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(Diapositiva 2) A lo largo de la historia, han caído grandes imperios, culturas, civilizaciones y

formas enteras de organización social y de pensamiento. Aunque la moral y la ética han acompañado
a lo largo de la historia a cada una de estas. Es posible decir que la ética es la parte de la filosofía
práctica que se ocupa del hecho moral y de los problemas filosóficos que nacen de la conducta
humana.

(Diapositiva 3) La introducción del cristianismo a través del Imperio romano en Europa, cambió el
concepto de moralidad, que dejó de estar vinculado a la felicidad y se ligó a la salvación del alma. En
la Edad media ser moral se convertía así en seguir la doctrina de Dios y los mandamientos de la
Biblia. El cielo como recompensa o el infierno como castigo servía para motivar a la gente a ser
moral.

La ética asume elementos de las doctrinas clásicas de la felicidad (el fin del actuar humano consiste
en obtener el bien que nos hace felices) y los une a la doctrina cristiana (vista como Revelación
divina), especialmente según la normativa que recogen los mandamientos. El fin último del actuar
humano es la caridad, que se consigue al vivir desde el Evangelio, y que permite al hombre acceder a
la visión de Dios (en el cielo), donde el ser humano alcanza su máxima plenitud y el bien supremo.
Diversos autores hablan de ética y según perspectivas diferentes. Es oportuno recordar dos grandes
nombres, san Agustín de Hipona y santo Tomás de Aquino (especialmente en la segunda parte de
la Suma de teología, en la que se recogen numerosos elementos de la ética de Aristóteles).
Posteriormente, y tras las huellas de las ideas de Tomás de Aquino, se desarrolla en el ámbito
católico lo que luego será conocido como principio de doble efecto.

(Diapositiva 4) Ética de San Agustín De Hipona

La ética de San Agustín tiene un carácter eudemonista, es decir, el que se propone un fin para la
conducta humana, a saber, la felicidad; pero esa felicidad ha de encontrarse únicamente en Dios.
El ser humano es mutable e insuficiente para sí mismo, solamente puede encontrar su felicidad en la
posesión de lo que es más que el mismo, en la posesión de un objeto inmutable.
La ética de San Agustín es primordialmente una ética del amor pues es la voluntad lo que lleva al
hombre hacia Dios y goza de él.
“Amaras al señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu mente, y con tu alma” y “amaras a tu
prójimo como a ti mismo” Después de citar las palabras de Cristo, tal como las transcribe San Mateo;
San Agustín afirma que “aquí está la filosofía natural, puesto que todas las causas de todas las cosas
naturales están en Dios Creador”, y que “aquí está la ética, puesto que una vida buena y honesta no
se forma de otro modo que mediante el amar, como deben amarse, las cosas que deben amarse, a
Dios y nuestro prójimo.
¿El mal consistirá de alejar la voluntad de Dios? pero ¿qué es el mal en sí mismo, el mal moral?
El mal moral no puede ser algo positivo en el sentido de algo creado por Dios: de las causas de mal
moral no es el Creador, sino la voluntad creada. La Causa de las cosas buenas es la bondad divina,
mientas que la causa del mal es la voluntad creada, que se aparta del bien, el mal es el alejamiento
de Dios por parte de la voluntad creada.
La ética de San Agustín es religiosa, todo lo basa en dios ya sea la felicidad las decisiones la voluntad
y el que consideraba alejar la voluntad de Dios es tomado como mal moral ya que haces voluntad
creada que se aparte del bien.

