaria de los medios de producción, la burguesía, que
mantiene explotada a la clase trabajadora mayoritaria, el proletariado.
78
El neokantismo de tendencia realista, profesado por Rield, Liebman y
Zeller, que investigaba la naturaleza de las cosas, admitiendo la posibilidad de
conocer no sólo el fenómeno, sino también la “cosa en sí”;
La Escuela de Baden, o Escuela Axiológica, que partiendo de la “crítica de
la razón práctica” de Kant negó la posibilidad de conocer el “noumeno”,
descubriendo la presencia de elementos irracionales en el mundo del hombre,
juzgando que era el valor trascendental, pasible de creencia y no aprehensible por
una actividad racional, y distinguiendo aun el mundo de la cultura del mundo natural
(Windelband, Rickert).
“De todas estas tendencias neokantianas, la escuela “Logicista” de Marburgo que,
partiendo de la “crítica de la razón pura”, sostuvo que la “deducción trascendental”
era la gran contribución de Kant a la filosofía moderna, fue la que ejerció mayor
influencia sobre Stammler.”
79
De este modo, Stammler, como Kant, sostuvo la existencia de “formas puras”
condicionantes, lógicamente, de nuestro pensamiento. Estas “formas” serían métodos
de ordenación espiritual, o mejor, condiciones para la ordenación del contenido
caótico de la conciencia. Las “formas puras” son, según él, de dos especies: de causa
y efecto y de medio y fin. En función de estas categorías distinguió a las ciencias:
ciencias de la naturaleza, en las que la categoría de “causa y efecto” ordena las
impresiones sensibles, y ciencias teleológicas, en las que la categoría “medio y fin”
ordena los contenidos de la voluntad. Entre las ciencias teleológicas incluye a la
jurisprudencia, por consiguiente el Derecho como una modalidad de la voluntad, que
sólo puede ser pensado a través de la “forma pura” de “medio a fin”.
“La voluntad, el querer, según Satammler, se presenta bajo dos modalidades:
el “querer aislado” y el “querer entrelazante” el primero es un querer que no supone
otro para realizar su finalidad, el segundo, en cambio, supone la conjugación con otra
voluntad para la consecución de la finalidad de la otra. En el “querer entrelazante” la
voluntad de una persona es el único medio de consecución de la finalidad de la
voluntad de otro individuo. De esta suerte, la finalidad de un querer sólo puede ser
alcanzada cuando concurre otro querer. Entre las formas del “querer entrelazante”
incluyó al Derecho y a la Moral. Pero a pesar de ello no confundió ambos conceptos,
pues reconoció que en la moral la voluntad para alcanzar su finalidad no depende de
la de otra persona, en tanto que en Derecho la voluntad de una está relacionada con la
voluntad de otra. La voluntad crea un vínculo que subordina a diversas personas,
siendo la voluntad de una el medio para la realización de las finalidades de la
voluntad de otra. De la relación entre las voluntades surge la necesidad de que la
voluntad vinculadora domine a la voluntad vinculada, debiendo, por tanto, sustraerse
a la vinculación, constituyendo una voluntad que vincula autárquicamente.
Sustrayéndose a la vinculación de las voluntades vinculadas, el Derecho sería
inviolable. De ahí que lo defina como la voluntad autárquica e inviolable”.l
“Stammler considera al Derecho como una “forma”, una categoría
trascendental, absoluta, de “materia” empírica, relativa, variable, proporcionada por
las relaciones económicas. Al contrario del marxismo, admite que la economía no
condiciona la “forma ideal”, pero que la “forma jurídica” es la conducción lógica de
toda actividad económica, no siendo posible la existencia de relaciones económicas
que no tuviesen una “forma” jurídica que dé un sentido a estas relaciones. Sólo a
través del Derecho se podría pensar en las relaciones sociales; pero no es la “forma”
jurídica el “a priori” lógico de la economía. Están así el Derecho y la Economía
ligados por una relación de “condicionalidad lógica” en la que la “forma” jurídica
tiene prioridad. Habiendo juzgado Stammler que la economía social equivale a la
cooperación entre los individuos de manera se satisfacer las necesidades de cada uno,
redujo toda la cuestión económica a dos elementos: la regulación general y la
actividad concreta de los individuos asociados. La posibilidad de ordenación
constituye la condición lógica de la comprensión de la actividad económica de los
individuos. No puede existir una sola relación económica que no esté lógicamente
condicionada por una estructura jurídica. De esta suerte, redujo la relación lógica
80
entre “forma” y “materia”, en la que el Derecho es el condicionante lógico de la
economía social”.
STAMMLER diferenció la idea del Derecho de su concepto. La idea es la
representación de la totalidad de los fenómenos posibles en el mundo de las
percepciones y en el mundo de las aspiraciones. De ahí que no sea aprendida por la
experiencia. Por medio de la idea armonizamos la experiencia con la totalidad de los
fenómenos concebibles. Por ello la considera como un criterio ideal orientador de los
derechos. Ella consiste en la ordenación del Derecho para la comunidad pura. La
realización de la comunidad pura es el fin de la justicia. Stammler nos trae a la
menté cierto número de principios, que pueden ser considerados en dos categorías:
los principios de respeto y los de arbitrio de otra voluntad. Entonces, la libertad
humana no debería someterse a la arbitrariedad de un tercero. En esta categoría
tendríamos aún la exigencia de ver en el sujeto pasivo de una relación jurídica a un
semejante, de modo que aquel que exige el cumplimiento de una obligación debe
clocarse en el lugar del deudor a fin de medir los límites de la exigencia. De esta
manera, Stammler trata de impedir que la exigencia de uno deje al otro en posición
incompatible con la de quien exige. Los “principios de solidaridad”, a su vez, se
reducen a los siguientes: 1° un individuo jurídicamente vinculado no debe ser
excluida de la comunidad por la arbitrariedad de otra persona; “2° Todo poder de
disposición otorgado por el Derecho a una persona, sólo podrá excluir a los demás de
manera tal que por la exclusión no se deje de reconocer en el excluido a un
semejante”. No solamente los principios de respeto, sino también los de solidaridad,
tienen en mira la protección de la personalidad humana, su libertad a través de la
igualdad de tratamientos legales y de semejanza en las relaciones jurídicas”.
