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secretaría de
educación pública
culebras y diablos
De las cosas
que se cuentan secretaría de
educación pública
Historias de cuevas,
culebras y diablos
Directorio
De las cosas
que se cuentan secretaría de
educación pública
Historias de cuevas, culebras y diablos
Edición
Consejo Nacional de Fomento Educativo
Adaptación
Elisa Ramírez Castañeda
Diseño
Cynthia Valdespino Sierra
Ximena Pérez Viveros
Coordinación editorial
Pedro Antonio López Salas
Rodolfo A. Montes Martínez
HECHO EN MÉXICO
10 Presentación
Índice
12 De las cosas que se cuentan…
16 Ch’en Ajtealjá
17 El túnel de Ajtealjá
20 Ti men un sexe
21 El hombre perdido
22 Ñatansha cruxi
23 La cruz cortada
26 X-Tabay
27 La X-Tabay
28 Te pukl
29 El diablo sombrerón
30 Má’í sal
31 Cerro del Diablo
62 Bindxab
63 El diablo sin pies
64 Nhñu ‘bede ya johodo ner tz’ithu
65 Los tres hermanos y el diablo
66 Te une y te yatzibü
67 El niño y el diablo
70 U tsikbali’ k’aak’asba’a
71 Cuento de una bestia
76 Glosario
78 Índice de escritores
82 Listado de ilustradores
Tu idioma es la casa de tu alma.
Presentación Ahí viven tus padres y tus abuelos.
En esa casa milenaria,
hogar de tus recuerdos,
permanece tu palabra.
11
Historias de cuevas, culebras y diablos
De las cosas que se cuentan…
Las cuevas son la boca del inframundo, del lugar que a
veces se llama infierno, de donde pocos o ninguno re-
gresan. Quien entra y vuelve no puede contar mucho,
porque no puede seguir vivo sobre la tierra. Por lo que
se alcanza a saber, las cosas allá, a pesar de ser pareci-
das, son en el fondo muy distintas. Quienes estuvieron
allá un instante, regresan y descubren que aquí han
transcurrido muchos años; los que acarrean oro se en-
cuentran acá con un saco lleno de hojas secas o carbón.
Bestias, culebras y diablos habitan los túneles y cue-
vas. A veces estos seres andan entre nosotros, pero
siempre acaban llevándose a quien no cumple sus pro-
mesas, los reta o cuenta sus secretos. Se les topa por
accidente, llamándolos o haciendo pactos; pero el trato
con ellos es siempre difícil, aunque sea accidental.
Las historias de diablos y seres malignos se cuentan
de noche, en voz baja, a la luz de las velas o de la hogue-
ra, para asustar y advertir, para jugar y divertir. Porque...
¿a quién no le gusta asustarse, aunque sea tantito?
16
Hacedores de las Palabras
El túnel de Ajtealjá
queda cerca de la comunidad de Ajtealjá.
Y así los señores, curiosos de conocer el túnel, alistaron sus
linternas para poder ver, y al llegar al túnel lo primero que hi-
cieron, antes de entrar, fue persignarse.
Entonces entraron y comenzaron a caminar. Ya habían
avanzado mucho cuando una voz les gritó desde dentro del
túnel: “ya no pasen”.
Los señores se detuvieron y aunque ya habían caminado
mucho se regresaron a su casa; tomaron otro camino dentro
de la cueva, porque seguía.
18
Hacedores de las Palabras
El hombre perdido
rro muy grande, cerro La Sirena. A las pocas
horas llegó a donde había oreja de león ante
un gran peñasco. Empezó a juntar estas plan-
tas, pero sin darse cuenta se metió en una
cueva o candona.
Así siguió caminando bajo tierra. Según
decía, en ese cerro había un gran túnel que
llegaba hasta San Carlos. Dentro de ese cerro
había muchos animales, personas, árboles
frutales y ríos. Así que vivió en ese túnel un
año y por fin salió a San Carlos.
Y él contó su propia historia.