(Diapositiva 5) La Ética de Santo Tomás de Aquino


Sto. Tomás está de acuerdo con Aristóteles en la concepción teleológica de la naturaleza y de la
conducta del hombre: toda acción tiende hacia un fin, y el fin es el bien de una acción. Hay un fin
último hacia el que tienden todas las acciones humanas, y ese fin es lo que Aristóteles llama la
felicidad. Santo Tomás está de acuerdo en que la felicidad no puede consistir en la posesión de
bienes materiales, pero a diferencia de Aristóteles, que identificaba la felicidad con la posesión del
conocimiento de los objetos más elevados (con la teoría o contemplación), con la vida del filósofo, en
definitiva , santo Tomás, en su continuo intento por acercar el aristotelismo y cristianismo, identifica
la felicidad con la contemplación beatífica de Dios, con la vida del santo, de acuerdo con su
concepción trascendente del ser humano.
En efecto, la vida del hombre no se agota en esta tierra, por lo que la felicidad no puede ser algo que
se consiga exclusivamente en el mundo terrenal; dado que el alma del hombre es inmortal el fin
último de las acciones del hombre trasciende la vida terrestre y se dirige hacia la contemplación de la
primera causa y principio del ser: Dios. Santo Tomás añadirá que esta contemplación no la puede
alcanzar el hombre por sus propias fuerzas, dada la desproporción entre su naturaleza y la naturaleza
divina, por lo que requiere, de alguna manera la ayuda de Dios, la gracia, en forma de iluminación
especial que le permitirá al alma adquirir la necesaria capacidad para alcanzar la visión de Dios.
La felicidad que el hombre puede alcanzar sobre la tierra, pues, es una felicidad incompleta para Sto.
Tomás, que encuentra en el hombre el deseo mismo de contemplar a Dios, no simplemente como
causa primera, sino tal como es Él en su esencia. No obstante, dado que es el hombre particular y
concreto el que siente ese deseo, hemos de encontrar en él los elementos que hagan posible la
consecución de ese fin. Santo Tomás distingue, al igual que Aristóteles, dos clases de virtudes: las
morales y las intelectuales. Por virtud entiende también un hábito selectivo de la razón que se forma
mediante la repetición de actos buenos y, al igual que para Aristóteles, la virtud consiste en en un
término medio, de conformidad con la razón. A la razón le corresponde dirigir al hombre hacia su fin,
y el fin del hombre ha de estar acorde con su naturaleza por lo que, al igual que ocurría con
Aristóteles, la actividad propiamente moral recae sobre la deliberación, es decir, sobre el acto de la
elección de la conducta.
Al reconocer el bien como el fin de la conducta del hombre la razón descubre su primer principio: se
ha de hacer el bien y evitar el mal ("Bonum est faciendum et malum vitandum"). Este
principio (sindéresis) tiene, en el ámbito de la razón práctica, el mismo valor que los primeros
principios del conocimiento (identidad, no contradicción ) en el ámbito de la teórica. Pese a sus raíces
aristotélicas vemos, pues, que Sto. Tomás ha conducido la moral al terreno teológico, al encontrar en
la ley natural un fundamento trascendente en la ley eterna.
(DIAPOSITIVA 6) En la edad media la ideología y cultura se basó en la sustitución de la cultura
clásica por el teocentrismo cristiano o musulmán.
La ética en la época de la edad media es conocida como la ética de la salvación cristiana o ética
cristiana.
El período histórico va desde el siglo XI al siglo XV -un período de medio milenio de considerable
actividad filosófica, sólo comparable en variedad y vigor a los períodos moderno y contemporáneo.
Sin embargo, y de forma sorprendente, entre el final del Renacimiento v la mitad del siglo XX, se
olvidé considerablemente la filosofía de aquellos quinientos años.
Parte de la dificultad para evaluar la filosofía de la Edad Media, y en menor medida la del
Renacimiento, se debe a que está formulada en un vocabulario teórico poco común.

(DIAPOSITIVA 7) EL DESARROLLO HISTÓRICO DEL CRISTIANISMO


puede advertirse en una serie de corrientes (en las cuales se basan los dos autores más importantes
de esta ética filosófica cristiana) como las siguientes:
El cristianismo primitivo:
Está primera etapa se llama también Ética pastoral cristiana, ya que no se encuentra
especulaciones filosóficas. El cristianismo primitivo comprende las sectas cristianas derivadas del
judaísmo; estas sectas hacen hincapié en las enseñanzas morales de Cristo. Se caracteriza por su
espontaneidad y sencillez; la ética de Jesús es, ante todo, una ética personalista. El bien solamente
es vivo en Dios; la norma es la voluntad de Dios el modelo de la vida moral es la perfección trazada
por Dios. La ética de este cristianismo primitivo se centra principalmente en la obediencia a los 10
mandamientos, el que cumple el ideal de la pobreza de espíritu de la mansedumbre, de la paz, de la
pureza y de la justicia es bien aventurado y es digno de poseer el reino de los cielos.
La patrística:
O bien la de los Padres de la Iglesia; está sujeta a una evolución: Primero aparecen los
padres apostólicos; sus obras, semejantes a las de los apóstoles, entre los que destacan:
Clemente Romano, San Policarpo y San Papías. En el siglo ll aparecen los padres apologistas,
esto significa por defender el dogma cristiano contra las primeras herejías; entre ellos San Justino,
Tasiano, Atenágoras, Municio Felix, Hegesipo, San Irineo, Tertuliano y otros.
*Más tarde la Patrística se encamina con los padres catequistas hacia una interpretación un poco
más científica; Clemente Alejandrino y Orígenes.
*Finalmente (principios del siglo lV) la actividad científica ya emprendida por los padres catequistas
llega a consolidarse para dar paso a la edad de oro de la iglesia, que se impone el genio de la
Patrística, San Agustín, quien basándose en la filosofía de Platón realiza una de las
primeras síntesis entre el pensamiento griego y el cristiano, y hace posible una filosofía desde el
punto de vista cristiano.
La Escolástica:(Época de madurez de la filosofía cristiana)
El término escolástica proviene del saber que era impartido en las escuelas conventuales y
universidades; significo un saber de carácter fisiológico y teológico, encaminado a fundamentar y
enseñar la doctrina de la Iglesia como sistema científico.
La escolástica cobra un auge durante el siglo Xlll; en esta época tiene lugar la edad de oro de
la Teología y de la Filosofía escolástica.
Se caracteriza:
1.- Se basa en la autoridad de los filósofos antiguos (Santo Tomas - Aristóteles)
2.- Priva en general, entre los filósofos, el uso del método deductivo en su forma silogística.
3.- Preocupación por conciliar la fe y la razón: la Filosofía y la Teología. Santo Tomas concibe
la Filosofía como una cierva de la Teología.
De acuerdo con estas características, puede definirse como: "Un movimiento intelectual de la Edad
Media, empeñado en demostrar y enseñar las concordancias de la razón con la fe por
el método deductivo-silogístico, que trata de eliminar las posibles contradicciones de las verdades
trasmitidas en materia de dogma, por los filósofos y teólogos oficiales de la iglesia.

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