“La idea de Derecho, o idea de la justicia, representa, para STAMMLER, el
“Derecho Justo”, que es aquel que realizado aun parcialmente posibilitaría una
comunidad de personas libres, en la que los hombres sean considerados como fines, y
no como instrumento de la arbitrariedad de otro sujeto”. “De esta manera procuró
proteger a la persona humana no sólo de la explotación del hombre por el hombre,
sino también contra la explotación del hombre por el Estado. Pero al establecer estos
principios formales del Derecho Justo, cuyo contenido varía en función de las
transformaciones de las situaciones económicas, elaboró un individualismo
formalista”.
3. DEFINICIÓN DE DERECHO
81
Los juristas buscan todavía una definición para el concepto de derecho;
escribía KANT en 178773. El tiempo ha pasado. En los trabajos de filosofía del
derecho que se multiplican ahora de manera inflacionista, resulta difícil encontrar
una definición que permita arrancar el derecho de un mar de dudas.
La filosofía del derecho se nutre de una filosofía dogmática o empírica ella es
incapaz de delimitar el campo propio del derecho y de extraer la comprensión de su
concepto. La lección es clara: a fin de levantar las incertidumbres y equivocaciones
que se han acumulado a lo largo de los siglos en la filosofía del derecho por falta de
una problematización correcta de las estructuras jurídicas de las sociedades humanas;
otra aproximación del derecho es necesaria: una aproximación minuciosa y crítica
que condicione ante todo el trabajo intelectual por el cual es forjado el instrumento
metodológico que permitirá escapar de las ilusiones dogmáticas que aprisionan el
derecho dentro del enmarañado de las doctrinas y de las polémicas.
La connotación del término derecho, plurivalente hasta el vértigo, excluye la
posibilidad de una respuesta clara y definitiva la cuestión “Qu’ est-ce le droit?”, la
indecisión semántica de la palabra derecho se encuentra en todas las épocas. Así en
el derecho romano, a pesar de su practicidad, al definir el término “ius”, PAULO
declara: “Le droit s’entend de plusieurs manières”: de una parte, lo que es siempre
equitativo y bueno es llamado derecho en tanto que derecho natural; de otra parte el
que en cada ciudad es útil a todos o a un gran número (es llamado) en tanto derecho
civil. Ya se perfila en el horizonte un mar de tempestades de la filosofía del
derecho… Siempre los jurisconsultos de los tiempos modernos son los que han
puesto en evidencia la polisemia de la palabra derecho. En el Siglo XVI los autores
como: BODIN, DONEAU, CANNON o CHARONDAS conceden a la palabra
derecho una significación de fuente: Los mandatos de la ley divina y natural se
entremezclan con los preceptos humanos que son ellos mismos tanto vehículos para
los usos y costumbres, expresados por las leyes, de otra parte la finalidad oscila entre
lo justo y lo útil74.
En siglo XVII y XVIII, la escuela del “Derecho Natural y de Gentes” Grocio
a Pufendorf y a Barlamaqui, expone que el término Derecho tiene múltiples
acepciones designando o bien “lo Justo” o bien “una cualidad moral de la
persona”, o bien la ley; todavía es necesario distinguir el derecho natural, el derecho
voluntario, derecho divino o humano y del derecho de gentes. Estas distinciones
corresponden a unos campos de comprensión diferenciados. De ahí resulta que, para
el pensamiento clásico, el área del derecho no es extraña a la metafísica. El derecho
natural clásico tiene una dimensión cosmológica, -y a la teología- existe un derecho
divino, y a la ética -el derecho puede designar una “facultad moral de la persona”, y a
la política, el derecho humano voluntario es “puesto” por el poder soberano del
Estado, es evidente que en estos campos de comprensión multidimensional y
73
GOYARD – FABRE Simone; Les Fundaments de l’ordee juridique, 1re. Édition : Presses
Universitaires de France, 1932, pág. XI, citando a Kant, en su obra Critique de la raison pure.
Traducido del Francés por el autor Rafael Hernández Canelo.
74
GOYARD- FABRE, Simone, Ob, cit., pág. 1-2. Traducido por Rafael Hernández Canelo.
82
compleja el término derecho corresponde a un concepto vaporoso que es difícil de
definir rigurosamente. En nuestra época, esta plurivalencia de la palabra derecho es
todavía acentuada. La reivindicación incesante de los derechos vinculados a la
persona tomando en cuenta para el derecho objetivo; la jurisdicción de los derechos
subjetivos o el reconocimiento de los derechos del hombre origina su diferenciación
en categorías, donde el orden de clasificación aparece en vuelta de oscuridades
filosóficas.
En su obstinación el pluralismo semántico de la palabra derecho no es
ciertamente Occidental. Él corresponde a la ambigüedad esencial de su concepto: en
efecto la multiplicidad de relaciones que mantiene el derecho con otros dominios de
la existencia humana da la medida de la dificultad que hay en delimitar el campo
propio, el que obstaculiza a una tentativa de definición rigurosa. En su extensión
como en su comprensión, el concepto de derecho se rebela a su clarificación.
La dificultad en definir el derecho, trae a colación la metáfora de Littré, hay
un océano inmenso cuyas ondas tocan nuestra ribera, y para lo cual no tenemos, ni
barca ni vela.- Icilio Vanni: Filosofía del Derecho-.
MANUEL ATIENZA,75 citando a Flaubert en su Diccionario de los lugares
comunes sostenía que: “No se sabe qué es Derecho”. Agrega que H. Hart, dedicó
en 1961 todo un libro a esclarecer el concepto de derecho convencido de que era
demasiado complejo para poder encerrarlo en una cláusula definitoria Hart ha hecho
un aporte muy valioso al distinguir dos tipos de enunciados jurídicos: por un lado los
enunciados internos, que expresan la aceptación de las reglas de un sistema y que son
formulados por gente como los jueces, quienes usan esas reglas o para justificar
decisiones y, por otro lado, los enunciados externos que sólo describen la existencia
de ciertas reglas en determinada sociedad, sin que su formulación implique
aceptación de tales reglas. Una de las tesis más interesantes de Hart consiste en
llamar la atención sobre el hecho de que algunos conceptos jurídicos fundamentales
son predominantemente usados en enunciados de tipo interno. Por ejemplo, Hart
sostiene que el concepto de validez jurídica es generalmente empleado en enunciados
internos que expresas adhesión a las reglas que se tienen por válidas (a diferencia de
la noción de eficacia de una regla, que está más en su casa en enunciados externos).