22
Hacedores de las Palabras
Nxee kua’a kuia ña ki shi uni se’e ñan San Juan Ixtaltepec
Ñatansha cruxi
Mixteco alto
san kuashá san kuaxa kava Ranchu Duxi ya’a n maxi ti san
dava dava xiti kava, iyo n kava, kan nu san nani kava, yoo
san dantuvi nashá kava, san dava dava yituvi n cruxi ñakui
xi ñutun san n n xan xa’a cruxi san mismuni momento
ñukuan cruxi keshá keni san tiuni shui san kuanu diki kava,
dio se’e ña shan xa’a cruxi san ko’oyo diki kava, san shi’i san
tuvi compañeruxi danu ña’an sanshidoñaan san
xiva’aña’a’n ka’a kava, mientra kua’an kian shi familiashi ña
shi’in’ san ña xaku do’oxi ña xi’i noticia kixi tine’en ña shi’i
san nshakaña’an nxan ve’exi san shikintuxi san panteón
nukuan panteón ñu’u.
23
Historias de cuevas, culebras y diablos
La cruz cortada
de San Juan Ixtaltepec y se subieron a la peña
de Rancho el Águila y llevaron un machete.
Y en medio de la peña hay una cueva muy
grande que se le llama Cueva de la Luna.
Entonces esos hombres llegaron a donde
está la cueva y en medio estaba puesta una
cruz de madera.
Uno de ellos cortó la cruz y en ese mismo
momento la cruz comenzó a sangrar; y ellos
se asustaron y se bajaron de la peña, pero el
hombre que había cortado la cruz se cayó de
la peña y se murió.
Sus dos compañeros lo bajaron cargando y
lo escondieron debajo de la peña mientras
fueron a avisarle a su familia que se había
muerto.
Al escuchar la noticia fueron a traer al
muerto y se lo llevaron a su casa y lo enterra-
ron en ese panteón que hay en ese pueblo.
24
Hacedores de las Palabras
Ru’u miññ didx guíu’ too miñgúhl ni guhg. Xhiiñ no gabiazme buc gahl
Mba’al nií ra’jp gahdx ihjc
Zapoteco del Istmo
xhimdoome. To dzé zame guexh dxi tohpme yahjc. Zume chehx guiajc, coo to
cuev tohdxi guzló gayob leññ me no guhl xhiiñ me we.
Vie’me garu’u gahdx ihjc de leeme no ru va garu’u ni ultim no xhpa’n per xhpa’n
cal rnaziu gre’ lhqui. Min guhl nexh bzieme ru bieme le no gudeme ni guudxi ru
cal, gahg no bza’ ame lee leññ cuev ru gudahp xhiñ me.
Zame xhi riu’me no guhdxi me xhimquieme ni nexh uliu, rame lee guhti xhiññ
me no peadxime lee.
Min guhl dzé riume xhi riu’me nga’adxga par gdeme ni gaadxi xhiñ me ni naacg
to mba’al de gahdx ihjc, per briu’ to mquie ni gluadx le’eme no vie’ ma calzto.
Dzé miñguhl gupguiat xhigadxi xhiñ bieme va queñ. Biome leema nexh
gudxialme leu. Per xhigw ni güiie’ guznal mba’al cal lehti nhuieme va lo riu’ma.
Ma cal dxigñme leñ to cuev no hue via’ñma no cuev leu cuev le yahp, gahx ru
guhl mba’al cal.
Ruyme diidz ma’ cal bia’n len cuev hue no ruuma
xhta na, no dahñ nuu zta’ajl mi’iñ.
25
Historias de cuevas, culebras y diablos
Cuenta la leyenda que había una señora que se llegó a embarazar y espera-
Un
La X-Tabay
día un
señor estaba
viendo, cuando
apareció una mu-
jer muy bonita y le dijo:
—Llévame a mi casa,
porque estoy perdida.
—Está bien, te llevo,
¿dónde queda tu casa?
Entonces le dijo al señor:
—Queda por allá.
El señor vio que la mujer ya se for-
mó como culebra y llevó al señor den-
tro de la cueva y lo mató con la cola de
la culebra. El señor se murió y el que an-
daba con él vio los huesos de su amigo.
