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Introducción

Las ciudades del continente concentran el poder económico, político y administrativo y


se estima que más del 80 % de la población de la región es urbano. El proceso de
urbanización durante las décadas anteriores ha tenido como consecuencia un auge de
las metrópolis. Últimamente, el crecimiento de la población urbana en las grandes zonas
metropolitanas se ha desacelerado, y ha surgido una tendencia de las ciudades de
tamaño medio a crecer a un ritmo más elevado. Tales nuevos patrones de urbanización
se entrelazan a un crecimiento demográfico desacelerado con un envejecimiento de la
población. La urbanización pasada ha ocurrido de forma más bien espontánea, regida
por mecanismos de mercado, y produciendo territorios urbanos sin planificación o visión
de largo plazo. Las ciudades se caracterizan a la vez por economías frágiles, altos
niveles de desigualdad urbana y una degradación ambiental preocupante. Hoy existe la
posibilidad que estos territorios tengan una visión, herramientas, líneas y medidas de
acción para alcanzar un desarrollo sostenible. Las externalidades y beneficios que las
ciudades generan dependen del modelo de desarrollo que en ellas se establece, de esta
manera, trabajar en las ciudades es relevante para fortalecer un modelo de desarrollo
orientado a la sostenibilidad. Un elemento clave en este sentido, es que las zonas
urbanas no son sistemas cerrados, por lo cual existe la necesidad de comprender el
territorio urbano como un espacio integrado y conectado con otros territorios. El modelo
de desarrollo de las ciudades se plantea como un elemento central en la discusión sobre
el desarrollo sostenible, donde la triada ciudad-sociedad-ambiente es una entidad
indivisible que requiere de una aproximación holística. Así, la creciente importancia de
las ciudades se ve reflejada en la inclusión del tema urbano en la agenda política de los
gobiernos, pero también en la agenda internacional. La agenda 2030, la cual define los
Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) con sus respectivas metas, fue adoptada por
la Asamblea General de Naciones Unidas en septiembre de 2015. Por primera vez, se
incluye específicamente un objetivo urbano en la agenda internacional del desarrollo, lo
cual no estaba contemplado en los Objetivos del Milenio, versión anterior a los ODS. De
este modo, el Objetivo de Desarrollo Sostenible número 11 al plantear “lograr que las
ciudades y los asentamientos humanos sean inclusivos, seguros, resilientes y
sostenibles” realza el tema se la sostenibilidad desde una mirada comprensiva e
integralmente territorial.

I. Desarrollo urbano y aspectos demográficos en América Latina y el Caribe


Las transiciones urbana y demográfica que experimenta la región, tienen un impacto
trascendental en los procesos de transformación que están viviendo las ciudades. Este
apartado ha buscado indagar la situación urbano demográfica del continente con el fin
de dar a conocer el contexto en que se encuentran las ciudades para alcanzar un
desarrollo sostenible. El capítulo se ha organizado en tres apartados, en primer lugar,
se exponen los datos vitales que contextualizan a un continente altamente urbanizado,
como consecuencia del giro rural-urbano, pasando de una región predominante rural a
una altamente urbana. Un segundo apartado da cuenta de la desaceleración del
crecimiento dado el aumento de la esperanza de vida y disminución de la tasa de
fecundidad. Finalmente, se abordan los nuevos patrones migratorios que experimenta
América Latina y el Caribe, especialmente la nueva tendencia de migración
intrarregional.

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