Sobre todo, Hart ha enfatizado que la noción de obligación jurídica resuelta
desvirtuada si se la analiza en el contexto de enunciados externos, tal como ocurría
con las concepciones que pretendían caracterizarlo, o bien en términos de estados o
actitudes psicológicas, o sobre la base de la probabilidad de consecuencias
desagradables76.
Que sin embargo, puede decirse que existen dos tradiciones distintas a
propósito de la definición de Derecho: La de quienes piensan que no es posible una
75
ATIENZA, Manuel, Introducción al derecho, Editorial Club Universitario, Alicante, España,
pág. 9 a 12
76
NINO, Carlos Santiago; La Validez del Derecho EDITORIAL ASTREA, Buenos Aires, 1985,
citando a Hart H. L. A , El Concepto de Derecho, Abeledo-Perrot, Bs. As, 1963, pg. 177.
83
definición como tal o bien que -aunque posible- no es en sí una actividad interesante;
y la de quienes consideran que esta operación no sólo es posible, sino también
sumamente importante.
El Derecho, en cuanto fenómeno social e histórico es, evidentemente, una
obra humana, pero que en cierto sentido adquiere vida propia. Basta pensar, por
ejemplo, que el significado de una norma jurídica no se agota en el sentido subjetivo
que tuvo en sus creadores, sino que llega a adquirir un significado objetivo
independientemente de lo que “quiso” el legislador; o bien en el hecho de que si el
Derecho moderno consta en esencia de normas generales y abstractas, no es porque
nadie lo haya querido así, sino como consecuencia del tipo de relaciones sociales
generadas por el sistema burgués que el Derecho debe regular (Marx).
En el Digesto de Justiniano, tomado de un fragmento del Libro I
INSTITUTIONUM de ULPIANO, CELSUS define elegantemente el derecho en su
aspecto objetivo como: “ius est ars boni et aequi” (Derecho es el arte de lo bueno y
equitativo)77.
Agrega: “Por cuya razón alguien nos llama sacerdotes; pues cultivamos la
justicia, profesamos el conocimiento de lo bueno y de equitativo, separando lo
equitativo de lo inicuo, discerniendo lo lícito de lo ilícito, anhelando hacer buenos a
los hombres no sólo por el miedo de las penas sino también con el estímulo de los
premios, buscando con ansia, si no me engaño, la verdadera filosofía, no la
aparente.” (D.1.1.1.1).
Con el término “Derecho” designamos un conjunto de fenómenos sociales
entre los que existen unos elementos comunes: el tratarse de normas de conducta
obligatoria en una comunidad y respaldadas por un mecanismo de coacción
socialmente organizado. En muchos casos y para nosotros lo más importante no es
difícil determinar qué normas son jurídicas y cuáles no lo son, porque existe una
técnica y unos métodos de análisis refinados durante siglos que nos facilitan esa tarea
y porque esa organización coactiva se manifiesta en forma muy clara a través de
tribunales y otros medios visiblemente diferenciados. Lo característico del Derecho
no es simplemente el reconocimiento de unas normas como obligatorias, sino el ir
acompañadas de la posibilidad de imponerlas por la fuerza78.
Es un hecho evidente que los enunciados que emplean el concepto de derecho
se formulan en contextos muy diferentes, en los que prevalecen distintos intereses
teóricos y prácticos. Los sociólogos, antropólogos e historiadores se refieren al
derecho para distinguir un conjunto de pautas e instituciones que están vigentes en
determinada sociedad y en un cierto tiempo, y que son el producto de diferentes
factores sociales, acontecimientos, creencias y actitudes, y, a su vez, general otros
77
HERNÁNDEZ CANELO, Rafael, Derecho Romano I, Historia del Derecho Romano, Derecho
de Personas y Derecho de Familia, apuntes para el dictado de clases en las Universidades de
Chiclayo y Pedro Ruiz Gallo, pág. 5, (D.1.1.1).
78
LATORRE, Ángel, Introducción al derecho, 4ta. ed., Ediciones ARIEL, Barcelona, 1968, pág.
35-36.
84
fenómenos de esa índole. Los jueces formulan proposiciones de derecho no,
fundamentalmente, para explicar o predecir algo, sino con el objeto de razones para
justificar sus decisiones. Los abogados, cuando asesoran a sus clientes acerca del
derecho pretenden señalarles ciertos datos con que es necesario contar para calcular
las posibilidades de acción, les delinean un marco que, a la vez, limita y hace posible
proyectos de consulta. La cuestión es si, en estos y otros contextos en los que se
alude al derecho para describir procesos y regularidades sociales, justificar
decisiones o calcular acciones, se están solamente adoptando diferentes puntos de
vista frente un mismo fenómeno o si se están enfocando fenómenos diferentes y sólo
parcialmente relacionados entre sí, puede reconstruirse el significado usual de
“derecho” en todos estos contextos mediante un concepto único o si sólo puede
reflejarse adecuadamente el sentido de los enunciados que se formulan desde cada
uno de estos puntos de vista a través de conceptos alternativos79.
Existen diferentes criterios para definir el Derecho entre los que
mencionaremos los siguientes80:
1.- La que define el Derecho como un conjunto de reglas o normas que rigen
la conducta humana en sus relaciones inter sociales, entre las que tenemos:
3. Inclinándose hacia las relaciones sociales en sí, pero también con una
connotación axiológica,
79
NINO, Carlos Santiago, La Validez del Derecho, Editorial ASTREA, Buenos Aires, 1985. pág. 176
y 177.
80
RENDÓN VÁSQUEZ, Jorge; El Derecho como Norma y Relación Social ed. TARPUY, Lima,
1984, pág.14 a 16.