28
Hacedores de las Palabras
Jun buelta tul winik, laj sta jpukj k’an smilta machito y la xi te
Te pukl
Tzeltal
pukuje, jauk jauk ts’in meto lokta alimal, jauk meto te pukuje jala te
chiin winik ja sbil sombreron teyax och to yutil ch’en kalal la yaix
stojol te winike k’ejel ayixaa le ayix lajta jun yutil ch’en sok
la’j te ts’ey la layilte pu’ kuje jetik jiek bayal xiel yuun. Ju’uk laj
meto ay la yak k’axel wineketik leate banti te’eltike, y la yaiy stojol
le ay awta yutil ch’en jieh bajti yilik jieh laj tehajik koel laso jih
kolkbeel, el kot state winike soktetsie jieh lok tel ta yutil ch’en te
winike, ja smul te pukaja
jafein la la sokebexik
tebitil och beel ta
yutilte ch’ene jich la
yal ja la yik’o beel te
sombrerones jich laj
kax beel jun k’aal te
winikej tsakot laj ta
chamel ta k’ux ch’at’ul
y soy k’ux jolol y la sta
yorall laj te winike sok te
tsie ja yu’un texiw bayal
te beluk laj staa.
29
Historias de cuevas, culebras y diablos
El diablo sombrerón
tró un diablo. Lo iba a matar con mache-
te y se espantó el diablo, de repente
salió corriendo. Pero era un sombrerón
que entró en la cueva. El señor iba con su
perro; cuando se dio cuenta, estaba den-
tro de una cueva junto con su perro. Vie-
ron unos demonios y se espantó mucho
el señor. De repente pasaron unos seño-
res por la montaña, escucharon el grito
que había en la cueva. Esos señores
consiguieron unos lazos, bajaron dos
señores al mismo tiempo y vieron
que ahí estaba el señor con su pe-
rro. Sí salió el señor que estaba en
la cueva por culpa del sombre-
rón. Ya cuando salió le pregunta-
ron por qué estaba en la cueva y
contestó el señor:
—Mirá, me llevó el sombrerón.
Cuando pasaron unos días empezó a
enfermarse con dolores de estómago,
dolor de cabeza y por fin falleció el se-
ñor por el susto que tuvo con su pe-
rro. Así terminó este cuento.
30
Hacedores de las Palabras
Laje tsa lé tsyé ñia mal tsa tá sew ta matage saí, jonma ganaá asa
safö m toa w tamatá ch o tö. Tsajo tom vátaa.
tsa í, ñia tsa kí tamá eg t m toa w Lla mna eka je ta güetsa, no makón
tama ta’ ch ö tö. cha meñi en soón ñia t kon joo y,
Tsajo tsa í, ñia tsa kí tama’ eg f m lal m’n, l la l né asta limoaná larre
koo asn ñi taan tsa tan kuago wea la soó.
ja kachía né. Ja mané a tán fa tsaw Konlá mañ too tsa té je jeje milä
ja ja kon mchí ja mea ñia ekipaa, s kima’ mi soché m ñia se chi maí
w taan tsa tán kuago wea ñia toon tóma jo kon lé b ku ñia ni ko m kó
tsa ajo ten, enef m ña vatán skuago tama fa n lije eliyemi ö too ja lfa
í ja ma takiaa tí ñia bomba ñ ma ja etaa jín loa majé teñi já sema n
matoo ko teñ tó ja seb sta igá kon too lo ne ja ma né kima ja.
33
Historias de cuevas, culebras y diablos
El señor y el diablo
señor que pasaba por allí y traía un rifle vio la cabeza de
la culebra, le apuntó. La culebra se murió y toda su san-
gre se volvió agua roja.
El señor vio en su sueño que la culebra era el diablo.
—¿Por qué me mataste? Mañana mismo te vas a morir
—le dijo.
Cuando amaneció, el señor tenía calentura y se murió.
36
Hacedores de las Palabras
Llegó ante Jesús con las manos vacías y le dijo Cuando le pegó, el demonio sintió un gran
que no pudo sacarlo. miedo, hasta le salió una gran flama de fuego
Siguió San Miguel. por la boca. El demonio fue llevado amarrado
—Ha venido el que respetarás y te sacará. con grandes cadenas en el fondo del mar, y
Y mostró su balanza y la espada y el demo- cuentan que hasta hoy quiere salir y no le dan
nio dijo: permiso, porque si llega a salir acabará de
—No respeto a nadie, pues han venido to- nuevo comiendo personas. Cuando se enoja
dos los discípulos de Jesús y ya me hicieron comienza a relampaguear y San Miguel se
enojar. Ahora te voy a comer. encarga de cuidarlo.
El demonio abrió la boca para comerse a
San Miguel, pero el santo le dio un espadazo.
El demonio gritó:
—No me pegues, te acompañaré.
El golpe de la espada se convirtió en un
gran relámpago. Todas las aguas de la laguna
se movieron y se volvieron un gran aguacero.
Ya en el camino el demonio dijo:
—Mi faja, mi faja.
Pero no era una faja, era una gran serpiente.
San Miguel le dijo:
—No me digas nada de tu faja y sigue ca-
minando o te vuelvo a pegar. Donde te voy a
dejar estarás amarrado y me tienes que res-
petar; si no, te pego.
46
Hacedores de las Palabras
Llegó a otro pueblo, pidió posada en una Regresó a encontrarse con el diablo, le en-
casa. El dueño de la casa tenía dos hijas pre- tregó el saco que le había prestado siete
ciosas, pero el padre de las muchachas tenía años y se despidieron.
que pagar pronto una deuda. El pobre, gre- Desde lejos el diablo le gritó:
ñudo y mugroso, le preguntó a la hija mayor: —Pero, ¿sabes qué?, me vas a dejar herencia.
—¿Qué se le ofrece a tu padre? Yo lo pue- El hombre no adivinó qué quería decir y
do ayudar. regresó a su casa. Se bañó, se rasuró bien y se
—Mi papá debe pagar una deuda mañana fue a recoger su carro. Fue por la muchacha
y no tiene con qué. y se casó otra vez.
—Yo le presto, ¿cuánto quiere? Hicieron un grandioso baile. Cuando cele-
La muchacha pensó: “¿Qué dinero ha de braba su matrimonio, la hermana de la novia,
tener este mugroso?” por coraje de no haberle hecho caso al hom-
Pasó la hermana menor, y el pobre le bre pobre, se fue a un pozo de agua y se mató.
preguntó lo mismo. Él le dijo que le podía Ésa fue la herencia
prestar para que pagara. del diablo.
—¿De veras?
La muchacha dijo a su papá:
—Papá, el señor que llegó dice que te
presta dinero para que pagues tu deuda.
—Si me presta, qué bien.
La muchacha se enamoró del pobre, pero
el hombre se fue.
Cuando llegó a otro pueblo se compró un
carro último modelo y siguió su camino.
Cuando menos sintió, ya habían pasado los
siete años.
50
Hacedores de las Palabras
El pobre y el diablo
cuando llegó, el dueño le hizo pregun-
que no tenía con qué mantener a su fa- tas. Él le contestó que estuvo visitando a
milia; entonces, pensativo todos los días su familia. El señor embrujó a su patrón
se decía: “Tengo que encontrar trabajo que era el diablo. El señor fue muy vivo,
así sea en el infierno”. porque el diablo le preguntó:
Pasaban por ahí buscando trabajado- —¿Cuánta familia tienes?
res y se encontraron con el señor. Firmó Le contestó que nada más una.
muy pronto el contrato y se fue con el —¿Quién es tu ser más querido?
muchacho, caminando largo rato hasta El señor le contestó:
llegar a la casa del patrón. Se puso a tra- —Ninguno.
bajar; como era un rancho, su trabajo —¿Entonces por qué los visitas?
fue cuidar las vacas. Un día el señor salió —Para que no se preocupen.
de su trabajo sin pedir permiso y fue a El diablo hacía tantas preguntas por-
su casa, pero el camino le pareció muy que quería comerse a la familia del señor.
raro. Cuando llegó a la estación anterior —¿Por eso desapareciste un día?
y llegó a su casa, su familia estaba des- —Sí.
esperada porque no sabían dónde ha- —Bueno, ve a ver a las vacas.
bía estado todo ese tiempo. Cuando lo —Sí, ya voy.
vieron se alegraron mucho y le pregun- —Cuando te agotes vienes a comer.
taron dónde estaba. —Sí, patrón.
—Les tengo una noticia —contestó—, El señor pensó: “Si el diablo no me
ya encontré trabajo y les traeré dinero. paga, ¿adónde voy a encontrar otro
Pero les dio una condición: “Harán lo trabajo?”
que yo diga”. Su familia estuvo de En eso iba cuando vio una moneda de
acuerdo. Más tarde el señor regresó a su plata y pensó: “¿Qué compro?, galletas,
trabajo, a medio caminar lo alcanzó la se me acabarán pronto. ¡Ah!, ya sé, lo daré
noche. A lo lejos miró la casa del dueño; a mi familia para que hagan una casa”.