81
RADBRUCH, Gustav, Introducción a la Filosofía del Derecho, Tercera edición en español, Fondo
de Cultura Económica, Buenos Aires, 1965. pág. 47.
85
LUIS LEGAZ LACAMBRA82.- Afirma que el derecho es “una forma de
vida social en la cual se realiza un punto de vista sobre la justicia, que delimita las
respectivas esferas de licitud y deber, mediante un sistema de legalidad, dotado de
valor autárquico”. Con la expresión” sistema de legalidad” alude a las normas
jurídicas a las que se refiere también como un “sistema de proposiciones normativas
formuladas por la autoridad creadora del derecho”.
Las definiciones indicadas consideran en la definición del derecho tres
elementos: la regla o norma, las acciones humanas a las cuales la regla se aplica, y
una ideología o un criterio valorativo.
86
naturaleza se traduce en tres ámbitos distintos pero íntimamente enlazados e
interactuantes: el Derecho como hecho social, como norma jurídica y como valor.
Esta concepción tridimensional del Derecho aporta una visión más cabal de
la complejidad del fenómeno jurídico, de sus implicaciones y de su riqueza. Se
desarrolla a partir de la idea de que el Derecho se genera como un fenómeno o hecho
social, que se traduce en forma de normas jurídicas para prescribir comportamientos
y principios de conducta social a la luz de ciertos valores.
El estudio de las tres dimensiones en que se traduce lo jurídico puede hacerse
desde dos perspectivas científicas y dos niveles de conocimiento. La primera
perspectiva observará el Derecho en términos de Ciencia Jurídica, o sea, desde
dentro del Derecho, la segunda lo hará en términos de otras ciencias sociales y
auxiliares del Derecho. Los dos niveles de conocimiento serán los planos del ser y
del deber ser, dicho de otro modo, los niveles fáctico y filosófico o especulativo.
La primera dimensión en que se denota el fenómeno jurídico es aquella que lo
comprende como un acaecer social, como un hecho que se da por virtud de la
voluntad humana para regir ciertas conductas de su vida comunitaria. En esta
dimensión el Derecho está sujeto al devenir histórico y a los avatares económicos y
políticos. Por eso el estudio de la dimensión fáctica se encomienda en los dos niveles
de conocimiento mencionados, respectivamente a las ciencias sociales y auxiliares
del Derecho y a la Filosofía y Culturología Jurídicas83.
Icilio Vanni, para este autor, el saber jurídico implica el concurso de los dos
factores, objetivo y subjetivo; por consiguiente, la noción que tenemos del derecho
no puede ser una noción innata, precedente y trascendente de la experiencia. Esto se
confirma por inducción con el análisis que podemos hacer de la idea del derecho. El
derecho, como veremos, es una norma obligatoria de conducta apoyada por la
autoridad del Estado, y que regula las relaciones externas que surgen en el seno de la
convivencia humana. La noción del derecho implica, pues, el hecho de la
convivencia humana y de sus relaciones y el hecho, rudimentario que sea, de un
órgano que tutele y vigile el cumplimiento de la norma. Claro está que esta noción no
puede existir a priori, sino que requiere el concurso de la experiencia.
El análisis inductivo de la idea del derecho se une a la enseñanza que la teoría
del conocimiento da en general, para confirmar que dicha noción es necesariamente
relativa y condiciona. Según la etimología misma de la palabra “derecho”, de
dirigere, implica éste siempre la dirección hace cierto fin. El derecho, en efecto,
garantiza los fines de la vida; e implica, por consiguiente, una relación con esos
fines, con ciertas condiciones sociales, las cuales son relativas al espacio , al tiempo,
a las condiciones de cultura, etcétera. La idea del derecho no es, pues, absoluta, sino
relativa.
83
ALVAREZ LEDESMA, Mario I., Introducción al Derecho, McGRAW-HILL. México, l995. pág.
71-72.
87
En fin, en lo que se refiere a la validez del saber jurídico, como todo otro
conocimiento, será científicamente legítimo en cuanto se mantenga dentro de los
límites de la experiencia. Por consiguiente, para establecer la noción del derecho y
del estado debe seguirse también el mismo método realista. Será preciso observará
tal como ha existido el derecho, y como existe en los diversos pueblos, percibía
mediante la comparación de los elementos comunes, las notas constantes y
diferenciales, para llegar así al concepto lógico del derecho. Paralelamente deberá
observarse el Estado, en las diversas formas históricas que ha revestido en el pasado
y que presenta hoy, para percibir los elementos constantes y comunes. El derecho, en
la fenomenología social, se presenta a la experiencia como realidad, como norma de
conducta pensada y querida por ciertas mentes y fijada exteriormente en una forma
establecida, en cuanto es una norma in civitate positiva, o sea, vigente en una
sociedad determinada, organizada como Estado en un momento histórico
determinado, y resultante de todo un proceso de formación histórica. Fuera de este
derecho positivo y sobre él, no hay ni puede haber otro. La experiencia en la
manifiesta el derecho sino como un hecho de la sociedad humana, con un fenómeno
histórico84.
Derecho y proceso, son los fundamentos sobre los cuales se puede construir
una teoría del proceso civil85. Al hablar de derecho se piensa en el ordenamiento
jurídico de la sociedad humana. El ordenamiento jurídico quiere decir ordenamiento
del derecho o, mejor según el derecho.
84
VANNI, Icilio; Filosofía del Derecho, Tercera Edición, Librería Francesa Científica y casa
editorial E. ROSAY, 1923, págs. 70 y 71.
85
CARNELUTTI, Francesco, Derecho Procesal Civil y Penal, Obra Compilada y Editada, Editorial
Pedagógica Iberoamericana, México, 1994, pág. 11 Y 12.
88
La idea derecho está vinculada con el deber. El carácter necesario para la
definición del derecho, es la combinación del deber y del poder. Esta combinación
tiene lugar en el mandato. Por eso el ordenamiento jurídico es un ordenamiento
imperativo, partiendo de estas ideas Francesco Carnelutti cree que se debe definir el
derecho como el método para poner orden entre los hombres mediante el mandato.