52
Hacedores de las Palabras
Al día siguiente le pidió permiso al dueño —Bueno, aquí les dejo el dinero, ya me
para ir a ver a su familia, el dueño le contesto voy. ¡Adiós!
que sí. Pasaron varios días, no regresó. Un día el
—Pero vas con Chilia —y se fueron cami- señor se montó en un caballo; el caballo su-
nando muy lejos hasta que por fin llegaron y bió disparado y el señor se cayó. Se levantó y
le dio a su mujer para que hiciera la casa. Su agarró al caballo y le dio algunas palizas. El
mujer se puso muy contenta, pero tuvieron caballo ya no pudo correr. El señor se lastimó
un problema y la esposa gastó todo el dinero, la pierna, se curó él mismo, y al caballo tam-
que aunque la moneda no era una fortuna, él bién, pero se le quitó lo brioso. El diablo in-
sí lo consideraba así. Pensando en la moneda vestigó si de verdad el señor no tenía familia;
de plata, el pobre señor soñaba con la casa él le contestó que no. Pasó mucho tiempo con
que le había encargado a su mujer, sin saber lo mismo, investigando. Después de tanto
lo que pasó en la casa; y la mujer, por supues- tiempo investigó si de verdad no tenía fami-
to, triste. Después, pasado un mes, un día el lia. El pobre fue a pedirle permiso y el diablo
pobre señor regresó y preguntó: fue detrás de él y como a los cien metros
—¿Dónde está la casa que encargué? mató a cien gentes y persiguió al pobre. Y se
La señora contestó: quedó parado mirando al pobre y vio que el
—Tuvimos problemas, gastamos el dinero. pobre tenía mucha familia. El pobre al regre-
—¿Y de qué problema me hablas? so pasó de largo y el diablo pensó: “¿A éste
—Es que me ofrecieron un becerro y no tenía qué le pasa? Se fue de largo, ya no me quiere
dinero. Lo compré, pero el resto aquí lo tengo. hablar. A mí no me hace nada, lo voy a espe-
—Pues ya no te preocupes, en el costal rar, voy a acabar con eso”.
traigo mucho dinero para hacer una casa de Pasó un año y después el diablo decidió
dos pisos. convertirse en un aire y desbarató la casa del
Pero no se dio cuenta de que el diablo lo pobre. Toda su familia se murió y el pobre
siguió y, cuando platicaba con su familia, se también se murió.
quedó parado a cien metros. El diablo parecía
un caminante. Preguntó que cómo estaban.
54
Hacedores de las Palabras
Se telpokatl nemiya san iuan inantsin, kiya xnexti nkin iuan tinemis
Se telpokatl iuan inantsin
Náhuatl
na ma dethä, ar dätö.
Ja mi ne na nei y como jinti mi ñheje ya tada ynui ma ts’its’i
ya tolo jioje nubu shta ma da nei, un nar pa ui yede que un jar
tejé mi yo be ar tzu’ntbu ar dätö vi mo que nda guadi ar ney
ne ga maha, pe no bi dini un nar shuts’i mar na söthä y vi
nejui un mi juadi ar nei vi ma car tojo, pe noho chichilo jimvi
ma y buho yoho vi senicar toyo y vi käts’i car shuts’i y ne vi
jiandi un ar shuts’i con nuho vi nejui y vi jiöncar zunthä y ar
chuts’i y ja güenjiga ne vi mor bots’i ingo gëñi ngmui ogi när
doro ne vi dicui ar rhiry y vi jio un ar jodo y vi gose.
65
Historias de cuevas, culebras y diablos
El niño y el diablo
como un abandonado del diablo con
ba en una iglesia como servidor del cachos, cola, alas. Siempre, cada do-
sacerdote; el niño era muy inteligen- mingo hacía así, con cacho, cola:
te para las oraciones. Este niño con- cuando el sacerdote hace la misa y
taba con ocho o nueve años. cuando levanta el cáliz, el diablo se lo
Un día decidió ir a pescar a la orilla quita, y le gusta hacer lo que hace;
de una laguna, tiraba su anzuelo para cuando alumbra la luz de la estrella,
cazar pez. De pronto vio venir un ca- alumbra al diablo; cuando se cae en
rro; un señor se bajó y le preguntó al el piso, se cae el diablo. Cuando el
niño qué estaba haciendo. Y contes- diablo dejaba al niño en una sola par-
tó el muchacho que le tenía miedo te, el niño veía lo que hacía el diablo.
porque no lo conocía; seguía callado. Cuando regresó le ofrecieron tra-
El señor se dio por vencido, decidió bajo y dijo que no:
explicarle que su casa era cerca y se —Soy como un hijo tuyo.
acercó al niño, le tapó los ojos. El Como un acompañante, lo llevaba
niño dio un parpadeo, se levantó y se en una cabra con tiro a donde comen
dio cuenta que estaba en una hacien- sangre. El diablo come pura sangre
da y vio que había muchas cosas y de los hombres donde pelean, don-
estaba lleno de diferentes animales: de le ponen cuchillo, machete.
vaca, burro, cabra, cochigato, perro, Entonces el muchacho se fue a su
gallina, pato y pavo, y tiene tienda y casa y luego se hizo sacerdote. Cuan-
un buen equipamiento, entre otros. do el diablo lo tenía, el niño rezaba y
El señor encanto le invitaba buena rezaba y lo bañaba bien de perfume
comida y hospedaje, quería que el y le dijo:
niño se fuera con él. El señor le —Te voy a dejar a tu casa donde
dio todo, todo. Un día lo llevó a la estabas pasando.
iglesia todo el domingo, lo cargaba Y luego terminó. Esto sucedió en
en los hombros. El señor se veía Tuxtla Gutiérrez.
68
Hacedores de las Palabras
Dios y el diablo
Y éste le contestó:
diablo estaba correteando al Dios y —Estoy sembrando un puño de
se metió dentro de un árbol de caza- frijoles. Si Dios quiere, levantaré una
huate. El diablo empezó a cortar el buena cosecha para los niños, pues
árbol, pero conforme iba cortando le lo necesitan.
salían nuevas ramas. Se cansó de tan- Y el Dios dijo:
to cortarlo y se fue. —Pues bien, frijoles cosecharás
Luego salió el Dios y en el camino dentro de dos días, y además —le
encontró un señor que estaba traba- dijo— voy a sembrar este arbolito de
jando. El Dios le preguntó: durazno. Si acaso pasa el diablo y
—¿Qué estás haciendo, buen pregunta por mí, dile que pasé ya
hombre? hace muchos años.
El señor contestó: Y así pasó el diablo, que andaba
—Estoy sembrando un puño de persiguiendo al Dios y le preguntó al
piedras. señor que estaba sembrando frijoles
Y el Dios le dijo: si había visto a un Dios. Éste le
—Échale muchas ganas, pues co- contestó que sí.
secharás piedras. —Pasó hacía años, por-
Y así se fue el Dios y días después que sembró ese arbolito y
en el terreno aquel donde había esta- ya está grande, ya tiene du-
do el señor había muchas piedras. raznos; y si usted gusta,
Después de caminar el Dios se en- pruebe un durazno.
contró otro hombre que trabajaba y Y el diablo, sin saber que
le preguntó: tenía hueso, a la hora de co-
—¿Qué estás haciendo, buen merlo se le atoró en la
hombre? garganta.
74
Hacedores de las Palabras
75
Historias de cuevas, culebras y diablos
Candona Hueco oscuro o cueva.
Glosario Cochigato Ave zancuda de cabeza y cuello negro, con collar
rojo, vientre verde y pico largo y fuerte.
Palmejara Que diera palmadas, que le aplaudiera.
16 Ch’en Ajtealjá 24 Mba’al nií ra’jp gahdx ihjc
Índice de escritores El túnel de Ajtealjá La culebra de siete cabezas
Josefina Gómez Santis, Ángela Altamirano,
10 años, tzeltal, Barrio Ajtealjá, 10 años, zapoteco del Istmo,
Oxchuc, Chiapas. El Caracol, Santa María
Informante: Juan Gómez. Guienagati, Oaxaca.
Traductor: Benjamín Gómez. Informante: Acxel Iglesias.
79
Historias de cuevas, culebras y diablos
62 Bindxab 68 Takaam tsaj tëjk
El diablo sin pies La promesa sin cumplir
César Cabadilla Reyes, Francisco Francisco Plutarco,
12 años, zapoteco de Guevea, 12 años, mixe, La Aurora,
La Reforma, Guevea de Humboldt, San Juan Guichicovi, Oaxaca.
Oaxaca.