Cuando se dice que el derecho es un método, comienza a perfilarse la relación
entre derecho y proceso.
El derecho material en la medida en que las normas jurídicas alcanzan a
regular la vida de los hombres distribuye entre éstos lo que, de manera muy general,
se ha denominado bienes de la vida la vida misma, el honor, la libertad, la
propiedad, etc. y asegura su goce a aquellos a quienes hace adjudicatarios de tales
bienes.86
Su contenido es diverso: lo integran normas civiles, comerciales, laborales,
penales, administrativas, etc., cuyo conjunto constituye el derecho material general.
Esos grupos de normas, independientemente considerados, forman los
derechos materiales particulares; y en consecuencia, se puede hablar de un derecho
civil material, de un derecho comercial material, de un derecho laboral material, de
un derecho penal material de un derecho administrativo material, y de tantos
otros derechos materiales, cuanto sean las demás disciplinas jurídicas de que se
ocupen.
Todos los jueces, antes de declarar aplicable una norma de derecho material,
necesitan saber que son ciertos los hechos invocados por el pretendiente, que existe
la norma en que éste se ampara y que esos hechos corresponden al supuesto para el
que tal norma ha sido dada.
Esa primera actividad informativa requiere un proceso; porque quien ignora
algo y quiere conocerlo, debe marchar hacia el conocimiento, que sólo por excepción
se adquiere en forma instantánea: debe proceder a conocer. Y para que el
conocimiento que obtenga sea cabal, para que la representación intelectual del que se
informa corresponda a la realidad, no se habrá de proceder de cualquier manera, sino
siguiendo un método, ajustándose a determinadas formas, que garanticen la
autenticidad de las conclusiones a que se llegue. La segunda la actividad comparativa
precisa un juicio87 es decir, una serie de operaciones lógicas.
86
ODERIGO A., Mario; Lecciones de Derecho Procesal, T. I, parte General, Ediciones DEPALMA,
Buenos Aires, 1980, pág. 9.
87
Los términos juicio y proceso, que suelen usarse como equivalentes, no corresponden: juicio es lo
que hace el juez en el momento final, en la sentencia, cuando declara el derecho material sobre la
base de lo que le muestran los actos procesales; mientras que el proceso es la serie de actos
mediante los cuales el juez se instruye para ponerse en condiciones de emitir su juicio.
89
Utilizamos la palabra “derecho” para designar el conjunto de normas que
constituyen el derecho de un estado y, en especial, órdenes jurídicos positivos. Pero
en castellano, la palabra “derecho” se utiliza también en un sentido subjetivo: como
cuando digo “yo tengo derecho a...”. En otros lenguajes, estas dos acepciones son
designadas con palabras distintas.
La acepción de derecho subjetivo es el derecho de una acción facultativa. Esta
noción excesivamente amplia responde a aquellos criterios que recalcaban la idea de
libertad como constitutiva de la esencia del ser humano, y veían en los derechos
subjetivos el ejercicio socialmente reconocido de esa libertad. Pero como la abstracta
noción de libertad a que aluden muchas veces los filósofos no permite, por
definición, introduce suficientes criterios de determinación, lo cierto es que los
teóricos generales del derecho solían referirse a esta libertad como derecho en
términos de alguna otra entidad, como la voluntad, el interés, el poder, o nociones
análogas. Así el tema aparece como el de la libertad de la voluntad, o el derecho de
autodeterminación; la libertad de contratar o el derecho de contratar, etc. En su
versión, débil, esos derechos subjetivos equivaldrían a afirmar que la acción así
calificada no se encuentra expresamente prohibida, en el sentido, quizás, de que no
hay norma que sancione la acción contraria, o bien, de que la norma que prevea una
sanción es nula por falta de competencia de quien la estatuyó...
La definición del derecho subjetivo, como interés jurídicamente protegido,
proviene de Ihering. Esa noción estaba ligada, en su autor, a diversas teorías sobre la
acción humana y la voluntad. Así, pensaba Ihering, que el objeto de un querer es un
bien, y que el ser humano, como titular de derechos, sólo se orienta las aquellos
objetos que, por tener valor como bienes, son objeto de su interés...
El derecho en su sentido objetivo, es el conjunto de normas, preceptos
imperativos atributivos, es decir, de reglas que, además de imponer deberes,
conceden facultades. Frente al obligado, por una norma jurídica, hay siempre otra
persona facultada para exigir el cumplimiento de lo prescrito. La autorización
concedida al pretensor por el precepto es el derecho en sentido subjetivo.88
Según ENRIQUE R. AFTALION, las frases “desde el punto de vista” o “en
el sentido” las expresiones derecho objetivo y derecho subjetivo, expresan que no
hay en verdad distinciones esenciales que hacer entre ambos términos: Derecho
objetivo y derecho subjetivo son una y la misma cosa, vista desde dos puntos de vista
diferentes. El derecho subjetivo es la norma en relación al individuo o sujeto: “es,
en resumen, el mismo Derecho objetivo”89.
Entre las dos acepciones del derecho existe una correlación perfecta. El
derecho subjetivo es una función del objetivo. Éste es la norma que permite o
prohíbe aquél el permiso derivado de la norma. GEORGES GURVITCH, ha
88
GARCIA MAYNEZ, Eduardo; Introducción al Estudio del Derecho, Trigésimo Segunda Edición,
Editorial PORRUA, SA. , México, 1980, pág. 36.
89
AFTALION, Enrique R., Fernando García Olano y José Vilanova; Introducción al Derecho,
séptima edición, Editorial LA LEY, Buenos Aires, 1964, pág. 221 y 222.
90
comparado la relación que media entre ambos a la existente entre las superficies
convexa y cóncava de un cono hueco; la última encuentra determinada por la otra,
que le imprime su forma peculiar, mas no se confunde con ella.
Hablamos, en consecuencia, de esta sinonimia:
- Derecho subjetivo: derecho - facultad.
- Derecho objetivo: derecho - norma90.
90
ALTERINI, Atilio Aníbal; Derecho Privado, Parte General -Introducción-, Derecho Civil y
Comercial, T. I, Editorial ABELEDO-PERROT, Buenos Aires, 1989, pág. 42.
91
HAMILTON D, Carlos, Manual de Historia del Derecho, Editorial Jurídica de chile, Santiago de
Chile 1948, pág. 67
91
racionales, en la tensión dramática de un destino trascendente entendido por
conquista de la naturaleza que razona que decide y que asume responsabilidad
personal ultra terrena en su acción de decidir dentro de unos límites propuestos por
la razón que capta el orden universal por Dios querido”.92
En cuanto a la noción del derecho positivo, todo el mundo está de acuerdo en
considerar el derecho positivo como el derecho vigente en una colectividad
determinada, por consiguiente, como un conjunto de reglas impuestas a los miembros
de una comunidad y susceptibles de ser apoyadas por la coacción.93
Estudiar derecho, pues, vale tanto como lanzarse a la tarea de lograr algún
conocimiento suficiente del derecho positivo de un Estado o de una comunidad. Pero
no cualquier tipo de conocimiento, sino un conocimiento que calificamos de objetivo
y que pretende la dignidad de científico: queremos lograr un conocimiento científico,
y por ende, objetivo, de un cierto derecho positivo. Como por ejemplo el derecho
positivo argentino, el derecho positivo español, etc94.
La idea del derecho natural aparece ya en el pensamiento jurídico romano. Se
concebía el jus naturale como lo que siempre es equitativo y bueno, en función de
ciertos principios superiores al hombre mismo. Tanto es así que ULPIANO pensó
que el derecho natural regía no sólo a los seres humanos, sino también a los animales
irracionales.95
El derecho natural fluye de la inteligencia y voluntad divinas, de las que
emanan las nociones del bien y de lo justo. Para Pío XI “el derecho natural está
impreso por el dedo mismo del creador en las tablas del corazón humano y la sana
razón no oscurecida por pecados y pasiones, es capaz de descubrirlo”.96
La diferencia se hace consistir en el distinto fundamento de su validez. El
natural vale por sí mismo, en cuanto intrínsecamente justo, el positivo es
caracterizado atendiendo a su valor formal, sin tomar en consideración la justicia o
injusticia de su contenido.
Nota común a todo positivismo jurídico es la negación del derecho natural.
Unos lo niegan, porque tienden a eliminar toda trascendencia normativa. Otros,
porque imaginan que la aceptación de una ley natural radica en la ley eterna, implica
un acto de fe. Algunos, por reacción frente a un jusnaturalismo demasiado rígido,
desentendido de la historia y de la sociología, o porque estiman contradictorio el
hablar de un “Derecho Natural” y piensan que el orden normativo nada tiene que ver
con el de la naturaleza.97
92
BERCHMANS VALLET, Juan; Metodología de las Ciencia expositiva y explicativa del derecho,
II, volumen I Fundación cultural del notariado, Madrid 2002 pág 128.
93
DU PASQUIER, Claude; Introducción al Derecho, 4ta edición Editora y Distribuidora
"EDINAF", Lima, 1990, pág. 211.
94
VERNENGO, Roberto José; Curso de Teoría General del Derecho, 2ª. Reimpresión de la 2ª.
Edición, Ediciones DEPALMA, Buenos Aires, 1986, pág. 13.
95
ALTERINI, Atilio Aníbal, op., cit. pág. 42
96
ALTERINI, Atilio Aníbal, op., cit. pág. 42 - 43.
97
CORTS GRAU, José; Curso de Derecho Natural, 3era. "ed", Editora Nacional, Madrid, 1964, pág.
92
Refiere EDUARDO GARCIA MAYNEZ, que en la enseñanza socrática la
idea del derecho natural adquiere un cariz nuevo. SÓCRATES refiere las exigencias
de tal derecho a la voluntad divina, y distingue las leyes escritas, o derecho humano,
de las no escritas e inmutables, establecidas por la divinidad. Esta tesis, a la que se
puede dar el nombre de concepción teológica del derecho natural, fue también
defendida por un contemporáneo del moralista ateniense, el gran trágico
SÓFOCLES. La respuesta de ANTÍGONA al tirano KREON, cuando éste le
pregunta si es cierto que ha dado sepultura al cadáver de Polínice, encierra la
afirmación de un orden superior a los caprichos y convenciones de los legisladores
terrenos:
Kreón:
“Tú, que inclinas al suelo la cabeza, ¿confiesas o niegas haber sepultado a
Polínice?”
Antígona:
“Lo confieso, no niego haberle dado sepultura.
Kreón:
“¿Conocías el edicto que prohibía hacer eso?”
Antígona:
“Lo conocía… Lo conocen todos”.
Kreón:
“¿y has osado violar las leyes...?”
Antígona:
“Es que Zeus no ha hecho esas leyes, ni la Justicia que tiene su trono en
medio de los dioses inmortales. Yo no creía que tus edictos valiesen más que las
leyes no escritas e inmutables de los dioses, puesto que tú eres tan sólo un simple
mortal. Inmutables son no de hoy ni de ayer, y eternamente poderosas, y nadie sabe
cuándo nacieron. No quiero, por miedo a las órdenes de un solo hambre, merecer el
castigo divino. Ya sabía que un día debo morir - ¿Cómo ignorarlo? aun sin tu
voluntad y si muero prematuramente, ¡OH! Será para mí una gran fortuna. Para los
que, como yo, viven entre miserias innumerables, la muerte es un bien...”.
La historia entera del derecho es un testimonio del Dualismo Jurídico: es
decir la coexistencia inseparable del derecho positivo, evolutivo y cambiante, que se
injerta como una afloración de lo ideal, o en casos patológicos como un parásito
contradictor en el derecho fundado en la naturaleza humana esencial.98
La disputa entre el positivismo y el iusnaturalismo es, en lo sustancial una
disputa acerca de si debe otorgársele a la expresión “derecho” un significado
puramente descriptivo, o si, por el contrario, su connotación debe incluir propiedades
101.
98
HAMILTON D, Carlos; op, cit, pág 70 y 71
93
normativas o valorativas. Es evidente que las consecuencias teóricas que se siguen de
adoptar uno u otro concepto son radicalmente diferentes99.