70 U tsikbali’ k’aak’asba’a
64 Nhñu ‘bede ya johodo ner tz’ithu Cuento de una bestia
Los tres hermanos y el diablo Isaías Kumul Cauich,
Rogelio Ramírez Martínez, 11 años, maya, San Pedro,
11 años, otomí, Santiago Valladolid, Yucatán.
Mezquititlán, Amealco, Querétaro.
72 Su’usi, tee ji tachi
66 Te une y te yatzibü Dios y el diablo
El niño y el diablo Marcelina Feria Vázquez,
Clara Estrella Sánchez de la Cruz, 12 años, mixteco, Cabacuaa,
10 años, zoque, El Paraíso, Magdalena Peñasco, Oaxaca.
San José Chapultenango, Chiapas. Informante: Marcelino Feria.
Traductor: Demetrio Bautista.
80
Hacedores de las Palabras
Alberto Francisco Ramón, Diana Laura Apanteno Palmas,
Listado de ilustradores
10 años, náhuatl, Tepetzingo, 6 años; Ambrosio Francisco
Cuetzalan, Puebla. Vazquez, 11 años; Bartolo
Francisco Vázquez, 9 años;
Albina Díaz de la Cruz, Eleazar Molina Morales,
13 años, huichol, El Cora, 8 años; náhuatl, Tepetzingo,
Tepic, Nayarit. Cuetzalan, Puebla.
83
Historias de cuevas, culebras y diablos
Margarita Cruz Bustillo, Minerva Martínez Pereda,
15 años, rarámuri, Cumbre de Río 12 años, mazateco alto,
Verde, Guachochi, Chihuahua. San Jorge Buenavista,
San José Tenango, Oaxaca.
María Antonia Alonso Hernández,
13 años, náhuatl, La Laja, Noé López Juárez,
Axtla de Terrazas, San Luis Potosí. 12 años, zapoteco de la Costa,
El Carrizalillo, Santa María
Maricela Arroyo Corrales, Tonameca, Oaxaca.
13 años, náhuatl, El Cayaquito,
Aquila, Michoacán. Palemón Dircio Esteban,
13 años, tlapaneco, Llano
Marta Feria Solano, de la Parota, Acatepec, Guerrero.
11 años, mixteco, Cabacúa,
Magdalena Peñasco, Oaxaca. Patricio Victoriano Vázquez,
9 años, náhuatl, El Naranjito,
Mateo Martínez José, Aquila, Michoacán.
9 años, mixteco-tacuate,
Rancho la Virgen Santa María Paula Guzmán Tapia,
Zacatepec, Oaxaca. 8 años, náhuatl, Cuaxilotitla,
Tlapa, Guerrero.
Mauro Merino Gracida,
14 años, mixteco, Loma Reyes, Pedro Soto Martínez,
San Juan Mixtepec, Oaxaca. 10 años, mixteco, Rancho
la Virgen, Tlaxiaco, Oaxaca.
84
Hacedores de las Palabras
Ramón Flaviano Francisco, Sabina Luis Vásquez,
10 años; Máximo Méndez Cortes, 13 años, zapoteco del Valle,
10 años; Aida Salgado, 6 años; Rancho Maya, San Miguel
Gelacio Chico Salgado, 10 años; Tilquiápam, Oaxaca.
nahuatl, Tepetzingo, Cuetzalan,
Puebla. Santa Martínez Hernández,
13 años, tének, La Yerbabuena,
Rigoberto Martínez Hernández, Aquismón, San Luis Potosí.
10 años, mixe, Taller de pintura
Ayuujk, Tlahuitoltepec, Oaxaca, Teodoro Pérez Morales,
12 años, tének, Jagüey Cercado,
Roberto Campos Alvarado, Aquismón, San Luis Potosí.
13 años, náhuatl, El Zapote, Aquila,
Michoacán. Virginio Hernández Carrillo,
14 años, huichol, Vado del Cora,
Rolando Jiménez Gómez, Santiago Ixcuintla, Nayarit.
11 años, mixe, Taller de Pintura
Ayuujk, Tlahuitoltepec, Oaxaca. Zenaida Alamilla Canul,
11 años, maya, San Felipe, Felipe
Rosita Rivera Martínez, Carrillo Puerto, Quintana Roo.
14 años, mazateco alto, La Raya,
Santa María Chilchotla, Oaxaca.
85
Historias de cuevas, culebras y diablos
Historias de cuevas,
secretaría de
educación pública
culebras y diablos
De las cosas
que se cuentan secretaría de
educación pública