Uno de los temas más discutidos por los juristas es de la distinción entre
derecho privado y derecho público. Mientras ciertos autores, como RADBRUCH,
estiman que dichos conceptos son categorías apriorísticas de la ciencia del derecho,
otros afirman que se trata de una dicotomía de índole política, y no pocos niegan
enfáticamente la existencia de un criterio válido de diferenciación. DUGUIT, por
ejemplo, cree que tal criterio posee únicamente interés práctico; GURVITCH niega
la posibilidad de establecerlo con notas de naturaleza material, y KELSEN declara
que todo derecho constituye una formulación de la voluntad del Estado y es, por
ende, derecho público.100
5. 1. DISTINCION ROMANA
99
NINO, Carlos Santiago, op, cit, pág 183
100
GARCIA MAYNEZ, Eduardo; Introducción al Estudio del Derecho, op. cit. pág. 131.
101
LEHMANN, Heinrich; Parte General, Editorial Revista de Derecho Privado, Madrid. pág. 17 y
18.
94
En caso de duda es decisivo para la calificación del carácter jurídico de una
norma la finalidad que ésta persigue. Si en la atribución de derechos y obligaciones
prima el interés de la comunidad, se estará ante una norma de Derecho público. Por
el contrario, en el Derecho privado pasan a primer plano los intereses individuales.
Incluso mediante una distinción más aguda de los intereses protegidos por el
Derecho objetivo podría sustituirse esa dicotomía por una tricotomía, y ella con
fecundos resultados. Según la exposición de O.V. Gierke, cabe distinguir:
1. Normas que protegen los intereses particulares de los individuos como
tales, creando, en consecuencia, relaciones relativas al bien particular: Derecho
privado propiamente dicho.
2. Normas que protegen los intereses del Estado y de sus organismos
(Provincia, Región, Municipio), dando lugar a relaciones relativas al bien común:
Derecho público en sentido estricto.
3. Normas que protegen los intereses de los entes sociales, de la sociedad y
de sus organismos (asociaciones profesionales, sociedades, familia), y a través de
relaciones en parte relativas al bien particular, en parte relativas al bien común:
Derecho social. El Derecho social está en parte contenido dentro del Derecho
privado, y en parte estructurado y desarrollado en el marco del Derecho público.
4. Existen, finalmente, normas que intentan velar por los intereses de los
organismos estatales en sus recíprocas relaciones, que elevan a comunidad jurídica la
comunidad internacional de intereses, -Derecho Internacional Público- y normas que
reglamentan las relaciones entre el Estado y la Iglesia: Derecho Eclesiástico102.
La distinción en disciplinas jurídicas, por sectores o ramas, es puramente
práctica y ciertamente está ligada a las estructuras, pedagógicas o tradicionales, de
transmisión de la cultura jurídica de una sociedad. Es una contingencia cultural.
5. 2. TERMINOLOGIA DE MONTESQUIEU
En su obra “El Espíritu de las Leyes”, Libro Primero, sostiene que: “Las
leyes, en su significación más extensa, no son más que las relaciones naturales
derivadas de su naturaleza de las cosas; y en este sentido, todos los seres tienen sus
leyes: la divinidad tiene sus leyes, el mundo material tiene sus leyes, las inteligencias
superiores al hombre tienen sus leyes, los animales tienen sus leyes, el hombre tiene
sus leyes”103.
Continúa comentando el autor antes mencionado refiriéndose a las leyes
positivas: Tan luego como los hombres empiezan a vivir en sociedad, pierden el
sentimiento de su flaqueza, entonces concluye entre ellos la igualdad y empieza el
estado de guerra.
102
LEHMANN, Heinrich; op. cit. pág. 19 y 20.
103
MONTESQUIEU, Del Espíritu de las leyes, EDITORIAL HELIASTA S.R.L., Buenos Aires, pág.
49.
95
La guerra surge entre naciones o particulares. Ambos estados de guerra han
hecho que se establezcan las leyes entre los hombres. Considerados como habitantes
de un planeta que, por ser tan grande, supone la necesidad de que haya diferentes
pueblos, tienen leyes que regulan las relaciones de esos pueblos entre sí: es lo que
llamamos DERECHO DE GENTES. Considerados como individuos de una sociedad
que debe ser mantenida, tienen leyes que establecen las relaciones entre los
gobernantes y los gobernados: es el DERECHO POLÍTICO. Y para regular también
las relaciones de todos los ciudadanos, unos con otros, tienen otras leyes: Las que
constituyen el llamado DERECHO CIVIL.
El Derecho de gentes se funda naturalmente en el principio de que todas las
naciones deben hacerse en paz el mayor bien posible y en la guerra el menor mal
posible, sin perjudicarse cada una en sus respectivos intereses.
El objeto de la guerra es la victoria; el de la victoria la conquista; el de la
conquista la conservación. De estos principios deben derivarse todas las leyes que
forman el derecho de gentes.
Todas las naciones tienen su derecho de gentes, hasta los que comen a sus
prisioneros, tienen el suyo: envían y reciben embajadas, distinguen entre los derechos
de la guerra y los de la paz; lo malo es que su derecho de gentes no está fundado en
los verdaderos principios.
Además de los derechos de gentes que conciernen a todas las sociedades, hay
un derecho político para cada una. Sin un gobierno es imposible que subsista
ninguna sociedad. “La reunión de todas las fuerzas particulares, dice muy bien
Gravina, forman lo que se llama el ESTADO POLÍTICO. El gobierno más conforme
a la naturaleza es el que más se ajusta a la disposición particular del pueblo para el
cual se establece.
La ley en general, es la razón humana en cuanto se aplica al gobierno de
todos los pueblos de la tierra; y las leyes políticas y civiles de cada nación, no deben
ser otra cosa sino casos particulares en que se aplica la misma razón humana.104
Partiendo de la división romanística en público y privado, en la actualidad
podemos distinguir las siguientes ramas del Derecho:
1. El Derecho Público, se subdivide en: Derecho Político, Derecho Constitucional,
Derecho Administrativo, Derecho Financiero, Derecho Tributario, Derecho
Municipal, Derecho Penal, Derecho Procesal, Derecho Internacional Público.
104
MONTESQUIEU, op. cit. págs., 52 a 54.
96
5. 3. RAMAS DEL DERECHO PÚBLICO:
105
ALZAMORA VALDEZ, Mario, op. cit,. pág. 193
106
ALZAMORA VALDEZ, Mario, ob. cit. pág. 197.
97
concebido. Respecto al primer punto, es un postulado fundamental del Estado de
Derecho que la administración está sometida a las leyes. La primacía del poder
legislativo sobre el poder ejecutivo (en el que se encuentra la administración) así lo
requiere. El segundo problema radica en que la administración para actuar con
eficacia, hace disponer de un margen considerable de discrecionalidad, pero ese
margen no puede utilizarlo a su capricho, sino en función de los fines que persigue
su actitud. Un acto administrativo que aun siendo realizado dentro de los poderes que
la ley reconoce, se dirige a un fin distinto de aquel para el cual esos poderes han sido
concebidos (desvío de poder) o suponga una medida innecesaria o desproporcionada
para alcanzar sus fines (exceso de poder), puede ser anulado, por ser antijurídico107.
Es la rama del Derecho público que se ocupa de los medios económicos con que
cuenta el Estado para el cumplimento de sus fines y las fuentes para su obtención.
Determina la elaboración, ejecución y control presupuestario del Estado.
Estudia los diferentes tributos como recursos del Estado para la de su presupuesto,
los que están constituidos por impuestos, tasas y contribuciones. Establece el sujeto
tributario, los retenedores de los tributos, la obligación tributaria y las sanciones en
caso de incumplimiento. En nuestro país las disposiciones generales tributarias están
contenidas en el Código Tributario y los diferentes tributos en leyes espaciales.
107
LATORRE, Ángel, ob. cit. págs. 198-199.
108
ALZAMORA VALDEZ, Mario, op, cit, pág. 203.
98
Es un derecho sancionador que castiga determinadas conductas antisociales (delitos)
con diferentes penas previamente establecidas en ordenamiento jurídico. Comprende
la teoría del delito, las diferentes Escuelas penales y la tipificación de las conductas
antisociales, regulando de este modo, los delitos y las penas.
Existen dos formas típicas del proceso: Civil y Penal. Sirve el primero para resolver
los litigios que se suscitan por aplicación de normas de Derecho privado, tanto civil
como mercantil, El segundo está destinado a aplicar la ley penal.109 Es un derecho
adjetivo que permite aplicar el derecho a casos particulares. En el Perú, el Derecho
procesal esta diferenciado en dos Códigos: Procesal Civil y Procesal Penal, entre los
tratadistas existe una corriente que tiende a unificar ambas ramas como ha ocurrido
en Panamá.
Regula las relaciones entre los Estados y entre éstos y los diferentes organismos
internacionales. Este derecho supone la existencia de una comunidad internacional,
en la que se desenvuelven las relaciones internacionales. Las normas que la
conforman provienen de tratados internacionales que suscriben los diferentes Estados
y pueden ser multilaterales y bilaterales. Comprende el estudio de organismos
internacionales como la Organización de Estados Americanos (OEA) o la
Organización Mundial de las Naciones Unidas (ONU). Este Derecho en la actualidad
adquiere un mayor desarrollo en los procesos de integración.
1. Derecho Civil
109
LATORRE, Ángel, ob. cit. pág., 206.
110
ALZAMORA VALDEZ, Mario, ob. cit. pág. 209 .
99
2. Derecho Comercial
Es la disciplina del Derecho privado que se ocupa del comercio y de acto jurídico
Comercial. Se desprendió del Derecho Civil y en la actualidad existe una tendencia a
su integración, como ha ocurrido en el derecho italiano al expedirse el Código Civil
de 1942. Con la dación de nuestro Código Civil vigente, se ha producido también un
proceso de integración al incorporar al Derecho Civil, los contratos comerciales de:
compraventa, permuta, mutuo, depósito y fianza. Otras normas de Derecho comercial
están siendo incorporadas al Derecho de la Empresa.
Estudia las relaciones privadas que dan entre personas naturales o jurídicas, cuando
existe un elemento extranjero, que puede ser personal, real o voluntario. Sus normas
son de naturaleza especial, puesto que no dan una solución inmediata a la problemas
concretos que se plantean, por ser de carácter remisivas a un ordenamiento jurídico
material del Estado en que se produce el problema o de un Estado extranjero.
Cuando las sentencias deben ejecutarse en un Estado distinto del que expidió el fallo
se efectúa mediante el exequatur.
100
modalidades de pensiones a que se harán acreedores los trabajadores al término de la
relación laboral. En el Perú se proyecta la dación de una Ley General del Trabajo,
que servirá para ordenar la amplia y dispersa legislación laboral existente, y que
dificulta en la actualidad su aplicación práctica. En ella se proyecta recoger los
principios generales que sustentan el Derecho laboral, deficientemente legislados en
la actualidad.
2. Derecho Minero
Es la rama del Derecho mixto que estudia las relaciones jurídicas aplicables a la
propiedad minera, y las concesiones para la exploración y explotación de las minas.
El Derecho de minería en nuestro país no constituye una rama del Derecho privado,
debido a que el propietario exclusivo de los yacimientos mineros según la
Constitución Política es el Estado, y las personas de derecho privado son únicamente
concesionarias. Los derechos y obligaciones de los concesionarios, condiciones de
las contratación minera, empresas mineras, el proceso extractivo, industrial y
comercial.
3. Derecho Agrario
Se ocupa de las relaciones del hombre que labora en sus actividades agropecuarias,
abarcando la industria agrícola y el financiamiento crediticio. El Derecho agrario está
orientado a garantizar la tenencia y propiedad de los bienes agrarios.
101
ÍNDICE DEL CURSO DE FOLOSOFÍA DEL DERECHO
102
5.4. Ramas del derecho privado 99
5.5. Nuevas ramas del derecho 100
103
Filosofía del
Derecho
Dr. Der. Rafael Hernández Canelo
Texto Universitario
2014 104
105